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“Las periferias de Colombia han sido abandonadas por el Estado”: Mons. Salah
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En una entrevista concedida a la revista Vida Nueva, el obispo de Riohacha, monseñor Héctor Salah Zuleta, denunció el tema de corrupción política que se vive en esta región del país y aseguró que el único camino para acabar con la desigualdad y exclusión de las comunidades es ofreciendo una buena educación.
La corrupción es como un cáncer social, y en el caso de Colombia –como en los países de la región– continúa generando violencia y profundas brechas de desigualdad y exclusión. Lo sabe bien el obispo de Riohacha, Héctor Salah Zuleta. Su jurisdicción eclesiástica abarca la zona desértica de La Guajira, una península al norte del país, históricamente olvidada y empobrecida, donde –según el Instituto Nacional de Salud– al menos 16 niños han muerto con diagnóstico de desnutrición durante el primer trimestre de este año.
En los 14 años que lleva al frente de la diócesis, su prioridad siempre ha sido la población vulnerable. No ha titubeado cuando ha puesto al descubierto las tretas administrativas de los políticos de turno. A los candidatos presidenciales les ha pedido alejarse de la ilegalidad y redescubrir las posibilidades de desarrollo de la península.
Un territorio olvidado
PREGUNTA.- ¿Es usted un profeta en La Guajira?
RESPUESTA.- Una de las misiones fundamentales del sacerdote es ser profeta, del anuncio y la denuncia, lógicamente frente a las dificultades que uno está viendo y descubriendo en ese departamento tan olvidado, porque prácticamente la zona de La Guajira y las periferias en Colombia han sido abandonadas por el Estado. Ante eso, uno no puede quedarse callado. Uno presta un servicio desde la evangelización y la evangelización se realiza con personas que están viviendo una situación concreta, y uno tiene que ser testigo y anunciar y denunciar en esas circunstancias concreta.
P.- ¿Es imposible acabar con la corrupción?
R.- Imposible no, pero sí va requerir de un período muy grande, dedicado a un proceso de educación en valores que no simplemente se reduce a la escuela. La Iglesia [en esta región] siempre ha estado al frente de la educación desde hace más de 140 años.
No está de más decir –esto no es ningún acto de prepotencia– que la educación pública que administra la Iglesia es de una calidad superior a la educación pública que ofrece el Estado. Por decir un ejemplo, en Riohacha hay cinco colegios cuyas plantas físicas son de nosotros, y en la zona puede haber 20 colegios, pero siempre los padres de familia, aún cuando no profesen la misma fe, prefieren las escuelas de la Iglesia.
Desgraciadamente personas de los diferentes entes territoriales llegan a la Iglesia a decir que la educación nuestra es la mejor y cualquier cantidad de elogios, pero lo hacen a cambio de prebendas económicas. Nosotros tuvimos que reaccionar a eso y decir: ¿cómo se le ocurre robar el dinero de la educación que es el área fundamental en La Guajira?, y fuera de eso, se lo quiere robar valiéndose de la Iglesia, ¿cómo se le ocurre?
“Nos volvimos personas incómodas”
P.- Entre los políticos, ¿cómo ha sido vista esta postura?
R.- En la Guajira hay siete gobernadores presos en línea, eso quiere decir, en términos sencillos, que de todos los partidos políticos, ninguno ha sido capaz de dar una respuesta en función del bien común, obviamente por ello nos volvimos personas incómodas.
Como nos negamos a comprar prebendas, obviamente nos volvimos personas incómodas y muchas de esas personas que llegaron a comprar nuestras conciencias están presas y entonces, como consecuencia, se inventaron unas ONG sin trayectoria ni experiencia y a estas ONG no les importa la realización de contratos serios de educación, le importa manejar el dinero del contrato. Lo que no pudieron conseguir con nosotros, lo consiguieron con esas ONG.
P.- ¿Ha sido amenazado alguna vez?
R.- No. Estamos en un departamento que tiene cierta tendencia a la venganza, pero nunca he recibido una amenaza. No tengo conductor, viajo solo, camino por la calle, me monto en bus o en taxi y nunca he tenido ninguna dificultad.
Hablar duro y directo
P.- A pesar de sus denuncias y de su radicalidad…
R.- Me han dicho que hablo duro y directo. Curiosamente, el 2 de febrero, en la celebración de Nuestra Señora de los Remedios, en Riohacha, se congrega desde hace mucho tiempo una cantidad de personas de todos los estratos y maneras de pensar –políticamente–, eso se convierte en toda una festividad, para unos pagana, para otros política, para otros turística y para los creyentes, por supuesto, religiosa.
