Pasar al contenido principal

Iglesia

Dom 25 Dic 2022

Mensaje de Navidad 2022 y bendición Urbi et Orbi del Papa Francisco

Con motivo de la celebración de Navidad este 25 de diciembre, el Papa Francisco impartió la tradicional Bendición “Urbi et Orbi” (a la ciudad e Roma y al mundo). El Papa en su mensaje Urbi et Orbi recordó los conflictos que afectan a la humanidad y los países donde se muere de hambre. Al mencionar Ucrania, dijo que desde que comenzó allí la guerra muchos países especialmente en el Cuerno de África y Afganistán están en peligro de carestía. Pidió que hoy, mientras disfrutamos la alegría de encontrarnos con nuestros seres queridos, en una mesa bien preparada, pensemos en las familias que están más heridas por la vida, y en aquellas que, en este tiempo de crisis económica, tienen dificultades a causa de la falta de trabajo y de lo necesario para vivir. Jesús nace entre nosotros: es Dios con nosotros Que el Señor Jesús, nacido de la Virgen María, traiga a todos ustedes el amor de Dios, fuente de fe y de esperanza; junto con el don de la paz, que los ángeles anunciaron a los pastores de Belén: «¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra, paz a los hombres amados por él!» (Lc 2,14). En este día de fiesta volvamos la mirada a Belén. El Señor vino al mundo en una gruta y fue recostado en un pesebre para los animales, porque sus padres no pudieron encontrar un albergue, a pesar de que a María le había llegado ya la hora del parto. Vino a estar entre nosotros en el silencio y en la oscuridad de la noche, porque el Verbo de Dios no necesita reflectores ni el clamor de voces humanas. Él mismo es la Palabra que da sentido a la existencia, la luz que alumbra el camino. «La luz verdadera, al venir a este mundo —dice el Evangelio—, ilumina a todo hombre» (Jn 1,9). “Jesús nace entre nosotros, es Dios-con-nosotros. Viene para acompañar nuestra vida cotidiana, para compartir todo con nosotros, alegrías y dolores, esperanzas e inquietudes. Viene como un niño indefenso. Nace en el frío, pobre entre los pobres. Necesitado de todo, llama a la puerta de nuestro corazón para encontrar calor y amparo”. Palabras del Papa Francisco en el mensaje Urbi et Orbi de este 25 de diciembre, donde nos pide que, como los pastores de Belén, dejemos que nos envuelva la luz y vayamos a ver el signo que Dios nos ha dado. Francisco nos pidió que venzamos el letargo del sueño espiritual y las falsas imágenes de la fiesta que hacen olvidar quién es el homenajeado, que salgamos del bullicio que anestesia el corazón y nos conduce a preparar adornos y regalos más que a contemplar el Acontecimiento: el Hijo de Dios que nació por nosotros. Adoremos al Príncipe de la Paz Jesús, es nuestra paz; esa paz que el mundo no puede dar y que Dios Padre dio a la humanidad enviando a su Hijo, recordó el Santo Padre mencionando además a San León Magno, que tiene “una expresión que, en la concisión de la lengua latina, resume el mensaje de este día: «Natalis Domini, Natalis est pacis», «el Nacimiento del Señor es el Nacimiento de la paz» (Sermón 6,5)”. Jesucristo es también el camino de la paz, dijo en su mensaje el Papa, Jesús con su encarnación, pasión, muerte y resurrección, abrió el paso de un mundo cerrado, oprimido por las tinieblas de la enemistad y de la guerra, a un mundo abierto, libre para vivir en la fraternidad y en la paz. Francisco nos pidió que sigamos esa senda, pero para ser capaces de seguir a Jesús “debemos despojarnos de las cargas que nos lo impiden y que nos mantienen bloqueados”. Cargas que no nos permiten seguir a Jesús Las cargas que nos impiden seguir al Príncipe de la Paz, son las mismas pasiones negativas que impidieron que el rey Herodes y su corte reconocieran y acogieran el nacimiento de Jesús, señaló Francisco: el apego al poder y al dinero, la soberbia, la hipocresía, la mentira. “Estas cargas imposibilitan ir a Belén, excluyen de la gracia de la Navidad y cierran el acceso al camino de la paz. Y, en efecto, debemos constatar con dolor que, al mismo tiempo que se nos da el Príncipe de la paz, crudos vientos de guerra continúan soplando sobre la humanidad”. Que sea la Navidad de Jesús y de la paz “Si queremos que sea Navidad, la Navidad de Jesús y de la paz”, dijo el Papa, contemplemos a Belén y fijemos la mirada en el rostro del Niño que nos ha nacido: “Y en ese pequeño semblante inocente reconozcamos el de los niños que en cada rincón del mundo anhelan la paz”. Francisco una vez más recordó a