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covid-19

Mar 22 Jun 2021

Obispo de Quibdó preocupado por situación de pandemia en su territorio

En coherencia con la situación de emergencia sanitaria que se vive en el Departamento del Chocó, la Diócesis de Quibdó, presidida por monseñor Juan Carlos Barreto Barreto, ha tomado algunas medidas de prevención, que van en concordancia con el respeto a la vida de las personas que promulga la Iglesia Católica. 1. Desde el lunes 21 de junio hasta el domingo 4 de julio, los templos parroquiales del territorio diocesano estarán cerrados. La comunidad católica podrá participar de la Santa Misa a través de las transmisiones virtuales y de los medios de comunicación. 2.Los sacerdotes se abstendrán de realizar reuniones y de visitar comunidades rurales durante este tiempo. 3.De acuerdo a lo indicado en otros momentos, las exequias no se podrán celebrar en las casas ni en las calles. (...) En la ciudad de Quibdó, la celebración de exequias se realizará solamente en la Catedral San Francisco de Asís. En caso de que las familias no valoren estos criterios, los sacerdotes se verán en la obligación de negarse a la celebración de las exequias. En un comunicado, suscrito por monseñor Barreto, el prelado manifiesta la preocupación por el alto porcentaje de los contagios de la Covid 19."Hemos constatado que los casos son cada vez más frecuentes, y las actividades de prevención y atención son escasas". Frente a esta realidad, observa que son“incoherentes”las últimas medidas tomadas a nivel institucional, pues pueden llevar a agravar la difícil situación de salud y mortandad que se viene presentando. Agrega que, a esto, se le aumenta el mal manejo que un sector de la población está dando a la pandemia con el uso irresponsable del autocuidado. "La Diócesis de Quibdó renueva su opción por la vida e invita a personas e instituciones a comprometerse más decididamente con la protección de todas las vidas". En su mensaje, el prelado hace algunas recomendaciones a las autoridades sanitarias y de gobierno, entre ellas que se ofrezcan medidas integrales y programas pedagógicos visibles a la población; hacer cumplir estrictamente los protocolos para la inhumación de las personas que fallecen por la Covid-19; y fortalecer la estructura asistencial para responder al momento actual y salvar vidas. Finalmente, hace un llamado especial a la población para que descarten“las actitudes desafiantes”que han venido mostrando algunos frente a la pandemia, asistiendo a eventos sociales que están llevando de manera irresponsable al aumento de los contagios. [icon class='fa fa-download fa-2x'] Descargar comunicado[/icon]

Jue 17 Jun 2021

Vivamos una nueva oportunidad

Por: Mons. Ricardo Tobón Restrepo - Atravesamos, a primera vista, un momento confuso y difícil. Vivimos situaciones que cada día nos alejan de lo que teníamos y hacíamos antes. Sin entrar en un análisis de fondo, podemos sintetizar en hechos concretos la realidad que nos preocupa: el aumento de los enfermos por Covid-19 hasta una ocupación total de los hospitales, la ausencia y aumento de los que mueren cada día, la situación de desempleo y pobreza que pasan muchas familias, el clima de angustia y de agresividad que se vive en algunos hogares. También vemos que la vida social está turbada por la acción de grupos al margen de la ley, la fragilidad de la institucionalidad, la polarización política, el descontento con algunos gobernantes y servicios, la mentira y el engaño con informaciones falsas, el incremento del consumo de drogas, la proliferación de robos y acciones abusivas contra la población. A esto habría que añadir la indisciplina social para afrontar esta pandemia y la incertidumbre frente al presente y el futuro. Sin embargo, no podemos despistarnos frente a nuestro tiempo, el que hemos configurado y el que Dios ha permitido. Esta es nuestra hora y ésta es la página de la historia en las que debemos hacer presente el proyecto de salvación que anuncia el Evangelio. No debemos caer en el pesimismo de que no podemos hacer nada o en la inactividad esperando que vengan nuevas posibilidades. Nada está perdido. Estamos en un tiempo de creación y, aunque con un parto doloroso, un nuevo mundo se puede abrir ante nuestros ojos. Esta es una ocasión para purificarnos de tanto egoísmo, para ir a lo esencial, para integrarnos a partir de metas verdaderas, para asumir el cambio profundo que necesita nuestra inequitativa y superficial sociedad. Hemos estado muy dispersos y enceguecidos por cosas inútiles y a veces verdaderamente perversas. Este puede ser un momento decisivo en el que, los que no entendamos o asumamos en serio este llamamiento a construir una nueva humanidad, podemos fracasar; me refiero a personas e instituciones. A nivel de nuestra Iglesia arquidiocesana y de la misión pastoral que nos incumbe, que también están seriamente afectadas por esta situación, tenemos muchas tareas concretas para realizar y que, a la vez, son un gran aporte al bienestar de toda la sociedad. Lo primero es crecer en una profunda espiritualidad que nos una verdaderamente a Dios y nos haga más fuertes y disponibles para el servicio. Luego, mantener, perfeccionar e incrementar los programas pastorales, que con esfuerzo hemos venido desarrollando. Esta es la mejor forma de acompañar y de ofrecer vida a nuestra comunidad. Y esto lo podemos desplegar en muchas acciones precisas, necesarias y de gran eficacia: los templos abiertos con una liturgia viva y espacios de oración, la atención a los niños y a los jóvenes, las zonas de escucha y de celebración de la Confesión, las homilías que den sentido y fortaleza para vivir este momento, los programas de ayuda a familias y personas necesitadas, la animación de grupos y pequeñas comunidades, el trabajo apostólico con los enfermos y con sus cuidadores, la acogida de las exequias como un momento de consolación y de esperanza. Si estamos asentados en la roca fuerte de la fe, seremos capaces de aligerar el equipaje, lograremos enfrentar el sufrimiento y las carencias con espíritu de pobres, sabremos dar respuesta a lo que venga aunque no sepamos todavía qué es lo que viene. En cambio, fracasaremos si nos mueven pasiones pasajeras: el afán de dinero, la indiferencia y la desidia, la soberbia y el aislamiento, la murmuración y el miedo. + Ricardo Tobón Restrepo Arzobispo de Medellín

Dom 6 Jun 2021

Oración por el ecónomo de la CEC afectado por Coronavirus

Una invitación a orar por la salud y pronta recuperación de monseñor Juan Carlos Ramírez Rojas, ecónomo del episcopado colombiano, ha hecho la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), la cual ha informado también que el sacerdote se encuentra afectado por el virus de la COVID-19. Monseñor Elkin Fernando Álvarez Botero, secretario general de la CEC, ha pedido poner en manos de Dios la pronta recuperación de monseñor Ramírez y de quienes en estos momentos están pasando por momentos complejos en su estado de salud.

Lun 31 Mayo 2021

Inscripciones abiertas para el “Diplomado Misión Ad Gentes”

Para fundamentar, acompañar y fortalecer el trabajo misionero que se realiza en las distintas jurisdicciones eclesiásticas y comunidades del país y fuera de él en misión ‘ad gentes’, la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), a través del Departamento de Animación Misionera, organiza una nueva versión del Diplomado en Misión Ad Gentes 2021. Según lo han explicado sus organizadores, este proyecto educativo busca"hacer posible el crecimiento en el espíritu y dinamismo misionero que lleve a una mayor disponibilidad y generosidad para la misión ‘ad gentes’ a través de la actualización en los temas de la misionología". Así mismo, busca promover y consolidar comunidades vivas, orgánicas y misioneras, que ayuden en la tarea evangelizadora"mediante el envío de misioneros con una sólida formación, espiritual y pastoral según lo propuesto en el diplomado ‘ad gentes’ 2021". Este proceso de formación se realizará del 02 al 28 de junio de 2021 en modalidad virtual, atendiendo el momento que se vive por cuenta de la pandemia de la Covi-19. Va dirigido a sacerdotes, religiosos, religiosas y laicos que quieran actualizar sus conocimientos de misionología o prepararse para la misión ‘ad intra’ (dentro) y ‘ad extra’ (fuera) de sus comunidades. La parte académica estará a cargo de obispos, sacerdotes, religiosos y laicos cualificados, expertos en los temas de la teología y la misionología. A través de ponencias, charlas, videos de reflexión, talleres, elaboración de un trabajo escrito o de campo y jornadas pastorales aplicativas de los contenidos recibidos a través de la virtualidad. Obviamente, se acompañará y evaluará el proceso formativo del estudiante. El diplomado tendrá una intensidad de 120 horas virtuales y se ha realizado en convenio con la Pontificia Universidad Javeriana, que expedirá la certificación al final del diplomado. Los interesados podrán escribir al correo electrónico [email protected] donde se les brindará mayor información para la inscripción y participación en el diplomado. Formulario de inscripción [icon class='fa fa-download fa-2x'] AQUÍ[/icon]

Lun 24 Mayo 2021

Así ha trabajado la Iglesia por la reconciliación y la paz de Colombia (2016-2021)

En los últimos años y, de manera especial, en el medio del complejo contexto que ha vivido recientemente Colombia por causa de la pandemia del Covid-19, la Iglesia Católica, a través de organismos como el Consejo Episcopal de Paz (CEP) y la Comisión de Conciliación Nacional (CCN), en articulación con diferentes jurisdicciones eclesiásticas, no ha diezmado en su interés de continuar trabajando por reconciliación y la paz del país. Una tarea desarrollada, de manera presencial y virtual, de la mano de múltiples líderes sociales y agentes territoriales comprometidos con el bienestar y el fortalecimiento de sus comunidades. A través de este video, conozca un informe de las actividades centrales desarrolladas entre 2016 y lo corrido del 2021 bajo el liderazgo de la CCN, a partir de las orientaciones generadas por el Episcopado Colombiano y gracias a la cooperación solidaria de diferentes gobiernos, instituciones eclesiales y organizaciones de Europa.

Vie 30 Abr 2021

Pide el Papa: “Maratón de oración” en mayo por el fin de la pandemia

En mayo, dedicado en la fe católica como el mes de María, el Papa Francisco rezará cada día el santo Rosario, en lo que él ha denominado "maratón de oración” para clamar por el fin de la pandemia y la reactivación de las actividades sociales y laborales en el mundo. El Santo Padre abrirá y cerrará el mes de oración, junto con los fieles de todo el mundo, desde dos lugares significativos del Vaticano. El primero de mayo, Francisco rezará ante la imagen de la Virgen del Socorro, y, el 31, en los jardines. El Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización, al que el Papa ha encomendado la organización del evento, ha extendido la invitación a todos los santuarios marianos del mundo, con el fin de promover la difusión de esta iniciativa en todos los continentes, involucrando a los sacerdotes, a las familias y a todos los fieles, a unirse a esta oración de intercesión y de esperanza a la Santísima Virgen. Este ente eclesial explicó que fueron elegidos treinta santuarios marianos representativos en el mundo, los cuales se encargarán de dirigir la oración mariana de cada día del mes. Para ello, se han elaborado unos subsidios litúrgicos que ayudarán a guiar estos momentos de oración y reflexión. El rezo del rosario se realizará cada día del mes de mayo desde el santuario que haya sido escogido para este fin y será transmitido por los canales oficiales de la Santa Sede a las a las 18:00 h. (hora de Roma). Para esta ocasión especial, el Santo Padre bendecirá unos rosarios especialmente diseñados para ser utilizados en este evento, que luego serán enviados a los treinta santuarios directamente involucrados. Descargar subisidios [icon class='fa fa-download fa-2x'] AQUÍ[/icon] Descargar Santuarios marianos seleccionados [icon class='fa fa-download fa-2x'] AQUÍ[/icon]

Vie 19 Mar 2021

Diócesis de Cúcuta se prepara para la gran Marcha Virtual del Perdón

Por primera vez la tradicional Marcha del Perdón, expresión de fe del pueblo de Dios que peregrina en Cúcuta, se llevará a cabo de manera virtual, debido a la pandemia de la COVID-19. Sin embargo, atendiendo a las normas del gobierno nacional y cumpliendo con el aforo permitido en templos, se va a desarrollar desde la Catedral San José como sitio central y allí se enlaza en directo con otros cinco lugares, correspondientes a las Vicarías de la Diócesis de Cúcuta, que, desde una de sus parroquias van a representar su territorio. De esta manera, el este viernes 19 de marzo a partir de las 7:00 p.m., se va a dar inicio a la Marcha Virtual del Perdón y la Esperanza 2021, con el objetivo de proclamar que “Jesucristo es nuestra esperanza” (lema que vive la Diócesis de Cúcuta este año) y que, en el espíritu de la Cuaresma y la crisis suscitada por el COVID-19, la invitación es a caminar tras las huellas del Maestro en estos tiempos difíciles. La Marcha del Perdón busca sensibilizar a los fieles y personas de buena voluntad, en el perdón y la reconciliación, y así mismo, realizar un gesto de caridad con las personas y familias más vulnerables. Por esto, desde cada una de las parroquias se va a permitir la participación de los fieles (hasta que se cumpla el límite permitido), quienes llevarán una donación de mercado para contribuir con la Campaña de Comunicación Cristiana de Bienes, que busca ayudar a familias vulnerables de una periferia de la ciudad y así mismo, vivir el Evangelio como parte de una Iglesia evangelizada y evangelizadora. En cada uno de los templos parroquiales se va a decorar con el lema del mes (trabajado a nivel diocesano), la Cruz, la imagen de la Virgen de los Dolores y se dispondrá de sonido y un proyector para ver la transmisión de la gran Marcha, donde habrá momentos específicos de oración, alabanza y adoración, donde todos los espectadores se unirán de manera dinámica. La Diócesis de Cúcuta a través de su Centro de Comunicaciones prepara un gran despliegue técnico, para permitir a esta Iglesia Particular expresar su identidad y rescatar los valores del perdón, la reconciliación, la esperanza y la paz, en esta sociedad. En www.diocesisdecucuta.com está disponible el documento con las indicaciones para el desarrollo de la Marcha, subsidios digitales para redes sociales y materiales para imprimir y preparar los escenarios. Fuente: Centro de comunicaciones Diócesis de Cúcuta

Lun 1 Feb 2021

¿Cómo asumir ahora la pandemia?

Por: Mons. Darío de Jesús Monsalve Mejía - Estamos en “el pico de los picos”, dicen los expertos, para hablar sobre la curva o línea de evolución de la COVID-19 y sus mutaciones. Es una hora crucial, quizás definitiva, para la supervivencia y el futuro de la humanidad en la tierra, en el mundo de los vivientes. Quizás todo dependa de un movimiento inverso al inicial: abrirnos, en vez de encerrarnos. Abrirnos a Dios, garante de nuestro ser y existir. Fuerza o energía de amor, interior y externamente perceptible. Fuerza que atrae y enamora el alma humana, imagen suya para “ser su semejanza”; gracia de filiación divina, de fraternidad humana, de unión y transmisión de las vidas humanas, de cuidado de “la casa común”. Abrirnos a los demás, en cada pareja, casa y familia, en la vecindad y la etnia y cultura, en la patria propia y en el mundo como patria y casa común. Abrirnos, incluso a los enemigos y adversarios, que deben pasar al plano de la oportunidad común de supervivencia, de existencia solidaria, de cancelación y perdón de deudas, de ser buenos prójimos, buenos ciudadanos y buenos ancestros para las generaciones nuevas y futuras. Abrirnos a las primacías y valores de la “civilización del amor” que enseña y obra Dios en Jesús y para todos: *Primacía del espíritu sobre la materia. *Primacía de la vida sobre la muerte. *Primacía de las personas sobre las cosas. *Primacía de la ética sobre la técnica y la ciencia. *Primacía del trabajo y la producción sobre el capital y el mercado. La dignidad humana, el diálogo, la verdad, la justicia, la paz, la libertad y la unidad o consenso vital, son valores que reclaman puesto en la consciencia personal y colectiva de la humanidad. No es nada nuevo, pero todo es en serio, en lo concreto, en decisiones precisas. Si no, no identificaremos las causas, ni abriremos los procesos de corrección, de nuevos estilos y nuevos modelos de vida, de nuevas fronteras y nuevos territorios para una nueva habitabilidad; de ciudades y colonias agrícolas planeadas y construidas, de manera que convirtamos en museos muchas de las actuales, al borde del colapso. Si no, no integraremos a los migrantes ni saldremos del “invierno demográfico” y ruptura generacional, y de los modos de producir y de consumir que desatan virosis del animal al humano, que rompen las barreras bioquímicas y los equilibrios biológicos y ecológicos. Escuchar a fondo la voz de la pandemia es mucho más que buscar y esperar una vacuna, mucho más que “darnos inyecciones de ánimo”. El cambio de corazón, de mente y de conductas no da espera. Desde la fe, Dios es “Dios de la Oportunidad” para todos. Quiere “que ninguno se pierda”. Es oportunidad de perdón y cambio, de reconciliación y verdad, de crecer y ajustarnos a una tierra que puede y debe ser el Edén de la vida, el remanso de la paz y la esperanza, la civilización del Amor. ¡Démonos la Oportunidad! ¡Démonos a Dios Amor! En la Iglesia católica, el Papa Francisco ha signado el 2021 como “El Año de San José”, conmemorando los 150 años de haber sido declarado “Patrono Universal de la Iglesia”. Es el varón justo que tomó a María como esposa y a Jesús como hijo adoptivo. Indicó también el Papa que será el Año de la Familia, conmemorando los primeros cinco años de la Exhortación Apostólica “Amoris laetitia”. Y abrió el año con dos mensajes claves: “la cultura del cuidado como camino de paz mundial” y “los ministerios instituidos, lectorado y acolitado, para las mujeres” (Carta “Spiritus Domini”). El varón, la mujer, los esposos, la familia, la casa, la identidad de cuidadores de la vida y del ser y el obrar de Dios en el mundo, están en primer plano. Son realidades de siempre para vivirlas como nunca las habíamos vivido. Que el 2021 nos impulse a volver a casa, no por confinamientos ni toques de queda, sino por una nueva consciencia desde la fe, la esperanza y el amor, vividos con personas y realidades concretas. Es el año para que la humanidad adopte como estilo de vida el caminar juntos, la sinodalidad, superando lo que nos despedaza y destruye, lo que nos divide e intoxica. Amén. + Darío de Jesús Monsalve Mejía Arzobispo de Cali