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Lectio Dominical

Lun 24 Jul 2017

La perla preciosa es Jesús

La perla preciosa de la que nos habla el evangelio, no es otra cosa que el mismo Jesús, por quien vale la pena dejarlo todo a fin de que en Él, alcancemos la verdadera felicidad y de Él, aprendamos la auténtica sabiduría. Lecturas [icon class='fa fa-play' link='']Primera lectura: 1R 3,5.7-12[/icon] [icon class='fa fa-play' link='']Sal 119(118),57+72.76-77.127-128.129-130 (R. 97a) [/icon] [icon class='fa fa-play' link='']Segunda lectura: Rm 8,28-30[/icon] [icon class='fa fa-play' link='']Evangelio: Mt 13,44-52 (forma larga) o Mt 13,44-46 (forma breve).[/icon] [icon class='fa fa-arrow-circle-right fa-2x' link=''] CONTEXTO BÍBLICO[/icon] 1. Contexto bíblico 1.1 ¿Qué dice la Sagrada Escritura? El libro de 1 Reyes 3,5-13, presenta una lectura teológica de la historia del reinado de Salomón, esto significa, que para el autor sagrado es importante la narración histórica de los hechos, pero lo fundamental es poder sumergirse en el texto y escrutar el mensaje de Dios, que se actualiza cuando la comunidad se reúne para la lectura orante de la Palabra. Nos ofrece el texto el tema de la sabiduría como don divino y guía de la vida y de las opciones del fiel servidor; un paralelo se encuentra en el libro de la Sabiduría, capítulos 6-9. Salomón es considerado como el iniciador y artífice de toda una reflexión sapiencial. La oración en forma de himno, puesta en sus labios, es una invocación solemne dirigida al «Dios de los padres y Señor de la misericordia» después de un reconocimiento a las acciones de Dios a favor de sus mayores y ante la iniciativa de Dios, surge la súplica humilde de Salomón para que se le conceda el don preciosísimo de la sabiduría “…te pido me concedas sabiduría de corazón…”. Es importante resaltar que el don de la Sabiduría es pedido en un contexto de oración litúrgica; el rey se dirigió a los altos de Gabaón donde se levantaba un santuario, y después de haber celebrado un grandioso sacrificio, en la noche tiene un sueño-revelación y al recibirlo nos desvela la razón de ser de la sabiduría: juzgar al pueblo, discernir entre el bien y el mal» (1 Reyes 3, 9; Sabiduría 9, 4.10). El Sabio Salomón intuía que sin la gracia de la Sabiduría le sería imposible ser el rey que el pueblo esperaba y sobre todo, no podría agradar a Dios que lo había llamado a ese servicio, «pero yo no soy más que un muchacho y no sé cómo actuar, soy tu siervo y me encuentro perdido…” . Afirmaba san Juan Pablo II que “es fácil intuir que esta «sabiduría» no es la simple inteligencia o la habilidad práctica, sino más bien la participación en la mente misma de Dios que «con tu sabiduría formaste al hombre» (Sb 9,2). Es, por tanto, la capacidad de penetrar en el sentido profundo del ser, de la vida y de la historia, yendo más allá de la superficie de las cosas y de los acontecimientos para descubrir el significado último, querido por el Señor. El Salmo 118 es una alabanza a la Palabra de Dios, es reconocer que esa Palabra es creadora, portadora de luz y que cumplirla es la garantía para llevar una vida que glorifique a Dios. Es un himno que reconoce la Palabra como un don que se transforma en norma de vida y que requiere ser aprendida gradualmente y con la pedagogía de Dios. A través de la Palabra el autor conoce la misericordia divina que sale a su encuentro, lo ilumina y lo fortalece para que su vida sea un reflejo de la voluntad de Dios. El salmista se siente débil y reconoce sus caídas, y, sobre todo, confiesa la necesidad de la gracia divina para mantener su fidelidad a la Palabra. La Segunda lectura de Rm 8,28-30, nos desvela que la única finalidad de la acción salvadora de Cristo es hacernos semejantes a Jesucristo. Es un don y una tarea que Él va haciendo en la acción del Espíritu Santo, ese Espíritu que nos permite orar y que ora, él mismo, en nosotros, como lo ensañaba Pablo el domingo anterior. Gracias al Espíritu, el Hijo está continua y dinámicamente presente en nosotros. A Pablo le gusta manifestar con énfasis esta presencia íntima de Cristo y lo hace en dos cartas: "Él vive en mí" (Ga 2, 20) y "Para mí, la vida es Cristo" (Flp 1, 21). Sin embargo, la expresión “los destinó” requiere de una precisión para evitar pensar que si la iniciativa es de Dios estaría sacrificando la libertad del hombre. No hay que buscar en la Escritura un tratado sobre la predestinación. Para meditar el texto, primero hemos de poner fin al modo en que estamos tentados de considerarlo: no se trata en absoluto de individuos, sino de un pueblo. Esto hace que cambie considerablemente la perspectiva. Suele producirse un error en la comprensión de los términos empleados por Pablo que confunden nuestras ideas sobre la libertad y nos producen dudas acerca de lo que, en sí misma, es la justicia de Dios. Predestinar, predestinación... es una idea que comporta una significación de anterioridad que en absoluto aniquila la libertad; la preposición (antes) significa que la iniciativa viene de Dios. Por otra parte, si la iniciativa no viene del hombre, sino de Dios, ello no significa que el hombre quede inactivo; la palabra "predestinado", aunque signifique iniciativa divina, significa también respuesta activa y libre. San Juan resume admirablemente el problema cuando escribe: "Nosotros amemos, porque Él nos amó primero" (1 Jn 4,19). La certeza de nuestra esperanza se funda en el amor de Dios que nos ha amado antes. Adrien Nocent, afirma que “Pablo describe el proceso de nuestra divinización y de nuestra gloria: "Dios nos ha conocido", es decir, nos ha amado; "nos ha destinado a ser imagen de su Hijo", es decir, ha tomado la iniciativa de esta transformación; nuestra respuesta, nuestra fe activa, ha significado para nosotros la gracia de ser "justificados", es decir, tratando de interpretar lo que Pablo ha querido decir, nos ha hecho participar en su propia vida y, por consiguiente, nos ha dado la gloria”. Evangelio: Mt 13,44-52 (forma larga) o Mt 13,44-46 (forma breve). El evangelista debe dar respuesta a una comunidad que todavía no tenía la certeza de optar definitivamente por Jesús, habían dudas si teniendo seguridades humanas, era conveniente correr el riesgo por alguien, de quien aún, no tenían un profundo conocimiento. Y presenta a un Jesús que usando dos parábolas busca seducir y fascinar a los indiferentes frente a su proyecto de amor. La propuesta es que vale la pena dejar los tesoros adquiridos humanamente y no cerrase a la posibilidad de encontrar un tesoro más valioso, el Reino de Dios. Alegrarse por haber encontrado el Reino es tal que la renuncia a todo lo demás es un gesto lógico. Entendiendo el Reino como la presencia de Dios en Jesucristo, que lo revela a la humanidad como Padre. Esa búsqueda del verdadero tesoro requiere vida de oración, testimonio de vida, experiencia personal, con Aquel que en el encuentro conmigo me permita entender su proyecto de amor: optar por el tesoro-Jesucristo no se puede reducir a exponer la doctrina, ayuda indudablemente, es fundamental, compartir la experiencia de la fe para guiar a los hermanos y suscitar una búsqueda apasionada por Jesús. 1.2 ¿Qué me dice la Sagrada Escritura? 1.- La sabiduría es como una lámpara que ilumina nuestras opciones morales de todos los días y nos conduce por el camino recto «que sabe lo que es grato a tus ojos y lo que es recto según tus preceptos» (Sab 9). Por este motivo la Sabiduría nos da la certeza que Dios con su sabiduría está junto a mí y «me asiste en mis trabajos» diarios (Sab 9,10), revelándonos el bien y el mal, lo justo y lo injusto. El cumplimiento de la Ley otorga ya una satisfacción íntima al alma piadosa: da ciencia, prudencia, sabiduría para conducirse en la vida, y, al mismo tiempo, procura consuelo, alegría íntima y conciencia tranquila, este es el fruto de quien encuentra el verdadero Tesoro y opta por Él. 2.- Los temores de una opción radical por el Reino son el reflejo de la ausencia de la auténtica sabiduría y la realidad de la cultura posmoderna que relativiza las opciones y fragua un concepto equivocado de libertad. Es ahí, donde surge la necesidad de un verdadero discernimiento. 3.- El ser humano quiere verse libre de situaciones de duda, indiferencia, sentirse libre de falsos tesoros, para poder vivir plenamente su vida espiritual. Cuando pide que se le otorgue la vida, ha de entenderse en este sentido de «vivencia» plena de su personalidad espiritual: «No sólo pide ser librado de la muerte, sino de todo lo que, dentro o fuera, comprime y paraliza la vida y le impide hacer uso de ella y gozarla a placer; porque la "vida" incluye las ideas de luz, de alegría y de prosperidad. Encuentra su plena realización en la comunión con Dios» y esa es la iniciativa divina a la cual hemos sido llamados en Cristo. 4.- Optar por el verdadero tesoro requiere vida de oración, experiencia significativa de fe con el Señor, silencio interior, alejarnos de tanta superficialidad, abrirnos con mayor confianza a su misterio insondable, tener vida de comunidad, para que el testimonio de los hermanos suscite la búsqueda alegre de Jesús. [icon class='fa fa-arrow-circle-right fa-2x' link='']ADQUIERE EL PLAN DE PREDICACIÓN[/icon] [icon class='fa fa-arrow-circle-right fa-2x' link='']ADQUIERE EL PLAN DE PREDICACIÓN[/icon]

Mié 19 Jul 2017

Oro por la paz: Seamos semillas de paz

Esta semana la aplicación Oro por la Paz trae semillas para sembrar paz, experiencias de solidaridad y un mensaje de paz desde la multiculturalidad. En primer lugar, el padre Jorge Bustamante Mora, a través de los encuentros con el resucitado, nos invita a que nuestras acciones y palabras sean esa semilla para construir paz. Además, como todas las semanas nos da una tarea: “Que nuestras palabras y acciones hablen de la paz desde la vida cristiana y en todo momento”. También la app ofrece nuevos contenidos de la campaña: “Dejémonos reconciliar con Dios – Felices los que trabajan por la Paz”. En esta oportunidad se hace énfasis en que la paz también se construye a través de reconocernos como una sociedad multicultural. Oremos para que cada día nos aceptemos y nos encontremos, desde nuestras diferencias sociales, étnicas, económicas, culturales, políticas y religiosas, como verdaderos hermanos. Descarga la aplicación Oro por la Paz Finalmente, se une a la aplicación Oro por la Paz, el ya tradicional programa de Televisión “Gente Solidaria”. Esta semana nos ofrece la experiencia de solidaridad con los hermanos de Mocoa, tras la avalancha que dejó más de 300 personas muertas y cerca de 400 heridos. Orar por la paz es también ser solidario con los hermanos. En el artículo se puede encontrar el video resumen del programa y la versión extendida. Cada día oremos por la paz y ayudemos a construir una Colombia reconciliada y en paz. Sigue el Hashtag: #OroporlaPaz Tweets sobre #OroporlaPaz !function(d,s,id){var js,fjs=d.getElementsByTagName(s)[0],p=/^http:/.test(d.location)?'http':'https';if(!d.getElementById(id)){js=d.createElement(s);js.id=id;js.src=p+"://platform.twitter.com/widgets.js";fjs.parentNode.insertBefore(js,fjs);}}(document,"script","twitter-wjs");

