Pasar al contenido principal

familia

Vie 21 Abr 2017

Adquiere Cartilla para la Semana por la Familia en clave de reconciliación

El Departamento de Matrimonio y Familia del Centro Pastoral para la Comunión Eclesial pone a disposición de los fieles la cartilla "Familia reconciliada: Escuela de servicio, paz y perdón". [tabs class="horizontal"][tab title="PRESENTACIÓN" icon="Icon name 1"] La Conferencia Episcopal de Colombia, quiere promover el sentido de la reconciliación como un valor que debe estar presente en todas las acciones que desarrollen los centros y departamentos de pastoral. Este año, la cartilla de la semana por la familia, ha querido impregnar este sentido, en cada una de las catequesis propuestas, esperando hacer de la familia colombiana reconciliada, una escuela de servicio, paz y perdón. [/tab][tab title="DETALLE" icon="icon name 2"] Autor(a):Departamento de Promoción y Familia Catálogo: Cartilla Idioma: Español Número de Páginas:64 Editora: Cross Market Ltda. Año de publicación:2017 Dimensiones:16.5 x 23.5 [/tab][tab title="COMENTARIOS" icon="Icon name 1"] (function(d, s, id) { var js, fjs = d.getElementsByTagName(s)[0]; if (d.getElementById(id)) return; js = d.createElement(s); js.id = id; js.src = "//connect.facebook.net/es_LA/sdk.js#xfbml=1&version=v2.5"; fjs.parentNode.insertBefore(js, fjs); }(document, 'script', 'facebook-jssdk')); [/tab][/tabs] Mayores informes: PBX: 437 55 40 Ext. 264 Celular: 3138808447 Correo electrónico: [email protected]

Jue 30 Mar 2017

Papa Francisco presenta la carta para la Jornada Mundial de las Familias 2018

Con motivo del encuentro Mundial de las Familias que se realizará en Dublín Irlanda en el 2018, el Papa Francisco presentó hoy algunas indicaciones sobre el tema elegido para este evento eclesial. La carta fue dirigida al Card. Kevin Farrell, Prefecto del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, en ella el Pontífice escribe su prioridad "Sueño con una Iglesia en salida, no 'autorreferente', una Iglesia que no pase lejos de las heridas del hombre, una Iglesia misericordiosa que anuncie el corazón de la revelación de Dios Amor que es la Misericordia”. En su misiva el Papa Francisco plantea preguntas y respuestas de aliento y esperanza como: la familia sigue siendo una buena noticia para el mundo de hoy. «Nos podríamos preguntar: ¿El Evangelio sigue siendo alegría para el mundo? Y también: ¿La familia sigue siendo una buena noticia para el mundo de hoy?», escribe el Papa Francisco para luego responder: «¡Yo estoy seguro de que sí! Y este “sí” está firmemente fundado en el plan de Dios. El amor de Dios es su “sí” a toda la creación y al corazón de la misma, que es el hombre. Es el “sí” de Dios a la unión entre el hombre y la mujer, abierta a la vida y al servicio de ella en todas sus fases; es el “sí” y el compromiso de Dios con una humanidad a menudo herida, maltratada y dominada por la falta de amor. La familia, por lo tanto, es el “sí” del Dios Amor. Sólo partiendo del amor la familia puede manifestar, difundir y regenerar el amor de Dios en el mundo. Sin amor no se puede vivir como hijos de Dios, como cónyuges, padres y hermanos». Tras «hacer hincapié en la importancia de que las familias se pregunten a menudo si viven a partir del amor, por el amor y en el amor», el Papa invita a «toda la Iglesia» a recordar sus indicaciones en el camino de preparación pastoral para el Encuentro Mundial de Dublín. Y, con un pensamiento especial para esa arquidiócesis y para toda la querida nación irlandesa desea que el Señor recompense desde ahora su generosa hospitalidad y compromiso. El encuentro Mundial de las Familias, Filadelfia 2015, tendrá lugar en la capital de la República de Irlanda del 21 al 26 de agosto de 2018, con el lema: «El Evangelio de la familia: alegría para el mundo». Clic en texto de la carta Fuente: Radio Vaticana

