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iglesia católica colombiana

Lun 18 Sep 2023

Obispos de la frontera entre Colombia y Venezuela se reúnen para coordinar nuevas acciones pastorales transnacionales

Desde este lunes 18, hasta el próximo miércoles 20 de septiembre, los obispos de las jurisdicciones eclesiásticas ubicadas en las fronteras entre Colombia y Venezuela se encontrarán nuevamente en la ciudad de Cúcuta. En esta oportunidad, para coordinar acciones pastorales transnacionales que respondan a los desafíos actuales que plantea el fenómeno migratorio en esta región.“Caridad en la frontera 2023” es el tema que inspirará este espacio organizado por el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral y la Diócesis de Cúcuta. En él, los prelados presentarán el panorama de la pastoral migratoria en sus territorios. A partir de allí, se abrirán diversos espacios de reflexión y trabajo.Durante la ceremonia de apertura intervendrán el Subsecretario del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, monseñor Anthony Ekpo; monseñor Luis José Rueda Aparicio, presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia; monseñor Jesús Gonzáles de Zárate, presidente de la Conferencia Episcopal de Venezuela, y el Obispo de Cúcuta, monseñor José Libardo Garcés.En este evento, que reunirá cerca de 35 personas, participarán también los responsables de las Cáritas nacionales y regional, de la Red Eclesial Latinoamericana y Caribeña de Migración, Desplazamiento, Refugio y Trata de Personas (Red CLAMOR) y de la Comisión Católica Internacional para las Migraciones (ICMC).En enero de 2020, también en la Diócesis de Cúcuta, se había realizado un encuentro similar. Estos espacios son una respuesta concreta a la preocupación del papa Francisco por las situaciones migratorias fronterizas y su llamado a crear sinergias para el desarrollo de actividades caritativas en favor de las personas más débiles y vulnerables de la región.Precisamente en el mensaje emitido por el papa Francisco para la celebración de la Jornada Mundial del Migrante y Refugiado 2023 que se llevará a cabo el próximo domingo 24 de septiembre, el Santo Padre subraya que “es necesario un esfuerzo conjunto de cada uno de los países y de la comunidad internacional para que se asegure a todos el derecho a no tener que emigrar, es decir, la posibilidad de vivir en paz y con dignidad en la propia tierra”.Ver el mensaje del papa Francisco AQUÍ.

Vie 15 Sep 2023

Episcopado colombiano le da la bienvenida al Nuncio Apostólico, monseñor Paolo Rudelli

Este viernes, 15 de septiembre, con una Santa Misa celebrada en la Catedral Primada, los obispos colombianos le dieron la bienvenida a monseñor Paolo Rudelli a Colombia, nuevo Nuncio Apostólico, designado por el papa Francisco en el mes de julio. La Eucaristía fue presidida por monseñor Luis José Rueda Aparicio, arzobispo de Bogotá y presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia, acompañado del cardenal Jorge Enrique Jiménez Carvajal, así como por el vicepresidente y el secretario general del episcopado, monseñor Omar Alberto Sánchez Cubillos y monseñor Luis Manuel Alí Herrera, respectivamente.En la celebración también participaron los sacerdotes que dirigen los diversos departamentos del Secretariado Permanente del Episcopado Colombiano, así como miembros del clero y seminaristas de la Arquidiócesis de Bogotá. Cientos de fieles laicos también se hicieron presente para acoger a monseñor Rudelli.Un peregrino de la esperanza enviado por el Santo Padre a ColombiaDurante su homilía, monseñor Rueda Aparicio, en representación de toda la Iglesia Católica colombiana, agradeció al señor Nuncio por aceptar este ministerio y “disponerse como peregrino de la esperanza para servir a la evangelización de nuestro país”.Precisamente en el contexto de la fiesta litúrgica de Nuestra Señora de los Dolores, el primado de Colombia le recordó a monseñor Paolo Rudelli la importancia que tiene la Virgen para todos los fieles en el país, especialmente con la devoción a la Virgen del Rosario de Chiquinquirá.“Señor Nuncio ha llegado usted a Colombia que es tierra de la virgen María, venerada en todas las regiones en todas las iglesias particulares…Ella está en todas las cruces del sufrimiento de nuestra Patria (…) Ella lo acompañará también a usted en su misión apostólica, con ternura”, le expresó monseñor Luis José Rueda Aparicio al representante del Santo Padre.“Ir a lo esencial, renovarse e involucrase”: las consignas del Papa Francisco en Colombia que inspiran al NuncioAl concluir la Eucaristía, monseñor Paolo presentó su saludo en nombre papa Francisco; agradeció por la acogida que ha recibido en su llegada y felicitó a monseñor Rueda por su creación como cardenal el próximo 30 de septiembre. Además, manifestó su alegría por llegar a la nación en el contexto de la celebración de los 115 años de la Conferencia Episcopal de Colombia.Monseñor Paolo Rudelli recordó que la misión del Nuncio es hacer cada vez más estrechos los vínculos entre la Santa Sede y las iglesias locales, así como trabajar, especialmente, por el progreso y la paz de los pueblos.En el contexto de una audiencia privada que tuvo monseñor Rudelli con el Santo Padre en los últimos días, el señor Nuncio reafirmó el cariño que tiene el papa Francisco por el pueblo colombiano. Recordó que durante su visita apostólica en 2017 pontífice tuvo la oportunidad de expresar su interés por la paz y la reconciliación del país. Dijo, además, que está seguro que sus mensajes siguen marcando el norte de la Iglesia. También remarcó la importancia de las tres consignas expresadas por el Santo Padre durante paso por Medellín: “ir a lo esencial, renovarse e involucrase”.Finalmente, monseñor Paolo Rudelli dijo que, al comenzar su misión como representante del Santo Padre, pide al Señor poder compartir los gozos, las tristezas y las esperanzas de todo el pueblo colombiano. Además, pidió a todos orar por él y por el Papa.

Mié 13 Sep 2023

El Cardenal Pedro Rubiano, convocante de la Comisión de Conciliación Nacional, celebra 91 años de vida

El Cardenal Pedro Rubiano Sáenz, nacido en Cartago (Valle) el 13 de septiembre de 1932, es reconocido a través de la historia de la Iglesia Católica en Colombia. Su cumpleaños no pasa desapercibido y es un momento especial para destacar su vocación, entrega y servicio al país. Fue presidente de la Conferencia Episcopal (CEC) de Colombia durante dos periodos consecutivos, entre 1990 y 1993, y de 1993 a 1996.En estos 91 años de vida el Cardenal Pedro Rubiano ha sido reconocido por sus aportes a la pastoral educativa, el vínculo matrimonial y por ser miembro y creador de varias comisiones de paz, entre ellas, la Comisión de Conciliación Nacional de la CEC, organismo que fue convocado por monseñor Rubiano el 4 de agosto de 1995 bajo el propósito de buscar soluciones políticas al conflicto armado colombiano que en aquella época pasaba por su momento más álgido. Bajo esa misión, se perfiló como uno de los mayores críticos de las guerrillas en Colombia.El Cardenal fue ordenado sacerdote en 1956 para la Arquidiócesis de Cali. Posteriormente, en 1971, el papa Pablo VI lo nombró Obispo de Cúcuta, también el 26 de marzo de 1983 fue nombrado Arzobispo Coadjutor de Cali, y dos años más tarde, en el 1985, fue designado Arzobispo de esta misma jurisdicción.Fue creado cardenal el 21 de febrero del 2001; recibió la birreta roja y el título de la Transfiguración de Nuestro Señor Jesucristo. Asistió a la X Asamblea Ordinaria del Sínodo Mundial de Obispos, Ciudad del Vaticano, del 30 de septiembre al 27 de octubre de 2001.Monseñor Pedro Rubiano participó en el cónclave del 18 y 19 de abril de 2005. Asistió a la XI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, Ciudad del Vaticano, 2 al 23 de octubre de 2005.La Conferencia Episcopal de Colombia celebra su cumpleaños número 91 y se une en acción de gracias por su vida y por toda la labor dedicada a la Iglesia y al servicio de la comunidad.

Vie 8 Sep 2023

La Voz del Pastor | 10 de septiembre de de 2023

Reflexión de monseñor Luis José Rueda Aparicio, arzobispo de Bogotá y primado de Colombia:Lectura del Santo Evangelio según San Mateo 18, 15-20.

Jue 7 Sep 2023

Un Rosario desde Chiquinquirá y una Eucaristía desde Cartagena para orar por la paz de Colombia

En el marco de la Semana por la Paz #36, con un Santo Rosario “por la paz, la reconciliación y la mesa de diálogos” que se realizará este viernes 8 de septiembre en el Santuario Mariano Nacional de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá, y una Eucaristía que será celebrada el sábado 9 de septiembre en el Santuario de San Pedro Claver de la ciudad de Cartagena, la Iglesia Católica colombiana orará por la paz de Colombia.El rezo del Rosario en Chiquinquirá estará a cargo de monseñor Jorge Leonardo Gómez Serna, obispo emérito de Magangué, destacado por su aporte en favor de la paz del país. La Santa Misa en la capital de Bolívar será presidida por monseñor Francisco Javier Múnera, arzobispo de Cartagena, y se hará en honor a san Pedro Claver y en conmemoración del Día Nacional de los Derechos Humanos.Ambas actividades se llevarán a cabo a las 6:00 p.m. y serán transmitidas a través de las redes sociales de la Conferencia Episcopal de Colombia, del Secretariado Nacional de Pastoral Social y de los canales oficiales de ambos templos en YouTube.Estas actividades celebrativas, coordinadas por el Secretariado Nacional de Pastoral Social, se suman a muchas otras de tipo pedagógico, social y de incidencia que, desde los niveles nacional, regional y local, se han venido promoviendo en el contexto de esta edición 2023 de la Semana por la Paz que ha tenido como tema central “Juntanzas creadoras de paz”.Sobre San Pedro Claver y el Día de los Derechos Humanos en ColombiaSan Pedro Claver fue un sacerdote jesuita español, ordenado en 1616 en la Catedral de Cartagena. Pere Claver Corberó, como fue bautizado de nacimiento, se distinguió por su importante labor pastoral en favor de los hombres y mujeres que sufrían esclavitud y marginación en aquella época. Tras una ardua labor de casi 40 años, el misionero, quien se declaró ante el mundo como "esclavo de los esclavos para siempre", falleció en esta misma ciudad el 9 de septiembre de 1654.El papa León XIII, quien lo canonizó en el año de 1888, dijo: “Después de la vida de Cristo, ninguna ha conmovido tan profundamente mi alma como la del gran apóstol san Pedro Claver”.Un tiempo después, en 1985, el Congreso de la República de Colombia, por medio de la Ley 95, declaró el 9 de septiembre como festividad de san Pedro Claver y en honor suyo, categorizó esta fecha como el “Día Nacional de los Derechos Humanos”.

Jue 7 Sep 2023

Bienaventurados los que trabajan por la paz

Por Mons. José Libardo Garcés Monsalve - El desarrollo del Plan Evangelizador de nuestra Diócesis de Cúcuta para este mes de septiembre tiene como lema: “Caminemos Juntos, en paz, guiados por la Palabra de Dios”, con el momento significativo de vivir la semana por la paz y la semana bíblica, que tiene como propósito que cada uno de nosotros siga afianzando el fervor y celo pastoral en un trabajo comprometido por la paz, como don precioso de Dios para toda la humanidad, con el corazón dispuesto a recibir esta gracia, que nos compromete a trabajar intensamente por tener en la vida a Nuestro Señor Jesucristo que nos conduce a la verdadera paz.Cuando aceptamos a Jesucristo en la vida personal y familiar, brota del interior el deseo de trabajar y construir la paz y como consecuencia seremos llamados por el mismo Señor, bienaventurados, así lo expresa Jesús en el sermón de la montaña: “Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque Dios los llamará sus hijos” (Mt 5, 9). Esta es la tarea de todo cristiano, ayudar a que todos vivamos en paz, construida desde el perdón y la reconciliación que nos pide amar a los enemigos y orar por los que nos persiguen y calumnian, aprendiendo a resolver los conflictos y problemas diarios desde el Evangelio, que es opuesto a toda violencia y división tal como lo enseña Jesús: “Han oído que se dijo: Ama a tu prójimo y odia a tu enemigo. Pero yo les digo: Amen a sus enemigos y oren por quienes los persiguen. Así serán dignos hijos de su Padre del cielo, que hace salir el sol sobre buenos y malos, y manda la lluvia sobre justos e injustos” (Mt 5, 43-45).Llegar a trabajar por la paz presupone que reinen en nuestro corazón las demás bienaventuranzas. Cuando tengamos la confianza puesta solo en Dios desde la pobreza evangélica, cuando tengamos el alma limpia de todo pecado, comenzamos a tener paz en nosotros mismos y también la podemos ofrecer a los demás, paz que no depende de nuestros méritos, sino de la gracia de Dios. No es la paz como la que busca el mundo, que en muchos casos es más un negocio que pide beneficios para quienes la proporcionan, sino que es un maravilloso regalo que Jesucristo ha ganado con su Sangre y que nos quiere dejar para vivir en unidad y comunión. “La Paz les dejo, mi paz les doy. Una Paz que el mundo no les puede dar” (Jn 14, 27), que implica trabajar intensamente por tener en la vida a Nuestro Señor Jesucristo príncipe de la paz.Jesucristo ha puesto su morada entre nosotros para devolvernos la paz perdida por el pecado y conducirnos a la paz verdadera, llamando a todos los que están dispersos y divididos para lleguen a la comunión como don de Dios. Su misión la ha cumplido desde la cruz, clavado en el madero nos devolvió la paz con Dios, cuando nos otorgó el perdón misericordioso, “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen” (Lc 23, 34), que implica dejarnos limpios de todo pecado y libres de toda división que nos separa de Dios y liberados de odios, resentimientos, rencores y venganzas que destruyen nuestras relaciones familiares y comunitarias y hacen que la paz comience a debilitarse y morir.Ser llamados por el Señor bienaventurados por trabajar por la paz, significa tener paz en el corazón y luego transmitirla a los otros procurando ambientes de paz entre los hermanos, sobre todo quienes están en división y conflicto o están alejados de Dios. Un bautizado que tiene las cosas ordenadas en su corazón, que está limpio en su corazón, es capaz de dejar entrar a su vida las virtudes de la Fe, la Esperanza y la Caridad, que ponen al creyente en perfecta comunión con Dios, cosechando en su corazón como fruto maduro las demás virtudes que rigen la vida del creyente y lo ponen en actitud de acogida del hermano, incluso del enemigo y del que causa ofensas permanentemente. Con un corazón limpio, que está en gracia de Dios, es posible trabajar por la paz, porque la limpieza de corazón permite ver a Dios en el hermano, aún en aquel que es más conflictivo y en el que está más dividido. La limpieza de corazón permite el acercamiento al otro como el buen samaritano que limpia las heridas de odio, resentimiento, rencor y venganza que hay en el corazón del prójimo para llevarlo hasta Dios a que cuide de Él y sane sus heridas. En este mes de septiembre celebramos la semana por la paz, con el primer compromiso de orar por la paz tan anhelada por todos y luego a trabajar para que vivamos en familias perdonadas, reconciliadas y en paz. Todos queremos la paz y hacemos grandes esfuerzos por conseguirla. En este trabajo intenso y desde el corazón, tenemos la certeza de un premio: “Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque Dios los llamará sus hijos” (Mt 5, 9), sabiendo que el Padre de todos es solamente Dios, y no se puede entrar a formar parte de su familia, si no vivimos en paz entre todos por medio de la caridad fraterna, trabajando por crear armonía y unidad en nuestro entorno.Nuestro Señor Jesucristo necesita que lo dejemos obrar en nuestro corazón y que lo dejemos entrar en nuestra vida: “mira que estoy a la puerta y llamo. Cuando alguien me oye y abre la puerta, entraré en su casa y cenaré con él y el conmigo” (Ap 3, 20). De nuestra parte tengamos la disposición de decirle: “Quédate con nosotros Señor” (Lc 24, 29) esta es la clave para vivir perdonados, reconciliados y en paz en nuestras familias y en la sociedad, para que hoy y siempre “Caminemos Juntos, en paz, guiados por la Palabra de Dios. En unión de oraciones. Reciban mi bendición.+José Libardo Garcés MonsalveObispo de Cúcuta

Mié 6 Sep 2023

Asamblea de OMP y Pastoral Misionera: una oportunidad de fortalecimiento y proyección al centenario nacional

Entre el 28 de agosto y el 1 de septiembre se llevó a cabo, en la ciudad de Bogotá, la Asamblea Nacional de Directores Obras Misionales Pontificias y Pastoral Misionera. Cerca de 60 personas, entre sacerdotes, religiosas y laicos, provenientes de todas las regiones del país, participaron en este encuentro que se desarrolló bajo el lema “¡En la Iglesia Misionera, Colombia de primera!”, el mismo que inspirará, en 2024, la celebración del centenario nacional misionero.Fueron dos los objetivos centrales bajo los cuales se llevó a cabo este encuentro: recordar el significativo camino misionero que ha recorrido la Iglesia colombiana, e identificar los pasos que se darán a nivel local, regional y nacional, para preparar el congreso centenario que se llevará a cabo del 5 al 7 de julio del próximo año.El espacio fue liderado por monseñor Mario de Jesús Álvarez Gómez, obispo de la Diócesis de Istmina-Tadó, administrador apostólico de la Diócesis de Quibdó y presidente de la Comisión Episcopal de Animación Misionera y por el padre Samir García, director del Centro Nacional Misionero de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC) y encargado de las Obras Misionales Pontificias de Colombia (OMP). La asamblea también estuvo acompañada en su primer día por monseñor Luis Manuel Alí Herrera, obispo auxiliar de Bogotá y secretario general de la CEC, quien presidió la Eucaristía y motivó a los asistentes para su reflexión y trabajo durante el encuentro.Mirar atrás para recordar por qué “¡En la Iglesia Misionera, Colombia de primera!”En la jornada del martes 29, monseñor Mario de Jesús presentó una ponencia sobre los congresos misioneros que se han realizado en el país desde 1924. Enfatizó en el rol protagonista y referente que ha tenido Colombia para la misión en toda Latinoamérica. Además, el obispo recordó que la razón de ser de la Iglesia es la misión, “todo lo demás que hagamos es consecuencia de ello”, precisó.El prelado enfatizó también que es fundamental fortalecer la Misión Ad gentes al interior de las comunidades, para después poder ir con mayor dinamismo al exterior, a otros territorios, a buscar a “aquel que aún no ha recibido el nombre de Jesús”. Además, recordó que las Obras Misionales Pontificias no son electivas, sino que son una petición directa del Santo Padre, por lo que cada jurisdicción debe estar muy atenta a su implementación en los diferentes niveles y grupos.Por su parte, el padre Samir García, inquietó a los participantes pidiéndoles que se preguntaran: “¿Qué vamos a hacer si cien años atrás hombres y mujeres, arriesgados, valientes, han construido una obra inmensa y nos las ha puesto en nuestras manos, ahora cuál va a ser nuestro compromiso?”Las propuestas de los COREMI para la celebración del centenario nacionalMás que un evento institucional de la Iglesia colombiana, los delegados de misiones se proponen provocar con el congreso del 2024 la vivencia de este importante centenario desde la esencia de las diversas comunidades y dimensiones de trabajo pastoral de iglesia particular. De ahí que, durante las jornadas, los participantes desarrollaron espacios de trabajo colectivo por Comités Regionales Misioneros (COREMI), en los que propusieron diversas actividades con diferentes grupos pastorales y parroquiales.Entre las propuestas que se plantearon allí, están:“Desde el COREMI de la Costa Caribe, proponíamos que en los seminarios se haga también una breve formación para vivir ese congreso y que se traigan a Bogotá también jóvenes seminaristas para que vivan la experiencia, y que pueda así animarse el espíritu misionero de los futuros sacerdotes”, afirmó el padre Julio Herrera de la Diócesis de Sincelejo.“De las ideas que surgieron del COREMI Antioquia-Chocó, está el hecho de hablar acerca de la misionología, pero desde una experiencia práctica, no solamente teórica. Es necesario conocer las realidades que se viven en Colombia, conocer qué está pasando en cada una de las jurisdicciones eclesiásticas, conocer cuáles son las experiencias que se viven y como desde ahí retroalimentar los procesos de las comunidades”, anotó Eliana Alzate de la Diócesis de Girardota.“Una de las ideas es tener catequesis previas antes del congreso para que las personas que van a participar tengan un acercamiento y lleguen conscientes sobre qué es lo que van también impulsar o lo que es la misión entre las diócesis y que las jurisdicciones conozcan también otros territorios. Otra idea es implementar la oración por el centenario y para que así tengamos una preparación también espiritual, desde Horas Santas, Eucaristías y retiros espirituales”, precisó la hermana Kelly Grajales de Diócesis de Ocaña, al respecto de lo propuesto por el COREMI Nororiente.Una reflexión desde la identidad misionera de la IglesiaEn esta asamblea también estuvo presente monseñor Óscar Múnera Ochoa, Vicario Apostólico de Tierradentro, miembro de la Comisión de Animación misionera. Durante el tercer día, además de celebrar la Eucaristía, el obispo presentó una ponencia en la que destacó la importancia de fundamentar la vida en Cristo y la identidad de los directores de las OMP como piedra angular en la misión. Basándose en el Evangelii Gaudium (EG) y el pasaje bíblico de Mateo 7, 21-29, resaltó la necesidad de mantener una vida de oración y discernimiento, así como superar las tentaciones que pueden surgir en el camino misionero. Además, subrayó la relevancia de llevar a cabo una labor evangelizadora sólida y comprometida en la Iglesia Católica en Colombia.Además, durante el encuentro se llevaron a cabo las elecciones de los nuevos Coordinadores y Secretarios de los ocho COREMI que existen en el país. En este momento, se destacó la relevancia de dichos roles en el tejido de la Iglesia colombiana, reconociéndola como una entidad que se forja en la unión y la sinergia de esfuerzos para lograr mayor cohesión.El cuarto día de la asamblea estuvo marcado por una visita de los participantes a la Catedral de Sal y la Catedral de la Santísima Trinidad, San Antonio de Padua y Nuestra Señora de la Asunción de Zipaquirá, una experiencia de profunda espiritualidad, pero también de fraternidad. Los llamados del presidente del episcopado a los directores de misiones del paísLa última jornada del evento, desarrollada el viernes 1 de septiembre, estuvo acompañada por monseñor Luis José Rueda Aparicio, arzobispo de Bogotá y presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia. Allí, el Cardenal Electo, realizó una ponencia en la que compartió la historia de la propagación de la fe en Colombia, destacó la importancia de la Madre Laura e instó a los participantes a reconocer este momento en el que se "nos llama a ser misioneros en el mundo contemporáneo teniendo como base el servicio".En el marco del Sínodo sobre la Sinodalidad, monseñor Rueda recordó que el llamado a la sinodalidad y a la misión se extendió a tres grupos de personas dentro de las comunidades: los totalmente fieles, los que están en transición y los que no aceptan la fe. Afirmó que esta diversidad de grupos los desafía ahora a encontrar formas creativas y auténticas de llevar el mensaje del Evangelio a todos.En su ponencia, el presidente del episcopado también destacó la importancia de la mujer, del diaconado permanente y de la ministerialidad dentro de la Iglesia, alentando una participación activa y significativa de todos los fieles, rompiendo con el clericalismo y promoviendo la voz de todo el pueblo de Dios.Al cierre, monseñor Luis José presidió una Eucaristía en la que invitó a los participantes a renovar su compromiso de ser, en todos los rincones de Colombia “una Iglesia sinodal misionera, una Iglesia orante y una Iglesia servidora”.

Mié 6 Sep 2023

Por caminos de reconciliación y respeto a la vida humana

Por: Mons. Víctor Manuel Ochoa Cadavid - En esta mañana del domingo, cuando vivimos la alegría de la resurrección del Señor Jesús, que nos salvó del pecado y de la muerte, regalándonos la alegría, los invito para que lo invitemos a nuestros hogares y resuene su saludo pascual: “La paz este con ustedes” (Juan 20,21).En esta mañana, en todos los rincones de Colombia, los invito a pensar en los hombres y mujeres que entregan su vida por el País, por Colombia, con sudor, sacrificio y abnegación dando lo mejor de sus vidas para salvaguardar el orden público, el valor de la vida, la soberanía de Colombia, la defensa de la legalidad. Hombres de fe y de integridad.Cada semana, ponemos nuestra vida en manos de Dios, en este programa NOTAS HUMANAS Y DIVINAS, afirmamos el auxilio del Señor en nuestra vida y trabajo, mirando al resucitado. Los invito para que elevemos súplicas al Señor de los Ejércitos, pidiendo bendiciones sobre nuestra Patria y sobre nuestras acciones, sobre el trabajo de los colombianos, sobre nuestros soldados y policías.Los invito a tener un sentimiento de gratitud para con los hijos de Colombia, hombres y mujeres que llevando el uniforme de nuestras Fuerzas Armadas -soldados y policías- en lugares muy diversos de Colombia, donde sirven el bien común, nos dan seguridad y acompañan la democracia de la Patria.Son muchos los miembros de nuestras Fuerzas Armadas, el Ejército Nacional, la Armada Nacional, la Fuerza Aeroespacial Colombiana y la Policía Nacional, que cumplen con las tareas y acciones que, con gran esfuerzo cumplen en favor de los colombianos, protegiéndonos de particulares amenazas.Estos hombres y mujeres son hombres de profunda fe, en Dios, en su misericordia y le ponen a Él, como fundamento de sus vidas y tareas. Son hijos de la Patria, que están acompañados de las oraciones de sus Padres, de sus esposas, de sus hijos.Recojámonos en un momento de oración pidiendo que Dios proteja y acompañe a los soldados de Colombia, por nuestros Policías. Estos días son días de prueba, muchos de ellos han entregado su vida, han derramado la sangre por Colombia.Los invito para que pongamos en manos del Dios justo y fiel, sus vidas y sus familias, pongamos en manos de Dios su servicio, la entrega de todos nuestros soldados caídos, al servicio de la libertad, del orden social.Con gran fe, pongamos a las familias de estos soldados y policías caídos cumpliendo su juramento solemne de llegar incluso a entregar la vida por Colombia, para que encuentren el auxilio de Dios.La muerte de tantos soldados 34 – y policías 37 en este año 2023, nos tienen que hacer reflexionar y pensar en la profunda opción que tenemos que hacer por construir la paz en nuestra Patria.Pidamos al Señor que la tarea y la vida de estos soldados, continúe siempre poniéndose al servicio de la construcción de la paz, una paz verdadera, sincera, estable y justa, donde cada uno reciba los beneficios de esta opción por la vida humana, en el cumplimiento de la doctrina social de la Iglesia: la defensa de la vida, el cuidado de la dignidad de la persona y la garantía de los derechos humanos para todos, sin distinción de su condición social.Esta tarea de la construcción de la paz, tiene que estar presente en todas nuestras comunidades, en todos los rincones de la Patria, donde es fundamental la colaboración de todos -hombres y mujeres- de todas las condiciones sociales. La paz debe comenzar en las familias, en las pequeñas comunidades, en los grupos sociales y humanos que nos agregan y comprometen. La paz se deber construir con honestidad, con trabajo, con rectitud, con lucha a la corrupción y al mal, con nuestra opción por alejarnos del pecado y del mal.La paz comienza con la convivencia y la ayuda fraterna entre todos los colombianos, con el respeto de nuestras autoridades legítimas y, especialmente, en el fortalecimiento de la justicia, en la afirmación del derecho.Pidamos a Dios que nuestros Soldados y Policías puedan fortalecer sus capacidades de servicio, sus competencias para ponerse al servicio de los colombianos. Nos lo regale Jesucristo, “camino, la verdad y la vida”, sea El nuestro camino, nuestra paz, nuestra justicia. Que podamos construir la Patria, en el cumplimiento de la ley y, especialmente, fortaleciendo las relaciones justas entre los colombianos, que nuestra tarea construya la paz, en la legitima defensa de los derechos de todos.Recibe Oh Dios, en tu paz a cuantos han caído víctimas del horror del doloroso y conflicto, que podamos estrecharnos en el eterno abrazo de la paz y, que construyamos la Patria por caminos de verdad, justicia y reconciliación. Nuestra Reina, la Virgen del Rosario de Chiquinquirá nos arrope con su manto.¡Alabado sea Jesucristo!+Víctor Manuel OCHOA CADAVIDObispo Castrense de ColombiaEditorial publicada en "Notas humanas y divinas" de RCN, 3 de septiembre 2023.