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¿Qué implica la Pastoral Digital para la Iglesia colombiana? 'Hechos 29' dejó varias claves
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Entre el 9 y el 14 de julio se vivió en Colombia ‘Hechos 29’; un espacio de fraternidad, escucha, espiritualidad y formación, que reunió en Bogotá a 130 evangelizadores digitales provenientes de 21 países de América Latina, Estados Unidos, España e Italia. Aunque se trató de la quinta versión, es la primera vez que una Conferencia Episcopal acoge su realización; aspecto que, sin duda, representa un importante paso en el camino hacia la consolidación de la Pastoral Digital en la Iglesia colombiana.
El evento se clausuró con un festival de música y adoración al que asistieron más de 1.700 personas. Además de los evangelizadores, miembros de ministerios musicales y fieles laicos de diferentes zonas del país, que aceptaron el llamado para unirse a ‘Hechos 29’ a través de este espacio.
La Iglesia colombiana abre caminos en la misión digital
Monseñor Lucio Ruiz, Secretario del Dicasterio para la Comunicación, quien compartió con los participantes el proceso del Sínodo Digital y algunas ideas asociadas al sentido esencial de su misión bajo una mirada teológica, también sumó importantes elementos a esta reflexión. Destacó el liderazgo de la Iglesia colombiana en este propósito:
“Colombia está, de alguna manera, muy avanzada, porque ha entendido el desafío de poder habitar este nuevo espacio y, desde ahí, el desafío de ser una Iglesia misionera en salida. El hecho de que hoy esté un obispo como monseñor Juan Carlos Cárdenas representando al episcopado, que les haya dirigido a todos a la palabra de una manera tan linda; es dando y recibiendo, pidiendo y dando, es un signo muy grande. Es un signo muy grande de un camino que se va caminando con madurez, con determinación. No nos habíamos dado cuenta de esta realidad de la misión en un espacio que es nuevo, pero la Iglesia nunca le tuvo miedo a descubrir espacios nuevos en Asia, en África, en Oceanía, en América Latina”.
Por su arte, la hermana Xiskya Valladares, misionera digital y madre sinodal, compartió que ‘Hechos 29’ también se configuró como un espacio para irle dando vida a lo que se propone en el Sínodo sobre la Sinodalidad en términos de misión digital:
“La sinodalidad es caminar juntos, es escucharnos mutuamente, es corresponsabilidad, es participación, y todos esos elementos se viven en ‘Hechos 29’. Entonces es un momento en el que podemos concretar, de algún modo, esa sinodalidad”.
En cuanto a la consolidación de la Pastoral Digital en Colombia, la religiosa destacó el liderazgo de la Iglesia colombiana a partir de hechos concretos, como la creación de un equipo que desde ya impulsa la misión digital y que ha hecho posible traer ‘Hechos 29’ al país:
“Me parece que el Espíritu está inspirando muy bien, o sea, está suscitando y haciendo descubrir la necesidad de esa misión digital para para que podamos llevar el mensaje del Evangelio más allá de los que vienen a la parroquia, de lo que están ya en las catequesis; a toda esa gente que no participa de manera presencial y que muchos de ellos, al final, se integrarán en la comunidad eclesial, en la comunidad presencial”.
De igual forma, el padre Carlos David Quiva García (@padrecarlosquiva), coordinador de la Pastoral Digital de Venezuela, compartió que, para él, lo más significativo de este encuentro de evangelizadores digitales en Colombia ha sido ver el interés de los obispos, como pastores de la Iglesia, por apoyar a los evangelizadores digitales.
Frente a los pasos para seguir consolidado la evangelización digital en la Iglesia, el sacerdote comentó: “El primer paso es la integración, poderse integrar como comunidad digital, como comunidad misionera y evangelizadora. Y luego, por supuesto, el apoyo y el respaldo de sus pastores, que va junto a esa obediencia a la Iglesia. Trabajar en conjunto con nuestra Madre Iglesia, cada quien, desde sus diócesis, desde la Conferencia Episcopal; poder ir en comunión con lo que nos van orientando”.
De creadores de contenido a misioneros digitales; de la búsqueda de seguidores, a la construcción de comunidades
Una de las prioridades del encuentro fue sensibilizar y empoderar a los creadores de contenido sobre la importancia de su rol como misioneros digitales; una misión que transciende aquellas herramientas y plataformas tecnológicas que les han permitido hasta hoy tener una importante acogida e impacto; que apela mucho más a lo humano, lo cultural y lo teológico; y donde sus audiencias o seguidores deben ser consideradas verdaderas comunidades de fe.
Para alcanzar dicho propósito en ‘Hechos 29’, fue fundamental acercar a los creadores de contenido a dimensiones asociadas a la doctrina, evangelización y sinodalidad. En este sentido, la participación de representantes de la Conferencia Episcopal de Colombia, de la Arquidiócesis de Bogotá y del Dicasterio para la Comunicación del Vaticano permitió enriquecer el abordaje de temas como la integración de la evangelización digital en la acción pastoral de la Iglesia, inteligencia artificial y casos de éxito de apostolados digitales. Además, la protección de menores y prevención abusos desde la realidad de estas plataformas y lenguajes.
“Las técnicas de evangelización son buenas, pero ni siquiera la más perfecta podría remplazar la acción del Espíritu Santo”, así lo indicó la consagrada y también misionera digital Verónica Brunkow, durante su charla sobre la espiritualidad del misionero digital. Recordó a los participantes que un corazón que no está fortalecido en la oración y construyendo una relación íntima con Dios, no podrá evangelizar adecuadamente. Se refirió a la importancia de entregar a Él los proyectos a los cuales sienten llamado, para que sea Dios quien los guíe.
La hermana Xiskya también mencionó que, para transcender esa creación de contenidos, es fundamental que, entre la multiplicidad de carismas y maneras de hacer las cosas, los evangelizadores digitales, busquen formas de unirse. De acuerdo con la religiosa nicaragüense, solo de esta manera podrán dar testimonio y evangelizar.
El padre Byron Cadmen Palma (@soy_un_sacerdote_millenial), compartió que para él, ser evangelizador digital consiste en “pedirle permiso a Cristo y a su Iglesia de participar de un deseo de Dios. Y segundo, darle permiso a Cristo y a su Iglesia de que ocupen mi humanidad. Como decía Santa Isabel de la Trinidad ser una naturaleza suplementaria, es decir, que Cristo venga y que encarne en mí su misión, porque es la misión de Él, su amor, su deseo de llegar a las almas y de salvarlas”.
Por su parte, el padre Oswaldo Agudelo (@manualparaneamorare) mencionó que la Iglesia Católica debe modernizarse para llegar especialmente a más jóvenes, pero que esto debe darse en sus medios, más no en sus mensajes. Mencionó que el mensaje es el mismo dado hace 2.000 años por Jesucristo.
Tocar la tierra y conmoverse ante el sufrimiento humano, para descubrir la verdadera misión al tocar las pantallas
La cuota de experiencia social y caritativa más importante para los misioneros estuvo a cargo de la Arquidiócesis de Bogotá. La jurisdicción les abrió las puertas de diferentes obras pastorales del ‘Distrito de la Misericordia’; una serie de espacios ubicados en el barrio Las Cruces de la capital colombiana, donde brindan atención y apoyo a personas de escasos recursos o en situaciones de vulnerabilidad, como habitantes de calle, enfermos, niños y niñas, presos, entre otras. El hecho significó para los creadores digitales una oportunidad única de sensibilización e inspiración, desde su faceta más humana y con una visión clara de su papel en la evangelización.
En este sentido, el sacerdote mexicano José Juan Montalvo, conocido en redes como ‘Padre Borre’ y fundador de esta iniciativa, les recordó a los misioneros que “no deben ser solo buenos con las manos para tocar las pantallas, sino que también deben ser buenos con las manos para tocar la tierra, y conmoverse con la necesidad y el sufrimiento del hermano”. También destacó que este es el primer ‘Hechos 29’ en el que se le dedica un espacio a las obras sociales, ya que es fundamental para su formación integral.
¿Qué pasos pueden empezar a dar las jurisdicciones en el camino de la misión digital?
La participación de monseñor Juan Carlos Cárdenas, obispo de Pasto, en ‘Hechos 29’ Colombia fue un signo concreto del interés y compromiso de la Iglesia colombiana, desde los mismos obispos, en la evangelización digital. Al hablar con el prelado, quien es, además, el presidente de la Comisión Episcopal de Comunicaciones, indicó cuatro pasos que se deben dar en ese camino de consolidación de la Pastoral Digital en Colombia:
1. Reconocimiento y valoración. Reconocer a los evangelizadores digitales que hay dentro de cada jurisdicción y darles el valor que se merecen, ya que están prestando un servicio y atendiendo a un llamado de Dios.
2. Generar espacios de encuentro y escucha. Son esenciales para construir confianza y establecer relaciones.
3. Acompañar para orientar. Superar los miedos de ambos lados y las estructuras para reconocer la hermandad y trabajar desde una misión común: aprovechar el continente digital para comunicar más y mejor la Buena Nueva.
4. Reflexión mutua y paciente para ir descubriendo en el discernimiento qué es lo que Dios espera de este movimiento para la Iglesia y cuál es el lugar para ella.
La hermana Xiskya compartió también tres pasos fundamentales que se deben seguir dando a nivel institucional para lograr hacer de la Iglesia colombiana, una Iglesia presente en el entorno digital:
“El trabajo tiene que ser acompañar doctrinalmente a esos misioneros dándoles formación, no solo técnica, porque la formación técnica creo que la tienen más que cubierta en general, sino una formación en evangelización (…) Y luego, formación espiritual, que tiene que ser muy orientada a la misión digital, con los riesgos espirituales que ella supone. Y, por último, creo que hay que crear encuentros, tanto litúrgicos como de convivencia. Quizás en la parte litúrgica, oraciones, el envío misionero y en la parte del de la convivencia, encuentros regionales, al estilo ‘Hechos 29’”.
Misioneros digitales: testimonios del amor de Jesucristo en la red
Varios de los evangelizadores que participaron de este encuentro, compartieron sus motivaciones a la hora de evangelizar por medio de las redes sociales. Entre ellos, la venezolana Ayram Edery (@manualparaenamorarse); mencionó que, igual que cuando una persona se enamora y quiere contar esa buena noticia a todas las personas, así mismo ella, una vez se enamoró de Dios, quiso llevar esa Buena Noticia a más personas para que también lo conocieran y se enamoraran de él:
“¿Qué me motiva? La pasión por el Señor, porque hace siete años, cuando tuve ese encuentro, no conocía nada. Yo sentí algo tan grande, un amor tan grande, que yo necesitaba contarlo”.
De igual forma, Anderson Monsalve (@soyandersonmonsalve), compartió que ‘Hechos 29’ fue un lugar de encuentro donde todos pudieron aprender de todos y así apreciar la variedad de dones, carismas y llamados que hay dentro de la Iglesia en este continente digital. Para él, cada evangelizador es un testimonio de vida que Dios pone en el mundo digital para tocar más corazones.
“La palabra que más se ha utilizado en las charlas es escucha. Yo pienso distinto a ti, tú lo haces de una manera diferente, entonces yo aprendo de ti y tú aprendes de mí, nos apoyamos. Eso es muy bonito porque es como una fraternidad, un lugar de hermandad, de escucha, de conversación, de tener un camino juntos. Es ser Iglesia y hacer Iglesia.”
Tras ‘Hechos 29’ Colombia, los misioneros digitales están aún más inspirados para llevar el mensaje de amor y misericordia de Cristo a cada rincón del continente digital. Este evento ha sentado las bases para que cada misionero comprenda su rol en la evangelización digital, enfrentando los desafíos y oportunidades que se presentarán de cara al ‘Jubileo de Misioneros Digitales e Influencers católicos’ que se llevará a cabo en julio del 2025, en Roma.



La Esperanza Cambia la Vida
Mié 19 Feb 2025

El Jubileo, un Año para Renacer
Mié 19 Feb 2025

Mar 11 Feb 2025
Con la celebración del Jubileo de la Vida Consagrada, la Iglesia colombiana inició sus Jubileos Diocesanos
Entre el 1 y el 2 de febrero, en el contexto de la Jornada Mundial de la Vida Consagrada, arquidiócesis, diócesis y vicariatos apostólicos de Colombia celebraron el Jubileo de la Vida Consagrada. Mediante encuentros llenos de fe, alegría y compromiso, las jurisdicciones eclesiásticas convocaron a religiosos, religiosas, miembros de institutos seculares y asociaciones de vida apostólica presentes en sus territorios, para reconocer, agradecer y animar su misión.En un país que sigue buscando superar la violencia, el conflicto armado y la desigualdad, quienes han consagrado su vida a Dios, se han convertido en un signo concreto de fe y esperanza para comunidades urbanas y rurales, a través de diferentes servicios pastorales, entre ellos: acompañamiento espiritual, educación, acogida en albergues, alimentación en comedores comunitarios, apoyo y liderazgo en pastorales sociales, parroquias, entre otros.“Allí donde el conflicto arrecia, allí está la presencia de la Iglesia a través de la vida consagrada de los sacerdotes, de los párrocos tejiendo unidad, tejiendo esperanza, construyendo la posibilidad de que Colombia encuentre caminos de reconciliación y de paz. Por eso la gran importancia de la vida consagrada es estar allí, junto al pueblo, no huir, estar allí con los sufrimientos, tocando con las manos al Salvador de la humanidad”, expresó el cardenal Luis José Rueda Aparicio, durante la celebración del Jubileo de la Vida Consagrada en la Arquidiócesis de Bogotá.Justamente en la capital colombiana, cerca de mil consagrados se reunieron para celebrar esta “fiesta de la esperanza” en una Eucaristía presidida por el cardenal Luis José Rueda Aparicio, arzobispo de la capital, y concelebrada por los obispos auxiliares, monseñor Alejandro Díaz y monseñor Edwin Vanegas.Durante la homilía, el Pupurado animó a los presentes a “cultivar la acción del Espíritu Santo en sus vidas” y a “tocar con sus manos la presencia de Cristo en los pequeños y grandes acontecimientos de la vida cotidiana”.En medio de la jornada, también se llevaron a cabo espacios testimoniales que reafirmaron, aún más, la importancia de esta misión en la ciudad-región:“La ciudad-región tiene la gracia de la abundancia de carismas y ministerios de hombres y mujeres en silencio, trabajando con un testimonio cercano al pueblo de Dios. Es reconocer la obra del Espíritu Santo en los barrios, en las veredas, en los municipios que conforman el Distrito Capital y que nos hace posible caminar en fraternidad, buscando la paz, llenándonos de esperanza y buscando la santidad en Cristo Jesús”, agregó el Cardenal.Por su parte, fray Rafael Diago Guarnizo, OP, secretario general de la Conferencia de Religiosos de Colombia (CRC) reconoció que, aunque este acompañamiento se da en medio de luces y sombras, muchas veces, es silencioso.“Es un trabajo silencioso. No aparecemos en el tiempo, no aparecemos en el espectador, ni mucho menos en nosotros. Diarios de circulación nacional. El trabajo de religiosas y religiosas es un trabajo a ejemplo de nuestro Señor Jesucristo, aquel que, caminando la Galilea de una forma muy tranquila, pero muy comprometido con los pobres, demuestra el seguir dando esperanza y seguir construyendo el Reino de los cielos”, así lo expresó el Secretario de la CRC.Entre tantos rostros e historias valientes que tiene la vida consagrada en Colombia, especialmente en periferias geográficas y existenciales, están los del departamento del Guainía, una porción de la Amazonía colombiana, donde poco ha llegado la institucionalidad y el desarrollo aún sigue siendo un ideal. Allí está ubicado el Vicariato Apostólico de Inírida; pastoreados por monseñor Joselito Carreño Quiñonez, religiosos y religiosas de diversas congregaciones, superan barreras humanitarias, culturales, económicas y geográficas para llevar el consuelo de Cristo a comunidades, principalmente indígenas, que han sido históricamente marginadas.