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Liturgia

Lun 13 Feb 2017

Amemos a quienes nos hacen daño y amemos mucho

Hoy debemos estar especialmente atentos y receptivos. Jesús nos va a dar su lección de amor máximo, de amor de infinitud divina, que a todos nos va a costar entender: nos dice que hay que amar a los enemigos. Dios es amor y el amor a los demás es la verdadera esencial del cristianismo, pero hoy el Maestro nos pide lo más difícil: amar a quienes nos hacen daño y mucho. Participemos con fe. Lecturas [icon class='fa fa-play' link=''] Primera lectura: Lv 19,1-2.17-18[/icon] [icon class='fa fa-play' link=''] Salmo: 103(102),1-2.3-4.8+10.12-13 (R. 8a)[/icon] [icon class='fa fa-play' link=''] Segunda lectura: 1Co 3,16-23[/icon] [icon class='fa fa-play' link=''] Evangelio: Mt 5, 38-48[/icon] [icon class='fa fa-arrow-circle-right fa-2x' link='']CONTEXTO BÍBLICO[/icon] ¡El punto de referencia de toda moral es el mismo Dios! Sed santos, porque yo, el Señor vuestro Dios, soy santo. Las prescripciones que se recogen en este capítulo 19 del Levítico, atañen a todo el pueblo. La santidad según la Escritura tiene un sentido más amplio que el uso que se hace en teología y en la espiritualidad. La santidad de Dios queda esclarecida cuando se realiza su proyecto. Y siempre tiene un sentido comunitario con consecuencias para la vida cotidiana y para la vida cultual. La santidad es uno de los atributos esenciales del Dios de Israel (Lv 11,44-45; 19,2; 20,7.26; 21,8; 22,32s). Pablo quiere reafirmar la unidad de la Iglesia amenazada seriamente en Corinto. La comunidad cristiana, cuerpo de Cristo (1Cor 12; Rm 12), es el verdadero templo donde habita la gloria de Dios y donde es colocada la nueva alianza. La escuela joánica interpreta las palabras de Jesús con motivo de la expulsión de los vendedores como el cuerpo glorioso de Cristo: Pero el templo del que hablaba Jesús era su propio cuerpo (Jn 2, 21). Por tanto, sed perfectos como vuestro Padre celestial es perfecto. En este relato del evangelio, según san Mateo, Jesús sigue explicando a sus discípulos lo que significa, no sólo cumplir la Ley, sino darle plenitud. Les pone unos ejemplos fáciles de entender para ellos: la ley del talión permitía a los judíos el cobrarse el “ojo por ojo y diente por diente” a la hora de aplicar una venganza al enemigo que les había ofendido; pues bien, Jesús les dice que la perfección de esta ley va mucho más allá que el mero cumplimiento de la misma, y aconseja a sus discípulos que no sólo no se venguen, sino que traten a los que les han ofendido con benevolencia y hasta con generosidad. [icon class='fa fa-arrow-circle-right fa-2x' link='']CONTEXTO SITUACIONAL[/icon] El amor rompe la cadena del odio. En las civilizaciones mesopotámicas se estableció la Ley del Talión para evitar venganzas desmedidas. La venganza sería proporcional al daño recibido. Jesús, en cambio, propone el perdón absoluto. Amor y perdón, dos palabras claves en el mensaje de las lecturas de este domingo. Fáciles de pronunciar, pero difíciles de practicar. Amar a los que nos aman puede ser interesado. El mérito está en amar a aquél que no nos puede devolver el amor, e incluso a aquél que nos odia. El Levítico advierte al pueblo para que deje a un lado el odio, el rencor y la venganza. Llega incluso a decir que cada uno debe “amar al prójimo como a uno mismo”. Jesús no sólo habla de amor al prójimo, sino también de amor al enemigo. ¿Cómo voy a amar a quien me hace daño? ¿Pide Jesús algo imposible de practicar? Para hacer vida esta petición del Señor podemos hacer alusión a la Exhortación Apostólica del santo Padre Amoris Laetitia, cuando nos habla de la paciencia: “Tener paciencia no es dejar que nos maltraten continuamente, o tolerar agresiones físicas, o permitir que nos traten como objetos. El problema es cuando exigimos que las relaciones sean celestiales o que las personas sean perfectas, o cuando nos colocamos en el centro y esperamos que sólo se cumpla la propia voluntad (…) Esta paciencia se afianza cuando reconozco que el otro también tiene derecho a vivir en esta tierra junto a mí, así como es. No importa si es un estorbo para mí, si altera mis planes, si me molesta con su modo de ser o con sus ideas, si no es todo lo que yo esperaba.” (A.L 92) [icon class='fa fa-arrow-circle-right fa-2x' link='']CONTEXTO CELEBRATIVO[/icon] El amor al enemigo es un amor que acaba con el enemigo, pero no con el hombre. Es la única fuerza que puede batirse cuerpo a cuerpo con el odio. Frente al enemigo se pueden adoptar varias actitudes: suponer que no es enemigo, imaginar que aquí no ha pasado nada y no tomarlo en cuenta, en cuyo caso todo seguirá igual; o enfrentarse al enemigo y responder a su agresión con las mismas armas, oponiendo odio al odio, en cuyo caso siempre vencerá el odio y caeremos en la espiral de la violencia; o, finalmente, y ésta es la actitud que nos pide Jesús, amar al enemigo y hacer bien a los que nos odian, conscientes de que el mejor bien que podemos hacer al enemigo es despojarlo de sus armas para ganarlo como hombre. Al rezar hoy el Padrenuestro no seamos hipócritas. Seamos sinceros al decir “perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden”. Seamos comprensivos y compasivos como lo es Dios con nosotros. Sólo así nos daremos cuenta de que lo que parece imposible es posible. [icon class='fa fa-play' link='']Recomendaciones prácticas[/icon] Resaltar en cartelera la frase: “El Señor es compasivo y misericordioso”. Insistir en las palabras: amor, perdón, oración y hacer el bien. Hoy como acto penitencial al comienzo de la Misa se puede hacer el Rito para la Bendición y Aspersión con el agua, siguiendo el “Formulario I”, p. 1053 del Misal. Se puede utilizar Plegarias Eucarísticas: “De la Reconciliación II”, p. 508 del Misal. Motivar a la comunidad para que la oración del Señor sea orada de manera despacio y siendo conscientes especialmente de la súplica: “como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden”. Enfatizar en el gesto de la paz. Que sea un momento vivido desde el corazón que lleve a la comunidad a fomentar la paz. Tener presente que esta semana, el miércoles 22, es la fiesta de la Cátedra de san Pedro, apóstol.

