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Iglesia

Mié 16 Jun 2021

¡Que se nos den oportunidades!

Por: Mons. Luis Fernando Rodríguez Velásquez - No soy historiador de academia, pero sí un sacerdote que por más de 36 años de ministerio ha podido ver y conocer de cerca la realidad de nuestras comunidades. Comparto una angustia que arrugaba mi corazón cada que en la Universidad presidía las ceremonias de grados de cerca de 2500 profesionales de las distintas áreas del conocimiento cada año. Me preguntaba: ante la realidad económica, política y social del país, ¿dónde se van a ubicar estos nuevos profesionales? Implementamos por eso una serie de cursos transversales para que los estudiantes “cambiaran el chip”, de modo que se prepararan no solo para ser empleados, sino también para a ser empleadores gestionando sus propios espacios de trabajo con las Pymes, especialmente. Pero de nuevo el corazón se arrugaba: Colombia es uno de los países donde más trabas administrativas y cargas impositivas de impuestos se tiene para la creación de empresas; ni el famoso “fondo emprender” ha podido dar los frutos esperados. Por otro lado, el acceso a la educación formal en los distintos niveles es muy limitado. En los países llamados “desarrollados”, la formación técnica o tecnológica abarca una población mayor que los profesionales, pero ambos, en el ejercicio de sus competencias, son valorados y estimulados. En Colombia, lastimosamente, todos quieren ser “profesionales”, porque en muchos espacios los técnicos y tecnólogos no son suficientemente valorados. Tenemos el claro ejemplo de muchos de los egresados del SENA que terminan su preparación con excelentes habilidades para el trabajo, pero apenas un número reducido logra ubicarse laboralmente. No ha faltado el grito que se da cuando a un trabajador que tiene formación tecnológica, por su historia, por sus habilidades, por su buen trabajo, resulta devengando un salario igual a un profesional. “Es necesario cambiar de chip”. No se puede negar que, en algún caso, un profesional te puede decir dónde poner el clavo, pero no sabe cómo ponerlo. No siempre la teoría hace el maestro. Otros trabajadores son empíricos o autodidactas, y dan cátedra a los más ilustrados profesionales. Todos son importantes, todos son necesarios. ¿Entonces qué? La Iglesia, y en el caso particular de Cali, solo por poner un ejemplo, se ha distinguido desde hace muchos años por apostarle a la educación con calidad e inclusión. En la Arquidiócesis de Cali tenemos todas las ofertas: desde la educación primaria, básica y técnica, con cerca de 32.000 estudiantes, sobre todo de los estratos 1, 2 y 3, hasta una Fundación Universitaria, con 24 años de experiencia y cerca de 6000 estudiantes donde la mayoría son de escasos recursos y/o trabajadores, presente en lugares como Pance, Meléndez, Compartir (Distrito de Aguablanca), Yumbo, Jamundí y Plaza Caicedo. Pero existen otras instituciones de educación católicas que, soportadas en la larga experiencia educativa de la Iglesia, ofrecen estudio de calidad para los estratos altos, sin descuidar un significativo número de estudiantes de estratos bajos, apoyados con becas y subsidios especiales. Planteo esta reflexión, en el momento actual, pues sin duda alguna uno de los aspectos que lleva a las reacciones de descontento y violencia que estamos viviendo, tiene buena parte de fundamentación en las grandes limitaciones de carácter estructural que arrastra el país desde tiempos remotos, también en el campo de una educación que debe ser pertinente, abierta, incluyente y con calidad. Un país educado ayuda a tomar conciencia a los ciudadanos de que todos somos responsables de todo y de todos. Permite construir una cultura en la que todos cabemos en el territorio y posibilita la consolidación de una identidad nacional. La educación, va más allá de la actividad educativa de las instituciones. Es una educación que tiene que ir de la mano de la formación, pues la educación no solo consiste en llenar de conocimientos a los estudiantes, sino también en ofrecer a ellos dimensiones formativas como las que tienen que ver con el cuidado de la vida propia y la de los otros, el conocimiento y difusión de los derechos humanos, el cuidado de la casa común y la dimensión trascendente que permite mirar a los demás como hermanos y hacer proyectos que vida que permitan alcanzar no solo la satisfacción de las necesidades básicas, sino también la felicidad eterna que se construye en este mundo. Es la educación que ha de propender por hacer hombres y mujeres sabios y sabias. Dice el libro de los Proverbios: “Feliz el hombre que encuentra la sabiduría, el hombre que adquiere prudencia; es mayor ganancia que la plata, es más rentable que el oro… En su mano derecha hay larga vida, en su izquierda, riqueza y gloria. Sus caminos son una delicia, todas sus sendas son pacíficas. Es árbol de vida para los que se aferran a ella, felices son las que la retienen” (Prov. 3, 13-14.16-18). Por esto mismo, educan también los padres y las mamás en las familias, el entorno social de los barrios y ciudades y los amigos. Educamos, en la campo religioso, los ministros, cada que se hace una reflexión desde la Palabra de Dios, las catequesis y las iniciativas pastorales, o los encuentros que se tengan según las creencias de cada uno. Hasta la misma naturaleza, con su silencioso vivir, da lecciones formativas de vida a los humanos. Y todo esto es y hace cultura, y todo esto hace posible la construcción de una identidad nacional. Ejemplos de ello tenemos en múltiples países del globo terráqueo, que para bien o para mal, nos dan lecciones de unidad en la diversidad. Me ha parecido muy interesante una de las conclusiones del filósofo e historiador, Jorge Orlando Melo, en su libro Historia mínima de Colombia: “Colombia nunca se convirtió en una nación en el sentido que el término tenía a fines del siglo XIX: una comunidad que comparte lengua, creencias, costumbres y valores. Hoy es un mosaico en el que las diferencias culturales locales o regionales, sociales y étnicas se afirman y defienden. Para muchos, la diversidad nacional reconocida en la Constitución de 1991, más que identidad, es un factor de creatividad que debe defenderse de las tendencias unificadoras” (JORGE ORLANDO MELO. “Historia mínima de Colombia.”. Turner Publicaciones S.L. Madrid 2018. pag. 320). En los tiempos de las protestas, cuando muchos se están sentando en las mesas para los diálogos, la concertación y los consensos, un punto de partida que deberá ser tenido en cuenta es precisamente la múltiple diversidad de quienes conformamos este hermoso país. En Cali, hoy epicentro nacional del paro, junto con Bogotá, indudablemente este aspecto será clave, porque lograr entender las necesidades de todos y cada uno de los grupos representativos étnicos, regionales y grupos de jóvenes, adultos, mujeres, etc., será la llave para reconocer que todos hacen y hacemos parte de una misma nación y que todos estamos llamados a ser respetados, pero también a aportar lo que cada uno está llamado a dar desde su tradición y sus costumbres. Lograr eso es la ruta para reconocer el factor identitario de Colombia, que diversa como es en su conformación, es capaz de caminar unida hacia un futuro mejor. En la educación se encuentra uno de lugares más adecuados para este ejercicio de participación, desde el diálogo y la visión holística de la realidad; de allí que que la Iglesia de Cali, y estoy seguro que de toda Colombia, renueva su compromiso de seguir educando y formando las generaciones de hoy y de mañana, generaciones sobre las cuales reposará en buena parte nuestro futuro. Los jóvenes en las calles han estado clamando la oportunidad de estudiar y de poderse insertar más y mejor en la vida laboral digna. La Iglesia seguirá ofreciendo su amplia experiencia educativa, pero espera que su servicio sea valorado y apoyado por el Gobierno, pues si bien el servicio educativo que ofrece es privado, porque proviene de un órgano no estatal, finalmente, el servicio es público y subsidiario al Estado, que no logra por su cuenta acoger los numerosos jóvenes en sus aulas educativas. Finalmente, en un pueblo educado, con oportunidades de trabajo digno y respeto de los derechos mínimos de las personas, la violencia es sin duda menor. La historia de Colombia, por desgracia, descrita por Melo como “la historia de un país que ha oscilado entre la guerra y la paz, la pobreza y el bienestar, el autoritarismo y la democracia” se encuentra de nuevo en la encrucijada histórica de quienes han descubierto la necesidad de reclamar sus justos derechos para tener futuro y recuperar el sentido y dignidad de la vida que muchos han perdido. La falta de educación ha hecho que la espiral de violencia esté siempre presente en Colombia, incluso, creando una especie de nueva cultura, la de la violencia. “Esta violencia -afirma Jorge Orlando Melo- creó olas expansivas que desorganizaron la sociedad, cambiaron sus valores, debilitaron la justicia y la policía y dieron campo y estímulo a otras formas de delincuencia, como el narcotráfico. Y su relación con los problemas sociales y la desigualdad ha hecho que forme una trama compleja con acciones políticas legales y con organizaciones que promueven objetivos legítimos, lo que vuelve difíciles y poco eficaces las respuestas represivas. Esta violencia es la gran tragedia de la sociedad colombiana del último siglo y constituye su mayor fracaso histórico” (JORGE ORLANDO MELO. “Historia mínima de Colombia. pag. 324). Es necesario, pues, “cambiar el chip” de la cultura de la violencia, a la cultura de la paz, de la reconciliación, de la fraternidad, del desarrollo participativo, de la cooperación mutua. Para aquellos que tienen algo qué hacer, he aquí un aporte. La Iglesia católica de Cali está presente, y desde la educación seguirá dando lo mejor para formar hombres y mujeres capaces de seguir construyendo una Cali mejor, un país mejor, más humanos, más dignos, más incluyentes, más amantes de la vida y de la casa común, anunciando y formando a las nuevas generaciones en la cultura del Reino de Dios, que es reino de justicia, de amor y de paz. + Luis Fernando Rodríguez Velásquez Obispo Auxiliar de Cali