Ucrania, pidió que nuestra mirada se llene de los rostros de los hermanos y hermanas ucranianos, que viven esta Navidad en la oscuridad, a la intemperie o lejos de sus hogares, a causa de la destrucción ocasionada por diez meses de guerra. Que abramos el corazón a Dios y que permitamos que el Señor nos disponga a realizar gestos concretos de solidaridad para ayudar a quienes están sufriendo. Que Dios, dijo, ilumine las mentes de quienes tienen el poder de acallar las armas y poner fin inmediatamente a esta guerra insensata. “Lamentablemente, se prefiere escuchar otras razones, dictadas por las lógicas del mundo. Pero la voz del Niño, ¿quién la escucha?” El mundo necesita paz En su mensaje Urbi et Orbi, el Papa Francisco recordó otros escenarios de conflictos, algunos que llevan tiempo, algunos han sido olvidados por la humanidad: “Nuestro tiempo está viviendo una grave carestía de paz también en otras regiones, en otros escenarios de esta tercera guerra mundial. Pensemos en Siria, todavía martirizada por un conflicto que pasó a segundo plano pero que no ha acabado; pensemos también en Tierra Santa, donde durante los meses pasados aumentaron la violencia y los conflictos, con muertos y heridos. Imploremos al Señor para que allí, en la tierra que lo vio nacer, se retome el diálogo y la búsqueda de confianza recíproca entre israelíes y palestinos”. Pidió que el Niño Jesús sostenga a las comunidades cristianas que viven en todo el Oriente Medio, para que en cada uno de esos países se pueda vivir “la belleza de la convivencia fraterna entre personas pertenecientes a diversos credos”. Francisco pidió al Niño Jesús que ayude al Líbano, para que, con el apoyo de la comunidad internacional y con la fuerza de la fraternidad y la solidaridad pueda recuperarse. Que Dios ayude a la región del Sahel, donde la convivencia pacífica entre pueblos y tradiciones se ve perturbada por enfrentamientos y violencia. Pidió por una tregua en Yemen y hacia la reconciliación en Myanmar y en Irán, para que cese todo derramamiento de sangre. América Latina también en el corazón del Papa, pidió al Niño Jesús, que inspire a las autoridades políticas y a todas las personas de buena voluntad en el continente americano, a esforzarse por pacificar las tensiones políticas y sociales que afectan a varios países, recordó a Haití que está sufriendo hace mucho tiempo. La humanidad sufre de hambre Francisco, pensando en este día, en el que se reúne la familia en una mesa “bien preparada”, pidió no desviar la mirada de Belén, que significa “casa del pan”, y cada uno piense en las personas que sufren hambre, sobre todo los niños. Recordó una vez más, que, mientras se desperdician grandes cantidades de alimentos y se derrochan bienes a cambio de armas, pueblos enteros sufren de hambre. Desde que comenzó la guerra en Ucrania, poblaciones enteras en Afganistán y los países del Cuerno de África, están sufriendo la carestía. Las guerras provocan hambre, afirmó el Papa, y usan “la comida como arma, impidiendo su distribución a los pueblos que ya están sufriendo”. Que, aprendiendo del Príncipe de la paz, afirmó, nos comprometámonos todos —en primer lugar, los que tienen responsabilidades políticas—, para que la comida no sea más que un instrumento de paz. Un mundo enfermo de indiferencia Francisco dijo por último, que, hoy como en ese entonces, Jesús, la luz verdadera, viene a un mundo enfermo de indiferencia, que no lo acoge, más bien lo rechaza, como ocurre hoy día con los extranjeros, o se le ignora a Jesús, como pasa con los pobres. "No nos olvidemos hoy de tantos migrantes y refugiados que llaman a nuestra puerta en busca de consuelo, calor y alimento. No nos olvidemos de los marginados, de las personas solas, de los huérfanos y de los ancianos que corren el riesgo de ser descartados; de los presos que miramos sólo por sus errores y no como seres humanos". Belén, afirmó, muestra la sencillez de Dios, que no se revela a los sabios y a los doctos, sino a los pequeños, a quienes tienen el corazón puro y abierto comolos pastores. Nos pide que como ellos, vayamos también nosotros sin demora y dejémonos maravillar por el acontecimiento impensable de Dios que se hace hombre para nuestra salvación. "Aquel que es fuente de todo bien se hace pobre y pide como limosna nuestra pobre humanidad. Dejémonos conmover por el amor de Dios y sigamos a Jesús, que se despojó de su gloria para hacernos partícipes de su plenitud. ¡Feliz Navidad a todos!". Fuente: Vatican News

Sáb 24 Dic 2022

25 diciembre de 2022 | Comienzo del santo Evangelio según san Juan 1, 1-18

El Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros EN el principio existía el Verbo, y el Verbo estaba junto a Dios, y el Verbo era Dios. Él estaba en el principio junto a Dios. Por medio de él se hizo todo, y sin él no se hizo nada de cuanto se ha hecho. En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. Y la luz brilla en la tiniebl25 a, y la tiniebla no lo recibió. Surgió un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan: este venía como testigo, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por medio de él. No era él la luz, sino el que daba testimonio de la luz. El Verbo era la luz verdadera, que alumbra a todo hombre, viniendo al mundo. En el mundo estaba; el mundo se hizo por medio de él, y el mundo no lo conoció. Vino a su casa, y los suyos no lo recibieron. Pero a cuantos lo recibieron, les dio poder de ser hijos de Dios, a los que creen en su nombre. Estos no han nacido de sangre, ni de deseo de carne, ni de deseo de varón, sino que han nacido de Dios. Y el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros, y hemos contemplado su gloria: gloria como del Unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad. Juan da testimonio de él y grita diciendo: «Este es de quien dije: el que viene detrás de mí se ha puesto delante de mí, porque existía antes que yo». Pues de su plenitud todos hemos recibido, gracia tras gracia. Porque la ley se dio por medio de Moisés, la gracia y la verdad nos han llegado por medio de Jesucristo. A Dios nadie lo ha visto jamás: Dios unigénito, que está en el seno del Padre, es quien lo ha dado a conocer. Palabra del Señor.

Sáb 24 Dic 2022

24 diciembre de 2022 | Lectura del santo Evangelio según san Lucas 2,1-14

MISA MEDIANOCHE Hoy les ha nacido un Salvador SUCEDIÓ en aquellos días que salió un decreto del emperador Augusto, ordenando que se empadronase todo el Imperio. Este primer empadronamiento se hizo siendo Cirino gobernador de Siria. Y todos iban a empadronarse, cada cual a su ciudad. También José, por ser de la casa y familia de David, subió desde la ciudad de Nazaret, en Galilea, a la ciudad de David, que se llama Belén, en Judea, para empadronarse con su esposa María, que estaba encinta. Y sucedió que, mientras estaban allí, le llegó a ella el tiempo del parto y dio a luz a su hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo recostó en un pesebre, porque no había sitio para ellos en la posada. En aquella misma región había unos pastores que pasaban la noche al aire libre, velando por turno su rebaño. De repente un ángel del Señor se les presentó; la gloria del Señor los envolvió de claridad, y se llenaron de gran temor. El ángel les dijo: «No teman, les anuncio una buena noticia que será de gran alegría para todo el pueblo: hoy, en la ciudad de David, les ha nacido un Salvador, el Mesías, el Señor. Y aquí tienen la señal: encontrarán un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre». De pronto, en torno al ángel, apareció una legión del ejército celestial, que alababa a Dios diciendo: «Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres de buena voluntad». Palabra del Señor.

Sáb 24 Dic 2022

Y el verbo se hizo carne y habitó entre nosotros, y hemos contemplado su gloria

NACIMIENTO DEL SEÑOR Diciembre 25 de 2022 (Misa del día) Primera lectura: Isaías 52,7-10 Salmo: 98(97),1.2-3ab.3cd-4.5-6 (R. cf. 3c) Segunda lectura: Hebreos 1,1-6 Evangelio: Juan 1,1-18 I. Orientaciones para la Predicación Introducción La solemnidad del Nacimiento del Señor no solo tiene una connotación religiosa sino, además, cultural. La celebración de este acontecimiento trasciende el espacio reservado al culto público y a la asamblea litúrgica y se instala en los espacios privados, domésticos y laborales, donde las expresiones devocionales y folclóricas tienen especial relevancia. Por otra parte, en Evangelii Gaudium 157, el Papa Francisco expresa que «una buena homilía debe contener una idea, un sentimiento, una imagen». Entonces, podríamos tomar como pautas para la predicación las siguientes recomendaciones: • Una idea: El nacimiento del Salvador se enmarca en la teología trinitaria; el evangelio de Juan en esta Solemnidad indica lo que ya desde el Concilio de Nicea fue sistematizado con respecto a Jesucristo y su doble generación: primero, engendrado eternamente (no creado) por el Padre Dios: “En el principio existía la Palabra”. Segundo, engendrado temporalmente por obra del Espíritu Santo en el seno virginal de María se hizo hombre: “La Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros”. • Un sentimiento: La alegría llena los corazones de quienes asimilan la experiencia de salvación. La primera lectura tomada de la profecía de Isaías y el salmo que proclamamos indican las señales de este gozo: cantos de júbilo, gritos de vítores, sonar de cítaras, clarines y trompetas, todo en un concierto de alegría por la llegada del Mesías. • Una imagen: La mejor imagen en este día es la contemplación del pesebre pues vuelve concreta la idea desarrollada (dogma) y el sentimiento que esta suscita. 1. Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura? Isaías detalla los comportamientos de un pueblo a la espera de una Buena Noticia: proclama que es hermoso ver en lontananza a quien trae una buena nueva; en el pueblo causa ansiedad, en el corazón de cada uno revive la esperanza. ¿Qué mensaje traerá aquel que viene? En este texto el Mesías tiene tres encargos; primero, ser “el mensajero de la paz”; segundo, “proclamar la justicia” y, finalmente, recordarle al pueblo que “Dios reina”. El pueblo expectante no puede subir hasta la atalaya para divisar a lo lejos qué tan cerca está el enviado; por eso son los vigías los primeros anunciadores de esta cercanía y posterior llegada porque son los primeros que han tenido la experiencia del encuentro: “ven cara a cara al Señor”; de modo que, al constatar su mirada cercana y presente, anuncian al resto del pueblo esa buena noticia con rostro alegre para dar paso, inmediatamente, a la celebración con gritos de júbilo. Por su parte, tanto el evangelista Juan como el autor de la carta a los hebreos presentan un resumen de la “economía de la salvación”. Han contemplado el misterio, han buscado entenderlo y lo han asimilado en su vida; solo así podrían haber escrito que el Verbo (Juan), el Hijo (Hebreos), es el eje sobre el que gira la historia, es el quicio que une el Antiguo y el Nuevo Testamento, pues es la realización actual de la promesa antigua. “El Verbo estaba junto a Dios y el Verbo era Dios” (Juan) y “Reflejo de su gloria e impronta de su ser” (Hebreos) son expresiones que usa el autor para explicar que el Padre y el Hijo son de la misma naturaleza divina (Trinidad inmanente); mientras que las expresiones: “Y el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros” (Juan) y “habiendo realizado la purificación de los pecados” (Hebreos) indican la razón por la cual el Hijo de Dios se encarnó (Trinidad trascendente). La etapa final de la historia ha sido inaugurada por la Encarnación del Hijo de Dios (primera venida); el cristiano asume los frutos de la Redención y espera la segunda venida, el retorno glorioso de “Dios Hijo Único que está en el seno del Padre (Juan), “sentado a la derecha de la Majestad en las alturas” (Hebreos). 2. Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y que me sugiere para decirle a la comunidad? El cristiano está llamado a tener un encuentro personal con Jesucristo para lograr una vida plena. El Señor ya tuvo contacto con la historia de la humanidad a través de su Encarnación y busca el contacto con la historia de cada persona. Celebrar la Navidad es celebrar el Nacimiento de nuestro Salvador Jesucristo; pareciera una verdad de Perogrullo, pero es necesario insistir en ello, sobre todo en las circunstancias actuales en las que muchos celebran Navidad sin ninguna referencia espiritual, devocional o litúrgica, es decir, únicamente como fiesta secular donde se comparten regalos y cenas. En algunos casos, la tristeza y el desespero en el que viven ciertas personas – situaciones que suelen hacerse más evidentes durante la época navideña – pueden tener origen en la dificultad que algunos experimentan para descubrir el sentido de la historia personal y comunitaria, y no encuentran ni un hilo conductor ni un motivo integrador. La propuesta cristiana no produce una alegría pasajera, momentánea, como la que ofrece el mundo moderno a través de experiencias esporádicas y deletéreas de entretenimiento que suelen dejar vacíos e insatisfacciones. Jesús no es esporádico e intermitente pues su presencia es fundante, permanente; no es deletéreo porque no hace daño, sino que vivifica; para ello vino al mundo. 3. Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo? Le suplicamos al Señor, en esta solemnidad, que nos conceda la gracia de vivir cristianamente la Navidad; para ello, las familias y la comunidad deben encontrar en el Nacimiento de Jesús una ocasión de alegría, de fraternidad y de compromiso. Alegría al reconocerse objeto del amor de Dios; fraternidad porque la salvación es un don que vence todo individualismo y autorreferencialidad ya que está encaminada a la paz de la tierra; compromiso porque ser cristiano no es un título indiferente sino un modo de ser que redunda en beneficio de la propia persona y del prójimo al asumir el desafío de vivir de manera concreta la redención obrada por Jesús. ______________________ Recomendaciones prácticas: • Los sacerdotes pueden presidir o concelebrar tres misas, con tal que se celebren en las horas indicadas. En las misas de navidad puede elegirse, según se considere más oportuno, cualquiera de los tres formularios de lecturas. • Si se considera oportuno, puede organizarse al comienzo de la celebración una procesión interna de niños que lleven la imagen del Niño Jesús al pesebre, donde se expone a devoción de los fieles con dignidad y evitando la desagradable figura de una alcancía en la que se recoge el “aguinaldo” para el Niño. • Seguir los formularios establecidos, prefiriendo para esta celebración el Prefacio I de Navidad y la Plegaria Eucarística I o Canon Romano, en la que el “Reunidos en comunión…” es propio de Navidad. • Debe hacerse muy notorio el canto del “Gloria” a Dios en el cielo, sin cambiar su precioso texto litúrgico ni por villancicos ni por otros cantos. Su sólo texto es ya una profesión de fe en el misterio de Dios. • Tener presente el signo del Credo en el que se hace la genuflexión al momento de recordar la encarnación del Verbo. • Puede emplearse hoy la fórmula de bendición solemne “En la Navidad del Señor”, Misal, p. 471. • Tener presente un sentido y sencillo saludo de Navidad para la comunidad, aprovechando la ocasión para felicitar a todos por el nacimiento del Salvador. II. Moniciones y Oración Universal o de los Fieles Monición introductoria de la Misa Quienes han estado vigilantes para salir al encuentro del Señor que ha llegado, han podido verlo “cara a cara”. Hemos venido a esta asamblea litúrgica con la firme intención de encontrarnos con Él para contemplar su victoria y luego salir a anunciarlo hasta los confines de la tierra. Celebremos con alegría el Nacimiento de Nuestro Salvador y que el gozo que hoy experimentamos se transforme en buenas obras en beneficio de nuestros hermanos. Monición a la Liturgia de la Palabra La Palabra de Dios ilumina nuestro camino para comprender el misterio de la salvación. Atendamos a la voz del mensajero de la paz que ha venido al mundo a proclamar el amor del Padre y escuchando su palabra transformémosla en obras de justicia y santidad. Oración Universal o de los Fieles Presidente: El Salvador del mundo ha nacido para hacer nuevas todas las cosas. Elevemos nuestras súplicas a Dios Padre, para que nos conceda la gracia de reconocer en su Hijo Jesucristo el camino que nos conduce a la vida plena y verdadera. R. “Padre de las luces”, escúchanos. 1. Por el Pueblo de Dios, orientado por el Papa y los Obispos, para que, a ejemplo de Jesucristo, tu Hijo, sea en todo tiempo y lugar una viva imagen de tu amor. Oremos. 2. Por los gobernantes de la tierra para que se dejen guiar por Jesucristo, rey del mundo, y trabajen por la promoción de la justicia y la consecución de la paz. Oremos. 3. Por los niños y los jóvenes para que encuentren en Jesús el sentido de sus vidas y la respuesta a sus inquietudes. Oremos. 4. Por los enfermos, los migrantes, los privados de la libertad, las víctimas de la violencia y por quienes en este día se sienten desmotivados y tristes por las dificultades que deben enfrentar, para que el nacimiento de Jesús les llene de gozo. Oremos. 5. Por nuestra comunidad y nuestras familias para que esta Navidad sea un incentivo para vivir en armonía buscando la reconciliación y la concordia. Oremos. Oración conclusiva Te los pedimos por Jesucristo, tu Hijo, manifestado hoy al mundo en la humildad de nuestra carne, que vive y reina por los siglos de los siglos. R. Amén.

Sáb 24 Dic 2022

Fallece madre de monseñor Francisco Javier Múnera Correa

La Conferencia Episcopal de Colombia (CEC) expresa sus más sentidas condolencias a monseñor Francisco Javier Múnera Correa, arzobispo de Cartagena, por el sensible fallecimiento de su querida madre Margarita Correa de Múnera, ocurrida este 23 de diciembre. El episcopado colombiano al elevar sus plegarias por el eterno descanso de la señora Margarita, manifiesta su compañía y solidaridad con la familia de monseñor Múnera Correa. Sus exequias se realizarán este 24 de diciembre a las 3:00 p,m, en la parroquia San Cayetano, municipio de La Ceja - Antioquia.

Vie 23 Dic 2022

24 diciembre de 2022 | Lectura del santo Evangelio según san Lucas 1, 67-79

Nos visitará el Sol que nace de lo alto EN aquel tiempo, Zacarías, padre de Juan, se llenó de Espíritu Santo y profetizó diciendo: «Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha visitado y redimido a su pueblo, suscitándonos una fuerza de salvación en la casa de David, su siervo, según lo había predicho desde antiguo por boca de sus santos profetas. Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos y de la mano de todos los que nos odian; realizando la misericordia que tuvo con nuestros padres, recordando su santa alianza y el juramento que juró a nuestro padre Abrahán para concedernos que, libres de temor, arrancados de la mano de los enemigos, le sirvamos con santidad y justicia, en su presencia, todos nuestros días. Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo, porque irás delante del Señor a preparar sus caminos, anunciando a su pueblo la salvación por el perdón de sus pecados. Por la entrañable misericordia de nuestro Dios, nos visitará el sol que nace de lo alto, para iluminar a los que viven en tinieblas y en sombra de muerte, para guiar nuestros pasos por el camino de la paz». Palabra del Señor.

Vie 23 Dic 2022

¡Dios, hogar y dignidad humana!

Por: Mons. Darío de Jesús Monsalve Mejía - Llega la Navidad de cada año, nueve meses después de unas anunciaciones misteriosas a una pareja nazaretana, hebrea, de estrato uno o dos, sometidos a la sociedad esclavista y al imperio romano, al judaísmo y al nomadismo que dictan los poderosos del establecimiento. Se trata de María, una joven que ya está desposada con José, pero aún no se ha completado el tiempo para celebrar como esposos sus bodas. Los dos se ven en apuros ante la elección divina para “semejante ministerio”, de maternidad sin concurso de varón y de esponsalidad con una mujer en gestación de otra autoría. Pero traducen su apuro en un SÍ desde la fe y asumen como esposos la misión de brindarle un hogar a Dios en las genealogías humanas. Nace un niño en improvisada pensión de ganados, entre el rumiar de un buey y el rebuzne de una mula. Un excluido, un descartado, un destechado, pero de descendencia davídica y de origen misterioso, como invasor de tierras, como huésped no buscado, que pidió lugar y aunque “existía desde el principio, y todo fue hecho por Él”, “se hizo carne y acampó entre nosotros”. El universo, especialmente el Occidente de la tierra, concentra su mirada en este pesebre, que contabiliza los calendarios en un antes y después de Cristo, así vivamos sin que Cristo sea el centro, el eje, el núcleo y la potencia que mueva vidas e historias, pueblos y culturas. Aunque Navidad parezca sólo un mero pretexto para poner luces que esconden defraudaciones presupuestales, o músicas y tiernas letras que esconden villanías y llantos, la bondad del trigo que Dios sembró al encarnarse en toda naturaleza humana, y la armonía impresa al universo todo, puede brillar en cada Noche de Navidad. En este contexto de la Noche Buena y del Nacimiento del Dios hecho hombre, de la Palabra hecha vida y de la vida hecha luz de los hombres, surgen tres verdades que la humanidad no debería separar, porque se auto destruye si no las mantiene en sana armonía: DIOS, HOGAR Y DIGNIDAD HUMANA. Dios es Amor. La Navidad, la Cruz, la Resurrección y Pentecostés con sus lenguas de fuego, nos hacen sabernos amados, desposados, habitados y habitantes de una casa común, con el mismo idioma del amor que vence diversidades y distancias. Jesús es el milagro de la intimidad solidaria de Dios con cada ser humano. Es la dicha de una Presencia que transforma en divina compañía el vacío de lo humano. Dios se hace hombre en el hogar de los esposos, formando una familia, un hogar de fe, de amor y de vida. Este hogar de Jesús lo forman esposos que se saben amados de Dios y que se aman entre ellos, para cumplir juntos una misión, un ministerio confiado por Dios. Son esposos abiertos a la estabilidad de su relación, a la exclusividad de su intimidad y a la fecundidad que comunica y protege la vida. Forman un hogar típico e ideal, que es el pesebre eterno de Dios, el hogar de Belén y Nazaret. Quizás los caminos no sean siempre los mismos de la pareja humana, pero toda persona, toda vida humana, necesita nacer, crecer y estar en un hogar de amor, de respeto y de generoso compartir. Todos ellos son los “hogares de Dios”. Desde ellos se construye la gran familia humana, la de los que “no han nacido de sangre, ni de amor carnal, ni de amor humano, sino de Dios”, como dice hoy el prólogo de San Juan. ¡Y la dignidad humana! Proclama la Navidad que Dios incluye en su Amor a todos. Y se hace hombre, pobre y solidario en el dolor y con la causa de la justicia en cada área de la vida, para elevar a todo ser humano a la excelsa dignidad de hijo de Dios, de heredero victorioso, a un nivel superior al de los mismos ángeles, como declara la lectura de Hebreos. ¡Ningún ser humano sin dignidad reconocida, sin derechos cumplidos, sin deberes y oportunidades abiertas al crecimiento del alma y al ensanchamiento del corazón, a la construcción de una humanidad igualitaria y unida desde sus identidades y diversidades. Solo esta trilogía inseparable garantizará la armonía entre Dios y la Humanidad, este compartir humano divino, y este compartir fraterno y ambiental, que profetiza bellamente la Noche y el Día de las Navidad! + Darío de Jesús Monsalve Mejía Arzobispo emérito de Cali

Vie 23 Dic 2022

Iglesia en Quibdó, seguirá explorando, mediando, animando, impulsando y construyendo caminos hacia la paz

Un llamamiento a los actores armados realiza el Administrador Apostólico de Quibdó, monseñor Mario de Jesús Álvarez Gómez, para que hagan un cese al fuego, respeten la vida, y se reincorporen a la vida civil. Así lo dio a conocer el prelado a través de un comunicado, donde señala que este mismo llamado urgente lo hacen los jóvenes y la sociedad quibdoseña; y asegura que, hay grupos armados interesados en solicitar la intervención de la Diócesis de Quibdó para que acompañe e impulse los procesos de exploración, acercamiento y diálogo. Si bien califica como positivo el levantamiento del Paro Armado decretado por el ELN, pide a este grupo permanecer en actitud de diálogo con el Gobierno Nacional y dejar por fuera del conflicto a la población civil. Igualmente, celebra el pronunciamiento de las Fuerzas Armadas RPS – Cartel del Norte, de las Fuerzas Revolucionarias Mexicanas y de las Fuerzas Armadas Los Yan, grupos armados urbanos de Quibdó, de querer sentarse a dialogar y cesar sus hostilidades. Por lo que el jerarca ofrece los oficios de la Iglesia para velar que se cumplan y respeten los acuerdos a que pudieran llegarse si se diera este proceso de diálogo. Sin embargo, hace un llamado urgente a las Autodefensas Gaitanistas de Colombia, a los Urabeños, el Clan del Golfo, a Los Sureños, a los Calvos o Chukys, a Los Palmeños, a Los Zetas, a los de Kennedu y a los Rapados, a “hacer pública su manifestación de voluntad de sentarse a dialogar y buscar una salida pacífica a este conflicto, cesando extorsión y el derramamiento de sangre en la ciudad de Quibdó”. Al Gobierno Nacional, le solicita crear “las condiciones necesarias en la ciudad de Quibdó, que conduzcan a verdaderas medidas sociales de garantías de derechos, que atiendan las genuinas causas del conflicto y a rodear, de manera decidida, las iniciativas de diálogo, manifestadas por diferentes grupos armados, la voluntad de la sociedad quibdoseña y la Iglesia Católica”. Anima a la Comunidad Internacional para que continúe apoyando e impulsando la implementación del Acuerdo de Paz y todos los espacios de diálogo con los diferentes Actores Armados que operan en el Departamento del Chocó. Finalmente, asegura que la Iglesia seguirá “explorando, mediando, animando, impulsando y construyendo caminos de acercamiento con diferentes actores para hacer posible LA PAZ en este territorio”. El mensaje concluye agradeciendo el apoyo del Nuncio Apostólico de Colombia, Luis Mariano Montemayor, de la Conferencia Episcopal de Colombia y del Secretariado Nacional de Pastoral Social, quienes en los últimos días se congregaron en Chocó, con el fin de escuchar a las comunidades y apoyar de manera decidida el acercamiento a unos diálogos de paz con los diferentes actores armados. DESCARGAR COMUNICADO AQUÍ