Jue 9 Feb 2017

"Tu Palabra, Señor, es la verdad y tu ley nuestra libertad"

Tu Palabra, Señor, es la verdad y tu ley nuestra libertad. Esta palabra que canta la ley del amor, llegue a cada corazón y señale a cada persona y a toda la comunidad su camino de esperanza y de fraternidad. Escuchemos. Lecturas [icon class='fa fa-play' link=''] Primera lectura: Is 58,7-10[/icon] [icon class='fa fa-play' link=''] Primera lectura: Sir 15, 15-20[/icon] [icon class='fa fa-play' link=''] Salmo: 119(118), 1-2.4-5.17-18.33-34 (R. cf. 33a)[/icon] [icon class='fa fa-play' link=''] Evangelio: Mt 5,17-37 (forma larga) o Mt 5,20-22a.27-28.33-34a.37 (forma breve).[/icon] [icon class='fa fa-arrow-circle-right fa-2x' link='']CONTEXTO BÍBLICO[/icon] El libro del Eclesiástico o Sirácide nos indicará la urgencia de vivir los mandamientos y de hacer de ellos un camino seguro para nuestra vida. La actitud del mundo frente a las normas siempre será polémica, pero los creyentes no podemos olvidar que Dios no nos ofrece los mandamientos como un código, son una amplia senda de esperanza que determina las relaciones con Dios y con los hermanos en clave de amor. El salmo 119, (118) que es el más largo de la Biblia, es un canto a la ley de Dios, pero es también un consejo prolongado y gozoso que invita al creyente a regular su vida con una ley de amor y de esperanza que se concreta en la fraternidad, en la convivencia, en la bondad. San Pablo sigue presentando su ministerio a una comunidad tan difícil como la de Corinto. Allí las actitudes del Apóstol y las instrucciones que da se convierten en un reto que contrasta con el caos moral que se vivía en aquella ciudad turbulenta, tan parecida a nuestro mundo de hoy. El Evangelio hace del Monte de las Bienaventuranzas un nuevo Sinaí, en el que Jesús no desbarata la ley sino que la clarifica la traduce en clave de misericordia, proponiéndole a aquellos testigos y a nosotros los actuales oyentes, que todo se renueva, que la ley de Dios se hace práctica y se entenderá ahora como la clave para la construcción de una sociedad que conviva en la armonía bajo el “dulce yugo” del amor. [icon class='fa fa-arrow-circle-right fa-2x' link='']CONTEXTO SITUACIONAL[/icon] Vivimos hoy una tentación dramática: el relativismo. Es, no sólo una tendencia nefasta que quiere y propone un mundo sin normas y sin referentes firmes, sino también una temible escuela de vida sin compromiso y de vida sin futuro. Jesús, con paciente alegría, va releyendo la Ley. Alaba su perfección pero propone su actuación en una vida ejemplaren la que la constante “pero yo os digo” nos indica que Jesús, lee la ley con los ojos de la misericordia y, como si fuera un músico que quiere hacer una interpretación magistral de un clásico, le da los acentos nuevos para que aparezca en todo su esplendor la inspiración de Dios-amor. La Ley de Dios es perfecta, pero el corazón humano la fue volviendo una carga terrible que, en tiempos de Jesús, era puesta sobre los débiles hombros del pueblo por los fariseos. Hoy podríamos caer en una situación semejante si no renovamos nuestra fe en el amor de Dios que nos llama a la perfección y a la santidad. La clave es el amor, la inspiración es el amor, la fuerza es el amor. El amor a Dios nos pide fidelidad a su intención y fidelidad al hacer de sus leyes un camino de esperanza que debe ser recorrido por todos en comunión y en esperanza. Jesús no cambia lo esencial, le da esencia amorosa y fiel a todo lo que Dios había dispuesto, purificando la voluntad de Dios de las añadiduras y componendas de los fariseos. Estamos ante el deber de conocer el amor de Dios y vivirlo, de hacer de la nueva ley, que es la misericordia, el mejor camino para encontrar al final de la vida la corona que Dios ha preparado para el que vive en su amor y en su presencia. [icon class='fa fa-arrow-circle-right fa-2x' link='']CONTEXTO CELEBRATIVO[/icon] El monte de las Bienaventuranzas es un nuevo Sinaí, en el que Jesús, quiere inscribir la ley del amor en nuestros corazones y no en lajas de piedra. Aceptemos el reto y hagamos de nuestra celebración una fiesta de esperanza en la que la ley de Dios es proclamada: la antigua celebrada con amor como camino que nos preparó para la nueva alianza, la ley iluminada por cristo, como sendero por el que la Iglesia ha de seguir caminando como “pueblo que tiene como meta el Reino y como ley el precepto del amor”, de lo que habla uno de los prefacios del Misal. [icon class='fa fa-play' link='']Recomendaciones prácticas[/icon] Resaltar la frase: «No he venido a abolir la Ley y los Profetas (…) sino a dar cumplimiento». Insistir en las palabras: ley, amor, justicia y misericordia. Para el acto penitencial de la Misa se puede seguir el Formulario 3, con la invitación “Jesucristo, el Justo, intercede…” y con la invocación para el Tiempo Ordinario II, p. 344 del Misal. Puede ser útil emplear la Plegaria Eucarística IV, con su prefacio propio, que nos recuerda la historia de amor fiel de Dios por su pueblo que culmina en la Pascua de Jesús y se prolonga en la vida de la Iglesia. Qué bueno fuera cantar en comunión el bello himno “Dios es amor” compuesto por De Roux y Briceño, tan común en los tiempos del congreso Eucarístico que presidió entre nosotros el Beato Paulo VI. .