Mié 16 Jun 2021

Avanza organización del “Encuentro de Movimientos Eclesiales de Familia”

Como parte de las actividades programadas en el marco del año “Familia Amoris Laetitia” proclamado por el papa Francisco, el Departamento de Matrimonio y Familia de la Conferencia Episcopal de Colombia realizará, el próximo 19 de junio, el “Encuentro de Movimientos Eclesiales de Familia”. Este será un espacio dedicado de manera especial para conocer las experiencias espirituales, pastorales y culturales, que los movimientos eclesiales de familia vienen desarrollando de manera creativa en este tiempo de pandemia para acompañar a las familias. "La experiencia de la pandemia ha puesto de relieve el papel central de la familia como Iglesia doméstica y la importancia de los lazos comunitarios entre las familias, que hacen de la Iglesia una “Familia de Familias” (AL87)". En este contexto, han dicho sus organizadores, es como se propone a partir de este encuentro escuchar y atender las necesidades que se tienen en el campo de la familia a nivel diocesano y de movimientos. Esta actividad estará acompañada de intervenciones con temas de gran interés para los participantes, entre los que se encuentran: Preparación de los novios; la espiritualidad conyugal, acompañamiento a las familias desde A.L.; la belleza del matrimonio; el perdón y la misericordia en el matrimonio; protagonismo de la pareja en la pastoral familiar, entre otros. La apertura del encuentro estará a cargo de monseñor Édgar de Jesús García Gil, obispo de Palmira y presidente de la Comisión Episcopal de Matrimonio y familia. Además, estarán presentes movimientos eclesiales que trabajan con las familias en Colombia. Son ellos: Equipos de Nuestra Señora, Encuentro de Novios, Movimiento Familiar Cristiano, Encuentro Matrimonial, Retrouvaille, Jesús salva mi familia, Hombres y Mujeres de futuro, Comunidad Alegría, Familias Misioneras y las Hermanas Vicentinas. El evento será transmitido a través de la plataforma Teams y Facebook Live de la Conferencia Episcopal de Colombia. Para mayores informes podrán comunicarse a través del correo electrónico [email protected] La inscripción la podrá realizar en el siguiente enlace. [icon class='fa fa-download fa-2x'] AQUÍ[/icon]

Mar 15 Jun 2021

Fallece monseñor Alirio López Aguilera

Este martes 15 de junio, la arquidiócesis de Bogotá, confirmó la noticia del fallecimiento de monseñor Alirio López Aguilera, sacerdote que se dio a conocer por el proyecto 'Goles en Paz' y su labor social frente a las jornadas de desarme ciudadano. A través de un comunicado, esta Iglesia particuar expresó su saludo de condolencia a la familia López Aguilera y elevó oraciones por el eterno descanso de alma de monseñor Alirio. "Nos unimos en oración para dar gracias a Dios por la vida de Monseñor Alirio, pedirle al Señor lo reciba en su Reino y para suplicar el consuelo y la paz para la familia López Aguilera". Monseñor ALIRIO LÓPEZ AGUILERA Nació en Bogotá el 19 de julio de 1954 del hogar conformado por Florentino López y Rosalía Aguilera. Realizó los estudios de Bachillerato en el Colegio Parroquial Santa Catalina (1973), Filosofía y Teología en el Seminario Mayor de Bogotá. Ordenado sacerdote el 22 de mayo de 1983 por el señor Cardenal Aníbal Muñoz Duque, para el servicio en la Arquidiócesis de Bogotá. Obtuvo el título de Especialista en Bioética de la Universidad El Bosque (2001) y el 21 de octubre de 2008, el Santo Padre Benedicto XVI lo añadió al número de sus capellanes. Oficios desempeñados: Inició su servicio pastoral como Vicario Parroquial en Nuestra Señora de Egipto (1983), Párroco en San Juan Bautista de la Salle (1985), Miembro de la Comisión Ejecutora del Programa de Diaconado Permanente (1995), Representante de la Arquidiócesis en el comité Distrital de Derechos Humanos (1995), Párroco en la Natividad e Nuestra Señora (1999), Párroco en la Veracruz (2001), Miembro del Consejo del Diaconado Permanente (2003), Miembro del Consejo Presbiteral (2008), Párroco en Dei Verbum (2008), Suplente del Señor Arzobispo en la Junta Administradora de la Fundación Hospital San Carlos (2012), Representante del Señor Arzobispo en la Junta Directiva de la Fundación Nuevo Mary Mount (2014), Párroco en San Ambrosio (2014), Suplente del Representante del Señor Arzobispo en la junta administradora de la Fundación Hospital San Carlos (2014), Arcipreste del Arciprestazgo 5.10 (2015), Ratificado como Arcipreste del Arciprestazgo No. 5.10 (2016), Ratificado como suplente representante del Señor Arzobispo en la junta directiva de la Fundación Hospital San Carlos (2016), Arcipreste del Arciprestazgo 5.1 (2017), Miembro del Consejo Presbiteral en representación de la Vicaria Episcopal Territorial de san Pedro (2017), Ratificado como Arcipreste del Arciprestazgo 5.1 (2020), y actualmente Párroco en San Diego desde (2020). Fuente: Of. comunicaciones Arquidiócesis de Bogotá Foto: Tomada de Internet