Mar 14 Feb 2017

Educar es enseñar el arte de vivir

Por: Mons. Ricardo Tobón Restrepo - Estamos iniciando un nuevo año escolar. Es oportuno pensar que la educación no es cuestión insignificante, que no es responsabilidad de otros, que no es una actividad ya establecida que se reproduce mecánicamente. Por medio de la educación aportamos a la construcción de las personas y realizamos el modelo de nuestra sociedad a corto y largo plazo. De acuerdo con el tipo de educación que implementamos o que excluimos así será la sociedad que tendremos en el presente y en el futuro. Por eso, ciertas ideologías se proponen entrar abierta o sigilosamente en la educación, para moldear la sociedad desde la perspectiva que les interesa. Una cosa es educar y otra bien distinta domesticar. La primera es ofrecer principios, aportar valores, crear destrezas y hacer capaces de las virtudes en los que se fundamenta una civilización y la otra es la imposición de visiones y prácticas que alguien decide introducir en las nuevas generaciones y en la sociedad a partir de determinadas políticas. Toda la sociedad debe estar vigilante para cuidar los principios y valores a los que no se puede renunciar y que son garantes de la dignidad de la persona humana, de la estructura natural de la sociedad y de las exigencias del bien común. En este proceso tienen un papel protagónico e inalienable los padres y madres de familia, pues les asiste un derecho primigenio a orientar la educación de sus hijos, que ninguno puede conculcar. Así mismo, en este campo tienen una palabra esencial los maestros que, a partir de su vocación, de su experiencia y de su responsabilidad social, son una fuente objetiva de perspectivas para ayudar a elegir los mejores modelos educativos. Igualmente, la Iglesia por su misión y por su trayectoria de servicio a la humanidad no puede renunciar a ofrecer sus análisis y sus propuestas. Hay una educación que el Estado debe propiciar con todos sus recursos desde unos criterios, para no caer en un totalitarismo, acordados con la sociedad; pero hay una educación que respetando y aun promoviendo esos mismos criterios tiene su propia perspectiva desde la iniciativa particular. En ese contexto se sitúa la llamada Escuela Católica. No es desconocida la enorme labor que realizan tantos colegios y universidades dirigidos por diócesis, comunidades religiosas y asociaciones eclesiales, que aportan con respeto y competencia un específico modelo educativo. No se le puede negar a la sociedad que intervenga en la orientación de la educación ni a la Iglesia que ofrezca su manera de ver al hombre y a la mujer, su concepción de la sociedad y de la historia y su propuesta de realización de la persona humana aprendida desde su búsqueda espiritual, desde sus aciertos y sus errores. Se trata de un servicio honesto y creativo en una cosmovisión plural y democrática en la que también los cristianos tenemos un contenido para proponer y una pedagogía respetuosa para aportar dentro del único objetivo de lograr la realización integral de las nuevas generaciones y de toda la sociedad. Al iniciar este nuevo año lectivo debemos hacernos conscientes del valor y del derecho de la educación; debemos aprender a estar vigilantes frente al propósito de algunos, como se ha visto recientemente, de introducir conceptos y prácticas inaceptables en la educación; debemos defender el derecho de los padres de familia a escoger el modelo educativo que quieren para sus hijos; y debemos empeñarnos todos en mejorar y extender la calidad de la educación a fin de que sea más humana, ayude a encontrar el sentido trascendente de la vida y transmita valores y reglas de conducta para una armoniosa convivencia. Educar es algo muy grande, es enseñar el arte de vivir. + Ricardo Tobón Restrepo Arzobispo de Medellín

Jue 19 Ene 2017

Ratas y ratones

Escrito por: P. Raúl Ortiz Toro - Hasta el 2016 Colombia ocupaba el puesto 13 en nivel de corrupción, en una lista elaborada por el Foro Económico Mundial basada en el “Índice Global de Competitividad”. Infortunadamente, con las revelaciones de casos de corrupción de los últimos días, seguirá avanzando en ese deshonroso listado cuyo primer puesto recae en el vecino Venezuela. El tema de la corrupción es escandaloso porque Colombia es un país rico en recursos naturales, humanos y de capital; todos estamos de acuerdo en que no es un país pobre y sin embargo es un país que vive en la pobreza. ¿Dónde se aprende la corrupción? Lamentablemente, debemos reconocer que en la casa. En la familia se forja tanto el honesto como el hipócrita. Como hayamos sido educados así mismo luego nos desenvolvemos en la vida social; hay casos, por supuesto, de padres honestos que enseñaron el buen obrar en casa y dieron con hijos desvergonzados. Esto se debe a que el sistema educativo también tiene un buen porcentaje de responsabilidad cuando en las aulas se enseña la efectividad y la eficiencia por encima de una orientación ética fundamental. Como docente universitario sé que la materia “Ética profesional” es llamada por los estudiantes: “costura”. Pero no se trata de una materia, pues hay instituciones que tienen lecciones de ética en todos los semestres pero su visión institucional es la del negocio. Familia, Educación, Sociedad: También la superficialidad materialista del mundo moderno ha logrado calar en las generaciones que ven el éxito como derecho fundamental de bienestar hasta el punto de que la economía parece haber domesticado la ética a su antojo. Y reconozcamos que a la Iglesia también le toca su cuota de responsabilidad. Pues en su momento no fuimos lo suficientemente veedores y en ciertos casos nos ha faltado vehemencia en la denuncia; tal vez también hemos tenido poco empeño en la evangelización de la política y lo público; pusimos el acento de la moralidad social más en el ámbito sexual personal que en el de la justicia social, sin que por ello se piense que el primer ámbito es menos importante. Es muy fácil indignarse. Es muy fácil sentenciar por redes sociales o artículos como este, que encarcelen a los corruptos. Tendríamos, entonces, que hacer una gran cárcel para todos porque es un error común pensar que la corrupción solo existe en las altas esferas del gobierno, la economía y la política. También hay una corrupción lenta y silenciosa, que genera aquella otra visible, en pasarse un semáforo en rojo, en comprar el puesto de la fila, en el libro de contrabando, en beneficiarse del Sisbén o de “Familias en Acción” sin merecerlo, en prestar “gota a gota”, vender sin factura, pagar menos de lo justo al campesino, contratar servicios sin pagar lo debido, y un largo etcétera de deshonestidades que no nos sacan en limpio. De modo que esta catástrofe nos salpica a todos y entre todos debemos salir de ella. Los estamentos de control deben concentrarse en su deber, la justicia debe ser efectiva en sus condenas y cada uno de nosotros debe empeñarse por su obrar honesto en la cotidianidad. De nada servirá decir que es necesario exterminar las ratas si toleramos los ratones. ¿Qué tan honesto es usted en la vida diaria? P. Raúl Ortiz Toro Docente del Seminario Mayor San José de Popayán [email protected]

Mar 27 Dic 2016

La familia es instrumento de Dios para la reconciliación

En el marco de la fiesta de la Sagrada Familia que se celebra este 30 de diciembre, monseñor Rigoberto Correa recordó que la familia es el “instrumento de Dios” para lograr la reconciliación entre los colombianos. El prelado afirmó que la familia es semillero de reconciliación, por ello todos los integrantes deben ser portadores de paz, deben ser conscientes de que a través de la familia pasa toda la humanidad y que es la primera escuela para la paz y convivencia. Recordó que ninguna institución del Estado o privada podrá sustituir el papel de la familia. “En la familia descubrimos el mundo, aprendemos las palabras y los ejemplos”, sostuvo. Monseñor Rigoberto Corredor explicó que la familia que tiene en su corazón a Cristo es aquella que será fundamental para alcanzar el perdón y la reconciliación.

Sáb 24 Dic 2016

“En Navidad pasemos de la guerra a la paz”: Mons. Castro

El presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia, monseñor Luis Augusto Castro Quiroga en su mensaje de Navidad invita a los colombianos a pedir y desear la paz a todos. El prelado reconoce la disponibilidad manifestada por muchos colombianos, quienes han tomado la valiente decisión de pasar de la guerra a la paz. “Gracias a Dios encontramos muchos hombres de buena voluntad que están dispuestos a pasar de ser hombres de guerra a ser hombres de paz”, dijo el también arzobispo de Tunja. Por último monseñor Castro Quiroga, invita para que en esta Navidad todo colombiano se una en oración y pida de manera particular por el proceso de paz que se adelanta en el país. Audio: Mons. Luis Augusto Castro Quiroga [icon class='fa fa-download fa-2x'] Visitar especial de Navidad[/icon]

Mar 20 Dic 2016

“Navidad es un tiempo maravilloso para educar en la reconciliación”

Así lo expresó el arzobispo de Ibagué, monseñor Flavio Calle Zapata, quien resaltó además que la Navidad es un momento oportuno para dejarse reconciliar con Dios y con el hermano. El prelado resaltó que uno de los primeros escenarios donde se debe enseñar la cultura del perdón y la reconciliación es en el ámbito familiar. “El mejor servicio que puede prestar una familia viene de unos esposos, cuando antes de que llegue la noche se reconcilian y comienzan en paz un nuevo día”. “Cuando algo no estuvo bien, se estuvo descomponiendo, se dañó la relación, es necesario recomponerla, reconciliarnos. Y el mejor ambiente es sin duda la familia”, aseguró el arzobispo. También dijo que es importante reconciliarse con los pobres y olvidados “Navidad es el tiempo para que en familia acojamos a los pobres, compartamos con ellos y en familia con los niños vayamos a visitarlos”. Audio: Mons. Flavio Calle Zapata [icon class='fa fa-download fa-2x']Visitar: Especial de Navidad[/icon]

Mié 26 Oct 2016

La familia es indispensable

Por Mons. Ricardo Tobón Restrepo -Cada día tendríamos que admirarnos más de la grandeza y la belleza de la familia; sin embargo, amplios sectores del mundo de hoy, por un motivo o por otro, viven un momento de ceguera sobre esta institución fundamental. Tener claridad sobre este tema es definitivo para salvar las personas concretas y para salvar la civilización. De la identidad y estabilidad de la familia depende, en buena parte, que haya niños felices, mujeres felices, hombres felices; todos armoniosamente ubicados e integrados en la sociedad. Para percibir y aceptar la identidad y la misión de la familia es necesario, ante todo, ver el proyecto que, a través de ella, Dios ha inscrito en la estructura humana. Se entiende la familia en su realidad profunda cuando se ve como fruto de una vocación, de una llamada y una respuesta, de un diálogo salvífico entre Dios y el ser humano. Desde esta perspectiva se pueden combatir mejor los males que la asechan: el egoísmo, la inmadurez, la falta de formación, la persecución cultural y la escasez de una adecuada acción pastoral. Hoy, tal vez como nunca, la familia es irremplazable en ciertos campos esenciales para la persona y la sociedad. Ante todo, es el espacio primordial para ser amado y para aprender a amar. Uno no nace terminado. En el hogar, de un modo natural, se continúa una dinámica de creación en el amor. Es el único lugar donde el amor es gratuito; uno no tiene que ganarse el amor; lo recibe desde antes de nacer. Así surge la autoestima que nos asegura que cada uno es amado por sí mismo y no es un error de la vida. Por consiguiente, si soy amado también soy capaz de amar y de darme. En el hogar la persona se encuentra con su originalidad y sus posibilidades. Se conocen y se viven la dimensión masculina y la dimensión femenina de la persona; se entra en una relación integral de adultos, jóvenes y niños; se aprenden las actitudes difíciles que llevan a relaciones humanas de calidad: amar al otro como es, compartir lo que se es y se tiene, servir desinteresadamente, perdonar con nobleza, ser solidario con los demás. La familia es una escuela de comportamiento ético. En el hogar no se puede resolver el problema moral de la sociedad, pero se puede enseñar un comportamiento verdadero; el concepto de moralidad se forma en los tres primeros años de vida. Esta es una labor prioritaria de la familia, porque anuncia y testimonia los valores esenciales: ser honesto, ser veraz, ser responsable. Igualmente, desenmascara los valores falsos que deshumanizan. Enseña hacia dónde se debe orientar todo el ser y cómo se deben tomar decisiones en la vida. Por último, la familia es el ámbito para trascender, para entrar en una verdadera espiritualidad. La experiencia de Dios que es Padre misericordioso de quien soy un hijo amado se tiene de un modo primigenio en el hogar. Allí, viendo orar al padre y a la madre, se aprende a creer en alguien que da sentido y fuerza para vivir; se tiene la certeza de que existe un Amor que no traiciona; se aprende también a vivir la fe compartida y en unión con los otros, es la primera experiencia de Iglesia. En la familia se recibe el mejor regalo que es Dios. + Monseñor Ricardo Tobón Restrepo Arzobispo de Medellín