Vie 27 Ene 2017

Liturgia abre página en Facebook

El departamento de Liturgia de la Conferencia Episcopal de Colombia abrió una Fan Page en Facebook con el objetivo de llegar de manera amplia a obispos, sacerdotes, religiosos y fieles católicos con materiales, insumos, recursos e informaciones del acontecer litúrgico en Colombia y el mundo. “Queremos aprovechar las grandes ventajas y potencialidades que nos brindan los nuevos medios y a través de ellos llegar a más personas con el mensaje de Dios”, explicó el padre Jairo Montoya, director del Departamento de Liturgia. En los siguientes días los visitantes podrán encontrar el santoral, recursos del plan de predicación, la liturgia de las horas, el Ordo y otros materiales litúrgicos. La dirección es: https://www.facebook.com/liturgiacec “Invitamos a todos para que nos sigan, compartan nuestros contenidos y juntos creamos una comunidad, no solo virtual, sino también de fe”, afirmó el sacerdote.

Lun 16 Ene 2017

¡Gozo, alegría, esperanza y unidad!

Las lecturas en este día nos hablan de gozo, de alegría, de esperanza, de luz grande para los pueblos, de unidad. Todo ello es expresión de la salvación que sólo Dios nos puede ofrecer. Deseosos de recibir estos dones, escuchemos con atención lo que nos dice el Señor. Lecturas [icon class='fa fa-play' link=''] Primera lectura: Is 8,23b - 9,3 [/icon] [icon class='fa fa-play' link=''] Salmo: 27(26),1.4.13-14 (R. 1a)[/icon] [icon class='fa fa-play' link=''] Segunda lectura: 1Co 1,10-13.17[/icon] [icon class='fa fa-play' link=''] Evangelio: Mt 4,12-23 (forma larga) o Mt 4,12-17 (forma breve)[/icon] [icon class='fa fa-arrow-circle-right fa-2x' link='']CONTEXTO BÍBLICO[/icon] ¿Qué dice la Escritura? La primera lectura, del profeta Isaías, nos trae un oráculo de esperanza. El Señor anuncia el gozo, la alegría y la libertad, después de un período cargado de desolación, guerra y división. La imagen más elocuente tiene que ver con el contraste entre la oscuridad y la luz; y se llega a esta última sólo por la acción salvífica de Dios. En la misma línea, el salmo 26 nos habla de la acción de Dios con imágenes vivas: “El Señor es mi luz y mi salvación,…es la defensa de mi vida”. Es un salmo de confianza, que invita a esperar en el Señor con gozo y con ánimo decidido. La segunda lectura es una invitación a la unidad. La hace el apóstol Pablo a una comunidad en la que ha penetrado con fuerza la contraposición entre diversas facciones: “unos de Pablo, otros de Apolo, otros de Pedro”. Por eso, habla de los peligros de las divisiones y del sectarismo. Frente a ellos, la conciencia clara debe ser que Cristo no está dividido. La escena evangélica nos presenta tres momentos del inicio del ministerio público de Jesús: Una introducción teológica de este ministerio, el llamado a la conversión y la elección de los discípulos. Podemos decir que esta imagen de apertura a la misión de Cristo contiene, en sí mismo, la alegría del Evangelio, es la inauguración del reinado de Dios que se acoge con la conversión del corazón. ¿Qué me dice la Escritura? La Palabra hoy nos pone delante la alegría del Evangelio, el gozo de la acción salvífica del Señor, así como la luz y la libertad que sólo encontramos en él. Frente a este acontecimiento mesiánico único y maravilloso, el Señor nos pide una actitud de acogida; ¿cómo? En primer lugar, con el reconocimiento de la luz que disipa las tinieblas; ver esa luz grande. Esta imagen tiene mucha fuerza en las lecturas de hoy. Cristo es la luz del mundo, lo dirá él mismo (cf. Jn 8,12); y continuará: “el que me sigue no camina en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida”. En segundo lugar, es una exigencia responder con la confianza puesta absolutamente en él. No nos salvará nadie más, hay que esperar totalmente en la bondad y en la misericordia del Señor. Y, en tercer lugar, respondemos con la conversión de nuestra vida. Acoger el reinado de Dios es volver realmente a él, orientados por el atractivo de su gracia. En una palabra, como lo sugiere el Evangelio, se trata de ser sus discípulos y misioneros. ¿Qué me sugiere la Palabra para decirle a la comunidad? ¡Qué hermosos son los pies del mensajero que anuncia la paz! (cf. Is 52,7) Como lo hace la Palabra, que es viva y eficaz, debemos presentar a nuestras comunidades el gozo, la alegría, la salvación, la libertad que provienen del amor de Dios. Recordemos que el Papa Benedicto XVI nos insistía en el atractivo y belleza del Evangelio. Esta Buena Nueva es luz y es roca firme. Pero también, es necesario que hagamos conscientes a nuestras comunidades de lo que significa acoger el reinado de Dios en nuestra vida, para experimentar la alegría del Evangelio. El llamado que Jesús hace a los discípulos lo hace también hoy a cada uno y a la comunidad. Es la misma invitación de Aparecida, la cual debe resonar hoy con renovado vigor: “Formación de los discípulos misioneros, para que nuestros pueblos en él tengan vida”. Sí; en el discipulado misionero podemos vivir la promesa salvífica del Señor. No se puede olvidar finalmente, la invitación a la unidad que nos ha hecho San Pablo. El discipulado no solo es vocación sino también con-vocación. Las divisiones, las rivalidades, el sectarismo impiden o retrasan la tarea de la Evangelización. Sólo podremos ser testigos de la alegría del Evangelio cuando estamos unidos. [icon class='fa fa-arrow-circle-right fa-2x' link='']CONTEXTO SITUACIONAL[/icon] La Palabra nos debe impulsar en este día hacia esa luz que encontramos en la Buena Nueva. Sin duda que también hemos pasado y aun experimentamos el poder de las “sombras” en muchas situaciones. Nuestras familias, nuestras comunidades, nuestro país, sólo podrán salir de la oscuridad avanzando hacia la luz que es Cristo. Pero también hemos de darnos cuenta de la insistencia en la formación de los discípulos misioneros. No es una cuestión sólo de cursos o de conocimientos académicos, sino de una experiencia del encuentro con el Señor. Hay que acoger el Reino de Dios. Y para ello tenemos que escuchar el llamado a la conversión. Hoy nos tenemos que preguntar ¿qué pasos hemos de dar?, ¿cómo acogemos mejor la luz de Dios?, ¿qué conversión nos pide el Señor? Y hay una insistencia particular: vivir la unidad. Hay que acabar con todas las rivalidades, las divisiones, los grupismos y los sectarismos. No debe haber ni motivos ni espacios en la Iglesia para luchar unos contra otros. [icon class='fa fa-arrow-circle-right fa-2x' link='']CONTEXTO CELEBRATIVO[/icon] La Eucaristía es el banquete de la unidad; ella edifica la comunidad eclesial. En este domingo hemos de pedir al Señor que nos fortalezca en la unidad, de modo que superemos todas las divisiones y rivalidades; también porque en ella está la fuerza de la Evangelización, según la afirmación del mismo Señor: “Que todos sean uno para que el mundo crea” (Jn 17,21). [icon class='fa fa-play' link='']Recomendaciones prácticas[/icon] Insistir en la imagen más elocuente que presenta la liturgia de la Palabra para este día, y que tiene que ver con el contraste entre la oscuridad y la luz; y se llega a esta última sólo por la acción salvífica de Dios. Se podría colocar en cartelera la frase: “El Señor es mi luz y mi salvación”. Pudiera sugerirse la Plegaria Eucarística IV, con su prefacio propio, p. 456 del Misal, ya que presenta un sumario de la historia de la salvación. Tener presente que esta semana, el miércoles 25, es la fiesta de la Conversión de san Pablo, apóstol.