Lun 14 Jun 2021

Presentación Casa Cultural de Economía Naranja y Turismo: Museo Puccini

Bajo el slogan “¡Conviértete en patrocinador de tu historia!”, este martes 15 de junio, a las 10:00 de la mañana, la Diócesis de Santa Marta hará la presentación del proyecto: “La casa cultural de economía naranja y turismo: Museo Puccini”. Se trata de la construcción de una estructura donde los samarios y turistas podrán disfrutar de un paseo al Museo de Arte Religioso, para conocer una muestra impecable del mejor arte religioso y el archivo histórico de la Diócesis de Santa Marta, que refleja la tradición de fe de los samarios. Además, se adecuarán espacios para el funcionamiento de una capilla, del Instituto Teológico, el Centro de Escucha y Orientación Familiar (CEOF) y la sede para la Escuela Internacional de Turismo, donde se formarán prestadores de servicio a la sociedad, entre otras obras que allí funcionarán. Con este proyecto, la Iglesia particular de Santa Marta le estará aportando al desarrollo cultural, turístico, histórico y religioso de la ciudad. El padre Isidro de Jesús Castro, administrador diocesano, resaltó que esta obra es fruto de la voluntad de monseñor Luis Adriano Piedrahita, obispo de esta diócesis fallecido hace unos meses, quien inició este sueño que hoy se empieza a materializar gracias al apoyo de aliados estratégicos como: el Servicio Nacional de Aprendizaje (SENA) y la Caja de Compensación Familiar del Magdalena (CAJAMAG). “Según el parecer de monseñor Luis Adriano Piedrahita, antes de fallecer, se convertirá la antigua sede del Colegio Parroquial, en un espacio interactivo y armónico, donde el rol de la Iglesia coincida con el desarrollo cultural, recreacional y turístico, transformándolo en referente para los ciudadanos propios y foráneos, que lleguen a la zona céntrica de Santa Marta”, afirmó el administrador diocesano. A través de un boletín de prensa, la Diócesis de Santa Marta ha dicho que se espera tener la “posibilidad de transformar la edificación en un verdadero paseo de interés, altamente disfrutable y sostenible, que aporte al progreso de la sociedad, a partir de esta propuesta de la primera Iglesia de América del Sur”. Por su parte, el padre Mario Arturo Monsalvo Bolaño, director de la Casa Cultural de Economía Naranja y Turismo: Museo Puccini, ha dicho que esta obra irá avanzando en la medida que se unan benefactores que aporten a este iniciativa, por lo que invita a “colaborar con esta propuesta y a ser parte de la misma, ya que, nuestra casa cultural, será una experiencia de acogida a quienes buscan vincularse con el patrimonio de nuestra Diócesis, que con fuerza innovadora avanza en la ruta histórica, religiosa y cultural”. Este evento eclesial será transmitido a través de la página diocesana de Facebook y la Emisora Voces 89.4 F.M. Los interesados en conocer más detalles de esta propuesta, lo podrán hacer comunicándose a los teléfonos 301 2845070 / 311 4587039

Vie 11 Jun 2021

"¿Con qué podemos comparar el reino de Dios?"

DECIMOPRIMER DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO Junio 13 de 2021 Primera lectura: Ez 17,22-24 Salmo: Sal 92(91),2-3.13-14.15-16 (R. cf. Ez 17,24) Segunda lectura: 2Co 5,6-10 Evangelio: Mc 4,26-34 I. Orientaciones para la Predicación Introducción Para una mejor comprensión de las lecturas y su engranaje con el Año Litúrgico, es necesario hacer un acercamiento a este momento. Nos encontramos en la segunda parte del Tiempo Ordinario, que ha iniciado después de Pascua, pero que si bien vivimos en el transcurso de entresemana no es así en el recorrido dominical, que ha estado marcado por la recurrencia de grandes fiestas o Solemnidades del misterio cristiano. Concluimos la Pascua con Pentecostés, luego la Solemnidad de la Santísima Trinidad (30 de mayo), el Corpus Christi (junio 6); y esta semana que ha finalizado también nos ha llevado por los mismos senderos: El jueves, Jesucristo Sumo y Eterno Sacerdote; el viernes, el Sagrado Corazón de Jesús; el sábado, el Inmaculado Corazón de la Santísima Virgen María. Una serie de eventos extraordinarios que marcan el devenir del Año litúrgico y evidencian el Reino de Dios. En el Tiempo Ordinario “no se celebra ningún aspecto particular del misterio de Cristo, más bien este misterio se vive en toda su plenitud, particularmente los domingos” (Normas universales sobre el Año Litúrgico y su calendario, n.43). Así podemos proponer tres temas de reflexión y oración: • El valor del domingo para celebrar el misterio de Cristo en plenitud desde la Palabra de Dios y la sacramentalidad; • El valor de las parábolas en la transmisión del mensaje de Jesucristo; • Algunas imágenes del Reino de Dios y las actitudes propias ante el Reino. 1. Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura? El profeta Ezequiel vive en el momento crítico de la destrucción de Jerusalén y el exilio del pueblo en Babilonia; y se caracteriza por infundir esperanza frente a la grave crisis y dominio de los reinos circunvecinos que han sometido y destruido la ciudad de Jerusalén. En la primera parte de su libro anuncia una serie de oráculos contra Jerusalén invitando a la madurez personal frente al silencio de Dios a través de diversas imágenes. El profeta se hace defensor de la responsabilidad personal. Los versículos proclamados, son un poema que anuncia la restauración futura con características de una “era mesiánica”, que es obra de Dios. Así este texto, desde el mensaje global del libro de Ezequiel, es un llamado a la confianza, a la responsabilidad persona, y a la esperanza en un futuro marcado por la acción de Dios. El salmo 92 (91). Es un oráculo de salvación, que en su globalidad enseña que la confianza en Dios no debe basarse en las manifestaciones maravillosas o potentes, sino en una confianza por encima de esas esperanzas, pues Dios actúa de una forma discreta, casi secreta, pero firme, continua, evidentemente eficaz. La segunda lectura es la conclusión de la sección en la que Pablo se ha preguntado sobre el misterio de la vida más allá del sentido material, en efecto, el apóstol ha abordado la reflexión sobre el desenlace de la vida del creyente (4,16 – 5,10). Para abordar esta reflexión ha usado imágenes como la “tienda de campaña”, “casa” y “vestidos”, con ellas manifiesta la transitoriedad de la vida y una esperanza en algo más firme y definitivo que llega de las mismas manos de Dios. Concluye la sección (5, 6-10) colocando de relieve la confianza en Dios que lleva a vivir el presente de una manera particular en miras a los acontecimientos que seguirán en la configuración del Reino después de la muerte: Premio o castigo; esto exige una responsabilidad personal, en la que se viva el presente procurando agradar a Dios en todo. En san Marcos 4, 1-34, encontramos las enseñanzas de Jesús en parábolas; de las cuales se han escuchado dos: el grano que crece por sí mismo y el grano de mostaza, que surgen como una enseñanza sobre el Reino, pues Jesús las introduce con “el Reino de Dios se parece…” (v. 26), “¿Con qué compararemos el Reino de Dios?” (v. 30). Las dos parábolas abordadas, manifiestan que el Reino es un misterio que crece mediante la acción del hombre y de Dios. El Reino choca con dificultades, pero al mismo tiempo posee una fuerza propia, inmanente, que le garantiza el éxito final. Aunque el hombre no sepa cómo el Reino crece silenciosamente y su éxito depende de Dios. El hombre debe realizar lo que le corresponde y aguardar con confianza y esperanza. A las parábolas le sigue la conclusión sobre las enseñanzas en parábolas (vv. 33-34). De ellas se recalca que Jesús usaba las “imágenes” que le ofrecían las narraciones parabólicas según la posible comprensión de los destinatarios, pero, al mismo tiempo, algo queda en el misterio de lo incomprensible y por ello a los suyos, a los discípulos “se los explicaba todo en privado”. Las imágenes del Reino Ninguna parábola, ni imagen, es lo suficientemente integral para hablar del Reino, es tan rico y amplio este tema que se necesitan una larga lista de parábolas o imágenes mediante las cuales se puedan manifestar las características del Reino. La Lumen Gentium desarrolla esta mirada sobre las varias figuras bíblicas del Reino o de la Iglesia en el numeral 6. Tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento para transmitirnos esta revelación han hecho uso de diversas imágenes; las lecturas de este domingo nos llevan a algunas de ellas. El Reino se compara expresamente con una semilla cualquiera, pero también con la semilla de mostaza, esta planta se encontraba en Israel, en estado silvestre y también en cultivos. La semilla parece una acción insignificante, pero desemboca en la construcción del Reino, “crece y produce fruto”, “se hace arbusto y echa ramas tan grandes, que los pájaros pueden anidar en su sombra” (Cf. Mc 4, 26-32). El Reino se parece en su dinámica a la mostaza en Palestina, crece silvestre y en cultivos, se nota la acción de Dios y del hombre. Las semillas no son las únicas imágenes en las lecturas. Tenemos en el salmo y la primera lectura la imagen del cedro, de la palmera. Se habla de cedros, pero de manera concreta del cedro del Líbano; para la tradición bíblica es el más hermoso y majestuoso de los árboles. Crece lentamente, llega hasta los 30 metros, alcanza edad muy longeva, por ello es símbolo de grandeza y poder; su madera se apreciaba para construir moradas nobles como el Templo o palacios de reyes. El otro árbol hermoso es la palmera, sus ramas protegen del sol y de las inclemencias del clima, sus frutos alimentan al hombre; su firmeza y belleza es símbolo del justo (Salmo 92,13). 2. Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y que me sugiere para decirle a la comunidad? Dios se construye un Reino Las imágenes abordadas en las lecturas manifiestan algunas características del Reino de Dios. Todo acontece en el silencio de Dios, no hay que caer en la tentación de lo espectacular, ese no es el camino ordinario de la manifestación de Dios. Aunque las parábolas e imágenes no nos den una visión completa del Reino, el creyente ha de plantearse algunas que le ayuden a captar el sentido de los textos. ¿Qué es el Reino de Dios? ¿Quién es el Reino de Dios? ¿Qué significa que el Reino sea de Dios? El Reino es un misterio, crece secretamente y tiene asegurado su éxito, en su implantación confluyen el trabajo del hombre y la acción silenciosa de Dios; pues el Reino es suyo, es su propiedad, es totalmente diferente a cualquier otro reino. Ello hace que su naturaleza sea noble, como la del cedro, hace visible la grandeza y poder de Dios, manifiesta con grandeza y belleza todo su esplendor. El Reino pide una vida de Justos. El justo – creyente y el Reino Lo primero es preguntarnos ¿Qué actitudes debe vivir el creyente para decir que está en el Reino de Dios? Daremos una respuesta a la luz de la segunda lectura de hoy. Esta lectura pareciera respondernos que quien vive en el Reino de Dios debe vivir de una manera noble y distinta, caracterizada por algunos valores: * Plena confianza en Dios, aun en medio de los silencios divinos, Dios siempre está de nuestra parte, a nuestro favor. * Guiados por la fe. El hombre del Reino vive iluminado e impulsado por la fe, este es el gran valor del Reino. * Su preferencia: Vivir en todo momento con el Señor y procurar agradarle, en lo pequeño o poco que hagamos siempre buscar agradar a Dios. * Responsabilidad personal, asumir de forma responsable la vida, no escudarnos en pecados intergeneracionales o de lastres del pasado, pues cada uno tendrá que comparecer ante el tribunal de Dios para recibir premio o castigo. * Esperanza en la vida eterna. No vivimos en el Reino para que nos vaya bien económica, laboral, sentimentalmente… en esta vida, sino que la esperanza está en vivir con Dios eternamente. La vida eterna es la fuerza misteriosa que jalona la esperanza en Dios. 3. Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo? Te damos gracias, Señor por darnos a conocer un poco el misterio del Reino, el cual hemos vivido a lo largo de nuestra historia, concédenos la gracia de ver lo grande y majestuoso que es tu Reino a pesar de nuestro pecado e ingratitud; haz que valorando el misterio del Reino nos preocupemos de ayudarlo a construir colocando nuestro esfuerzo para que otros lo conozcan y juntos vivamos como justos que colocamos todo en las manos de Dios. II. Moniciones y Oración Universal o de los Fieles Monición introductoria de la Misa El encuentro de la comunidad creyente para celebrar la Eucaristía nos recuerda el valor del Reino y nuestro compromiso de dar todo para hacerlo cada día más visible y mejor. Todos somos como aves que venimos a anidarnos, alimentarnos y protegernos bajo las frondosas ramas de este arbusto que es la Iglesia. Participemos pues con fe, confianza y devoción en este encuentro con nuestro Dios. Monición a la Liturgia de la Palabra La Palabra de Dios nos sorprende, cada día, con su sencillez, para que podamos entender aquello que Dios nos quiere revelar; sin embargo, muchas veces su significado se nos escapa y no lo logramos comprender. Necesitamos entrar en amistad con Jesús para que, como hacía con sus discípulos, también a nosotros hoy, nos lo explique todo en privado. Ya estamos aquí, en la intimidad de la celebración, escuchemos pues con atención qué nos va a hablar Dios. Oración Universal o de los Fieles Presidente: Padre bueno, Señor del Reino, con la certeza que vivimos guiados por la fe y con la confianza de hijos te presentamos nuestras necesidades para recibir de ti las bendiciones necesarias para la construcción de tu Reino. Digamos juntos: R. Bendice tu Reino Señor 1. Que tu Iglesia, extendida por todo el mundo, sea signo de tu majestad y poder, que los que aún no te conocen encuentren el camino de la conversión y la fe. 2. Que los dirigentes de los pueblos, en sus vivencias cotidianas, descubran la presencia silenciosa de Dios, y con su responsabilidad personal, ayuden a construir los caminos de la paz, el perdón, la reconciliación y el desarrollo de nuestros pueblos. 3. Que la humanidad entera, especialmente los más vulnerables, en medio de estas graves crisis que ha causado la pandemia, todos aprendamos a vivir con confianza en la acción silenciosa de Dios y no perdamos la esperanza de un mañana mejor. 4. Que quienes nos alegramos de participar en esta Eucaristía, nos preocupemos de agradar al Señor en todo lo que hagamos y así nos comprometamos en la construcción del Reino de Dios. En un momento de silencio presentemos nuestras intenciones personales. Oración conclusiva Señor, Dueño del Reino, nosotros tus hijos esperamos con confianza en tu acción, presentando todas estas súplicas y las que quedan en nuestro corazón. Por Jesucristo Nuestro Señor. R. Amén.

Vie 11 Jun 2021

Identidad Nacional y Reconciliación

Por: Mons. Juan Carlos Cárdenas Toro - Dos temas clave para considerar en la actual crisis social. La pregunta por la identidad nacional, en medio de esta histórica crisis social, cobra tal vez hoy como nunca muchísima relevancia. Sabemos, pero no hemos entendido. ¿A qué me refiero con esto? Sabemos que somos una nación caracterizada esencialmente por la diversidad: geográfica, étnica, cultural. Pero todavía no alcanzamos a entender cómo asumir un modelo de Estado que incluya esta caracterización de la nación y permita que todos se sientan parte de ella, no sólo afectiva sino efectivamente. Los reclamos de tantos sectores hoy son la explosión de un cúmulo de frustraciones y deudas sociales que el Estado no ha podido satisfacer suficientemente. El federalismo y el centralismo seguramente han aportado a la historia del país luces y sombras — expertos habrá que puedan identificarlas con argumentos objetivos. Tal vez ambos modelos y sus efectos no sean en sí mismos las causas de nuestros líos sociales. Lo cierto es que Colombia es percibida en muchas de las regiones como un país que se ha desarrollado mirando hacia el centro, y desentendido de las periferias, sin lograr sacar lo mejor del potencial y vocación propia que traen los diferentes territorios. Y los sueños que se vuelven frustraciones, se convierten en sentimiento de fracaso, de olvido y todo esto en inconformidad y la inconformidad alimenta rabia que se transforma en rebeldía y en muchos la rebeldía toma forma de violencias. Colombia es una nación con muchas heridas, causadas por problemas no resueltos, o resueltos a medias. Y se ha dejado pasar el tiempo sin detenerse a curarlas. Reconciliación, es una palabra recurrente en los ambientes eclesiales del país. A reconciliarnos nos invitó el Papa Francisco: «Colombia tiene necesidad de vuestra mirada propia de obispos, para sostenerla en el coraje del primer paso hacia la paz definitiva, la reconciliación, hacia la abdicación de la violencia como método, la superación de las desigualdades que son la raíz de tantos sufrimientos, la renuncia al camino fácil pero sin salida de la corrupción, la paciente y perseverante consolidación de la “res publica” que requiere la superación de la miseria y de la desigualdad», nos dijo a los Obispos esa 7 de septiembre de 2017. Reconciliarnos es una meta, pero también una tarea que presupone lo que el Santo Padre nos plantea: abdicar de la violencia como método, venga de donde venga y superar las desigualdades crónicas con un pacto social en el que “nadie se quede atrás”. Y esta tarea de construcción social nos debe incluir a todos. Recomponer confianzas, posibilitar escenarios de encuentro y constituir espacios permanentes de escucha, seguimiento y participacón, pueden ser un interesante comienzo. + Juan Carlos Cárdenas Toro Obispo Diócesis de Pasto

Vie 11 Jun 2021

Papa Francisco nombra nuevo obispo auxiliar para Bogotá

El Papa Francisco nombró como obispo auxiliar de Bogotá a monseñor Germán Medina Acosta, hasta el momento vicario episcopal de la Vicaría de San Pedro en la Arquidiócesis de Bogotá, asignándole la sede titular de Aradi. Reverendo monseñor Germán Medina Acosta Nació en Bogotá el 25 de febrero de 1958, en el hogar conformado por Manuel Antonio Medina y Marina Acosta de Medina. Realizó sus estudios secundarios en el Seminario Menor de Bogotá (1975) y los de Filosofía (1978) y Teología (1982) en el Seminario Mayor de Bogotá. Es licenciatura en Teología (1989) de la Pontificia Universidad Javeriana. Magister en Psicología Comunitaria (1996) de la Pontificia Universidad Javeriana. Especialista en Ética y Pedagogía de Valores (1998) de la Pontificia Universidad Javeriana. Doctor en Teología (2002) de la Pontificia Universidad Salesiana – Roma. Ordenado Sacerdote el 20 de junio de 1983 por el cardenal Aníbal Muñoz Duque, para el servicio de la Arquidiócesis de Bogotá. Inició su servicio pastoral como vicario parroquial en Nuestra Señora del Ave María (1983). Miembro del equipo de directores del Seminario Menor de Bogotá (1984). Coordinador del equipo arquidiocesano de Pastoral Juvenil (1985). Capellán en el Colegio del Rosario (1986). Primer Capellán en la Universidad Nacional y Párroco en los Santos Ángeles Custodios (1996). Arcipreste del Arciprestazgo N° 1.3 (1999). Miembro del equipo de formadores del Seminario Mayor (2002). Miembro del Consejo del Diaconado Permanente (2003). Miembro del Consejo Presbiteral (2008). Se desempeñó como Rector del Seminario Mayor de San José (2010). Miembro del Consejo Presbiteral (2014). Párroco en San Juan de Ávila (2015). Miembro del Consejo Presbiteral – en representación de la Vicaría Episcopal Territorial de San Pedro y animador del equipo arquidiocesano para la formación permanente (2016). Ratificado como miembro del Colegio de Consultores, nombrado vicario episcopal territorial de San Pedro y vicario general de la Arquidiócesis de Bogotá desde el mes de junio de (2017)

Jue 10 Jun 2021

“Del costado de Cristo surge la Iglesia”

SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS Junio 11 de 2021 Primera lectura: Os 11,1.3-4.8c-9 Salmo: Sal Is 12,2-3. 4bcd.5-6 (R. cf. 3) Segunda lectura: Ef 3,8-12.14-19 Evangelio: Jn 19,31-37 I. Orientaciones para la Predicación Introducción La Palabra de Dios que ilumina y da sentido a esta solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús, nos presente algunas ideas para la reflexión, oración y vivencia, resaltadas las lecturas: • “El amor de Dios a Israel” (Os 11, 1. 3-4.8c-9), • “El amor de Dios abraza a toda la humanidad” (Ef 3,8-12.14-19) y • “Del costado de Cristo surge la Iglesia” (Jn 19, 31-37). 1. Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura? “El amor de Dios a Israel” (Os 11, 1. 3-4.8c-9): El profeta Oseas nos presenta en este oráculo un mensaje claro del amor de Dios para con el pueblo de Israel. El señor es eternamente fiel. Israel no lo es, pero el Señor, por fidelidad a sí mismo, proclama de nuevo su bendición para el pueblo. La novedad en este texto está en que, si antes esta fidelidad se proclamaba bajo la imagen del esposo, ahora se hace con la imagen del padre: el amor de Dios a Israel es comparado al amor de un padre a su hijo. Este amor es más fuerte que el amor de una madre a sus hijos. Dios ama a su pueblo más que un esposo a su amada; este amor vencerá incluso las peores infidelidades; llegará hasta el don más precioso: “tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único” (Jn 3,16). “El amor de Dios abraza a toda la humanidad” (Ef 3,8-12.14-19): La actitud orante de Pablo “me pongo de rodillas”, no es una actitud frecuente en los judíos que oran siempre de pie. Sólo en los momentos de excepcional solemnidad hincaban las rodillas o se postraban en señal de adoración. El apóstol, con este giro de solemnidad casi litúrgica, expresa la intensidad de su oración y la humildad con que se realiza. Este tipo de oración hace que el hombre entero, cuerpo y alma, muestre con sus palabras y gestos el amor filial que tiene a Dios. En esta bellísima oración se pide a Dios que fortalezca a los cristianos, que Cristo habite por la fe en sus corazones y que puedan comprender la dimensión del amor de Cristo, predicado por San Pablo, de forma que crezcan hasta la plenitud de Dios. La inmensa grandeza del misterio de Cristo se expresa con un esquema muy visible: una cruz y el crucificado, cuyos brazos se extienden en las cuatro direcciones buscando abrazar con el amor a toda la humanidad. En definitiva, conocer la historia de la salvación y el misterio de Cristo es darse cuenta de la magnitud del amor de Dios. Ahí está el fundamento de la vida cristiana, como lo expresa la liturgia de las horas, en el himno de laudes en la Solemnidad del Sagrado Corazón: “Oh Jesús, suma benignidad, admirable alegría del corazón, bondad inabarcable, tu amor nos abraza”. “Del costado de Cristo surge la Iglesia” (Jn 19, 31-37): En la víspera de la Pascua se inmolaban oficialmente en el templo los corderos pascuales a los que, según la Ley, no se podía romper un hueso (Cf. Ex 12,46). La referencia a la “parasceve” (viernes como preparativo del sábado entre los judíos) y el hecho de que no le quebraran las piernas, subraya que Cristo es el verdadero Cordero Pascual que quita el pecado del mundo. La sangre y el agua que brotaron del costado traspasado de Jesús son figuras del Bautismo y de la Eucaristía, de todos los sacramentos, y de la misma Iglesia. Este segundo Adán se durmió en la cruz para que de allí le fuese formada una esposa que salió del costado de quien dormía. El comienzo de la Iglesia y su crecimiento están simbolizados en la sangre y en el agua que manaron del costado abierto de Cristo crucificado (LG 3). Tras la muerte de Jesús, el Evangelio de Juan nos presenta un episodio que él considera altamente significativo. En primer lugar, nos indica que es el momento de la preparación (Jn 19,31), es decir, la preparación a la Pascua, y precisamente es el momento en que se inmolan los corderos para la cena pascual. Todo indica que estamos en un viernes, puesto que el día siguiente es sábado y muy solmene. Los soldados quiebran las piernas de los otros dos crucificados (Jn 19,32) y al llegar a Jesús, como lo ven ya muerto, no le quiebran las piernas (Jn 19,33), sino que uno de los soldados le atravesó el costado con una lanza y al instante salió sangre y agua. El mismo evangelista nos presenta dos claves de lectura de este texto. En primer lugar, la referencia a Cristo como cordero Pascual, como bien podemos encontrar en textos veterotestamentarios (Ex 12,46) o al justo cuyos huesos son protegidos por Dios (Sal 34,21). La segunda referencia es a Cristo como Dios traspasado por los pecados del pueblo. En el profeta Zacarías 12,10 está la misma expresión, que se refiere a Dios, y ahora en el Evangelio de Juan es aplicada a Jesucristo. 2. Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y que me sugiere para decirle a la comunidad? Hoy en la fiesta del Sagrado Corazón de Jesús, detengámonos a contemplar juntos el Corazón traspasado del Crucificado. En la carta de san Pablo a los Efesios, reflexionemos una vez más que "Dios, rico en misericordia, por el gran amor con que nos amó, estando muertos a causa de nuestros delitos, nos vivificó juntamente con Cristo (...) y con él nos resucitó y nos hizo sentar en los cielos en Cristo Jesús" (Ef 2, 4-6). Estar en Cristo Jesús significa ya sentarse en los cielos. En el Corazón de Jesús se expresa el núcleo esencial del cristianismo; en Cristo se nos revela y entrega toda la novedad revolucionaria del Evangelio: el Amor que nos salva y nos hace vivir ya en la eternidad de Dios. El evangelista san Juan escribe: "Tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna" (Jn 3, 16). Su Corazón divino llama entonces a nuestro corazón; nos invita a salir de nosotros mismos y a abandonar nuestras seguridades humanas para fiarnos de él y, siguiendo su ejemplo, a hacer de nosotros mismos un don de amor sin reservas. 3. Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo? Aunque es verdad que la invitación de Jesús a "permanecer en su amor" (cf. Jn 15, 9) se dirige a todo bautizado, en la fiesta del Sagrado Corazón de Jesús, es también la Jornada de santificación sacerdotal. Bien podemos reflexionar: ¿Cómo no recordar con conmoción que de este Corazón ha brotado directamente el don de nuestro ministerio sacerdotal? ¿Cómo olvidar que los presbíteros hemos sido consagrados para servir, humilde y autorizadamente, al sacerdocio común de los fieles? Nuestra misión es indispensable para la Iglesia y para el mundo, que exige fidelidad plena a Cristo y unión incesante con él, o sea, permanecer en su amor; esto exige que busquemos constantemente la santidad. II. Moniciones y Oración Universal o de los Fieles Monición introductoria de la Misa Reunidos como asamblea litúrgica dispongamos nuestro corazón para dar gracias a Dios en el misterio de la comunión y unidad: la Eucaristía. La iglesia celebra el día de hoy la solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús y la jornada de oración por la santificación del clero, supliquemos al Señor por nuestra Patria Colombia y por los sacerdotes. Continuemos con alegría esta celebración. Monición a la Liturgia de la Palabra La liturgia de la Palabra nos presenta cómo el amor de Dios es un amor sin límites. Su grandeza se manifiesta en la pequeñez y en la ternura. Jesús, no nos pide grandes discursos sobre el amor, sino hacer pequeños gestos concretos en continuidad con Él. Oración Universal o de los Fieles Presidente: Bendigamos a Cristo que, para ser ante Dios Padre el pontífice misericordioso y fiel de los hombres, se hizo en todo semejante a nosotros y supliquemos diciendo: R. Muéstranos, Señor, los tesoros de tu amor 1. Te pedimos Señor, por nuestra Iglesia y en ella por el Papa Francisco, los Obispos, el clero y a todos los bautizados, para que los sostengas frente a las dificultades que se presentan. 2. Te pedimos Señor, por nuestra patria colombiana, por los líderes de nuestros pueblos, para que el amor y el diálogo contribuyan siempre a la solución de los conflictos. 3. Te pedimos Señor, por todos los que sufren, para que del costado de Cristo sean reconfortados en la misericordia 4. Te pedimos Señor, por quienes nos encontramos reunidos celebrando la Eucaristía, que podamos continuar con la misión evangelizadora que nos has encomendado. En un momento de silencio presentemos nuestras intenciones personales. Oración conclusiva Padre Santo, escucha nuestras plegarias las cuales presentamos confiados en tu amor y misericordia. Por Jesucristo nuestro Señor. R. Amén.