SISTEMA INFORMATIVO
Iglesia en Apartadó ya tiene Administrador Diocesano
Tags: Diócesis de Apartadó apartadó padre Leonidas Moreno Gallego Administrador Diocesano de Apartadó iglesia católica iglesia colombiana Urabá
Este martes 28 de marzo el Colegio de Consultores de la Diócesis de Apartadó eligió al padre Leonidas de Jesús Moreno Gallego como Administrador Diocesano de esta jurisdicción eclesiástica. El presbítero se venía desempeñando desde el año 1988 como Director de la Pastoral Social. Esta elección se da luego que monseñor Hugo Alberto Torres Marín, anterior obispo, asumiera el pasado 23 de marzo como nuevo Arzobispo Metropolitano de Santa Fe de Antioquia.
El padre Moreno desempeñará este liderazgo encomendado por sus hermanos sacerdotes (a tenor del canon 421&1 del Código de Derecho Canónico) hasta que el Papa Francisco nombre nuevo obispo titular para la Diócesis de Apartadó. A través de un mensaje enviado a las comunidades en la mañana de hoy, el presbítero ha agradecido al organismo colegiado por haberle confiando esta misión; ha sido claro en que se trata de una responsabilidad conjunta y ha pedido que oren por él. Al tiempo, dijo que mantendrá el ritmo del importante legado pastoral que han dejado allí los señores obispos; que ha hecho que esa Iglesia particular vaya madurando, creciendo y consolidándose en su plan de pastoral. Sobre monseñor Hugo, puntualizó que en sus casi 9 años como pastor de esa diócesis "deja un testimonio muy importante; ha sido generoso en su entrega, espíritu misionero, obispo de las periferias, entregado realmente al encuentro, a la escucha, con una enorme paciencia y con una dedicación muy ejemplar". Recordó que el prelado sigue cerca, en Santa Fe de Antioquia, y que, por ende, seguirá acudiendo a él como un importante consejero.
El sacerdote antioqueño ha estado en la región del Urabá desde el 20 de enero de 1981. Desde entonces, su misión pastoral ha tenido como enfoque central el trabajo por la reconciliación y la paz territorial. Desde su fundación en el año 2010, CORDUPAZ (Corporación Desarrollo y Paz Córdoba y Urabá), entidad sin ánimo de lucro y cuya proyección abarca todo el Urabá – Darién, así como los territorios del departamento de Córdoba, que son jurisdicciones de las diócesis de Montería y Montelíbano, ha estado bajo su dirección.
El presbítero ha trabajado en el territorio desde antes de la creación de la Diócesis de Apartadó, por ello, tiene toda la historia pastoral de esta Iglesia particular en su memoria.
BIOGRAFÍA
El presbítero Leonidas de Jesús Moreno Gallego nació el 26 de mayo de 1951 en la vereda La Casiana del municipio de Jardín (Antioquia); es el décimo hijo del matrimonio de Miguel Ángel Moreno Vargas y Raquel Alicia Gallego Díaz. Su hogar está conformado por 13 hermanos, 4 de ellos mujeres y 9 hombres. De esta familia Dios escogió 2 sacerdotes, el padre Leonidas y el padre Bernardino Moreno Gallego quien falleció en un lamentable accidente fluvial el 16 de julio de 1997.
Estudió la primaria en la Escuela de Varones de Jardín, Moisés Rojas de su localidad de origen. Realizó de séptimo a noveno grado de bachillerato en el Seminario de El Carmen de Atrato, y décimo y undécimo, en el Seminario Conciliar de Jericó.
En cuanto a sus estudios mayores, cursó filosofía en el Seminario Conciliar de Bogotá, viviendo en el Intermisional de Bogotá. La preparación en teología la realizó en el Seminario Cristo Sacerdote de La Ceja (Antioquia) y, posteriormente, se formó en teología fundamental en La Pontificia Universidad Gregoriana de Roma.