“Ser partícipes de una misión siempre es para el corazón una experiencia enriquecedora. Nos permite vivir la misericordia de Dios, no solo leerla en el Evangelio, sino encarnarla en medio de las necesidades, el dolor y la alegría de las necesidades, el dolor y la alegría de las comunidades que acompañamos”, así lo describe la hermana Danitza Armenta, religiosa de la congregación Hijos de la Llama de Amor de los Sagrados Corazones de Jesús, José y María, una de las religiosas allí presentes.Durante este Año Santo, el papa Francisco ha pedido a los consagrados ser“Peregrinos de Esperanza, por el camino de la paz’”. En ese contexto, el presidente de la Comisión Episcopal de Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica de la Conferencia Episcopal de Colombia, afirmó que esta invitación es una luz en medio de la incertidumbre y la desesperanza que parecen ganar terreno en el país. Reafirmó los llamados hechos por el Dicasterio para la Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica.Según datos de la Conferencia de Religiosos, Colombia cuenta con 243 comunidades religiosas, de las cuales cerca de 160 han sido fundadas en el país. Aunque la vida consagrada enfrenta desafíos, como la reducción de vocaciones, la Iglesia confía en que este Jubileo y las actividades que se continuarán desarrollando durante este Año Santo 2025, inspiren a más jóvenes a optar por una vida dedicada a Cristo.“Ojalá que este Jubileo invite a muchos jóvenes a preguntarse por este estilo de vida. Con nuestro testimonio de entrega, servicio y alegría, queremos mostrar el rostro auténtico de la vida religiosa”, enfatiza la hermana Cecilia del Socorro Aristizábal, vicepresidenta de la Conferencia de Religiosos de Colombia.Sobre la misión que está llamada a continuar día tras día la vida consagrada en Colombia y en otros países del continente, donde también se afrontan realidades socio-políticas complejas, la hermana Gloria Liliana Franco Echeverri, presidente de la Confederación Latinoamericana de Religiosos y Religiosas (CLAR), expresó que se trata de hacer realidad signos de esperanza concretos: “Yo siempre pienso que la esperanza es algo germinal, muy parecido a la semilla, que por eso la esperanza se cultiva. Entonces la llamada es estar, incluso en las pequeñas comunidades, en los lugares de base, en las fronteras, en las cruces. Construir un puente, hacer una escuela, dar una clase, curar un enfermo, visitar una persona. Y hay lugares en donde tenemos que recrearnos la esperanza y ayudarnos unos a otros a con la gente, con la esperanza, que no es ni ingenuidad ni negación de la religión. La esperanza está en la pascua, es certeza de que nuestro Dios triunfó sobre la fe y que por eso tenemos muchísimos motivos para creer también nosotros en la vida siempre, la vida siempre es más fuerte que la muerte”.El gran Jubileo de la Vida Consagrada en Roma se celebrará del 8 al 9 de octubre de 2025, en el marco del Año Santo de la Esperanza.A continuación, vea el resumen audiovisual de este importante acontecimiento:

Mar 11 Feb 2025
Obispos colombianos lamentan el fallecimiento de monseñor Fabio de Jesús Morales Grisales, Obispo Emérito de Mocoa-Sinbundoy
Este lunes, 10 de febrero, a los 90 años de edad, falleció monseñor Fabio de Jesús Morales Grisales, CSsR, obispo emérito de la Diócesis de Mocoa-Sibundoy.La Conferencia Episcopal de Colombia se une en oración por el eterno descanso de nuestro Pastor, quien fue el primer obispo de esa jurisdicción eclesiástica ubicada en el departamento del Putumayo, tras ser elevada a diócesis en 1999 por el Santo Padre Juan Pablo II. A María Santísima encomendamos a monseñor Fabio de Jesús, para que lo presente a Dios nuestro Señor y le sea concedido el descanso eterno.Biografía:Monseñor Fabio de Jesús Morales Grisales, nació el 27 de julio de 1934 en el municipio de Neira, ubicado en el departamento de Caldas. Realizó los estudios de secundaria en el Seminario Redentorista de Sevilla (Valle). Los estudios de Filosofía y Teología los adelantó en el Seminario Mayor de Cuenca (Ecuador).Emitió su profesión solemne en la Congregación del Santísimo Redentor el 15 de agosto de 1954 y el 4 de octubre de 1959 fue ordenado sacerdote en Cuenca.En el ejercicio del ministerio sacerdotal desempeñó los siguientes cargos:- Profesor de Teología en el Seminario de los Redentoristas en Bogotá.- Director del Seminario Redentorista en Servitá y en Piedecuesta (Santander).- Profesor de la Historia Eclesiástica en la Pontificia Universidad Javeriana, en la Universidad Católica San Buenaventura y en el Seminario Arquidiocesano de Bogotá.- Superior de la comunidad de Redentoristas en Manizales.- Profesor en el Seminario Arquidiocesano de Manizales.- Superior y rector del Santuario “Basílica Nuestro Señor de los Milagros” en Buga.- En 1981 fue elegido Superior Provincial de los Padres Redentoristas en Colombia. En este cargo fue reelegido dos veces completando nueve años.- En 1991 es Superior de la comunidad y Rector del Santuario “Basílica Nuestro Señor de los Milagros”.El 29 de abril de 1991 fue nombrado por Su Santidad Juan Pablo II, Vicario Apostólico de Sibundoy, como obispo titular de Budua. El 15 de junio del mismo año recibió su consagración episcopal.El 24 de noviembre de 1999, cuando fue creada la Nueva Diócesis de Mocoa-Sibundoy, el Santo Padre Juan Pablo II lo nombró como su primer Obispo hasta 2003.El 18 de octubre de 2003 Su Santidad el Papa Juan Pablo II aceptó su renuncia al cargo episcopal encomendado.Falleció el 10 de febrero de 2025.

Vie 7 Feb 2025
Siete llamados urgentes de los obispos colombianos, al cierre de su CXVIII Asamblea: “No podemos seguir aplazando la búsqueda de la unidad”
Al concluir su CXVIII Asamblea Plenaria, celebrada del 3 al 7 de febrero en Bogotá bajo el lema "En esperanza, por una Iglesia sinodal, misionera y misericordiosa", los obispos colombianos convocan a todos los actores de la sociedad a trabajar juntos en una misión que -afirman- no se puede aplazar más: la construcción de un país cimentado en los valores, la verdad y el bien común, “por encima de intereses egoístas o partidistas”. Unidad y reconciliación: imperativos para ColombiaEn su mensaje, los obispos subrayan que es imperativo apostar por la reconciliación y promover un proyecto de país que priorice la paz con justicia social, la participación y el compromiso de todos."Cada acción de bien se debe convertir en una pedagogía cotidiana de paz que detenga la fuerza del mal y sume al propósito de la unidad y la paz", afirman, recordando que esta es la lógica del amor, basada en hechos y no en palabras.El coraje de la sociedad civil y el llamado a no dejar a nadie atrásEl mensaje también resalta el papel fundamental de la sociedad civil en la transformación del país. "Colombia tiene el deber de avanzar, y será fundamental el coraje y la determinación de la sociedad civil", señalan los obispos. Hacen un llamado a superar el individualismo y a priorizar el bien común, recordando que "Dios sigue manifestándose a través de los pobres y de los acontecimientos de la historia humana". Los prelados no pasan por alto las graves crisis humanitarias que afectan al país, como la situación en el Catatumbo, el drama de los migrantes, los desplazados y las víctimas de la violencia."Los marginados y las víctimas muestran permanentemente las heridas de nuestras relaciones fallidas", recordaron que "la mejor política es la que garantiza la dignidad de todos, la paz y el bien común".Una Iglesia en conversión: caminar juntos hacia un horizonte comúnInspirados por la sinodalidad, tema que transversalizó su CXVIII Asamblea Plenaria, los obispos reconocen que la Iglesia también está llamada a convertirse y a alimentar las relaciones en todos los ámbitos. Citando el Documento Final del Sínodo, afirman que todos sus miembros deben "alimentar las relaciones: con el Señor, entre los hombres y las mujeres, en las familias, en las comunidades, entre los cristianos, entre los grupos sociales, entre las religiones y con la creación".Este camino de conversión -afirman- implica revisar qué se está haciendo mal como Iglesia, como país y de manera personal. En este sentido, invitaron a "caminar juntos", sin discriminaciones, recordando que "todos estamos en la misma barca en dirección hacia un horizonte común", como lo ha señalado el Papa Francisco.La esperanza activa como motor de cambioEn el contexto del Año Jubilar 2025 que celebra la Iglesia y que tiene como horizonte la esperanza, los obispos colombianos resaltaron que la esperanza no es una actitud pasiva, sino la suma de acciones positivas en el presente, especialmente frente a una crisis nacional agravada por el narcotráfico, la minería ilegal y la corrupción."Actuamos como sembradores de esperanza si estamos movidos por la búsqueda de la justicia y hacemos solo y siempre el bien", afirmaron.Llamado a la responsabilidad ciudadana y a una nueva generación de líderesLos obispos hicieron un llamado a la "valentía de la responsabilidad ciudadana", instando a los colombianos a poner el bien del país por encima de intereses egoístas o partidistas, y para encontrar nuevas maneras en este propósito, resaltaron el protagonismo de los jóvenes."Necesitamos formar una nueva generación de líderes que, con capacidad de escucha, se pongan al servicio del proyecto común de país", señalaron, citando la encíclica Fratelli Tutti del Papa Francisco.El papel esencial de las mujeres en la construcción de la pazEl mensaje también destaca el papel crucial de las mujeres en la contención de la guerra y las violencias. "Ellas constituyen la mayor fuerza en la contención de la guerra y de las violencias; su sensibilidad por la vida y lo humano crea un marco de posibilidad para Colombia", afirmaron los obispos. En este sentido, las alentaron de manera especial, a liderar la defensa y promoción de la vida, así como iniciativas que conduzcan al perdón, la reconciliación y la paz.Unidos en oración por la renovación de ColombiaFinalmente, los obispos invitan a todos los creyentes a unirse en oración por la renovación del país. "Queremos juntos 'dar razón de la esperanza'", concluyen, recordando que la Santísima Virgen María, como escuela de esperanza, debe inspirar la renovación de la Iglesia y el propósito de una nación reconciliada y en paz.Con este mensaje, los obispos colombianos reafirman su compromiso con la construcción de un país más justo, solidario y en paz, e instan a todos los colombianos a sumarse a este propósito desde la esperanza y la acción concreta. Vea el mensaje leído por el Secretario General de la Conferencia Episcopal de Colombia, monseñor Germán Medina Acosta:

Jue 6 Feb 2025
Para vivir la sinodalidad, obispos colombianos se comprometen con el fortalecimiento de la comunión eclesial y la formación misionera
Al llegar a la cuarta jornada de trabajo en su Asamblea Plenaria 118, los obispos y administradores diocesanos colombianos dedicaron su reflexión y trabajo a dos temas esenciales para la vivencia efectiva de la sinodalidad en la Iglesia (propósito que ha inspirado este encuentro): la conversión de los vínculos y la formación de discípulos misioneros. Orientados por el Documento Final de la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos y partiendo de la realidad de sus jurisdicciones eclesiásticas, los prelados definieron nuevos caminos y compromisos en estas dimensiones.La jornada inició con una Eucaristía presidida por monseñor Héctor Cubillos Peña, obispo de Zipaquirá, concelebrada por los Vicarios Apostólicos de Trinidad y de Puerto Leguízamo-Solano: monseñor Héctor Javier Pizarro y monseñor Joaquín Humberto Pinzón. Durante su homilía, monseñor Cubillos recordó a sus hermanos en el episcopado que su principal misión es “ser testigos y mensajeros del Señor”. Recordó el llamado que les ha hecho el Papa Francisco para este Año Jubilar: “permanecer anclados en la Jerusalén del cielo. Y de esta manera, anhelarla, buscarla y querer alcanzarla a través del camino sinodal, que es el camino de Jesús”.Posteriormente, el cardenal Luis José Rueda Aparicio, arzobispo de Bogotá y monseñor Ricardo Tobón Restrepo, arzobispo de Medellín, ambos padres sinodales, fueron los encargados de exponer las ideas centrales de los temas a trabajar en el ámbito de la sinodalidad. Posteriormente, por regiones, los pastores desarrollaron talleres grupales de profundización. De allí, surgieron varios compromisos concretos, algunos de ellos pueden ser conocidos a través del informativo 'Así va la Asamblea'.Frente a la conversión de los vínculos, monseñor Tobón explicó que, aunque la expresión puede resultar algo extraña, se refiere a cómo logra la Iglesia vivir mejor la comunión eclesial, la fraternidad y la profunda unidad que debe existir entre todos sus miembros. Propició la reflexión desde tres niveles de vinculación: como Iglesia colombiana, con las demás Iglesias locales y con la Iglesia universal. El Arzobispo de Medellín comentó que ese relacionamiento y trabajo sinodal entre diferentes niveles de la Iglesia debe ser visto como intercambio de dones, "aquí nunca es uno que da y otro que recibe, sino siempre son dos que reciben de la gracia del Señor y de la unidad, de la comunión de la Iglesia", enfatizó.En cuanto a realidades de la Iglesia colombiana que se pueden aprovechar en esa conversión de los vínculos señaló las potencialidades que tiene la Conferencia Episcopal de Colombia como órgano colegiado e institución, el trabajo articulado que adelantan las provincias eclesiásticas y las pequeñas comunidades, que van surgiendo cada vez más."La Conferencia Episcopal de Colombia es una de las primeras conferencias que se establecen en el mundo, una conferencia que ha venido trabajando constantemente, que se ha venido consolidando en sus servicios. También muy importante el trabajo en las provincias eclesiásticas, cómo cada grupo de obispos por departamento o por región, intercambian sus experiencias y buscan juntos lo que se debe hacer; se ayudan con personal y con recursos para hacer las cosas. Pero lo que más ayuda es el buen espíritu, la disponibilidad, la fraternidad, la amistad. No solamente entre los obispos, también entre los sacerdotes, en las parroquias, entre los laicos. Hoy tenemos ya en casi todas las parroquias, por ejemplo, consejos parroquiales. ¿Y eso qué significa? Un grupo de laicos pensando en su parroquia, ayudándole al párroco a hacer una parroquia más viva. Tenemos las pequeñas comunidades, ese es un milagro del Espíritu; un grupo de bautizados escuchan la palabra y se forman en la fe, crecen en la fraternidad y se proyectan apostólicamente. La Iglesia realmente no podría existir sin todos estos recursos de comunión y de fraternidad".Por su parte, el cardenal Rueda expresó que en la formación de discípulos misioneros es "donde se juega la sinodalidad". Explicó que tiene que ver con la espiritualidad, con la organización para el discipulado y con la proyección misionera y misericordiosa de todos los bautizados; que implica que no sean solo destinatarios sino protagonistas y mensajeros de la Buena Nueva en diferentes niveles, por su condición bautismal. Frente a su implementación en la realidad de la Iglesia colombiana, el purpurado precisó:"Esto significa que debemos apostarle en todas las parroquias, en todas las iglesias particulares, a la formación. Y eso requiere inversión de recursos, de tiempo y de personas, de personas cualificadas, de personas formadas. Eso nos exige a nosotros los obispos, formarnos para poder pasar de una Iglesia de conservación a una Iglesia sinodal, misionera y misericordiosa, pero, además, quiero decirles que esto desafía también la formación de los ministros ordenados, porque si tenemos seminaristas, diáconos, presbíteros y obispos bien formados, que tienen en su corazón lo que es el corazón de la sinodalidad, que es la espiritualidad de comunión y la condición de pueblo de Dios en camino, entonces seremos los primeros promotores de la formación de todos los bautizados en el pueblo de Dios".Vea otros detalles y compromisos en el Informativo del Episcopado Colombiano: