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Liturgia

Vie 29 Oct 2021

La voz del Pastor | 31 de octubre de 2021

Reflexión de monseñor Luis José Rueda Aparicio, Arzobispo de Bogotá y primado de Colombia Lectura del Santo Evangelio segúnSan Marcos 12,28b-34

Vie 22 Oct 2021

Ya se encuentra disponible el boletín: "Notas de Actualidad Litúrgica" No. 79

La Iglesia vive de la Eucaristía. Así se titula la edición No. 79 del Boletín Notas de ACTUALIDAD LITÚRGICA, publicado por el Departamento de Liturgia del Secretariado Permanente del Episcopado Colombiano (SPEC). Para el sacerdote Jairo de Jesús Ramírez Ramírez, director del Departamento de Liturgia, con esta nueva edición, “queremos continuar animando al pueblo fiel para que, valorando el sentido del Domingo, participe activa, plena y conscientemente en la celebración de la Eucaristía, que es la pascua semanal de los creyentes y el alimento de vida eterna que sostiene nuestra vida cristiana”. “Lo hacemos recuperando las motivaciones doctrinales profundasque son la base del precepto eclesial, para que todos los fieles, junto con sus pastores, vean muy claro el valor irrenunciable de la eucaristía dominical en la vida cristiana”, observó el directivo. Así también, el boletín ofreceademás de las temáticas sobre la importancia de la Eucaristía, la ponencia: “Espiritualidad de la Sinodalidad”, compartida por la hermana Gloria Liliana Franco, presidenta de la Confederación Latinoamericana de Religiosos - CLAR, en el marco del 2do. ciclo de Conferencias sobre la sinodalidad organizadas desde la Conferencia Episcopal de Colombia. Por último, se concluye con una sección denominada Entérese, que recoge algunas noticias relacionadas con el SPEC, más específicamente, con el Departamento de Liturgia y con la Iglesia universal. [icon class='fa fa-download fa-2x'] Descargar Boletín Nol 79[/icon] ANTERIORES BOLETINES: Lea también: Boletín "Notas de ACTUALIDAD LITÚRGICA" No. 71 Lea también: Boletín "Notas de ACTUALIDAD LITÚRGICA" No. 72 Lea también: Boletín "Notas de ACTUALIDAD LITÚRGICA" No. 73 Lea también: Boletín "Notas de ACTUALIDAD LITÚRGICA" No. 74 Lea también Boletín "Notas de ACTUALIDAD LITÚRGICA No. 75 Lea también: Boletín "Notas de ACTUALIDAD LITÚRGICA" No. 76 Lea también: Boletín "Notas de ACTUALIDAD LITÚRGICA" No. 77 Lea también: Boletín "Notas de ACTUALIDAD LITÚRGICA" No. 78

Vie 22 Oct 2021

La voz del Pastor | 24 de octubre de 2021

Reflexión de monseñor Luis José Rueda Aparicio, Arzobispo de Bogotá y primado de Colombia Lectura del Santo Evangelio segúnSan Marcos 10,46-52

Jue 21 Oct 2021

«Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación»

JORNADA MUNDIAL DE LAS MISIONES Octubre 24 de 2021 Primera lectura: Is 56, 1.6-7 Salmo: Sal 66, 2-3.5.7-8 Segunda lectura: Ef 3 2-12 Evangelio: Mc 16, 15-20 I. Orientaciones para la predicación Introducción • La salvación es para todos los que por la fe se adhieran al mensaje del Señor. • La salvación no es exclusiva para un determinado grupo. • El mandato misionero de Cristo es para ir a anunciar el Evangelio a todo el mundo. 1. Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura? El pasaje de Isaías que leemos este domingo corresponde al Trito-Isaías que a su vez está organizado en tres partes, y en el caso del texto que nos ocupa se ubica dentro de la primera parte de los capítulos 56 al 59, donde se denuncian los aspectos negativos de Israel y se ofrece un mensaje de esperanza para el futuro de la humanidad. Así, el mensaje de este día, nos habla del universalismo de la salvación mediante la figura del lugar de culto como casa de oración, abierta para todos sin excluir a nadie. Esto se debía a que en la época del Exilio se habían presentado muchas dificultades para ofrecer sacrificios en la ciudad de Jerusalén, por lo que los judíos buscaron otro modo de relacionarse con Dios mediante la escucha de la Torá y la oración como medios para comunicarse con Yaveh. Ahora el culto y la relación con Dios no se limita únicamente al templo, sino que se habla del monte como lugar de encuentro y casa de oración, para todos aquellos hombres y mujeres que quieran acceder a la comunión con el Señor. El apóstol san Pablo en su carta a los Efesios nos dice que la salvación no es algo exclusivo del pueblo judío, sino qué por gracia de Dios, a él como anunciador de la Buena Nueva, le ha sido confiado este anuncio que es para todos los pueblos y así se incluye a los gentiles que no pertenecían al pueblo hebreo. A estos se les llama los coherederos de la salvación y con esto se reconoce que los primeros herederos fueron los judíos; a ellos, en primer lugar, se les reveló este mensaje de salvación, pero posteriormente la herencia también se dio para los paganos como coherederos, es decir, que se comparte la herencia de la salvación junto con los judíos. Así, la salvación es una herencia a la que todos podemos acceder por gracia de Dios como don reservado para los hombres y mujeres de buena voluntad que se adhieren a Jesucristo mediante la fe. En el Evangelio nos encontramos con el epílogo de San Marcos donde se narra el envío solemne de los discípulos por parte de Jesús resucitado. El envío es para aquellos que son testigos de la resurrección del Señor, todos los que son discípulos de Cristo y pueden dar testimonio de la buena noticia de la Vida que ha vencido a la muerte. Ese envío es para ir todo el mundo conocido, es decir que no debe quedar ningún lugar sin ser partícipe de este anuncio, por lo tanto, es una tarea ardua y exigente porque son muchos los hombres y mujeres que aún no lo han recibido y para ellos es este mensaje de salvación. De este anuncio también participa la creación como obra salida de las manos de Dios y que experimenta la redención que trae Jesucristo para toda la humanidad. Para recibir la salvación se pone como condición fundamental la fe para el sacramento del bautismo como puerta de entrada a la salvación, de modo que es una tarea que aún se sigue realizando, ya que muchos hombres y mujeres no se han bautizado y necesitan de este anuncio para poder creer. Los discípulos que son enviados tienen la garantía de que no están solos, ellos como enviados serán acreditados por los mismos signos y hechos que acompañaron al maestro. Jesús después de haberlos enviado es elevado al cielo a la diestra de Dios y desde allí sigue acompañando a la Iglesia como aquel que intercede delante de la presencia del Padre para que esta tarea misionera se siga cumpliendo, por eso los discípulos salen a anunciar el Evangelio y son acreditados con los signos que realizan en nombre de Jesucristo. 2. Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y que me sugiere para decirle a la comunidad? La salvación es un don que Dios hace para toda la humanidad, no hay nadie excluido de ella, pues Dios ama a todos sus hijos y su deseo es que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad, tal como lo recuerda la oración colecta de la misa por la evangelización de los pueblos. Pero para acceder a la salvación solo hay una condición, y es la aceptación de Cristo por la fe, es la fe la que posibilita el sacramento del bautismo como puerta de entrada a la salvación. Por eso, Jesús envía a sus discípulos para que en su nombre anuncien la buena noticia de la salvación, al igual que lo hizo san Pablo en su momento, que abrió paso al anuncio