Tuve en la catedral a los candidatos presidenciales de todas las tendencias. Fueron a la eucaristía, la escucharon, se aguantanron el sermón que, por cierto, escribí pensando cada palabra. No fue agresivo pero sí directo y clarito, tanto que la gente aplaudió. Hasta comulgaron algunos, yo no sé cuál es su condición, pero tampoco puedo negarles la comunión. Y hasta quedan contentos de todas las cosas que uno les dice.
P.- Y si llegara a ser amenazado, ¿cuál sería su opción?
R.- Yo me quedaría, desde luego. En realidad yo tengo ya cierta edad y ya he cumplido muchas de las metas que me he propuesto, preferible que me hagan una estatua en el parque que diga lo mataron por no robar ni dejar robar.
Educación y respeto por la cultura
P.- Los pueblos indígenas en La Guajira han sufrido las consecuencias del olvido gubernamental, ¿cómo los acompaña la Iglesia?
R.- En La Guajira, en la frontera con Venezuela, está la etnia más grande –creo yo– de Latinoamérica, que es la wayúu. Pueden llegar a unos 450.000 indígenas entre estos territorios. Es una etnia supremamente interesante, con una riqueza cultural inmensa, todo eso se ha respetado.
Cualquier indígena wayúu que sea bachiller, incluso aquellos que ha entrado en universidades, lo educó la Iglesia. Nosotros tenemos un sistema de internados creados por los padres capuchinos. El internado allá es muy distinto a cómo lo concebimos nosotros los cachacos [es decir, los del interior del país]. El internado de La Guajira lo inventaron los capuchinos porque los indígenas estaban dispersos, entonces en cada ranchería no había la posibilidad de hacer una escuela y para que los niños y niñas pudieran acceder al estudio fue necesaria la construcción de estos internados.
Hemos respetado costumbres, lengua, vestimenta y hasta creencias religiosas, que son completamente diferentes a la que nosotros tenemos en nuestra concepción cristiana de la vida. Entonces los niños tienen todo lo necesario para formarse integralmente. De hecho, el internado más antiguo tiene 108 años, otro tiene casi 90 y el más nuevo de los internados tiene 50 años.
“La Guajira es la puerta del continente”
P.- ¿Cuál sería su mensaje al futuro Presidente de Colombia?
R.- Que se acuerde que en nuestro mapa, donde comienza la República de la cual será presidente, existe un departamento que se llama La Guajira, que tiene una potencialidad de riqueza increíble en dos campos: el turístico, pues las riquezas naturales del departamento son inimaginables, pero no hay la infraestructura para atraer a muchos turistas del mundo. Eso está absolutamente en ciernes y no ha habido nadie que le trabaje a eso.
En estas carencias tan grandes, con la problemática de la energía, otro de los campos a explorar es el aprovechamiento de la energía marina, eólica y fotovoltaica. La Guajira es la puerta del continente y eso debemos aprovecharlo.
Fuente: Revista Vida Nueva
Miremos y contemplemos el Crucificado
Jue 2 Mayo 2024
Lex orandi, lex credendi, lex vivendi
Jue 2 Mayo 2024
Vie 3 Mayo 2024
"Los invito para que no solo adoremos la cruz, sino que nos injertemos a ella": Arzobispo de Cali
En la mañana de este viernes, 3 de mayo, los arzobispos de Colombia, reunidos en la sede de la Conferencia Episcopal, celebraron juntos la Santa Misa, en el contexto de la fiesta litúrgica de la Exaltación de la Santa Cruz y del Día Nacional de Oración por la Reconciliación y la Paz del país que han propuesto. A la Eucaristía asistieron también el Nuncio Apostólico en Colombia, monseñor Paolo Rudelli, así como directivos y colaboradores del Secretariado Permanente del Episcopado Colombiano.Monseñor Luis Fernando Rodríguez Velásquez, arzobispo de Cali, presidió la celebración. Durante su homilía, recordó las palabras del papa Francisco durante su visita a Colombia en 2017 animándonos en esta tarea y afirmó que hoy la urgencia de la reconciliación y de la paz, está atravesada por el dolor que padecen hoy muchas comunidades del país, agobiadas y casi secuestradas, "por una ola de violencia, chantaje, vacunas y extorciones, en aumento, que les quitan la libertad, incluso hasta de su libre movilidad".El arzobispo de Cali dijo que en tiempos de tanta turbulencia, no solo en Colombia sino en el mundo entero, donde la paz parece "esquiva y lejana", es Cristo el que nos reconforta y conduce hacia ese camino, pero que también necesitamos superar con amor, perdón y respeto las diferencias para poder transitarlo. Esto, de acuerdo con monseñor Luis Fernando, permite vivir la fraternidad y reconocernos "Todos hermanos", lema que ha motivado esta jornada. "Cuánto necesitamos de hombres y mujeres, de todas las condiciones sociales, culturales, edades y hasta de credos religiosos, que, pensando en el bien común, superando la fuerza de las ideologías, sean capaces de darlo todo y darse plenamente a la causa de la paz. Cuánto valor se requiere para dar el paso de la paz, en donde la verdad, la justicia, la reparación y la no repetición de actos violentos permitan a todos, víctimas y victimarios, abrazarse, no para asfixiar al otro, sino para expresar su reconocimiento de los hechos de dolor, la reconciliación, el perdón y la cercanía", expresó.El prelado afirmó, además, que el mensaje de la Cruz para los colombianos es contundente: nos debe conducir no solo a su adoración sino también a la conversión, a ser sembradores y artesanos de paz. Recordó que con esa Cruz se puso fin a la enemistad, se hizo posible la redención y se venció a la muerte, y así también debemos asumirlo nosotros para que florezca la esperanza."Miremos la cruz y al Crucificado. En una unión mística ese nuevo árbol florece y da frutos de paz y reconciliación. Los invito para que no solo adoremos la cruz, sino que nos injertemos a ella, para que retoñemos con la esperanza de ser los constructores de una nueva sociedad. Abrazados e injertos en la cruz del Redentor, elevemos a Dios nuestras plegarias por la conversión de los pecadores y de quienes perpetran toda clase de crímenes y desastres, y nos conceda también nosotros, víctimas y ciudadanos del común, comprender y perdonar al estilo de Jesús", afirmó.Vea a la transmisión de la Eucaristía a continuación:
Vie 26 Abr 2024
Obispos colombianos piden a todos los fieles unirse el 3 de mayo en cadena de oración nacional por la vida, la reconciliación y la paz
La Iglesia colombiana pide que el próximo viernes, 3 de mayo, fecha en la que la Iglesia universal celebra la fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz, todas las familias, parroquias, comunidades e instituciones católicas del país, se unan en cadena de oración por la vida, la reconciliación y la paz del país. La convocatoria es hecha directamente por los obispos y parte de reconocer la grave crisis humanitaria que enfrentan múltiples territorios en medio del conflicto armado y otros tipos de violencia, así como el complejo panorama sociopolítico que vive hoy la nación, permeado por la división y la polarización.El cardenal Luis José Rueda Aparicio, arzobispo de Bogotá y presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia lidera la iniciativa que, este año, tiene como lema "Todos hermanos", inspirado en la cita bíblica de Mateo 23,8. A través de un videomensaje, el purpurado invita a reconocer que, más allá de las diferencias, todos somos hijos de Dios y, por ende, hermanos; que Él es nuestra paz; que la oración nos conduce a su encuentro; y que la reconciliación es el camino que necesitamos transitar para vivir una verdadera esperanza del cambio en el país.“Oremos por nuestra patria, que el Señor nos muestre con su Santo Espíritu los caminos de la reconciliación. Y la reconciliación requiere la capacidad de ver al otro como hermano. Jesús nos ha dicho: Todos somos hijos del mismo Padre. El Papa Francisco lo dice de una manera gráfica: Todos vamos en la misma barca. La barca colombiana requiere que usted abra su corazón a la reconciliación, al perdón. A mirar al otro, no como enemigo para eliminar, sino como un amigo, como un miembro de la misma familia colombiana. Eso es lo que queremos el 3 de mayo, que haya un día pleno de oración en los templos parroquiales, en los oratorios de colegios, de universidades, de casas religiosas femeninas y masculinas”, expresó el primado de Colombia.El primado de Colombia recuerda también que es fundamental acompañar esta oración de acciones concretas de paz y que todos los actores están llamados a aportar. “Y la paz lleva al respeto a la vida, al desarrollo integral de todas las regiones de nuestro país”, enfatiza. También invita a aprovechar todo el mes de mayo para hacer signos de peregrinación hacia los santuarios marianos del país encomendando a la Santísima Virgen este mismo propósito.Para su implementación en todos los templos y ambientes eclesiales, el Departamento de Liturgia del Secretariado Permanente del Episcopado Colombiano (SPEC) ha elaborado un manual celebrativo. El documento propone diversas prácticas espirituales bajo esta intención, entre ellas: 12 horas de oración ante el Sacramento de la Eucaristía, una Hora Santa, el rezo del Santo Rosario y la devoción de los “Mil Jesús”.Durante este 3 de mayo, los arzobispos del país estarán reunidos en Bogotá, en la sede del episcopado y, desde allí, celebrarán juntos la Eucaristía por la reconciliación y la paz de Colombia. La Santa Misa será presidida por monseñor Luis Fernando Rodríguez Velásquez, arzobispo de Cali y se transmitirá a través del canal Cristovisión y de las redes sociales de la Conferencia Episcopal de Colombia.Contexto del Día de Oración por la Reconciliación y la Paz de ColombiaDesde el año 2017, y para recordar la visita apostólica del papa Francisco al país, especialmente su encuentro en Villavicencio con víctimas del conflicto armado, la Conferencia Episcopal de Colombia propuso la celebración de este Día Nacional de Oración por la Reconciliación y la Paz cada 3 de mayo.Vea a continuación el mensaje del cardenal Luis José Rueda Aparicio:
Vie 19 Abr 2024
Obispos eméritos de Colombia se reunieron para generar aportes al trabajo de la Iglesia colombiana y universal con énfasis sinodal
Este 15 y 16 de abril, en la sede de la Conferencia Episcopal de Colombia, se reunieron veinte obispos eméritos del país para desarrollar su encuentro anual. En esta oportunidad, bajo el propósito central de abordar aspectos relacionados con la realidad eclesial y sociopolítica del país, así como para estudiar el documento síntesis de la primera etapa de la asamblea general del sínodo de los obispos, desarrollada en octubre de 2023.Los prelados fueron convocados y acompañados permanentemente por el cardenal Luis José Rueda Aparicio, arzobispo de Bogotá y presidente del episcopado, quien los escuchó y tomó en cuenta sus recomendaciones para el trabajo de la Iglesia colombiana y para hacer eco de ellas en la siguiente fase de la asamblea sinodal. Esto, reconociendo su amplia experiencia y la importancia de los aportes que aún pueden realizar, pese a estar retirados del gobierno pastoral por su edad.El cardenal Jorge Enrique Jiménez Carvajal, arzobispo emérito de Cartagena, quien lideró el espacio, destacó esta oportunidad: “Es bonito sentir las manos extendidas, pero además de la fraternidad, sentir que algo podemos aportar nosotros al caminar de Iglesia colombiana y eso se le debe al señor cardenal Rueda, quien es el presidente de la Conferencia Episcopal y que valora este encuentro y lo manifiesta especialmente, nos anima y está con nosotros todo el tiempo”.A propósito del discernimiento que realizaron sobre la situación actual del país, el cardenal Jiménez remarcó que pese a tantos desafíos y preocupaciones que se viven, la Iglesia está llamada a sembrar esperanza: “la esperanza de que lo que se acerca no es un precipicio, sino que podemos construir verdaderamente una Colombia digna de todos los colombianos, de todos los jóvenes y especialmente de los que están más necesitados”.A continuación, conozca los detalles, narrados por el cardenal Jorge Enrique Jiménez:
Mié 17 Abr 2024
“La historia contará el legado de sus obras”: Cardenal Rueda sobre el Cardenal Pedro Rubiano Sáenz durante su Misa Exequial
Cientos de personas, entre familiares, amigos, obispos, sacerdotes, consagrados, autoridades civiles y militares, así como fieles laicos, participaron en las honras fúnebres del cardenal Pedro Rubiano Sáenz, arzobispo emérito de Bogotá, quien durante tres periodos fungió como presidente del episcopado colombiano. El papa Francisco también se unió a esta despedida a través de una carta que envió al cardenal Luis José Rueda Aparicio, en la que encomendó al purpurado, que ya vive su Pascua, a la Virgen de Rosario de Chiquinquirá y lo reconoció como un pastor que "con su dedicación y trabajo ofreció su vida por el bien de la Iglesia".El primer momento de oración por su Eterno Descanso, se produjo este martes 16 de abril en la capilla del Seminario Conciliar de Bogotá donde los restos mortales del cardenal permanecieron en cámara ardiente. Posteriormente, en la mañana del miércoles, su cuerpo fue trasladado a la Catedral Primada de Colombia. Allí se llevó a cabo la Santa Misa Exequial, que fue presidida por el cardenal Rueda Aparicio y contó con una masiva asistencia.Durante su homilía, el primado de Colombia destacó varios de los roles que ejerció el cardenal Rubiano. Además, se refirió a las ordenaciones de los nueve obispos que celebró durante su episcopado: Alfonso Cabezas Aristizábal, Fernando Sabogal Viana, Octavio Ruiz Arenas, Oscar Urbina Ortega, Daniel Caro Borda, José Roberto Ospina Leongomez, Héctor Epalza Quintero, Francisco Antonio Nieto Súa y José Daniel Falla Robles.“La historia contará, de manera completa, el legado de sus obras. Su misión apostólica será motivo de gratitud del Pueblo fiel de Dios, y su esperanza lo llevará a la casa de Dios nuestro Padre, donde se colmarán todos los anhelos de su vida, que fueron muchas veces expresados en su salmodia: “Espero gozar de la dicha del Señor en el país de la vida, espera en el Señor, querido hermano Pedro Rubiano Sáenz, sé valiente, ten ánimo, espera en el Señor. (Salmo 26)”, así concluyó su reflexión el cardenal Luis José Rueda Aparicio.A continuación, vea la homilía completa, compartida por la Oficina de Comunicaciones de la Arquidiócesis de Bogotá: