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violencia

Mié 7 Dic 2016

El monstruo y el arquitecto

Por: P. José Elver Rojas - No dudaron un segundo los grandes medios de comunicación colombianos para calificar de “monstruo de Monserrate” al presunto responsable de la muerte de más de una docena de mujeres en uno de los cerros del oriente de Bogotá. No así sucedió con el hombre que raptó, violó y asesinó a una niña de 7 años. De forma dubitativa y temerosa, los periodistas informaron que se trataba de un “prestigioso arquitecto” del que no podían revelar su identidad para no entorpecer la investigación. Lo anterior unido a la injusticia que campea reinante en nuestro país, hace que la gente ante el calor de un caso que nos ha conmovido profundamente, busque formas de aplicar justicia y exijan castigar con la pena de muerte, la castración química o la cadena perpetua a quienes cometan este tipo de crímenes. Llama la atención que ante el desespero por la situación, no faltan los que en lugar de pedir justicia, claman venganza. El miedo de los colombianos es el que crímenes de este tipo queden impunes por tratarse no de un “monstruo de Monserrate”, que al fin y al cabo era un habitante de la calle ante quien el periodismo y las autoridades se mostraron fuertes para aplicarle el rigor de la ley y el desprestigio social con toda severidad, sino de un “prestigioso arquitecto,” de familia de abolengo a quien los generadores de opinión pública tiemblan al pronunciar sus nombres siempre y cuando no sea para exaltarlos. Señores periodistas la objetividad y la veracidad de la información no depende de la clase social sino de la ética del comunicador. Hacer de un medio de comunicación un tribunal de justicia para condenar o absolver no es tarea de los comunicadores. La dignidad de la persona humana está más allá del delito que haya cometido. De igual modo, la tragedia que padecen las familias de víctimas y victimarios no debe ser aprovechada para un periodismo amarillista, tendiente a un reality show. Me uno con mi oración al dolor que padece hoy la familia de Yuliana, víctima del desenfreno hedonista, que hace de “monstruos o prestigiosos” fieras que andan al acecho de los más vulnerables e indefensos de la sociedad. Me uno al clamor de los colombianos que piden se aplique a los responsables de estos macabros hechos, la justicia con transparencia y celeridad. Por tal motivo, quienes tenemos fe, pidamos la gracia de Dios para superar el dolor y hasta el odio y venganza que afloran contra el asesino de un infante. Aunque en este momento sea poco entendido lo que el Señor nos enseña, oremos por los que nos hacen daño; ellos también sufren y hacen sufrir a los demás. Estoy de acuerdo en denunciar y rechazar el pecado en todas sus formas, sin olvidar de practicar la misericordia con el pecador. Pues, el pecado vicia la personalidad humana y conduce a la persona en contra de Dios, de sus hermanos y de sí mismo; es decir, a la desgracia. Mi invitación es a evitar esa lluvia de palabras y mensajes que lanzamos como rocas virtuales a través de las redes sociales y otros canales de comunicación, con la idea equivocada que matando al pecador destruimos el pecado. P. José Elver Rojas Director departamento de Comunicación Social Conferencia Episcopal de Colombia [email protected]

Vie 11 Nov 2016

Iglesia promueve campaña de no violencia hacia las mujeres

El Secretariado Nacional de Pastoral Social (SNPS) desde hace varias décadas ha venido generando reflexiones en torno a la necesidad de realizar transformaciones que conlleven a la eliminación de las violencias hacia las mujeres. Para ello se ha dado a la tarea de promover la campaña que lleva como lema: “Construyamos paz, eliminemos la violencia contra la mujer”, consecuente con el documento de la Conferencia Episcopal de Colombia “Artesanos del perdón, la reconciliación y la paz” . Esta campaña que se propone para el próximo 25 de noviembre, fecha en que se conmemora el “Día Internacional de la no violencia contra la mujer”, invita para que a partir de la aplicación de unos componentes pedagógicos, cada colombiano comprenda que la construcción de paz, requiere el respeto a las mujeres de todas las edades, culturas, etnias y territorios. El objetivo propuesto para esta campaña es “generar reflexiones y orientaciones para que la sociedad comprenda y asuma compromisos en la eliminación de la violencia contra las mujeres, como aporte a la construcción de una paz estable y duradera en Colombia”. Esta iniciativa prevé la realización de actividades como talleres y reflexiones en torno a la transformación no violenta de conflictos entre hombres y mujeres, y valora la intermediación no violenta de las mujeres en conflictos, así como su labor en la reconstrucción del tejido social. Como nos invita el documento “Artesanos del perdón, la reconciliación y la paz”, a ejemplo de María, “que cada colombiano aprenda a desarmar el corazón, busque nuevos caminos que favorezcan la fraternidad, la reconciliación y la paz, deje atrás los rencores y deseos de venganza y así posibilite alcanzar del mismo Señor, la unidad interior y la armonía exterior”. Vale la pena recordar el mensaje para la Jornada Mundial de la Paz 1995, donde San Juan Pablo II invita a las mujeres a ser educadoras para la paz “que sean testigos, mensajeras, maestras de paz en las relaciones entre las personas y las generaciones, en la familia, en la vida cultural, social y política de las naciones, de modo particular en las situaciones de conflicto y de guerra. ¡Que puedan continuar el camino hacia la paz ya emprendido antes de ellas por otras muchas mujeres valientes y clarividentes!”. La invitación es para que el 25 de noviembre en todas las parroquias del país se celebre una eucaristía y se reflexione en torno al tema de la no violencia hacia la mujer, para lo cual se han preparado insumos pedagógicos que podrá descargar en los siguientes enlaces: Afiche Plegable Fichas Tarjeta Set de cartas Fuente: Of. comunicaciones SNPS

Mié 2 Nov 2016

Retos de la construcción de paz en Colombia (I)

Por: Mons. Juan Carlos Barreto - Frente a las cercanas posibilidades de éxito en la negociación entre el Gobierno y las FARC, y el próximo inicio de los diálogos públicos con el ELN, es importante tener en cuenta el panorama hacia el futuro, para que en Colombia realmente se establezcan las bases de una construcción de paz integral. Identificar los aspectos necesarios para esta nueva etapa de la historia es fundamental; ignorarlos o reconocerlos superficialmente induce a repetir errores y sufrir nuevos fracasos. Las escandalosas cifras del conflicto son argumento suficiente para tomar la decisión de detener la guerra. Cerca de ocho millones de víctimas indican el nivel de degradación al que se ha llegado. La solución militar implica un alto precio en vidas humanas e inversión económica. La solución negociada al conflicto es más humanizante y menos costosa. El paso dado en las negociaciones de La Habana garantiza el fin de la guerra con uno de los actores principales del conflicto. En este mismo sentido, se valora la decisión del ELN de iniciar los diálogos públicos con el Gobierno. La continuidad de las bandas criminales y los paramilitares plantea la necesidad de establecer nuevos diálogos y procesos de sometimiento a la justicia. La paz no se limita a detener la guerra, pero comienza con ello. Abandonar el camino de las armas implica que los excombatientes de los grupos armados ilegales se reintegren a la sociedad civil. Si se acepta la opción negociada al conflicto, quienes toman esta decisión deben ser acogidos positivamente. Es un discurso de doble moral pedirles que dejen las armas pero que se las arreglen como puedan para sobrevivir. Se requiere un esfuerzo grande para que quienes renunciaron a la guerra puedan vivir en paz y dejen vivir en paz a sus conciudadanos. Esto exige brindarles oportunidades para una exitosa reintegración a la sociedad, con acceso a educación, empleo y protección. Una tarea que supone responsabilidad por parte del Estado colombiano, solidaridad ciudadana y transparencia de los excombatientes. Aunque ya se cuenta en el país con la Ley de Víctimas es una realidad que su atención integral ha sido insuficiente. Es momento para restablecer sus derechos y ofrecerles lo que necesitan a nivel de verdad, justicia, reparación y no repetición. Las víctimas del conflicto armado deben estar en el centro de las iniciativas de construcción de paz en Colombia; deben ser reparadas en todos los campos y constituirse en protagonistas de una nueva etapa histórica. Por el bien de nuestra patria la meta debe ser la superación de las categorías de víctimas y victimarios. DESTACADO: Las víctimas del conflicto armado deben estar en el centro Mons. Juan Carlos Barreto Barreto Obispo de Quibdó Tomado de: Revista Vida Nueva

Mié 2 Nov 2016

Diócesis de Quibdó denuncia grave aumento de violencia en la región

Ante los constantes hechos de violencia que han venido azotando a los habitantes de Quibdó y que han alcanzado un nivel dramático en el presente año, la diócesis de Quibdó expresó públicamente en un comunicado su preocupación sobre esta situación. La jurisdicción eclesiástica manifiesta que los grupos delincuenciales han aumentado así como los homicidios, las extorsiones, el microtráfico, las amenazas y otras formas de violencia que han venido hostigando al municipio de Quibdó. “Los datos disponibles demuestran que las cifras de homicidios, ofrecidas por los diferentes niveles de la institucionalidad, son muy altas y superan el promedio nacional”, expresa el comunicado. Sumado a esto, el documento expresa que a pesar del incremento de la fuerza pública, la situación no parece mejorar puesto que, según denuncias de la misma población, algunos agentes de seguridad actúan como cómplices de los mismos grupos ilegales que delinquen en la región. “Es absolutamente claro que a esta situación se ha llegado por diversos factores, entre los cuales figuran como fundamentales el abandono estatal y la falta de políticas públicas”, asevera el texto. La diócesis de Quibdó hace un llamado a la Comunidad Internacional para que incremente el apoyo al Estado colombiano, ya que el mismo ha argumentado no tener los recursos para solucionar el conflicto social y la situación de violencia en la región. [icon class='fa fa-download' link='']VER COMUNICADO COMPLETO[/icon]

Vie 1 Abr 2016

Iglesia de Barrancabermeja rechaza actos de violencia en Antioquia

Tras el hecho ocurrido en el municipio de Puerto Berrío, en el departamento de Antioquia, donde fueron asesinados dos uniformados pertenecientes a la policía nacional, la diócesis de Barrancabermeja expidió un comunicado donde rechaza estos actos cometidos al parecer por grupos al margen de la ley. En el comunicado monseñor Camilo Castrellón Pizano, obispo de la diócesis de Barrancabermeja, señala que estos actos violentos atentan contra la dignidad humana y ponen en peligro las bases democráticas del Estado. Sumado a esto, monseñor Castrellón envía un mensaje de condolencia a los familiares de los policías y civiles que perdieron la vida en este hecho e invita a la comunidad a que se unan en oración por el progreso de la paz en esta región del país. [icon class='fa fa-download fa-2x']Descargar comunicado[/icon]