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Iglesia

Mié 23 Dic 2020

Obispo de Santa Marta, positivo para Covid-19

A través de un comunicado de prensa la diócesis de Santa Marta ha informado que, tras haberse sometido a la prueba del Covid-19, el obispo Luis Adriano Piedrahita Sandoval ha resultado positivo. El mensaje señala que el obispo se encuentra hospitalizado en la clínica Avidanti, su estado de salud es estable y permanecerá allí para estar más atentos a su estado de salud. La misiva, suscrita por monseñor Dairo Navarro Escobar, vicario general, y el padre José Díaz Hernández, recomienda a aquellas personas que durante los últimos 14 días tuvieron algún contacto con el obispo, practicarse por seguridad la prueba pertinente. Finalmente, pidieron orar por monseñor Piedrahita y por todas aquellas personas que se encuentran en estos momentos pasando por esta difícil enfermedad, así como por sus familiares.

Mié 23 Dic 2020

“Santa Navidad: Presencia de Dios en su vida y en su hogar”

Estos son los deseos de Navidad para el pueblo colombiano, expresados por el arzobispo de Bogotá y primado de Colombia, monseñor Luis José Rueda Aparicio, quien también invitó a vivir una santa Navidad llena de la presencia de la Virgen María y de San José. El prelado explicó tres momentos para que las personas celebren este momento de gracia: espiritual, eclesial y familiar. Espiritual. Afirmó que si bien este es un tiempo donde brilla el color y las luces, también ha de ser un momento para renovar y fortalecer la espiritualidad. “Es el encuentro del Salvador, el encuentro del Emanuel, del Dios con nosotros, eso produce un impacto positivo en usted y en mí”. “Cuando estamos diciendo que se debe renovar la espiritualidad, estamos diciendo que la Navidad trae un regalo para su vida, va a renovar su vida espiritual, usted será más fraterno, más cercano y más humano, porque Dios quiso tomar la condición humana”, manifestó. Eclesial. Explicó que la Navidad es una celebración profundamente eclesial. Es la palabra de Dios, son los sacramentos, es el año litúrgico que va llevando al ser humano a contemplar cada momento de la vida del Salvador. “La Navidad nos permite recibir con corazón abierto, con puertas del hogar abiertas, quitando toda tranca, todo miedo, abriendo el corazón para que el Salvador viva con nosotros”. Familiar. Animó para que en esta Navidad estén presentes como nuestra familia las personas más vulnerables, refiriéndose de manera particular a los enfermos, los ancianos, los privados de la libertad, los secuestrados y los que sufren la soledad. “La celebración de la Navidad nos pone una tarea misionera, de ser fraternos con el que sufre, con las actitudes en el mundo y en la sociedad. Ellos deben hacer parte de nuestra Navidad, de nuestro corazón, de nuestra fraternidad y si recibimos al Salvador y en él nos sentimos hijos del mismo Padre, hermanos en Cristo, miembros de la única familia humana que busca al Dios con nosotros, entonces el dolor del otro debe ser el dolor suyo, el dolor mío. La alegría del otro debe ser alegría suya y alegría mía”, aseveró. Finalmente, dijo que la Navidad es un tiempo para que “la sociedad se impregne de la presencia de Dios y del plan salvador de Dios, que llena de luz y esperanza la vida”.

Mié 23 Dic 2020

Obispo de Zipaquirá: “El Señor vino, el Señor volverá, el Señor está con nosotros”

“El nacimiento del Niño es el hecho que recuerda que Dios mismo viene y permanece con nosotros. Nació de la Santísima Virgen esa noche de la Navidad en Belén”,así nos lo comenta monseñor Héctor Cubillos Peña, obispo de Zipaquirá, quien anima a celebrar esta fiesta con alegría y esperanza. “La oración fundamental de todos estos días del Adviento y la Navidad siempre será el Señor Jesús. Dios prometió a su pueblo que lo visitaría para salvarlo y lo realizó enviando a su Hijo Jesucristo. Nosotros estamos beneficiándonos de ese acontecimiento del nacimiento, muerte y resurrección del Señor”,afirmó. El prelado agregó que el nacimiento de Jesús debe ser el tiempo para un encuentro profundo con Dios. Un Jesús triunfante y glorioso que, a pesar de las tinieblas del pecado, el sufrimiento, las dificultades que se experimenten, siempre está ahí presente. “Estamos viviendo esta fiesta en un contexto de pandemia, de angustia, de limitación y de tantas dificultades; pero esto nos debe animar a todos a esa convicción de estar unidos y afianzarnos a él. El Señor vino, el Señor volverá, el Señor está con nosotros, él no nos ha abandonado, el Señor quiere nuestro bien”,asintió el obispo. Recordó que, ante esta realidad de la pandemia, que sigue causando tanto dolor en las familias, es una ocasión donde Dios, a través de su Hijo, se hace presente para infundirnos su luz, su fortaleza, su confianza y, así, mantenernos atentos y cuidándonos unos a otros para salir adelante. Finalizó deseando al pueblo colombiano unas felices Pascuas e insistió que Dios está siempre con nosotros.

Mié 23 Dic 2020

Pesebre a tu casa. Ingeniosa iniciativa pastoral en medio de la Pandemia

La pandemia causada por el COVID-19 ha hecho que nuestros hábitos de vida, costumbres y tradiciones dieran un giro inesperado. Todos los sectores de la sociedad se han visto afectados por la invisible amenaza de un virus que ha dejado dolor y sufrimiento a muchas familias. La Iglesia no ha sido la excepción puesto que, a muchos obispos, sacerdotes, laicos y agentes de pastoral, le ha correspondido jugársela por la misión y evangelización, especialmente incursionando en el mundo de la virtualidad. Bien sabemos que esto ha sido un beneficio para el sostenimiento de la fe y la esperanza de los creyentes. Frente a este panorama, el Padre Carlos Alberto Guerra Manjarrez, párroco del Divino Niño Jesús en el Municipio de Maicao - La Guajira, preocupado por la situación de pandemia y sabiendo que sería un obstáculo para que muchos, especialmente los niños, pudieran vivir el tiempo de novenas y Navidad como tradicionalmente lo hacen, tuvo la ingeniosa idea del “Pesebre a tu casa”. Se trata de un pesebre o nacimiento en vivo que se va movilizando por los distintos sectores de su parroquia. Apoyado por los jóvenes de la comunidad parroquial “Talita – Kum”, quienes tienen la misión de representar a los personajes del nacimiento y algunos servidores de otras comunidades, el padre Carlos recorre cada noche con villancicos, oraciones y demás cantos al ritmo de la navidad las calles de su parroquia, llevando alegría y el espíritu propio del misterio de la Encarnación de nuestro Señor Jesucristo. “La acogida del pesebre móvil ha sido recibida con gozo y, además ha sido una gran sorpresa para las familias de los distintos sectores, que han expresado su agradecimiento por tenerlos en cuenta en estos tiempos tan inciertos de pandemia” puntualizó el sacerdote. Cabe anotar que la actividad se realiza con total responsabilidad manejando las medidas de bioseguridad para evitar la propagación y contagio del coronavirus, especialmente observando el distanciamiento preventivo obligatorio. Al cierre de la nota, el Padre Carlos Guerra envía un mensaje a las familias en este tiempo: “Vivan la navidad en familia, cuidándose unos a otros para evitar ser alcanzados por el virus. Celebren con la esperanza, el gozo y la fe puesta en el Niño de Belén que viene a salvarnos”. Fuente: Equipo pastoral de comunicaciones – Diócesis de Riohacha

Mar 22 Dic 2020

'Y la Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros'

NACIMIENTO DEL SEÑOR Diciembre 25 de 2020 (Misa del día) Primera Lectura: Is 52,7-10 Salmo: 98(97),1.2-3ab.3cd-4. 5-6 (R. cf. 3c) Segunda Lectura: Hb 1,1-6 Evangelio: Jn 1,1-18 (forma larga) o Jn 1,1-5.9-14 (forma breve) I. Orientaciones para la Predicación Introducción Desde las lecturas que se nos ofrecen, en esta solemnidad del nacimiento del Señor, se puede resaltar: • Isaías lleno de alegría anuncia la llegada del mensajero que trae la buena noticia de la paz y la salvación para Israel. • Dios nos ha hablado por medio de su Hijo, la Palabra hecha carne y nosotros somos testigos de este acontecimiento salvador. • La Palabra trae la vida y la luz nueva para toda la humanidad. 1. Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura? El pasaje del profeta Isaías que escuchamos en este día hace parte del llamado libro de la consolación que comprende los capítulos 40 al 55, y es necesario que comprendamos el significado de la consolación que nos habla el profeta, ya que para nosotros el consuelo es un alivio o una ayuda momentánea o pasajera en un momento determinado ante una situación de duelo o de sufrimiento, en cambio, en la mentalidad hebrea, la consolación es la curación definitiva y la restauración total que Dios le da a su pueblo que ha experimentado el sufrimiento y ha pasado por diversidad de pruebas. Isaías anuncia la llegada de una buena noticia traída por un mensajero que viene como pregonero de la paz y la salvación, esa noticia es salvación y consolación para el pueblo. En la antigüedad era muy común que a la entrada de los pueblos se construyeran las torres de vigilancia o atalayas desde donde los pregoneros anunciaban noticias para todo el pueblo; aquí, en el texto de Isaías escrito en la mitad del siglo VI antes de Cristo, el profeta contempla al mensajero que viene para traer la buena noticia de la consolación y salvación definitiva para el pueblo de Israel, ese mensajero es Cristo que viene para quedarse con nosotros y Él mismo es la Palabra que consuela y salva a la humanidad. El autor de la carta a los Hebreos, nos habla de revelación o manifestación de Dios al hombre para darse a conocer; dicha revelación se da por etapas, en la antigüedad Dios se fue mostrando a su pueblo a través de diferentes signos y acontecimientos que iban mostrando al Dios creador y dueño de la historia que se hace cercano al hombre. El autor de la carta nos hace caer en cuenta que la revelación ya ha terminado y se da definitivamente en Cristo que en las etapas anteriores había sido anunciado y esperado con anhelo por parte del pueblo. Ahora Cristo se ha dado a conocer definitivamente como la Palabra definitiva que salva a los hombres y les trae la buena nueva. Nosotros somos afortunados de vivir en esta etapa final de la historia para ser testigos de la presencia de Cristo en medio de la humanidad. El evangelista san Juan inicia su Evangelio sintetizando toda la historia desde los orígenes hasta nuestra época y lo hace de modo sencillo pero profundo, y por eso describe a Cristo como la Palabra que tiene poder para crear y dar vida de modo que puede destruir la oscuridad y las tinieblas. Si nos remontamos al libro del Génesis podemos ver que Dios crea por medio de su Palabra, “y dijo Dios” (Gn 1,3), e inmediatamente a la orden de su Palabra se crean las cosas. En los orígenes de la humanidad, la tierra era caos, tinieblas y confusión, pero Dios por medio de su Palabra cambió esa situación para poner orden, dar luz y traer armonía a todo lo que iba creando. San Juan nos remite a los inicios para decir que la Palabra ya existía desde el principio y esa misma Palabra que ha permanecido desde siempre, ahora, en esta etapa se ha hecho carne y ha puesto su morada entre nosotros, ha venido para traernos la vida del mismo Dios y se ha quedado con nosotros en la persona de Cristo que se ha hecho hombre y ha nacido de María y de José en el pesebre de Belén. 2. Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y que me sugiere para decirle a la comunidad? Cristo es el mensajero que viene para pregonar la buena noticia de la salvación, esa noticia es la salvación definitiva de Dios, es la consolación para restaurar al pueblo que ha caminado en medio de dificultades y de pruebas. La humanidad está sufriendo las consecuencias de la pandemia ocasionada por el covid19, el hombre se siente débil y frágil y necesita la restauración, la consolación definitiva y la salud que solo Dios le puede otorgar, es el momento para recibir la presencia de Cristo que consuela a sus hijos que experimentan la enfermedad y la fragilidad. Los sistemas de salud muestran su vulnerabilidad, los sistemas económicos muestran su incapacidad de solucionar todas las situaciones del hombre, los programas de gobierno son insuficientes para remediar las necesidades más apremiantes de la población, pero Cristo llega para traer la Palabra que consuela, una Palabra que levanta al hombre caído y le da la curación en medio de las situaciones de enfermedad, es una Palabra que se compromete y hace alianza con la humanidad. Hoy la humanidad recibe la mejor de las noticias, por eso cada vez que felicitamos a alguien al decirle feliz navidad, feliz nacimiento, manifestamos la alegría por la llegada de la buena noticia de la salvación que se ha hecho presente en medio de nosotros. Los hombres y mujeres que vivimos en esta etapa de la historia tenemos un privilegio que no lo tuvieron las generaciones anteriores, ellos esperaban la llegada de la salvación, nosotros podemos contemplarla y ser testigos de ella. La humanidad está atravesando momentos difíciles, pero en Cristo tenemos la esperanza de vivir un nuevo tiempo, por eso durante estos días estamos invitados a contemplarlo hecho carne en el pesebre, dejemos que entre a nuestra vida y comparta nuestra historia personal, ya que Él no es ajeno a los sufrimientos y dificultades que vive la humanidad. El experimentó la pobreza, el desprecio y el dolor y se solidarizó con nosotros, por eso debemos poner en él nuestra confianza sabiendo que su presencia se ha quedado de modo definitivo con nosotros. La humanidad ha vivido momentos de oscuridad y de muerte, la pandemia que estamos atravesando nos ha dejado en medio de situaciones difíciles que manifiestan la impotencia del hombre frente a la enfermedad, el dolor y la muerte. Cristo con su Palabra nos trae la vida definitiva, pues el mismo es capaz de darla y ofrecerla a la humanidad, es lo que necesitamos en estos momentos, es una Palabra que no falla y que posee la capacidad de sacarnos de las situaciones de oscuridad que causan muerte al hombre. Necesitamos salir de tantas tinieblas y sombras de muerte y solo Cristo puede darnos la luz que necesita la humanidad, pero depende de nosotros acoger o rechazar a Cristo, la Palabra que se ha hecho carne. El hombre en el uso de su libertad tiene esa opción, hoy nosotros podemos preguntarnos, ¿Cuál ha sido mi respuesta a la presencia de Cristo en esta navidad? ¿He aceptado a Cristo y lo recibo con alegría dejándome transformar por su Palabra o, por el contrario, soy de aquellos que lo siguen rechazando y no acogen la buena noticia que él nos trae? Es el momento para recordar que la presencia de Cristo nos saca de las situaciones de muerte y nos eleva a la verdadera vida que reside en el seno del Padre. Aquí hacemos eco de las palabras de san Ambrosio a propósito de la navidad: “¡OH Maravilloso intercambio! Él, niño de pecho, para que tú puedas ser un hombre perfecto; Él, envuelto en pañales, para que tú quedes libre del lazo de la muerte; Él, en el pesebre, para que tú puedas estar cerca del altar; en la tierra para que tú puedas vivir sobre las estrellas. Él, un esclavo, para que nosotros seamos hijos de Dios. ¡Qué increíble valor debe tener nuestra vida para que Dios venga a vivirla de tal manera! Pero ¡qué increíble amor para quererlo hacer! Hoy, cerca de la cueva de Belén, no es día de decir: «Dios mío, te quiero» Es el día de asombrarse diciendo: Dios mío, ¡cómo me quieres Tú, a mí!»” Hoy al celebrar la navidad, acerquémonos al pesebre con una actitud de humildad para dejar que la vida que nos ha sido dada por la Palabra de Dios sea acogida en nuestro corazón y nos saque de las oscuridades y situaciones de muerte que vive la humanidad. 3. Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo? Padre de Bondad, en un designio de tu amor a la humanidad nos has enviado a tu Hijo Jesucristo, Palabra hecha carne, que ha puesto su morada en nosotros. Te agradecemos por hacerte presente en medio de nosotros y te pedimos que nos concedas capacidad de asombrarnos frente a este misterio sublime para acogerlo con alegría y apertura de corazón, queremos que él se quede con nosotros como el Dios hecho hombre que ha venido para sacarnos de las situaciones de muerte y de oscuridad y devolvernos la vida con una luz nueva que transforma nuestro momento presente y nos ayuda a seguir caminando firmes en la esperanza y solícitos en la caridad. II. Moniciones y Oración Universal o de los Fieles Monición introductoria de la Misa Con el corazón lleno de esperanza hemos caminado durante el adviento en la espera del día feliz de la navidad, hoy nos acercamos al altar para contemplar al Dios hecho carne que se ha hecho presente en medio de nosotros y en la eucaristía se nos da como alimento de vida nueva. Participemos con gozo de esta celebración. Monición a la Liturgia de la Palabra La liturgia de la palabra de este día de navidad nos anuncia con gozo la llegada del Mesías Salvador al que el profeta Isaías nos presenta como el mensajero que trae la paz y la buena noticia de la Salvación, en la segunda lectura de la carta a los Hebreos se nos recuerda que en esta última etapa de la historia, Dios nos ha hablado por medio de su Hijo Jesucristo, el cual es presentado por el Evangelio de san Juan como la Palabra hecha carne, que ha venido para traer la luz y la vida definitiva para toda la humanidad. Escuchemos con atención. Oración Universal o de los Fieles Presidente: Al Padre de Bondad, que en su gran amor a la humanidad nos ha dado a su Hijo Jesucristo nacido de María Virgen para nuestra salvación, elevemos pues nuestra súplica confiada diciendo: R. Dios de Amor, escúchanos 1. Oremos por el Papa y por todos los ministros ordenados, para que con fidelidad y entrega anuncien a Cristo que es la Palabra hecha carne. Roguemos al Señor. 2. Oremos por los gobernantes, para que con su trabajo busquen la justicia y el bien común para todos los pueblos. Roguemos al Señor. 3. Oremos por los enfermos y los que en este tiempo se encuentran en dificultades, para que en Cristo encuentren la salud y el consuelo que nos trae su nacimiento. Roguemos al Señor. 4. Oremos por los más pobres y desfavorecidos, para que el nacimiento de Cristo les conceda fortaleza y a nosotros nos mueva a la caridad fraterna. Roguemos al Señor. 5. Oremos por las familias, para que la celebración de la navidad las mueva a la unidad y el respeto. Roguemos al Señor. En un momento de silencio presentemos al Padre nuestras intenciones personales Oración conclusiva Padre Bueno, por el misterio de tu Hijo nacido en el pesebre, acoge todas las súplicas que te presentamos con fe. Por Jesucristo nuestro Señor. R. Amén.

Lun 21 Dic 2020

Comisión de Conciliación presenta su última emisión del informativo CCN Noticias

En esta edición, conozca el balance que hacen los obispos de las diócesis de Quibdó, Ipiales, y el señor Arzobispo de Bogotá y Primado de Colombia, sobre la situación actual de conflicto armado en el país; así como los principales retos que diferentes actores, incluida la Iglesia, tienen en términos de construcción de paz y de reconciliación para el 2021. Encuentre también aquí el resumen de los proyectos y actividades centrales desarrolladas recientemente por la Comisión de Conciliación Nacional (CCN), en representación de la Conferencia Episcopal de Colombia, y gracias la articulación hecha con diferentes jurisdicciones eclesiásticas del país y al apoyo solidario de organismos como Adveniat y la Embajada de Noruega en Colombia.

Dom 20 Dic 2020

Llega la Navidad

Por: Mons. Ovidio Giraldo Velásquez - Llega la Navidad, no una Navidad, porque cada época es única e irrepetible; cada Navidad es La Navidad, pues es actual y completa la experiencia del Nacimiento de Dios entre nosotros, y así unos la pueden vivir con la actitud de los pastores o de los habitantes de Belén, otros con la actitud de los reyes magos o la de Herodes, o con la actitud de la Santísima Virgen y San José. Cada Navidad es La Navidad porque ya está obrada la irrupción de Dios entre nosotros para ser el Emmanuel (Dios con nosotros) y fecundar toda la historia con su presencia siempre nueva, siempre joven, siempre vital, siempre viva y eficaz. La Iglesia, la comunidad de los discípulos de Jesús edificada sobre el cimiento de los apóstoles, tiene la misión y el poder de encarnar en todo tiempo este don maravilloso de La Navidad, para que en el mundo no haya frío, para que los hombres sean hermanos, para que en ningún lugar falte Dios. ¡Qué alegría poder tener en este año 2020 La Navidad! Corresponde a cada uno, a cada familia y a cada comunidad favorecer este acontecimiento para que sea de gran significancia y valor en todos y cada uno. Mi navidad es nuestra navidad, y por eso se requieren unas actitudes adecuadas para facilitar este bello hecho histórico, litúrgico y teológico. Sabemos del recogimiento y la oración que se nos pide en el tiempo de Adviento, pero también es importante ir al encuentro del otro, ante todo de los que Dios ha puesto en nuestro camino como especiales compañeros de camino, En este orden de ideas es muy importante buscar la familia, los vecinos, los amigos y los hermanos de comunidad en la fe, como por ejemplo los fieles de la parroquia. Este tiempo de pandemia nos ha recordado que pocas cosas son esenciales, y entre ellas están la familia, los amigos, los vecinos y la comunidad creyente. Con razón se dice que Navidad es época de familia, de familia humana y de familia en la fe. Este año, la pandemia nos obliga y favorece el encuentro y reencuentro en pequeños núcleos familiares y de hermanos en la fe. Por lo mismo, no debe faltar el pesebre en casa, la decoración navideña del hogar y un bien vivido rezo de la Novena. Será esta Navidad época fabulosa para ampliar los tiempos del rezo, del diálogo, de las anécdotas, las evocaciones y el gusto de sentirse pueblo de Dios y el gusto de ser hermanos como bien nos lo viene recordando el papa Francisco. Pienso que las buenas comidas, típicas, bien preparadas y bien servidas formarán parte de este escenario de amor y de intimidad orante que nos ofrece La Navidad. Los obsequios y los mensajes cargados de fe y esperanza también deben hacer su aparición. Entre otras cosas, y muy importante esto, Navidad será época para procesar los muchos duelos que en este año de pandemia han quedado pendientes. Y que esta Navidad sea preludio de un nuevo resurgir. Con la venida de Dios al mundo en nuestra carne, en condición humana, se abrió una nueva historia se generó una nueva creación, se promulgó un nuevo orden de cosas. Que esta Navidad, con las muchas lecciones de este inusitado año 2020, haya un nuevo resurgir, y para que sea tal que sea de la mano de Jesús, el Emmanuel. María y José nos ayuden y acompañen, los pastores y los reyes magos nos inspiren. Sigamos en todos la liturgia y las lecturas bíblicas que nos presenta la Iglesia, madre y maestra en la fe. ¡Llega la Navidad! Ánimo, llena tu casa de luces, tu mesa de manjares, tu pesebre de evocadoras figuras, tu rincón de delicados obsequios y tu corazón de ternura. Con todo ello rompamos la coraza de la indiferencia, de la desesperanza, del desamor, de la soledad, del egoísmo, de la soberbia, de la vanidad, del acaparamiento; pero en todo ello observemos las medidas de cuidado y los protocolos de bioseguridad para acoger y promover la vida como María y José en Nazaret y en la gruta de Belén. “Que esta Navidad sea para vivirla en austeridad de bullicio en el exterior y de riqueza en la vivencia interior. Que cada hogar sea un Nazaret y cada hogar sea un pesebre. ¡Ven, Señor Jesús! + Ovidio Giraldo Velásquez Obispo de Barrancabermeja

Sáb 19 Dic 2020

Hoy les ha nacido en la ciudad de David un Salvador, que es Cristo el Señor"

NACIMIENTO DEL SEÑOR Diciembre 25 de 2020 (Misa de medianoche) Primera Lectura: Is 9,1-6 Salmo: 96(95),1-2a.2b-3.11-12.13 (R. cf. Lc 2,11) Segunda Lectura: Tt 2,11-14 Evangelio: Lc 2,1-14 I. Orientaciones para la Predicación Introducción “El pueblo que caminaba en tinieblas vio una gran luz; a los que habitan en tierra de sombras de muerte, les ha brillado una luz” (Is 9,1). El milagro de la luz que nos presenta el profeta Isaías está unido al Mesías porque, según la tradición judía, su luz resplandecerá en los días de crisis y de mayor fracaso. Todo esto vale con mayor razón para los cristianos, porque la cruz de Cristo ha brillado en los momentos de mayor crisis y oscuridad y se ha convertido en gloriosa. En Navidad, fiesta de la encarnación, fiesta de la luz, Dios se hace carne y pone su morada entre los hombres, disipando toda tiniebla y oscuridad. “Y cuando ellos se encontraban allí, le llegó la hora del parto, y dio a luz a su hijo primogénito; lo envolvió en pañales y lo recostó a un pesebre, porque no había lugar para ellos en el aposento” (Lc 2, 6-7). El evangelista Lucas nos presenta la difícil realidad de no encontrar un sitio para ellos en la posada. El evangelista Juan, en su prólogo nos ha expresado la misma realidad: “vino a su casa y los suyos no lo recibieron” (Jn 1,11). Para el Salvador del mundo, para aquel en vista del cual todo fue creado (Col 1,16), no hay sitio. Esto debe hacernos pensar y remitirnos al cambio de valores que hay en la figura de Jesucristo, en su mensaje. Ya desde su nacimiento, él no pertenece a ese ambiente que según el mundo es importante y poderoso. Y, sin embargo, este hombre irrelevante y sin poder se revela como el realmente Poderoso, como aquel de quien todo depende. Así pues, el ser cristiano implica salir del ámbito de lo que todos piensan y quieren, de los grandes dominantes y poderosos de este mundo, para entrar en la luz de la verdad, que resplandece desde lo más alto del cielo y de la tierra en la persona de Jesucristo. “Jesucristo, que se entregó a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad, y para purificar para sí un pueblo escogido, celoso por hacer el bien” (Tt 2,14). En la carta a Tito se invita a centrar la atención en Jesús, nuestro Salvador, y en el cambio de vida y actitudes que exige la fe cristiana. El cristiano está llamado a comportarse rectamente porque Cristo lo ha librado de toda iniquidad; ha de practicar obras buenas, porque ha creído en Dios, porque se sabe redimido por Cristo y porque la gracia lo fortalece para hacer el bien. 1. Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura? Podemos centrar nuestra mirada en la escena maravillosa de cómo “María envolvió al niño en pañales y lo recostó en un pesebre” (Lc 2,7). Con cuanto amor esperaba María su hora y preparaba el nacimiento de su hijo, algo similar a la Iglesia que ha preparado con el tiempo litúrgico del adviento este momento maravilloso de la Encarnación del Hijo de Dios. La tradición de los iconos, basándose en la teología de los padres, ha interpretado teológicamente el pesebre y los pañales. El niño envuelto y bien ceñido en pañales aparece como una referencia anticipada a la hora de su muerte: es desde el principio inmolado y el pesebre se representaba como una especie de altar. De allí que navidad y Pascua tengan una estrecha relación. San Agustín ha interpretado el pesebre haciendo la siguiente reflexión: El pesebre es el lugar donde los animales encuentran su alimento. Sin embargo, ahora encontramos en el pesebre quien se ha indicado a sí mismo como el verdadero Pan bajado del cielo (Jn 6), como el verdadero alimento que el hombre necesita para ser un auténtico cristiano. Es el alimento que da al hombre la vida verdadera, la vida eterna. El pesebre se convierte de este modo en una referencia a la mesa de Dios, a la que estamos invitados como buenos comensales a participar. Las palabras de los ángeles: “Gloria a Dios en las alturas y paz en la tierra a los hombres en los que Él se complace” (Lc 2,14), indican el significado del nacimiento de Jesús. Él no es un niño cualquiera, sino el Salvador, el Mesías, el Señor (Lc 2,11). La divinidad de Jesús niño no es manifiesta. Por eso, debía ser enseñada por medio de los ángeles, que son ministros de Dios; por eso apareció el ángel rodeado de claridad, para que quedase patente que el recién nacido era “el esplendor de la gloria del Padre” (Hb 1,3). Los pastores vivieron de cerca el acontecimiento salvador, no sólo exteriormente, sino también interiormente; más que los ciudadanos, que dormían tranquilamente. Y tampoco estaban interiormente lejos del Dios que se hace niño. Esto concuerda con el hecho de que formaban parte de los pobres, de las almas sencillas, a los que Jesús bendeciría, porque a ellos está reservado el misterio de Dios (Lc 10,21). Ellos representan a los pobres de Israel, a los pobres en general: ellos son los predilectos del amor de Dios. Las palabras de los ángeles indican también que la llegada del Salvador al mundo trae consigo los dones más excelentes: el reconocimiento de la gloria de Dios y la paz a los hombres (Lc 2,14). De ahí el sentido profundo de la adoración de los pastores: la salvación que Cristo traía estaba destinada a hombres de toda raza y situación, y por eso eligió manifestarse a personas de distinta condición. Los pastores eran israelitas; los magos, gentiles; aquellos vinieron de cerca; éstos, de lejos, pero unos y otros coincidieron en la cercanía de un niño. 2. Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y que me sugiere para decirle a la comunidad? Belén, «casa del pan», es la santa Iglesia, en la cual se distribuye el cuerpo de Cristo, a saber, el pan verdadero. El pesebre de Belén se ha convertido en el altar de la Iglesia. En él se alimentan los cristianos. De esta mesa se ha escrito: Preparas una mesa ante mí. En este pesebre está Jesús envuelto en pañales. La envoltura de los pañales es la cobertura de los sacramentos. En este pesebre y bajo las especies de pan y vino está el verdadero cuerpo y la sangre de Cristo. En este sacramento creemos que está el mismo Cristo; pero está envuelto en pañales, es decir, invisible bajo los signos sacramentales. No tenemos señal más grande y más evidente del nacimiento de Cristo como el hecho de que cada día sumimos en el altar santo su cuerpo y su sangre; como el comprobar que a diario se inmola por nosotros, el que por nosotros nació una vez de la Virgen. Apresurémonos, hermanos, al pesebre del Señor; pero antes y en la medida de lo posible, preparémonos con su gracia para este encuentro para que asociados a los ángeles, con corazón limpio, con una conciencia honrada y con una fe sentida, cantemos al Señor con toda nuestra vida y toda nuestra conducta: Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra, paz a los hombres que Dios ama. 3. Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo? Para la mayor parte del mundo, la Navidad es una época especial que interpela a las personas de uno u otra forma. Un nacimiento es la realización de una esperanza, es la manifestación concreta del amor, es el inicio de un camino. El nacimiento de Jesús es el cumplimiento de una promesa de Dios al hombre como signo de su amor, de su Alianza. Celebrar la Navidad implica necesariamente pensar y orar en el otro, de manera especial en aquellos que sufren. El Papa Francisco en la encíclica “Fratelli Tutti”, sobre la fraternidad y la amistad social, nos describe la situación actual y nos invita a orar y a practicar la caridad: “Es verdad que una tragedia global como la pandemia de Covid-19 despertó durante un tiempo la consciencia de ser una comunidad mundial que navega en una misma barca, donde el mal de uno perjudica a todos. Recordamos que nadie se salva solo, que únicamente es posible salvarse juntos. Por eso dije que «la tempestad desenmascara nuestra vulnerabilidad y deja al descubierto esas falsas y superfluas seguridades con las que habíamos construido nuestras agendas, nuestros proyectos, rutinas y prioridades. […] Con la tempestad, se cayó el maquillaje de esos estereotipos con los que disfrazábamos nuestros egos siempre pretenciosos de querer aparentar; y dejó al descubierto, una vez más, esa bendita pertenencia común de la que no podemos ni queremos evadirnos; esa pertenencia de hermanos»”. II. Moniciones y Oración Universal o de los Fieles Monición introductoria de la Misa Nos hemos reunido como pueblo Dios para celebrar con alegría la llegada del Salvador, quien es Luz y Esperanza para el mundo; Cristo nos guía y nos libra de las tinieblas; por eso llenos de felicidad porque vendrá de nuevo a cada uno de los hogares de esta comunidad, nos disponemos a renovar nuestra existencia y adorar a quien nos vivifica con su amor. Con estas intenciones y las que hemos traído a la Mesa del Altar iniciemos con fe nuestra celebración. Monición a la Liturgia de la Palabra El Evangelio de hoy nos presenta el acontecimiento trascendental que sucedió en Belén. El nacimiento de Jesús es el signo de la vida, la esperanza, pero lo más importante es el resultado del verdadero amor que rebosa de Dios y llega a nuestros hogares de manera definitiva. Escuchemos con atención. Oración Universal o de los Fieles Presidente: Hermanos, presentemos con amor, en esta gran noche, todas nuestras súplicas y nuestros propósitos; para que, la Palabra cumplida del Padre, se realice en su Hijo y de esta manera sirva para alcanzar la salvación y la unión de los hogares en nuestra comunidad. Llenos de confianza, decimos todos: R. Salvador del mudo, renueva nuestras vidas 1. Oremos por la Iglesia y por todos sus ministros; para que, Cristo recién nacido sea quien les proteja e ilumine con amor cada uno de sus trabajos y entrega decidida. Oremos. 2. Oremos por nuestros gobernantes; para que, al celebrar el misterio del amor hecho carne y cercano a nosotros, puedan, en Cristo recién nacido, administrar los bienes y los gozos prometidos por el Padre. Oremos. 3. Oremos por los enfermos, especialmente por aquellos que han padecido por el Covid-19; para que, Cristo transforme sus vidas de tinieblas en bondad, sus odios en perdón, y sus dificultades en alegrías. Oremos. 4. Por nosotros aquí reunido; para que, el amor de nuestra Madre, la Virgen María, se convierta en la defensa de la vida y el rescate de los valores familiares. Oremos. En un momento de silencio presentemos al Padre nuestras intenciones personales… Oración conclusiva Padre Bueno, mira a tu pueblo que vuelve los ojos a Belén, y atiende cuanto con fe te hemos suplicado. Por Jesucristo nuestro Señor. R. Amén.