SISTEMA INFORMATIVO
El que viene a mí no tendrá hambre
Tags: conferencia episcopal de colombia Predicación Orante de la Palabra predicación orante domingo 4 de agosto del 2024 lectio dominical iglesia colombiana (788)

DÉCIMO OCTAVO DOMINGO
DEL TIEMPO ORDINARIO
Agosto 4 de 2024
Primera lectura: Ex 16, 2-4.12-15
Salmo: 78 (77),3 y 4bc.23-24.25 y 54 (R. cf. Jn 6,32)
Segunda lectura: Ef 4, 17.20-24
Evangelio: Jn 6, 24-35
I. Orientaciones para la Predicación
Introducción
Si el domingo pasado el evangelio consideraba la multiplicación de los panes y peces, en este domingo se deja ver el éxito y la popularidad, que este hecho ganó para Jesús. Los seguidores comieron, se saciaron y con ello, se sintieron satisfechos. Todo lo que buscaban era satisfacer el hambre; por eso su afán de proclamar rey a Jesús. Sin embargo, dejemos claro, no era esto lo que Jesús buscaba.
Tres ideas temáticas que presentan las lecturas:
● La primera lectura, esta vez, es la que mejor va a interpretar el sentido del evangelio de este domingo. Allí se narra cómo el pan sin levadura que habían cargado los hijos de Israel desde Egipto parece haberse agotado. Al llegar al desierto de Sin sienten que en este lugar van a morir de hambre y se quejan ante Moisés y Aarón. La falta de pan conduce a una crisis de fe, aunque este no era el único motivo. La presentación de la queja es excesiva y tendenciosa. Es decir, afirmar que en Egipto disponían de alimento en abundancia hasta quedar saciado no responde a la realidad descrita en los capítulos 1 y 2, donde el Faraón organizó su progresivo genocidio. Sin embargo, la distancia geográfica y temporal y una nueva situación problemática no permite que las cosas se miren con objetividad, poniendo en peligro el mismo plan de salvación y liberación de Dios para ellos. Como podemos ver, la queja se manifiesta en el alimento, pero apunta a todo el plan de Dios. En este contexto se debe interpretar la aparición de Dios en la nube. Si lo que está en juego es el plan de salvación, no sirve con darles simplemente el pan y asegurarles, de esa manera, la subsistencia. Se hace necesario que Dios mismo ratifique con su presencia su voluntad de continuar en el proyecto ya anunciado, que luego en el Nuevo Testamento, llegará a su plenitud, con Jesús, verdadero pan.
● En la segunda lectura, Pablo contrapone la vida de pecado de aquellas sociedades paganas, a la vida virtuosa que deben llevar los cristianos. La vida cristiana viene exigida por el Evangelio. El Apóstol exhorta a no proceder como los paganos, sino más bien, a renunciar al hombre viejo renovándose en el espíritu y revestirse del hombre nuevo. El hombre viejo es el que vive en el pecado, bajo la acción de la concupiscencia de la carne, de la codicia, de la ira, de la maldad, conforme a la primera imagen del hombre pecador (cf. Col 3, 5-9). El hombre nuevo, por el contrario, es el hombre interior (cf. Ef 3,16), creado a imagen de Dios, regenerado en Cristo, que bajo la acción del Espíritu Santo adopta una nueva manera de pensar y de actuar, que se manifiesta en las obras de bondad y misericordia, de pureza y sobre todo de amor (cf. Col 3, 10-14).
● En el Evangelio de Juan continuamos leyendo el capítulo 6. El domingo pasado, Jesús multiplicó los panes, ahora, este domingo, resalta la petición del pan verdadero y vivificante.
1. Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura?
Ahora, en continuidad con el evangelio del domingo pasado, Jesús confirma la interpretación material que la gente hizo de la multiplicación de los panes, pero recalca lo que es más importante. Miremos algunos detalles del texto, donde se narra el diálogo entre Jesús y aquellas personas, reunidos de nuevo. A pesar de las apariencias, Jesús continúa manteniendo la iniciativa, y esto se nota, por su presencia sorprendente: “Al encontrarlo en la otra orilla del lago, le preguntaron: ‘Maestro, ¿cuándo has venido aquí?’” (v. 25).
También Nicodemo había ido al encuentro de Jesús impulsado por una curiosidad basada en la autosuficiencia y se había dirigido a él llamándole Maestro (cf. Jn 3, 2). Sin embargo, Jesús no responde a las preguntas que le hacen en ninguno de los dos casos. Revela más bien a la gente las verdaderas intenciones que le han impulsado a buscarle y desenmascara el interés material y egoísta de aquella muchedumbre; es decir, Jesús alerta a aquellos galileos sobre la ambigüedad de su deseo, al haber fijado su mirada en los panes que comieron: “En verdad, en verdad les digo: me buscan no porque vieron signos, sino porque han comido pan hasta saciarse” (v. 26). Es el gusto por el pan terreno lo que los mueve.
La multitud, encerrada en su sueño mesiánico, no ha comprendido el signo realizado por Jesús y su alcance espiritual. Ha dado más valor al pan que al que lo da. Ante este panorama, Jesús proclama la diferencia radical que existe entre el pan material y pasajero y el que permanece para la vida eterna, el que el Hijo del hombre dará: “Trabajen no por el alimento perecedero, sino por el alimento que perdura para la vida eterna” (v. 27).
Los versículos que siguen continúan planteando el sentido del verdadero alimento, de la fe y el maná: pan que perece, pan que dura; obras – fe; el maná de Moisés y el maná de Jesús (Ex 16,15); con esto, se presenta a Cristo como verdadera fuente de la vida (v. 35).
2. Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y qué me sugiere para decirle a la comunidad?
Jesús, como Moisés, se encuentra también con la misma problemática: aquellos que solo buscan solucionar sus problemas y vivir sin dificultad. Es decir, buscar solución a sus necesidades cotidianas: en el caso de la Palabra de hoy, el pan; pero esto tiene una aplicación en todas las expectativas humanas: bienes, proyectos, éxitos, etc. Sin embargo, el Maestro recalca qué es lo más importante: “Trabajen no por el alimento que perece, sino por el alimento que perdura para la vida eterna”. Con todo, trabajar por el alimento que no perece, no es desprecio del trabajo para conseguir el alimento material, sino abrirnos a la búsqueda constante de aquello que llena completamente el corazón del ser humano.
El papa Francisco, en la carta encíclica Laudato Si’, ha señalado una dura crítica del consumismo, proponiendo un cambio en el estilo de vida para frenar la destrucción del planeta: “Dado que el mercado tiende a crear un mecanismo consumista compulsivo para colocar sus productos, las personas terminan sumergidas en la vorágine de las compras y los gastos innecesarios” (203). Las palabras del Santo Padre sobre el cuestionamiento del consumismo, no significa que no podamos buscar los bienes de este mundo, sino más bien el hecho de que los bienes no se distribuyen, sino que se acumulan en manos de pocos y les hace falta a muchos. No hay que olvidar, que una sociedad consumista es aquella en la que Dios solo puede estar si no afecta mis intereses. En efecto, en el mundo lo que predomina no es el ser sino el tener. Siguiendo la lógica del evangelio de este domingo para nuestras vidas, vale la pena preguntarnos: ¿qué es lo que le da sentido a mi vida?, ¿qué alimento busco para dar plenitud a mi vida? En este sentido, el evangelista Mateo Dirá: “busquen sobre todo el Reino de Dios y su justicia y todo lo demás se les dará por añadidura” (Mt 6, 33). Jesús no hizo el milagro de la multiplicación de los panes solo para saciar el hambre de aquella gente, sino como un signo para descubrir el verdadero alimento, que lleva hasta la vida eterna.
Después de esta afirmación fundamental de Jesús, aquellos que lo buscaban le plantean una pregunta: “¿Qué tenemos que hacer para realizar las obras de Dios?” Jesús les muestra la única “obra de Dios”, la que hay que realizar para agradarle o la que Dios realiza en el creyente. Son posibles las dos lecturas, ya que la fe en el Enviado, en lo cual consiste la obra de Dios, es producida por Dios mismo y por el hombre que acoge (cf. Jn 3,16s.34).
Pero aquellos, que se habían alimentado con panes abundantes, piden credenciales, solicitan un signo parecido a aquel del desierto: “¿Y qué signos haces tú, para que veamos y creamos en ti? ¿Cuál es tu obra? Nuestros padres comieron el maná en el desierto…” (v. 30). Hay que suponer, que la gente estaba convencida de que Jesús había hecho un milagro; por eso, es lógico que ahora pida una señal, incluso, más grande que la que dio el propio Moisés (cf. v. 31). Ahora bien, si Jesús se arroga unas pretensiones superiores a las de Moisés, tendrá que reivindicarlas con un signo, con un testimonio más evidente y más admirable que el del viejo legislador.
De acuerdo con las esperanzas judías, el Mesías debía renovar los milagros realizados por Moisés, el maná sería el alimento permanente. Pero demostrar esto, equivaldría a negar la verdadera fe, ya que esta exige aceptar a Jesús como el nuevo maná: yo soy el pan de vida (v. 32). Se trata de la nueva pascua de Jesús, en donde el Padre ofrece un maná distinto. Si bien el maná en el desierto fue una bendición para sobrevivir, mató el hambre solo por un momento; el pan de Jesús, apunta a un alimento superior, que va más allá de la sola supervivencia: la vida misma de Dios que se convierte en verdadero alimento.
Por último, todo el diálogo, termina con la pregunta fundamental de los interlocutores: “Señor, danos siempre de este pan”. La respuesta de Jesús es decisiva: “Yo soy el pan de vida…” (vv. 34-35). Esta última parte del diálogo, es paralela a la de la mujer samaritana (4,15). Este pan del cielo equivale a creer en Jesús, como revelación del Padre, y encontramos a Jesús, verdadero pan, en la oración, en la confianza en Dios, en la esperanza en la vida eterna, en la participación frecuente de los sacramentos, especialmente en la Eucaristía. El papa Benedicto XVI, comentando el discurso del pan de vida, habla de la Eucaristía con estas palabras: “La Eucaristía es el centro de la vida cristiana: aquí Dios nos regala verdaderamente el maná que la humanidad espera, el verdadero ‘pan del cielo’, aquello con lo que podemos vivir en lo más hondo como hombres. Pero al mismo tiempo se ve la Eucaristía como el gran encuentro permanente de Dios con los hombres, en el que el Señor se entrega como ‘carne’” (RATZINGER, J., [BENEDICTO XVI], Jesús de Nazaret. Desde el Bautismo a la Transfiguración, Primera parte, Madrid, Ed. La Esfera de los Libros, 2007, 1ª ed., p. 318).
3. Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo?
Dios Todopoderoso, te damos gracias por la vida y porque con el trabajo de nuestras manos nos permites colaborar en tu obra creadora. También te damos gracias porque mediante el trabajo nos permites crecer como seres humanos y conseguir el pan de cada día para sostener a nuestras familias. Te pedimos, el deseo de trabajar no solo por ese pan que se acaba, sino también, y, sobre todo, por el alimento que dura para la vida eterna y que nos da tu Hijo Jesucristo. Jesús, hoy nos has dicho que la obra de Dios consiste fundamentalmente en que creamos en aquel a quien él ha enviado, ayúdanos a crecer en la fe, de tal manera que se acreciente nuestra unión y amor a ti, y que luego esta fe se manifieste en el amor a nuestros hermanos.
Al final del diálogo, los galileos le hacen una petición a Jesús “Señor, danos siempre de este pan”. Al final del proceso de fe, entendemos que no debemos ir hacia Jesús con nuestras respuestas sino solo con nuestras preguntas. Puede suceder que el Maestro mismo nos haga cambiar de preguntas, o que nos quedemos, como sucedió en el caso del Evangelio de hoy, con la respuesta que necesitamos. Es decir, no queremos ni buscamos otro pan, ni otro camino, ni otra verdad, ni otra vida, ni otra luz que no sea Jesús.
_______________________
Recomendaciones prácticas:
● Jornada Nacional de la Pontificia Obra de San Pedro Apóstol para la Animación y Formación de los Sacerdotes Nativos (POSPA).
II. Moniciones y Oración Universal o de los Fieles
Monición introductoria de la Misa
Queridos hermanos, en la Eucaristía nos alimentamos de la Palabra que se ha hecho carne para la vida del mundo y del cuerpo y la sangre del Señor entregados para el perdón de nuestros pecados. En esta liturgia, anunciaremos que Jesús es el verdadero pan de la vida que sacia nuestra hambre y nuestra sed para siempre. Dispongámonos para esta celebración. Dejémonos encontrar por el Señor. Dejemos que el Señor, el Buen Pastor, nos tome en sus manos y nos abrace en su regazo. Celebremos con gozo y fe esta fiesta dominical.
Monición a la liturgia de la Palabra
Hermanos, en las lecturas de este domingo meditamos el tema del pan, el que Dios concedió a Israel en el desierto y el que Cristo multiplicó también para la multitud, intentando luego conducirles del pan material al espiritual. El Evangelio de Juan cita explícitamente el episodio narrado en la primera lectura; también el salmo hace referencia al mismo acontecimiento. Que el Señor, en esta celebración, nos sacie con el pan de la palabra, escuchando atentamente.
Oración Universal o de los Fieles
Presidente: Reunidos en el nombre de Jesús nuestro Señor, traemos ante Él las necesidades de su pueblo y todas las clases de hambre del mundo entero. Unámonos diciendo:
R/. Señor, sé el alimento y la vida del mundo.
1. Por la Iglesia, para que sus ministros alimenten al pueblo de Dios con el sólido y sustancioso alimento del Evangelio. Oremos.
2. Por los hombres y mujeres que hoy, en el mundo, pasan necesidades, en especial por quienes sufren de hambre, para que el Señor, al igual que hizo con el pueblo de Israel, sacie el hambre material y espiritual de los más necesitados. Oremos.
3. Por las comunidades cristianas, para que aprendamos a apreciar la Eucaristía y sacar de ella la fuerza espiritual para entregarnos a nuestros hermanos. Oremos.
4. Por la Pontificia Obra de San Pedro Apóstol, para que siga ayudando en la formación de los futuros sacerdotes que se encuentran en tierras de misión. Oremos.
5. Por todos nosotros, reunidos en esta asamblea, para que busquemos a Dios siempre con el único interés de amarle y servirle, no tanto por lo que Él pueda hacer por nosotros, sino por amor. Oremos.
Oración conclusiva
Señor Jesús,
tú eres nuestro pan de vida,
que se hace presente en la Eucaristía;
sé la luz y la vida de todos los que te buscan,
y el cumplimiento y alegría de todos
los que te han encontrado,
ahora y por los siglos de los siglos.
R/. Amén.



Contra la violencia intrafamiliar, el amor intrafamiliar
Vie 9 Mayo 2025

La Iglesia sinodal: un signo necesario para el mundo de hoy
Mié 7 Mayo 2025

Vie 2 Mayo 2025
¿Me quieres?
TERCER DOMINGO DE PASCUAMayo 04 de 2025Primera lectura: Hechos de los Apóstoles 5,27-32.40b-41Salmo: 30(29),3-4.5-6.12ac-13 (R. 2a)Segunda lectura: Apocalipsis 5,11-14Evangelio: Juan 21,1-19I. Orientaciones para la PredicaciónIntroducciónEn el camino de la Pascua, la Palabra de Dios nos pone en contexto de gozo eucarístico y de testimonio comunitario del Señor Resucitado.La liturgia de la Palabra nos regala unas luces precisas para desarrollar estas ideas y ponernos en camino permanente de fe:· La fuerza del encuentro con el Resucitado produce un cambio tan radical en la comunidad que el testimonio no puede verse de otra manera que algo intrínseco a la vida cristiana. O se es testigo o no se puede ser discípulo. Ser testigo del resucitado hace proclamar que la misericordia del Señor llena la tierra.· La Comunidad cristiana es siempre una comunidad en crisis por la persecución en medio de la fidelidad. Los cristianos, como el Cordero, permanecen de pie, aunque muchas veces se sientan degollados.· La experiencia de la resurrección es siempre una iniciativa del Resucitado que vuelve a la comunidad y se hace presente en su cotidianidad para transformarla y fortalecer el ser de los discípulos. Todo encuentro con el Señor es vocacional porque siempre termina con la invitación al seguimiento en la fidelidad.1.Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura?El texto de este domingo se enmarca en la tradición del discípulo amado del capítulo 21 de Juan, que a su vez es un apéndice que aparece pocos años después de haberse concluido el IV Evangelio y que refleja la necesidad de una catequesis eclesial sobre la resurrección. Dos partes se distinguen en el texto de hoy: La aparición del resucitado y el diálogo de Jesús con Pedro.Aparición del resucitado: Los discípulos han vuelto a su oficio de pescadores y se mencionan los nombres de 5 discípulos más otros dos que son símbolo del discípulo amado, de la comunidad eclesial, un total de 7 (plenitud).En el marco de la aparición es normal que no se le reconozca al resucitado, pero luego se abrirán sus ojos y le verán. Tirar las redes a la derecha es signo de buenos deseos y allí aparece el discípulo amado reconociendo al Señor, cosa que refleja la competencia que existía en las comunidades primitivas por la figura de Pedro y Juan, además debe recordarse que el discípulo amado fue el primer creyente del resucitado en la tumba vacía.La rede repleta de peces es arrastrada hasta la orilla por Pedro, unos cien metros (doscientos codos, cada uno de 45 cm) y refleja un simbolismo de la Iglesia, de la comunidad (eso significa 153) pero también significa la universalidad de la misión.Diálogo con Pedro: En este diálogo se establece nuevamente el carácter misionero de la resurrección. Jesús pregunta a Simón si le ama en dos oportunidades (verbo agapao: entrega total hasta morir) y Pedro responde que le quiere (Verbo fileo: amor de hijo a padre, pero no de entrega total), una tercera vez le pregunta si le quiere (verbo fileo) y viene en cada una de las preguntas la entrega de la misión que se le confía: apacentar, pastorear, apacentar, que no es otra cosa del reconocimiento que tenía la comunidad de la misión de pastor de Pedro en medio de las comunidades.Como al parecer Pedro no ha entendido la dimensión perfecta del amor como entrega, se le repite lo que debe comprender: morirá por el Señor y deberá someterse a lo que otros hagan con él, pero en todo se vivirá una obediencia a la voluntad del maestro que en medio de la persecución y el dolor sigue repitiendo a los discípulos de todos los tiempos: sígueme.En este domingo el evangelio de Juan nos muestra que ser testigo implica seguimiento y perseverancia.2. Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y qué me sugiere para decirle a la comunidad? La Iglesia, peregrina de la esperanza y puesta siempre en camino sinodal recibe esta Palabra de este domingo como una ayuda concreta para la peregrinación.En primer lugar, la pregunta por la experiencia es fundamental: ¿Hemos visto al Señor?, ¿Hemos comido con él? La resurrección no es una historia ni un mito, es una experiencia concreta que genera un testimonio de vida; por eso los frutos son necesarios en la comunidad cristiana (“por sus frutos los conocerán”) y estos frutos deben ser acciones concretas que muestra la comunidad de los resucitados.En segundo lugar, la experiencia del encuentro con el resucitado siempre generará la necesidad de evaluar nuestro amor y nuestra vida discipular como entrega hasta las últimas consecuencias. Somos discípulos del Mesías crucificado, discípulos amados y adheridos al Señor en la experiencia de la Cruz y por ello la mejor manera de dar fruto es morir por el otro.Un testigo sabe morir por la verdad. Ya el Papa Benedicto XVI nos enseñó que la mayor prueba de la resurrección es el martirio. Ya que nadie muere por una mentira. Seguimiento y martirio se reclaman siempre.Vivir la experiencia de la comunidad nos lleva a comer y beber con el Señor. La Eucaristía nos hace testigos y nos alimenta para poder proyectar el testimonio3. Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo? En la Bula de convocación al Jubileo del 2025, el Papa Francisco expresaba: “en medio de la oscuridad se percibe una luz; se descubre cómo lo que sostiene la evangelización es la fuerza que brota de la cruz y de la resurrección de Cristo.” (Spes non confundit 4). En este domingo la comunidad sabe que es peregrina en medio de las oscuridades que tratan de opacarla, pero es allí donde resplandece el Resucitado que irrumpe en la comunidad, se mete en la historia y hace posible renacer la esperanza y volver a la luz.Hoy más que nunca es necesario suplicar al Señor por la fortaleza en el camino, la fidelidad en la vida cristiana y la virtud de la esperanza que permite que el amor no se deje cegar ni obnubilar por nada ni por nadie distinto al Resucitado.Una comunidad resucitada, una comunidad pascualizada es la comunidad eucarística que se ve reflejada en actos concretos de amor y de entrega, que no se reserva nada y en el otro ve la llamada constante al seguimiento del Señor.______________________Recomendaciones prácticas:· Jornada Mundial de la Infancia Misionera· 4 – 5 mayo. Jubileo de los Empresarios· 10 – 11 de mayo. Jubileo de las Bandas MusicalesSe recomienda hacer aspersión con el agua bendita.II. Moniciones y Oración Universal o de los Fieles Monición introductoria de la Misa En este domingo resuena la invitación del Resucitado: vengan a comer. Nuevamente el Señor irrumpe en nuestra vida y en nuestra historia comunitaria y se presenta en medio de las tinieblas que están llamadas a ser vencida por la luz y allí fortalece nuestra fe, renueva nuestra esperanza y nos compromete en la vivencia del amor. Aceptemos esta invitación del Señor y acerquémonos a él para comer y beber su mismo ser.Monición a la Liturgia de la Palabra Sólo quien escucha la invitación y el llamado puede volverse discípulo y testigo. Hoy se nos dirige una Palabra de salvación para que seamos fieles seguidores del Señor. Escuchemos con atención.Oración Universal o de los Fieles Presidente: Con la fuerza de la esperanza dirijamos nuestras oraciones al Dios que no nos ha dejado solos y nos regala la presencia de su hijo entre nosotros.R. Escucha, Señor, y ten piedad.1. Padre de amor que te has compadecido del género humano y nos has puesto en camino y peregrinación, no permitas que la red de tu Iglesia se rompa y pierda alguno de los que has llamado a ser discípulos. Oremos.2. Padre de bondad cuya bondad dura eternamente, acompaña a los gobernantes y de manera especial a quienes deben impartir la justicia, para que vivan siempre la llamada y la entrega a la verdad y al amor que brotan del corazón de tu hijo. Oremos.3. Padre de todos los hombres que cambias en luto en danza, permite que los que sufren experimenten nuestra caridad y nuestra presencia fiel y generosa para ser levantados de sus sufrimientos. Oremos.4. Padre de misericordia, que nos envías por el mundo a llevar tu mensaje de amor, fortalece la Infancia Misionera, para que desde la sencillez del corazón puedan hablar de tus maravillas. Oremos.5. Padre omnipotente, tu que das a cada hombre un don especial para glorificarte, te pedimos por los Empresarios y las Bandas Musicales, que en los próximos días celebran su propio Jubileo, para llenos de tu amor, estén dispuestos a anunciarte en cada una de sus profesiones. Oremos.Oración conclusivaEscucha, Señor, y ten piedad, socórrenos y haznos fieles a tu llamada. Por Jesucristo nuestro SeñorR. Amén.

Dom 20 Abr 2025
Vio y creyó
DOMINGO DE PASCUAEN LA RESURRECCIÓN DEL SEÑORAbril 20 de 2025Primera lectura: Hechos de los Apóstoles 10, 34a.37-43Salmo: 118(117),1-2.15c y 16ª y 17.22-23 (R. 24)Segunda lectura: Colosenses 3,1-4 o bien 1 Cor 5,6b-8Evangelio: Juan 20,1-9I.Orientaciones para la PredicaciónIntroducciónLa liturgia de la Pascua resplandece en la comunidad cristiana como experiencia comunitaria y la Misa del día de pascua convoca al júbilo de los bautizados que se renuevan en el encuentro con la experiencia de la resurrección. Conviene desarrollar estas ideas como telón de fondo de la liturgia del día:•La experiencia de la resurrección exige una confesión de fe histórica: el hoy salvífico de Dios: “Somos testigos de esto…”•Si se proclama la lectura de Colosenses, la idea que resuena es la estar con Cristo y descubrir que en la esperanza la fe trae la victoria del resucitado para todos los sumergidos en su misterio. Si se usa el texto de 1 Corintios, la experiencia de la resurrección genera la novedad de vida que implica limpiar todo lo vetusto y anquilosado del pecado en la propia vida y en la vida de la comunidad.•La resurrección es una experiencia nueva y genera la invitación a ver y creer, porque no es una idea que invade inconsciente sino una realidad transformante: Él debía resucitar de entre los muertos.1.Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura? El día de la Pascua nos congrega en torno a una tumba vacía que tiene evidencias de que algo extraordinario ha ocurrido y de nuevo aparece el domingo como día de esta experiencia (el primer día de la semana).Como en la vigilia pascual cuando se escuchaba el evangelista Lucas, ahora nuevamente una mujer está en el testimonio pascual.El juego literario de la carrera y la entrada de Pedro y el discípulo amado refleja que las comunidades joánicas acataban a Pedro, pero le daban un realce particular a la figura del discípulo amado como el primero en haber creído.¿Por qué cree el discípulo amado al ver los lienzos? Los cadáveres eran envueltos en un lienzo (sábana) y se utilizaba un sudario para cubrir la cabeza, que se envolvía de manera independiente, rodeándola muy bien. Cuando el discípulo amado entra, ve los lienzos colocados en su propio sitio (de esta manera podría traducirse) y pareciera como si se hubieran desinflado (eso deja ver el texto griego).La cuaresma nos llevó en ascenso a la montaña santa de la pascua y en la vigilia nos dimos cuenta de que hay una historia de salvación en la que Dios ha ido dando vida al mundo, pero hoy la experiencia de la pascua nos hace gritar de júbilo porque verdaderamente ha resucitado Cristo, nuestra esperanza.La resurrección reclama testigos y el testimonio implica una vivencia y una experiencia del Resucitado, como transmite la predicación petrina del texto de los Hechos de los Apóstoles.La resurrección reclamas también un estilo de vida que implica la novedad y el horizonte de una vida cristiana transformada, como dejan ver las dos opciones para la segunda lectura del día.Esencial a este día y a toda la octava de la pascua es proclamar que hoy es el día en que actuó el Señor y por eso cantamos su bondad.2.Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y qué me sugiere para decirle a la comunidad? A la Iglesia peregrina de esperanza y en proceso permanente de sinodalidad la Palabra de Dios la convoca de manera especial a la contemplación, a salir de los presupuestos de la razón y de la comprensión humana para entrar en el ámbito del misterio y de la mirada sobrenatural.A una Iglesia en camino esta Palabra le habla al corazón y le recuerda la esencia de su ser:•En primer lugar: Una Iglesia peregrina sabe salir permanentemente en búsqueda de los hermanos y sabe reconocer el papel que cada uno debe jugar en la comunidad cristiana. Iglesia peregrina con palabras oportunas y anuncios transformadores.•Una Iglesia peregrina de esperanza sabe reconocer el hoy salvífico de Dios y sabe cantar la bondad y la misericordia de Dios en el día a día de la comunidad. Iglesia peregrina en reconocimiento del don. •Una Iglesia peregrina se reconoce en camino y en proceso permanente de conversión, para poder fermentar adecuadamente la masa del mundo. Iglesia peregrina en conversión personal y pastoral.La Palabra de Dios habla al corazón de cada uno de nosotros y habla de manera directa al corazón de la comunidad cristiana. Hoy hay un llamado para que la comunidad experimente un proceso de fe muy concreto:•Es necesario tener el encuentro personal y comunitario con Jesús.•Vale la pena dar el salto de nuestra vida: hay que dejar los miedos y seguridades falsas, para arriesgarlo todo en la aventura de la fe que nos propone Jesús.•Es necesario abrir los ojos para ver a Jesús en el rostro del otro, para poder callejear la fe, en palabras del Papa Francisco y así ser coherentes.•Por último, es necesario meterse en el camino, hacerse discípulo y no dejar enfrías la fuerza y la alegría del encuentro. Cuando el encuentro ha sido verdadero, los efectos deben notarse en el compromiso discipular.Quien se hace discípulo sabe escuchar y sabe obedecer, quien se hace discípulo sabe tomar el riesgo y emprender la carrera a su propio ritmo pero siempre en camino; quien se hace discípulo sabe que nunca se detiene y sobre todo recuerda que después de contemplar y vivir la experiencia de la resurrección siempre es necesario volver a la comunidad y allí transmitir y vivir la fe.3.Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo? En la Bula de convocación al Jubileo del 2025, el Papa Francisco expresaba: “Este entretejido de esperanza y paciencia muestra claramente cómo la vida cristiana es un camino, que también necesita momentos fuertes para alimentar y robustecer la esperanza, compañera insustituible que permite vislumbrar la meta: el encuentro con el Señor Jesús” (Spes non confundit 5). Este camino es siempre un camino que en la incertidumbre del mundo nos convoca a dar razones de nuestra esperanza y de nuestra fe. Esta tarea nos saca de la comunidad, nos lleva a contemplar el rostro del Resucitado en circunstancias muy concretas y nos devuelve a la comunidad para experimentar que la comunidad es “discípulo amado” que corre, que ve y cree y es capaz de permanecer junto a la Cruz y es capaz de contemplar el misterio infinito del amor hasta sus últimas consecuencias.Esta liturgia pascual no necesita muchas palabras, exige contemplar los símbolos y el lenguaje del amor: Un Cirio pascual, un agua bautismal, una comunidad celebrante, un pan y un vino que se eucaristizan por amor…La misión brota de la contemplación. Sólo es misionero quien ha sabido ver y creer, quien ha sabido acercarse a la tumba vacía en su tiempo y en su espacio.Una Iglesia peregrina en año jubilar comprende que no puede guardarse este gozo y sabe comunicarlo para que otros sigan corriendo en todos los tiempos a la tumba vacía.Las acciones concretas están en consonancia con la cuaresma que ha pasado: no puede haber pascua sin camino de conversión, no puede haber pascua sin camino de amor y compañía en la experiencia de la conversión.El Resucitado nos reenvía a la comunidad, a los que se han adherido permanentemente a la persona de Jesús por la acción del creer.La mejor oración en el tiempo de Pascua es la contemplación de los signos y símbolos de la pascua._______________________Recomendaciones prácticas:•25 – 27 de abril. Jubileo de los Adolescentes.II.Moniciones y Oración Universal o de los Fieles Monición introductoria de la Misa Hoy como Iglesia peregrina, como comunidad en camino venimos a reunirnos en torno al altar para participar de la Eucaristía y celebramos el gozo de la Pascua. Abrimos los ojos para ver y creer, nos detenemos para contemplar el don de Dios y cantamos las maravillas que siguen aconteciendo por su bondad en nosotros. Ha resucitado Cristo, nuestra esperanza y estamos alegres.Monición a la Liturgia de la Palabra La comunidad del discípulo amado convocada a la escucha de la Palabra y en el seno de la gran comunidad de la Iglesia, hoy puede ver y creer. Dejemos que esta palabra resuene en nuestra asamblea y experimentamos el gozo de los discípulos, el gozo de la Iglesia que junto a la tumba vacía confiesa su fe en el Resucitado.Oración Universal o de los Fieles Presidente: Al Padre de la vida, que nos convoca hoy a celebrar la pascua con la sinceridad y la verdad, acudamos llenos de fe.R/. Dios de la vida, escúchanos.1.Tú que nos has regalado en la resurrección tu Hijo la esperanza firme para caminar en comunidad, acompaña la Iglesia en este jubileo de la esperanza y haz que ministros y fieles seamos levadura para el mundo. Oremos.2.Tú que nos has encomendado dar testimonio al pueblo, acompaña la misión de los gobernantes para que trabajen por la paz y la justicia entre los hombres y busquen caminos para erradicar l aguerra y la desigualdad. Oremos.3.Tú que has puesto en camino a la Magdalena y a los discípulos, mueve a la peregrinación existencial a la comunidad cristiana para ir al encuentro del resucitado en el rostro del pobre y del necesitado. Oremos.4.Tú que nos has llamado a la Iglesia, has que podamos buscar siempre los bienes de arriba y ser buena levadura en medio de la masa del mundo. Oremos.5.Tú que deseas que todos gocemos de la vida eterna, haz que todos aquellos que participan en el Jubileo de los Adolescentes, sepan descubrir en la sencillez de la vida, el verdadero gozo pascual. Oremos.Oración conclusivaDios y Señor de la vida, que nos has mostrado que tu misericordia es eterna, atiende las súplicas y oraciones de tu pueblo. Por Jesucristo nuestro SeñorR. Amén.

Sáb 19 Abr 2025
¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive?
EN LA RESURRECCIÓN DEL SEÑORVIGILIA PASCUAL EN LA NOCHE SANTAAbril 19 de 2025Primera lectura: Génesis 1,1 - 2,2 Salmo de respuesta: 104(103),1-2a.5-6.10 y 12.13-14ab.24 y 35c (R. cf. 30)Segunda lectura: Génesis 22,1-18Salmo de respuesta: 16(15),5 y 8.9-10.11 (R. 1)Tercera lectura: Éxodo 14,15 - 15,1Salmo de respuesta: Éx 15,1-2ab.2cd.3-4.5-6.17-18 (R. 1a)Cuarta lectura: Isaías 54,5-14Salmo de respuesta: 30(29),3-4.5-6.12ac-13 (R. 2a)Quinta lectura: Isaías 55,1-11Salmo de respuesta: Is 12,2-3.4bcd.5-6 (R. 3)Sexta lectura: Baruc 3,9-15.32 - 4,4Salmo de respuesta: 19(18),8.9.10.11 (R. Jn 6,68c)Séptima lectura: Ezequiel 36,16-17a.18-28Salmo de respuesta: 42(41),3.5bcd; 43(42),3.4Epístola: Romanos 6,3-11I.Orientaciones para la PredicaciónIntroducciónUna de las dimensiones de la Pascua, como lo celebra esta noche santa, es el bautismo, signo visible de la opción de los creyentes por la persona del Señor Jesús, crucificado-resucitado. Con el bautismo la persona de fe comienza la configuración de su vida con Cristo Jesús, en su muerte resucitada y en su resurrección crucificada. El creyente, en la vida cotidiana, será signo de la muerte del mal, del pecado, del alejamiento de Dios y, a la vez, de la alegría, la vida, la solidaridad y la comunión eclesial, fruto visible de la Pascua.1.Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura?Lucas y su comunidad comienzan este testimonio pascua con la frase “El primer día de la semana...” (24,1). Estamos, dentro de la semana judía, no en el día de shabat (reposo), sino en el día domingo, o día octavo. Y para Lucas en este día acontece la revelación de la Pascua de Jesús de Nazaret y su significado para la comunidad creyente. Lucas destacada, ante todo, la fidelidad de las mujeres a la ley hebrea del reposo sabático (“Y el sábado descansaron según el precepto”, 23,56). Pero éste será el último sábado en el cual cumplen la antigua Ley, porque ahora comienza un nuevo día que permanecerá en adelante como el “día del Señor” (o “Domingo”): el día de la Resurrección de Jesús y de su manifestación en el caminar histórico de sus discípulos. Y la comunidad lucana destaca de manera especial el rol femenino en la pascua de Jesús.La respuesta a la fidelidad de las mujeres es el anuncio pascua por excelencia: “Ha sido resucitado”. Los dos seres celestes (es el sentido del color blanco intenso de sus vestidos), y cuyo número -dos personas- indica el valor del testimonio (Dt 19,15), describen a Jesús resucitado como “el viviente” (v.5): Él no pertenece al reino de los muertos, su opción fundamental es la vida (Hch 1,3; 25,19; Ap 1,18). La expresión “fue resucitado”, indica que Jesús entró en la vida divina y la comparte a los suyos.Si bien los seres celestes no ordenaron a las mujeres anunciar este “evangelio” a los discípulos, ellas se motivan a hacerlo, pues quien es discípulo de Cristo Jesús se transforma en misionero. Ellas lo habían seguido en su caminar por Galilea, escuchan su anuncio, fueron acogidas y valoradas por Él; ahora se disponen a una acción bien concreta, expresada por el verbo “apangéllo”, -base del sustantivo “Evangelio”-: las mujeres, las únicas fieles hasta la Pascua, son testigos ante los discípulos cobardes del “evangelio”: el Maestro ha vencido la muerte.No se habla de una aparición de Jesús a las mujeres, su fe fue suficiente. Por iniciativa propia van a buscar a los discípulos para anunciar el acontecimiento: los hechos y el mensaje. Gracias a las mujeres el testimonio pascual comienza a difundirse en las comunidades. Estas discípulas fieles, que no abandonaron a Jesús y que regresaron para terminar lo que quedó faltando en el funeral, se convierten en las primeras testigos de la resurrección. Las mujeres tienen una mayor responsabilidad. Son constituidas en testigos con pleno derecho, así los discípulos pongan resistencia para aceptarlo.De hecho, como se anota casi enseguida, la fe tenaz de las mujeres está en brusco contraste con la débil reacción por parte de los otros discípulos, quienes toman el anuncio como “disparate” o “tontería” de las mujeres; de hecho “no creen” (v.11).2.Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y qué me sugiere para compartir de la comunidad?Ya en Lucas 8,2 el Evangelista narró que algunas mujeres seguían a Jesús, dato impactante, porque entre los judíos de la época era escandaloso que un rabí aceptase mujeres entre sus seguidores. El papel de estas mujeres, según los cánones del tiempo aquel, se limitaba al hogar, procrear y criar los hijos; su participación en la vida social estaba del todo restringida: en la calle cubrían su cabeza con un velo, en las sinagogas y en el templo de Jerusalén tenían un espacio lejano y apartado de los varones; incluso, existían, entre rabinos judíos, oraciones como esta: “Tres glorificaciones es necesario hacer a diario: «Alabado seas, que no me hiciste pagano, alabado seas, que no me hiciste inculto, alabado seas, que no me hiciste mujer»”.Jesús, enemigo de toda exclusión, acogió con cariño a las mujeres y valoró su dignidad: con sus actitudes, les enseñó que ellas eran importantes y que Dios se preocupaba por ellas. Uno de los aspectos más sorprendentes en los relatos de la Pasión, en el que coinciden todos los evangelistas, es que mientras los discípulos al huir dejaron solo a Jesús, las mujeres estuvieron a su lado en la Cruz. Es más: mientras aquellos, presa del temor, se escondieron, ellas, como signo de fidelidad, fueron a visitar su tumba para hacer el homenaje póstumo y disponer el cuerpo de Jesús a una digna sepultura, hecho imposible en la víspera y en el día de pascua.Dice el texto que Pedro “se levantó y corrió al sepulcro” (24,12). El episodio nos recuerda lo narrado en Juan 20,3-10, con la diferencia notable de que Pedro va solo. El “ve” y se queda “estupefacto” por lo que ve. Su “ver” no es todavía la comprensión penetrante de la revelación que había transformado al centurión romano (“Al ver el centurión lo sucedido, glorificaba a Dios diciendo: ‘Ciertamente este hombre era justo’”, 23,47) o a las mujeres mismas al amanecer. Hasta cuando el Resucitado no traspase la mentalidad judía y fija de Pedro y de los otros seguidores, estos no serán capaces de creer con toda decisión en la estupenda y vinculante realidad de la resurrección.3.Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo Jesús?Nuevos signos del Resucitado están por venir. Por lo pronto, la presencia de Pedro, el primero de los apóstoles, es significativa en este momento. Quizás sea este el preludio del “ver” completo de Pedro que será motivo de proclamación más adelante en Jerusalén: “¡Es verdad! ¡El Señor ha resucitado y se ha aparecido a Simón!” (24,34). Jesús resucitado inicia pues una nueva creación en la que no es posible tolerar desigualdades: por eso las mujeres, grupo despreciado en la sociedad israelita de la época, son las primeras en experimentar la alegría pascual y anunciarla a quienes estaban presos del pánico. Es importante, en la vida de fe, descubrir los signos del resucitado en los despreciados de la sociedad, en quienes no cuentan, en los que son menos útiles a los ojos del mundo: pidamos al Señor una mirada contemplativa para que en los débiles logremos encontrar la fortaleza que viene de Dios. ¡Jesús, tú que eres el Viviente, ilumina nuestras vidas con el gozo de tu Palabra que le da sentido a todas las cosas y llénanos de la gloria que tú y sólo tú, nuestra esperanza, puedes darnos venciendo cada una de nuestras amarguras y enjugando nuestros llantos! Amén.______________________Recomendaciones prácticas:•Preparar bien la celebración. En lo posible programar, al menos, un bautismo para la Vigilia.II.Moniciones y Oración Universal o de los Fieles Monición introductoria de la Misa Queridos hermanos y hermanas, nos reunimos en la noche más solemne de todas, es la pascua de nuestro Señor. Luego de celebrar y contemplar su pasión y muerte nos reúne su gloriosa resurrección. En medio de la oscuridad del mundo, la luz de Cristo brilla más fuerte que nunca, invitándonos a renovar nuestra fe y nuestra esperanza en su victoria sobre el pecado y la muerte. Que esta celebración nos llene de alegría y nos prepare para vivir con renovado fervor nuestra vocación como discípulos de Cristo.Monición a la Liturgia de la Palabra Las lecturas que escucharemos a continuación relatarán la historia de la salvación, desde la creación del mundo hasta la resurrección de Cristo, de la cual participamos por pasión y muerte. Que esta liturgia nos inspire a vivir con renovado fervor bautismal y nos conduzca a una auténtica vivencia pascual, para ser testimonio de la presencia viva de Jesús en el mundo. Oración Universal o de los Fieles Presidente: Llenos de gozo por la resurrección de Jesucristo y renovados por el Espíritu Santo, supliquemos a Dios Padre, diciendo: R. Por la resurrección de tu Hijo, escúchanos, Señor.1.Por la Santa Iglesia, para que el clamor del anuncio de Cristo resucitado llegue hasta los confines de la Tierra. Oremos.2.Por el Papa Francisco, nuestro Obispo N., y todos los ministros de la Iglesia, para que el Señor resucitado conceda fortaleza en su misión de modo que el Reino de Dios sea visible en su anuncio del Evangelio. Oremos.3.Por todos los que sufren, para que la resurrección de Jesús traiga para ellos consuelo y alegría eterna. Oremos.4.Por los que en esta noche han nacido a la vida de hijos de Dios por el agua del Bautismo, para que se conviertan en templos vivos para la gloria de nuestro Señor. Oremos.5.Por nuestra comunidad de N., para que el fruto de esta pascua nos convierta en auténticos pregoneros de la resurrección de Cristo. Oremos. Oración conclusivaDios de todo consuelo, escucha en esta noche santa las intenciones de tus hijos y concede que lleguemos a participar de la resurrección de tu Hijo. Por Jesucristo Nuestro Señor.R. Amén.

Vie 18 Abr 2025
…Entregó su espíritu
VIERNES SANTOEN LA PASIÓN DEL SEÑORAbril 18 de 2025Primera lectura: Isaías 52,13 - 53,12Salmo: 31(30),2 y 6.12-13.15-16.17 y 25 (R. 6a)Segunda lectura: Hebreos 4,14-16; 5,7-9Evangelio: Juan 18,1 - 19,42I.Orientaciones para la PredicaciónIntroducciónCon base en las lecturas bíblicas de hoy Viernes Santo, los cristianos crucificados resucitan, por ese motivo la Cruz de Jesús es victoriosa. Crucificado que no resucita no es cristiano. Este dato no niega las preguntas que deja la muerte, ni las atrocidades de la violencia en la historia actual marcada por tantas guerras. Pero desde Jesús de Nazaret de la muerte nace la vida y nuevas oportunidades.1.Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura?Poncio Pilatos está convencido de que el malhechor que las autoridades religiosas le presentaron a él es un hombre inofensivo, una persona sin extraña, alguien que, en lugar de defenderse de las acusaciones, comienza a darse aires de filósofo de la verdad (Jn 18,37-38), pero de ninguna forma representa peligro para Roma. Por ello, después de un breve y sumario interrogatorio, el procurador romano declara a los jefes del pueblo que no encuentra culpa alguna en Jesús (Jn 18,38) y propone concederle el indulto, según la costumbre en la fiesta de Pascua (Jn 18,39).Los jefes esperaban ese acontecimiento. Y como Pilatos gozaba de poca simpatía entre ellos -era un procurador romano que había subvertido las prácticas judías (Ant. 18,55)- era previsible que no los dejara satisfechos. Por esa razón, los jefes ya habían preparado sus cartas. ¿Pilatos quiere liberar a Jesús? Y, mientras tanto, los jefes le tienen preparado el pedido para liberar a Barrabás.Entonces Pilatos cree que, para aplacar la ira de las autoridades será suficiente con un severo castigo y manda flagelar a Jesús, lo somete al suplicio con el cual el condenado era exfoliado vivo, y con frecuencia el flagelado moría bajo los golpes (2Mac 3,38). Además, los soldados se conceden libertades y descargan toda su frustración y agresividad sobre el inerme condenado, la dan golpes, lo escupen, se burla y le clavan en la cabeza una corona de espinas (Jn 19,2).Y Pilato, por tercera y última vez, declara la inocencia de Jesús: “En él no encuentro culpa” (Jn 19,6). Las palabras del Prefecto Romano son un veredicto de absolución, y son definitivas. Para el evangelista, Jesús corre menos peligro con los enemigos de su pueblo -los romanos- que lo quieren liberar, que con sus líderes religiosos de su pueblo que buscan matarlo.Vista la ineficacia de la acusación a Jesús de ser un agitador político, un hipotético candidato a rey de los judíos, los jefes judíos no se entregan, y juegan una segunda carta, una acusación religiosa: “Nosotros teneos una Ley, y según esa Ley él debe morir, porque se hace Hijo de Dios” (Jn 19,7).A Pilato poco le importan las leyes religiosas, pero sí hay una frase peligrosa “se hace hijo de dios”, Pilato tiene más miedo (Jn 19,8). Pero había una costumbre entre los judíos no prevista por Pilato. Ellos jugaban su carta, pero dada la irrelevancia de la acusación de agitador político contra Jesús, y de la acusación religiosa de hacerse Hijo de Dios, sacan el as de la manga.Las autoridades judías conocen su pueblo y por último presentan la carta vencedora, la cual saben ellos, ninguno puede resistir: poner en peligro su puesto, arriesgar su carrera. “Si sueltas a este, no eres amigo del César. Todo el que se hace rey es enemigo del César” (Jn 19,12). “Amigo del César” era un título nobiliario concedido por el emperador a unos pocos más cercanos. Para Pilato este sueño corre peligro ahora y por causa de aquel galileo extraño. ¿Qué sacrificar? ¿La propia carrera o a un inocente? No hay duda: a un inocente.2.Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y qué me sugiere para compartir de la comunidad?Jesús no es el rey de los judíos, ni un peligro, ni el Mesías, sino el hombre, un sencillo ser humano. Pero sí es el que a la vista de los jefes judíos “enemigos de todos los humanos” (1Ts 2,15), no toleran. Jesús es la Palabra de Dios hecha humanidad (Jn 1,14), la plena realización del designio del creador sobre la humanidad; un ser humano con la condición divina (Jn 1,1). Pero este dato es intolerable para las autoridades religiosas, que ven en la manifestación del proyecto de Dios una amenaza a su poder y a su existencia: si Dios se fusiona con los seres humanos, ya no hay lugar para ellos como intermediarios, por eso no resisten ver “el hombre”.Jesús es una máscara de sangre, humillado, golpeado, coronado de espinas, escarnecido; al verlo muy seguramente se aplacará la ira de los jefes judíos, y Pilato, con toda su autoridad de juez, declara por segunda vez que no encuentra ninguna culpa en ese hombre (Jn 19,4), y lo muestra a sus acusadores: “He ahí el hombre” (ecce homo). ¡Ojalá nunca lo hubiera hecho! Al verlo, los sumos sacerdotes y los guardias gritaron: ¡Crucifícalo! ¡crucifícalo! (Jn 19,6).3.Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo Jesús?La posición de Pilato se torna cada vez más crítica, no puede correr el riesgo de condenar al hijo de un dios. Ahora el juez tiene miedo del imputado, y le pregunta ¿De dónde eres? (Jn 19,9). Pilato desea tener certeza, y quiere saber si está delante de un hombre o de un ser divino.Es el momento de Jesús. Tiene delante a un Pilato apabullado, el juez supremo intimidado por el imputado. Basta que Jesús responda a Pilato como le respondió a Nicodemo: “Dios no envío a su Hijo al mundo para juzgar el mundo, sino para que el mundo se salve por medio de Él” (Jn 3,17), y confirmaría su condición divina. Pero Jesús calla. El silencio de Jesús es elocuente, convence aún más de su inocencia a Pilato, Hijo de Dios o no, es preciso liberarlo cueste lo que cueste. Pedimos al Señor el regalo de asumir la vida diaria como se presenta, de esa manera asumimos nuestra misión y estamos siempre con Jesús de Nazaret._______________________Recomendaciones prácticas:•Motivar a los fieles a la Oración de la Liturgia de las Horas durante la visita al Santo Sepulcro.II.Moniciones y Oración Universal o de los Fieles Monición introductoria de la Misa En esta solemne y sagrada celebración del Viernes Santo, nos reunimos para contemplar la pasión y muerte del Señor Jesús, se actualiza en nosotros su sacrificio redentor por nuestra salvación. En este día, renovamos nuestra fe en el amor infinito de Dios, que nos entrega a su Hijo para que, por su muerte en la cruz, tengamos vida eterna. Que esta liturgia nos lleve a experimentar profundamente el misterio del amor divino y la esperanza que brota de la cruz de Cristo.Monición a la Liturgia de la Palabra El amor infinito de Dios ha sido manifestado en su plenitud en la ofrenda redentora de Cristo en la cruz, su sangre derramada por la humanidad entera es un grito de misericordia de Dios por sus hijos. Escuchemos con atención y contemplemos la salvación que nos ofrece aquel que fue traspasado por nuestras rebeliones. Oración universal. Misal RomanoI. Por la Santa IglesiaOremos por la santa Iglesia de Dios, para que nuestro Dios y Señor le concede la paz y la unidad, se digne protegerla en toda la tierra y nos concede glorificarlo, como Dios Padre omnipotente, con una vida pacífica y serena.Ministro: Dios todopoderoso y eterno, que en Cristo revelaste tu gloria a todas las naciones, conserva la obra de tu misericordia, para que tu Iglesia, extendida por toda la tierra, persevere con fe inquebrantable en la confesión de tu nombre. Por Jesucristo, nuestro Señor.II. Por el PapaOremos por el Santo Padre, el Papa Francisco, para que Dios nuestro Señor, que lo escogió para el orden de los obispos, lo conserve a salvo y sin daño para bien de su santa Iglesia, a fin de que pueda gobernar al pueblo santo de Dios.Ministro: Dios todopoderoso y eterno, cuya sabiduría gobierna el universo, atiende favorablemente nuestras súplicas y protege con tu amor al Papa que nos diste, para que el pueblo cristiano, que tú mismo pastoreas, progrese bajo su cuidado en la firmeza de su fe. Por Jesucristo, nuestro Señor.III. Por el Pueblo de Dios y Sus ministrosOremos por nuestro obispo N., por todos los obispos, presbíteros y diáconos de la Iglesia, y por todo el pueblo santo de Dios.Ministro: Dios todopoderoso y eterno, que con tu Espíritu santificas y gobiernas a toda la Iglesia, escucha nuestras súplicas por tus ministros, para que, con la ayuda de tu gracia, te sirvan con fidelidad. Por Jesucristo, nuestro Señor.IV. Por los CatecúmenosOremos por nuestros catecúmenos para que Dios nuestro Señor abra los oídos de sus corazones y les manifieste su misericordia, y para que, mediante el Bautismo, se les perdonen todos sus pecados y queden incorporados a Cristo, Señor nuestro.Ministro: Dios todopoderoso y eterno, que sin cesar concedes nuevos hijos a tu Iglesia, acrecienta la fe y el conocimiento a nuestros catecúmenos, para que, renacidos en la fuente bautismal, los cuentes entre tus hijos de adopción. Por Jesucristo, nuestro Señor.V.Por la Unidad de los CristianosOremos por todos los hermanos que creen en Cristo, para que Dios nuestro Señor se digne congregar y custodiar en la única Iglesia a quienes procuran vivir en la verdad.Ministro: Dios todopoderoso y eterno, que reúnes a los que están dispersos y los mantienes en la unidad, mira benignamente la grey de tu Hijo, para que, a cuantos están consagrados por el único Bautismo, también los una la integridad de la fe y los asocie el vínculo de la caridad. Por Jesucristo, nuestro Señor.VI.Por los judíosOremos por los judíos, para que a quienes Dios nuestro Señor habló primero, les concede progresar continuamente en el amor de su nombre y en la fidelidad a su alianza.Ministro: Dios todopoderoso y eterno, que confiaste tus promesas a Abraham y a su descendencia, oye a compasivo los ruegos de tu Iglesia, para que el pueblo que adquiriste primero como tuyo, merezca llegar a la plenitud de la redención. Por Jesucristo, nuestro Señor.VII. Por los que No Creen en CristoOremos por los que no creen en Cristo, para que, iluminados por el Espíritu Santo, puedan ellos encontrar el camino de la salvación.Ministro: Dios todopoderoso y eterno, concede a quienes no creen en Cristo, que, caminando en tu presencia con sinceridad de corazón, encuentren la verdad; y a nosotros concédenos crecer en el amor mutuo y en el deseo de comprender mejor los misterios de tu vida, a fin de que seamos testigos cada vez más auténticos de tu amor en el mundo. Por Jesucristo, nuestro Señor.VIII. Por los que No Creen en DiosOremos por los que no conocen a Dios, para que, buscando con sinceridad lo que es recto, merezcan llegar hasta él.Ministro: Dios todopoderoso y eterno, que creaste a todos los hombres para que deseándote te busquen, y, encontrándote, descansen en ti; concédenos que, en medio de las dificultades de este mundo, al ver los signos de tu amor y el testimonio de las buenas obras de los creyentes, todos los hombres se alegren al confesarte como único Dios verdadero y Padre de todos. Por Jesucristo, nuestro Señor.IX. Por los GobernantesOremos por todos los gobernantes de las naciones, para que Dios nuestro Señor guíe sus mentes y corazones, según su voluntad providente, hacia la paz verdadera y la libertad de todos.Ministro: Dios todopoderoso y eterno, en cuyas manos están los corazones de los hombres y los derechos de las naciones, mira con bondad a nuestros gobernantes, para que, con tu ayuda, se afiance en toda la tierra un auténtico progreso social, una paz duradera y una verdadera libertad religiosa. Por Jesucristo, nuestro Señor.X.Por los que Se Encuentran en Alguna TribulaciónOremos a Dios Padre todopoderoso, para que libre al mundo de todos sus errores, aleje las enfermedades, alimente a los que tienen hambre, libere a los encarcelados y haga justicia a los oprimidos, concede seguridad a los que viajan, un buen retorno a los que se hallan lejos del hogar, la salud a los enfermos y la salvación a los moribundos.Ministro: Dios todopoderoso y eterno, consuelo de los afligidos y fortaleza de los que sufren, escucha a los que te invocan en su tribulación, para que todos experimenten en sus necesidades la alegría de tu misericordia. Por Jesucristo, nuestro Señor.R. Amén.