Dom 8 Ene 2017

Un año fructífero para el departamento de Liturgia

El Departamento de Liturgia del episcopado ha calificado como positivo el trabajo que ha realizado durante el 2016. Así lo afirmó el padre Jairo Alberto Montoya, director de Liturgia del episcopado. A nivel de publicaciones destacó el acompañamiento al proceso de edición de los cuatro primeros Leccionarios (Leccionario Dominical A, Leccionario Ferial Adviento – Pascua, Leccionario para los días feriales del tiempo litúrgico I y II). Estas publicaciones actualmente se encuentran en presentación a la Sagrada Congregación para el Culto Divino y Disciplina de los Sacramentos, para su respectiva aprobación. También se resalta la realización y entrega a tiempo de las dos publicaciones del Plan Nacional de Predicación y Moniciones y oración universal de los fieles; el ordo 2017, con una nueva presentación y la reimpresión del Misal Romano, edición 2008. Este departamento brindó apoyo con la elaboración de diversos subsidios litúrgicos: Peregrinación en el Año Jubilar de la Misericordia, Oración Intensa por Colombia, Conclusión Jubileo de la Misericordia, Consagración de Colombia al Sagrado Corazón Misericordioso de Jesús. Para dar continuidad al proyecto Aplicación Ordo Colombiano se cargó sistemáticamente tres nuevas funcionalidades para los domingo y solemnidades: audios, lectura del día y reflexión del día. En este campo se ha motivado a nivel de Comisión Episcopal de Liturgia, de Presidencia de la CEC y de Directores del SPEC, el proyecto aplicación móvil de la Liturgia de las Horas de Colombia, para dar respuesta a la necesidad que de ella se tiene, dado que se vienen empleando por parte de obispos, sacerdotes. A nivel de encuentros, el padre Montoya destaca el Encuentro Nacional de Liturgia que se realizó del 16 al 18 de mayo donde se abordó el tema del Directorio Homilético y el estado de formación de los agentes de pastoral litúrgica. “Se presentó la historia y el estado actual de la homilía para concluir con las nuevas orientaciones que presenta el Directorio Homilético de 2014. Igualmente se complementó, con la ayuda de los participantes, el cuestionario que se envió a las provincias y también por medio de éstas a las diócesis. Con este cuestionario se realizó un acercamiento al estado de formación de los agentes de pastoral litúrgica del país. Con este marco se plasmó, por parte de los participantes, los aspectos que demandan mayor atención en procura de corregir y unificar en lo relacionado con la formación, en la praxis y en la vivencia la liturgia que celebramos.”, explicó el sacerdote. Para la primera quincena del mes de enero se tiene previsto la entrega al departamento de Liturgia de la edición popular de la Liturgia de las Horas para los fieles y para los primeros meses de 2017 concluirá un subsidio con base a los Principios Generales de la Liturgia de las Horas (PGLH). Foto Archivo: Encuentro Nacional de Liturgia, 2016

Mié 12 Oct 2016

Ya está a la venta el Misal Romano edición para Colombia

Ya está a disposición de todos los fieles en la librería del episcopado colombiano la quinta edición del Misal Romano. Esta versión castellana del Misal Romano, según la Editio Typica Tertia del año 2002, preparada por la Comisión Episcopal de Liturgia, fue aprobada por la Conferencia Episcopal de Colombia en su LXXVI Asamblea Plenaria, el 6 de febrero de 2004, y confirmada por la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. Esta edición - explica el decreto de publicación - debe considerarse como "típica" en todas las jurisdicciones eclesiásticas de Colombia para uso litúrgico en la celebración de la Eucaristía. Mayores informes: PBX: 437 55 40 Ext.264 Celular: 3138808447 Email: [email protected]

Lun 10 Oct 2016

Llegó el Ordo colombiano a iOS

El Departamento de Liturgia de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC) anunció este lunes que la aplicación Ordo Colombiano ya está disponible para dispositivos iOS. Esta herramienta busca emular al tradicional libro litúrgico en el que la Iglesia presenta las orientaciones teológicas, bíblicas y pastorales para hacer memoria y actualizar el Misterio Pascual de Cristo. [icon class='fa fa-link' link='']ACCEDE DESDE AQUÍ[/icon] Cumpliendo los estándares en el diseño de aplicaciones, la app Ordo Colombiano es un esfuerzo que ofrece al usuario la posibilidad de acceder rápida y de forma actualizada a las orientaciones para celebrar de la Eucaristía y la Liturgia de las Horas como orienta la Iglesia. En esta herramienta los fieles pueden encontrar las citas bíblicas del día, la orientación para la Liturgia de las Horas, el santoral, notas litúrgicas, aniversarios de los obispos, fiestas principales, oraciones y reflexiones. La aplicación está dirigida a obispos, sacerdotes, religiosos, agentes de pastoral y a todos los fieles católicos del país. Desde su publicación para dispositivos Android la aplicación ha sido descargado 5.000 veces. [icon class='fa fa-link' link='']ACCEDE AL SITIO WEB DEL ORDO COLOMBIANO[/icon]

Lun 3 Oct 2016

La Palabra de Dios no está encadenada

La “Palabra de Dios no está encadenada”, es decir, siempre se anuncia y se proclama con toda libertad. En este día recibamos con atención y respeto el mensaje de la Palabra de Dios y hagamos el propósito de no encadenarla en nuestro egoísmo, ni en nuestra falta de compromiso, para que la podemos anunciar a los demás. Lecturas [icon class='fa fa-play' link=''] Primera lectura: 2Reyes 5,14-17[/icon] [icon class='fa fa-play' link=''] Salmo de respuesta: 98(97),1.2-3ab.3cd-4 [/icon] [icon class='fa fa-play' link=''] Segunda lectura: 2Timoteo 2,8-13[/icon] [icon class='fa fa-play' link=''] Evangelio: Lucas 17,11-19[/icon] [icon class='fa fa-arrow-circle-right fa-2x' link='']CONTEXTO BÍBLICO[/icon] «Ahora reconozco que no hay dios en toda la tierra más que el de Israel». Naamán después de recibir el beneficio de la sanación por medio de la acción del profeta, regresa con su séquito para agradecer y quiere hacerlo de dos formas: la primera tiene que ver con el ofrecimiento de un bien, que rechaza el profeta; la segunda, haciendo una profesión de fe, reconociendo al Dios de Israel como el único en toda la tierra. En este relato se pone de presente el poder universal del Dios de Israel, que beneficia incluso a los enemigos de su pueblo, pues es un Dios rico en misericordia, que tiene entrañas de Padre para acoger a todo el mundo. Además, es otra oportunidad, en la revelación veterotestamentaria, para manifestar el señorío absoluto de Yahvé sobre la historia. «Jesús, Maestro, ten compasión de nosotros». El texto del evangelio de este domingo nos presenta un milagro de Jesús, que tiene elementos comunes con el texto del libro de los Reyes y está encaminado a ofrecernos un mismo mensaje. Se trata de la misma enfermedad de la lepra que padecen unas personas y que termina aislándolas de la comunidad por la impureza de sus cuerpos. Jesús obra el milagro de la sanación solicitada por ellos que lo reconocen como el Maestro que viene a hacer presente la misericordia de Dios y por eso la súplica: “ten compasión de nosotros”. Han descubierto en Él el rostro de la misericordia del Padre. Igual que Naamán, el leproso extranjero regresa a dar las gracias por la curación que ha obtenido, glorifica a Dios que lo ha liberado de la enfermedad, ha quedado limpio y ya puede incorporarse a la comunidad. El mensaje sobre la gratitud debe ocupar nuestra reflexión, pues los seres humanos y en especial los creyentes solo empleamos la faceta de la petición y la súplica, olvidándonos de agradecer, alabar, bendecir y glorificar a Dios por todas las obras que hace en favor de nosotros. [icon class='fa fa-arrow-circle-right fa-2x' link='']CONTEXTO SITUACIONAL[/icon] «Haz memoria de Jesucristo el Señor, resucitado de entre los muertos, nacido del linaje de David». En esta exhortación a su discípulo Timoteo, el apóstol lo invita para que no pierda de vista que el centro de todo está en esta obra maravillosa de la misericordia de Dios. No podemos olvidar que antes de cualquier súplica que nosotros hagamos al Señor, Él ha salido antes a nuestro paso, siempre ha tomado la iniciativa, primero para venir en nuestro auxilio. Nada se debe a nuestro mérito, todo es gracia, bondad y misericordia. Nos lo ha enseñado el Santo Padre Francisco: “la misericordia de Dios no es una idea abstracta, sino una realidad concreta con la cual Él revela su amor, que es como el de un padre o una madre que se conmueven en lo profundo de