del Evangelio entre los pueblos paganos, también nosotros como bautizados estamos llamados a anunciar esta salvación para que los hombres y mujeres de buena voluntad abracen la fe y reciban el sacramento del bautismo. Es cierto que este mandato misionero aún falta por cumplirse, ya que en el mundo actual son muchos los hombres y mujeres que aún no acogen la fe o muchos no se han bautizado, o incluso habiéndose bautizado se han alejado y permanecen indiferentes viviendo como si Dios no existiera. Por eso nosotros como discípulos del Señor, por el bautismo somos enviados para seguir llevando la buena noticia del Evangelio a todo el mundo, eso es a todos los lugares del planeta donde hace falta este anuncio y un anuncio que hace partícipe a toda la creación, pues también ella como la obra salida de las manos de Dios necesita experimentar la salvación que Dios ha traído para todo el género humano. Para comonecesidad de un encuentro profundo y sincero con el Señor, cara a cara con él, para poder ser testigos de su Palabra, ya que necesitamos experimentar la fuerza de su resurrección, pues Él sigue vivo en medio de su pueblo y no nos ha dejado solos, ante las dificultades o limitaciones de nuestra condición humana, debemos saber que él mismo Cristo nos ha prometido estar con nosotros; los mismos signos y prodigios que él realizó durante su pasó por la tierra, son los mismos signos que nos acompañan a nosotros como sus discípulos, pero necesitamos acercarnos a él por medio de la fe y la oración que son los medios que nos posibilitaran un encuentro personal con Jesucristo para poder tener la fortaleza de quienes le anuncian en la misión. El Papa Francisco en su homilía del 19 de octubre de 2019, nos decía que “la Iglesia, está en misión en el mundo: la fe en Jesucristo nos da la dimensión justa de todas las cosas haciéndonos ver el mundo con los ojos y el corazón de Dios; la esperanza nos abre a los horizontes eternos de la vida divina de la que participamos verdaderamente; la caridad, que pregustamos en los sacramentos y en el amor fraterno, nos conduce hasta los confines de la tierra”. Hoy como ayer somos enviados por Jesús para que anunciemos el Evangelio con alegría como lo hicieron los apóstoles que fueron testigos del Resucitado. 3. Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo? En este domingo mundial de las misiones, nos dirigimos a ti, Padre bueno para pedirte que nos concedas un corazón sensible para que podamos adquirir un compromiso misionero, sabemos que en el mundo son muchos los hombres y mujeres que no te conocen o habiendo escuchado hablar de ti, se han alejado por diversas causas. Concédenos la fe y entrega necesaria para que nuestros corazones ardan de alegría y se decidan a anunciarte entre los hermanos para que tu Hijo Jesucristo sea conocido y amado por todos. II. Moniciones y Oración Universal o de los Fieles Monición introductoria de la Misa Nos reunimos en torno al altar para dar gracias a Dios por el bautismo que nos inició en la vida de la fe y nos compromete como discípulos y misioneros de Jesucristo para ir por todo el mundo y predicar el Evangelio. Pidamos al Señor que nos permita cumplir su mandato misionero para anunciarlo con alegría. Participemos con fe en esta celebración. Monición a la Liturgia de la Palabra La salvación es un don que Dios ofrece a la humanidad, todos tenemos acceso a Dios tal como lo relata el profeta Isaías, esto no es para un grupo exclusivo como lo recuerda San Pablo a los Efesios; así, al igual que los discípulos en el Evangelio, nosotros somos enviados a proclamar la buena noticia de la salvación a toda la creación. Escuchemos con atención. Oración Universal o de los Fieles Presidente: A Dios Padre, que en su Hijo nos envía como discípulos y misioneros de su Palabra, elevemos nuestra suplica confiada diciendo: R. Padre bueno, ayúdanos a anunciar tu Palabra 1. Por el Papa y los ministros consagrados, para que con su predicación den testimonio de la salvación que Dios ofrece a toda la humanidad. 2. Por los gobernantes, para que garanticen el respeto a la libertad religiosa y se permita el anuncio del Evangelio en todo el mundo. 3. Por las familias, para que sean educadoras en la fe y con su testimonio anuncien el Evangelio de la vida. 4. Por los misioneros, para que con nuestra oración y la ayuda material, sigan anunciando a Cristo con valentía. 5. Por los que no conocen a Cristo, para que reciban el anuncio del Evangelio y abracen la fe que se les predica. Se pueden añadir otras intenciones personales... Oración conclusiva Acoge Padre, nuestra súplica confiada y envía operarios que anuncien tu Palabra a todas las naciones. Por Jesucristo Nuestro Señor. R. Amén.

Mié 20 Oct 2021

"Vete, tu fe te ha dado la salud"

TRIGÉSIMO DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO Octubre 24 de 2021 Primera lectura: Jr 31,7-9 Salmo: Sal 126(125),1-2ab.2cd-3.4-5.6 Segunda lectura: Hb 5,1-6 Evangelio: Mc 10,46-52 I. Orientaciones para la Predicación Introducción • Los más frágiles y los que sufren también son destinatarios de la salvación. • Cristo es el Sumo Sacerdote que se compadece de nuestro sufrimiento. • Jesús se compadece y cura nuestra ceguera cuando nos acercamos con fe. 1. Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura? El profeta Jeremías que normalmente dirige mensajes contundentes al pueblo para exhortarlo a la conversión o para anunciar las consecuencias del pecado, ahora se encuentra ubicado en el reino del Norte y desde allí dirige un mensaje de consolación y de esperanza con un oráculo salvífico enmarcado en el tema de la nueva alianza. Se hace eco del salmo 126,5 y se anuncia un cambio, de modo que lo que en el pasado fue dolor y sacrificio, ahora en el retorno es alegría y triunfo. Así se invita a Judá para que reciba a Israel que llega triunfante como el predilecto del Señor, pues ya terminó el tiempo de la prueba y pueden regresar de la cautividad, de manera que los que antes estaban en envueltos en la fragilidad y el sufrimiento, tal como ocurre con los enfermos, los cojos y los ciegos, ahora experimentan con gozo la salvación que Dios les ofrece. El autor de la carta a los Hebreos, nos presenta a Cristo como el Sumo y Eterno sacerdote que reúne todos las condiciones que se exigían para ejercer el sacerdocio: 1) Es capaz de compadecerse, porque al asumir nuestra condición humana sin cometer pecado conoce el pecado de la humanidad; 2) ya no tiene necesidad de ofrecer dones y sacrificios como lo hacían los sacerdotes, ahora él mismo perpetua el único y definitivo sacrificio con su ofrecimiento en el altar de la cruz; 3) es sacerdote no porque descienda de una familia o casta sacerdotal sino que es sacerdote eterno según el orden de Melquisedec. Por esto es capaz de compadecerse de la humanidad y ahora es entronizado como rey delante del Padre como su Hijo predilecto, el único y eterno sacerdote de la nueva alianza. En el Evangelio nos encontramos con la curación del ciego Bartimeo, un hombre que sale y se pone al borde del camino para esperar que los peregrinos que van hacia Jerusalén le den una limosna y así conseguir su sustento, sin embargo, la situación de este hombre cambia y lo desacomoda se su situación de mendicidad desde el momento que escucha que viene Jesús y es que el camino del discipulado se inicia a través de la escucha para poder llegar hasta el encuentro con Jesús como es el caso de este hombre impedido a causa de su ceguera. El obstáculo de la ceguera no fue un impedimento para que este hombre se encontrara con Jesús de Nazaret, ya que el mismo toma interés en el encuentro con el maestro, y por eso, se pone a gritar usando una expresión de fe y de esperanza cuando lo llama como el Hijo de David, y con esto lo reconoce como el Mesías esperado por el pueblo de Israel, y aunque intentan callarlo no se detiene hasta lograr lo que desea, así se convierte en un ejemplo de superación de las situaciones de marginación a través de la fe y la confianza en Jesús, y al lograr captar la atención de Jesús con una súplica implora la compasión y le pide que le devuelva la vista y acercándose a él deja a una lado el manto, lo único que tenía para abrigarse y guardar su dinero, su única seguridad desaparece porque ahora su única seguridad es el Señor, y por eso da un brinco, indicando que se arroja a los pies de Jesús con una absoluta confianza que él será su salvador y el único que le devolverá la vista. Así, este hombre ciego se encuentra con Jesús quien lo cura por el poder de su Palabra, de modo que lo primero que ve es a Jesús y lo sigue por el camino. 2. Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y que me sugiere para decirle a la comunidad? Dios tiene poder para cambiar y transformar todas las situaciones de dolor y de tristeza en oportunidades para experimentar su salvación, tal como lo anuncia el profeta Jeremías. Todos somos llamados a la salvación, es el momento para dejar atrás el dolor y la tristeza porque ha llegado el momento en que Dios actúa y se manifiesta para llamarnos a vivir un nuevo tiempo. La fragilidad y la debilidad manifestada en la enfermedad será transformada en fortaleza y firmeza. Durante la pandemia, hemos experimentado la enfermedad, el dolor, el sufrimiento y la prueba, pero no estamos solos, nuestro Dios se manifiesta y nos dará un nuevo tiempo para experimentar el gozo y el consuelo por la llegada de la salvación. Por ese grande amor que Dios nos tiene nos ha enviado a su Hijo Jesucristo, el cual se ha encarnado y se ha hecho hombre, en todo igual a nosotros menos en el pecado, pero como dice san Ireneo, “se hizo carne de pecado para sacarnos del pecado”, así es el Sumo y Eterno sacerdote, capaz de compadecerse de nuestra flaqueza, de modo que ahora es él quien se ofrece en el altar para expiar nuestro pecado y ser alimento para fortalecer nuestra debilidad. Él es el sacerdote de la alianza nueva y eterna que en la eucaristía se ha quedado con nosotros para darnos la vida eterna. Así, nosotros venimos como peregrinos como el ciego Bartimeo para mendigar su misericordia y pedirle que cure nuestra ceguera, aquella que nos impide acercarnos a su amor, por eso como este ciego del evangelio queremos hacer el camino del discipulado escuchando a Jesús que pasa a cada momento por nuestra vida y quiere encontrarse con nosotros si somos capaces de dejar nuestras seguridades y postrarnos a sus pies para reconocer su señorío en nuestra vida, pues solo él es capaz de curarnos, ya que su Palabra tiene poder y sigue actuando en el momento actual solo necesitamos una fe como la del ciego, una fe que busca, que vence obstáculos, que no se da por vencida, que es capaz de llevarnos a la oración confiada, que nos hace lanzarnos a la presencia de Jesús para tener un encuentro personal con él y experimentar su misericordia. En este tiempo de tantas dificultades para la humanidad, necesitamos recorrer el mismo camino de fe de Bartimeo, para salir de nuestras falsas seguridades y dejarnos encontrar por el amor de Dios manifestado en Cristo. El papa Francisco nos recuerda un aspecto del Evangelio: “Jesús pide a sus discípulos que vayan y llamen a Bartimeo. Ellos se dirigen al ciego con dos expresiones, que sólo Jesús utiliza en el resto del Evangelio. Primero le dicen: «¡Ánimo!», una palabra que literalmente significa «ten confianza, anímate». En efecto, sólo el encuentro con Jesús da al hombre la fuerza para afrontar las situaciones más graves. La segunda expresión es «¡levántate!», como Jesús había dicho a tantos enfermos, llevándolos de la mano y curándolos” (Homilía, 25 de octubre de 2015). También nosotros en medio de esta pandemia, como los discípulos, estamos llamados a salir al encuentro de tantos hombres y mujeres que sufren para animarlos y levantarlos de su enfermedad y ayudarles a experimentar el gozo de la salvación. 3.Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo? Hoy le pedimos al Señor, que como a Bartimeo nos ayude a salir de nuestras seguridades, para ponernos a la vera del camino y tener un encuentro personal con Jesús, un encuentro que nos fortalezca en la fe y nos posibilite la curación de nuestra ceguera, porque necesitamos ver a Jesús para poderlo seguir como sus discípulos. Sabemos que Jesús sigue pasando por nuestra historia personal para compadecerse de nuestro dolor y el sufrimiento de la humanidad, por eso le suplicamos que nos ayude a salir de esta pandemia venciendo los obstáculos y fortalecidos en la fe. II. Moniciones y Oración Universal o de los Fieles Monición introductoria de la Misa Dios se muestra cercano al dolor y el sufrimiento de la humanidad, Él se compadece de nuestra miseria y nos posibilita un encuentro personal con su presencia sacramental que se ofrece en el altar, por eso, venimos a la eucaristía y le pedimos que como a Bartimeo, nos aumente la fe para seguirlo con alegría como auténticos discípulos suyos. Participemos de este encuentro con el Señor. Monición a la Liturgia de la Palabra El profeta Jeremías anuncia que los más frágiles y lo que sufren también son destinatarios de la salvación. El autor de la carta a los Hebreos, nos presenta a Cristo es el Sumo Sacerdote que se compadece de nuestro sufrimiento. En el Evangelio, Jesús se compadece y cura la ceguera de Bartimeo quien lo sigue como discípulo creyente. Escuchemos con atención. Oración Universal o de los Fieles Presidente: Dios es padre clemente y compasivo, a él dirigimos nuestra suplica confiada, unidos a la oración de toda la Iglesia. R. Padre Misericordioso, compadécete del dolor de la humanidad 1. Por el Papa y los ministros ordenados, para que sigan anunciando la compasión y la ternura de Dios. 2. Por los gobernantes, para que en medio de pandemia favorezcan la atención sanitaria y prioritaria a los más débiles y desfavorecidos de la sociedad. 3. Por las familias donde hay enfermos, para que unan su dolor a la pasión de nuestro Señor Jesucristo y ella sea medio de purificación. 4. Por los que sufren la enfermedad física o espiritual, para que unidos a Cristo encuentren el don de la salud. 5. Por el personal médico y de salud, para que con su trabajo ayuden al cuidado de la vida y la salud de todos los seres humanos afectados por la enfermedad. Se pueden añadir otras intenciones personales... Oración conclusiva Padre de bondad, tú que eres el médico del cuerpo y del alma, escucha estas suplicas que te presentamos con fe. Por Jesucristo Nuestro Señor R. Amén.

Vie 15 Oct 2021

La voz del Pastor | 17 de octubre de 2021

Reflexión de monseñor Luis José Rueda Aparicio, Arzobispo de Bogotá y primado de Colombia Lectura del Santo Evangelio segúnSan Marcos 10,42-45

Vie 8 Oct 2021

La voz del Pastor | 10 de octubre de 2021

Reflexión de monseñor Luis José Rueda Aparicio, Arzobispo de Bogotá y primado de Colombia Lectura del Santo Evangelio segúnSan Marcos 10,17-27

Mié 6 Oct 2021

"Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo"

VIGESIMOCTAVO DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO Octubre 10 de 2021 Primera lectura: Sb 7,7-11 Salmo: Sal 90(89),12-13.14-15.16-17 Segunda lectura: Hb 4,12-13 Evangelio: Mc 10,17-30 (forma larga) o Mc 10, 17-27 (forma breve) I. Orientaciones para la Predicación Introducción Llegando al final del año litúrgico, la Liturgia de la Palabra de este domingo nos ofrece la oportunidad para replantear nuestra vida en la búsqueda de la verdadera felicidad y el discernimiento de la sabiduría que viene de Dios: • La sabiduría no es fruto de la habilidad o de una adquisición humana, solo puede ser recibida de lo alto. • En el Nuevo Testamento la sabiduría es presentada como la Palabra de Dios encarnada, dotada de un poder de discernimiento y de juicio. • En el Evangelio el mismo Señor nos recomienda buscar la verdadera riqueza (sabiduría) que produce una alegría que nada ni nadie nos podrá quitar. 1. Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura? Todo comienza con un hombre que, a ver a Jesús, sale corriendo a su encuentro. La fama de Jesús se había extendido más allá de la región de Galilea, y era reconocido como un gran maestro, por lo que podemos suponer que este hombre había escuchado hablar de él, de sus palabras, de sus obras, y prodigios. Por eso al saber de su presencia sale a su encuentro, y al encontrarlo se arrodilla, y se postra a sus pies. Esta imagen seguramente conmovió a Jesús. “Maestro bueno, que debo hacer para heredar la Vida Eterna”. Lo llama Maestro bueno, y Jesús le pregunta por qué lo llama bueno, siendo que solo Dios es bueno. Aquí no se trata de una corrección de Jesús, sino que a través de su pregunta intenta que este hombre lo reconozca como Dios, único bien. Maestros hay muchos, pero Dios hay uno solo. Al llamarlo Maestro (Rabí), le está considerando como maestro en Israel, y Jesús responde como un verdadero maestro. Sólo Uno es Bueno y ese es Dios. (Le está contestando con el texto más importante del Antiguo Testamento en el libro del Deuteronomio 6,4: “Escucha Israel el Señor es Uno”). Volvamos a la pregunta que este hombre realiza a Jesús: “¿Qué debo hacer para heredar la Vida Eterna?”. Es decir, se presenta a Jesús con un deseo particular, quiere llegar a la vida eterna y conocer cuáles son los méritos para lograrlo. Jesús, vuelve a hacerle una pregunta cómo un verdadero maestro judío: le dice “tú conoces los mandamientos”, y se los nombra citando las escrituras del libro del Éxodo, y del Deuteronomio. La respuesta de este hombre que escucha atentamente los mandamientos, y reflexiona entorno a su práctica para con ellos, es la siguiente “todo eso lo he cumplido desde la adolescencia”. A esto le sigue un profundo sentimiento de Jesús, dice la Palabra que “lo mira con cariño”, traducciones dicen “lo mira con amor”. Lo mira con amor porque conoce que este hombre dice la verdad, no se presume a sí mismo, ni intenta mostrar lo que no es, simplemente dice la verdad. De la misma manera Jesús ama a los que practican sus mandamientos y cumplen sus palabras. Ante la magnífica respuesta de este hombre, que cumple todos los preceptos, pudiéramos pensar listo ya lo ha conseguido todo para llegar al Reino de los cielos, pero no, aún falta algo más, Jesús le pide un gesto de amor y de renuncia: “Una cosa te falta: ve, vende cuanto tienes y dáselo a los pobres y tendrás un tesoro en el cielo; después sígueme”. No basta practicar los mandamientos, sino que es necesario estar dispuesto siempre a un poco más. Jesús no vino para abolir la Ley, es decir, los mandamientos, sino que vino a darle cumplimiento, a perfeccionarla. Y los mandamientos sólo llegan a su plenitud por medio del amor, de allí que sin amor de nada sirve cumplir un precepto. La práctica de los mandamientos llega a su plenitud en el despojo de todo, para estar libre y poder seguir a Jesús, sin nada que ate a la persona. Ante los ojos de este hombre, se encuentra el Reino mismo; la persona de Jesús que lo invita a participar de su presencia celestial, donde Reina la Alegría, y el Gozo. Y recordemos que es, este mismo hombre quien desea estar allí, es él quien pregunta cómo alcanzar el cielo. Pero ante un pedido de Jesús, se escapa, se va, su corazón no está dispuesto a un poco más. Dice el texto: “Ante estas palabras, se llenó de pena y se marchó triste.” Es que no todos los encuentros con Jesús llenan de Alegría. Pues este hombre quería que Jesús le justificase su modo de vivir, que aunque había cumplido los mandamientos le faltaba lo esencial. Se marchó triste. Este hombre poseía muchas riquezas, y no quiso abandonarlas. Ante la riqueza terrenal que es superficial, dañina y limitada, Jesús le ofrecía una riqueza de felicidad eterna que no supo aprovechar. Es interesante la definición del estado anímico con el cual se retira este hombre rico, entristecido, y apenado. Estos son los sentimientos comunes de quienes se “cierran” a la invitación siempre nueva de Jesús que llama a buscar los bienes eternos. 2. Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y que me sugiere para decirle a la comunidad? Hay en el mundo una sed insaciable de honores, de búsqueda de cosas materiales, de placeres que son momentáneos. En el amor de Dios que se nos revela en esta Palabra, hay una invitación que nos ubica y nos hace pensar en lo que de verdad vale y significa. Las cosas materiales nos absorben, nos fabricamos ídolos que nos esclavizan y nos hacen perder la verdadera perspectiva de la vida, impidiendo que el amor verdadero fluya en la forma siempre nueva y creativa de la misericordia. Hemos de recordar qué tesoros nos ofrece Dios; en efecto nos muestra que el camino de la humanidad hacia intereses que no llenan, hacia bienes que no sacian, nos conducen hacia caminos que tienen como destino la oscuridad y la infelicidad. La Palabra nos recuerda que cuando el hombre entiende y vive el desprendimiento y el desapego de las cosas materiales encuentra la verdadera paz y anticipa la bienaventuranza eterna en nuestro mundo. 3. Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo? Como guías de las comunidades creyentes debemos asumir en nuestra vida personal y sacerdotal, en medio de esta situación compleja que estamos viviendo por los efectos de la pandemia, que “solo Dios basta”, que “todo se muda” pero Dios siempre permanece. Es un domingo para pensar en no quedarnos en las cosas efímeras sino enraizarnos en lo que es verdadero y en lo que da vida. Nos encontramos con Jesús que es la Sabiduría eterna del Padre y que, en su cercanía, se desprendió de todo para asumirnos a todos. Liberados de las cosas materiales, se puede abrir en el corazón el espacio necesario para colmarlo de la experiencia de Dios que nos enriquece y nos da la perfecta libertad y la auténtica felicidad que todo hombre anhela. II. Moniciones y Oración Universal o de los Fieles Monición introductoria de la Misa Queridos hermanos venimos nuevamente en este domingo a reunirnos como la gran familia de Dios. Nos ponemos en su presencia, lo escucharemos como sus hijos y recibiremos de Él, el alimento de su Palabra, y del Cuerpo y la Sangre de su Hijo, Jesús; que su presencia nos ayude a valorar y discernir sobre los bienes verdaderos en nuestra vida. En torno a esta mesa participemos con alegría. Monición a la Liturgia de la Palabra La verdadera sabiduría consiste en saber buscar el rostro de Dios, y ello se logra con el verdadero seguimiento de Jesús, descubriéndolo también en el servicio a los pobres. Escuchemos con atención la Palabra de Dios. Oración Universal o de los Fieles Presidente: Queridos hermanos, desprendidos de todo y siendo dueños de nada, nos dirigimos a Dios Padre, con la seguridad de ser escuchados por Él y obtener su Sabiduría, diciendo: R. A ti, Señor, lo pedimos con fe 1. Por el nuevo pueblo de Dios, conformado por el Papa, los obispos, presbíteros, diáconos, los religiosos y los laicos, para que actúen sin esperar más recompensa que la de obtener la vida eterna. Oremos 2. Por quienes tienen el cuidado de gobernar en el mundo y en nuestra nación., para que nunca pongan su corazón en los bienes materiales, sino que sepan distribuir mejor las riquezas entre los ciudadanos. Oremos 3. Por muchos jóvenes y niños, a veces, indiferentes y alejados de los bienes de Dios, para que el testimonio de otros los atraiga y los convierta para poseer, en definitiva, la vida eterna. Oremos. 4. Por los pobres y marginados, para que la generosidad de otros los ayude a saciar sus necesidades espirituales y materiales. Oremos 5. Por cuantos conformamos esta asamblea litúrgica, para que la Sabiduría de Dios inunde nuestra vida y podamos seguir fielmente a Jesús que nos hace libres frente a nuestras propiedades y pertenencias. Oremos. Se pueden añadir otras intenciones personales... Oración conclusiva Señor Dios, vuélvete sobre nosotros y escucha las súplicas que te presentamos con fe y esperanza Por Jesucristo nuestro Señor. R. Amén.