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Iglesia

Jue 2 Dic 2021

Acompañar la fragilidad: confianza y esperanza para las familias en la prueba

El Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, en el Vaticano, responsable de animar el año Familia 'Amoris laetitia', ha presentado el noveno video pedagógico titulado: Acompañar la fragilidad: confianza y esperanza para las familias en la prueba. En la reflexión ofrecida por el Papa Francisco se expone la fragilidad que hoy día han puesto a prueba a muchas familias, frente a ello dice el Pontífice es importante que la Iglesia Católica esté presente acompañando y brindando el apoyo necesario en estos momentos de crisis. “De ningún modo la Iglesia debe renunciar a proponer el ideal pleno del matrimonio, ella tiene la tarea de ir al encuentro de quienes desean permanecer cerca de Dios, para ayudarles a transformar sus fracasos y sufrimientos en oportunidades para caminar hacia la plenitud del Evangelio”. En este vídeo, que se refiere al capítulo octavo de la Exhortación Apostólica Amoris Laetitia, el obispo de Roma expone que hoy más que nunca la pastoral familiar debe estar atenta a acoger, escuchar, acompañar y discernir, a las familias, ayudándolas “a consolidar el matrimonio y prevenir las fracturas”. Recuerda que cada situación es diferente, pero, “lo importante es usar el bálsamo de la misericordia para aliviar las heridas y hacer que las personas se sientan acogidas en el respeto de la verdad”. Acompaña a las palabras del Santo Padre el testimonio de la familia Likesya, de Mbandaka, una ciudad del norte de la Rep. Dem del Congo, quienes aseguran que «las crisis matrimoniales no son eternas y no tienen por qué conducir a la ruptura. Por eso es imperativo integrarlas para que puedan encontrar el diálogo, el perdón mutuo y la alegría del amor». Noveno subsidio: Acompañar la fragilidad: confianza y esperanza para las familias en la prueba Cada video está siendo acompañado de un subsidio, que puede ser utilizado de manera flexible tanto por las familias como por las distintas realidades eclesiales (jurisdicciones, parroquias, comunidades). Este material, además, está organizado en 4 partes, cada una de las cuales puede ser utilizada para profundizar en la familia o la comunidad, incluso en momentos diferentes. [icon class='fa fa-download fa-2x'] Descargar subsidio cartilla 9[/icon] Videos sobre la familia Cada mes se está publicando un vídeo con las reflexiones del Papa sobre la exhortación apostólica Amoris laetitia y testimonios de familias de todo el mundo. Este material, ha dicho el Dicasterio, es una invitación a “caminar juntos para redescubrir la familia como un don, a pesar de todos los problemas, obstáculos y desafíos que hoy debe afrontar”. Objetivos del Año Familia Amoris laetitia Entre los objetivos propuestos por el Dicasterio para Laicos, Familia y Vida se contempla la difusión del contenido de la exhortación apostólica Amoris laetitia, para hacer experimentar que el evangelio de la familia es alegría que llena el corazón y la vida entera. Asimismo, el anuncio de que el sacramento del matrimonio es un don y tiene en sí mismo una fuerza transformadora del amor humano, con la finalidad de hacer a las familias protagonistas de la pastoral familiar. También buscarán concienciar a los jóvenes sobre la importancia de la formación en la verdad del amor y el don de sí mismos, así como ampliar la mirada y la acción de la pastoral familiar para que se convierta en transversal, para incluir a los esposos, a los niños, a los jóvenes, a las personas mayores y las situaciones de fragilidad familiar.

Jue 2 Dic 2021

Fidelidad a Jesucristo y a la Iglesia - I parte

Por: Mons. José Libardo Garcés Monsalve – Homilía de posesión Canónica – I PARTE - Nos reunimos en esta Catedral San José de Cúcuta, convo­cados por el Señor, para esta solemne celebración de acción de gra­cias, en la cual por Voluntad de Dios y llamado de la Iglesia en la Persona del Papa Francisco, asumo el encargo, como sucesor de los Apóstoles en esta porción del pueblo de Dios que pere­grina en la Diócesis de Cúcuta, donde se hace presente la Iglesia Una, Santa, Católica y Apostólica que subsiste en esta Iglesia Particular, con la presencia del Obispo. En la Iglesia Católica tenemos el re­galo de la sucesión apostólica, así lo enseña la Palabra de Dios cuando nos dice que: “El Señor llamó a los que Él quiso y se acercaron a Él. Desig­nó entonces a doce, a los que llamó Apóstoles, para que estuvieran con Él y para enviarlos a predicar” (Mc 3, 13 - 15) y aprendieron de Jesús todo cuanto debían anunciar por el mun­do. Esta designación fue una elección gratuita de Dios, los Apóstoles no eli­gieron el estado apostólico, fue el Se­ñor quien los llamó, así lo expresa el apóstol San Juan: “No me eligieron ustedes a mí, fui yo quien los elegí a ustedes. Y los he destinado para que vayan y den fruto abundante y duradero” (Jn 15, 16). De esta mane­ra, ellos fueron hechos portadores del testimonio de Jesús, de su Muerte y Resurrección, del anuncio gozoso de la gran noticia de la misericordia del Padre para toda la humanidad y de la presencia permanente en la Iglesia de los misterios de la Salvación. La Iglesia que peregrina en Cúcuta ha sido bendecida por Dios con la siem­bra misionera que en el pasado em­prendieron hombres llenos de fe, que sin temores mundanos y con gran celo apostólico evangelizaron estos territorios gastando su vida en la alegría de llevar el mensaje de la salvación e invitando a la conversión. Quiero hacer especial reconocimiento a mis predecesores en el episcopado en esta porción del Pueblo de Dios, que han sembrado las semillas del Evangelio por estas tierras Nortesantandereanas y con su testimonio de vida y anuncio de la Palabra del Señor, han construido el Reino de Dios. Reconozco también la labor de muchos otros evangeliza­dores, sacerdotes, religiosos, religiosas y laicos, que han cumplido ese encar­go, impulsados por el mandato de Je­sús: “Vayan por todo el mundo” (Mc 16, 15) y “hagan discípulos de todas las naciones” (Mt 28, 19), dando a co­nocer la Palabra de Dios, siguiendo el ejemplo de Jesucristo Buen Pastor que va tras la oveja perdida y da la vida por su rebaño. Hemos escuchado la Pa­labra de Dios escrita para nuestro consuelo y sal­vación. La primera lec­tura del profeta Jeremías, nos invita a reconocer la elección de Dios para la misión, como iniciati­va divina, sin mérito alguno de nues­tra parte y desde ese momento con el mandato misionero: “irás adonde yo te envíe y dirás todo lo que yo te or­dene… mira pongo mis palabras en tu boca…no tengas miedo” (Cfr. Jer 1, 4 -10), invitándonos en la segunda lectura del Apóstol san Pedro que he­mos escuchado, a todos los pastores a apacentar el rebaño que Dios nos ha confiado, no a la fuerza, sino con gusto, como Dios quiere; y no por los beneficios que pueda traernos, sino con ánimo generoso, siendo modelos del rebaño (Cfr. 1Pe 5, 2 - 7), para de­cirnos con esta palabra que toda nues­tra vida la conduce Dios, que estamos en sus manos y en salida misionera para hacer y amar la voluntad de Dios en nuestra vida. En la misión que cada uno tiene, en el ministerio episcopal y sacerdotal, en la vida de matrimonio y familia, en el trabajo, ahí estamos lla­mados a reconocer el plan de Dios para nuestras vidas y a hacer la Voluntad del Padre, siempre poniéndonos en las manos de Dios, repitiendo en nuestra oración diaria: “Padre, me pongo en tus manos”, descubriendo, haciendo y amando la Voluntad de Dios, sin torcer el plan que Él ha trazado para nuestra existencia, aún con las dificultades que puedan venir, pero con la certeza que en las manos de Dios todo lo podemos, repitiendo siempre, “todo lo puedo en Cristo que me da la fuerza” (Filp 4, 13). La nueva etapa que Dios nos permite comenzar en este día va a necesitar nuestros mejores esfuerzos de fide­lidad a la Voluntad de Dios, y todos sabemos, también noso­tros los sacerdotes, que el esfuerzo comienza por nuestra propia fidelidad al Señor que nos ha lla­mado a una misión, la de anunciar el Reino de Dios, ahora en esta Igle­sia particular de Cúcuta. Si hay algo que tenemos que cultivar con fortaleza y vigor, es saber entender que el Reino de los cielos lo tenemos que hacer crecer en nuestras comuni­dades, de manera que ninguno se pier­da. Solamente desde la sencillez de corazón podemos aceptar a Jesucristo en nuestras vidas. Para poder entender la magnitud y grandeza de la misión evangelizadora, necesitamos la gracia de la fidelidad a Jesucristo y a la Iglesia, que sostene­mos con la oración diaria, constante y perseverante de rodillas frente al San­tísimo Sacramento, la cual renovamos con la confesión frecuente, porque ne­cesitamos revisar nuestras decisiones cuando se oponen al plan que Dios tiene para nuestra vida, para vivir en estado de gracia y que ejercitamos con la caridad pastoral, en una entrega permanente y fiel al Pueblo de Dios, al cual nos debemos por elección predi­lecta del Señor. Por eso, nos alegramos hoy con esta celebración, que es el signo evidente de que Jesucristo, Buen Pastor, siempre está con nosotros y no nos abandona, Él siempre permanece fiel y nos ense­ña a ser fieles, cueste lo que cueste. Él es el único protagonista de la historia de la Iglesia y, por supuesto, de nuestra historia de salvación aquí y ahora. To­dos tenemos que volver la mirada a Él porque Él es quien dará éxito a nuestra misión actual. Es Él quien nos conoce por el nombre y quien nos llama por amor a su rebaño, Él es quien nos ali­menta con el banquete de la Palabra y de la Eucaristía, Él es quien tiene en sus manos nuestros esfuerzos y nues­tras vidas. Que sea Él quien me dé a mí la capacidad para llegar a cada uno de ustedes, por amor a Él mismo. Que me dé las fuerzas para seguir la labor evangelizadora de mis predeceso­res y la gracia para animar siempre a todos en la construcción del ideal que la Iglesia espera de nuestra Dió­cesis de Cúcuta. Entre nuestras prioridades pastorales en esta Diócesis de Cúcuta tiene que estar el deseo de seguir caminando con nuevo y renovado compromiso evan­gelizador, fortaleciendo el Proceso Evangelizador de la Iglesia Particular, formando comunidades de fe, que ayu­den a transformar nuestra sociedad con la fuerza del Evangelio. Continuamos con esta nueva etapa de la Historia Sal­vífica, en esta porción del pueblo de Dios, con el deseo misionero de vivir el Evangelio de Cristo y de anunciarlo a todas las gentes, mirando las perife­rias físicas y existenciales de nuestra región y siendo Diócesis en camino sinodal y en salida misionera. Cúcuta, 20 de noviembre de 2021 + José Libardo Garcés Monsalve Obispo de la Diócesis de Cúcuta

Mar 30 Nov 2021

Subsidio de celebraciones para la conclusión del Año de San José

Con el propósito de animar en las Jurisdicciones Eclesiásticas la clausura del Año de San José, que concluye el próximo 08 de diciembre, en el marco de la Solemnidad de la Inmaculada Concepción, los Departamentos de Doctrina y Liturgia del Secretariado Permanente del Episcopado Colombiano (SPEC), han preparado un subsidio de celebraciones litúrgicas, que ayudará a vivir este momento de fe para la Iglesia. Teniendo en cuenta el Proceso Sinodal que se adelanta en las Iglesias Particulares, este subsidio permitirá encomendar la etapa diocesana del Sínodo a la protección y amparo del Santo Patriarca, quien, desde hace 150 años, fue declarado “Patrono de la Iglesia”; también busca facilitar la presentación de la vida de San José, a quien el Papa ha definido como una “figura extraordinaria, tan cercana a nuestra condición humana”, como modelo de vida sinodal; es decir, abierto a la escucha, acogedor del prójimo, obediente a la voluntad de Dios y poseedor de virtudes y cualidades propias de quien quiere caminar sinodalmente. El subsidio propone cuatro celebraciones que pueden realizarse en las comunidades parroquiales y religiosas, y en diversos ambientes eclesiales, bien sea en su totalidad o eligiendo la que se crea más conveniente: un retiro espiritual, un septenario, una hora santa y la Misa Solemne que puede ser celebrada antes o después del 8 de diciembre en razón de que la Solemnidad de la Inmaculada tiene precedencia. "Año de San José" Recordemos que la Iglesia Católica puso su mirada desde el pasado 8 de diciembre 2020 y hasta la misma fecha de 2021 en San José, padre de Jesús de Nazaret y esposo de María. Con la Carta Apostólica Patris corde (Con corazón de padre), el Papa Francisco quiso rememorar el 150 aniversario de la declaración de san José como Patrono de la Iglesia Universal. Fue precisamente un 8 de diciembre de 1870 cuando Pío IX le otorgó este título a través del decreto Quemadmodum Deus, 16 años después de aprobar el dogma de la Inmaculada Concepción. [icon class='fa fa-download fa-2x'] Descargar subsidio[/icon]

Lun 29 Nov 2021

Un mundo sin alma

Por: Mons. Ricardo Tobón Restrepo -En varios países del mundo se está dando, desde hace algunos años, una movilización social, que ahora está presente también en Colombia. A esto se añade la tensión producida por la violencia que nos ha azotado en las últimas décadas y las preocupantes situaciones generadas a partir de la pandemia del Covid-19. Todo va alimentando la reacción agresiva de las masas, puede ser con motivaciones acomodadas o aun sin razones concretas, pero en el fondo señalando que algo no funciona bien. Este descontento que está paralizando el país, que promueve un vandalismo que destruye servicios indispensables que entre todos hemos construido, que saca lo mejor y lo peor de las personas, más que a situaciones particulares, se debe a las formas de vida que ha generado un modelo de civilización, cuyos únicos valores y fundamentos son económicos, tecnológicos y políticos. Así se ha creado una sociedad injusta, donde sólo una pequeña parte de la población aprovecha toda la riqueza y para ello utiliza el poder político. A esto se suma la corrupción en el manejo del estado y en la actuación de no pocos servidores públicos, quienes en lugar de pensar a profundidad en la organización y el desarrollo integral de la sociedad, en lamentables componendas políticas, dilapidan los recursos y aceptan todo lo que impongan grupos internos o agendas foráneas, que les permiten detentar el poder y todos sus beneficios. Así quedamos todos bajo unos estereotipos impuestos por unas elites que, con diversos intereses, se pelean el mundo. De otra parte, la búsqueda de comodidad, de lujos y de hedonismo, transformó la vida en un ámbito comercial, donde no se encuentra ni el verdadero concepto ni la forma adecuada de alcanzar la felicidad personal y el bienestar de todos. Esa falta de respeto por la dignidad humana, de ausencia de solidaridad entre todas las personas y de creciente insatisfacción, llega a un punto intolerable. Entonces, los estallidos sociales muestran que estamos frente a un modelo de sociedad mal construido, que debe cambiar. Ante esta realidad, por supuesto, los gobiernos y toda la sociedad deben realizar un dialogo serio para recomponer lo que marcha mal; la clase económica debe patrocinar proyectos audaces para ayudar a los sectores más vulnerables y superar la inequidad; todos debemos propiciar diversas iniciativas para ayudar a quienes están sin los recursos indispensables y aún sin la fortaleza interior para vivir. Pero es preciso pensar que esto no basta y que con el tiempo seguirán creciendo los problemas morales y sociales, que generan indignación y llevan a estallidos imparables. Es preciso ir al fondo. El mundo no puede ser un cuerpo sin alma. La persona humana tiene el deber moral de trabajar sobre sí misma para tener gobierno de su mundo interior a partir de la conciencia; de lo contrario, los instintos y pasiones nos deforman, esclavizan y enfrentan unos contra otros. La visión que, en gran parte, ha construido la sociedad de hoy sólo ha pensando en un bienestar exterior. Si no hay un referente trascendente es imposible encontrar sentido, la calidad humana disminuye, muchos grupos humanos quedan sin protección y sin futuro y la verdadera justicia social nunca llega. La sociedad ha sido víctima de un engaño: creer que la producción y generación de riqueza era el sentido mismo de la vida. Esa dinámica nos puso en una permanente ansiedad, en un terrible individualismo y por último en una lamentable polarización y confrontación. Junto a esto una creciente secularización nos volvió la vida más compleja, más acelerada, más frívola y más triste. La vida se empobreció al desvanecerse los conceptos esenciales de sabiduría, de virtud y de trascendencia. Cada uno inventando el sentido para vivir y muchos mendigándolo en ideologías, que siendo sólo ideas, no pueden responder a la realidad integral de la persona. Ciertamente es preciso atender los problemas inmediatos, pero es necesario pensar también en una respuesta a fondo. La alegría de vivir, la fraternidad, la unidad en torno al bien común no se logran por una campaña publicitaria, ni por la promulgación de una ley, ni por la manipulación ideológica con los potentes medios de hoy, menos todavía por una revolución violenta. La vida verdadera sólo puede venir al mundo por una larga transformación cultural que vaya dando a las personas la sabiduría para vivir bien y la motivación para conducir rectamente su vida. Ahí está el gran servicio de la Iglesia a la humanidad. Es preciso que nosotros veamos claro y que actuemos con más audacia. + Ricardo Tobón Restrepo Arzobispo de Medellín

Lun 29 Nov 2021

Episcopado invita al Foro: Humanización en la atención médica

La Comisión Episcopal y el Departamento de Promoción y Defensa de la Vida de la Conferencia Episcopal de Colombia, de manera sinodal con médicos especialistas en temas de humanización de la salud, realizarán el próximo 2 de diciembre, de 8:00am a 12:30 p.m. hora de Colombia, el Foro: "Humanización en la atención médica". Así mismo, el día 3 de diciembre a las 9:00 a.m. en la Diócesis de Riohacha para la celebración de los actos conmemorativos del Día Panamericano del Médico, se ofrecerá una Eucarística pidiendo por todos los trabajadores de la salud y por las personas que han perdido la vida a causa de la Pandemia Covid-19. El Encuentro y la eucaristía se realizarán de manera virtual y serán transmitidos por las redes sociales de la Conferencia Episcopal Facebook y YouTube @episcopadocol y las redes de la Asociación médica Colombiana. En el foro participaran como ponentes: Monseñor Francisco Antonio Ceballos, Obispo de Riohacha, Dr. Juan Camilo Ramírez Ruiz, de Vita Fundation; Dr. Sergio Isaza, presidente de la Federación Médica Colombiana; padre Juan Carlos Liévano, doctor en Bioética y director del Departamento de Promoción y Defensa de la Vida de la CEC; Dra. Luz Marly, Bacterióloga -Asesora de acreditación en salud; Tania Elisa Navarro, enfermera-ESE Hospital Universitario Santander; Ibeth Carines Díaz Granados, psicóloga- líder de humanización de medicina interna; Dra. Lila Margarita Pérez, médico anestesiólogo-Algesióloga; Sor Ernestina Aros, enfermera-gerentóloga; y Ana María Revelo, bacterióloga-Magister en calidad y auditoria en salud. Podrán inscribirse a través del siguiente enlace[icon class='fa fa-download fa-2x'] AQUÍ[/icon]

Lun 29 Nov 2021

Mensaje final de la Asamblea Eclesial de América Latina y el Caribe

Con un mensaje leído por Mons. Miguel Cabrejos Vidarte, presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano y del Caribe (Celam), concluyó este 28 de noviembre la primera Asamblea Eclesial de América Latina y el Caribe, que se realizó de manera virtual-presencial desde la Conferencia Episcopal de México. En el mensaje los Asambleistas expresaron la alegría con la que se vivió esta reunión como una verdadera experiencia de sinodalidad, en la escucha mutua y en el discernimiento comunitario de lo que el Espíritu quiere decir a su Iglesia. Todos han caminado juntos reconociendo la poliédrica diversidad, “pero sobre todo aquello que nos une, y en el diálogo nuestro corazón de discípulos se ha vuelto hacia las realidades que vive el continente, en sus dolores y esperanzas”. “Constatamos y denunciamos el dolor de los más pobres y vulnerables que sufren el flagelo de la miseria y las injusticias. Nos duele el grito de la destrucción de la casa común y la “cultura del descarte” que afecta sobre todo a las mujeres, los migrantes y refugiados, los ancianos, los pueblos originarios y afrodescendientes”, expresa el presidente del Celam en la lectura del mensaje. Dolor por las injusticias a los más débiles En el texto se constata y denuncia “dolor de los más pobres y vulnerables que sufren el flagelo de la miseria y las injusticias, el grito de la destrucción de la casa común y la “cultura del descarte” que afecta sobre todo a las mujeres, los migrantes y refugiados, los ancianos, los pueblos originarios y afrodescendientes”. A cada uno de los participantes en esta asamblea, les duele “el impacto y las consecuencias de la pandemia que incrementa más las desigualdades sociales, comprometiendo incluso la seguridad alimentaria de gran parte de nuestra población. Duele el clamor de los que sufren a causa del clericalismo y el autoritarismo en las relaciones, que lleva a la exclusión de los laicos, de manera especial a las mujeres en las instancias de discernimiento y toma de decisiones sobre la misión de la Iglesia, constituyendo un gran obstáculo para la sinodalidad”. En el texto se lee la preocupación por la “falta de profetismo y la solidaridad efectiva con los más pobres y vulnerables”. Pero también hay esperanzas, nacidas de “la presencia de los signos del Reino de Dios, que llevan por caminos nuevos a la escucha y al discernimiento”. El mensaje muestra el camino sinodal como “un significativo espacio de encuentro y apertura para la transformación de estructuras eclesiales y sociales que permitan renovar el impulso misionero y la cercanía con los más pobres y excluidos”. También es motivo de esperanza la Vida Religiosa, “mujeres y hombres que viviendo contracorriente dan testimonio de la buena nueva del Evangelio”, y la piedad popular. Asamblea vivida como un Kairos Vivida como “un Kairós, un tiempo propicio para la escucha y el discernimiento” que conecta con el Magisterio e “impulsa a abrir nuevos caminos misioneros hacia las periferias geográficas y existenciales y lugares propios de una Iglesia en salida”. Desde ahí se pregunta por los desafíos y orientaciones pastorales a ser asumidos, diciendo que “la voz del Espíritu ha resonado en medio del diálogo y el discernimiento”, llamando a una mayor encarnación, acompañamiento y promoción de los jóvenes, atención a las víctimas de los abusos, participación activa de las mujeres en los ministerios y en los espacios de discernimiento y decisión eclesial. “La promoción de la vida humana desde su concepción hasta la muerte natural; la formación en la sinodalidad para erradicar el clericalismo; la promoción de la participación de los laicos en espacios de transformación cultural, política, social y eclesial; la escucha y el acompañamiento del clamor de los pobres, excluidos y descartados. La renovación de los programas de formación en los seminarios para que asuman la ecología integral, el valor de los pueblos originarios, la inculturación e interculturalidad, y el pensamiento social de la Iglesia como temas necesarios, y todo aquello que contribuya a la adecuada formación en la sinodalidad”. En la larga lista de elementos a tener en cuenta, no es fácil resumir las aportaciones de tanta gente, se recordó la importancia de la experiencia de Pueblo de Dios, de vivir los sueños de Querida Amazonía, de acompañar a los pueblos originarios y afrodescendientes en la defensa de la vida, tierra y sus culturas. La sinodalidad es el camino, algo que pertenece a la esencia de la Iglesia, por lo que se insiste en que “no es una moda pasajera o un lema vacío”. Es algo que ha hecho aprender a caminar juntos, involucrando a todos. Ahora se trata de llevarlo a las comunidades, a las bases, por lo que se muestra el compromiso a seguir el camino, aprendiendo y creando, en un itinerario pastoral que busca la conversión misionera y sinodal. Podemos decir que la ruta está marcada, ahora queda la valentía para enfrentarla, sin olvidar algo que es innegociable: tiene que ser juntos. Como en Aparecida: Discípulos misioneros de su Reino El deseo de reavivar el espíritu de Aparecida y en el horizonte del Jubileo Guadalupano en 2031 y el Jubileo de la Redención en el 2033, la Asamblea Eclesial de América Latina ha emitido un mensaje donde se recoge lo vivido desde el 21 de noviembre en un evento inédito e histórico. El presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam), afirma confesando que es “Jesucristo Resucitado quien nos ha convocado una vez más” para así “comunicar por desborde de alegría el gozo del encuentro con Él, para que todo tengamos en Él vida plena”, como nos dice Aparecida. Sintiendo la compañía de Jesús en “la tarea emprendida de repensar y relanzar la misión evangelizadora”, el mensaje reconoce la necesidad de “un camino de conversión decididamente misionera”, que tiene como presupuesto la necesidad “de mayor responsabilidad pastoral”. Agradecimiento de Mons. Cabrejos a asambleístas El presidente del Celam, en su mensaje de saludo y cierre durante la jornada de clausura de la Asamblea Eclesial agradeció a asambleístas virtuales y presenciales, porque “cada uno de ustedes ha traído una gran riqueza de experiencia pastoral, que generosamente han donado”. Agradeció también al Episcopado Mexicano, por la manera como “se abrieron para nosotros hace una semana para acoger a la Asamblea Eclesial en modalidad virtual y presencial”. “En esta casa nos hemos encontrado y reencontrado amigos de hoy y de ayer. Hemos iniciado y reforzado lazos de fraternidad, de comunión en una asamblea dinámica, donde la distancia, la pandemia y diversas circunstancias, no han sido impedimento para saludarnos, escucharnos y discernir”, añadió. Mosaico digital y humano Saludó agradeciendo también a las diversas comisiones: “A la Comisión de Espiritualidad y Liturgia: norte de nuestro encuentro, luz de la espiritualidad, oración y comunión”. A "la Comisión de Metodología de los grupos, Programas y Contenidos, a la Comisión de medios de comunicación y a la Comisión de Tecnología, conexión y transmisión”. Acotó: “Aquí hago una mención especial: la virtualidad ha estado al servicio de la comunicación. Se ha vivido una verdadera comunión. Nuestra voz y nuestro mensaje han sido amplificados y han llegado a todo el mundo gracias a este grupo”. Para el prelado “ha sido un mosaico digital, pero ‘humano’, de rostros, sonidos y colores que hemos visto y escuchado a través de las pantallas, han hecho sentir en este auditorio a los cientos de asambleístas virtuales, y a ellos los han hecho estar aquí presentes entre nosotros”. Agradeció también a los dicasterios del Vaticano que se hicieron presentes también en esta Asamblea. “¡El mundo nos ha visto gracias a ustedes! Ha sido una hermosa y ejemplar experiencia de buen uso de los medios de comunicación y de la tecnología. ¡Gracias a los jóvenes talentos puestos al servicio de la Iglesia!”, señaló. [icon class='fa fa-download fa-2x'] Descargar documento final[/icon] FUENTE: Vatican News

Dom 28 Nov 2021

Nuncio apostólico de Colombia, habla sobre avances de diálogos con el Eln

A propósito de la reactivación de los diálogos entre del Eln y el Gobierno Nacional, el nuncio apostólico en Colombia, monseñor Luis Mariano Montemayor, dialogó este jueves 25 de noviembre, con el diario El Espectador, allí se refirió entre otros temas, a los 17 meses de contactos de “aproximación y exploración” con miembros del Eln. Lea la entrevista completa. AQUÍ⬇ El nuncio apostólico, Luis Mariano Montemayor, destaca avances en los diálogos con esa guerrilla, entre ellos su disposición a discutir los temas que el Gobierno pone como precondición. El único protagonista que faltaba por hablar sobre los 17 meses de contactos de “aproximación y exploración” con la guerrilla del Eln, hechos públicos por parte del alto comisionado para la Paz, era el nuncio apostólico en Colombia, monseñor Luis Mariano Montemayor. En este diálogo con El Espectador revela los alcances de esa misión, lo que significa el cambio de actitud del Gobierno nacional hacia el posible reinicio de una negociación con ese grupo, además de algunos detalles inéditos como, por ejemplo, que el Eln ve con buenos ojos la intervención del expresidente Uribe o que el ahora nombrado gestor de paz, Juan Carlos Cuéllar, hace apenas unos meses le había dicho que no estaba dispuesto a jugar ese rol. Monseñor, ¿Me puede usted decir en qué estamos hoy con el Eln? Le puedo responder en lo que estamos nosotros. Estamos en diálogo abierto con el Eln, con la delegación en La Habana y con los órganos del Eln presentes en Colombia. ¿Y por qué? Por razones de derecho humanitario. Nuestros párrocos conocen por nombre y apellido a las personas que sufren las consecuencias del conflicto, que son particularmente agudas en algunas zonas: en el Chocó, en el Catatumbo, en el Cauca, Nariño... Como pastores no podemos evitar la responsabilidad de poner de presente al Eln las consecuencias claras de sus acciones con respecto a la población y al Derecho Humanitario. Porque si es un grupo, como lo es, que se considera insurgente, que lidera una rebelión armada contra el Estado, no es simplemente un grupo criminal, está obligado por el derecho de guerra. Y por eso ellos interpelaron al papa con dos cartas muy importantes que llegaron por circuitos extraoficiales, y vimos la necesidad de tener un canal oficial con ellos. El santo padre quiere mantener esa comunicación, y eso nos facilita poder plantear al Eln nuestras preocupaciones de las bases, problemas humanitarios muy claros: secuestros, minas antipersona y por lo mismo confinamiento de comunidades por campos minados, reclutamiento de menores, asesinato de civiles. Esos son temas que tenemos que tratar con ellos. Y aclaró, no son precondiciones para cualquier diálogo, son el diálogo con el Eln. Esto es, para nosotros, lo más valioso de esta gestión de buenos oficios en que nos vimos metidos por petición del presidente de la República. ¿Y en esa petición, el presidente les puso algunas condiciones? No para nuestra gestión. Sí para la eventual respuesta del Eln. El presidente fijó claramente sus condiciones para que pueda haber un diálogo entre el Gobierno y el Eln. Pero aquí no se trataba de que fuéramos mensajeros del Gobierno, no somos agentes del Estado colombiano, somos soberanos. El presidente lo que nos dijo fue: “al único a quien el Eln no se va a permitir el lujo de mentirle es al santo padre”. Se ha insistido mucho en la confidencialidad durante estos 17 meses. ¿En qué momento cambió eso? Eso tiene que preguntárselo a Miguel Ceballos, nosotros seguimos siendo confidenciales. Pero quiero aclarar que la confidencialidad no es clandestinidad; es reserva para proteger el diálogo, para que haya libertad, para proteger a las personas, para limitar las presiones, porque hay gente que no quiere el diálogo y que va a hacer todo lo posible para torpedearlo. Pero usted fue informado de que se harían públicos los acercamientos? ¿Le consultaron? ¿Estuvo de acuerdo? El día anterior yo estaba en un viaje a Tunja, tratando de superar los bloqueos, y el comisionado me buscó para informarme que iba a hacer una intervención periodística y sus razones para hacerlo. Le dije que comprendía, pero le pedí que tuviera mucho cuidado con los detalles. Parece que no fui muy eficaz. El Gobierno ha sido muy reacio todo este tiempo a reabrir la puerta al Eln, ¿siente que es sincera esta nueva apertura? A mí no me corresponde decir si es sincera o no. Es cierto que es sorpresiva, porque primero nos piden máxima confidencialidad y después prácticamente lo cuentan todo. Ciertamente tienen una intención, pero yo no puedo responder por eso. Lo único que puedo decir es que pusieron fin a una iniciativa y no sabemos si van a abrir otra. El objetivo de nuestros buenos oficios se cumplió, porque las preguntas que el Gobierno fijó están respondidas por el Eln. El Gobierno tendrá que valorar eso y decir qué va a hacer ahora. ¿Tomó 17 meses obtener esas respuestas del Eln? La pandemia nos perjudicó muchísimo. Se nos pedía que el santo padre mandara un emisario a preguntarle al Eln si verdaderamente estaba dispuesto a entrar en negociaciones por la paz. Pero con cuarentenas, ausencia de vuelos, confinamientos y demás obtener esa respuesta, llevársela al santo padre y transmitírsela al Gobierno nos tomó hasta noviembre. Llegamos demasiado tarde. Mientras tanto hubo dos intervenciones del gobierno norteamericano que nos pusieron en crisis. En agosto pensamos que todo había terminado. Pero no. En noviembre pudimos llevar la respuesta y con ella ya se veía que el Gobierno estaba casi que decidido a poner fin a este instrumento. Mas no, seguimos. En marzo, incluso, hubo una última visita a La Habana. ¿Cree que el nombramiento la última semana de ‘Juan Carlos Cuéllar’ como gestor de paz y su excarcelación es el inicio de una nueva iniciativa? Yo visité a Cuéllar en Jamundí a finales de agosto. Y fui con todo el apoyo del comisionado, que me consiguió el permiso del Inpec; Naciones Unidas me puso un helicóptero, la MAP-OEA transporte terrestre... Nosotros, Santa Sede, necesitábamos saber cuál era la percepción de la base del Eln sobre una posible, eventual, negociación de paz con el gobierno del presidente Duque. Hablé con él y le dije al Gobierno después que sería un gesto muy importante de confianza para el Eln la liberación de Juan Carlos Cuéllar. Nunca entendí por qué lo pusieron preso, francamente, porque es un hombre muy valioso, sobre todo por su prestigio frente a los que cuentan, que son las bases del Eln, que integran lo que ellos llaman la Asamblea Nacional. Porque el Eln es mucho menos jerárquico y autoritario de lo que eran las Farc. También llevé al Gobierno la respuesta de Juan Carlos Cuéllar y su disposición a ayudarnos a avanzar hacia un cese definitivo de las hostilidades, que ya es bastante, y a participar en la solución de los problemas humanitarios que el Gobierno pone como precondición y que para nosotros de todas maneras son esenciales y tenemos que tratar. ¿Es decir, que ‘Juan Carlos Cuéllar’ sí es un buen vehículo para acercar a las partes? También llevé al Gobierno el mensaje de Cuéllar en el sentido de que él no aceptaría un nombramiento por parte del alto comisionado como promotor o gestor de paz. Eso, para él, pondría un manto de sospecha sobre su lealtad al Eln, que la tiene. Él es del Eln, no es un exmiembro del Eln —me parece que es un error en la lectura del comunicado— está en comunicación con la delegación y la delegación se preocupa por él; de hecho, una de las razones por las que fui es que sabíamos que había contraído el COVID y queríamos saber cómo estaba. La liberación de Juan Carlos y que participe formalmente en un proceso de diálogo con el Eln me parece un acto inteligente, para mí con retardo. Lo que no sé es por qué aceptó ahora lo que no aceptó en aquel momento. Algo debe haber en la percepción del Eln que ahora sí y antes no. Todavía no he hablado con él. Bueno, es que se nota un cambio de posición en el Gobierno frente al Eln, ¿o no? En 17 meses, que es mucho tiempo, hay cambios; cambios de humor, de perspectiva, de influencias... Nos cambió el escenario. Pedí un nombramiento oficial para el padre Echeverry, por ejemplo, para que pudiera contactar a una organización que el Gobierno considera terrorista. No voy a poner al padre Darío preso por ayudarme. Hay precedentes en las “jugaditas” colombianas, casi nos ponen preso a un obispo por eso. Pero eso nos causó problemas con el Eln; inicialmente lo vieron mal, temieron que estuviéramos como subordinados al alto comisionado. Aclaramos, lo entendieron, también el nuncio exigió “bueno, creen en mí o no creen”. Y creyeron, y seguimos adelante. ¿Y este cambio del Gobierno frente al Eln justo ahora cree que se debe al paro nacional? Ninguna duda de que las demostraciones de noviembre de 2019 cambiaron las prioridades del Gobierno. Si no, toda esta experiencia no se hubiera dado. Son las reglas del juego, todo va cambiando. La pandemia nos cambió, la intervención de Trump nos cambió, etc. Y uno se va ajustando al escenario que tiene. Creo que va en bien del Gobierno pensar que toma nota de que hay unas peticiones y entre ellas también está, así no sea directa. Al Gobierno le ha dolido mucho que le digan que está contra la paz y creo que quiere mostrar que no es justo ese apelativo. Y yo diría a la opinión que podemos disentir sobre los instrumentos que nos lleven a la paz, pero no necesariamente eso nos hace enemigos de la paz. Pero además el Gobierno cree que el Eln tiene un papel preponderante en la violencia que ha acompañado la protesta. ¿Es ese diagnóstico correcto? Es un diagnóstico parcial. Si usted piensa que el Eln no tiene que ver es un iluso. Si piensa que el Eln lo ha creado, también es un iluso. El Eln tiene una base social importante, está presente en organizaciones sociales múltiples, que participan en la protesta. Y además se considera el brazo armado y protector de esas organizaciones contra, en su lenguaje, una oligarquía violenta que va a venir a matarnos. Entonces, atención. El Eln no tiene pretensiones de ocupar el Estado, saben que eso no les alcanza. Pero sí se consideran brazo armado de las organizaciones sociales que postulan un cambio de la sociedad colombiana. Y me sorprendería mucho que no tuvieran nada que ver, o que no saquen partido de las dificultades de su adversario. Pero eso lo hacen todos. ¿Y ha sido la movilización social y su papel en ella un tema de diálogo con el Eln? Nosotros no entramos en ese tema. Pero supongo que será parte del diálogo entre ellos el día que tengan diálogo directo: “Hijos, creemos un ambiente social que permita una negociación”. Nosotros en lo que entramos muy claramente fue en saber si había voluntad del Eln a entrar en un cese de hostilidades con el Estado colombiano, y la respuesta fue que sí. Donde no se encuentran las posiciones es que el Gobierno para eso pide condiciones y el Eln no está dispuesto a aceptar condiciones. Y son coherentes los dos, no se han movido un milímetro de esas posiciones. ¿Y entonces? Mire, el Eln ha estado dispuesto a tratar con nosotros muchas de esas precondiciones. Los secuestrados, por ejemplo. Los liberó a casi todos. Algunos están muertos y nos dieron respuesta. Otros ni se sabe, de una lista que nos dio el Gobierno que es bastante poco creíble de cosas muy del pasado, es muy difícil saber quién fue, dónde, etc. Pero lo que es del 2018 para acá, hay dos muertos y hemos certificado eso. Hay tres liberados. Hay un detenido porque tiene un juicio revolucionario y el comandante zonal no lo quiere liberar. El señor Mosquera tiene un problema con ellos y tiene un juicio revolucionario en contra. Pero la delegación nos aseguró que están trabajando el tema y que entienden que es muy importante que el Eln no tenga ningún secuestrado. Son gestos, como lo fue también el alto al fuego unilateral que hicieron durante todo el mes de abril y que tuvo consecuencias clarísimas sobre las operaciones en el territorio e incluso sobre las fuerzas de seguridad. Pero, dice usted, ninguno se mueve un milímetro en sus inamovibles… En diplomacia nada es inamovible, porque cambian las circunstancias y lo que uno nunca hubiera querido hacer por ahí lo tiene que hacer, porque le conviene al final. Tenemos la pandemia, otra administración en los Estados Unidos, con una visión distinta. Recuerdo una vez hablando con el presidente a finales de noviembre, y decía que de todo tenemos que esperar a ver qué pasa del otro lado del Caribe, y eso nos iba a condicionar. Pues sucedió lo que sucedió. Y sobre los inamovibles hay que distinguir. Una cosa es la presión que una parte puede poner públicamente sobre la otra y otra lo que puede hacer, que en definitiva es lo que la comunidad internacional le reconoce que puede hacer. Y pacta sunt servanda es el principio base del derecho internacional, sobre eso está construida la comunidad internacional; si no, es la guerra. Bueno, uno de los mayores líos es el de los protocolos con los garantes. ¿Eso también ha cambiado por las nuevas circunstancias? Nosotros estamos interesados en que se supere el problema de los protocolos. Y estos se pueden cumplir o se negocian, se actualizan, se sustituyen, hay muchas opciones. Y en parte nuestra gestión ha tenido que ver con eso. Alguno me ha acusado de injerencia; bueno, yo soy diplomático y hago mi trabajo, y la Santa Sede es un actor diplomático internacional. Entonces, entendemos el corto circuito porque el atentado a la Escuela General Santander no fue una cosita, fue un gran error político del Eln, que por cierto le ha costado mucho a Cuba. El Eln está en deuda con Cuba. Y hablando de Cuba, después de tanta fricción, ¿tuvo un papel protagónico en este acercamiento, fuera del hecho de que la delegación está allá? La pregunta ya tiene la respuesta. Sin Cuba no era posible. Sin Noruega, tampoco. La Santa Sede no hubiera hecho absolutamente nada sin la anuencia de los garantes. Cuba nos recibió además como reyes. En su doble condición de secretario de la Comisión de Conciliación Nacional designado por la Conferencia Episcopal y como delegado del nuncio apostólico, el padre Darío Echeverry fue recibido siempre por el canciller cubano. Ellos no han renunciado a su papel de garantes, a pesar del alto costo que están pagando por cumplirlo. Y no tienen por qué renunciar. Insisto, “pacta sunt servanda”. Y a todas estas, ¿el expresidente Uribe qué pitos toca en este escenario? Él tiene razón cuando dice que no estaba enterado de los contactos, pero es un factor que intervino permanentemente, estuvo en la mente de todos. Empezando por nosotros, pues consideramos que el expresidente Uribe es parte de la solución, creemos que es importantísima su intervención. Él se reunió con Juan Carlos Cuéllar hacia el final de 2019, y ahí pasó algo raro porque Cuéllar terminó preso, pero el expresidente Uribe estaba interesado en que se tratase con el Eln. Y la iniciativa del Gobierno para que convergieran todas estas instituciones internacionales atiende algunas inquietudes del expresidente. Aquí hay que decir que, en los últimos 20 años, por lo menos, todos los gobiernos colombianos han tratado con el Eln, y el que más cerca estuvo de llegar a un acuerdo para el fin de las hostilidades fue el del expresidente Uribe; más que Santos. Esa es una realidad con la que trabajamos, porque incluso hay resultados que se podrían retomar. Una de nuestras preocupaciones fue saber qué pensaba el Eln de una participación de Uribe. Y nuestra sorpresa fue que el Eln no lo ve para nada mal. Los mejores acuerdos se hacen con los peores enemigos, esos son los que duran. El expresidente es un animal político que tiene intuición, y la intuición no lo engañó. Yo lo encontré a fines de diciembre en Rionegro porque tenía una pregunta del santo padre que solo él podía responder. ¿Cuál era esa pregunta? Si estaba en contra de contactos para el fin de las hostilidades con el Eln. Y no, no está en contra. Eso se lo comunicamos al Eln. Bueno, monseñor, pero además del Eln preocupan al santo padre otros temas de Colombia. Habló de su preocupación por la violencia en las protestas cuando unas pocas semanas antes había dado un espaldarazo al manejo de la migración venezolana. ¿Cómo entender esos dos mensajes tan disímiles sobre Colombia? Es que Colombia es multifacética. Tiene cosas buenas y cosas malas. Yo le he dicho al presidente Duque desde el principio que queremos ayudar, no podemos tener más problemas en la región. Si queremos resolver el problema de Venezuela de manera pacífica necesitamos una Colombia en pie, que resuelva sus problemas y participe. No estamos contra el presidente Duque, queremos ayudarle. El santo padre es un hábil diplomático. Sabe venir a apoyar iniciativas que van en la línea de sus grandes preocupaciones universales como las migraciones, y en particular la migración venezolana que además tiene que ver con el problema de Venezuela y con el problema colombiano. Pero el santo padre habló de su preocupación, y si no resolvemos este problema va a seguir preocupado y algo más dirá. Estamos tratando de ayudar a tender caminos de escucha y de negociación, porque esto que está pasando no le hace bien al país. Está la iglesia local participando activamente, y yo no sustituyo a la iglesia local, la apoyo, estoy informado e informo permanentemente. Sabemos que los colombianos se polarizan con una rapidez impresionante y no vamos a intervenir en ella. Pero hay un sector de opinión al que le parece que sí han tomado partido. Algunos sectores de ambos lados tienen esa percepción. Siempre habrá quienes quieran utilizar la autoridad moral de una institución, cualquiera, para su propia necesidad política inmediata. En estos momentos lo que hay que saber proteger es la autoridad moral sobre todos. Hay que tratar de decir las cosas objetivamente y de facilitar una solución. La economía colombiana no va a resistir una situación como la actual muchos días, hay que resolverla. Pero lo que está en juego es que la sociedad colombiana acepte que la protesta es normal en una democracia. Y crear las condiciones para que la protesta se pueda hacer y que el que proteste esté defendido y se evite la manipulación de la protesta, de unos y otros, para agudizar el enfrentamiento social. Y atención, esos demonios están en ambas partes. Les dijo Francisco en su visita a Colombia a los jóvenes: “Vuelen alto. No se dejen robar la esperanza”. ¿Siente que las protestas están alineadas con ese llamado del papa? Una de las características de las protestas es la participación masiva de los jóvenes. Y el tema es la insatisfacción y el descontento de la juventud, que es transversal. No son solamente los pobres, están más descontentos incluso los que alcanzaron a tener una posibilidad. Y la frustración de la esperanza es explosiva. Por eso las revoluciones las hace la clase media, en todos los lugares. Los bolcheviques no era campesinos. Ese es un factor que hay que resolver por parte del Comité del Paro, que no tiene dominio y control sobre todas las manifestaciones de protesta. ¿Qué reporte tiene del acompañamiento que han hecho a los diálogos entre el Gobierno nacional y el Comité del Paro? No puedo dar detalles, eso sí que es confidencial, pero esto va a ser lento. Sin embargo, es un elemento esencial para que comiencen a serenarse los ánimos. Creo que todos tenemos que tratar de recuperar la calma. Hay un mínimo de sentido común que todos los sectores tienen que recuperar. La Pastoral Social está haciendo bien su trabajo y esperamos que las partes vayan encontrando una auténtica negociación. Hay cosas para negociar. El expresidente Santos dijo que había soluciones previstas en el Acuerdo de Paz, pues ¡desempolven! Así no sea para todo, pero sí para alguna y así se comienza a encauzar la protesta. Hablaba usted del descontento que es en general con todas las instituciones, incluidos nosotros los medios de comunicación, básicamente por una desconexión con la vida diaria de la gente. Todos estamos mirándonos hacia adentro. ¿Cuál diría usted que es la mayor desconexión de la Iglesia católica con la gente? Para nosotros el tema del referendo Sí o No fue traumático, porque la Iglesia católica vivió las mismas divisiones de la sociedad. Y no podía ser de otra manera, porque el 80 % de la población colombiana es católica. De ahí para acá la Iglesia ha tenido que ir afinando y nos pasa lo mismo que a todas las instituciones, porque percibir la opinión de los jóvenes no es fácil a pesar de que tenemos nuestras organizaciones juveniles. Con las masas urbanas, aquí hay jóvenes que ni siquiera nos conocen. Abandonaron sus familias, sus pueblos, donde la Iglesia era parte de la vida de todos los días y fueron a vivir a barrios marginales, sin servicios, sin educación y donde la Iglesia no está. ¿Cómo llegar? Después está el ámbito universitario, donde estamos un poco desactualizados, creemos que con tener un capellán ya estamos. Ahí, como dicen ustedes, hay que darse una pellizcada. Hay que encontrar caminos nuevos de comunicación para interpretar a los jóvenes. Pero además hay que encontrar respuestas, porque esta juventud ve un horizonte cerrado. Desocupación, pobreza, esas son las causas principales de la protesta. FUENTE: Diario El Espectador

Sáb 27 Nov 2021

Presidenta de la CLAR comparte sus impresiones sobre la Asamblea Eclesial

La Presidenta de la CLAR, la hermana Liliana Franco, comparte con Vatican News sus impresiones de la Primera Asamblea Eclesial de América Latina y El Caribe y resalta que, “esta Asamblea es fundamentalmente un tiempo de gracia, tiempo para el Espíritu y para la escucha reverente y activa”. “La Asamblea está siendo un espacio de sinodalidad, yo diría, un laboratorio de sinodalidad en el que nos damos la oportunidad de escucharnos y acogernos en nuestras diferencias con la conciencia y la certeza de que la pluralidad es para la Iglesia el don”, lo dijo la Hermana Gloria Liliana Franco, ODN, Presidenta de la CLAR, en declaraciones para Vatican News sobre su ponencia en el panel que sostuvo este 25 de noviembre titulado: “De la Asamblea Eclesial de América Latina y El Caribe hacia el Sínodo de la sinodalidad”. La Asamblea Eclesial, un laboratorio de sinodalidad La Religiosa colombiana declaró que, “esta Asamblea es fundamentalmente un tiempo de gracia, tiempo para el Espíritu y para la escucha reverente y activa, también a la realidad, a los clamores de la historia, del pueblo”. Asimismo, dijo que, esta Asamblea tiene que hacer eco de los rostros y de las voces de los hermanos y hermanas con los que hacemos camino en este continente. Por ello, la Hermana Liliana Franco considera que, la Asamblea está siendo un espacio de sinodalidad, yo diría, un laboratorio de sinodalidad en el que nos damos la oportunidad de escucharnos y acogernos en nuestras diferencias con la conciencia y la certeza también, de que la pluralidad es para la Iglesia el don, la pluralidad posibilita el arte del encuentro, la mística del encuentro y de la comunión. Decidirnos a iniciar ese itinerario de conversión personal La Presidenta de la CLAR al referirse a su participación en el panel “De la Asamblea Eclesial de América al Sínodo sobre sinodalidad, comunión, participación y misión” dijo que, este evento fue un tejido de reflexión, de palabras, de convicciones y también de sentimientos que nos animan a reconocer que fundamentalmente es un proceso que no supondrá contemplación de la realidad, escucha a los clamores del pueblo en esta historia y nos supondrá también discernir, pasar por el corazón, decidirnos a iniciar ese itinerario de conversión personal, estructural, eclesial, que nos permita responder de una manera más significativa a lo que Dios nos está pidiendo en este momento de la historia. Está Asamblea es tiempo de gracia, es tiempo de conversión Finalmente, la Hermana Liliana Franco señaló que, “De la Asamblea al sínodo sobre sinodalidad”, estamos convocados todos a coger esa invitación del Papa Francisco a la reforma, a la transformación, a la revisión consciente, a la crítica humilde de esos modos de proceder, de esas maneras de relacionarnos que a lo mejor han estado alejadas del querer de Dios. Y hoy, todos nosotros a lo que estamos llamados es a caminar sinodalmente en condición de hermanos para hacer posible una respuesta más significativa, con mayor parresia, de mayor significado de la Iglesia en nuestro tiempo. Fuente: Vatican News