El padre Leonidas Moreno fue ordenado sacerdote el 8 de diciembre de 1980 en Jardín (Antioquia), por monseñor Pedro Grau Arola, en aquel entonces, obispo del vicariato Apostólico de Quibdó.
Entre sus cargos desempeñados en esa región, se destacan:
1. Fundador y párroco de la Parroquia de Gilgal, para ese momento, de la Diócesis de Quibdó, ahora ubicada en la jurisdicción de la Diócesis de Apartadó.
2. Miembro fundador del Consejo Presbiteral de la Diócesis de Apartadó, decreto n° 3 del 2 de septiembre de 1988 de monseñor Isaías Duarte Cancino.
3. Director del Secretariado Diocesano de Pastoral Social mediante decreto n° 10 del 23 de septiembre de 1988 de monseñor Isaías Duarte Cancino.
4. Párroco y fundador de la Parroquia San José Obrero de Apartadó, por decreto n° 38 del 12 de septiembre de 1990 de monseñor Isaías Duarte Cancino.
5. Párroco de del templo del Divino Ecce Homo de Turbo, decreto n° 151 del 12 de septiembre de 1994, de monseñor Isaías Duarte Cancino.
6. Director de Pastoral Social, decreto n° 194, del 17 de julio de 1996, de monseñor Tulio Duque Gutiérrez, Administrador Apostólico de la Diócesis de Apartadó.
7. Vicario del Secretariado Diocesano de Pastoral Social, decreto n° 198, del 15 de agosto de 1997, de monseñor Tulio Duque Gutiérrez, obispo de Apartadó.
8. Fundador y párroco de la Catedral Nuestra Señora del Carmen en el año 1998, actualmente Catedral Santa María de la Antigua del Darién.
9. Vicario General de la Diócesis de Apartadó, decreto n° 002 del 31 de octubre de 2007, de monseñor Luis Adriano Piedrahita Sandoval, obispo de Apartadó.
10. Miembro del Consejo Económico de la Diócesis de Apartadó, decreto n° 004 del 6 de noviembre de 2007.
11. Vicario Parroquial de San José Obrero de Apartadó, decreto n° 022 del 6 de mayo de 2008.
12. Miembro del Colegio de Consultores de la Diócesis de Apartadó, decreto n° 029 del 26 de junio de 2008, de monseñor Luis Adriano Piedrahita Sandoval.
13. Miembro del Equipo de Pastoral Sacerdotal, decreto n° 033 del 15 de julio de 2000, de monseñor Luis Adriano Piedrahita Sandoval.
14. Vicario Episcopal y Vicario General de la Diócesis de Apartadó, decreto n° 0223 del 16 de agosto de 2014, de monseñor Luis Adriano Piedrahita Sandoval, administrador Apostólico de la Diócesis de Apartadó.
15. Confirmado como Vicario General de la Diócesis de Apartadó, decreto n° 001 del 20 de octubre de 2014, de monseñor Hugo Alberto Torres Marín, en aquel momento Administrador Apostólico de la Diócesis de Apartadó.
16. Párroco y fundador del templo San Juan Pablo II de Apartadó, decreto 23/17 del 22 de diciembre de 2017, de monseñor Hugo Alberto Torres Marín, obispo de Apartadó.
17. Desde, su fundación, CORDUPAZ (Corporación Desarrollo y Paz Córdoba y Urabá), 19 de febrero de 2010, ha estado bajo la dirección del padre Leonidas Moreno Gallego, una entidad sin ánimo de lucro y cuya proyección abarca todo el Urabá – Darién, más los territorios del departamento de Córdoba, que son jurisdicciones de las diócesis de Montería y Montelíbano.
Consulte el comunicado oficial del nombramiento AQUÍ
Cuaresma: un camino de fe en comunidad
Jue 7 Mar 2024
Conversión pastoral para ir en salida misionera
Mié 21 Feb 2024
Vie 22 Mar 2024
Obispos de Colombia, Costa Rica y Panamá definen estrategias pastorales conjuntas y piden compromiso total con las personas migrantes
Este viernes, 22 de marzo, en Ciudad de Panamá, finalizó el encuentro de obispos y agentes pastorales de Colombia, Costa Rica y Panamá. Diferentes propuestas de trabajo pastoral con enfoque regional surgieron en este espacio animado por el Vaticano a través del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral. Entre ellos: formación de agentes pastorales en temas de movilidad humana, transversalización de la realidad de la movilidad humana en los planes de pastoral diocesanos, concientización con miembros de la Iglesia sobre el deber cristiano de acoger, proteger, promover e integra a estos hermanos; estrategias de información a personas que consideren migrar por rutas irregulares sobre los riesgos a los que se exponen, e incidencia social y política en favor de la protección de sus derechos humanos y garantías para su desarrollo. Todo, a la luz del Evangelio y guiados por la Doctrina Social de la Iglesia.Conscientes que esta realidad supera a la Iglesia, ratificaron también la necesidad de articularse con otros actores e instituciones que trabajen por el bienestar de las personas migrantes y refugiadas. Esto, permitirá potenciar la misión y evitar la duplicación de esfuerzos o recursos.Aunque la asistencia humanitaria que brinda la Iglesia en diferentes centros de acogida, parroquias, carpas humanitarias, comunidades y programas es fundamental, como medida de urgencia o transitoria, los pastores están convencidos que su misión debe trascender a procesos que construyan a largo plazo y que propendan por una búsqueda de justicia para estas personas que, en la mayoría de los casos, se ven obligadas a dejar su hogar y a exponerse a todo tipo de vulneración, abusos e incluso, a circunstancias mortales. Esto, durante las tres etapas del flujo migratorio: origen, tránsito y destino.Los cerca de 30 asistentes también reafirmaron que deben fortalecer su lucha contra la indiferencia y la cultura del descarte, incluso, dentro de la misma Iglesia, tal y como ha pedido el papa Francisco, quien se hizo presente en este encuentro a través de dos mensajes: uno que envió a los participantes animándolos en el trabajo y otro, a las personas migrantes de tránsito en el campamento de Lajas Blancas en el Darién, lugar que visitaron este miércoles para corroborar la difícil situación y llevarles la esperanza de Cristo a través de la oración.Otras estrategias de implementación interdiocesano e intereclesial, con enfoque espiritual, investigativo, formativo y psicosocial, también surgieron en el espacio. Están convencidos que esta situación requiere un abordaje sinodal. Por ello, también propusieron la creación de una comisión que de alcance y seguimiento al trabajo proyectado en el encuentro.“Un «tapón» de inhumanidad”Al cierre, los obispos hicieron una contundente declaración, firmada también por el cardenal Luis José Rueda Aparicio, arzobispo de Bogotá y presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia, en la remarcan la tragedia que viven miles de personas diariamente en su paso por la selva del Darién, calificándola como “un«tapón» de inhumanidad por las condiciones de vulnerabilidad y muerte a la que se enfrentan hombres, mujeres, jóvenes, niñas y niños”. Recuerdan que constantemente mueren personas por diversas causas naturales o de abuso humano, cuyos cuerpos no son rescatados.Los pastores afirman en su mensaje que esta es una realidad dolorosa que interpela y compromete a todos. Recordando que todos somos migrantes y peregrinos, durante la rueda de prensa de socialización del mensaje final, monseñor Mario de Jesús Álvarez Gómez, obispo de la Diócesis de Istmina-Tadó, aprovechó para hacer un llamado a sacerdotes, religiosas y religiosos para que sean conscientes de su tarea ante esta situación y ayuden generar esa misma conciencia entre las comunidades, aunque no se encuentren en lugares con alto flujo migratorio.En la declaración, los obispos piden construir un continente latinoamericano y caribeño cada vez más humano, equitativo, cordial y hospitalario.“En línea con las reuniones de Obispos de Pasto, San Salvador y Cúcuta, nos unimos al grito de la Iglesia continental que ha reconocido que hoy, diez millones de latinoamericanos y caribeños viven en un país que no es donde nacieron. La migración forzada afecta a millones de personas, pero, de modo particular, a las más vulnerables: cada vez más tiene cara de mujer y de niño. Estamos ante un proceso de degradación de la vida. Los migrantes en su recorrido son víctimas de estructuras y grupos criminales, hasta de carácter transnacional, que hacen de la desesperación de nuestros hermanos su negocio y profanan la dignidad de hombres y mujeres a través de la trata de personas y muchas otras prácticas que ofenden, indignan y avergüenzan. Esta realidad es un desafío para las comunidades eclesiales en los lugares de partida, de paso y de acogida” .A continuación, vea el informe audiovisual con los hechos más destacados:Descargue aquí la declaración final
Jue 21 Mar 2024
Obispos visitaron a migrantes en el Darién y les llevaron un mensaje del papa Francisco
En el marco del encuentro multilateral que adelantan por estos días las Iglesias de Colombia, Costa Rica y Panamá, los obispos y agentes pastorales participantes, junto a representantes del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral del Vaticano, se desplazaron este miércoles, 20 de marzo, hacia el Vicariato Apostólico del Darién. El punto de llegada principal fue el campamento de Lajas Blancas, ubicado a cerca de cinco horas de Ciudad de Panamá, vía terrestre.Lajas Blancas es la segunda parada que realizan las personas migrantes tras haber sobrevivido a su paso por el temido Tapón del Darién. Estando allí, quedan a la espera de poder conseguir 60 dólares para pagar por un cupo en un bus que los traslade a la frontera con Costa Rica y así, continuar su camino hacia el Norte, generalmente con Estados Unidos como destino final.En este campamento, los representantes de la Iglesia dialogaron, oraron y dieron la bendición a algunos de los migrantes. Además, les llevaron un mensaje especial del papa Francisco. En él, el Santo Padre les expresa su cercanía y les pide que “no se olviden de su dignidad humana, que no tengan miedo de mirar a los ojos porque no son un descarte, sino que también forman parte de la familia humana y de la familia de los hijos de Dios”. Estando en la zona también visitaron el campamento de San Vicente. Allí entregaron kits de aseo y algunos detalles para los niños. El padre Leonidas Moreno, administrador diocesano de Apartadó, jurisdicción a la que toca directamente esta realidad en Colombia, encontró también aquí el rostro del dolor que, en repetidas ocasiones ha tenido que ver en Necoclí, Turbo y poblaciones vecinas, pero también, la crudeza de saber que hay quienes se aprovechan de la situación de los migrantes para hacer negocios de todo tipo. El sacerdote califica esta realidad como una tragedia y a los migrantes, seres humanos que hay que atender y acoger.Aunque el acompañamiento de agentes pastorales en la zona es frecuente, en esta visita, la mayoría de los obispos, por primera vez, vieron de frente la difícil realidad que padecen diariamente cientos de migrantes en su paso por el corredor que conecta a los tres países y que, desde 2015, es escenario de una crisis humanitaria de grandes proporciones.Haití, Ecuador, Chile, Cuba, Nepal, Bangladesh, Pakistán, China y, por supuesto, Venezuela, son solo algunos de los lugares de los que provienen hombres, mujeres y niños en busca de mejores condiciones de vida, un sueño que, a veces, resulta opacado por el dolor, e incluso, la muerte. Uno de los aspectos que más preocupa es el aumento considerable en el número de menores que transitan por esta zona, muchas veces, solos.Según datos de las autoridades de migración de Panamá, a finales de 2023, la totalidad de migrantes que se desplazaron a través del Tapón del Darién alcanzó 520.085, de los cuales, cerca de 120.000 fueron menores de edad, lo que ha representado un incremento de 109% con respecto al 2022. En lo que va corrido del 2024, este flujo ha seguido aumentando, situación que agravaría aún más la crisis. Una realidad que confronta y que duele, pero que también impulsa a la Iglesia a seguir trabajando de manera conjunta y activa bajo esta misión. Así lo indicó el padre Rafael Castillo Torres, director del Secretariado Nacional de Pastoral Social-Cáritas colombiana.Tras esta visita, los participantes del encuentro continuarán este jueves en Ciudad de Panamá analizando el fenómeno de la migración y la atención que hasta hoy ha brindado la Iglesia. El turno será para los representantes de las pastorales sociales y de movilidad humana de los tres países. El padre Rafael Castillo presentará los datos de Colombia. Monseñor Mario de Jesús Álvarez también intervendrá abordando la realidad de Istmina-Tadó y el padre Leonidas Moreno, narrará lo que se vive en el Urabá chocoano y antioqueño.A continuación, vea informe audiovisual con más detalles:
Jue 21 Mar 2024
El papa Francisco designa obispo para la Diócesis de Girardota: el padre Juan Manuel Toro Vallejo
El papa Francisco nombró al padre Juan Manuel Toro Vallejo, miembro del clero de la Diócesis de Sonsón-Rionegro, como nuevo obispo de la Diócesis de Girardota. Así lo dio a conocer la Nunciatura Apostólica en Colombia a primera hora de este jueves 21 de marzo.Esta jurisdicción eclesiástica ubicada en el departamento de Antioquia venía siendo pastoreada desde el año 2010 por monseñor Guillermo Orozco Montoya, quien, al haber cumplido los 77 años de edad, pasará a ser emérito.El padre Juan Manuel nació en Medellín el 9 de mayo de 1959. Después de cursar estudios en la Escuela Superior de Mercadotecnia, ingresó al Seminario Cristo Sacerdote ubicado en el municipio de La Ceja, Antioquia. El 3 de noviembre de 1995 fue ordenado presbítero para la Diócesis de Sonsón-Rionegro.Entre los roles desempeñados durante su ministerio, con un especial énfasis en la formación de futuros ministros ordenados, se destacan:− 1996-1997 Formador del Seminario Intermisional “San Luis Beltrán”, Bogotá− 1998-1999 Formador del Seminario “Cristo Sacerdote”, Yarumal− 1999-2000 Rector del Colegio “Mons. Alfonso Uribe Jaramillo”, Rionegro− 2001-2003 Formador del Seminario “San Pedro Apóstol”, Cali− 2003-2004 Estudios de Espiritualidad con la Compañía de S. Sulpicio, Montreal, Canadá− 2005-2007 Formador del Seminario Diocesano “Nuestra Señora”, de Sonsón – Rionegro.− 2008-2009 Rector del Seminario Diocesano “Nuestra Señora”, de Sonsón – Rionegro− 2010-2017 Rector del Seminario Intermisional “San Luis Beltrán”, Bogotá− 2018-2020 Servicio en la “Pastoral Sacerdotal Diocesana”, La Ceja− 2020-a la Fecha Director de la Asociación Sacerdotal “Siervos del Espíritu Santo”
Mar 19 Mar 2024
Iglesias de Colombia, Costa Rica y Panamá: unidas en favor de los migrantes en el Darién
Este martes, 19 de marzo, en Ciudad de Panamá, inició el encuentro de obispos de las jurisdicciones eclesiásticas ubicadas en las fronteras entre Colombia, Costa Rica y Panamá. Hasta el próximo viernes, 22 de marzo, los pastores estarán reunidos para discernir sobre la situación migratoria en la región, especialmente, desde la realidad del Darién. También, definirán estrategias pastorales conjuntas que le permitan a la Iglesia seguir acompañando, de manera efectiva, a tantos hombres y mujeres que hoy experimentan diversos sufrimientos y condiciones de vulnerabilidad por esta causa.En el espacio participan también directores de pastoral social, miembros de la pastoral de movilidad humana, de la Red Clamor y del Observatorio Sociopastoral de Movilidad Humana de Mesoamérica y el Caribe, quienes aportarán a la reflexión de los prelados importantes mapeos de la situación actual, para que puedan ver, discernir y actuar, metodología propuesta para el encuentro.En representación de la Iglesia colombiana, están presentes monseñor Mario de Jesús Álvarez, obispo de Istmina-Tadó y administrador apostólico de Quibdó. Además, el padre Leonidas Moreno Gallego, administrador diocesano de Apartadó, el padre Rafael Castillo Torres, director del Secretariado Nacional de Pastoral Social – Cáritas colombiana y el padre Arturo Arrieta, director de la pastoral social de la Diócesis de Palmira y Director de la Red Clamor Colombia.“Pascua con nuestros hermanos migrantes”: es la frase que inspira esta actividad promovida por el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral del Vaticano, que se enmarca en el tiempo litúrgico que vive la Iglesia. Además, porque este miércoles, 20 de abril, los participantes estarán visitando el campo de acogida de Lajas Blancas, en el Darién. En este lugar, viven actualmente alrededor de 3.000 migrantes.Durante la jornada de instalación el Nuncio Apostólico en Panamá, monseñor Dagoberto Campos Salas, dio a conocer un mensaje enviado por el papa Francisco a los obispos y agentes pastorales presentes en el encuentro. En la carta, el Santo Padre pide trabajar incansablemente para erradicar la indiferencia:"De tal manera que cuando un hermano o una hermana migrante llegue, encuentre en la Iglesia un lugar donde no se sienta juzgado, sino acogido; donde pueda calmar el hambre y la sed, y revivir la esperanza. Por eso, la pastoral para la atención a la movilidad humana nos impulsa, como dice Isaías, a ensanchar el espacio de la tienda (cf. 54,2) y así, reconociéndonos también forasteros, con nuestras propias vulnerabilidades y carencias, podamos generar las condiciones necesarias para acoger al prójimo como un hermano o hermana, y hacerlo así, partícipe de nuestra cotidianidad".Además, los exhorta a sumar esfuerzos con las instancias de la comunidad internacional, para que todos tengan derecho a permanecer en su tierra de manera digna y pacífica.El padre Fabio Baggio, Subsecretario del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, afirmó que, aunque el fenómeno de la movilidad humana crece más rápido que la respuesta que se puede dar, se deben hacer todos los esfuerzos necesarios para seguir respondiendo desde los cuatro verbos que ha indicado el Santo Padre: acoger, proteger, promover e integrar."Aquí nadie es huésped, todos son miembros de nuestra Iglesia", enfatizó.Sobre la convocatoria del encuentro, el padre Baggio manifestó que hace parte de una serie de encuentros fronterizos que ya se han venido promoviendo desde el Dicasterio, de los que Colombia fue escenario en dos oportunidades en 2023, en Nariño y Cúcuta. Además, que el Papa ha pedido una especial atención a las Iglesias locales.Por su parte, monseñor José Domingo Ulloa Mendieta, arzobispo de Panamá, invitó a ver este encuentro como un signo de esperanza y valoró el sentido de sinodalidad que tiene. Recordó que de manera individual no se podría sacar adelante una misión tan importante.Durante su intervención, el padre Rafael Castillo extendió un mensaje enviado por el Cardenal Luis José Rueda Aparicio, arzobispo de Bogotá y presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia. También remarcó cuatro desafíos que ha identificado la Iglesia colombiana en esta dimensión: la formación de agentes de pastoral para la movilidad humana, la articulación del mapa de actores que trabajan en temas de movilidad y la incidencia. Además del apoyo humanitario que se brinda permanentemente, trabajar para que se haga justicia y reestablezcan los derechos de las personas, sin caer en la revictimización, el asistencialismo o la dependencia.Conozca más detalles a continuación en el informe audiovisual: