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Lectio Dominical

Lun 12 Sep 2016

Experimentando el amor y la misericordia del Señor, seremos generosos

Como Comunidad que vive de la presencia y de la acción del Espíritu Santo, estamos dispuestos a hacer de esta Eucaristía dominical la oración por excelencia. Esto exige de nosotros tener un corazón de pobres, desprendidos de cualquier riqueza para servir solo a Dios. Participemos con fe y devoción. Lecturas [icon class='fa fa-play' link=''] Primera lectura: Amós 8,4-7[/icon] [icon class='fa fa-play' link=''] Salmo de respuesta: 113(112),1-2.4-6.7-8 (R. 9,19a)[/icon] [icon class='fa fa-play' link=''] Segunda lectura: 1Timoteo 2,1-8[/icon] [icon class='fa fa-play' link=''] Evangelio: Lucas 16,1-13[/icon] [icon class='fa fa-arrow-circle-right fa-2x' link='']CONTEXTO BÍBLICO[/icon] Estamos leyendo durante los domingos de este año el Evangelio de San Lucas. Lucas se distingue por ciertas características sobre la vida del buen cristiano, entre ellas la misericordia y la justicia. Por eso critica y condena la dureza del corazón y la injusticia de aquellos que no han descubierto el amor a Dios ni al prójimo. Hoy hablamos del administrador injusto, y el Señor nos enseñará cuál ha de ser nuestra conducta con los bienes ajenos. El próximo domingo nos enseñará la doctrina de lo que ha de ser nuestra conducta con los bienes propios, con la parábola de rico epulón y del pobre Lázaro. Las dos parábolas tienen como argumento común el uso de los bienes del amor, en el caso del administrador, y los bienes propios en el caso del hombre rico. Todo nos demuestra que el Señor no olvida jamás al pobre (Salmo) porque es eterna e inmensa su misericordia. El levanta a los humildes y consuela a los afligidos. Pero nuestra oración debe dirigirse a Dios por toda la humanidad, porque Dios quiere que todos los hombre se salven (2 Lectura). Estamos llamados a ser profetas contra los que, también hoy, explotan a los pobres (1 lectura), igualmente llamados a tener astucia en el uso de la riqueza. El discípulo deberá estar dispuesto a renunciar incluso a sus bienes si quiere entrar en el Reino. [icon class='fa fa-arrow-circle-right fa-2x' link='']CONTEXTO SITUACIONAL[/icon] Estamos en un mundo en confrontación, caracterizado por las polémicas y las guerras, las envidias, y los abusos de los grandes contra los más pequeños. Es un mundo en que reina la injusticia. Se trata de un enfrentamiento de personas contra personas, grupos políticos contra otros grupos; gobiernos contra estados extranjeros o contra etnias del propio país. Luchas entre y contra grupos armados por motivos económicos. Y aunque aparentemente se busque la paz y la verdad, la injusticia prevalece. Colombia es uno de los países con más desigualdad socio-económica: unos pocos tienen mucho, y una mayoría tiene poco (la pobreza) o sufren la miseria. Existe, también, la estrategia del dinero fácil, por medios lícitos e ilícitos. Ya no es “ganamos el pan con el sudor de la frente” (Gn. 3,19), sino “ingéniate, consíguelo con astucia”. O se espera que la suerte toque a la puerta. Otro aspecto de nuestra vida diaria es la corrupción. Cada gobierno de turno juzga la mala conducta del anterior y busca castigar el delito de los funcionarios. Los medios de comunicación acuñan términos específicos que se resumen en corrupción, venalidad, cohecho, escándalo, trampa, soborno. Así se manejan los bienes públicos y también los privados. Una cosa es apropiarse de un bien ajeno en provecho propio y otra, igualmente censurable, es hacer daño a los bienes comunales. Es el vandalismo, y a nuestras generaciones de adolescentes y jóvenes les estamos permitiendo romper, quemar, destruir, por ejemplo, los parques, los vehículos públicos, etc. y en muchos casos actuamos con indiferencia. Como discípulos misioneros de Cristo, tenemos la gran misión de ser profetas del amor y la misericordia de Dios, para que los pobres y necesitados de toda índole experimenten la presencia del Señor, a través de nuestra vivencia de las obras de misericordia, como nos lo ha aconsejado el Papa Francisco en este Año de la Misericordia, para que, de una parte, se sientan acompañados con nuestra caridad, y, de la otra, Dios mueva los corazones de los que obran el mal a obrar el bien. Es de tener en cuenta, también, que desde el 19 hasta el 23 de septiembre estamos celebrando la Semana de las Mercedes. Tendremos la fiesta del recluso y también del secuestrado. Ellos también tendrán la oportunidad de experimentar el amor y la misericordia divina ganando la indulgencia que trae consigo el Año Jubilar. Al acercarse a la celebración Eucarística podrán pasar la puerta santa y en la Reconciliación Dios les perdonará los pecados. Es por esto que los sacerdotes tendrán en cuenta estas fechas para ofrecerles la oportunidad de celebrar el sacramento de la Reconciliación para el perdón de sus pecados, ya que la misericordia de Dios es incluso más fuerte que os mismos pecados. Ella, en efecto, se transforma en indulgencia del Padre que a través de la Esposa de Cristo alcanza al pecador perdonado y lo libera de todo residuo, consecuencia del pecado, habilitándolo a obrar con caridad, a crecer en el amor más bien que a recaer en el pecado. (Cf. Misericordiae vultus). [icon class='fa fa-arrow-circle-right fa-2x' link='']CONTEXTO CELEBRATIVO[/icon] San Lucas nos muestra dos atributos de Dios, que para nosotros los humanos son difíciles de juntar: la justicia y la misericordia. Dios es siempre misericordioso, mientras estemos vivos; pero será justo en el tribunal al fin del mundo. Cuando Dios juzga la conducta humana, es decir el acto de pecado o de virtud, se fija no sólo en el hecho mismo, sino en la intención. Por eso, curiosamente, en el evangelio de hoy aparece el patrón alabando, elogiando el proceder del empleado injusto; y nos ofrece la explicación: “Los hijos de este mundo (es decir los malos) son más astutos, sagaces, con su gente, que los hijos de la luz” (los buenos). Con la escucha de la Palabra y con la participación plena en la Eucaristía somos alimentados espiritualmente y fortalecidos en nuestro ánimo para superar la tentación del dinero fácil, de la corrupción, pues para el Señor no hay vía media: “No pueden servir a dos señores”. Igualmente, estamos llamados a hacernos amigos de los pobres, que son los compañeros de camino hacia el Padre. Somos invitados, también, a ser buenos administradores de los bienes morales, materiales, propios y ajenos; invitados a ser fieles, a practicar la justicia. Es verdad que vivimos muchas situaciones conflictivas en la vida familiar, laboral, eclesial, comunitaria. Nos sentimos afligidos por estas y otras situaciones, pero no debemos desfallecer, pues para eso celebramos la presencia sacramental de Cristo en nuestras vidas. La compañía permanente de Él nos fortalece y motiva para salir y para ayudar a que otros salgan adelante, a través de la a) La oración; b) de la súplica del don de la sabiduría; c) de la consulta oportuna con quien goce del don de consejo; d) y del actuar con prudencia. Solo así, experimentando el amor y la misericordia del Señor, seremos generosos (amigos de los pobres) y les permitiremos que, a través de nosotros, ellos también experimenten este amor y misericordia del Padre que los anima y orienta en su diario caminar hacia el encuentro definitivo con Él. [icon class='fa fa-play' link='']Recomendaciones prácticas[/icon] Durante las ofrendas, sería oportuno presentar dones para las necesidades de la Iglesia y de las familias de los hermanos que se encuentran en las cárceles. Por tanto, se puede adornar bellamente el lugar donde se ha de depositar el mercado para los pobres con frases alusivas a las obras de misericordia. Se puede seguir el Prefacio Común II: “La salvación por Cristo”, p. 414 del Misal. En este domingo se celebra el día del migrante. Convendría poner de relieve la situación de tantas personas que han tenido que desplazarse de sus lugares de origen motivados por múltiples causas. Es oportuno orar en comunidad por todos ellos. Tener presente que en esta semana: El miércoles 21, es la fiesta de san Mateo, apóstol y evangelista. El sábado 24, es el día de Nuestra Señora de las Mercedes y día Nacional del recluso. Es oportuno promover la visita a los privados de la libertad en este Año de la Misericordia. Foto CC0 Public Domain

Mié 7 Sep 2016

El Señor es misericordioso con los pecadores

Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores. La misericordia y el amor de Dios que se muestran desde las páginas del Antiguo Testamento, se muestran desbordantes en el testimonio de Pablo, en las palabras y sobre todo en la actitud de Jesús, que acoge a los pecadores reconocidos y hasta come con ellos. Lecturas [icon class='fa fa-play' link=''] Primera lectura: Éxodo 32,7-11.13-14[/icon] [icon class='fa fa-play' link=''] Salmo de respuesta: 51(50),3-4.12-13.17+19[/icon] [icon class='fa fa-play' link=''] Segunda lectura: 1Timoteo 1,12-17[/icon] [icon class='fa fa-play' link=''] Evangelio: Lucas 15,1-32[/icon] [icon class='fa fa-arrow-circle-right fa-2x' link='']CONTEXTO BÍBLICO[/icon] El texto evangélico no sólo es centro de la liturgia de este domingo: es la quintaesencia del mensaje en este año jubilar de la misericordia de Dios. En la lectura del Éxodo, en el momento de la más descarada y abominable idolatría, (la adoración del becerro de oro), el Señor Dios airado y temible termina conmoviéndose ante un Moisés que ni siquiera argumenta arrepentimiento sino solamente evoca amores pasados de Yahveh con la familia escogida. El Apóstol Pablo proclama su agradecimiento al Padre porque, a pesar de sus faltas, tuvo confianza en él, blasfemo y violento perseguidor, tuvo compasión, derrochó su gracia y mostró en Cristo toda su paciencia. El fragmento evangélico nos trae tres parábolas que van a justificar el título dado al evangelio de Lucas como el de la misericordia. “En estas parábolas, Dios es presentado siempre lleno de alegría, sobre todo cuando perdona. En ellas encontramos el núcleo del Evangelio y de nuestra fe, porque la misericordia se muestra como la fuerza que todo vence, que llena de amor el corazón y que consuela con el perdón.” Francisco, Papa. Misericordiæ vultus, 9 Primero Jesús nos sugiere la imagen de un pastor preocupado por una oveja caprichosa, extraviada, el que absurdamente deja las otras 99 en el campo, sin encerrarlas en un corral, sin buscar quién las cuide, al garete. Una verdadera locura de ternura por la oveja que menos se lo merecía. El ejemplo de la mujer es menos excéntrico: se concentra en la búsqueda de la moneda perdida y hace fiesta cuando la encuentra. El clímax llega con el ejemplo del padre amoroso hasta el absurdo. Si queremos llamarla la parábola del hijo pródigo, es bueno aclarar que pródigo quiere decir “despilfarrador”, el que “desperdicia y gasta sus bienes sin medida ni razón” (así dice el Diccionario de la Academia). Más bien podemos con Benedicto XVI hablar de la parábola de los dos hijos y el padre bueno y misericordioso. Es importante notar que Jesús presenta en la parábola la bondad infinita del Padre como la explicación de su propia actitud con los pecadores a quienes acoge y hasta come con ellos. Es su respuesta a lo que murmuran los fariseos y los letrados, es decir “la gente bien” y los “sabios en escrituras”. Les responde afirmando que la razón de su actitud es que el amor del Padre se está revelando en Él: en Jesús. “Jesucristo es el rostro de la misericordia del Padre. El misterio de la fe cristiana parece encontrar su síntesis en esta palabra.” Francisco, Papa “Misericordiæ vultus” 1 [icon class='fa fa-arrow-circle-right fa-2x' link='']CONTEXTO SITUACIONAL[/icon] “La mentalidad contemporánea, quizás en mayor medida que la del hombre del pasado, parece oponerse al Dios de la misericordia y tiende además a orillar de la vida y arrancar del corazón humano la idea misma de la misericordia. La palabra y el concepto de « misericordia » parecen producir una cierta desazón en el hombre, quien, gracias a los adelantos tan enormes de la ciencia y de la técnica, como nunca fueron conocidos antes en la historia, se ha hecho dueño y ha dominado la tierra mucho más que en el pasado. Tal dominio sobre la tierra, entendido tal vez unilateral y superficialmente, parece no dejar espacio a la misericordia.” Juan Pablo II, Dives in misericordia,2 El Papa Benedicto XVI comenta: “El hijo derrocha su herencia, Sólo quiere disfrutar… No desea someterse ya a ningún precepto, a ninguna autoridad; quiere vivir sólo para sí mismo… ¿Acaso nos es difícil ver precisamente en eso el espíritu de la rebelión moderna contra Dios y contra la Ley de Dios? ¿El abandono de todo lo que hasta ahora era el fundamento básico, así como la búsqueda de una libertad sin límites?” (Jesús de Nazaret I, p. 245) Pero más adelante, el mismo Ratzinger desvela la estrechez de miras del hijo mayor: “El hermano mayor no sabe de los avatares y andaduras más recónditos del otro, del camino que le llevó tan lejos, de su caída y de su reencuentro consigo mismo. Sólo ve la injusticia. Y ahí se demuestra que él, en silencio, también había soñado con una libertad sin límites, que había un rescoldo interior de amargura en su obediencia, y que no conoce la gracia que supone estar en casa, la auténtica libertad que tiene como hijo.” (Jesús de Nazaret I, p. 250) El amor y misericordia del Padre es el mensaje de Jesús y por lo mismo tiene que ser el mensaje fundamental de la Iglesia. “Es determinante para la Iglesia y para la credibilidad de su anuncio que ella viva y testimonie en primera persona la misericordia. Su lenguaje y sus gestos deben penetrar en el corazón de las personas motivarlas a reencontrar el camino de vuelta al Padre” Francisco, Papa “Misericordiæ vultus, 12 [icon class='fa fa-arrow-circle-right fa-2x' link='']CONTEXTO CELEBRATIVO[/icon] Al amanecer de cada domingo debemos revivir la actitud del hijo pródigo: “Me levantaré, volveré junto a mi Padre”. En esa actitud y con ese sentimiento debemos acudir a la eucaristía. Y gozaremos la alegría de ese reencuentro y de ese abrazo. Pero puede ser también que en actitud del hijo mayor, nos sintamos tan fieles y ejemplares, tan “de la casa”, que miramos con desdén a quienes se acercan como “reinsertados” porque han andado ausentes y errantes en la periferia o en algún “país lejano”, en lugares distantes de la ética, el pensamiento o la espiritualidad. Cada comunidad eclesial debe reflejar en la liturgia y en la vida el amor de Dios Padre que hoy acoge por Jesucristo a la oveja perdida, al hijo descarriado. “La Iglesia… es la casa paterna donde hay lugar para cada uno con su vida a cuestas.” (Francisco, Papa, Evangelii gaudium, 47). [icon class='fa fa-play' link='']Recomendaciones prácticas[/icon] Resaltar la frase bíblica: “Apiádate de nosotros, tú que salvas a los pecadores”. Para el Acto penitencial de la Misa se aconseja seguir el Formulario 3, con la invitación «Jesucristo, el justo…», p. 342, y las invocaciones para el Tiempo Ordinario, III, «Tú que no viniste…», p. 344 del Misal. Se pude emplear la Plegaria Eucarística «De la Reconciliación I», p. 501 del Misal. Insistir en la importancia y necesidad de celebrar con fe y humildad el sacramento de la reconciliación, como espacio de encuentro con la misericordia de Dios. Se pueden organizar celebraciones penitenciales Tener presente que esta semana, el jueves 15, es la Memoria obligatoria de Nuestra Señora, la Virgen de los Dolores. Oportunidad para orar por todos los enfermos de la comunidad y tener gestos de cercanía con ellos. Foto CC0 Public Domain

Mié 31 Ago 2016

Ser su discípulo tiene un costo

Desde niños hemos aprendido a amar a nuestra familia y a nuestros amigos. Pero también hemos recibido los mensajes que nos proponen, como ideal de la vida, satisfacer nuestras ambiciones y caprichos: tener más bienes y comodidad, lograr poder, dinero y fama. La Palabra de Dios, que es Jesucristo, nos recuerda hoy cómo debemos jerarquizar nuestras opciones prefiriendo el reino de Dios a cualquier otro valor. Lecturas [icon class='fa fa-play' link=''] Primera lectura: Sabiduría 9,13-18[/icon] [icon class='fa fa-play' link=''] Salmo de respuesta: 90(89),3-4.5-6.12-13.14+17 (R. cf. 12b)[/icon] [icon class='fa fa-play' link=''] Segunda lectura: Filemón 9b-10.12-17[/icon] [icon class='fa fa-play' link=''] Evangelio: Lucas 14,25-33[/icon] [icon class='fa fa-arrow-circle-right fa-2x' link='']CONTEXTO BÍBLICO[/icon] Jesús advierte a sus seguidores que ser su discípulo tiene un costo: el que quiera seguirlo va a poner en riesgo lo que tiene y aun lo que más ama. El que vaya a tomar ese camino, debe calcular bien su capacidad de gasto, su capacidad de lucha, no sea que termine en el ridículo del que no fue capaz de culminar la construcción de un edificio. En suma: medir su capacidad de cargar la cruz. No es fácil aprehender este saber. Por eso la liturgia nos trae el texto de la Sabiduría: en él se dice que no podemos aprender a agradar al Señor si Él no nos da su sabiduría, enviándonos desde el cielo su Santo Espíritu. Nuestros razonamientos son falibles y apenas si somos capaces de entender las cosas terrenas. El texto de Pablo, la carta a Filemón, puede ser relacionado: Pablo, “anciano” y prisionero, no vacila en desprenderse de su acompañante Onésimo, tan necesario para su servicio, con tal que se restaure el derecho agraviado de Filemón. Y a su vez pide a Filemón que sea capaz de superar sus intereses y su derecho para que reciba generosamente a su fugado Onésimo no tanto como esclavo, sino como hermano dando la prioridad a la gracia y la caridad de Cristo. [icon class='fa fa-arrow-circle-right fa-2x' link='']CONTEXTO SITUACIONAL[/icon] Decía el Concilio Vaticano II que “entre los signos de nuestro tiempo es signo de mención especial el creciente e inexcusable sentido de solidaridad entre todos los pueblos” (Apostolicam Actuositatem, 14) Pero eso coincide en nuestro tiempo con un creciente egocentrismo que todo lo condiciona a la utilidad y provecho individual. La satisfacción de deseos y “opciones” se hace valer como supremo criterio ético. El Concilio Vaticano II ya decía que hay en nuestro tiempo quienes fomentan la libertad “en forma depravada, como si fuera pura licencia para hacer cualquier cosa, con tal que sea deleite, aunque sea mala” Gaudium et Spes, 17 Y el Cardenal Ratzinger afirmaba: “Se va constituyendo una dictadura del relativismo que no reconoce nada como definitivo y que deja como última medida sólo el propio yo y sus antojos.” (Card. J. Ratzinger, Homilia pro eligendo pontifice 18 abril 2005) Por todo lo anterior, la afirmación de Jesús suena hoy exótica y extraña. Pero en boca de Jesús, la frase es categórica: el que no lo acepte, no puede ser su discípulo. Se trata de posponer al seguimiento de Jesús cualquier posesión y cualquier vínculo de relación aun el más tierno y el más humano. Este llamado perentorio no significa simplemente un marco institucional en el que se “organice” la práctica de esas renuncias. No se reduce a la formulación y práctica de unos votos por unos pocos profesionales de la radicalidad. Es llamado para todos, como nuevo modo de vivir. Si somos perceptivos de la realidad más allá de lo publicitado, sabemos que en el mundo actual hay quienes nos dan ejemplo de ese seguimiento de Jesús pagando todas las consecuencias. ¡Qué hermoso pero estremecedor ejemplo nos han dado muchos cristianos del medio oriente fieles hasta la muerte, perdiendo todos sus bienes, corriendo las más crueles consecuencias del odio y la discriminación hasta morir. [icon class='fa fa-arrow-circle-right fa-2x' link='']CONTEXTO CELEBRATIVO[/icon] Cada vez que celebramos la eucaristía celebramos en presente (no repetimos) el sacrificio único de Cristo, que no es sólo el momento de su muerte: es su vida, muerte y resurrección como una sola ofrenda espiritual agradable al Padre: su radical obediencia al Padre. En cada celebración de la eucaristía se vive esa tensión pascual de las opciones: para decir hoy “Yo creo en el Padre, en Jesucristo, en el Espíritu Santo, en la Iglesia…” se nos pone antes frente a la pregunta: ¿Tú renuncias…? Generalmente somos refractarios a renunciar: lo que queremos es poseer y disfrutar cada vez más. Si hoy voy a decir “Amen” a Cristo, debo oír la voz del Maestro que nos dice otra vez: “Si alguno se viene conmigo y no pospone…incluso a sí mismo, no puede ser discípulo mío”. [icon class='fa fa-play' link='']Recomendaciones prácticas[/icon] 1. Tener presente las expresiones bíblicas que explicita la homilía de este domingo: ¿Quién puede hacerse una idea de lo que quiere el Señor?, «Danos, Señor, un corazón sensato», «Ninguno de ustedes puede ser discípulo mío, si no renuncia a todo». 2. Se podría emplear la Plegaria Eucarística “De Reconciliación” II, para introducir el tema de la paz en esta semana. 3. Este domingo es día de Oración Compartida entre las Iglesias Hermanas de Aquisgrán y Colombia. 4. Jubileo de los voluntarios y operadores de la Misericordia. 5. Seguir el ejemplo del Papa Francisco, distribuir nuevos testamentos a los fieles, para que los puedan tener en sus bolsillos y consultarlos, ya que estamos en el mes de la Biblia. Invitar a todos a su lectura orante. 6. Recordar que esta semana: Inicio de la semana por la paz en Colombia. Durante la semana, según subsidio ofrecido, organizar temática y acciones por la paz con grupos pastorales parroquiales, tanto de la zona urbana como rural; el jueves convendría hacer una Hora Santa pidiendo por la paz del país. El jueves 8 es la fiesta de la Natividad de la Santísima Virgen María El viernes 9 es la memoria obligatoria de san Pedro Claver; día de los Derechos Humanos (en Colombia). Foto Tomado de Internet

Lun 22 Ago 2016

El camino del discípulo es el camino de la humildad

La humildad hace que con corazón siempre abierto nos acerquemos a la escucha de la Palabra y nos dejemos tocar por el mensaje de esta llamada, que nos hace mejores discípulos y nos invita a sentarnos cada vez más cerca del Señor. Lecturas [icon class='fa fa-play' link=''] Primera lectura: Eclesiástico 3,17-19.28-29[/icon] [icon class='fa fa-play' link=''] Salmo de respuesta: 68(67),4+5ac.6-7ab.10-11 (R. cf. 11b)[/icon] [icon class='fa fa-play' link=''] Segunda lectura: Hebreos 12,18-19.22-24a[/icon] [icon class='fa fa-play' link=''] Evangelio: Lucas 14,1.7-14[/icon] [icon class='fa fa-arrow-circle-right fa-2x' link='']CONTEXTO BÍBLICO[/icon] El salmista nos ha abierto el camino de la meditación en este domingo cuando nos invitó a decir “en tu bondad, Señor, preparaste un hogar para los pobres” y así nos ha dado la clave para leer en asamblea estos textos bíblicos que nos reflejan una de las primeras condiciones para el seguimiento del Señor. El discípulo debe construir su respuesta vocacional en tónica de cruz, es decir, en una adhesión total y permanente al Señor que nos ha manifestado en su palabra que no es en soberbia sino en la humildad como se puede ser discípulo y seguidor de Jesús. El camino del discípulo es el camino de la humildad y si quiere sentarse en el banquete de salvación debe recorrer este camino que implica la humillación, pues basta leer la propia historia en la historia de Jesús, que ha sido siervo obediente y fiel hasta la muerte. Si bien, la misericordia de Dios se ha manifestado a los hombres sin discriminación, de igual manera se nos hace la invitación, desde su Palabra, a llegar a todos pero no en la prepotencia del intelectual sino en la humildad del sabio, que descubre cuál es la voluntad de Dios y procura cumplirla. [icon class='fa fa-arrow-circle-right fa-2x' link='']CONTEXTO SITUACIONAL[/icon] El mensaje de la Palabra de Dios cobra un sentido particular en una sociedad como la nuestra, cuyos presupuestos son el confort y el bienestar, pasando por encima de los demás. El individualismo y la construcción de burbujas personales de felicidad han sido el obstáculo para construir verdaderas comunidades de hermanos. Hoy más que nunca se hace necesario que los cristianos recorramos el camino de la humildad y mucho más si queremos vivir el proceso de reconciliación y paz en el que trata de vivir nuestro país. Necesitamos elocuencia de silencio y acallar los misiles de las palabras soberbias y llenas de odio. Aterrizar la palabra a cada comunidad, implica sentarse al lado del otro y aprender a “ceder el puesto al otro” en lugar de despojar o usurpar. [icon class='fa fa-arrow-circle-right fa-2x' link='']CONTEXTO CELEBRATIVO[/icon] La Palabra de Dios ha venido insistiendo en un llamado desde el domingo anterior y hoy nos lanza a la contemplación de la humildad como sendero de discipulado, por eso quienes nos sentamos a la mesa con Jesús, quienes celebramos la Eucaristía, debemos tener la humildad de la escucha y la tenacidad de la obediencia, para que alimentados por la mesa e iluminados por la Palabra, podamos escuchar siempre la invitación del Señor a sentarnos más cerca de Él, de modo que, teniendo experiencia de esta humildad, seamos puente para que otros, especialmente los que comparten nuestro diario vivir, puedan también experimentar el gozo de la cercanía con Jesús. [icon class='fa fa-play' link='']Recomendaciones prácticas[/icon] En cartelera pueden fijarse frases como: “Cuanto más grande seas, más debes humillarte”, “”Ven a sentarte más cerca”, “Invita a los pobres” Se sugiere utilizar el Prefacio Dominical VII: “La Salvación por la obediencia de Cristo” o también emplear la Plegaria Eucarística para Diversas Circunstancias IV: “Jesús, que pasó haciendo el bien”. Se puede realizar al final de la Misa la fórmula de Bendición Solemne: 17. En el Tiempo Ordinario VIII, p. 478 del Misal. Motivar para este día y realizar la colecta Dona Nobis, Plan de sostenimiento de la obra evangelizadora en Colombia. Tener presente que en esta semana: - Mañana lunes 29, es la Memoria obligatoria de san Juan Bautista, y, por tanto, también, la Jornada Nacional de Oración por los Cristianos Perseguidos. El jueves es 1° de septiembre e inicia el mes de la Sagrada Biblia. Es oportunidad para organizar los encuentros para estudio y reflexión sobre la Palabra de Dios, teniendo presente los subsidios que se ofrecen para esta ocasión. El próximo domingo 4 de septiembre, comienza la semana por la Paz en Colombia. Foto Tomado de Internet

Mar 16 Ago 2016

Eucaristía, casa común y punto de llegada

Llamados por el Señor para celebrar la fe en Jesús Resucitado, nos hemos reunido hoy en torno al altar de la Palabra y de la Eucaristía. Este banquete que se sirve sin distinción ni preferencias, es un banquete de misericordia del Señor que nos llama a la vivencia de la fidelidad en el camino del Señor. Participemos comunitariamente de esta experiencia de amor y salvación. Lecturas [icon class='fa fa-play' link=''] Primera lectura: Isaías 66,18-21[/icon] [icon class='fa fa-play' link=''] Salmo de respuesta: 117(116),1.2 (R. cf. Rm 15,16)[/icon] [icon class='fa fa-play' link=''] Segunda lectura: Hebreos 12,5-7.11-13[/icon] [icon class='fa fa-play' link=''] Evangelio: Lucas 13,22-30[/icon] [icon class='fa fa-arrow-circle-right fa-2x' link='']CONTEXTO BÍBLICO[/icon] El salmo de hoy nos ha hecho una síntesis de la Palabra proclamada, cuando nos invitaba a responder “Acepta, Señor, la oblación de todos los pueblos” y allí nos dio la clave de lectura para la Palabra que se encarna en la asamblea dominical de esta semana. La salvación, tema recurrente en los profetas y en línea de lectura de toda la Escritura es hoy el foco fundamental del mensaje para la comunidad cristiana, puesto que aparece como un llamado que implica una respuesta: un llamado que genera movimiento e incita a la llegada, de ahí que sea recurrente el verbo “venir” en términos de futuro. Israel entendió que Dios llamaba y su llamada era como una “re-patriación”, como un volver a la casa, de la que había sido sacado como consecuencia de su obstinación y de sus malas decisiones políticas y morales, pero en contexto cristiano, esta Palabra de hoy nos habla de un retorno al Señor, porque si Jerusalén es Madre de todos los pueblos, pues nosotros reconocemos que en Jesús esa maternidad se ha plenificado en Misericordia y bondad, en generosidad y perdón, para acoger a todos los que quieran volver, de cualquier lugar y posición en donde se encuentren. El Evangelio nos da el criterio de la respuesta al llamado, es salir de nosotros mismos e ir al encuentro del otro, lo que significa que volver al Señor, volver a la casa se concretiza en el reconocimiento de su rostro en el hermano. Ser reconocidos por el Señor es una consecuencia de que nosotros lo hayamos reconocido a él en nuestra historia diaria. [icon class='fa fa-arrow-circle-right fa-2x' link='']CONTEXTO SITUACIONAL[/icon] En este año de la misericordia, la comunidad cristiana debe convertirse en casa de acogida y punto de llegada para muchos que andan desorientados y buscan caminos de respuesta al llamado que Dios les está haciendo. La salvación está abierta para todos aquellos que quieran acoger el don y abrirse a experimentar la misericordia del Eterno. Nuestra sociedad camina por senderos que la llevan a la búsqueda del bienestar particular, olvidando el beneficio y bondad de lo colectivo, por eso este llamado de la Palabra de Dios hoy nos hace pensar en un llamamiento que ocurre en plural: “vendrán” y por eso el camino debe ser trazado por el Señor mismo, de tal manera que, en palabras de la carta a los Hebreos, lleguemos no cojeando sino sanos y salvos. [icon class='fa fa-arrow-circle-right fa-2x' link='']CONTEXTO CELEBRATIVO[/icon] La Eucaristía es siempre la casa común, es el punto de llegada para todos los que están cansados y agobiados, para quienes están en vías de encuentro con el Maestro. En la asamblea eucarística se hace palpable el cumplimiento de aquellas palabras de la Escritura que dicen: Vengo a reunir a todos, vendrán y verán mi gloria”. Aquí y ahora se realiza la bondad del Señor de la Misericordia, que nos recuerda que es firme su misericordia y que su fidelidad dura por siempre. [icon class='fa fa-play' link='']Recomendaciones prácticas[/icon] En la cartelera pueden fijarse frases o palabras como: “”Vendrán a mi presencia”, “Dios los trata como a hijos”, “Vendrán a mi banquete”. Se sugiere utilizar el Prefacio Dominical VIII: “La Iglesia congregada por la unidad de la Trinidad”, p. 390 del Misal. Insistir en la importancia y necesidad de celebrar con fe y humildad el sacramento de la reconciliación, como espacio de encuentro con la misericordia de Dios. Se pueden organizar celebraciones penitenciales Recordar que: El martes 23 es la fiesta de Santa Rosa de Lima, Patrona de América Latina, y el miércoles 24 de San Bartolomé, apóstol. El viernes 26 es en Colombia la memoria libre de santa Teresa de Jesús Jornet e Ibars, virgen. El viernes 26 se celebra la jornada del adulto mayor. Durante la semana promover algunas actividades con los ancianos y más necesitados de la comunidad. Se debe motivar para la colecta Dona Nobis, que se realizará el próximo domingo, y que tiene como objetivo sostener la obra evangelizadora de la Iglesia en Colombia. Foto Tomado de Internet

Vie 12 Ago 2016

La Palabra del Señor enciende nuestros corazones

La Palabra del Señor es fuego que enciende los corazones de todos aquellos que la escuchan con fe y esperanza, por eso dispongamos nuestros corazones en este momento para que la Palabra del Señor se haga carne en nosotros, encienda nuestra vidas con su fuego y nos haga testigos de la eterna misericordia de Dios. Escuchemos con atención. Lecturas [icon class='fa fa-play' link=''] Primera lectura: Jeremías 38,4-6.8-10[/icon] [icon class='fa fa-play' link=''] Salmo de respuesta: 40(39),2-3ab.3cd-4ab.4cd-5ab.18 (R. 62[61],2)[/icon] [icon class='fa fa-play' link=''] Segunda lectura: Hebreos 12,1-4[/icon] [icon class='fa fa-play' link=''] Evangelio: Lucas 12,49-53[/icon] [icon class='fa fa-arrow-circle-right fa-2x' link='']CONTEXTO BÍBLICO[/icon] Las palabras que el Señor dirige a sus discípulos en el evangelio (Lc 12, 49-53) giran en torno a dos grandes temas: el primero está referido a lo que Jesús ha venido a traer a la tierra “He venido a traer fuego sobre la tierra” Lc 12, 49); y el segundo está referido a las consecuencias que padece quien acepta los desafíos de Jesús, quien asume estos desafíos, será siempre signo de división y contradicción, primero tiene que pasar esto para que haya verdadera paz. Es por eso que la figura de Jeremías, presentada en la primera lectura, anticipa proféticamente la suerte de Jesús en la pasión, después de tanta injusticia y tanta contradicción llegará la paz, cuando el mismo Jesús, destruya con el fuego de su Palabra, las barreras que dividen a los hombres, se sumerja como el profeta Jeremías en la muerte y la venza definitivamente. Las divisiones que se presentan como consecuencia del fuego que trae la persona de Jesús, purificará del pecado al hombre si mantiene los ojos fijos en Él (Hb 12, 2) porque solo Él, como dice la carta a los hebreos: “soportó la cruz sin miedo y está sentado a la diestra del trono de Dios” (Hb 12, 2). También el Salmo 40 (39) en la experiencia del salmista nos recuerda un alegre anuncio, había esperado en el Señor y el Señor se inclinó y fue capaz de rescatarlo del fango, como a Jeremías, y de la fosa de la muerte como a Jesús. El salmista viendo todo lo que Dios ha hecho con él, ha afianzado su confianza en Dios. En definitiva el hilo conductor que atraviesa toda la liturgia de la Palabra de este domingo recuerda la pasión del Señor, que tendrá su gran sentido sólo cuando nos demuestre que este acontecimiento de la pasión, signo de contradicción, tenía que pasar para que se manifestar la gloria de Dios. [icon class='fa fa-arrow-circle-right fa-2x' link='']CONTEXTO SITUACIONAL[/icon] La liturgia de la Palabra de este domingo nos recuerda las dos actitudes más auténticas que debe tener un discípulo del Señor: confiar y esperar. Son precisamente las dos actitudes que hoy día más nos cuestan, debido a la aceleración en que va el mundo de hoy y debido a la desconfianza que cada vez más generan en nosotros los acontecimientos violencia y desolación que podemos experimentar cada día en nuestro país. Pero aquí es donde está el fuego que Cristo ha venido a traer, su revolución es el deseo de que seamos diferentes, que siempre seamos motivo de contradicción donde podamos estar cada día, en nuestras familias, en nuestro trabajo, en nuestro estudio, en nuestra vida cotidiana. Siempre un discípulo que ha experimentado en su vida el fuego de la vida de Dios vive como singo de contradicción, por eso no se desespera ante la dificultad sino que espera con confianza en Aquel que levanta del fango y las profundidades de los acontecimiento de muerte como son el pecado y la injusticia. Un buen discípulo siempre confía y espera, siempre aparece con paz donde no la hay, siempre enciende con el fuego de las palabras y acciones de Jesús, los corazones de los que están desconsolados y desahuciados. Este es un tiempo oportuno y también de gracia, para recordar, viendo con ojos de fe y dejándolos fijos en Cristo, la importancia de la paz en la vida cristiana. Solo la paz que Cristo nos da será la única paz verdadera, porque para Dios dárnosla fue capaz dejar que su Hijo afrontara la cruz para poder instaurarla en esta tierra. Por eso la paz, no será ausencia de guerra, ni ausencia de problemas, la verdadera paz, que solo da Cristo a sus discípulos, es la actitud de fe, esperanza y confianza a pesar de los problemas y las dificultades. El problema nunca será el otro que es difícil y complicado de entender, el problema puedo ser yo que me cuesta asumir a los otros que son diferentes y que no son capaces de cumplir con las exigencias que Cristo pide a cada uno de nosotros que somos sus discípulos. El que tiene la paz verdadera que da Cristo es capaz de exponerse por el otro, es capaz de asumir peligros por el otro, es capaz de entregar, es capaz de exponer la vida como Jesús hasta derramar sangre sin temer a los sufrimientos, a las dificultades y a la violencia. Si queremos la paz basta firmar en nuestros corazones con fuego, las Palabras de Jesús para asumir en nuestra vidas con una actitud de esperanza y confianza, la verdadera vida que solo Dios pueda dar. [icon class='fa fa-arrow-circle-right fa-2x' link='']CONTEXTO CELEBRATIVO[/icon] La Iglesia para continuar la obra de Cristo, aparece en el mundo como signo de contradicción, por eso cada bautizado debe vivir en medio de su comunidad, escuchando la Palabra del Maestro y comiendo su Cuerpo, como un agente de esperanza y un signo de amor y de entrega. Esas son precisamente las palabras que escuchamos en la oración colecta de este domingo del tiempo ordinario: “Oh Dios, infunde tu amor en nuestros corazones”, solo será con el amor de Dios en nuestros corazones que podamos ver sus promesas cumplidas en nosotros, solo será con su amor en nuestros corazones que podamos comprender las Palabras que Jesús nos dirige en la eucaristía, solo será con su amor en nuestros corazones que podamos aceptar las exigencias que Él nos pide, solo será con su amor en nuestros corazones que podamos vivir en la comunión de la Iglesia para poder comer su Cuerpo que nos alimenta y que sacia nuestros deseos más profundos, solo será con su amor en nuestros corazones que podamos atender al mandato que escucharemos al final de la celebración: “podéis ir en paz” y solo será con su amor en nuestros corazones que podamos ver cada día en los detalles de nuestra vida la gran misericordia de Dios derramándose en nosotros. [icon class='fa fa-play' link='']Recomendaciones prácticas[/icon] 1. Resaltar la importancia del cirio pascual en esta celebración que es dominical, subrayar en ese cirio el gran valor de la luz, sobretodo el significado que encierra este misterio: Cristo ilumina, ha venido a traer el fuego, Él es la luz, pero al alumbrar en medio de tantas oscuridades que experimenta el hombre de hoy, se va consumiendo, como la cera, se va desgastando, va desapareciendo para que siempre aparezca la gran luz. 2. Resaltar la importancia del bautismo, con el cual nos sumergimos en la vida de Cristo y a la vez resucitamos a una vida nueva, como Jeremías, que fue hundido en el fango pero luego saldrá de ahí prefigurando proféticamente la pasión de Cristo. 3. Resaltar el gesto de la paz, con el cual los cristianos nos expresamos la profunda hermandad que nos da el ser hijos de un mismo Padre. 4. Se puede seguir el Prefacio de la Plegaria Eucarística II o Prefacio Común VI: “El misterio de nuestra salvación en Cristo”, p. 418 del Misal. 5. Se puede realizar al final de la Misa la fórmula de Bendición Solemne: 16. En el Tiempo Ordinario VII, p. 478 del Misal. 6. Tener presente que en esta semana: - Mañana lunes 15 de agosto, es la solemnidad de la Asunción de Santa María Virgen. En la tarde de este domingo, se debe celebrar la Misa vespertina de la Vigilia de la solemnidad. Tener presente que en Colombia el miércoles 17 de agosto, se celebra la memoria libre de santa Beatriz da Silva, virgen; y el viernes 19, la memoria libre de san Ezequiel Moreno, obispo. Se debe motivar para la colecta Dona Nobis, que se realizará el domingo 28 de agosto, y que tiene como objetivo sostener la obra evangelizadora de la Iglesia en Colombia. Foto Tomado de Internet

Lun 1 Ago 2016

Respondamos con fidelidad

Hoy Jesús nos invita a estar despiertos y lúcidos para transcender y responder con fe y esperanza a las vicisitudes de nuestra historia. Que esta celebración nos anime a caminar bajo las virtudes de la fe y la esperanza para enseñar el camino de la vida nueva. Lecturas [icon class='fa fa-play' link=''] Primera lectura: Sabiduría 18,6-9[/icon] [icon class='fa fa-play' link=''] Salmo de respuesta: 33(32),1+12.18-19.20+22 (R. cf. 12b)[/icon] [icon class='fa fa-play' link=''] Segunda lectura: Hebreos 11,1-2.8-19[/icon] [icon class='fa fa-play' link=''] Evangelio: Lucas 12,32-48[/icon] [icon class='fa fa-arrow-circle-right fa-2x' link='']CONTEXTO BÍBLICO[/icon] Las lectura nos propone un modelo de fe que nos anima a saber responder de manera coherente ante la adversidad, así como los padres determinaron su historia hoy se nos anima a responder con mayor fidelidad, pues conocemos la plenitud de la revelación, ya que nuestro sentido de vida encuentra su plenitud en el misterio de Cristo quien es el autor y perfeccionador de nuestra Fe. La fe de los antiguos sirve de aliento para los discípulos que libres de todo apego a cosas materiales se han de preparar para la salida inminente; y por eso Jesús, en el Evangelio, los anima a constituir un tesoro en el cielo. Jesús empieza llamando la atención sobre la codicia y va más allá cuando pide no estar preocupados por la comida o por el vestido, pues la fe permite esperar todo lo bueno y noble del Padre, pide más bien la preocupación por el reino, que todas esas cosas llegaran por añadidura. Vivir en perspectiva de futuro es vivir una vida de fe y esperanza a ejemplo de los antiguos padres, es una actitud que compete a todos en general, aunque probablemente no todos tendrán el mismo grado de conciencia de esa perspectiva o no todos la vivirán con la misma intensidad. En el verso 35 del Evangelio, se nos presenta una nueva bienaventuranza cuando felicita al servidor que se encuentra en vela a la espera de su amo; es la espera dichosa del reino que llega con Jesús, es la dinámica de la fe y la esperanza que se perfecciona en la persona adorable de nuestro Señor que anima a los discípulos a estar libres y despiertos para responder de manera lúcida y coherente a las vicisitudes del mundo moderno [icon class='fa fa-arrow-circle-right fa-2x' link='']CONTEXTO SITUACIONAL[/icon] La liturgia de la palabra nos invita a madurar nuestros estilos de vida por la fe en Dios Padre y en su Hijo muy amado. En una sociedad que ha perdido el valor de ser “hijo de Dios”, estos ejemplos y palabras nos animan a madurar en la Fe como respuesta dinámica a Dios y a articularla con la esperanza, como movimiento lanzado hacia el futuro. Es Jesús quien nos anima hoy en medio de la desesperanza para que todo hombre, obediente a la fe, sea hombre nuevo, constructor de una nueva historia, cultura y sociedad, somos los discípulos testigos de la misericordia de Dios, que ha estado grande con nosotros, pues nos dio a conocer la plenitud del Amor, la Verdad y la Vida. [icon class='fa fa-arrow-circle-right fa-2x' link='']CONTEXTO CELEBRATIVO[/icon] Estamos llamados a rescatar el valor de las virtudes teologales fe y esperanza, como parte de nuestro comportamiento modelo para la vida en sociedad. A la luz de la Palabra recibida y fortalecidos con la Eucaristía, celebremos la vida en perspectiva de futuro confiados que el espíritu de Dios dará la vitalidad necesaria para que cada hombre, cada mujer y, por tanto, cada uno de nosotros dé testimonio, en medio de la crisis, de la vida nueva que ofrece el Hijo santo de Dios. [icon class='fa fa-play' link='']Recomendaciones prácticas[/icon] Destacar la figura de Bienaventurada Virgen María, como mujer Obediente, de Fe y Esperanza, modelo del hombre nuevo. Se puede seguir el Prefacio Dominical II: «El misterio de la salvación», p. 384, del Misal. Jornada Nacional de la Pontificia Obra de San Pedro Apóstol (POSPA) para la promoción de los sacerdotes nativos del mundo. En Colombia esta Obra apoya al Seminario Colombiano Intermisional San Luis Bertrán que forma a los futuros pastores de los Territorios y Situaciones Misioneras de nuestro país. Hoy se celebra el 7 de agosto, fiesta nacional, recuerdo de la batalla del Puente de Boyacá. En la Oración Universal o de los Fieles se aconseja hacer peticiones por la Patria. Tener presente que en esta semana, El miércoles 10 de agosto, es la fiesta de san Lorenzo, diácono y mártir. Foto Tomado de Internet

Lun 25 Jul 2016

No dejemos que el corazón se ate a las cosas efímeras

Convocados por el Señor en el vínculo fraterno de la esperanza, vivamos en este Domingo la alegría de tener como meta de nuestra vida el amor de Dios y de saber que el camino para esa alegría que no acaba es la generosidad, la confianza, la búsqueda del amor de Dios siguiendo los pasos del que nos enseña a vivir, Cristo. Celebremos, agradezcamos, alabemos al que lo es todo en nuestra vida. Lecturas [icon class='fa fa-play' link=''] Primera lectura: Eclesiastés 1,2; 2,21-23[/icon] [icon class='fa fa-play' link=''] Salmo de respuesta: 39(38),5-6ab.6c-7.12.13ade-14 (R. 5a)[/icon] [icon class='fa fa-play' link=''] Segunda lectura: Colosenses 3,1-5.9-11[/icon] [icon class='fa fa-play' link=''] Evangelio: Lucas 12,13-21[/icon] [icon class='fa fa-arrow-circle-right fa-2x' link='']CONTEXTO BÍBLICO[/icon] En la Palabra de hoy hay un aire existencial, hay un retrato de la realidad del hombre de ayer, de hoy y de mañana, tan apegado a lo inmediato, tan atado a las cosas, tan dramático en sus desesperaciones, tan obsesionado por lo que se posee. La primera lectura enfatiza esa actitud nuestra que centra la esperanza en lo que pasa y no busca lo eterno, lo sublime, lo glorioso y que cambia el esfuerzo que debiera emplear en la búsqueda de lo mejor por la decisión de amar lo que nos ata y nos esclaviza. El Salmo nos propone, entonces, una sabia llamada: aprender a mirar la caducidad de la vida como un reto para la esperanza, aprender que la vida en sus limitaciones naturales nos invita a romper esa clausura en la desesperanza para abrirnos a la prudencia que hace sabios, al amor que hace hermanos, a la paz que nos hace santos. La carta a los colosenses nos dirá que, si Cristo lo es todo y en todos, la vida debe ser experiencia fraterna en aquel que rompe fronteras, tan de moda hoy, y nos dice que, por su amor entregado, seremos ciudadanos del cielo. El Evangelio, invitándonos a no dejar que el corazón se ate a las cosas efímeras, nos recuerda que al final de la vida todo pasará, menos el amor con el que Jesús nos presenta como programa de vida la fraternidad, la solidaridad iluminada por la fe, la comunión en el amor que nos hace nuevos, generosos, integrados en el amor providente de Dios que es Padre de todos, para edificar con Él la casa de la esperanza y de la comunión fraterna. [icon class='fa fa-arrow-circle-right fa-2x' link='']CONTEXTO SITUACIONAL[/icon] El sentido novedoso del Evangelio nos llama a redescubrir la vida de un modo distinto, a encontrar en las cosas un camino y no un fin, a admirar en la obra de Dios no una meta sino un don. Cuando la vida se transforma en una experiencia generosa, en una donación constante de fraternidad y de alegría, podemos superar el doloroso egoísmo de los fariseos y la amarga actitud de los que centran su vida en las cosas, en la frialdad de las normas que esclavizan, en la tristeza del corazón sin esperanza. La palabra de pablo en la que nos recuerda que Cristo es vínculo y convocación de amor para todos, se ilumina con aquello extraordinario que nos predicó el Beato Paulo VI en Bogotá en las Ordenaciones celebradas en su Viaje Apostólico a Colombia en 1968: “Tú, Señor Jesús, eres el mediador entre Dios y los hombres; no eres diafragma, sino cauce; no eres obstáculo, sino camino; no eres un sabio entre tantos, sino el único Maestro; no eres un profeta cualquiera, sino el intérprete único y necesario del misterio religioso, el solo que une a Dios con el hombre y al hombre con Dios, Nadie puede conocer al Padre, has dicho Tú, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo, que eres Tú, Cristo, Hijo del Dios vivo, quisiere revelarlo (Cf.Mt 11, 27; Jn 1,18). Tú eres el revelador auténtico, Tú eres el puente entre el reino de la tierra y el reino del cielo: sin Ti, nada podemos hacer (Cf. Jn 15,5) . Tú eres necesario, Tú eres suficiente para nuestra salvación” [icon class='fa fa-arrow-circle-right fa-2x' link='']CONTEXTO CELEBRATIVO[/icon] Anunciamos vida y vida en Cristo, celebramos vida y lo hacemos en el clima de esperanza y de confianza con el que la liturgia, de este día, nos invita a llenarnos del amor providente de Dios, a confiar en que, por ser suyos, todo nos lo regala su amor maravilloso y que nuestros esfuerzos no se pueden reducir a las conquistas de cosas que pasan, sino que nos deben remitir a la corona que Dios ofrece a quienes se entregan con amor, a quienes no calculan con criterios humanos sino que proyectan su vida haciendo del amor de Dios la medida justa y el camino cierto hacia la verdadera felicidad. [icon class='fa fa-play' link='']Recomendaciones prácticas[/icon] Tener presente las expresiones bíblicas que explicita la homilía de este domingo: ¿Qué saca uno de tanto trabajar?, «Señor, dame a conocer mi fin», “Busquen los bienes de allá arriba, donde está Cristo”, «Lo que habías amontonado, ¿para quién será?» Se puede seguir el Prefacio Dominical VI: «Prenda de nuestra pascua eterna», p. 388 del Misal. Se puede realizar al final de la Misa la fórmula de Bendición Solemne: 15. En el Tiempo Ordinario VI, p. 477 del Misal. En el contexto de Año de la Misericordia hoy se celebra el Jubileo de los jóvenes. Jornada Mundial de la Juventud en Cracovia. Recordar que en esta semana, el sábado 6 de agosto, es la fiesta de la Transfiguración del Señor. Foto Tomado de Internet