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SOUC 2023: Caminando juntos en Colombia bajo la unidad de Cristo
Tags: Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos diálogo ecuménico ecumenismo unidad de los cristianos iglesia colombiana iglesia católica colombiana
Diferentes actividades se llevaron a cabo entre el 28 de mayo y el 3 de junio para celebrar la versión 55 de la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos (SOUC) en Colombia, lideradas por la Comisión Episcopal para la Promoción de la Unidad y del Diálogo (PUD). El tema de este año “Haz el bien, busca la justicia” (Is. 1, 17) iluminó las reflexiones y encuentros que se vivieron durante los ocho días. En el domingo de Pentecostés, en las diversas comunidades eclesiales, se inició el Octavario de Oración apoyados por el subsidio ofrecido por el Dicasterio para la Unidad de los Cristianos y el Consejo Mundial de Iglesias: “danos fuerza y valentía para salir al encuentro de aquellos que están necesitados de justicia”.
En la mañana del lunes 29 de mayo, en la capilla central de la sede de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC) ubicada en Bogotá, con presencia de la Iglesia Ortodoxa Griega, miembros del Secretariado Permanente del Episcopado Colombiano (SPEC) y del Movimiento de los Focolares, que trabajan por la Unidad en la Iglesia, se llevó a cabo la Eucaristía por la Unidad de los Cristianos, presidida por monseñor Luis Manuel Alí Herrera, obispo auxiliar de Bogotá y secretario general de la CEC.
Al día siguiente, martes 30, a las 10:00 a.m., la Iglesia Episcopal de Comunión Anglicana, en la catedral San Pablo del barrio Chapinero, con la presidencia del obispo anglicano Pastor Elías García, realizó un Círculo Bíblico con el tema “Haz justicia, ama la misericordia, camina humildemente” en el que participaron varios interesados en el apostolado de la unidad. Después de la oración, la Iglesia ofreció un compartir fraterno en el que se siguieron consolidando los lazos de amistad y caridad fraterna.
El miércoles 31 de mayo, a las 2:30 p.m., se llevó a cabo un panel virtual titulado “Haz el bien, busca la justicia”, en el que se abordaron aportes teológicos para una pastoral de la reconciliación y la paz”. El espacio fue organizado por la Cátedra de Ecumenismo “Yves Congar” de la Facultad de Teología de la Universidad Santo Tomás de Bogotá y el Departamento de Promoción de la Unidad y del Diálogo del SPEC. En él, participaron diversos docentes especialistas en estos temas: “El clamor de Isaías y la respuesta de las Iglesias: comentario exegético a Is 1, 17” por la doctora Maricel Mena López; “La búsqueda de la unidad en la diversidad: teología y reconciliación” a cargo del doctor Camilo Alfonso López; “Los cristianos en Colombia: el ecumenismo en el post-conflicto” presentado por el magister Andrés Mauricio Quevedo y “Pastoral para la reconciliación y la paz: desafíos en clave ecuménica” por el maestro Carlos Andrés Pinto.
El jueves 1 de junio la visita se dirigió al barrio Bosque Calderón Tejada, localizado en una zona periférica de la ciudad, donde la Iglesia Metodista de Colombia lleva a cabo una misión de acompañamiento a niños y jóvenes vulnerables; esta Iglesia tiene un sistema evangelizador denominado “Iglesia en casa” que busca llevar la Palabra de Dios de Dios a los hogares. El encuentro ecuménico de oración que se llevó a cabo en horas de la tarde en el salón de la Junta de Acción Comunal fue presidido por la pastora Nathaly Ospina, encargada del proyecto.
Finalmente, el sábado 3 de junio, a las 5:00 p.m. en la Congregación San Mateo de la Iglesia Luterana de lengua alemana, se realizó la Celebración Ecuménica de clausura con presencia de miembros de la Iglesia anfitriona, presididos por su pastora, Christhild Grafe; la Iglesia Ortodoxa Griega con representación del padre Alejandro Montes; la Iglesia Episcopal de comunión Anglicana representada por la reverenda Loida Sardiñas y el reverendo Bladimir Pedraza; la Iglesia Colombiana Metodista representada por su obispo Luis Andrés Caicedo y la pastora Nathaly Ospina; y la Iglesia Católica, Apostólica, Romana con participación del presbítero Raúl Ortiz Toro, y fieles del movimiento de los Focolares de Chiara Lubich y algunos miembros de la parroquia católica alemana de San Miguel Arcángel de la Arquidiócesis de Bogotá. Después de la liturgia, la comunidad luterana de San Mateo ofreció a todos los asistentes un ágape fraterno con delicias de la gastronomía germana.
En algunas jurisdicciones eclesiásticas de Colombia, como en la Diócesis de Valledupar, también se llevó a cabo con mucho dinamismo esta Semana de Oración. En su reporte, la “Comisión Diocesana de Ecumenismo y Diálogo Interreligioso” confiada a los Misioneros de la Unidad y los Seglares por la Unidad, con el apoyo de monseñor Oscar José Vélez Isaza, obispo diocesano, informa que “participaron con espíritu de acogida, novedad, fraternidad, alegría y compromiso: la Iglesia Ortodoxa Griega del Patriarcado Ecuménico de Constantinopla, la Iglesia Catedral del Reino, la Iglesia Presbiteriana y miembros de diferentes movimientos y realidades de la Iglesia Católica. Cada día se convirtió en una experiencia significativa y diciente para testimoniar un mensaje común, por medio de la oración y el encuentro fraterno, del poder comenzar en estas tierras cesarences y guajiras un caminar juntos y un trabajar juntos, haciendo un ecumenismo del camino y sumar gestos e iniciativas que sumen a la ardua tarea de trabajar por la unidad de quienes creen en Jesucristo”.
El diálogo de la oración, de la caridad y de la vida permite reconocer la unidad que da el Espíritu Santo en medio de la diferencia, especialmente en este contexto actual de diversidad religiosa. Este diálogo ecuménico sigue siendo un gran desafío en la pastoral de la Iglesia ya que, como ha dicho el papa Francisco, se requiere una “conversión ecuménica” para reconocer que los bautizados que siguen a Cristo Jesús deben caminar juntos sin prevenciones, ni mutuos señalamientos. El pontífice ha dado tanta relevancia a este aspecto que la Asamblea General del Sínodo, que tendrá lugar en Roma, en el próximo mes de octubre, y que recogerá y analizará las consultas sinodales llevadas a cabo en todas las parroquias católicas del mundo, iniciará con una celebración ecuménica el 30 de septiembre llamada “Together. Encuentro del Pueblo de Dios”.
Transmisión de la Celebración Ecuménica realizada el 3 de junio en la Iglesia Luterana Alemana:
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Obispos de Colombia, Costa Rica y Panamá definen estrategias pastorales conjuntas y piden compromiso total con las personas migrantes
Este viernes, 22 de marzo, en Ciudad de Panamá, finalizó el encuentro de obispos y agentes pastorales de Colombia, Costa Rica y Panamá. Diferentes propuestas de trabajo pastoral con enfoque regional surgieron en este espacio animado por el Vaticano a través del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral. Entre ellos: formación de agentes pastorales en temas de movilidad humana, transversalización de la realidad de la movilidad humana en los planes de pastoral diocesanos, concientización con miembros de la Iglesia sobre el deber cristiano de acoger, proteger, promover e integra a estos hermanos; estrategias de información a personas que consideren migrar por rutas irregulares sobre los riesgos a los que se exponen, e incidencia social y política en favor de la protección de sus derechos humanos y garantías para su desarrollo. Todo, a la luz del Evangelio y guiados por la Doctrina Social de la Iglesia.Conscientes que esta realidad supera a la Iglesia, ratificaron también la necesidad de articularse con otros actores e instituciones que trabajen por el bienestar de las personas migrantes y refugiadas. Esto, permitirá potenciar la misión y evitar la duplicación de esfuerzos o recursos.Aunque la asistencia humanitaria que brinda la Iglesia en diferentes centros de acogida, parroquias, carpas humanitarias, comunidades y programas es fundamental, como medida de urgencia o transitoria, los pastores están convencidos que su misión debe trascender a procesos que construyan a largo plazo y que propendan por una búsqueda de justicia para estas personas que, en la mayoría de los casos, se ven obligadas a dejar su hogar y a exponerse a todo tipo de vulneración, abusos e incluso, a circunstancias mortales. Esto, durante las tres etapas del flujo migratorio: origen, tránsito y destino.Los cerca de 30 asistentes también reafirmaron que deben fortalecer su lucha contra la indiferencia y la cultura del descarte, incluso, dentro de la misma Iglesia, tal y como ha pedido el papa Francisco, quien se hizo presente en este encuentro a través de dos mensajes: uno que envió a los participantes animándolos en el trabajo y otro, a las personas migrantes de tránsito en el campamento de Lajas Blancas en el Darién, lugar que visitaron este miércoles para corroborar la difícil situación y llevarles la esperanza de Cristo a través de la oración.Otras estrategias de implementación interdiocesano e intereclesial, con enfoque espiritual, investigativo, formativo y psicosocial, también surgieron en el espacio. Están convencidos que esta situación requiere un abordaje sinodal. Por ello, también propusieron la creación de una comisión que de alcance y seguimiento al trabajo proyectado en el encuentro.“Un «tapón» de inhumanidad”Al cierre, los obispos hicieron una contundente declaración, firmada también por el cardenal Luis José Rueda Aparicio, arzobispo de Bogotá y presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia, en la remarcan la tragedia que viven miles de personas diariamente en su paso por la selva del Darién, calificándola como “un«tapón» de inhumanidad por las condiciones de vulnerabilidad y muerte a la que se enfrentan hombres, mujeres, jóvenes, niñas y niños”. Recuerdan que constantemente mueren personas por diversas causas naturales o de abuso humano, cuyos cuerpos no son rescatados.Los pastores afirman en su mensaje que esta es una realidad dolorosa que interpela y compromete a todos. Recordando que todos somos migrantes y peregrinos, durante la rueda de prensa de socialización del mensaje final, monseñor Mario de Jesús Álvarez Gómez, obispo de la Diócesis de Istmina-Tadó, aprovechó para hacer un llamado a sacerdotes, religiosas y religiosos para que sean conscientes de su tarea ante esta situación y ayuden generar esa misma conciencia entre las comunidades, aunque no se encuentren en lugares con alto flujo migratorio.En la declaración, los obispos piden construir un continente latinoamericano y caribeño cada vez más humano, equitativo, cordial y hospitalario.“En línea con las reuniones de Obispos de Pasto, San Salvador y Cúcuta, nos unimos al grito de la Iglesia continental que ha reconocido que hoy, diez millones de latinoamericanos y caribeños viven en un país que no es donde nacieron. La migración forzada afecta a millones de personas, pero, de modo particular, a las más vulnerables: cada vez más tiene cara de mujer y de niño. Estamos ante un proceso de degradación de la vida. Los migrantes en su recorrido son víctimas de estructuras y grupos criminales, hasta de carácter transnacional, que hacen de la desesperación de nuestros hermanos su negocio y profanan la dignidad de hombres y mujeres a través de la trata de personas y muchas otras prácticas que ofenden, indignan y avergüenzan. Esta realidad es un desafío para las comunidades eclesiales en los lugares de partida, de paso y de acogida” .A continuación, vea el informe audiovisual con los hechos más destacados:Descargue aquí la declaración final
Jue 21 Mar 2024
Obispos visitaron a migrantes en el Darién y les llevaron un mensaje del papa Francisco
En el marco del encuentro multilateral que adelantan por estos días las Iglesias de Colombia, Costa Rica y Panamá, los obispos y agentes pastorales participantes, junto a representantes del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral del Vaticano, se desplazaron este miércoles, 20 de marzo, hacia el Vicariato Apostólico del Darién. El punto de llegada principal fue el campamento de Lajas Blancas, ubicado a cerca de cinco horas de Ciudad de Panamá, vía terrestre.Lajas Blancas es la segunda parada que realizan las personas migrantes tras haber sobrevivido a su paso por el temido Tapón del Darién. Estando allí, quedan a la espera de poder conseguir 60 dólares para pagar por un cupo en un bus que los traslade a la frontera con Costa Rica y así, continuar su camino hacia el Norte, generalmente con Estados Unidos como destino final.En este campamento, los representantes de la Iglesia dialogaron, oraron y dieron la bendición a algunos de los migrantes. Además, les llevaron un mensaje especial del papa Francisco. En él, el Santo Padre les expresa su cercanía y les pide que “no se olviden de su dignidad humana, que no tengan miedo de mirar a los ojos porque no son un descarte, sino que también forman parte de la familia humana y de la familia de los hijos de Dios”. Estando en la zona también visitaron el campamento de San Vicente. Allí entregaron kits de aseo y algunos detalles para los niños. El padre Leonidas Moreno, administrador diocesano de Apartadó, jurisdicción a la que toca directamente esta realidad en Colombia, encontró también aquí el rostro del dolor que, en repetidas ocasiones ha tenido que ver en Necoclí, Turbo y poblaciones vecinas, pero también, la crudeza de saber que hay quienes se aprovechan de la situación de los migrantes para hacer negocios de todo tipo. El sacerdote califica esta realidad como una tragedia y a los migrantes, seres humanos que hay que atender y acoger.Aunque el acompañamiento de agentes pastorales en la zona es frecuente, en esta visita, la mayoría de los obispos, por primera vez, vieron de frente la difícil realidad que padecen diariamente cientos de migrantes en su paso por el corredor que conecta a los tres países y que, desde 2015, es escenario de una crisis humanitaria de grandes proporciones.Haití, Ecuador, Chile, Cuba, Nepal, Bangladesh, Pakistán, China y, por supuesto, Venezuela, son solo algunos de los lugares de los que provienen hombres, mujeres y niños en busca de mejores condiciones de vida, un sueño que, a veces, resulta opacado por el dolor, e incluso, la muerte. Uno de los aspectos que más preocupa es el aumento considerable en el número de menores que transitan por esta zona, muchas veces, solos.Según datos de las autoridades de migración de Panamá, a finales de 2023, la totalidad de migrantes que se desplazaron a través del Tapón del Darién alcanzó 520.085, de los cuales, cerca de 120.000 fueron menores de edad, lo que ha representado un incremento de 109% con respecto al 2022. En lo que va corrido del 2024, este flujo ha seguido aumentando, situación que agravaría aún más la crisis. Una realidad que confronta y que duele, pero que también impulsa a la Iglesia a seguir trabajando de manera conjunta y activa bajo esta misión. Así lo indicó el padre Rafael Castillo Torres, director del Secretariado Nacional de Pastoral Social-Cáritas colombiana.Tras esta visita, los participantes del encuentro continuarán este jueves en Ciudad de Panamá analizando el fenómeno de la migración y la atención que hasta hoy ha brindado la Iglesia. El turno será para los representantes de las pastorales sociales y de movilidad humana de los tres países. El padre Rafael Castillo presentará los datos de Colombia. Monseñor Mario de Jesús Álvarez también intervendrá abordando la realidad de Istmina-Tadó y el padre Leonidas Moreno, narrará lo que se vive en el Urabá chocoano y antioqueño.A continuación, vea informe audiovisual con más detalles:
Jue 21 Mar 2024
El papa Francisco designa obispo para la Diócesis de Girardota: el padre Juan Manuel Toro Vallejo
El papa Francisco nombró al padre Juan Manuel Toro Vallejo, miembro del clero de la Diócesis de Sonsón-Rionegro, como nuevo obispo de la Diócesis de Girardota. Así lo dio a conocer la Nunciatura Apostólica en Colombia a primera hora de este jueves 21 de marzo.Esta jurisdicción eclesiástica ubicada en el departamento de Antioquia venía siendo pastoreada desde el año 2010 por monseñor Guillermo Orozco Montoya, quien, al haber cumplido los 77 años de edad, pasará a ser emérito.El padre Juan Manuel nació en Medellín el 9 de mayo de 1959. Después de cursar estudios en la Escuela Superior de Mercadotecnia, ingresó al Seminario Cristo Sacerdote ubicado en el municipio de La Ceja, Antioquia. El 3 de noviembre de 1995 fue ordenado presbítero para la Diócesis de Sonsón-Rionegro.Entre los roles desempeñados durante su ministerio, con un especial énfasis en la formación de futuros ministros ordenados, se destacan:− 1996-1997 Formador del Seminario Intermisional “San Luis Beltrán”, Bogotá− 1998-1999 Formador del Seminario “Cristo Sacerdote”, Yarumal− 1999-2000 Rector del Colegio “Mons. Alfonso Uribe Jaramillo”, Rionegro− 2001-2003 Formador del Seminario “San Pedro Apóstol”, Cali− 2003-2004 Estudios de Espiritualidad con la Compañía de S. Sulpicio, Montreal, Canadá− 2005-2007 Formador del Seminario Diocesano “Nuestra Señora”, de Sonsón – Rionegro.− 2008-2009 Rector del Seminario Diocesano “Nuestra Señora”, de Sonsón – Rionegro− 2010-2017 Rector del Seminario Intermisional “San Luis Beltrán”, Bogotá− 2018-2020 Servicio en la “Pastoral Sacerdotal Diocesana”, La Ceja− 2020-a la Fecha Director de la Asociación Sacerdotal “Siervos del Espíritu Santo”
Mar 19 Mar 2024
Iglesias de Colombia, Costa Rica y Panamá: unidas en favor de los migrantes en el Darién
Este martes, 19 de marzo, en Ciudad de Panamá, inició el encuentro de obispos de las jurisdicciones eclesiásticas ubicadas en las fronteras entre Colombia, Costa Rica y Panamá. Hasta el próximo viernes, 22 de marzo, los pastores estarán reunidos para discernir sobre la situación migratoria en la región, especialmente, desde la realidad del Darién. También, definirán estrategias pastorales conjuntas que le permitan a la Iglesia seguir acompañando, de manera efectiva, a tantos hombres y mujeres que hoy experimentan diversos sufrimientos y condiciones de vulnerabilidad por esta causa.En el espacio participan también directores de pastoral social, miembros de la pastoral de movilidad humana, de la Red Clamor y del Observatorio Sociopastoral de Movilidad Humana de Mesoamérica y el Caribe, quienes aportarán a la reflexión de los prelados importantes mapeos de la situación actual, para que puedan ver, discernir y actuar, metodología propuesta para el encuentro.En representación de la Iglesia colombiana, están presentes monseñor Mario de Jesús Álvarez, obispo de Istmina-Tadó y administrador apostólico de Quibdó. Además, el padre Leonidas Moreno Gallego, administrador diocesano de Apartadó, el padre Rafael Castillo Torres, director del Secretariado Nacional de Pastoral Social – Cáritas colombiana y el padre Arturo Arrieta, director de la pastoral social de la Diócesis de Palmira y Director de la Red Clamor Colombia.“Pascua con nuestros hermanos migrantes”: es la frase que inspira esta actividad promovida por el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral del Vaticano, que se enmarca en el tiempo litúrgico que vive la Iglesia. Además, porque este miércoles, 20 de abril, los participantes estarán visitando el campo de acogida de Lajas Blancas, en el Darién. En este lugar, viven actualmente alrededor de 3.000 migrantes.Durante la jornada de instalación el Nuncio Apostólico en Panamá, monseñor Dagoberto Campos Salas, dio a conocer un mensaje enviado por el papa Francisco a los obispos y agentes pastorales presentes en el encuentro. En la carta, el Santo Padre pide trabajar incansablemente para erradicar la indiferencia:"De tal manera que cuando un hermano o una hermana migrante llegue, encuentre en la Iglesia un lugar donde no se sienta juzgado, sino acogido; donde pueda calmar el hambre y la sed, y revivir la esperanza. Por eso, la pastoral para la atención a la movilidad humana nos impulsa, como dice Isaías, a ensanchar el espacio de la tienda (cf. 54,2) y así, reconociéndonos también forasteros, con nuestras propias vulnerabilidades y carencias, podamos generar las condiciones necesarias para acoger al prójimo como un hermano o hermana, y hacerlo así, partícipe de nuestra cotidianidad".Además, los exhorta a sumar esfuerzos con las instancias de la comunidad internacional, para que todos tengan derecho a permanecer en su tierra de manera digna y pacífica.El padre Fabio Baggio, Subsecretario del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, afirmó que, aunque el fenómeno de la movilidad humana crece más rápido que la respuesta que se puede dar, se deben hacer todos los esfuerzos necesarios para seguir respondiendo desde los cuatro verbos que ha indicado el Santo Padre: acoger, proteger, promover e integrar."Aquí nadie es huésped, todos son miembros de nuestra Iglesia", enfatizó.Sobre la convocatoria del encuentro, el padre Baggio manifestó que hace parte de una serie de encuentros fronterizos que ya se han venido promoviendo desde el Dicasterio, de los que Colombia fue escenario en dos oportunidades en 2023, en Nariño y Cúcuta. Además, que el Papa ha pedido una especial atención a las Iglesias locales.Por su parte, monseñor José Domingo Ulloa Mendieta, arzobispo de Panamá, invitó a ver este encuentro como un signo de esperanza y valoró el sentido de sinodalidad que tiene. Recordó que de manera individual no se podría sacar adelante una misión tan importante.Durante su intervención, el padre Rafael Castillo extendió un mensaje enviado por el Cardenal Luis José Rueda Aparicio, arzobispo de Bogotá y presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia. También remarcó cuatro desafíos que ha identificado la Iglesia colombiana en esta dimensión: la formación de agentes de pastoral para la movilidad humana, la articulación del mapa de actores que trabajan en temas de movilidad y la incidencia. Además del apoyo humanitario que se brinda permanentemente, trabajar para que se haga justicia y reestablezcan los derechos de las personas, sin caer en la revictimización, el asistencialismo o la dependencia.Conozca más detalles a continuación en el informe audiovisual: