Pasar al contenido principal

Cuaresma

Mar 21 Feb 2023

Mensaje para la Cuaresma 2023: ‘Ascesis cuaresmal, un camino sinodal’

Desde el Vaticano el cardenal Micheal Czerny, prefecto del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, presentó el mensaje del Papa Francisco para la Cuaresma 2023, bajo el título “Ascesis cuaresmal, un camino sinodal”. La “transfiguración” personal y eclesial es el objetivo del camino ascético de Cuaresma, y también del proceso sinodal, que propone el Pontífice en su mensaje y para ello se vale del Evangelio de la Transfiguración del Señor que se proclama el segundo domingo de este tiempo litúrgico para reivindicar “el método y el estilo” de una Iglesia sinodal. “El proceso sinodal parece a menudo un camino arduo, lo que a veces nos puede desalentar. Pero lo que nos espera al final es sin duda algo maravilloso y sorprendente, que nos ayudará a comprender mejor la voluntad de Dios y nuestra misión al servicio de su Reino”. “La penitencia de Cuaresma -escribe el pontífice- es un compromiso, sostenido por la gracia, para superar nuestra falta de fe y nuestra resistencia a seguir a Jesús en el camino de la cruz”. Esto requiere esfuerzo, sacrificio y concentración, que son también requisitos para el Camino Sinodal; y por eso podemos decir que “nuestro camino cuaresmal es 'sinodal' ya que lo hacemos juntos por el mismo camino, como discípulos del único Maestro”. “Tanto en el camino litúrgico como en el camino del Sínodo, la Iglesia no hace otra cosa que entrar cada vez más profunda y plenamente en el misterio de Cristo Salvador”. Al igual que el viaje de los discípulos al Monte Tabor, el papa Francisco reconoce que el proceso sinodal puede parecer arduo y llevar al desánimo. Sin embargo, dice que “lo que nos espera al final es sin duda algo maravilloso y asombroso, que nos ayudará a comprender mejor la voluntad de Dios y nuestra misión en el mundo”. LEER MENSAJE DE CUARESMA 2023

Lun 20 Feb 2023

SNPS-CC presentará campaña de Comunicación Cristiana de Bienes 2023

El próximo martes 21 de febrero a las 10:30 a.m. el Secretariado Nacional de Pastoral Social Cáritas Colombiana (SNPS-CC), ofrecerá una Rueda de Prensa para presentar la Campaña de Cuaresma 2023, más conocida como Comunicación Cristiana de Bienes (CCCB), bajo el lema: “Es el tiempo de la Solidaridad y la Esperanza”. Esta es una iniciativa que se lleva a cabo en el país desde hace 42 años y que tiene como objetivo ayudar a las comunidades más vulnerables que se han visto afectadas por emergencias ambientales y sociales. Presiden rueda de prensa A cargo de la presentación de la CCCB, estarán monseñor Juan Carlos Barreto, obispo de Soacha y presidente de la Comisión Episcopal de PS-CC y el padre Rafael Castillo, director Nacional. Además se contará con la participación del Exarca Apostólico de los fieles Maronitas de Colombia, monseñor Fadi Bou Chebl, a propósito de la activación de una cuenta específica para la atención a la emergencia en Siria y Turquía durante la Cuaresma, de manera simultánea con la campaña CCCB. Rendición de cuentas En el marco de esta Campaña, cuya raíz reposa en el espíritu de las primeras comunidades (Hch 2, 42-47), se hará una rendición de cuentas de los aportes recibidos en el año 2022, donde se recaudó la suma de $356.704.466. El SNPS-CC presentará también lo ejecutado desde el Fondo Nacional de Emergencias (FNE) y el destino de estos recursos. En el año anterior, el enfoque del Servicio Nacional de Emergencias se orientó a la mitigación de desastres con propuestas para el fortalecimiento de equipos locales a través de capacitaciones y apoyo a solicitudes que alivie o prevengan situaciones de emergencia a mediano y largo plazo. Transmisión Los Medios de Comunicación en los territorios, que deseen participar de la rueda de prensa lo podrán hacer activamente, puesto que será transmitida a través de las redes sociales del SNPS-CC y la Conferencia Episcopal @Episcopadocol Mayor información Pueden dirigirse a: Giovanna Román, Especialista en Comunicaciones y Opinión Pública SNPS-CC. Número celular: 322 510 3543. Dirección electrónica: [email protected]

Lun 20 Feb 2023

SUBSIDIOS: Miércoles de Ceniza, Viacrucis, Domingos de Cuaresma y Triduo Pascual

El próximo miércoles, 22 de febrero, con la celebración litúrgica en la que se impone el signo penitencial de la ceniza, la Iglesia católica da inicio al tiempo de la Cuaresma, un tiempo penitencial que nos ayuda a disponernos espiritualmente para la fiesta de la Resurrección de Jesús. Para vivir y animar estos tiempos litúrgicos, la Conferencia Episcopal de Colombia, a través del Departamento de Liturgia, ha dispuesto tres insumos pastorales para las celebraciones litúrgicas del Miércoles de Ceniza, los Domingos de Cuaresma y el Sacro Triduo Pascual, que comprende la Misa Vespertina de la Cena del Señor, Viernes Santo, Sábado Santo y Domingo de Resurrección. DESCARGAR SUBSIDIO MIÉRCOLES DE CENIZA AQUÍ DESCARGAR SUBSIDIO VIACRUCIS 2023 AQUÍ DESCARGAR SUBSIDIO CUARESMA Y TRIDUO PASCUAL AQUÍ

Mar 15 Mar 2022

“Estaba perdido y lo hemos encontrado” (Lc 15, 32)

Por: Mons. José Libardo Garcés Monsalve - El Papa Francisco nos ha en­señado en su magisterio que “los excluidos y marginados son nuestros hermanos”, invitando con ello a todos los bautizados a hacer la caridad con las familias y personas más vulnerables y necesi­tadas de la sociedad, manifestando con las obras caritativas en favor del prójimo el amor que le tenemos a Dios, porque como dice san Juan: “pues quien no ama a su hermano a quien ve, no puede amar a Dios a quien no ve” (1 Jn 4, 20), de tal manera, que lo que garantiza que el amor a Dios es genuino, es la salida al encuentro del hermano que está perdido. Así lo expresa Aparecida cuando afirma: “Los discípulos mi­sioneros de Jesucristo tenemos la tarea prioritaria de dar testimonio del amor a Dios y al prójimo con obras concretas. Decía San Alberto Hurtado: ‘en nuestras obras, nues­tro pueblo sabe que comprendemos su dolor’” (DA 386). Esta realidad constituye el núcleo de la predicación de la Iglesia que tiene en el Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo la doctrina, que ha desarrollado a lo largo de los siglos en su magisterio. El Evangelio ilu­mina el servicio pastoral que rea­liza la Iglesia en favor de los más vulnerables, que abarca el esfuerzo por rescatar la dignidad humana, saliendo al encuentro del que está perdido para encontrarlo, tal como lo manifiesta la misericordia del Padre cuando acoge al hijo desca­rriado que estaba perdido y ha sido encontrado (Cf. Lc 15, 32). Cada año al comenzar la Cuaresma escuchamos de nuevo resonar en el corazón la frase “Conviértete y cree en el Evangelio” (Mc 1, 15) que significa, en primer lugar, revi­sarnos para transformar la vida en Cristo, dejando el pecado que nos esclaviza, pero es también hacer presente la caridad de Cristo en los hermanos, que es un mandamiento para todos nosotros, sabiendo que la puerta de entrada al cielo es la caridad, tuve hambre y me dieron de comer, tuve sed y me dieron de beber, estuve necesitado y me au­xiliaron; vengan benditos de mi padre a poseer el Reino eterno, la gloria del cielo, (Cfr. Mt 25, 31 - 46). Como cristianos, como Iglesia Católica actuamos en el nom­bre del Señor y lo ha­cemos con la misma fuerza de su amor para con nosotros, que hace que todos nos sinta­mos hermanos, hijos de un mismo Padre. En la Diócesis de Cú­cuta hemos dado una mirada a tantos ado­lescentes y jóvenes que están perdidos en la drogadicción, son hermanos nuestros de todos los estratos sociales que por diversas circunstancias han parti­do de la casa paterna, malgastando todos sus bienes y perdiendo todo, incluyendo su dignidad. Son hijos de Dios que están perdidos y ne­cesitamos salir a encontrarlos, a darles una mano, sin la preten­sión de resolverlo y transformar­lo todo, pero haciendo algo por ellos, con la única intención de entregar lo único que tenemos, cinco panes y dos peces, que aun­que es muy poco, como le dicen a Jesús los discípulos del Evangelio en el episodio de la multiplicación de los panes (Cf. Jn 6, 9), quere­mos donarlos para aliviar en algo la situación de abandono en la que se ven sumidos muchos hermanos nuestros que caen en el flagelo de la droga, con la certeza que el Señor multiplicará con abundancia toda obra de caridad que se realiza en su nombre. Conscientes de esta realidad que nos afecta a todos y por la que mu­chas familias sufren, en la Diócesis de Cúcuta este año queremos hacer presente la caridad de Cristo para con tantos niños y jóvenes droga­dictos, iniciando una experiencia de atención a esta población, mediante un centro diocesa­no que nos permita ayudar a quienes es­tán en la drogadic­ción, acompañando también a sus fami­lias, tantos padres y madres que sufren por un hijo que está perdido en la droga y que hay que salir a encontrarlo. Para cumplir con este propósito la Campaña de Comu­nicación Cristiana de Bienes de este año 2022 y de los años veni­deros, estará dedicada a iniciar esta obra de atención a drogadictos. Los cristianos católicos de Cúcuta queremos a través de la Diócesis, salir al encuentro de los más vul­nerables a causa de la droga y por eso la meta es comenzar a crear un centro de atención, con la ofrenda que cada uno aporte para este pro­pósito. Se trata de que todos aporte­mos los cinco panes y los peces del Evangelio y seguro que el Señor multiplica para poder sacar adelan­te la obra. Ponemos en las manos de Dios esta misión y convoco a todos los fieles de las parroquias y las instituciones a compartir desde lo poco o mucho que tengan, con esta población vulnerable, hacien­do realidad en la vida personal y familiar esas palabras del tiempo Cuaresmal, “Conviértete y cree en el Evangelio” (Mc 1, 15). La entrega de amor que Dios ha rea­lizado en Cristo y actualizado en la Eucaristía debe ser continuado por la Iglesia y por todos los bautiza­dos, en la disposición por compar­tir los bienes con los necesitados, a ser misericordiosos como el Padre, caritativos y solidarios con todos, promoviendo en todo momento la dignidad de la persona humana, la justicia, la paz y la reconciliación. Las comunidades cristianas hemos de tomar conciencia de que el fru­to maduro de la vida cristiana es la caridad, que significa tener un co­razón misericordioso para salir en busca del hermano que está perdido y que el Señor nos ha encomendado la misión de encontrarlo. Que esta Cuaresma que hemos ini­ciado sea un tiempo de gracia para reafirmar nuestra respuesta de fe, esperanza y caridad a la llamada que Dios nos hace a la conversión y a la Santidad, escuchando y le­yendo el mensaje del Señor, medi­tándolo y creyendo en su Palabra y con ello convertir nuestra vida, si­guiendo las palabras del Evangelio y comunicando esa buena noticia a los hermanos, transmitiendo su mensaje con nuestras palabras y obras de caridad, con la certeza que en el nombre del Señor el hermano nuestro que “estaba perdido lo he­mos encontrado” (Lc 15, 32). En unión de oraciones, sigamos adelante. Para todos, mi oración y mi bendición. + José Libardo Garcés Monsalve Obispo de la Diócesis de Cúcuta

Vie 11 Mar 2022

Mientras oraba, el aspecto de su Rostro cambió

SEGUNDO DOMINGO DE CUARESMA Marzo 13 de 2022 Primera lectura: Génesis 15,5-12.17-18 Salmo: 27(26),1.7-8.9abc.13-14 (R. 1a) Segunda lectura: Filipenses 3,17 - 4,1 Evangelio: Lucas 9,28b-36 I. Orientaciones para la Predicación Introducción * El camino cuaresmal. Vamos avanzando en este camino de preparación a la celebración anual de la Pascua de Jesús, el misterio central de nuestra fe, la conmemoración del amor infinito de Dios, que muere por amor a la humanidad y que resucita para salvarnos. Es la Alianza radical y definitiva que nos invita a conmemorar todos los signos de amor de Dios por cada uno de nosotros y a tomar conciencia de que, a pesar de nuestras infidelidades, Dios siempre es fiel. * Nuestra patria es el cielo. Cuando el apóstol Pablo nos recuerda que Cristo transfigurará nuestro cuerpo mortal, nos invita a relativizar muchas realidades que nosotros absolutizamos en esta vida terrenal, tal como lo hizo la liturgia del pasado miércoles de ceniza. * Oración y transfiguración. Jesús que sube al monte para orar, nos invita a fortalecer nuestra relación con Dios por medio de la oración. Es la oración la que permite que el creyente escuche a Dios (“¡escúchenlo!”) y pueda discernir lo que debe hacer en las difíciles opciones de cada día. En este proceso de diálogo y comunión con el Señor, nos vamos “transfigurando”, para ser sacramento de Su amor en el mundo. 1. Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura? La primera lectura describe la alianza sellada por Dios con Abraham. A un anciano, errante desde que salió de su pueblo, Ur de los caldeos, Dios le ofrece algo que parece imposible: una tierra fértil y una descendencia numerosa. No se trata de una recompensa a las buenas obras del patriarca sino de un acto totalmente gratuito e incondicionado de Dios. El rito tradicional de los pueblos antiguos para realizar un pacto era sacrificar un animal y descuartizarlo; los que hacían el pacto pasaban por la mitad y pronunciaba una fórmula en la que juraban fidelidad a lo pactado y decían: “¡si traiciono este acuerdo, que me descuarticen como a este animal!”. Pero en el relato del Génesis es sólo Dios el que pasa en medio de los animales sacrificados y no le exige a Abraham que haga lo mismo. Con este signo se manifiesta que la promesa de Dios es absolutamente gratuita e incondicionada, que Él es siempre fiel a su amor y no se arrepiente ni siquiera ante las traiciones que pueda cometer su pueblo elegido. La segunda lectura, tomada del texto más afectuoso de san Pablo, el dirigido a la comunidad creyente de Filipos, nos habla de “los enemigos de Cristo”, pero no referidos a los ateos, a los miembros de sectas fanáticas, a los que llevan una vida absolutamente contraria a los valores morales, sino a algunos de los mismos creyentes que creen que la fe es la simple observancia de las prácticas tradicionales (la circuncisión, el abstenerse de algunos alimentos y el realizar prácticas externas como el ayuno y otras privaciones). Por el contrario, los “amigos de la cruz de Cristo” son los llamados a “transfigurarse” a ejemplo del cuerpo glorioso de Cristo, es decir, a morir al egoísmo para descubrir en la cruz el sentido de la existencia, a encarnar el amor en cada momento de la vida, a encontrar en el sufrimiento un valor salvífico, porque es el amor el que da sentido a la vida y a cada una de nuestras acciones. El evangelio describe la versión de Lucas sobre la Transfiguración del Señor. Jesús sube al monte para orar, acompañado por tres de sus discípulos; aunque estos últimos estaban adormilados, vieron a Moisés y a Elías que hablaban con Jesús sobre la pasión que iba a vivir en Jerusalén. Mientras Pedro propone que construyan tres tiendas para permanecer en el lugar, se oye una voz que reconoce a Jesús como el Hijo y que les ordena: “¡escúchenlo!”. 2. Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y que me sugiere para decirle a la comunidad? Oración. Después de meditar sobre las tentaciones de Jesús en el desierto, en este segundo domingo de Cuaresma la Iglesia nos invita a encontrar en la oración el medio para “transfigurarnos” con Cristo. En efecto, bien sabemos que, junto con la penitencia y la limosna, la oración es uno de los caminos que se nos ofrece la Iglesia para recorrer este camino cuaresmal que nos prepara para la celebración del Misterio pascual, que es el centro de nuestra fe. Orar es dialogar con Dios, es hablarle a partir de la realidad que vivimos y escuchar lo que Él nos dice, sus mociones, su iluminación para discernir correctamente lo que debemos hacer en la vida. Multipliquemos la oración por medio de las prácticas de piedad, por medio de la oración en familia, por medio de la meditación personal y de la lectura de la Escritura (simbolizada en Moisés y Elías), para poder “transfigurarnos con Cristo”. Mortificación. San Pablo invita a los efesios a tomar conciencia de que muchos absolutizan algunas realidades materiales y que eso contradice la fe que nos enseña a considerar todo eso como relativo. Es una buena oportunidad para que reflexionemos cómo podemos “mortificarnos”, morir a nosotros mismos, a lujos, gustos, caprichos, excesos, placeres, vicios y a todo tipo de desórdenes. De esta forma podremos estar más atentos a las necesidades de los hermanos, ser más solidarios con los más pobres, estar atentos a fragilidades e incoherencias que se van haciendo visibles en nuestra vida para poder ser verdaderos testigos de una nueva vida, de los valores del Evangelio, de la presencia del Resucitado. Conversión. El anuncio del Evangelio es en últimas el llamado a la conversión. Pero el cambio en la vida del cristiano no solamente es difícil, sino que es una lucha permanente para vencer el pecado que nos vive acechando. La vida de fe es ese permanente esfuerzo de transfiguración con Cristo, de escucha de Su Palabra, de puesta en práctica de Su voluntad. 3. Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo? Pidamos al Señor la gracia de vivir intensamente este tiempo de cuaresma como un tiempo de conversión, que, por medio de la oración, la mortificación y la solidaridad nos permita configurarnos con Cristo en Su Pasión, muerte y resurrección. __________________ Recomendaciones prácticas: • Oración por el Papa Francisco, en el aniversario de su elección pontifical. II. Moniciones y Oración Universal o de los Fieles Monición introductoria de la Misa Hace diez días iniciamos este camino cuaresmal y en este segundo domingo de Cuaresma el Señor nos invita en Su Palabra a prepararnos para renovar la Alianza de amor que Él selló con cada uno de nosotros por su muerte en la cruz y por su resurrección gloriosa. Celebremos esta Eucaristía pidiendo al Señor la gracia de la conversión y la fuerza de su Espíritu para que, por medio de la oración, la mortificación y la solidaridad seamos testigos de su presencia en el mundo. Monición a la Liturgia de la Palabra El camino cuaresmal nos va preparando a la renovación de la Alianza que Dios selló con cada uno de nosotros por medio de Cristo en la cruz, como lo anticipa la primera lectura. Pero debemos estar atentos, porque somos frágiles y podemos desordenarnos en nuestra vida; San Pablo nos recuerda que debemos “mortificarnos”. Y la oración, junto con la penitencia y la solidaridad, nos ayudar a “transfigurarnos” con Cristo. Escuchemos con atención. Oración Universal o de los Fieles . Presidente: Dirijamos nuestras súplicas y peticiones al Padre misericordioso con la confianza de los hijos, con la certeza de que él hace posible lo que para nosotros es imposible y que con su sabiduría nos concede siempre lo que más nos conviene. R. ¡Escucha Padre nuestra oración! 1. Te pedimos por la Iglesia, el pueblo de la Nueva Alianza, para que pueda conducir a la humanidad a una tierra nueva en la que todos escuchemos y pongamos en práctica la Palabra del Señor Jesucristo. 2. Te pedimos por el Papa Francisco, en su aniversario de su elección, para que el Espíritu Santo le conceda el don de consejo, de sabiduría y de fortaleza para guiar a la Iglesia. 3. Te pedimos por los pastores de la Iglesia, para que sean los primeros en dar testimonio de que “nuestra patria es el cielo”, que la cruz es el camino de la salvación y que muriendo por amor resucitamos a la vida eterna. 4. Te pedimos por los que sufren y pasan necesidad, por los que experimentan tristeza y depresión por las consecuencias de la pandemia, para que encuentren en los que los rodean un testimonio eficaz de tu misericordia y tu amor. 5. Te pedimos por todos los padres de familia, para que, a ejemplo de san José, modelo de esposos y padres, y cuya fiesta celebraremos el próximo sábado, puedan crecer en la capacidad de crecer día tras día en el amor a su esposa y en la sabiduría para formar a sus hijos en la fe. Oración conclusiva Escucha, Padre bondadoso, las plegarias que te dirigimos con fe en esta celebración en la que renovamos tu alianza de misericordia y de amor, por Jesucristo nuestro Señor. R. Amén.

Mié 9 Mar 2022

Tumaco reflexiona sobre su tarea pastoral en la región del pacífico

En el marco de la Cuaresma y en un ambiente de oración y reflexión, monseñor Orlando Olave Villanoba obispo de la Diócesis de Tumaco, junto con su vicario general y el equipo diocesano de animación pastoral (EDAP), recibieron a los miembros de la coordinación regional del pacifico colombiano (CRPC), en cabeza del padre Jesús Albeiro Parra, quienes en conjunto reflexionaron sobre el quehacer y hacer de esta iglesia particular. Este espacio tuvo como propósito, animar a la iglesia a llevar a cabo cada mes, un encuentro en donde los Vicarios de zonas, retroalimenten los avances que tiene el plan pastoral en la región. Así también, como se celebraba el Día Internacional de la Mujer, monseñor Olave Vallanoba, exaltó el papel y el protagonismo que vienen teniendo las mujeres en esta región, tanto en la evangelización, como en el trabajo social de la Diócesis. Exhortándolas a su vez, a no desfallecer, vivir en constante oración, ya que hoy más que nunca se tiene el reto de evangelizar a los pueblos. Finalmente, unidos en una sola voz, motivados a llevar la luz a cada rincón de estos territorio del pacífico y cada rincón colombiano, se hizo una invitación a orar por las elecciones del próximo 13 de marzo 2022, “para que el Señor nos dé como pueblo suyo el don de el discernimiento para así lograr no solo la tan anhelada paz, sino un futuro próspero en nuestro país”.

Vie 4 Mar 2022

Untados de ceniza

Por: Luis Fernando Rodríguez Velásquez - De nuevo llega la Cuaresma. Serán unos días muy especiales en los cuales vamos a tener la ocasión para hacer un paro en el agite de nuestras vidas, para escuchar el llamado del Señor, que por labios de San Pablo nos va a decir: “en nombre de Cristo les ruego, déjense reconciliar con Dios” (2Cor. 5, 20). En efecto, los cuarenta días que vienen, después del miércoles de ceniza, ayudados con la palabra de Dios, nos deberán ayudar a descubrir y reconocer nuestros pecados. Es necesario tener en cuenta las principales actitudes del cristiano en este tiempo de gracia. La Cuaresma es un tiempo propio para fortalecer la oración, que es nada más y nada menos, que el ejercicio efectivo de diálogo y escucha de Dios, en el silencio y la contemplación; es tiempo de adentraremos en el corazón del Señor a través de la lectura orante de su palabra, de la Sagrada Escritura; es un tiempo en que estamos llamados a hacer renuncias y pequeños o grandes sacrificios, de modo que seamos capaces de purificar nuestras limitaciones y pecados; es tiempo de la humildad, para que sin miedos y con confianza, supliquemos de Dios el baño de su misericordia y su perdón. Es tiempo en el cual vamos a ser invitados a salir de nosotros mismos y a ver en el otro, en el prójimo, sobre todo en el pobre, en el que sufre, en quien vive la soledad, la imagen de Cristo, también Él pobre, cordero inmolado y solo en el madero de la cruz. Es un tiempo en el que la solidaridad, y la llamada Comunicación Cristiana de Bienes deberá ser concreta, en especial con quienes no tienen nada qué comer, no tienen una persona que los acompañe y les permita recuperar el sentido de la vida, o los migrantes y habitantes de calle que, despojados y exiliados, se sienten sin tierra y ni casa donde reclinar la cabeza. La Cuaresma comienza el miércoles de ceniza. Ser untados con ceniza es un signo externo con el que públicamente reconocemos que somos frágiles y necesitados de Dios y de los demás como ha sido la experiencia de la pandemia en la que todavía nos encontramos. Ahora bien, la ceniza es un sacramental que será eficaz solo y en la medida en que quien la reciba asuma el compromiso cierto de cambiar aspectos de la vida que van en contra del plan de Dios. Será el tiempo de renovar el compromiso por caminar juntos y de respetar el don de la vida que de Dios hemos recibido. Será un tiempo magnífico para prepararnos a celebrar adecuadamente la Pascua de Resurrección. Quienes de verdad no deseen cambiar, es mejor que no caminen por las calles untados de ceniza. + Luis Fernando Rodríguez Velásquez Obispo Auxiliar de Cali

Mié 2 Mar 2022

El espíritu lo fue llevando por el desierto, mientras era tentado

PRIMER DOMINGO DE CUARESMA Marzo 06 de 2022 Primera lectura: Deuteronomio 26, 4-10 Salmo: 91(90), 1-2.10-11.12-13.14-15 Segunda lectura: Romanos 10,8-13 Evangelio: Lucas 4, 1-13 I. Orientaciones para la Predicación Introducción El texto del libro del Deuteronomio está enmarcado en lo referente a la ley del santuario. Recoge las oraciones que con motivo de la ofrenda de las primicias debían recitarse en dicho santuario. El ofrecimiento de las primicias de la tierra era un modo adecuado de manifestar el agradecimiento de Israel por las hazañas de Dios, por los prodigios con los que había librado de la esclavitud a Egipto y establecido en la tierra prometida. La oración que se recita se constituye en un credo, histórico-teológico del israelita, de singular importancia, que encierra los rasgos fundamentales de la fe del Antiguo Testamento. Es un resumen de la historia de Israel, centrado en la liberación de Egipto y en su establecimiento en la tierra prometida. En la segunda lectura, el apóstol Pablo nos expresa cómo los judíos no tienen excusa para invocar a Cristo como Señor, ya que si no creen el Él no es porque la predicación evangélica no les haya llegado, sino por su falta de comprensión y de correspondencia a la llamada de Dios. Además, nos enseña San Pablo que, si la ley dada a Moisés manifestaba la voluntad divina y hacía más accesible su cumplimiento, la fe en Cristo ha abierto un camino más fácil para llegar a Dios. Jesucristo, al descender del cielo en la Encarnación y al resucitar de entre los muertos y subir al cielo, ha cumplido la profecía de Moisés que anunciaba cercanía de la Palabra de Dios (Cf. Dt 30,12-14): tras llevar su obra redentora, Cristo se encuentra cerca de los que creen en Él. Por su parte, San Lucas nos ofrece hoy el relato de las tentaciones de Jesús en el desierto. En efecto, en el inicio de su misión salvadora el Señor ayuna y sufre las tentaciones de satanás. Los tres evangelios sinópticos recuerdan que el episodio tiene lugar en el desierto. Con esa palabra se designa probablemente la depresión que hay junto al Jordán, al norte del mar muerto. Sin embargo, también tiene un sentido teológico: en el desierto fueron tentados, y vencidos, Moisés e Israel; en el desierto es tentado Jesús, que vence donde otros cayeron: el diablo quiere apartar a Jesús de su misión, pero Jesús le vence. Ya que en el tercer evangelio la genealogía del Señor llega hasta Adán, la tradición cristiana vio en este relato una victoria de Jesús como anticipo de Adán; donde Adán fue vencido, Jesús venció, inaugurando así la nueva humanidad. “Es conveniente recordar cómo el primer Adán fue expulsado del paraíso al desierto, para que adviertas cómo el segundo Adán viene del desierto al paraíso” (San Ambrosio, Expositio Evangelo secundum Lucam, ad loc.). 1. Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura? Reflexionar sobre las tentaciones a las que es sometido Jesús en el desierto es una invitación a cada uno de nosotros para responder a una pregunta fundamental: ¿qué cuenta de verdad en mi vida? En la primera tentación el diablo propone a Jesús que cambie una piedra en pan para satisfacer el hambre. Jesús rebate que el hombre vive también de pan, pero no sólo de pan: sin una respuesta al hambre de verdad, al hambre de Dios, el hombre no se puede salvar. En la segunda tentación, el diablo propone a Jesús el camino del poder: le conduce a lo alto y le ofrece el dominio del mundo; pero no es éste el camino de Dios: Jesús tiene bien claro que no es el poder mundano lo que salva al mundo, sino el poder de la cruz, de la humildad, del amor. En la tercera tentación, el diablo propone a Jesús que se arroje del alero del templo de Jerusalén y que haga que le salve Dios mediante sus ángeles, o sea, que realice algo sensacional para poner a prueba a Dios mismo; pero la respuesta es que Dios no es un objeto al que imponer nuestras condiciones: es el Señor de todo. ¿Cuál es el núcleo de las tres tentaciones que sufre Jesús? Es la propuesta de instrumentalizar a Dios, de utilizarle para los propios intereses, para la propia gloria y el propio éxito. Y por lo tanto, en sustancia, de ponerse uno mismo en el lugar de Dios, suprimiéndole de la propia existencia y haciéndole parecer superfluo. 2. Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y que me sugiere para decirle a la comunidad? No tengamos miedo de afrontar, también nosotros, el combate contra el espíritu del mal: lo importante es que lo hagamos con Él, con Cristo, el Vencedor. Cada uno debería preguntarse: ¿qué puesto tiene Dios en mi vida? ¿Es Él el Señor o lo soy yo? Al recordar que el pasado miércoles con el tradicional Rito de las Cenizas, hemos entrado en la Cuaresma, tiempo de conversión y de penitencia en preparación a la Pascua, la Iglesia, que es madre y maestra, llama a todos sus miembros a renovarse en el espíritu, orientándose decididamente hacia Dios, renegando el orgullo y el egoísmo para vivir en el amor. 3. Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo? “En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. Porque Cristo nuestro Señor, al abstenerse durante cuarenta días de tomar alimento, inauguró la práctica de nuestra penitencia cuaresmal y, al rechazar las tentaciones del enemigo, nos enseñó a sofocar la fuerza del pecado; de este modo, celebrando con sinceridad el misterio de Pascua, podremos pasar un día a la Pascua que no acaba” (Del prefacio de este Domingo). _________________ Recomendaciones prácticas: • Tener en cuenta que el eje temático del Ciclo C para Cuaresma es la llamada a la conversión y al perdón. En este sentido han sido seleccionadas las lecturas de la serie dominical. • Leer Instrucción General del Leccionario de la Misa, números 97-102. II. Moniciones y Oración Universal o de los Fieles Monición introductoria de la Misa Queridos hermanos este caminar cuaresmal nos entrega las características marcadas por el encuentro personal y comunitario con Jesucristo. En un ambiente penitencial y en oración, recibamos la fuerza que viene de lo alto que Dios nos comunica en su Hijo Jesús. Monición a la Liturgia de la Palabra La Palabra de Dios para este primer Domingo de Cuaresma nos muestra la misericordia de Dios para con el hombre y la fuerza del Espíritu que nos lleva al desierto para vencer toda tentación a ejemplo del Señor Jesús. Continuemos nuestra celebración como hermanos juntos en la fe. Oración Universal o de los Fieles Presidente: Alabemos y glorifiquemos a Cristo, a quien Dios Padre constituyó fundamento de nuestra esperanza y primicia de la humanidad resucitada, aclamémosle diciendo: R. Rey de la Gloria, escúchanos. 1. Por el Papa, los obispos, presbíteros, diáconos, religiosos y laicos, para que dejándose llenar de la gracia del Espíritu Santo, asuman con decisión el compromiso de la conversión. 2. Por los gobernantes de las naciones, para que dispongan sus conocimientos y acciones al cuidado y atención a las comunidades más necesitadas, especialmente para que puedan satisfacer sus necesidades básicas. 3. Por todas las familias del mundo, para que sean espacios de encuentro fraterno en los que se viva la fe, la esperanza y el amor. 4. Por los enfermos, privados de la libertad y excluidos de la sociedad, para que descubran el rostro misericordioso de Cristo en sus momentos de angustia y soledad. 5. Por nosotros para que al caminar juntos nos formemos como discípulos de Cristo, como familias, como comunidades y como seres humanos, a través de nuestra experiencia de este camino Sinodal. Oración conclusiva Atiende, Padre Santo, estas súplicas que te hemos presentado , para que sea tu Espíritu el que ilumine todas nuestras buenas intenciones. Por Jesucristo, nuestro Señor. R. Amén.