sus entrañas por el propio hijo”. En los textos de la Palabra aparece este don abierto a todos. Jesús resalta que es un extranjero el que regresa a dar gracias, el que reconoce la acción de Dios en su favor. El salmista incluye a toda la humanidad en su oración: El Señor se compadece de todos nosotros. Qué importante este mensaje en estos momentos de tantas exclusiones. Además, vivimos una época en la que todo tiene un valor material. El hombre cree que todo lo puede y lo debe comprar y de ahí depende su validez. Por eso nos cuesta vivir la fe en el ámbito de la gratuidad, del reconocimiento de que Dios no actúa por negocios. Cuántas veces le presentamos al Señor la cuenta de cobro de nuestras pobres acciones, de nuestros rezos a veces acelerados, de algunas obras de caridad que hacemos, no siempre con la más recta intención. Naamán, el leproso extranjero, la compasión universal del Señor y la memoria de Cristo Jesús, resucitado de entre los muertos, nos llaman en este día a ofrecer al Señor una acción de gracias intensa por los beneficios que siempre recibimos de Él, ya que estamos Llamados a impregnar el mundo de gratitud y de reconocimiento de la universal bondad y compasión del Señor por todos. [icon class='fa fa-arrow-circle-right fa-2x' link='']CONTEXTO CELEBRATIVO[/icon] «¿No ha vuelto más que este extranjero para dar gloria a Dios?». La eucaristía que celebramos es el culto de acción de gracias a Dios por medio de su Hijo Jesucristo para bien de toda la humanidad. Muchos cristianos, en la actualidad, tienen un valor muy relativo de la eucaristía del domingo, esto nos obliga a los pastores y presidentes de la asamblea eucarística a fortalecer la catequesis sacramental en favor de la participación parroquial en la eucaristía dominical. Pareciera que el reclamo de Jesús sigue siendo muy actual, pues los que somos sus discípulos no queremos volver donde Él al finalizar la semana para agradecer tantos beneficios recibidos. «Tu fe te ha salvado». Naamán, el sirio profesa su fe en el Dios de Israel, Jesús exalta la fe del extranjero que regresa a dar gracias. En esta celebración estamos llamados a fortalecer la fe, como respuesta generosa a la inmensa bondad y compasión de nuestro Dios con nosotros. Una fe firme que aprecia y valora el sacramento de la eucaristía, fe que acoge con amor la Palabra escuchada, fe que nos integra a la comunidad como hermanos de un mismo Padre y redimidos por el único sacrificio de Cristo en la cruz. Gratitud y fe, dos grandes virtudes que celebramos en esta liturgia dominical. [icon class='fa fa-play' link='']Recomendaciones prácticas[/icon] Resaltar en cartelera las palabras centrales del mensaje de hoy: Gratuidad – Acción de gracias – Fe – Misericordia. Recordar a los fieles el tercer mandamiento de la ley de Dios: santificar las fiestas y el mandamiento de la Iglesia católica: participar en la eucaristía todos los domingos y fiestas de guardar. Un compromiso de gratitud y alabanza. En esta semana: El sábado 12 de octubre, es la fiesta nacional del día de la raza. Por ser el día del descubrimiento de América, se recomienda escoger una de las Misas apropiadas para la ocasión. En la Oración Universal o de los Fieles se aconseja hacer peticiones por América y su Nueva Evangelización. Seguir facilitando la vivencia del Año de la Misericordia con el lema “Misericordiosos como el Padre”. Insistir en la vivencia de las obras de misericordia: siete espirituales y siete corporales. Foto CC0 Public Domain