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monseñor luis josé rueda

Sáb 20 Jun 2020

"Volver los ojos al Corazón de Jesús", pidió a los colombianos Arzobispo de Bogotá

En la solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús, fiesta que celebró la Iglesia católica este 19 de junio, el arzobispo de Bogotá, monseñor Luis José Rueda Aparicio, en un acto eucarístico que se realizó en el templo del Voto Nacional, pidió a los colombianos orar por la paz y la reconciliación de nuestra Nación. Durante su homilía hizo memoria del significado que este templo ha tenido desde sus inicios en el Siglo XX para la historia del país como símbolo de paz y reconciliación. Expresó que este lugar seguirá siendo un signo de esperanza donde los colombianos se reúnan para pedir por una verdadera unidad, “aunque a veces el pesimismo de la paz y la reconciliación agobie a las regiones y a los líderes de nuestro país, sin embargo, el Señor está haciendo su obra en medio de nosotros”, por lo que agradeció a la comunidad de los padres Claretianos, cuidadores de este templo, considerado patrimonio histórico, haberle permitido renovar “la consagración como personas, como familias y como país, al Corazón de Jesús”. El prelado continúo su reflexión tomando la lectura del Salmo 102 sobre el que resaltó tres aspectos: Él perdona todas tus culpas, Él cura todas tus enfermedades, y Él te colma de gracia y de ternura. Él perdona todas tus culpas Describió cómo el ser humano hoy reconoce sus pecados personales, familiares o sociales: “Esas clases de pecado que acompañan la vida de nuestras ciudades, de nuestros campos, de nuestras familias, de nuestras regiones”, pero advirtió como estos pecados se han ido convertido en algo que hace ver la guerra como algo normal, es decir, “nos hace ver el narcotráfico como una realidad económica que hace parte de nuestra vida, nos hace ver la corrupción como una realidad que no tiene solución”. “Reconocemos que hay pecado en todos los corazones de nosotros y, por eso, renovar la consagración al Corazón de Jesús y al amor de la Virgen María es reconocernos pecadores y solamente el que se reconoce verdaderamente pecador puede recibir el perdón de sus culpas”, afirmó. Él cura todas tus enfermedades Expuso cómo la humanidad se está reconociendo frágil en estos momentos, no solo por cuenta de la pandemia del coronavirus, sino por tantas enfermedades sociales que le oprimen. De manera particular se refirió a la carencia de un servicio médico efectivo y un sistema hospitalario colapsado, a lo que invitó a respetar la vida y a asumir con responsabilidad los protocolos de bioseguridad sugeridos por los entes de la salud. “Hoy le pedimos al Señor, en su Corazón Sacratísimo, que Él cure todas nuestras enfermedades físicas, enfermedades morales, enfermedades familiares, enfermedades sociales, que no nos dejan vivir en la plenitud de la vida que el Señor Jesús nos ha traído”, puntualizó. Él te colma de gracia y de ternura Hizo notar cómo cada vez el ser humano se va volviendo vacío en el camino de la vida, “perdiendo la gracia y caminando hacia la desgracia”, es decir, observó, “vamos perdiendo la capacidad de recibir la ternura y de transmitir la ternura, nos vamos volviendo agresivos”. “Es normal que muchas mujeres sean atacadas en nuestro país y se nos olvida que ellas son fuente de ternura; se nos vuelve normal que muchos niños por la violencia o por la injusticia mueran en nuestro barrios, en nuestras ciudades, aun sabiendo que los niños son expresión de ternura; y se nos va olvidando que la ternura de Dios se hizo presente con rostro de niño en el vientre de la Virgen María”. Por último, animó a todos los colombianos volver sus ojos al Corazón Sacratísimo de Jesús, para que en Él se encuentre la puerta de ingreso a la fraternidad y a la construcción de un mejor país “dónde nos comprometamos a cuidarnos entre nosotros, a tratarnos con ternura, a ser instrumentos de sanación y de reconciliación dentro de nuestras casas, con las demás personas, con la casa común y con Dios mismo”.

Vie 19 Jun 2020

La voz del Pastor | 21 de junio de 2020

Reflexión de monseñor Luis José Rueda Aparicio, Arzobispo de Bogotá y primado de Colombia Lectura del Santo Evangelio según San Mateo 10,26-33

Vie 12 Jun 2020

La voz del Pastor | 14 de junio de 2020

Reflexión de monseñor Luis José Rueda Aparicio, Arzobispo de Bogotá y primado de Colombia Lectura del Santo Evangelio segúnSan Juan 6,51-58

Mar 12 Mayo 2020

Arzobispo electo de Bogotá rechaza asesinato de menor en el Cauca

El arzobispo electo de Bogotá, monseñor Luis José Rueda Aparicio, lamentó la muerte de la menor de 5 años, víctima de un atentando dirigido contra su familia en el corregimiento La Toma, del municipio de Suárez - Cauca. También rechazó el fallecimiento de varios niños que en los últimos días han sido asesinados por grupos al margen de la ley. "No podemos callar el dolor que sentios ante esta cruel realidad. Cuando en la degradación del conflicto, los ancianos no son respetados y los niños son destrozados, el crimen está matando la memoria de los pueblos, en la noche funesta de la violencia sin dolientes" [icon class='fa fa-download fa-2x'] Descargar comunicado[/icon]

Vie 1 Mayo 2020

Iglesia en el Cauca lamenta asesinato de líder social y su familia

Tras el asesinato de Álvaro Narváez Daza, presidente de la Junta de Acción Comunal de la vereda El Bado en el municipio de Mercaderes al sur del Cauca y de su familia, el arzobispo electo de Bogotá, monseñor Luis José Rueda Aparicio expresó su tristeza por estos hechos que enlutan una vez más un hogar y a los caucanos. De otra parte, celebró el gesto de los 22 desmovilizados que hacían parte de las filas del ELN, con el ánimo de reintegrarse a la sociedad para servir y trabajar por la paz y la reconciliación, fue también enfático en expresar su rechazo por todos aquellos que aún sigue atentando contra la vida de los campesinos y líderes sociales. “Nos duele inmensamente que los violentos y los narcotraficantes, los que alzan las armas contra los campesinos y los líderes sociales, siguen asesinando en medio de las tinieblas”, afirmo el prelado. Al expresar su voz de consuelo a la familia y a la comunidad del Cauca por esta triste noticia, imploró del Señor “su amor misericordioso para que transforme el corazón de los violentos y les muestre el verdadero camino de la vida, la reconciliación y la paz”. Finalmente, reafirmó el compromiso de la Iglesia católica para seguir acompañando a las comunidades que sufren el flagelo de la violencia “estamos dispuestos a dar nuestra vida, a morir si es el caso por defender, anunciar el Reino y acompañar a nuestros pueblos que sufren”.

Mié 29 Abr 2020

"Me siento lleno de fe y esperanza para servir a mi país": Mons. Rueda

En una entrevista concedida para Vatican News, el arzobispo electo de Bogotá, monseñor Luis José Rueda Aparicio, habló sobre los desafíos que marcarán la ruta de trabajo en este nuevo cargo pastoral. Destacó entre ellos: La Santidad, una Iglesia misionera, la autenticidad de quien vive la pobreza evangélica; los jóvenes; entre otros. Cabe recordar que el Papa Francisco nombró el pasado 25 de abril como nuevo arzobispo de Bogotá y primado de Colombia a monseñor Luis José Rueda Aparicio, hasta el momento arzobispo de Popayán. Sucedeiendo al cardenal Rubén Salazar Gómez, luego que el Papa le aceptara su renuncia al gobierno pastoral de la arquidiócesis de Bogotá.El Arzobispo electo tomará posesión de la sede el próximo 11 de junio. Lea la entrevista completa El prelado expresó los sentimientos que le produce este nombramiento: “Me siento lleno de fe y lleno de esperanza para servirle al país, este país que busca la reconciliación y quiere motivos de esperanza, y ese motivo de esperanza profundo es Cristo Jesús, celebrado en la Iglesia, conocido y anunciado, muerto y resucitado para darnos salvación”. La santidad, el primer desafío para los cristianos Monseñor Rueda expresó que el primer desafío que tenemos todos los miembros de la Iglesia es ser santos. “Sin la santidad no podemos servir. Al estilo de la virgen María, al estilo de los mártires latinoamericanos, y del santoral secreto, de aquellos santos que no son conocidos, pero que le sirvieron al pueblo de Dios”, expresó. Junto al desafío de la santidad, está el de la sinodalidad, expresó monseñor Rueda: “El segundo es ponernos en camino, sinodalidad, todos juntos. La Iglesia y, la Iglesia con la humanidad, buscando la solución de los problemas. Seguidamente evidenció los múltiples problemas que aquejan el territorio colombiano, entre los que enumeró: “el narcotráfico, que genera la muerte de hombres y de mujeres” y la corrupción. La respuesta a estas problemáticas tiene que ser desde el Evangelio, afirmó, “pero en comunión con aquellos que incluso están fuera de la Iglesia, pero que tienen buena voluntad de buscar el bien común”. Iglesia misionera En el aspecto eclesial, el nombrado arzobispo de Bogotá insistió en que “como Iglesia estamos llamados a ser instrumentos de la comunión misionera, Como dice la Lumen Gentiun. signo de comunión entre nosotros como seres humanos y de toda la humanidad en comunión con Dios. Es una comunión misionera, al estilo de lo que nos propuso Aparecida”. El centro de esta actividad misionera, está Cristo, al que “tenemos que anunciarlo, tenemos que vivirlo, tenemos que llevarlo a todos los escenarios, donde hay hombres y mujeres tendidos en el camino que necesitan el amor misericordioso, la mano, la presencia, la voz amiga. El Salvador es Cristo, animándonos y dando vida”. La autenticidad de quien vive la pobreza evangélica Monseñor Rueda insistió en que Cristo nos llama a vivir en la pobreza y con los pobres: “El señor Jesús nos motiva a vivir la actitud de la pobreza con alegría, sin resentimientos, sin odios, compartiendo la fraternidad de cada día, al estilo de francisco de Asís, al estilo del Papa Francisco. Es el mensaje de encontrarnos primero con Cristo Jesús el más pobre de todos. De vivir con alegría la pobreza y desde allí poder acompañar, compartir y ser hermano de aquellos que son descartados, de aquellos que viven en situaciones infrahumanos, y que podemos visibilizarlos al estilo de la parábola del samaritano”. Los jóvenes son una buena noticia Cuestionado sobre la importancia de los jóvenes en la labor evangelizadora de la Iglesia respondió: “Los jóvenes tienen un corazón más sensible a las necesidades de los más frágiles. Creo que ellos tienen un Evangelio que, aunque no lo saben de memoria lo viven con sus actitudes cuando encuentran a alguien a quien ayudar, a alguien a quien proteger, a alguien a quien curar. Creo que por allí Dios nos está dando una posibilidad de volver a los jóvenes también, con espíritu y alma de buen samaritano”. El obispo añadió: “Ellos quieren aportar, y tienen mucho que aportar y nosotros, los más viejos, debemos saber que ellos tienen mucho que enseñarnos. Ese Cristo vivo, ese Cristo caminante que les entusiasma a ellos y que nos ha entusiasmado a nosotros en nuestra juventud, ellos quieren verlo recorriendo barrios, veredas, ríos, quebradas, mares, en los campos deportivos, en todos los escenarios, por eso nuestra tarea es acompañar ese kerigma vital y acompañar esos procesos evangelizadores que irán surgiendo en el corazón de los jóvenes”. ¿Qué santos le inspiran en la misión que le ha encomendado la Iglesia? Los santos siempre han estimulado nuestra vida en el seguimiento de Cristo. Porque él nos invitó en el sermón de la montaña, sean santos como el padre celestial es santo y cuando uno mira la vida de los santos entiende que ellos tomaron el sermón de la montaña y lo convirtieron en vida, son hombres y mujeres que han dejado que Cristo entre en su conciencia y en su corazón y se convierten en vida. FUENTE: Vatican News

Sáb 25 Abr 2020

Papa Francisco nombra nuevo Arzobispo de Bogotá

El Papa Francisco ha nombrado como nuevo arzobispo de Bogotá y primado de Colombia a monseñor Luis José Rueda Aparicio, hasta el momento arzobispo de Popayán. Monseñor Rueda Aparicio sucederá al cardenal Rubén Salazar Gómez, luego que el Papa le aceptara su renuncia al gobierno pastoral de la arquidiócesis de Bogotá. BIOGRAFÍA DE MONSEÑOR LUIS JOSÉ RUEDA APARICIO Monseñor Rueda nació en San Gil el 3 de marzo de 1962. En su pueblo natal realizó los estudios básicos tanto de primaria como de secundaria. Su proceso de formación para el sacerdocio lo adelantó, en un primer momento, en el Seminario Conciliar San Carlos de la Diócesis de Socorro y San Gil, donde frecuentó los cursos de filosofía; luego realizó sus estudios teológicos en el Seminario Arquidiocesano de Bucaramanga. Fue ordenado sacerdote el 23 de noviembre de 1989, incardinándose a la Diócesis de Socorro y San Gil. Después de su ordenación tuvo la oportunidad de adelantar estudios de especialización en teología moral, obteniendo la licenciatura en la Academia Alfonsiana de Roma. En el ejercicio del ministerio sacerdotal ha desempeñado los siguientes cargos: - Párroco en Albania (1990) - Miembro del Consejo Presbiteral (1990-1992) - Párroco en Curití y profesor del Seminario Mayor (1992) - Miembro del Consejo Presbiteral (1994-1997) - Miembro del Colegio de Consultores y profesor del Seminario Mayor (1994- 1999) - Párroco en Pinchote y director del Año Introductorio del Seminario Mayor (1999-2000) - Párroco "In Solidum" de Mogotes (2001-2002) - Párroco de Barichara (2003) - Miembro del Consejo Presbiteral (2004-2007) - Miembro del Colegio de Consultores (2004-2009) - Subdirector del Secretariado Diocesano de Pastoral Social –SEPAS- y rector del Instituto Técnico para el Desarrollo Rural –IDEAR- (2010) - Instituto Técnico para el Desarrollo Rural -IDEAR- (2010) - Vicario episcopal de pastoral de la Diócesis de Socorro y San Gil (2010-2011) El 2 de febrero de 2012, Su Santidad Benedicto XVI lo nombró obispo de la Diócesis de Montelíbano; el 14 de abril de 2012 fue su ordenación episcopal y el 28 de abril del mismo año, tomó posesión canónica de la diócesis de Montelíbano. La CIII Asamblea Plenaria de Obispos en julio de 2017 lo eligió Presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Social y Caritativa. El 19 de mayo de 2018, Su Santidad Francisco lo nombró Arzobispo de Popayán y el 7 de julio del mismo año, tomó posesión canónica de la arquidiócesis de Popayán.

Vie 21 Feb 2020

Custodiemos las dos vidas

Por: Luis José Rueda Aparicio - En la Declaración Universal de los Derechos Humanos se tiene como premisa fundamental el derecho a la vida. Encontramos además que es muy claro que la misma Constitución Política de Colombia en el Articulo 11 declara “el Derecho a la vida es inviolable y no habrá pena de muerte”. Algunas entidades de salud no son garantes de la vida de los bebés: En estos lugares se encuentran madres gestantes, en muchas salas de espera, preparadas con batas quirúrgicas y listas para ser canalizadas sus venas, estas mujeres sienten miedo, porque en el fondo de su conciencia hay una voz que les dice: “no matarás”. Estas mujeres en su crisis, no buscaban el aborto provocado, pero fue la única salida que les ofrecieron. En general las mujeres en estado de gestación son sensibles y vulnerables: Ante la noticia de su embarazo, solicitan procedimientos para solucionar el problema de una gestación, no deseada, no aceptada, no comprendida. La verdad es que ellas NO necesitan un aborto, sino que se les brinde sustento, acompañamiento y cercanía en su difícil situación. Ellas en medio de esta situación de crisis, no buscan el aborto como tal, sino un apoyo a su difícil situación. Buscan que alguien las escuche y las oriente. Buscan argumentos verdaderos para poder tomar una decisión de vida. Un llamado a la conciencia de los profesionales servidores de la salud: Hago un llamado a médicos, enfermeras, trabajadores sociales, psicólogos para que, por amor a la vida, disciernan cada situación, porque en la gran mayoría de los abortos que se practican, la justificación se ubica en la salud mental de la madre. Todos nosotros en el vientre, hemos puesto en riesgo la salud integral de nuestras mamás. Sobre la salud mental de la madre, pregunto: ¿A qué se refieren realmente con esto? Tal vez, significa que, la mujer no está preparada emocionalmente para esta nueva etapa de la vida. Pero, si nos detenemos a mirar más a fondo, podemos preguntarnos: ¿Será que esa mujer está preparada para vivir las consecuencias de un aborto? El post – aborto es una herida profunda en su ser y en su historia personal de mujer. Ante el aborto, custodiemos las dos vidas: Defendamos la vida de la madre y la vida del niño. Toda crisis humana es pasajera pero el aborto es para siempre, es irreversible. De ahí que, la mujer tiene el derecho a estar debidamente informada de las posibles soluciones, distintas a suspender la gestación, por ejemplo, dar al niño en adopción. Existen instituciones dispuestas y muy preparadas para custodiar la vida de la madre junto con la vida de su niño. Son personas profesionales y servidores de la vida. Y finalmente una solicitud en nombre de los niños que ya fueron abortados: Por favor no los eliminen dentro de los desechos biológicos hospitalarios, permítannos llevarlos al campo santo, a un lugar de esperanza, a un lugar digno donde alguien llegará con fe a orar junto a ellos. + Luis José Rueda Aparicio Arzobispo de Popayán