Lun 17 Jul 2017

Sembremos semillas de perdón, reconciliación y paz

La Palabra de Dios es luz para nuestro diario vivir. Hoy nos exhorta a ser sembradores de la semilla de su Reino anunciado por Jesús. Semillas de perdón, reconciliación y paz; de justicia con sabor a misericordia divina. Seamos tierra fértil para dar frutos de paz. Lecturas [icon class='fa fa-play' link='']Primera lectura: Sb 12,13.16-19[/icon] [icon class='fa fa-play' link='']Salmo: Sal 86(85),5-6.9-10.15-16a (R. 5a)[/icon] [icon class='fa fa-play' link='']Segunda lectura: Rm 8,26-27[/icon] [icon class='fa fa-play' link='']Evangelio: Mt 13,24-43 (forma larga) o Mt 13,24-30 (forma breve)[/icon] [icon class='fa fa-arrow-circle-right fa-2x' link=''] CONTEXTO BÍBLICO[/icon] Contexto bíblico 1.1 ¿Qué dice la Sagrada Escritura? El libro de la sabiduría es una mirada contemplativa sobre la historia del pueblo de Israel, que observa con asombro la manera indulgente de un Dios que no condena a quienes practican la injusticia contra el pueblo elegido, sino que los acoge. El autor sapiencial, da la impresión, que no entiende como Dios permite la idolatría y más aún, espera y acoge con tolerancia a quienes la promueven e incluso les prodiga perdón, como en su tiempo a los cananeos, (Ex 23,28; Dt 7,11.20). El autor sapiencial desvela una faceta profunda de la justicia de Dios. No se deja llevar por su poder universal, con el cual puede destruir al idólatra, a sus consecuencias, sino que da tiempo, permite que su tiempo y el del hombre se sincronicen de tal manera que en el encuentro resplandezca el rostro del verdadero Dios y se ilumine la oscuridad de quien buscándolo se ha extraviado del verdadero camino. La paciencia de Dios frente a la condenación del pecado permite ver con fuerza escatológica, que la voluntad de Dios es “esperar” el arrepentimiento del pecador (1 Tim 2,3-6). En conclusión, el texto resalta la misericordia de Dios en el castigo de los pecados para dar lugar al arrepentimiento. El salmo 85, es el reflejo “desarticulado” de la realidad sufriente de una persona que confía su situación a la misericordia de un Dios que no le abandona, sino que el orante, espera que ese Dios a quien clama, desborde sobre él su infinita ternura. En el centro del salmo hay un cántico, en el que se mezclan sentimientos de gratitud con una profesión de fe en las obras de salvación que Dios realiza delante de los pueblos (cf. vv. 8-13). No cabe duda, una oración en medio de la idolatría, exige, reconocimiento de la grandeza de Dios, fe en su infinita misericordia y la esperanza que todos en algún momento de la existencia, pondremos a Dios como el Señor de nuestra vida. En Romanos (8,26-27), el apóstol pone de manifiesto que la oración va más allá de métodos y de técnicas; no basta la simple intención humana para sumergirse en la gracia de Dios por medio de la oración, que puede desfallecer a causa de la fragilidad humana. El apóstol pone de manifiesto la acción del Espíritu Santo que da fuerza a la voluntad humana para permanecer en la oración en medio de las dificultades. El apóstol anuncia que el Espíritu Santo es dinamismo de acción, como también de oración, es el mediador eficaz del anuncio de la salvación obrada por Cristo y la garantía del auténtico testimonio cristiano. El Evangelio según san Mateo, en la llamada parábola del sembrador, nos ofrece la oportunidad de acercarnos al corazón de Jesús y contemplar lo que él sentía y pensaba sobre el Reino de Dios que anunciaba y nos explica el misterio de su vida: “es el misterio del reino, el mismo de su Palabra en nosotros”. El capítulo 13 de san Mateo, le ofrece al lector orante del evangelio, cuatro parábolas que tienen como destinatario al pueblo y de ese pueblo hay un grupo, los discípulos, a quienes les entrega también en cuatro parábolas los elementos para el verdadero discernimiento. Es la oportunidad para que los discípulos, entren en el ámbito de Dios y se apropien de los elementos con los cuales Dios actúa en la historia, la manera como fija su mirada misericordiosa en la realidad y puedan hacer una “teología de la historia”, es decir, interpretar los signos de los tiempos cargados de conflictos, con estructuras de violencia, con la misericordia de Dios y evitar que la realidad los inhabilite para llegar a ser justos como Dios es justo. La Parábola revela la existencia del Reino de Dios, pero no ha llegado a su plenitud, y debemos enfrentar la resistencia que surge frente al anuncio del Reino y tener claridad que nos encontramos en la fatiga de la siembra y de la pesca y tenemos la esperanza de celebrar el banquete de la justicia que reconcilia y nos permite vivir en paz. 1.2 ¿Qué me dice la Sagrada Escritura? La Palabra de Dios como luminaria en el camino, indica que si queremos ser verdaderamente “justos”, nuestra justicia se debe inspirar en la justicia de Dios, que ante el pecador, le entrega su ternura y comprensión y frente al pecado es radical, y esa simbiosis, aparentemente contradictoria, le permite al ciudadano de a pie, entender que “el hombre justo debe ser humano para poder ser hombre de esperanza” (v. 19). El fruto maduro del hombre justo a imagen de Dios, es sembrar la dorada semilla de la esperanza de la conversión de los hermanos. [icon class='fa fa-arrow-circle-right fa-2x' link='']ADQUIERE EL PLAN DE PREDICACIÓN[/icon]

Jue 13 Jul 2017

¿Qué clase de terreno somos?

Las lecturas de hoy nos invitan a meditar sobre la eficacia de la Palabra de Dios en nuestra vida. No podemos conformarnos con solamente escuchar la Palabra de Dios, sino que debemos entenderla. No basta con recibirla con alegría, sino que ella debe llegar a lo más profundo del corazón y moldearnos según la voluntad de Dios. A nosotros nos toca ser terreno fértil en el que la voluntad de Dios se pueda cumplir y la eficacia de la Palabra pueda manifestarse. Lecturas [icon class='fa fa-play' link='']Primera lectura: Is 55,10-11[/icon] [icon class='fa fa-play' link='']Salmo: Sal 65(64),10.11.12-13.14[/icon] [icon class='fa fa-play' link='']Segunda lectura: Rm 8,18-23[/icon] [icon class='fa fa-play' link='']Mt 13,1-23 (forma larga) o Mt 13,1-9 (forma breve)[/icon] [icon class='fa fa-arrow-circle-right fa-2x' link=''] CONTEXTO BÍBLICO[/icon] 1. Contexto bíblico 1.1 ¿Qué dice la Sagrada Escritura? “La palabra de Dios es viva y eficaz”. Hermosamente el profeta Isaías nos presenta cómo a pesar de las pruebas por las que estemos pasando, del desierto que a veces llega a nuestras vidas, el desánimo que entorpece nuestro caminar y fidelidad a Dios, su Palabra siempre permanece, es actual y sigue dando frutos. San Pablo a los Romanos complementa muy bien este mensaje porque nuestros sufrimientos no están separados de los del mundo, pero tampoco son comparados con la gloria que un día se nos ha de manifestar. Es por eso que debemos luchar cada batalla con una fe total, sin caer en la desesperación. La Palabra de Dios anima nuestro caminar, pero requiere que nuestro corazón sea un terreno fecundo para que de mucho fruto y fruto en abundancia. En efecto, la parábola del sembrador que nos presenta el evangelio de san Mateo, sin lugar a dudas, nos interroga: ¿qué clase de terreno somos? nos pone en alerta de las diferencia en las personas que reciben y obedecen a la Palabra de Dios. Como también las actitudes o circunstancias personales o comunitarias que impiden que el mensaje produzca frutos. En conclusión, como dice el salmo de hoy: Dios siempre está presente en medio de nosotros, nos habla en su palabra, nos cuida, nos colma de bienes. Nunca nos abandona y en su hijo Jesucristo nos trae las semillas de su reino eterno para que nosotros demos fruto. 1.2 ¿Qué me dice la Sagrada Escritura? “Lámpara es tu palabra para mis pasos, luz en mi sendero”. Estas palabras del salmo 118, nos ayudan a reflexionar sobre la trascendencia que en la vida del cristiano debe tener la Palabra de Dios; pero también si, como seguidores del Señor, su palabra hace mella en nuestros corazones, si de verdad en cada oportunidad que se nos presenta tenemos el corazón abierto a las inspiraciones del Espíritu que ilumina nuestro camino o, por el contrario, le colocamos obstáculos al mensaje de amor, como nos lo muestran las lecturas de hoy: simplemente oír la palabra y no llevarla del corazón a la acción, quedando muerta. O escuchar esa palabra y dejarla absorber por las aflicciones, las persecuciones, los tropezones de la vida. Pero también por los afanes diarios que nos ocupan en todo menos en lo que es verdaderamente importante: escuchar la palabra de Dios y ponerla en práctica. [icon class='fa fa-arrow-circle-right fa-2x' link=''] ADQUIERE EL PLAN DE PREDICACIÓN[/icon]

Jue 6 Jul 2017

"El Padre y yo somos uno"

“Ustedes no están en la carne, sino en el espíritu, ya que el Espíritu de Dios habita en ustedes”. Que este santo Espíritu nos permita escuchar, meditar, y llevar a la práctica la Palabra que va a ser proclamada. Lecturas [icon class='fa fa-play' link='']Primera lectura: Za 9,9-10[/icon] [icon class='fa fa-play' link='']Salmo: Sal 145(144),1-2.8-9.10-11.13cd-14 (R. 20[19],7)[/icon] [icon class='fa fa-play' link='']Segunda lectura: Rm 8,9.11-13[/icon] [icon class='fa fa-play' link='']Evangelio: Mt 11,25-30[/icon] [icon class='fa fa-arrow-circle-right fa-2x' link=''] CONTEXTO BÍBLICO[/icon] 1.1 ¿Qué dice la Sagrada Escritura? «Nadie conoce al Hijo más que el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar». La liturgia de este domingo nos invita a contemplar la íntima relación de Jesús con su Padre, que se manifiesta en un conocimiento mutuo y en una identidad compartida “el Padre y yo somos uno”. Jesús no sólo revela el rostro misericordioso del Padre, a quien trata con la más absoluta confianza, sino que se presenta como el único camino que lleva al Padre, “nadie va al Padre sino por Mi”. Esta profunda realidad nos permite entender el sentido de la oración agradecida de Jesús en el evangelio de hoy: “Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y tierra”. Pero el motivo de esta acción de gracias es también, reconocer la sabiduría del Padre que ha decidido dar a conocer los secretos del reino a la gente sencilla, a los humildes. Los sabios y entendidos no han tenido la humildad y sencillez necesarias para acoger el reino predicado por Jesús. Sin embargo, el corazón de los pequeños y sencillos está dispuesto a recibir el don de Dios, la salvación y la gracia presente en Jesucristo. «Vengan a mí todos los que están cansados y agobiados». Jesús conoce la dura realidad que vive el pueblo, los sencillos de corazón. Tienen que soportar un gran peso que los doctores de la ley les imponen, porque han hecho del cumplimiento de la ley un régimen de tiranía. Pero el Padre del cielo, que mira el corazón de los que sufren, en el cuerpo o en el alma, envía a su Hijo para aligerar la carga «carguen con mi yugo…, porque es llevadero y mi carga ligera». El yugo de Jesús es el amor, por eso cuando le preguntan por el primero y fundamental de los mandamientos les responde: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con todo tu ser y a prójimo como a ti mismo”. 1.2 ¿Qué me dice la Sagrada Escritura? El Señor Jesús nos hace dos invitaciones fundamentalmente: la primera a una relación íntima con el Padre, Dios. Pero para ello necesitamos la gracia de su Espíritu que suscita en nosotros la virtud de la humildad. Tener un corazón sencillo que esté siempre dispuesto a acoger con alegría la propuesta del reinado de Dios. La segunda invitación es a asumir su yugo. Los pobres, los pequeños, los humildes están invitados a encontrar el descanso, que no es la inactividad, sino el estilo de vida propio del Hijo de Dios, que trae la salvación, la verdadera liberación. San Pablo nos ha enseñado que no tengamos más deuda con nuestros hermanos que la del amor. Ese es el yugo suave y llevadero que nos propone el Hijo de Dios. Adherirse a Cristo es caminar en el amor, el amor a Dios y a los hermanos. Sin alardes, sin autosuficiencia, sino en la humildad aprendida del Rey que entra justo y victorioso cabalgando en un asno. [icon class='fa fa-arrow-circle-right fa-2x' link=''] ADQUIERE EL PLAN DE PREDICACIÓN[/icon]

Jue 29 Jun 2017

La vida cristiana es un camino, un itinerario

«Cantaré eternamente tus misericordias, Señor». Con esta aclamación del salmo la Palabra de Dios nos hace hoy un llamado a ser hombres y mujeres a acoger a Dios que viene a nuestro encuentro para llenarnos con su bendición. Reconozcamos su paso entre nosotros y acogiéndolo a él, también abramos las puertas de nuestra vida para acoger a los hermanos. Invoquemos al Espíritu Santo para que nos ayude a recibir con gozo y humildad la Palabra de Dios. Lecturas [icon class='fa fa-play' link='']Primera lectura: 2 R 4,8,-11.14-16a[/icon] [icon class='fa fa-play' link='']Salmo: Sal 89(88),2-3.16-17.18-19[/icon] [icon class='fa fa-play' link='']Segunda lectura: Rm 6,3-4.8-11[/icon] [icon class='fa fa-play' link='']Evangelio: Mt 10,37-42[/icon] [icon class='fa fa-arrow-circle-right fa-2x' link=''] CONTEXTO BÍBLICO[/icon] 1.1 ¿Qué dice la Sagrada Escritura? Una mujer acoge en su casa al profeta Eliseo, pues para ella es un hombre de Dios. Ante esta actitud creyente, Dios le hace una promesa por boca del profeta: «El año que viene, por estas fechas, abrazarás a un hijo». El salmo 88 proclama eternamente las misericordias del Señor, pues «Dichoso el pueblo que sabe aclamarte: camina, oh Señor, a la luz de tu rostro». San Pablo recuerda que hemos sido incorporados, por el Bautismo, a la muerte de Cristo y con Él llamados a caminar en una vida nueva, en la cual se ha de morir al pecado y vivir para Dios. El Evangelio, al concluir el discurso apostólico del capítulo 10, Jesús advierte que seguirle a él es asunto prioritario; no puede haber nada ni nadie por encima de él. Además, Jesús al vincular a esta prioridad a sus enviados, se identifica con la Iglesia, cuya presencia en el mundo ha de ser un signo que invita a “recibir en casa” al Señor que quiere morar allí. Quien así actúe «no perderá su paga». [icon class='fa fa-arrow-circle-right fa-2x' link=''] ADQUIERE EL PLAN DE PREDICACIÓN[/icon]

Jue 22 Jun 2017

El Señor nos invita a ser valientes y anunciar el Evangelio

A través de la Palabra de Dios, en este domingo, Jesús invita a sus discípulos a que no tengan miedo y que sean valientes al anunciar el evangelio. Hoy el llamado es para cada uno de nosotros a que, fieles a su misión y guiados por el Espíritu Santo, seamos servidores y testigos de la verdad. Lecturas [icon class='fa fa-play' link=''] Primera lectura: Jr 20,10-13[/icon] [icon class='fa fa-play' link=''] Sal 69(68), 9-10.14.33-34 (R.. 35,10)[/icon] [icon class='fa fa-play' link=''] Segunda lectura: Rm 5,12-15[/icon] [icon class='fa fa-play' link=''] Evangelio: Mt 10,26-33[/icon] [icon class='fa fa-arrow-circle-right fa-2x' link=''] CONTEXTO BÍBLICO[/icon] 1.1 ¿Qué dice la Sagrada Escritura? Las lecturas para este domingo centran su atención en la fe, en la confianza en Dios, por parte del pobre y del humilde, quien sufre y se le ataca constantemente por su condición. Por esta razón, al acercarse al Señor siente su protección y considera que es la oportunidad de poder sentirse amado y respaldado. Como agradecimiento se dirige a Dios para alabarlo y bendecirlo, comprometiéndose en esa gran misión de ser recto en su obrar y de tener la disponibilidad para servir a los demás. El cristiano en su cercanía a Dios, se siente comprometido en trabajar incansablemente por ser bueno en cada cosa que hace, consciente de que Dios le recompensa de acuerdo a su buen obrar. Pues, en un mundo deshonesto y que le incita al mal, es consciente que debe revestirse del amor de Dios y emprender con alegría la misión que Jesús le ha encomendado: “Vayan por todo el mundo y anuncien la buena noticia a toda la creación” (Mc 16, 15), es la buena nueva de Jesús que en definitiva lo hace libre. Experimentar el miedo y el abandono es una condición casi que necesaria del ser humano al reconocer que necesita de Dios y puede acercarse a él con toda confianza, esto lo hace consciente de su filiación y que no está sólo en el camino: “No tengáis miedo a los hombres porque nada hay cubierto que no llegue a descubrirse” (Mt 10, 26). Es así como la luz de Cristo, le permite establecer ese vínculo con el Señor, que le da seguridad, fortaleza y claridad: “Solo sé una cosa: que era ciego y ahora veo” (Jn 9, 25). [icon class='fa fa-arrow-circle-right fa-2x' link=''] ADQUIERE EL PLAN DE PREDICACIÓN[/icon]

Vie 16 Jun 2017

Dios nunca nos abandona, siempre está entre nosotros y nos alimenta

La Palabra que ilumina esta celebración nos habla del poder y de la acción de Dios a través de la historia. Dios nunca nos abandona, siempre está entre nosotros y alimenta a su pueblo para que tenga en abundancia la viva divina. Lecturas [icon class='fa fa-play' link=''] Primera lectura: Dt 8,2-3.14b-16ª[/icon] [icon class='fa fa-play' link=''] Salmo Sal 147,12-13.14-15.19-20 (R. cf. Lc 1,53) [/icon] [icon class='fa fa-play' link=''] Segunda lectura: 1Co 10,16-17[/icon] [icon class='fa fa-play' link=''] Evangelio: Jn 6,51-58[/icon] [icon class='fa fa-arrow-circle-right fa-2x' link=''] CONTEXTO BÍBLICO[/icon] 1.1 ¿Qué dice la Sagrada Escritura? El libro del Deuteronomio (8,2-3.14b-16ª) recuerda la necesidad que tuvo el pueblo de Israel del alimento en el desierto, esta necesidad es colectiva. Dios lo alimentó con el maná, este pan sustentó su marcha por el desierto. El maná que venia del cielo no daba la vida eterna, los que lo comían terminaban muriendo. El tema de la prueba en el desierto tiene un sentido formativo, pedagógico (vs. 2. 3.5.16b) humilla al hombre para ponerlo a prueba, para descubrir sus intenciones, sus verdaderos sentimientos. En la prueba, el pueblo aprenderá que depende de Dios, que él calma su sed y el hambre con agua y el maná, en el desierto, lugar de la prueba, Dios educa a su pueblo. El salmo 147 es un himno de alabanza a Dios Señor de todo y cuya bondad se manifiesta en toda clase de beneficios: felicidad, paz, alimentos, seguridad. El Señor “ha puesto paz en tus fronteras y te sacia con flor de harina” (Sal.147,14) como si se tratara de las migajas de pan de su mesa, él es Señor de la historia, ha vencido la cautividad en Babilonia y ha reforzado los cerrojos de las puertas de Jerusalén, bendiciendo a los hijos (cfr.147,13) que en otro tiempo fueron deportados y ahora están dentro de la ciudad, rodeados de sus muros. El salmo deja ver con claridad el poder de Dios, poder que genera confianza, alegría, alabanza: “Ha puesto paz en tus fronteras, te sacia con flor de harina. Él envía su mensaje a la tierra, y su palabra corre veloz”. (Sal.147,14-15). La primera carta del Apóstol Pablo a los Corintios (10,16-17) presenta la “unidad” como una exigencia que brota de la Eucaristía, todos los que comulgan el cuerpo y la sangre de Cristo se hacen con él un solo cuerpo. De la participación en el banquete eucarístico se deriva la exigencia de unidad entre los miembros de la comunidad cristina. Esta unidad tiene como primera consecuencia el compartir los bienes espirituales y materiales en una verdadera y autentica caridad fraterna “El pan es uno, y así nosotros, aunque somos muchos, formamos un solo cuerpo, porque comemos todos del mismo pan” (1 Cor. 10,17). San Pablo hace estas indicaciones sobre la Eucaristía rechazando enfáticamente la idolatría y la participación de algunos cristianos en comidas de ídolos, cuestión que había suscitado divisiones y enfrentamientos en la comunidad de Corinto. Luego del relato de la multiplicación de los panes, el evangelio de Juan presenta el discurso del pan de vida (Jn. 6, 22-71). En el texto de hoy (Jn. 6,51-58) El evangelista enfatiza tres afirmaciones centrales “Yo soy el pan vivo bajado del cielo” (v. 51ª). “El que coma de este pan vivirá para siempre” (v. 51b). “El pan que yo voy a dar es mi carne”. (v. 51c). “Yo soy el pan vivo” (v.51ª). Jesús es el pan vivo porque es el enviado del Padre, el Señor es quien posee la vida y la da. “El que coma de este pan vivirá siempre” (v, 51b), comer de este pan da vida eterna, no es como el pan que comieron los israelitas en el desierto, que lo comieron y murieron, este nuevo pan trasciende la temporalidad, nos lanza a la eternidad. “El pan es mi carne” (v.51c,) esta es una comida real, concreta, es la carne y la sangre de Jesús, el hombre que come de esta carne y bebe de esta sangre hace suya la vida divina y forma una comunidad de hermanos con el Señor Jesús. [icon class='fa fa-arrow-circle-right fa-2x' link=''] ADQUIERE EL PLAN DE PREDICACIÓN[/icon]