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Iglesia

Sáb 19 Dic 2020

¡Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo!

CUARTO DOMINGO DE ADVIENTO Diciembre 20 de 2020 Primera Lectura: 2Sam 7,1-5.8b-12. 14a.16 Salmo: 89(88),2-3. 4-5.27+29 (R. cf. 2a) Segunda Lectura: Rm 16,25-27 Evangelio: Lc 1,26-38 I. Orientaciones para la Predicación Introducción “Dijo el rey al profeta Natán: Mira, yo habito en una casa de cedro, mientras la casa del Señor habita en una tienda de lona” (2S 7,2). La profecía de Natán es elaborada a base de una contraposición: no será David quien edifique una casa (templo) a Yahvé, sino que será Yahvé quien levante una casa (una dinastía) a David. La promesa concierne esencialmente a la permanencia del linaje davídico sobre el trono de Israel. “El ángel le respondió: el Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso, el que va a nacer será santo y le llamarán Hijo de Dios” (Lc 1,35). La representación de este acontecimiento se inspira en varios pasajes veterotestamentarios, en particular en la aparición del ángel a Gedeón (Jc 6,11-24), al anuncio del nacimiento de Sansón (Jc 13, 2-7), la dignidad del niño evoca claramente las alusiones a las promesas, sobre todo a las hechas de David y su linaje (2S, 7,2). María dará a luz un niño, a quien el ángel le atribuye los títulos “Hijo del Altísimo” e “Hijo de Dios”. Se promete además que Dios, el Señor, le dará el trono de David, su Padre. Reinará por siempre en la casa de Jacob y su reino no tendrá fin. “La Revelación del misterio oculto por los siglos eternos, pero ahora manifestado a través de las Escrituras proféticas” (Rm 16, 26). A diferencia de otras cartas, San Pablo termina ésta con una doxología a Dios omnipotente y sabio por medio de Jesucristo. El apóstol quiere dejar claro que la “justicia de Dios”, tema central en la Carta a los Romanos, es una gracia divina, un don, que no depende del cumplimiento de las obras prescritas por la ley de Moisés; más aún, es imposible cumplir todas las obras de la ley sino interviene la gracia divina. 1. Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura? El misterio de la Encarnación comporta diversas realidades: que María es virgen, que concibe sin intervención de varón, y que el Niño, verdadero hombre por ser hijo de María, es al mismo tiempo Hijo de Dios en el sentido más fuerte de la expresión. Este pasaje de la anunciación es profundamente diciente a la Iglesia que lo revive cada día al recitar la oración del ángelus. El pasaje de la anunciación se desarrolla en Nazaret, una aldea de Galilea que ni si quiera es mencionada en el Antiguo Testamento. Estamos ante una virgen que no pide ningún hijo, es más, pregunta cómo podrá llevarse a cabo lo que el ángel le dice (Lc 1,34). Por eso, las palabras del ángel Gabriel expresan una acción singular, soberana y omnipotente de Dios (Lc 1,35) que evoca la de la creación (Gn 1,2), cuando el Espíritu descendió sobre las aguas para dar vida; y la del desierto, cuando creo al pueblo de Israel y hacía notar su presencia con una nube que cubría el Arca de la Alianza (Ex 40, 34-36). Para los hombres, María es “una virgen desposada con un varón que se llamaba José, de la casa de David” (Lc 1,27); en cambio, para Dios, es la “llena de gracia” (Lc 1,28), la criatura más singular que hasta ahora ha venido al mundo; y sin embargo ella se tiene a sí misma como “la esclava del Señor” (Lc 1, 38). El pasaje contiene asimismo una revelación de Jesús. En las primeras palabras (Lc 1,30-33), el ángel afirma que el Niño será el cumplimiento de las promesas. Las fórmulas que se utilizan son veterotestamentarias, tales como: “el trono de David, su padre” (Is 9,6), “reinará sobre la casa de Jacob” (Nm 24,17), y su reino no tendrá fin (2S 7,16; Dn 7,14; Mi 4,7), representan expresiones conectadas con la promesa divina de Israel-Jacob, con los oráculos acerca del Mesías descendiente de David y con los anuncios proféticos del Reinado de Dios. Todo lo que el Espíritu hace en María está en función de Jesús: el Mesías entra en la historia humana por medio de la acción del Espíritu Santo creador de Dios en María. De esta manera el relato de la anunciación ilumina nuestra comprensión del misterio del Hijo que se hace carne. Todo se hace posible por la gracia de Dios y al “Sí” de María. 2. Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y que me sugiere para decirle a la comunidad? El concilio vaticano II presenta a María, Madre de Jesucristo, como “prototipo y modelo para la Iglesia”, y la describe como mujer humilde que escucha a Dios con confianza y alegría. Desde esa misma actitud hemos de escuchar a Dios en la Iglesia actual. «Alégrate». Es lo primero que María escucha de Dios y lo primero que hemos de escuchar también hoy. Entre nosotros falta alegría. Con frecuencia nos dejamos contagiar por la tristeza. Cuando falta la alegría, la fe pierde frescura, la cordialidad desaparece, la amistad entre los creyentes se enfría. Todo se hace más difícil. Es urgente despertar la alegría en nuestras comunidades y recuperar la paz que Jesús nos ha dejado en herencia. «El Señor está contigo». No es fácil la alegría en la Iglesia de nuestros días. Sólo puede nacer de la confianza en Dios. No estamos huérfanos. Vivimos invocando cada día a un Dios Padre que nos acompaña, nos defiende y busca siempre el bien de todo ser humano. Esta Iglesia, a veces tan desconcertada y perdida, que no acierta a volver al Evangelio, no está sola. Jesús, el Buen Pastor, nos está buscando. Su Espíritu nos está atrayendo. Contamos con su aliento y comprensión. Jesús no nos ha abandonado. Con él todo es posible. «No temas». Son muchos los miedos que nos paralizan a los seguidores de Jesús. Miedo al mundo moderno y a la secularización. Miedo a un futuro incierto. Miedo a nuestra debilidad. Miedo a la conversión al Evangelio. El miedo nos está haciendo mucho daño. Nos impide caminar hacia el futuro con esperanza. Nos encierra en la conservación estéril del pasado. Crecen nuestros fantasmas. Desaparece el realismo sano y la sensatez cristiana. Es urgente construir una Iglesia de la confianza. La fortaleza de Dios no se revela en una Iglesia poderosa sino humilde. «Darás a luz un hijo y le pondrás por nombre Jesús». También a nosotros, como a María, se nos confía una misión: contribuir a poner luz en medio de la noche. No estamos llamados a juzgar al mundo sino a sembrar esperanza. Nuestra tarea no es apagar la mecha que se extingue sino encender la fe que, en no pocos, está queriendo brotar. Desde nuestras comunidades, cada vez más pequeñas y humildes, podemos ser levadura de un mundo más sano y fraterno. Estamos en buenas manos. Dios no está en crisis. Somos nosotros los que no nos atrevemos a seguir a Jesús con alegría y confianza. 3. Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo? Hoy contemplamos en oración, guiados por la Palabra del Evangelio, el misterio del anuncio de la Encarnación que cambio la historia, al mundo. La palabra en este momento suscita en nosotros una gran acción de gracias y al mismo tiempo la conciencia profunda de que cada uno de nosotros tiene un llamado para participar activamente en la obra de la salvación. Se esperaría que nuestra respuesta sea tan clara y decidida como la de María. La salvación no se compra, no se vende: se regala. Nosotros no podemos salvarnos por nosotros mismos: la salvación es un regalo, totalmente gratuito. No se compra con la sangre ni de toros ni de cabras: no se puede comprar. Solamente, para que esta salvación entre en nosotros pide un corazón humilde, un corazón dócil, un corazón obediente. Como el de María. Y el modelo de este camino de salvación es el mismo Dios, su Hijo, que no estimó un bien irrenunciable, ser igual a Dios. El “camino de la humildad, de la humillación” significa sencillamente decir: yo soy hombre, yo soy mujer y Tú eres Dios, e ir adelante, a la presencia de Dios, en la obediencia, en la docilidad del corazón. II. Moniciones y Oración Universal o de los Fieles Monición introductoria de la Misa Hermanos, nos reunimos como Iglesia peregrina para celebrar esta Eucaristía, y en ella, agradecer a Dios por todas las bendiciones que ha derramado sobre nuestra comunidad y, también, para poner en sus manos cada una de nuestras vidas. Con estos sentimientos, continuemos con fe esta celebración. Monición a la Liturgia de la Palabra La Liturgia de la Palabra nos presenta a la Virgen María, como la bienaventurada de Dios, pues ha sido escogida como morada; para que, su Hijo, nazca entre nosotros. Ella nos enseña, a aceptar con generosidad los designios de Dios cuando dice: “yo soy la esclava del Señor: ¡Que se cumplan en mí tus palabras!”. Escuchemos con atención. Oración Universal o de los Fieles Presidente: Oremos, hermanos, al Todopoderoso para que venga en nuestra ayuda y nos conduzca al Reino de su luz y de su paz. Digamos: R. Ven, Salvador nuestro 1. Por la Iglesia y todos sus pastores; para que, hagan de su ministerio un auténtico servicio humilde y sincero. Oremos al Señor. 2. Por los gobernantes de las naciones, quienes velan por el bienestar de los ciudadanos; para que, también sean ellos sembradores de justicia, fraternidad y desarrollo. Oremos al Señor. 3. Por la paz en el mundo; para que, sepamos construir una convivencia fundamentada en la verdad, la libertad, la justicia y el amor. Oremos al Señor. 4. Por los niños que se han quedado sin padres y sin familia; para que, siempre se sientan acogidos y queridos por las personas que están cercanas a ellos. Oremos al Señor. 5. Por todos nosotros; para que, sepamos dar gracias a Dios por los beneficios que nos ha concedido y, para que compartamos generosamente con los demás. Oremos al Señor. En un momento de silencio se pueden añadir nuestras intenciones personales… Oración conclusiva Dios de bondad, recibe estas súplicas que te presentamos firmes en la fe, constantes en la esperanza y gozosos en el amor. Por Jesucristo nuestro Señor. R. Amén.

Sáb 19 Dic 2020

Fallece padre de monseñor Omar Alberto Sánchez Cubillos

La Conferencia Episcopal de Colombia (CEC) expresa sus más sentidas condolencias a monseñor Omar Alberto Sánchez Cubillos, arzobispo de Popayán, por el sensible fallecimiento de su padre Luis Onofre Sánchez . Los obispos al elevar sus plegarias por el eterno descanso del señor Luis Onofre, manifiestan su compañía y solidaridad con la familia y amigos. Su velación se está llevando a cabo en el concejo municipal de Cogua- Cundinamarca y la eucaristía de exequias se realizarán el día 20 de diciembre a las 2:00pm en el templo parroquial de San Antonio de Padua.

Vie 18 Dic 2020

ACN lidera la campaña: "En Navidad, la Providencia somos todos"

Bajo el lema: "En Navidad, la Providencia somos todos", la Fundación Pontificia Ayuda a la Iglesia que Sufre – ACN Colombia, viene liderando una campaña que permitirá aliviar la difícil situación que atraviesan los templos de la isla de Providencia, golpeados por el huracán Iota en noviembre pasado. Durante estas semanas posteriores a la catástrofe natural, las iglesias han servido como albergue para algunos de los habitantes de Providencia, que se resguardan allí ante la pérdida de sus viviendas. Aunque los techos, las puertas y casi todo el mobiliario se perdió a causa del huracán, las estructuras de los edificios aún permanecen en pie, y se destacan entre el panorama desolador que lo rodea. Los damnificados han instalado carpas dentro de los templos para tratar de resguardarse un poco de las lluvias y los fuertes vientos que por esta época son normales en esta zona. Con los recaudos obtenidos a través de la plataforma Vaki, se espera apoyar las labores de arreglo y restauración de los templos de Providencia. Puede unirse a esta campaña en el siguiente enlace: https://vaki.co/es/vaki/unregalodefe FUNDACIÓN AYUDA A LA IGLESIA QUE SUFRE – ACN Colombia Fundada en 1.947 por el padre Werenfried Van Straaten, es una Fundación Pontificia que tiene la misión de apoyar la evangelización ayudando a financiar proyectos pastorales en países donde católicos y cristianos están en dificultades, ya sea por pobreza, persecución religiosa, guerras o catástrofes naturales.

Vie 18 Dic 2020

Comunidades del Guainía, agradecen presencia de la Iglesia en pandemia

A través de un video-mensaje, las comunidades ubicadas en la triple frontera entre Colombia, Brasil y Venezuela, expresaron su agradecimiento y reconocieron la labor realizada por monseñor Joselito Carreño Quiñones, Vicariato Apostólico de Inírida y su comitiva, en apoyo a las comunidades más vulnerables del municipio de Río Negro en Venezuela. Desde que se dio inicio a la emergencia sanitaria causada por el Covid-19, esta Iglesia particular se dio a la tarea de prestar la atención médica, material y espiritual a las comunidades ubicadas en las zonas del Bajo Guainía, Medio Guainía y Alto Guainía. Según lo indicaron en un mensaje emitido desde la oficina de comunicaciones del Vicariato “considerando que para los pueblos indígenas, habitantes del sector ribereño del río Guainía la salud es un desafío, desde inicios de la pandemia, programó una estrategia de ayuda con la brigada extramural de salud del vicariato, la cual visitó las comunidades de Galilea, San Felipe y San Carlos de Río Negro en Venezuela, llevándoles atención médica, suministros médicos, pruebas Covid-19; así mismo, distribuyendo lonas de mercado por cada sector las cuales contenían alimentos no perecederos de la canasta familiar y elementos de bioseguridad y de aseo personal. Igualmente se les brindó acompañamiento espiritual a las familias”. Así mismo, informaron que durante este tiempo se realizaron acciones de salud que fueron desarrolladas por profesionales del sector pertenecientes al Vicariato: un médico, dos auxiliares de enfermería, una pareja de laicos misioneros venezolanos, quienes prestan atención a los pueblos indígenas y colonos, asentados en estos sectores, población vulnerable. “Para el Vicariato es un compromiso promover la salud para todos, asegurándose que sea una misión cumplida y nadie se quede sin atención”, puntualizaron.

Jue 17 Dic 2020

Jornada Mundial de la Paz: "La cultura del cuidado como camino de paz"

El Vaticano hizo oficial el día de hoy el mensaje del Papa Francisco para la 54ª Jornada Mundial de la Paz, que se celebrará el 1 de enero de 2021, en la fiesta de la Solemnidad de María Santísima, Madre de Dios, se titula "La cultura del cuidado como camino de paz". Practicar y educar para cuidar, escribe el Santo Padre, es la manera de "erradicar la cultura de la indiferencia, el descarte y la confrontación, que a menudo prevalece hoy en día". La cultura de la atención, como "compromiso común, solidario y participativo para proteger y promover la dignidad y el bien de todos", y "disposición a interesarse, a la atención, a la compasión, a la reconciliación y a la curación, al respeto mutuo y a la acogida recíproca". Se necesitan artesanos de la paz para iniciar procesos de curación En las ocho páginas del texto, el Papa "se dirige a los Jefes de Estado y de Gobierno, a los responsables de las Organizaciones internacionales, a los líderes espirituales y a los fieles de las diversas religiones, y a los hombres y mujeres de buena voluntad". A ellos les recuerda lo que escribió en su última encíclica, Fratelli tutti: "En muchas partes del mundo se necesitan caminos de paz que lleven a la curación de las heridas, se necesitan artesanos de la paz dispuestos a iniciar procesos de curación y de encuentro renovado con ingenio y audacia". La pandemia agravó las demás crisis Francisco observa los acontecimientos del 2020, marcados por "la gran crisis sanitaria de Covid-19", que ha agravado crisis que están muy estrechamente vinculadas, "como las climática, alimentaria, económica y migratoria, y que han causado grandes sufrimientos y dificultades". Piensa en primer lugar en "los que han perdido a un familiar o a un ser querido, pero también en los que han perdido su trabajo". Recuerda de manera especial a los médicos, enfermeros, farmacéuticos, investigadores, voluntarios, capellanes y personal de los hospitales y centros de salud, "que han trabajado duramente y siguen haciéndolo, con gran esfuerzo y sacrificio, hasta el punto de que algunos de ellos han muerto en el intento de estar cerca de los enfermos, de aliviar su sufrimiento o de salvar sus vidas". Vacunas y asistencia también para los más pobres y frágiles Pensando en ellos, el Pontífice renueva su llamamiento a los dirigentes políticos y al sector privado, que hizo en su vídeo-mensaje con motivo del 75° aniversario de las Naciones Unidas, "para que adopten las medidas adecuadas a fin de garantizar el acceso a las vacunas contra el Covid-19 y a las tecnologías esenciales necesarias para asistir a los enfermos y a todos los que son más pobres y frágiles". Cultura del cuidado contra la indiferencia, el descarte y la confrontación El Papa Francisco lamenta que, "junto a los numerosos testimonios de caridad y solidaridad", se están impulsando diversas formas de "nacionalismo, racismo, xenofobia e incluso guerras y conflictos que siembran muerte y destrucción". Y subraya la pandemia y los demás eventos que han marcado el camino de la humanidad en el año 2020: “Nos enseñan la importancia de hacernos cargo los unos de los otros y también de la creación, para construir una sociedad basada en relaciones de fraternidad. Por eso he elegido como tema de este mensaje: La cultura del cuidado como camino de paz. Cultura del cuidado para erradicar la cultura de la indiferencia, del rechazo y de la confrontación, que suele prevalecer hoy en día” El cuidado de los primeros cristianos por los más frágiles Siguiendo el ejemplo del Maestro, continúa el Pontífice, los primeros cristianos "practicaban el compartir para que nadie entre ellos estuviera necesitado y se esforzaban por hacer de la comunidad una casa acogedora, abierta a todas las situaciones humanas, dispuesta a hacerse cargo de los más frágiles". Y luego cuando "la generosidad de los cristianos perdió algo de impulso, algunos Padres de la Iglesia insistieron en que la propiedad está destinada por Dios al bien común". San Ambrosio, recuerda el Papa Francisco, argumentó que la naturaleza dio "todas las cosas para los hombres para el uso común", pero la codicia convirtió este derecho común para todos en "un derecho para unos pocos". Una vez libre de la persecución, la Iglesia implementó la "charitas christiana", instituyendo o suscitando el nacimiento de "hospitales, refugios para los pobres, orfanatos y hospicios" para la humanidad que sufre. La "gramática" del cuidado en la doctrina social de la Iglesia Estos ejemplos de "caridad activa de tantos testigos luminosos de la fe", escribe el Santo Padre, se reflejan en los principios de la doctrina social de la Iglesia, que ofrecen a todos los hombres de buena voluntad la "gramática" del cuidado: “La promoción de la dignidad de toda persona humana, la solidaridad con los pobres y los indefensos, la preocupación por el bien común y la salvaguardia de la creación” Ruta común siguiendo la brújula de estos principios El Pontífice invita, por tanto, a "los responsables de las organizaciones internacionales y de los gobiernos, del mundo económico y científico, de la comunicación social y de las instituciones educativas", ante "el agravamiento de las desigualdades en el interior de las naciones y entre ellas", a retomar la "brújula" de los principios de la doctrina social de la Iglesia, para dar al proceso de globalización un curso común y "verdaderamente humano", como ya lo indicó en Fratelli tutti. “Esta permitiría apreciar el valor y la dignidad de cada persona, actuar juntos y en solidaridad por el bien común, aliviando a los que sufren a causa de la pobreza, la enfermedad, la esclavitud, la discriminación y los conflictos”. Y añade: “A través de esta brújula, animo a todos a convertirse en profetas y testigos de la cultura del cuidado, para superar tantas desigualdades sociales. Y esto será posible sólo con un fuerte y amplio protagonismo de las mujeres, en la familia y en todos los ámbitos sociales, políticos e institucionales”. Demasiadas violaciones del derecho humanitario Una brújula útil también para las relaciones entre las naciones, "que deben inspirarse en la fraternidad, el respeto mutuo, la solidaridad y la observancia del derecho internacional". Proteger y promover los derechos humanos fundamentales, y respetar el derecho humanitario, "especialmente en este momento en que los conflictos y las guerras se suceden sin interrupción". De hecho, el Papa Francisco lamenta que "muchas regiones y comunidades han dejado de recordar una época en la que vivían en paz y seguridad", y muchas sufren violencia, hambre, exilio y falta de educación. Fondo contra el hambre, con el dinero que se utiliza hoy para las armas La pandemia y el cambio climático, subraya Francisco, ponen de manifiesto la gran "dispersión de recursos" para las armas, "en particular para las armas nucleares", que podrían utilizarse para "la promoción de la paz y el desarrollo humano integral, la lucha contra la pobreza, la garantía de las necesidades de salud". Y relanza la propuesta hecha en el pasado Día Mundial de la Alimentación: “Qué valiente decisión sería constituir con el dinero que se usa en armas y otros gastos militares un Fondo mundial para poder derrotar definitivamente el hambre y ayudar al desarrollo de los países más pobres”. El papel irremplazable de los líderes religiosos Los líderes religiosos en particular, explica el Pontífice, pueden desempeñar "un papel insustituible en la transmisión a los fieles y a la sociedad de los valores de la solidaridad, el respeto a las diferencias, la acogida y el cuidado de nuestros hermanos y hermanas más frágiles". “A todos los que están comprometidos al servicio de las poblaciones, en las organizaciones internacionales gubernamentales y no gubernamentales, que desempeñan una misión educativa, y a todos los que, de diversas maneras, trabajan en el campo de la educación y la investigación, los animo nuevamente, para que se logre el objetivo de una educación más abierta e incluyente, capaz de la escucha paciente, del diálogo constructivo y de la mutua comprensión. Espero que esta invitación, hecha en el contexto del Pacto educativo global, reciba un amplio y renovado apoyo”. Una comunidad de hermanos que se cuidan unos a otros Los cristianos, es la invitación final de Francisco, deben mirar a la Virgen María, "Estrella del Mar y Madre de la Esperanza": “Trabajemos todos juntos para avanzar hacia un nuevo horizonte de amor y paz, de fraternidad y solidaridad, de apoyo mutuo y acogida. No cedamos a la tentación de desinteresarnos de los demás, especialmente de los más débiles; no nos acostumbremos a desviar la mirada, sino comprometámonos cada día concretamente para formar una comunidad compuesta de hermanos que se acogen recíprocamente y se preocupan los unos de los otros”, puntualizó. Fuente: Vatican News Foto: Tomada de Internet [icon class='fa fa-download fa-2x'] Descargar mensaje[/icon]

Jue 17 Dic 2020

No ceso de dar gracias por ustedes, mencionándolos en mis oraciones”: Efesios 1, 16

Por: Monseñor Víctor Manuel Ochoa Cadavid - El día 7 de diciembre de 2020, en la fiesta del gran Obispo San Ambrosio, se ha publicado el nombramiento que el Papa FRANCISCO ha tenido a bien hacer, al nombrarme como Obispo Castrense de Colombia, quien atiende pastoralmente en nombre de la Iglesia a las Fuerzas Militares y de Policía, que sirven a la Patria. Con este nombramiento concluye mi servicio pastoral como Obispo de la Diócesis de Cúcuta, para la cual fui designado en el mes de julio del año 2015. Quiero manifestarles mi agradecimiento y mi gratitud por todas las bondades que han tenido los sacerdotes, religiosas y religiosos, laicos de esta Iglesia particular durante estos años de servicio en las distintas comunidades en la animación de la evangelización. He procurado ponerme al servicio de la Evangelización, buscando anunciar con fuerza el nombre de Jesucristo, su Evangelio, su mensaje y llamada a la vida según la voluntad de Dios para cada uno de ustedes. Desde el primer momento, en la noche del 14 de agosto 2015, vi cómo Dios quería que se anunciara a Cristo como el CAMINO, para ir al Padre, para vivir según la voluntad de Dios. Estos años han sido años de evangelización en los distintos frentes de la acción pastoral: el Sínodo Diocesano, los distintos programas de formación y Asambleas Diocesanas que nos han permitido encontrarnos y caminar juntos para encontrar el camino de Dios en nuestras vidas. Tengo que dar gracias a Dios por la riqueza y todos los dones espirituales que se dan como frutos maduros en la Diócesis de Cúcuta. Son muchos los laicos, hombres y mujeres que están insertos en programas de evangelización promovidos desde nuestro plan diocesano de evangelización. Son muchos los jóvenes y niños, los adultos, familias, ancianos, que de una u otra manera están vinculados a la Iglesia en sus distintos frentes. Tengo que reconocer la gran riqueza de estas comunidades y su proceso maduro y ordenado que ha llevado a fortalecer el anuncio de la Iglesia, presentando a Jesucristo como Redentor y Salvador. He encontrado grandes riquezas en esta Iglesia particular, una de ellas el gran compromiso con la catequesis, con la formación constante de niños, jóvenes, adultos en la fe, para conocer más y amar a Jesús. Procesos liderados por sacerdotes y, especialmente por los párrocos que, con gran celo apostólico y pastoral, se dan a la tarea de formar a los católicos. Es necesario agradecer profundamente a Dios por el don de los sacerdotes, empeñados, trabajadores y comprometidos con los distintos frentes de la pastoral, para dar razón de Cristo en el mundo. Es una gran riqueza ver la abnegación y el celo de un presbiterio que se esfuerza por evangelizar y vivir los sacramentos, especialmente con la celebración digna del Sacramento de la Eucaristía, el Santo Sacrificio de Cristo en el altar que es vivido por todos con profunda veneración y cuidado. Tengo que dar gracias a Dios por el don de la vida religiosa, que entre nosotros florece en muchas comunidades, con carismas y llamados muy concretos, que sirven estos religiosos y religiosas en medio de nosotros, para ser fermento en la masa, para dar testimonio de Cristo en el mundo. También es necesario agradecer a Dios por el compromiso y empeño de tantos laicos, que, en cada parroquia, en las distintas comisiones, en los frentes de trabajo pastoral, se empeñan en los grupos pastorales, en los movimientos, en la acción misionera de la Diócesis. No puedo dejar de lado la vida y el empeño de tantos jóvenes y niños que con generosidad anuncian al Señor en los grupos parroquiales, en los grupos de animación misionera; y que con fuerza viven su fe y su entrega al Señor. Tengo un particular sentimiento de gratitud hacia el Seminario Mayor Diocesano San José de Cúcuta, a sus formadores sacerdotes de la Compañía de San Sulpicio y de los sacerdotes diocesanos que allí trabajan, a los seminaristas que, con empeño, en el silencio, con generosidad se aplican en la “Escuela de Jesús” para configurarse con Él para ser un día como el Buen Pastor. Años de intensa compañía, mutuo conocimiento, trabajo para vivir en profundidad a experiencia de encuentro con Jesucristo vivo en su Palabra y en la Eucaristía. Gran esfuerzo formativo para cuidar las vides que deben dar mucho fruto, y así lo harán con la ayuda de Dios. Me alegra mucho, al final de mis servicios, ver una Iglesia consolidada y serena, que camina siguiendo a Jesús, fortalecida y decidida a dar lo mejor de sí, en el camino, cada uno según el carisma y la llamada que el señor le ha regalado. Profunda gratitud a los colaboradores, empezando por el Vicario General Monseñor Israel Bravo Cortés, y todos los colaboradores de la Curia Diocesana, a los Vicarios Territoriales y a los Decanos, a los párrocos, a todos que Dios les ayude. Gracias a los que han sido responsables de los medios de comunicación de la Diócesis, de la Emisora VOX DEI, el Periódico LA VERDAD, a todos sus colaboradores gracias por ayudarme al anuncio de Jesucristo en estos medios de comunicación social. Durante estos años el Señor nos ha hecho el regalo de la caridad y del servicio de los pobres en Colombia y con los emigrantes. Hemos todos, especialmente sacerdotes y laicos, vivido el don de ser la mano que cuida, acoge, ayuda y protege a los que sufren. Nuestra Iglesia se ha consolidado en la vivencia de la caridad. Que no se pierda esta dimensión de la caridad y del servicio a los hermanos. Un gran sentimiento de gratitud a la Santísima Virgen María, Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá, a su esposo San José. Ellos con su manto y su protección nos han mantenido firmes en el trabajo y en la acción evangelizadora. A todos, mis sentimientos de gratitud y reconocimiento por su generosa ayuda y paciencia, les aseguro mi oración y pido que oren por mí. Me pongo al servicio de todos ustedes en mis nuevas responsabilidades que la Iglesia me entrega. + Víctor Manuel Ochoa Cadavid Obispo de la Diócesis de Cúcuta

Jue 17 Dic 2020

"Quiero ser, con ustedes, testimonio de la posibilidad y plenitud de volver a Dios"

Estas palabras expresadas por el nuevo obispo de Santa Rosa de Osos, monseñor Elkin Fernando Álvarez Botero, durante el acto de posesión canónica, marcan su sentir al iniciar este caminar en la Iglesia que peregrina por estas tierras antioqueñas. “El Señor me ha enviado a una Iglesia que peregrina en una región hermosa por su riqueza natural, donde por doquier se percibe la grandeza del Creador; pero más bella aún por sus gentes: generosas, acogedoras, emprendedoras, solidarias, valientes frente a las dificultades; es una comunidad grande, no sólo por su extensión geográfica, sino, y ante todo, por su patrimonio espiritual cimentado sobre la arraigada fe católica de este pueblo”, anotó. Siguiendo la reflexión propuesta por el evangelista Lucas, que devela tres momentos: una recapitulación y conclusión de la misión de Juan el Bautista; la autorrevelación de Cristo como el Mesías esperado y la invitación a acoger en él los signos de la salvación, advirtió que este pasaje es una invitación a renovar la fe en Cristo. “Ir al encuentro de Cristo y ser sus discípulos es la clave para que podamos experimentar también hoy los signos salvíficos de la presencia viva y actuante del Señor”. Así también, evocando las palabras del papa emérito Benedicto XVI:“un humilde trabajador en la viña del Señor”,se reconoció como discípulo y sucesor de los apóstoles para pastorear esta iglesia particular que hoy Dios le ha encomendado. Resaltó de manera especial la trayectoria centenaria que ha marcado el camino de evangelización de esta Jurisdicción y los frutos de santidad, mostrados en la persona del beato padre Marianito. Igualmente, reconoció la labor de quienes a su paso han dirigido los destinos pastorales de esta iglesia.“He sido enviado para proseguir la tarea pastoral que con generosidad sin límites y respondiendo a los desafíos de cada época desplegaron quienes han estado al frente de los destinos pastorales de esta iglesia diocesana: los obispos Maximiliano Crespo Rivera, Miguel Ángel Builes Gómez, Félix María Torres Parra, Joaquín García Ordoñez, Jairo Jaramillo Monsalve y Jorge Alberto Ossa Soto”. Al reconocer humildemente su fragilidad, se puso en manos de Dios, para con total docilidad y al ejemplo de Cristo, Pastor y Obispo, guiar las almas confiadasy actuar dentro de la comunidad como maestro, sacerdote y pastor. “Pido la gracia de seguir realizando la misión del Bautista: disponer los caminos y allanar los senderos; guiar, para que todos vayamos al encuentro de Cristo, así como tantos otros lo han hecho a lo largo de la historia en esta Iglesia”. Igualmente, expresó el deseo de trabajar de la mano con el clero, favoreciendo siempre a las comunidades más vulnerables y acercándose en un diálogo respetuoso con quienes piensan diferente o se han alejado de Dios. “Deseo y pido con todo mi corazón que el Señor me dé la gracia de saberme poner adelante, al lado y detrás de los sacerdotes, mis inmediatos colaboradores en la misión pastoral; de los más pobres, necesitados y excluidos; de los enfermos y ancianos; de las familias, de los jóvenes y de los niños.También quiero acercarme a quienes, por diversos motivos, se han distanciado de Dios o de la Iglesia; quiero abrir horizontes de diálogo con otras realidades de fe y con las diversas instituciones sociales”. Tras reconocer los retos y desafíos que plantea el trabajo pastoral en estos territorios, consecuencia no solo de la pandemia, sino de factores sociales como la pobreza, la violencia, el narcotráfico, desastres naturales, la falta de empleo, entre otros, el prelado dijo que para enfrentar estos obstáculos, se hace necesario “volver a Dios y caminar juntos”. En este contexto, monseñor Álvarez Botero propuso algunos puntos que podrán marcar el paso para ir avanzando en un caminar conjunto: Hacia el encuentro permanente con Cristo, Camino, Verdad y Vida, que nos hace experimentar en nuestra existencia personal y comunitaria los signos de su salvación. Hacia comunidades cristianas vivas y dinámicas, que manifiesten la alegría del seguimiento de Jesús. Hacia una Iglesia viva y organizada, con comunidades cristianas unidas y dinámicas, que sea casa de fe para todos. Hacia una Iglesia diocesana en la que sigan germinando y en la que puedan crecer las vocaciones a la vida sacerdotal y religiosa, así como las vocaciones laicales. Hacia la madurez de la fe, que nos impulsa a vivir decididamente el Evangelio y a ser testigos valientes de los valores del Reino, aunque debamos hacerlo en contracorriente. Hacia la reconciliación y la paz, que Cristo nos consiguió con su sacrificio en la cruz, en la que derrumbó los muros que nos dividen; necesitamos entre todos forjar una cultura de paz.Así como lo hemos proclamado en el Salmo, esperamos que en los pueblos de toda la diócesis la misericordia y la fidelidad se encuentren, la justicia y la paz se besen. Hacia el compromiso efectivo de caridad con los más pobres y frágiles en la sociedad. Hacia la verdadera fraternidad entre todos, que se cultiva en la unidad de las familias, y que es capaz de vencer los odios, rencores y venganzas, y se expresa en el compromiso solidario con los más pobres y necesitados. Hacia los que esperan el anuncio y testimonio de la Buena Nueva.Como nota característica de toda comunidad eclesial, Santa Rosa de Osos ha sido y ha de seguir siendo una diócesis marcadamente misionera, que vive en permanente estado de misión y está continuamente en salida. Finalmente, encomendó su ministerio y el pastoreo de esta Iglesia de Santa Rosa de Osos a los pies de Nuestra Señora de las Misericordias.“Ella, como lo hizo, con la comunidad apostólica en el cenáculo, ore con todos nosotros para que vivamos un nuevo Pentecostés, y salgamos a anunciar por todos lados las maravillas de Dios”. Al acto de posesión asistieron el Nuncio Apostólico, Mons. Luis Mariano Montemayor, a quien le expresó su agradecimiento y comunión hacia el papa Francisco, un grupo de arzobispos, obispos, sacerdotes, religiosos, religiosas, la familia y un grupo de laicos.

Jue 17 Dic 2020

Material didáctico para niños en la novena de navidad

Próximos a iniciar la novena de Navidad, la pastoral infantil de la Diócesis de Zipaquirá, junto con el Departamento de Estado Laical de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC) y Obras Misionales Pontificias (OMP), han elaborado un material didáctico que contiene 9 recursos que podrán ser utilizados para cada día. Según lo han indicado sus autores, este material de la novena fue diseñado con el objetivo de “que los niños sean ‘fans’ (seguidores) de Jesús, lo conozcan, lo imiten y caminen a la santidad”. El gran reto propuesto será que niños, niñas y adolescentes, con la ayuda de sus familias, cuenten a través de dibujos, audios, escritos o videos, cómo se imaginan la vida de Jesús, desde su nacimiento hasta los 12 años. Se trata entonces de un material intuitivo y fácil de usar, quienes ingresen podrán interactuar con juegos en línea, retos a cumplir, videos, dinámicas para los niños y, además, los relatos de cada día de la Novena. Este trabajo fue creado para que los más pequeños, en compañía de su familia, en casa disfruten por completo esos días de novena. Para conocer y descargar este material lo podrá hacer ingresando al sitio webhttps://www.infantilzipaquira.org/novena