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Iglesia

Mar 29 Dic 2020

Diócesis de Cúcuta cumple cuarta fase de entregas de ayudas a migrantes caminantes

La Diócesis de Cúcuta ha asistido a miles de migrantes venezolanos que cruzan a pie por esta zona de frontera, con rumbo a otras ciudades de Colombia o países de Latinoamérica. En su camino, la Iglesia les acompaña y mitiga algunas de sus necesidades básicas. Con ayudas alimentarias, de higiene personal y elementos de bioseguridad, los migrantes caminantes han sido beneficiados en las fases que ha desarrollado la Iglesia Particular de Cúcuta para atenderlos. En las primeras tres fases, la asistencia se dio gracias a la Fundación Populorum Progressio. Durante el mes de noviembre, se unió a esta obra de caridad de la Iglesia Particular de Cúcuta, la Conferencia Episcopal Alemana a través de la Acción Episcopal Adveniat, que apoya a las Iglesias en América Latina y el Caribe en los proyectos pastorales. De esta manera, se ejecuta la cuarta fase de ayudas a migrantes caminantes, con la entrega de 9.000 kits de seguridad, higiene y alimentación. En la recta de Los Vados (municipio de Los Patios, Norte de Santander), se encuentra la sede de la Casa de Paso ‘Divina Providencia’, desde donde se acompaña en el camino a los migrantes. Allí se han estado entregando estos paquetes de ayudas entre las 7:00 a.m. y 1:00 p.m. cada día. La Diócesis de Cúcuta y Adveniat obran juntos, siguiendo la invitación del Papa Francisco de ir a las “periferias existenciales” (donde predominan el dolor y la injusticia), de llegar, como Iglesia, con mayor intensidad hacia los pobres. Fuente: Centro de comunicaciones de la diócesis de Cúcuta

Mar 29 Dic 2020

'María guardaba todo en su corazón'

SOLEMNIDAD DE SANTA MARÍA, MADRE DE DIOS Enero 1° de 2021 Primera Lectura: Nm 6,22-27 Salmo: 67(66) ,2-3.5.6+8 Segunda Lectura: Ga 4,4-7 Evangelio: Lc 2,16-21 I. Orientaciones para la Predicación Introducción La solemnidad de Santa María, Madre de Dios, nos ofrece varios espacios para nuestra reflexión: • María Madre de Dios y Madre Nuestra • Año nuevo, un nuevo tiempo para Dios • Jornada mundial de oración por la paz 1. Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura? La celebración de este día tiene varios matices significativos, para la vida de la Iglesia y de la sociedad; en primer lugar, celebramos la solemnidad de María Madre de Dios, en la que honramos la maternidad virginal de María en el contexto de la celebración del nacimiento de nuestro salvador; además, la Iglesia nos invita, este día, a unirnos a la jornada mundial de oración por la paz, como todos los años, el mensaje del Papa Francisco, en efecto, nos alienta a ser instrumentos de la paz y la reconciliación; Igualmente, hoy empezamos un nuevo año, con nuevas expectativas e ilusiones, pero principalmente con la esperanza de tiempos mejores, con trabajo y el bienestar deseado, después del año tan difícil que ha vivido la humanidad entera a causa de la pandemia del COVID 19. La Palabra de Dios acompaña la vida de nuestras familias y de nuestras comunidades al inicio del año 2021, iluminados por su mensaje y acompañados por la maternal intercesión de la Virgen María, acerquémonos al mensaje que el Señor quiere dejar hoy a nuestros corazones. En la primera lectura, tomada del libro de los Números 6,22-27, se resalta la consecuencia de la invocación del nombre de Dios sobre el pueblo de Israel, ella es la “Bendición de Dios”. La historia del pueblo de la alianza, está marcada por duros acontecimientos: esclavitud, un largo camino en el desierto, hambre y sed antes de llegar a la tierra prometida; en esta misma historia, el pueblo israelita ha contemplado los prodigios que Dios ha hecho a su favor, ha percibido poco a poco la grandeza de su nombre y ha comprendido que cundo se glorifica a Dios y se implora su nombre, Dios bendice. “invocarán mi nombre sobre los israelitas y yo los bendeciré” Cfr. Nm 6,27. En el salmo 67 (66) el salmista suplica piedad y bendición, “El Señor tenga piedad y nos Bendiga” Cfr. Sal 67,2 pide que el rostro de Dios nos ilumine; esta plegaria se eleva a Dios en nombre de todos los pueblos, llamados también a alabar a Dios “hasta los confines del orbe” Cfr. 67,8. En Jesús recién nacido, podemos contemplar el cumplimiento de esta plegaria. El apóstol Pablo en la carta a los Gálatas 4,4-7 exalta el misterio de la encarnación, y lo hace reseñando un detalle muy humano, cunado dice “envió Dios a su Hijo, nacido de mujer” Cfr. Ga 4,4, la intención del apóstol no es resaltar la figura de la mujer, sino exaltar la figura de Jesús, puesto que, luego de una larga espera “cuando se cumplió el tiempo” Cfr. Ga 4,4 los hombres pasaron de la antigua ley a la nueva, dejaron de ser esclavos para ser hijos. San Pablo nos invita a contemplar en el misterio del nacimiento de Jesús, el tiempo en el que Dios viene a liberar y a salvar al hombre haciéndolo hijo, de ahí la gracia de que podemos llamar a Dios “Padre querido” ¡Abba! Cfr. Ga 4,6. El Evangelio de Lucas 2,16-21 narra una escena llena de ternura, describe como los pastores encontraron a Jesús envuelto en pañales y junto a Él a María su Madre y a José. Los pastores les contaron todo lo que se decía del niño y de regreso a sus aldeas y hogares llenos de gozo, comunicaron todo lo que habían oído y habían visto. El Evangelio nos da un detalle muy especial de María cuando dice que ella “conservaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón” Cfr. Lc 2,19, además de recordar que a los ocho días del nacimiento del Señor fue circuncidado y nombrado como se les había revelado, Jesús. 2. Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y que me sugiere para decirle a la comunidad? Me parece importante resaltar que el centro de la celebración litúrgica es Cristo, en Él, cada vez que celebramos la Eucaristía y escuchamos su Palabra, encontramos la luz necesaria que nos conduce a la vida eterna. Sin embargo, en este primer día del año, la Iglesia nos permite contemplar la figura maternal de la Virgen María, en ella también encontramos una valiosa ayuda, su intercesión como Madre de Dios y Madre nuestra. El título de “Santa María, Madre de Dios” es el primero y más importante, entre muchos otros, que la Iglesia otorga a la Madre del Salvador. En esta navidad hemos podido contemplar todas las dificultades y limitaciones que tuvieron que enfrentar José y María; a pesar de todos estos sufrimientos, también hemos podido descubrir el gozo y la alegría de la humilde familia de Nazaret, de los pastores, de la creación entera que celebra el nacimiento del Señor Jesús; esa alegría hoy adquiere un significado más profundo, al contemplar a la Madre que veía y oía decir cosas tan bellas del niño, que ahora tiene entre sus brazos; el Evangelio nos recuerda que María meditaba todo esto en su corazón, su silencio y su ternura de madre nos hace comprender la profunda obediencia y la fidelidad inquebrantable de aquella mujer que hoy honramos con el título de María, Madre de Dios. Por el sí de María, podemos contemplar a Jesús, luz del mundo, al Hijo de Dios que ha venido a iluminar nuestras vidas, a salvarnos y a traernos la bendición; su rostro brilla sobre nosotros, y cuando lo invocamos, Él nos trae la bendición, así lo hacemos al empezar este nuevo año “El Señor te bendiga y te proteja, ilumine su rostro sobre ti y te conceda su favor; El Señor se fije en ti y te conceda la paz” Cfr. Nm 6,23-26. Con San Pablo, contemplando a Jesús nacido de mujer, hoy percibimos la obra del Padre que, al llegar la plenitud de los tiempos nos envió a su Hijo, quien comparte con nosotros la condición humana, nace de una mujer, de María, exaltada hoy como la Madre de Dios; su Hijo es ahora la nueva ley, Él está puesto en medio de nosotros para hacernos pasar de la esclavitud a la libertad de los hijos de Dios; este misterio nos compromete a ser instrumentos del plan de salvación de Dios, puesto que, los que creemos en Cristo, plenitud de la revelación, sabemos que estamos llamados a seguir edificando su Reino de Paz y de justicia. Los pastores son testigos privilegiados de la maternidad de María, del cumplimiento fiel de las tradiciones judías, lo que nos describe el Evangelio con tanta alegría, es el comienzo de la historia de aquel a quien pusieron por nombre Jesús, el Emanuel, Dios con nosotros, que se hace presente en la historia de los hombres, para anunciar la Buena Noticia de la salvación, curando a toda la humanidad de las heridas causadas por el pecado; junto a esta historia se desarrollaran muchas más, las escucharemos cada domingo de este nuevo año, en la proclamación de la Palabra de Dios; de modo especial, aquellas que se refieren a María, Madre de Dios, en breves escenas la veremos como una mujer contemplativa, silenciosa, orante, amorosa, ofrecida por su Hijo a Juan como Madre y en él como Madre de toda la humanidad. 3. Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo? Todos estamos llamados a invocar a Dios y su bendición que hoy tiene un especial significado ya que empezamos un nuevo año. Nuestras familias, amigos y las personas que encontramos a diario en nuestra vida, necesitamos de la Bendición de Dios, hoy ponemos junto al altar nuestros buenos propósitos, puesto que esperamos un nuevo tiempo, un año en el que deseamos encontrarnos para fortalecer la amistad y celebrar la vida. Lo fundamental de esta navidad es reconocer que Dios se ha hecho presente definitivamente en la historia de cada familia, de cada persona, ha venido a salvarnos, su presencia entre nosotros es la de un hermano mayor que señala el camino, que va adelante y con su ejemplo nos enseña a discernir la voluntad de aquel a quien llamamos Padre. Sabemos que en el mundo no abunda la alegría, las consecuencias de la pandemia del COVID 19, los diferentes conflictos armados en muchos lugares del mundo, la destrucción de la casa común, la pobreza y la injusticia, nos llenan de tristeza, pero también sabemos que en medio de todas estas tragedias humanas, siempre hay esperanza, la alegría de los pastores, la felicidad de María y de José, que contemplan al salvador del mundo, son el mejor testimonio de aquella buena noticia que nos trae ilusión, ternura y perdón; no podemos olvidar que Dios nos sigue amando y que Él nos ha dado a María, la Madre de Dios, como madre amorosa y primera intercesora de las necesidades de toda la humanidad. II. Moniciones y Oración Universal o de los Fieles Monición introductoria de la Misa Nos hemos reunido este primer día del año para escuchar la Palabra de Dios y participar de la fracción del pan. Hoy la Iglesia celebra la solemnidad de Santa María, Madre de Dios y, en el contexto de esta celebración de las fiestas de navidad, el Papa Francisco nos invita a unirnos a la jornada mundial de oración por la paz. Coloquemos aquí junto al altar la vida de nuestras familias, la de nuestra comunidad e imploremos de Dios su bendición, para iniciar este nuevo tiempo con la esperanza cierta de la paz y la reconciliación. Participemos con alegría. Monición a la Liturgia de la Palabra La Palabra de Dios es lámpara que alumbra nuestros pasos, permitamos que su luz nos guie y acompañe durante este nuevo año 2021, abramos el corazón y dejemos que su mensaje transforme nuestra propia vida y la de nuestras familias. Escuchemos con atención. Oración Universal o de los Fieles Presidente: Al comenzar este nuevo año y seguros de que cuando invocamos la ayuda de Dios, Él acude para concedernos su bendición, elevemos al Padre nuestras súplicas diciendo: R. Padre de bondad concédenos la paz 1. Por el Papa Francisco, nuestro obispo NN y por todos los pastores de la Iglesia para que, durante este nuevo año, con la gracia de Dios sean mensajeros de la paz y la reconciliación. Oremos. 2. Por los gobernantes de las naciones y los que tienen responsabilidades políticas, educativas y sociales, para que con sus acciones promuevan la justicia y la paz verdadera. Oremos. 3. Por las familias del mundo entero y por nuestros hogares, para que unidos y trabajando juntos en los valores del buen trato y el respeto a los demás, superemos las discordias y lleguemos al perdón. Oremos. 4. Por la humanidad entera que ha sufrido las consecuencias de la pandemia del COVID 19, para que con la esperanza y solidaridad propia de los que creemos en Cristo, superemos las diferencias y construyamos una sociedad más equitativa. Oremos. 5. Por las familias que lloran a sus seres queridos que han muerto, para que, confortados por la esperanza cristiana, sigan trabajando por un mundo mejor. Oremos. En un momento de silencio presentemos nuestras súplicas y oraciones Oración conclusiva Dios y Padre nuestro, al comenzar este nuevo año, con la abundancia de tus bendiciones, atiende estas súplicas que te hemos pedido con fe. Por Jesucristo nuestro Señor R. Amén.

Lun 28 Dic 2020

Diócesis de Armenia organiza ayudas para los pobres

En el marco del'Día del amor por los pobres', la diócesis Armenia activó la “Ruta de la Solidaridad”, que busca en esta época de Navidad y de pandemia apoyar a la población más vulnerable del Quindío. El obispo de la diócesis, monseñor Carlos Arturo Quintero, en una entrevista concedida a Telecafé Noticias de Armenia, informó que a través de la “Ruta de la Solidaridad” se ha logrado poner en marcha un corredor humanitario, que vincula a las parroquias y algunas organizaciones.“Hoy estamos dándole un impulso a esta casa, seguimos trabajando desde el banco de alimentos y con todas las acciones de evangelización, mirando hacia los pobres y necesitados en esta época de pandemia”,aseguró. Según lo indicó el prelado, desde la Pastoral Social – Caritas y el banco de alimentos de la diócesis, se apoya a fundaciones, hogares que atienden ancianos e instituciones similares con quienes se comparte lo que almacenes de cadena y supermercados donan, especialmente productos no perecederos con los cuales ayudan a calmar las necesidades básicas de los más pobres. “Vamos a tener la mesa de la fraternidad, el kit del viajero, almacén de ropa de segunda, oratorio, un centro de escucha, tres cooperativas, entre otras. Para no caer en el asistencialismo con las personas que reciben estas ayudas, se les pedirá una contraprestación”,advirtió. Finalmente, monseñor Quintero dijo que se espera para el año 2021 realizar un trabajo conjunto entre la diócesis y la comunidad ‘Sarepta’, con el fin de seguir aumentando el plan de ayuda a las comunidades más vulnerables. Video de Telecafé Noticias

Dom 27 Dic 2020

Los santos inocentes tienen hoy nuevos Herodes

Al referirse al acontecimiento de los ‘Santos Inocentes Mártires’, que la Iglesia católica conmemora el 28 de diciembre y que recuerda a tantos niños que el cruel Herodes mandó matar, monseñor Gabriel Ángel Villa Vahos, arzobispo de Tunja, recordó que esta es una celebración en la que se brinda un homenaje a tantos niños no nacidos, así como a jóvenes y adultos que a diario padecen el flagelo de la violencia y la guerra. “Lo ocurrido a los Santos Inocentes es una trágica historia que se ha repetido y se sigue repitiendo a lo largo del tiempo, con distintos y variados escenarios, con nuevos personajes: nuevas víctimas, nuevos “Herodes”, que determinan la muerte, no sólo de niños cuando aún están en el vientre materno, sino también de jóvenes y adultos en masacres, mutilaciones, con la eutanasia, los atropellos a la dignidad de las personas, los bloqueos sicológicos”, asintió el arzobispo. Observó que esta fiesta litúrgica, con el correr de los tiempos, se ha ido desdibujando y ridiculizando “por causa del mundo que pregona ser “laico” y por causa del secularismo y, en ocasiones, por la falta de respeto por lo religioso”. Monseñor Villa, al referirse a la pandemia que invade y acorrala a la humanidad, dijo que así como este virus ha permitido descubrir en muchos el ser noble, en otros ha mostrado ese lado oscuro de la persona. Igualmente, recordó que esta emergencia sanitaria ha dejado evidenciar que hay muy pocas cosas sobre las que el ser humano puede decidir o tener el control. “Un virus invisible nos acuarteló, nos distanció y nos hizo notar que somos frágiles y no nos la sabemos todas”. En este contexto evocó las palabras del papa Francisco: “Ha salido a la luz la fragilidad, la vulnerabilidad y la pequeñez humana, ante lo cual no nos queda otra opción que reconocer que dependemos del otro, incluso del que considerábamos más pequeño, para poder sobrevivir”. Frente a este escenario, que a veces pareciera sombrío, el prelado rescató que este es un tiempo para la esperanza y la solidaridad. “Que los Santos Inocentes Mártires nos ayuden a sacar lo mejor, las mejores lecciones de vida, para que una vez superada esta contingencia estemos precisamente del lado de la vida, de la familia, del lado de la solidaridad, la justicia, la equidad, el servicio, del amor distintivo del discípulo de Cristo”.

Sáb 26 Dic 2020

'Ahora, Señor, puedes dejar que tu servidor muera en paz'

LA SAGRADA FAMILIA DE JESÚS, MARÍA Y JOSÉ Diciembre 27 de 2020 Primera Lectura: Sir 3,2-6.12-14 Salmo: 128(127),1-2.3.4-5 (R. cf. 84[83], 5a) Segunda Lectura: Col 3,12-21 Evangelio: Lc 2,22-40 (forma larga) o Lc 2,22.39-40 (forma breve) I.Orientaciones para la Predicación Introducción De nuestro encuentro con la Palabra podemos resaltar algunas ideas centrales: • El amor a Dios pasa por el amor y el respeto vivido en la familia. • El amor de Dios vivido en la familia es vínculo de perfección y de progreso. • Cristo en medio de la familia trae la bendición y la salvación para la humanidad. 1. Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura? El libro del Eclesiástico nos recuerda que el amor a Dios pasa a través del respeto y el amor que los hijos dan a sus padres, ya que para el judío el buen trato para los padres y la sumisión a ellos, redunda en beneficio de los hijos, así se va explicando el sentido del cuarto mandamiento que asegura la vivencia de la piedad y el respeto dentro del clan familiar, por eso hay tres beneficios importantes para el hijo que respeta la autoridad de sus padres: el perdón de los pecados, la escucha de las plegarias y la bendición divina manifestada en la prolongación de la vida sobre la tierra. Igualmente, en el libro del Eclesiástico se habla de varias formas de obtener el perdón de los pecados y una de ellas es la manifestación del amor y el respeto hacia los padres, en 1 Pe 4, 8 se dice que el amor cubre la multitud de los pecados y el primer lugar donde se aprende a vivir ese amor es en la familia, de ahí la importancia de manifestar el respeto hacia los padres para que el amor hacia ellos nos ayude a obtener el perdón de los pecados. El segundo beneficio es, la certeza de que Dios escucha las plegarias, ya que a Dios le agrada más el amor al prójimo que muchos sacrificios y ofrendas, pues según 1 Sm 15, 22 la obediencia vale mucho más que el sacrificio; y el tercer beneficio es prolongar los días sobre la tierra, vivir una larga vida, sabiendo que se tiene la bendición de Dios, así se afirmaba desde el Ex 20,12. El apóstol san Pablo en su carta a los Colosenses nos exhorta a vivir el amor en medio de la familia, ya que el amor es un vínculo de perfección. Ese amor es el que debe primar en todas las relaciones familiares, ya que el vínculo conyugal solo se entiende desde el amor que los esposos se manifiestan al vivir el uno para el otro, y como prolongación del amor vienen los hijos, por eso el apóstol después de enumerar varias virtudes que deben estar presentes en cada cristiano, se detiene a señalar que el amor es la mayor de todas y este amor empieza vivirse en la familia, de ahí se desprende el sometimiento de las mujeres a sus maridos, que no significa esclavitud sino más bien el reconocer que la mujer y el hombre son una sola carne y este vínculo los lleva a estar el uno para el otro, de modo que el respeto es la primera consecuencia de ese amor, y este se extiende hacia los hijos, por eso el apóstol le recuerda a los padres, la importancia de tratar bien a sus hijos demostrando el amor que se les tiene. El Evangelio de san Lucas nos presenta la presencia de Jesús en medio de una familia humana cumpliendo con todos los deberes propios de la época, pero sabiendo que la persona de Jesús es motivo de gozo y bendición para todos aquellos que se encuentran con Él. La sagrada familia se presenta cumpliendo con el amor a Dios manifestado en la obediencia a la ley mosaica y por eso, según Lv 12, 28, después de los cuarenta días del nacimiento del hijo la madre debía presentarse al templo para ofrecer un ritual de purificación de acuerdo a lo que establecía la ley. En el capítulo 13 del libro del Éxodo se mandaba que todo primogénito debía consagrarse al Señor, por eso encontramos a María y a José que van a templo para cumplir con la ley y de este modo demuestran el amor a Dios y el deseo de agradarle en todo, con la conciencia de que el hijo que ha nacido es un don que Dios le ha concedido. La presencia de Jesús es motivo de esperanza y de consuelo para el pueblo de Israel y por eso, la sagrada familia es la primera en acoger con alegría esta bendición de parte de Dios, de ahí que no importa la pobreza, el sufrimiento o el dolor, porque con Jesús presente en la familia todo puede sobrellevarse desde la unión profunda con Dios. 2. Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y que me sugiere para decirle a la comunidad? La familia nace y se gesta a partir del amor de la pareja humana y este amor que proviene de Dios se prolonga en los hijos, por ello, el libro del Eclesiástico nos recuerda el deber de los hijos para honrar y respetar a los padres, esta es una consecuencia lógica del amor y el buen trato que los hijos han recibido de los padres, de modo que los respetan y permanecen sumisos a ellos, así reciben de parte de Dios sus bendiciones manifestadas en el perdón de los pecados, pues el que ama a Dios y al prójimo, lo busca en todo momento y recibe el perdón por sus faltas, de igual modo, los hijos que viven el cuarto mandamiento son bendecidos por Dios con largos días sobre la tierra, fruto del amor, el cariño y el respeto tributado a los padres. De otra parte, el buen hijo tiene la certeza de que Dios lo escucha siempre, pues “amor se paga con amor”, Dios como Padre bueno que ama sabe dar cosas buenas a sus hijos que se acercan con fe y por eso los trata con amor. Hoy debemos preguntarnos: ¿Cómo está la educación de los hijos?, cuando en nuestra sociedad se está perdiendo la educación cristiana, necesitamos recuperar la vivencia de los valores fundamentales en el seno de la familia. La segunda lectura nos recuerda la importancia de la vivencia del amor en medio de la familia, pues la primera manifestación se concreta en el florecimiento de los valores en la comunidad familiar, de ahí que el apóstol destaca que por encima de todo está el amor. En nuestro tiempo debemos reconocer la necesidad de vivir el amor a Dios, recordemos las palabras del Concilio en Gaudium et Spes 52 “La familia es escuela del más rico humanismo. Para que pueda lograr la plenitud de su vida y misión se requieren un clima de benévola comunicación y unión de propósitos entre los cónyuges y una cuidadosa cooperación de los padres en la educación de los hijos. La activa presencia del padre contribuye sobremanera a la formación de los hijos; pero también debe asegurarse el cuidado de la madre en el hogar, que necesitan principalmente los niños menores, sin dejar por eso a un lado la legítima promoción social de la mujer. La educación de los hijos ha de ser tal, que al llegar a la edad adulta puedan, con pleno sentido de la responsabilidad, seguir la vocación, aun la sagrada, y escoger estado de vida; y si éste es el matrimonio, puedan fundar una familia propia en condiciones morales, sociales y económicas adecuadas. Es propio de los padres o de los tutores guiar a los jóvenes con prudentes consejos, que ellos deben oír con gusto, al tratar de fundar una familia, evitando, sin embargo, toda coacción directa o indirecta que los lleve a casarse o a elegir determinada persona”. Hoy más que nunca necesitamos recuperar el sentido del amor en la familia, la crisis generada por el covid19 es la oportunidad para volver a vivir en el seno de la familia y recuperar lo fundamental del amor alimentado desde el encuentro con Cristo que le da sentido y plenitud a la vida de la familia. 3. Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo? En esta solemnidad de la Sagrada Familia de Nazareth volvemos nuestra mirada al seno del pesebre para implorar de Dios la necesidad de acoger la presencia de Cristo en medio de nuestras familias, pues solo Él puede dar sentido a todo que viven las familias en este tiempo; las pruebas, el sufrimiento, la enfermedad, la pobreza, el rechazo, el dolor y todas las situaciones humanas que experimentan nuestros seres queridos en el hogar no son ajenas a Cristo, ya que con su Encarnación viene para dar plenitud a nuestra vida. Es la oportunidad para unirnos en familia en torno al pesebre y repensar la misión de familia como base fundamental de la sociedad, ya que nada ni nadie puede sustituir la educación en los valores humanos y cristianos que es propia de cada una de las familias. En este sentido, el Papa Francisco en el Ángelus del 29 de diciembre de 2019 recordó que “la familia es un tesoro precioso. Hay que sostenerla y protegerla siempre”, que esta sea la ocasión para recuperar ese tesoro que Dios ha puesto en nuestras manos: la familia. II. Moniciones y Oración Universal o de los Fieles Monición introductoria de la Misa Hoy volvemos nuestra mirada al pesebre para contemplar a la Sagrada Familia como modelo de todas las familias, en ella contemplamos la escuela del más rico humanismo, por eso, en la Eucaristía damos gracias por cada una de nuestras familias, con el deseo de que Cristo sea el centro y el sentido de cada una de las vivencias de nuestra familia: el dolor, la prueba o la alegría son recibidos por Cristo que, con su Encarnación, nació y vivió en la familia de Nazaret. Monición a la Liturgia de la Palabra La Palabra de Dios nos hace poner nuestra mirada en el amor que debe vivir nuestras familias: la lectura del libro del Eclesiástico nos recuerda que el primer deber de los hijos es el respeto y la sumisión a los padres, y Dios los premiará con su bendición; en la segunda lectura, san Pablo nos recuerda que el amor debe estar por encima de todo lo que vive la familia y el Evangelio de san Lucas nos presenta a la Sagrada Familia que permanece unida para cumplir con el amor a Dios y al hermano, manifestados en el respeto por los mandatos de Dios. Escuchemos con atención. Oración Universal o de los Fieles Presidente: Al Padre lleno de amor que nos ha entregado a su Hijo Jesús nacido en el seno de una familia, elevemos nuestra plegaria confiada diciendo: R. Por medio de la Sagrada Familia, escúchanos Padre 1. Oremos por el papa Francisco y por toda la Iglesia, para que con su predicación ilumine y oriente la vida espiritual de todas nuestras familias. Roguemos al Señor 2. Oremos por los gobernantes de las naciones para que trabajen por la defensa de la vida y la familia. Roguemos al Señor 3. Oremos por las familias que en medio de la pandemia sufren por la pérdida o la enfermedad de sus seres queridos. Roguemos al Señor 4. Oremos por las familias donde hay conflictos o se ha perdido el amor y el respeto, para que renueven el amor desde el encuentro con Cristo. Roguemos al Señor 5. Oremos por todas las familias que viven sin esperanza, para que descubran la presencia de Cristo que da sentido y plenitud a la vida del hombre, roguemos al Señor Presentemos al Padre nuestras intenciones personales Oración conclusiva Escucha oh Dios, la oración de pueblo reunido en asamblea litúrgica para celebrar el misterio de la navidad. Por Jesucristo nuestro Señor. R. Amén.

Sáb 26 Dic 2020

Navidad entre la incertidumbre y la esperanza

Por: Mons. Luis Fernando Rodríguez Velásquez - María y José, asombrados por el anuncio del Ángel de que serían padres del Hijo de Dios, del Salvador, obedecen el edicto de César Augusto y dirigieron sus pasos a Belén de Judá para realizar el censo. De seguro que fue un camino lleno de incertidumbres, de preguntas, de noches sin días, pues María estaba en embarazo… Al final, una noche se iluminaría con el resplandor de las estrellas, pero sobre todo, por el nacimiento de Jesús, que reposará en un pesebre. Todos estamos llamados a hacer el camino hacia el encuentro con el Salvador. Así lo hicieron María y José para acogerlo y presentarlo a la humanidad, representada en los pastores y los reyes magos, que también hicieron el camino con la incertidumbre de lo que habrían de encontrar. Todos estamos llamados a hacer en el mundo el camino de la esperanza. En el contexto de pandemia en el que nos toca vivir el nacimiento del Hijo de Dios, tratemos de aprovechar cada uno de estos momentos pasando de la incertidumbre a la esperanza. María y José, con temor, buscaban dónde alojarse en Belén, y encontraron el mejor lugar que podrían haber imaginado… “Y María le acostó en un pesebre, porque no tenían sitio en el albergue” (Lc. 2, 7). Los pastores “fueron a toda prisa y encontraron a María y a José y al niño acostado en un pesebre … y se volvieron glorificando y alabando a Dios (Lc. 2, 16). Y los Reyes preguntaban ansiosos a Herodes “dónde está el rey de los judíos que ha nacido, pues hemos venido a adorarlo” (Mt. 2, 2). Para todos la noche oscura les condujo al encuentro de la Luz. ¿Acaso ese no ha de ser el camino que estamos llamados a experimentar en la noche de la pandemia del COVID 19, de las masacres, del desempleo creciente, del hambre, de los desplazamientos, de los asesinatos de líderes, de los desastres de la naturaleza? Nuestro llamado es simple: que todos los hombres y mujeres de buena voluntad acojan el mensaje de los ángeles en la noche de navidad: “Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz a los hombres en quienes él se complace” (Lc. 2, 14). Es la paz que debemos seguir buscando y construyendo a través de la fraternidad y amistad universales; de la solidaridad, especialmente con los más necesitados; de la creatividad para superar de la mejor manera la coyuntura social que atravesamos; del regreso a Dios, de manera que con su ayuda podamos perseverar en el camino de la reconciliación, el desarrollo y el amor mutuos. No podemos negar que las incertidumbres, sobre todo entorno del COVID 19 y la esperada vacuna, marcan mucho de nuestro devenir. Los invito a dirigir la mirada a las demás realidades que nos circundan. No todo es COVID. No todo es noche ni desolación. Movidos por la esperanza, recuperemos todo lo que de bueno, de sano, de noble, de puro, hay en el corazón de cada uno. Eso, con la fe en quien todo lo puede, serán los ingredientes que requerimos para dar inicio al año 2021, el cual deberá ser vivido mejor, aprendiendo las enseñanzas que nos deja el 2020. Como Obispo auxiliar, que tuve la enorme responsabilidad de acompañarlos en este difícil año que termina, quiero decirles gracias. Gracias a los presbíteros, diáconos, religiosos, religiosas y laicos en general por su trabajo y testimonio de fe. Gracias a nuestros gobernantes. Gracias a todos los que en el sector de la salud dieron lo mejor de sí. Gracias a todos lo que hicieron gala de solidaridad y servicio sin límites. Gracias a todos los que en medio de la pandemia, acompañaron a la Iglesia y a sus sacerdotes con su oración y ayudas. Gracias por la manera tan resiliente como en la mayoría de los casos, supieron hacer frente a estos meses de confinamiento y restricciones. La noche lleva a la luz. No pierdan la esperanza. Hacemos oración por los que han padecido y padecen la enfermedad del COVID - 19. Elevamos al Padre de la misericordia nuestra plegaria de sufragio por las almas de los difuntos del COVID y demás causas. Oramos para que el Señor nos conceda la gracia de un nuevo año en el que la paz y la fraternidad sean su distintivo. A todos los bendigo con afecto y gratitud. ¡Feliz Navidad y próspero año 2021! +Luis Fernando Rodríguez Velásquez Obispo Auxiliar de Cali

Vie 25 Dic 2020

La voz del Pastor | 27 de diciembre de 2020

Reflexión de monseñor Luis José Rueda Aparicio, Arzobispo de Bogotá y primado de Colombia Lectura del Santo Evangelio según San Lucas 2,22-40

Jue 24 Dic 2020

¡Coraje para vivir! ¡Coraje para la paz!

Por: Mons. Darío de Jesús Monsalve Mejía - Son muy posibles los sentimientos negativos en este tiempo: soledad, oscuridad, miedo, impotencia, fatiga, desgano. La amenaza de la depresión puede asediar la salud de muchos y las realidades colectivas de todos. Tantas cosas siguen entre paréntesis, que el futuro inmediato podría parecer más una ruleta rusa que un camino cierto. Vivimos “entre corchetes”, con la incertidumbre a cuestas. Y no solo por la pandemia del COVID-19, sino por patinar y patinar en lo mismo: entre la voracidad de las pasiones exacerbadas y de las violencias desatadas. Una “historia” tan absurda y repetida como “el mito de Sísifo” (cfr. Google). ¿Qué sentido darle este año a la Navidad y al Año Nuevo? Una PRESENCIA acompaña nuestras vidas y nuestra historia. Es una lucecita encendida en el seno de la noche, con el brillo de las estrellas y la esperanza del sol. “Un niño nos ha nacido, un hijo se nos ha dado”, clama el profeta (Is.9,5). Con él nace la esperanza de una humanidad diversa pero unida, que tendrá el coraje de vivir, el coraje de la paz. “Un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre” (Lucas 2,11). “Sobre esta pobreza del portal, se despliega el mundo del Espíritu. Mientras nosotros estamos complicados en dramas de consciencia, porque nos tienta seguir principios de fuerza, de poder y violencia, el Niño de Belén nos dice que el milagro de la paz de la Navidad es posible para quienes acogen sus dones”. Navidad no es sólo una fecha para conmemorar, sino el evento de una PRESENCIA siempre actual, capaz de contagiar de coraje para vivir y de fuerza para transformar en paz y perdón nuestros conflictos. Extiendo, con el Obispo Auxiliar y el Emérito, con todos los presbíteros y diáconos, LA BENDICIÓN DE NAVIDAD para cada persona y familia, grupo y comunidad, que acojan este mensaje: “Gloria a Dios en las alturas y en la tierra PAZ a las personas en quienes Él se complace” (Lc.2,14). + Darío de Jesús Monsalve Mejía Arzobispo de Cali