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Iglesia

Sáb 18 Ene 2020

Artista colombiano que transformó los cilindros de guerra en semillas de paz

La vida Freddy Javier Rojas Castañeda tuvo un vuelco inimaginable, luego que un ataque guerrillero destruyera su casa en el año 2001, en Saravena, en el departamento de Arauca, región de la Orinoquia colombiana, con un artefacto del cual hoy saca máximo provecho para promover la paz y la reconciliación, un cilindro de gas. Lo que en un primer momento significaba una desgracia, el joven artista –en ese entonces cursaba su carrera en artes en la Universidad Nacional– se convirtió en una oportunidad para curar las heridas de la guerra. De la mano de la Comisión de Conciliación Nacional (CCN) de la Iglesia colombiana, Rojas relata que le ha tocado vivir un proceso de resignificación, porque “obviamente es un hecho que narra una situación particular en un municipio de Colombia, pero también es el reflejo de otros municipios del país que han sido afectados por la guerra”. Con estos cilindros, el artista, quien también es hijo de los fundadores de Saravena, quiere convertir estos instrumentos de guerra en semillas de paz para que “sean objetos que inviten a la contemplación y a la reflexión en el sentido de la no repetición de estos sucesos, sino que sean artefactos mensajeros de esperanza”. Reconstrucción de la memoria “Saravena es un municipio joven, tan sólo con 45 años de fundado”, cuenta Joaquín Ramírez, párroco en esta zona, quien fue testigo de primera mano en el proceso artístico de Freddy. Tiene 12 años de ordenado y desde entonces ha acompañado a sus propios vecinos en la construcción de espacios para la paz. Le toco vivir en carne propia el fragor de la violencia, cuando tan sólo cursaba 10° año de la escuela secundaria presenció la primera explosión con los cilindros usados por los guerrilleros. “Mis compañeros y yo, estábamos ahí cerca del parque cuando la guerrilla tiró el primer cilindro y esto fue un acontecimiento extraordinario porque ya la guerra pasó del campo al pueblo”, rememora al punto que desde entonces hasta el sol de hoy sigue latente el temor. Con tan pocos años de poblado, en Saravena los cilindros de la guerra han destruido también el Concejo Municipal, la Alcaldía, “Solo se ha salvado la estación de policía”, dice el párroco. “Al detonar cualquier objeto, toda la gente corre, porque precisamente los cilindros son armas no convencionales que caen en cualquier lugar”, dice el sacerdote a guisa de anécdota, una anécdota poco agradable, pero que con ayuda del Diplomado en Memoria, impartido por la CCN, han logrado institucionalizar el arte de los cilindros en elementos de reconstrucción de una historia que apunta a la paz. De allí que el joven artista se perfiló como en el catalizador de muchos dolores. Una exhaustiva investigación En el momento del ataque, por suerte (y la ayuda divina) ningún familiar de Rojas se encontraba en la casa. En ese entonces él se encontraba cursando estudios de artes, lo cual le llevó a resignificar este objeto de la guerra –y toda su carrera–a un arte minimalista, donde con un carácter arquitectónico da una connotación de protección en lo que anteriormente fue un destructor, dentro del mismo reconstruye las casas destruidas de muchos de sus vecinos. Esto fue un proceso paulatino, marcado por una exhaustiva investigación, por lo que descubrió que estos artefactos fueron usados por las guerras de guerrillas de Vietnam. Las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) en la zona exportaron esta táctica para combatir a las autoridades. En otras regiones los cilindros son llamados bombonas, ramplas o pipetas. El mecanismo usado por los grupos guerrilleros consiste en llenar con grandes cargas de dinamita estos elementos, que al caer no tienen una estabilidad, ruedan al garete hasta explotar en el lugar menos esperado. Del mismo modo que los guerrilleros abren para introducir la pólvora, así Rojas aprendió a meter su arte minimalista, que reconstruye precisamente los sueños perdidos de muchas familias. Hoy en día, Freddy es un referente nacional e internacional, sus bombonas han llegado al museo de Arte moderno y al Museo Nacional de Bogotá como también a Santa Cruz de Bolivia como participado en intercambios en Francia y Estados Unidos. “La reconciliación empieza por nosotros” Si bien hace casi 20 años su familia lo perdió todo, nunca pudieron quebrantar su espíritu, ni robarle la esperanza ni sueños. Su arte le ayuda a vivir de lo que ama y a llevar un mensaje hermoso por toda Colombia y el mundo. Él vivió en carne propia el dolor, el miedo, la pesadilla, aún así le apuesta a la paz y a la reconciliación, porque como bien afirma: “Yo creo que la reconciliación empieza es de nosotros mismos desde las víctimas” al punto que se pregunta: “¿Cómo puede uno perdonar algo a alguien que le ha hecho mucho daño?”. La respuesta salta a la vista: “Nosotros debemos abonar el terreno, debemos descargar todo eso que llevamos dentro y darle espacios a las nuevas generaciones donde sólo quede la memoria para a partir de allí reconstruir sobre la base de lo bueno que venimos construyendo hoy”, acota. Arte para la sanación personal Freddy en su camino de creación, desde aquellos infaustos sucesos, no ha parado de ser portavoz de esperanza. Ha alternado su trabajo artístico con sus clases de arteterapia a niños, niñas y adolescentes a través con el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) y Unicef para generar espacios para la proyección y aprovechamiento del tiempo libre de quienes han sufrido los impactos traumáticos de estos hechos y con menores víctimas de minas antipersona. “La verdad uno cree en el arte como proceso de sanación personal y familiar, porque de alguna manera en cada uno va brotando y va alcanzando como esa satisfacción, porque el arte es la mejor herramienta terapéutica que hay para curarse de este tipo de situaciones”, asegura. Tomado: Portal web Vida Nueva Foto: Portal Vida Nueva

Jue 16 Ene 2020

Jesucristo, por su muerte y resurrección, ha despedazado las ataduras de la muerte

Primera Lectura: Is 49,3.5-6 Salmo: Sal 40(39),2+4ab.7.8-9.10 (R. cf. 8-9) Segunda Lectura: 1Co 1,1-3 Evangelio: Jn 1,29-34. Introducción Las lecturas de este Domingo encierran tres temas que confluyen en una única finalidad: anunciar a Jesucristo y dar testimonio de Él. Son como un puente que une el tiempo de la Navidad con el tiempo ordinario de este ciclo. • La figura del Siervo que recibe el aval de Dios como Luz de las naciones y portador de su salvación universal. • Pablo se proclama “Apóstol de Jesucristo”. • Juan el Bautista que es presentado como el testigo fiel de la mesianidad y divinidad de Jesús al señalarlo como: “Cordero de Dios que quita el pecado del mundo”. Aunque nos centraremos para esta reflexión en la tercera temática, debemos considerar la unidad que constituye con las otras dos, consideradas, la primera, como fuente y la segunda, como concreción de la misión: el bautizado debe llegar a ser apóstol-testigo de Jesucristo, tanto de palabra como de obra. 1. Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura? El evangelista presenta a Juan el Bautista como testigo cualificado de Jesús y pone en su boca un título que sólo es pensable después de la Pascua y ya definido el acontecimiento “Cristo”: “He ahí el cordero de Dios, que quita el pecado del mundo”. Cristo es el Cordero de Dios. Es la evocación y el recuerdo vivo del cordero pascual, por cuya sangre el pueblo judío fue liberado de la muerte y de la esclavitud en Egipto. Se trata, entonces, de un nuevo éxodo y de una nueva liberación. Jesús es el Siervo de Yahvé sobre quien se posó con plenitud el Espíritu de Dios para abrir nuevos caminos de esperanza y libertad. Jesús es el cumplimiento de la promesa hecha por Dios en Isaías 49,6: “Te voy a hacer luz de las naciones para que mi salvación alcance hasta los confines de la tierra” (Cfr. Jn 8,12). La muerte de Cristo acontece en la misma tarde del viernes cuando venían sacrificados los corderos para la celebración en la noche de pascua (Cfr. Jn 19,14) y la crucifixión sobre el monte calvario nos evoca el sacrificio de Isaac: “Atado sobre el monte como un cordero sobre el altar” (Gen 22, 2. 6-9) el cual interpreta el apóstol Pablo cuando dice: “Si Él no perdonó ni a su propio Hijo (antes bien lo entregó por todos nosotros) ¿Cómo no va a darnos con él gratuitamente todas las cosas? Y el mismo Juan, para quien Isaac es figura de Cristo, afirma: “Porque tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo unigénito, para que todo el que crea en Él, no perezca, sino que tenga vida eterna” (Jn 3,16). Jesús es el verdadero Cordero pascual: “Eliminad la levadura vieja, para ser masa nueva, pues todavía sois ázimos; porque nuestro cordero pascual, Cristo, ha sido inmolado” (1 Co 5,7) y “No se le quebrará hueso alguno” (Jn 19,36; Ex 12,46). Jesús es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo. Notemos que la referencia al pecado aparece en singular, este particular refiere al pecado por excelencia que es negarse a reconocer a Cristo como el enviado de Dios que ha venido a revelarnos la verdad: “Si yo no hubiera venido y no les hubiera hablado, no tendrían pecado, pero ahora no tienen excusa que encubra su pecado”; es más, “Si yo no hubiera realizado ante ellos unas obras que ningún otro ha hecho, no serían culpables; pero ahora, a pesar de haber visto estas obras, siguen odiándonos a mi Padre y a mí” (Juan 15,22.24). Este pecado es igualmente “La ceguera”, hasta el punto de no saber cuál es la voluntad de Dios sobre el hombre. Es por esto por lo que el pecado, sería no hacer la voluntad de Dios: “Para un juicio he venido a este mundo: para que los que no ven, vean; y los que ven, es decir, los presuntuosos que se fían de sus propias luces, se vuelvan ciegos, esto es, reconociendo su ceguera se vuelvan humildes” (Cfr. Juan 9,39). El caso difícil es el de los fariseos, quienes al escuchar esta palabra se preocupan y le preguntan a Jesús: “¿Es que también nosotros somos ciegos?” Jesús les responde: “Si fueran ciegos, no tendrían pecado; pero como dicen que ven, su pecado sigue en ustedes” (Juan 9,40-41). Por su muerte, Cristo recibe dominio sobre los hombres y por tanto quita el pecado del mundo: “Ahora es el juicio de este mundo; ahora el príncipe de este mundo será derribado y cuando yo sea elevado de la tierra, atraeré a todos hacia mí” (Jn 12,31), por eso “Digno es el cordero degollado de recibir el poder, la riqueza y la sabiduría, la fuerza, el honor, la gloria y la alabanza” (Ap 5,12). 2. Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y que me sugiere para decirle a la comunidad? Jesucristo, por su muerte y resurrección, ha despedazado las ataduras de la muerte; ha destruido el muro que nos separaba: el odio. Como Cordero pascual nos ha entregado la vida eterna amándonos hasta el extremo, derramando la sangre por cada uno de nosotros. Para que seamos salvos y plenamente felices, es necesario incorporarnos a Él y de este modo experimentar la verdadera libertad de los hijos de Dios. Nos incorporamos a Él por medio de los sacramentos de la iniciación cristiana: Bautismo, Confirmación y Eucaristía. Por el bautismo nos hemos sumergido en la vida de Dios y por el don del Espíritu Santo hemos recibido una misión para el testimonio como personas y como grupo de creyentes en Cristo Jesús. La Iglesia, la comunidad cristiana, ha de continuar la obra de la salvación y liberación universal de Cristo y ser, como Él, luz de los pueblos, signo y sacramento del amor redentor en el mundo de hoy. El pecado es una realidad presente en el mundo y dentro de cada uno de nosotros. Basta mirar en rededor para descubrir que en la sociedad tanto nacional como internacional serpentea la explotación, la pobreza, la violencia, el sufrimiento de tantos inocentes, la marginación, el desplazamiento forzado causado por grupos alzados en armas, no obstante, todos los esfuerzos realizados por la paz. La corrupción se acentúa en la búsqueda del tener, del poder y del placer. Los derechos humanos vienen conculcados diariamente, crece la competencia desleal, protestas continuas. En el ámbito de la familia se advierte esclavitud en las redes sociales, dependencia de la tecnología, ausencia de diálogo, soledad creciente, aumento de divorcio, ataques contra la vida naciente y terminal. Se va acentuando cada día una mentalidad de anticoncepción y cada vez nacen menos niños. La soberbia a nivel personal se impone en las actitudes habituales de la persona y por ella la avaricia, la lujuria, la ira, la gula, la envidia y la pereza. Se despierta cada vez más el ansia de dominio y el odio; la práctica de la ley del talión y la venganza. Este cerco de muerte impide realmente el amor. Podríamos decir hoy como San Pablo: ¿Quién nos podrá liberar de esta situación de pecado que nos conduce a la muerte? ¿Quién nos reconciliará con Dios y con los hermanos? La respuesta nos da una sólida esperanza: “Cristo Jesús el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo”. 3. Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromi- so la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo? Pidamos al Señor el poder conocerlo. Juan el Bautista decía: “Yo no lo conocía” (Jn 1,38); Pedro, apóstol, en su momento de angustia exclama: “Yo no conozco a ese hombre” (Mt 26,72-74) y el profeta Oseas nos anuncia que: “El pueblo no muere por la ausencia de pan, sino por la falta de conocimiento” (4,6). Este conocimiento del Señor se da por pasos, por etapas. Es necesario que nuestra Iglesia asuma cada día más la tarea evangelizadora con parresía. Urge pensar en procesos de iniciación cristiana, en los cuales desde la infancia y niñez podamos madurar la fe de quienes reciben el sacramento del bautismo. Cada día es perentoria una nueva mentalidad que progrese de una pastoral de mantenimiento y conservación a una pastoral evangelizadora. Aplicar la eclesiología del Concilio vaticano II que presenta una Iglesia en salida como nos lo ha insistido el papa Francisco: “Prefiero una Iglesia accidentada por salir a anunciar el evangelio, que enferma por encerrarse” (Palabras del papa dirigidas a los movimientos eclesiales y nuevas comunidades en la vigilia de pentecostés mayo 18 de 2013). RECOMENDACIONES PRÁCTICAS: 1. Se sugiere exaltar el anuncio de la Palabra de Dios con el Evangeliario, inicialmente, llevado con solemnidad en la procesión de entrada y, luego, al momento de la proclamación del Evangelio, tomándolo del altar y llevándolo, precedido por el incensario y los ciriales, al ambón: La finalidad de esta solemnidad es que durante la celebración eucarística los fieles perciban la necesidad insustituible de la escucha y vivencia de la Palabra de Dios para el fortalecimiento de sus vidas (Cfr. OGMR 120,172 y 175). 2. Resaltar las expresiones, aún en cartelera: Jesús, Cordero de Dios que quita el pecado del mundo y “Aquí estoy para hacer tu voluntad”. 3. Sería oportuno hacer hoy el rito para la bendición y la aspersión del agua en memoria del Bautismo, que ocuparía el lugar del acto penitencial al comienzo de la Misa, siguiendo lo indicado en el Apéndice I, Formulario I, del Misal, p. 1053. 4. Para que favorezca la meditación de la Palabra de Dios, conviene que haya breves momentos de silencio, antes de que inicie la Liturgia de la Palabra, después de la primera y, si hay, segunda lectura, y una vez terminada la homilía. La finalidad de estos silencios es que, con la ayuda del Espíritu Santo, la asamblea medite brevemente lo que escuchó, saboree la Palabra de Dios y se prepare la respuesta más conveniente (Cfr. OGMR 45 y 56). 5. Se sugiere el Prefacio Dominical VII, Misal, p.389, ya que presenta la salvación como fruto de la obediencia de Cristo.

Sáb 11 Ene 2020

Obispos del pacífico y suroccidente alertan agudización del conflicto armado

En un comunicado conjunto los Obispos de la Región del Pacífico y Suroccidente de Colombia, expresaron una vez más su preocupación y advertencia por la agudización del conflicto en estas zonas territoriales y en otras regiones del país. “En diversos momentos hemos advertido sobre las dificultades que viven muchas personas en el territorio del Pacífico y Suroccidente, y hemos solicitado al Estado colombiano una solución integral que resuelva las causas estructurales que están en la raíz de la crisis humanitaria”. Estos territorios, compuestos en su mayoría por afrodescendientes, indígenas y mestizos, ha sido uno de los más golpeados por la violencia, en este sentido los prelados expresaron “alzamos nuevamente nuestra voz de pastores y hacemos un llamado a retomar el sendero de la paz en la perspectiva del respeto a los Derechos Humanos, los Derechos de los Pueblos y el Derecho Internacional Humanitario". En su mensaje convocaron al Gobierno Nacional como a otras instancias estatales, “a establecer condiciones de vida digna y mecanismos de protección para las comunidades y líderes sociales, tanto a Leyner Palacios como a los otros liderazgos que están en riesgo”. Igualmente, solicitaron prestar atención ante las alertas por posibles situaciones de connivencia de integrantes de la Fuerza Pública con grupos ilegales. También reafirmaron su llamado para buscar salidas políticas y pacíficas al conflicto armado, de manera especial con el ELN, con las AGC y estructuras similares. “Esperamos la respuesta sincera de los diversos actores, mediante gestos concretos de verdadera voluntad de paz”. Finalmente, pidieron a los colombianos continuar en permanente oración y seguir trabajando con compromiso en la construcción de un país equitativo, fraterno y sin violencia. El mensaje fue suscrito por: Mons. Darío de Jesús Monsalve Mejía, Arzobispo de Cali; Mons. Luis José Rueda Aparicio, Arzobispo de Popayán; Mons. Juan Carlos Barreto Barreto, Obispo de Quibdó; Mons. Mario de Jesús Álvarez Gómez, Obispo de Istmina – Tadó; Mons. Hugo Alberto Torres Marín, Obispo de Apartadó, Mons. Luis Albeiro Maldonado, Obispo de Mocoa – Sibundoy; Mons. Rubén Darío Jaramillo Montoya, Obispo de Buenaventura; Mons. José Saúl Grisales, Obispo de Ipiales; Mons. Orlando Olave, Obispo de Tumaco; Mons. Edgar de Jesús García Gil, Obispo de Palmira. [icon class='fa fa-download fa-2x']Descargar comunicado[/icon]

Sáb 11 Ene 2020

Los obispos de Venezuela a los gobiernos de América

Intensos días vivieron en Caracas los obispos venezolanos tras la celebración de su 113ª Asamblea plenaria para analizar los escenarios políticos y sociales. Sin duda “los madrugó” la abrupta y polémica elección del parlamento el pasado 5 de enero y en una inusual forma la directiva del episcopado delegó en tres obispos: Luis Enrique Rojas, obispo auxiliar de la arquidiócesis de Mérida, Cástor Oswaldo Azuaje, obispo de la diócesis de Trujillo, y Jesús Alfredo Guerrero, obispo de la diócesis de Barinas, la lectura de lo que en esta ocasión han llamado ‘Carta fraterna’. En el texto, que recoge el sentimiento de millones de venezolanos tanto dentro como fuera del territorio, han expresado su inconformidad ante los gobiernos de América y el mundo por el falso clima de normalidad que “autoridades y medios de comunicación del gobierno proclaman y difunden”, por tanto “denunciamos su falsedad y cinismo”. “Es inaceptable que un país con inmensas riquezas haya sido empobrecido por la imposición de un sistema ideológico que, lejos de promover el auténtico bienestar, ha vuelto la espalda a sus ciudadanos, por lo que hoy sufrimos el aumento de la desnutrición infantil, la destrucción del aparato productivo y el crecimiento de una especulación agobiante y la corrupción intolerable”, han dicho. Un régimen totalitario e inhumano Si bien han reconocido “los esfuerzos realizados desde diversas instancias internacionales para atender la situación de Venezuela”, los obispos “siguen apostando al diálogo sincero y las negociaciones que reúnan las condiciones de respeto a los derechos fundamentales del pueblo venezolano”. También han advertido que “quienes hoy están al frente del gobierno, lo que cuenta no es el bien común sino el interés desmedido de riqueza y poder hegemónico, capaz de resquebrajar todo intento de vivir en auténtica democracia”. “Vivimos en un régimen totalitario e inhumano en el que se persigue la disidencia política con tortura, represión violenta y asesinatos, a esto se añade la presencia de grupos irregulares bajo la mirada complaciente de las autoridades civiles y militares, la explotación irracional de recursos mineros que destruye amplias extensiones del territorio venezolano, el narcotráfico y la trata de personas”, señalaron. Renuncia de Maduro Una vez más los obispos han repudiado los acontecimientos ocurridos en el parlamento para reafirmar su mensaje del pasado 12 de julio de 2019, ocasión en la cual exigieron “la salida de quien ejerce el poder de forma ilegítima” en clara referencia a Nicolás Maduro y el cese de la Asamblea Nacional Constituyente, lo cual implique la celebración de unas nuevas elecciones presidenciales bajo la tutela de un nuevo Consejo Nacional Electoral imparcial, auditoría al registro electoral, participación de venezolanos en el exterior y supervisión de organismos internacionales. Han a la comunidad internacional apoyen iniciativas en esa dirección. Por otra parte han reiterado a los militares “guiarse por la sana conciencia de su deber, sin servir a parcialidades políticas, respetando la dignidad y los derechos de toda la población, como juraron ante Dios y la Patria” como bien lo expresaron el pasado 8 de enero tras reunirse con la junta directiva del parlamento, encabezada por Juan Guaidó. A los venezolanos en el mundo A los más de 4.000.000 de venezolanos en la diáspora han expresado su solidaridad en virtud de que “sabemos de las vicisitudes que han tenido que sufrir y los riesgos que ha supuesto su partida”, por ello “recuerden que Venezuela siempre se ha distinguido por ser un país de acogida a migrantes venidos de diversas partes del mundo”. Asimismo han expresado su agradecimiento de corazón a los países e Iglesias del continente y del mundo que “han brindado a quienes han emigrado para poder sentir la solidaridad y la real posibilidad de un trabajo y una condición que les permita vivir y contribuir con su familia que quedó en Venezuela”. [icon class='fa fa-download fa-2x']Descargar comunicado[/icon] Tomado: Portal Vida Nueva Foto: Conferencia Episcopal de Venezuela

Vie 10 Ene 2020

Celebrar la fiesta del Bautismo del Señor reafirma el compromiso misionero

Así lo explica el padre Manuel Hernando Vega León, director de los departamentos de Ministerios Ordenados y Vida Consagrada de la Conferencia Episcopal colombiana, al precisar que al conmemorar este día “reafirmamos nuestra adhesión a Jesús (…) Renovemos en esta fiesta nuestro compromiso misionero y evangelizador de ungidos, enviados y bautizados a proclamar el Evangelio con la vida y nuestro testimonio de fe”. Después de haber celebrado el nacimiento de Jesús en Navidad y su manifestación al mundo como Salvador en la fiesta de la Epifanía, la Iglesia recuerda este domingo el Bautismo del Señor. “En esta fecha se cierra el tiempo litúrgico de la Navidad y se inaugura la primera semana del Tiempo Ordinario, un hermoso recorrido por la vida del Señor Jesús en el Evangelio de San Mateo, podríamos decir que este domingo es un domingo de transición”, subrayó el sacerdote. Aquí el Evangelio “nos presenta a Jesús en el momento de ser bautizado por Juan el Bautista en el Jordán, ungido por el Espíritu Santo y proclamado Hijo de Dios por la voz del Padre del Cielo”, este es un momento en el que la Iglesia invita a redescubrir la gracia del sacramento del Bautismo.

Jue 9 Ene 2020

CELAM hace un llamado a orar por la Paz del mundo

Un llamado a orar por la Paz del mundo, especialmente por aquellos países donde se viven momentos de tensión, es el mensaje que unido al del Papa Francisco, hace el Consejo Episcopal Latinoamericano y del Caribe (CELAM), presidido por su presidente Monseñor Miguel Cabrejos Vidarte. “En unidad con el Papa Francisco, sumamos nuestras oraciones por la Paz en el Mundo, por el cese de los conflictos que hacen sufrir a familias y pueblos enteros y en particular por la grave tensión que se vive en estos momentos entre varios países: la guerra solo trae muerte y destrucción”. Evocando las palabras del Papa Pío XII: “el peligro es inminente pero aún hay tiempo. ¡Nada se pierde con la paz; todo se pierde con la guerra!”, la Iglesia de América Latina anima a la unidad y al diálogo, para que se busquen soluciones pacíficas, respetando sin reservas el derecho internacional. “Nos unimos en oración con el Papa y rechazamos toda forma de violencia y de fractura social y llamamos a las grandes naciones del mundo, en especial a sus gobernantes, al respeto mutuo, a la concordia y el buen entendimiento, a no escatimar esfuerzo alguno para evitar un escenario de mayor tensión”. En su declaración, el CELAM insiste en la importancia de la oración, en comunión con el obispo de Roma, para que “nunca más en nuestra historia tengamos que avergonzarnos de la forma en que un ser humano eliminó al otro porque no fueron capaces de dialogar y encontrar consensos para caminar juntos”. Finalmente, los obispos de esta Institución, exhortan a las Conferencias Episcopales de América Latina y el Caribe y a las Conferencias Episcopales del mundo, a unirse para realizar jornadas de oración por la Paz. [icon class='fa fa-download fa-2x'] Descargar comunicado[/icon]

Jue 9 Ene 2020

Año nuevo, en la esperanza

Por: Mons. Luis Fernando Rodríguez Velásquez - Primero: Es común que cada que comenzamos el nuevo año hagamos las cábalas y los vaticinios sobre lo que esperamos para el año al que damos inicio, según el calendario civil. Es posible que cada uno reitere los planes de trabajar mejor, de cuidarse con los alimentos, de rebajar peso, de solucionar las desavenencias, etc. Eso está bien. Lo que produce preocupación es que posiblemente son los mismos propósitos de cada año y que seguramente no se han cumplido. Qué importante es que se haga el propósito de cumplir de la mejor manera posible lo que se ha de alcanzar, poniendo la confianza en Dios con una buena dosis de voluntad personal y disciplina. Segundo: Por otra parte, la Iglesia ha comenzado desde semanas atrás el año litúrgico, con el adviento y la navidad. Un propósito clave debemos buscar alcanzar, de la mano de Dios, y es el que los ángeles cantaron en el portal de Belén, la paz: “Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a las personas de buena voluntad”. Tercero: Con la fiesta del Bautismo del Señor comenzamos el tiempo llamado Per annum, o tiempo ordinario en la liturgia de la Iglesia. El color verde será el característico. Es el verde la esperanza, de la confianza, de la fe. Es el color también de la florescencia y de la alegría. Así debería ser la vida de los cristianos católicos; ese debería ser el aporte que como ciudadanos deberíamos dar en momentos de crisis, incertidumbre y dificultades. El Papa Francisco nos dirá: “Comprendo a las personas que tienden a la tristeza por las graves dificultades que tienen que sufrir, pero poco a poco hay que permitir que la alegría de la fe comience a despertarse, como una secreta, pero firme confianza, aun en medio de las peores angustias: «Me encuentro lejos de la paz, he olvidado la dicha […] Pero algo traigo a la memoria, algo que me hace esperar. Que el amor del Señor no se ha acabado, no se ha agotado su ternura. Mañana tras mañana se renuevan. ¡Grande es su fidelidad! […] Bueno es esperar en silencio la salvación del Señor» (Lm 3,17.21-23.26)” (Exhortación Evangelii Gaudium, 6). Cuarto: El cristiano está llamado no a ser promotor de la desesperación, ni profeta de catástrofes, sino que está llamado a ser testigo de la esperanza, porque sabe muy bien que el Señor es el siempre vivo, el siempre actuante, que está con nosotros, está en medio de nosotros, está adelante mostrándonos el camino, y está atrás para protegernos. Alegría y esperanza, dos palabras que se deben traducir, en un estilo de vida alegre y cargada de la confianza, en los tiempos nuevos que nos han sido prometidos. + Luis Fernando Rodríguez Velásquez Obispo Auxiliar de Cali

Jue 9 Ene 2020

La voz del Pastor | Enero 12 de 2019

Reflexión del Cardenal Rubén Salazar Gómez, arzobispo de Bogotá y Primado de Colombia Lectura del Santo Evangelio según San Mateo 3,13-17