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Venimos a adorar al Rey
Tags: epifanía del señor niño jesús reyes magos esperanza Liturgia Iglesia
LA EPIFANÍA DEL SEÑOR
Enero 8 de 2023
Primera Lectura: Isaías 60, 1-6
Salmo: 72(71),1-2.7-8.10b-11.12-13 (R. cf. 11)
Segunda Lectura: Efesios 3, 2-3a.5-6
Evangelio: Mateo 2, 1-12.
I. Orientaciones para la Predicación
Introducción
La fiesta que hoy celebra la Iglesia, es la manifestación de Cristo a toda la humanidad. Manifestación a aquellos que los buscan como los Magos de Oriente y que nos invita a reflexionar sí estamos en la búsqueda de Dios. Manifestación que se expresa en el signo de la luz que es la gloria de Yahveh, como lo expresa el profeta Isaías, y que en el Nuevo Testamento es el mismo Cristo a quien en estos días contemplamos en el pesebre iluminando nuestras oscuridades. Manifestación que como afirma la carta a Efesios desvela el misterio escondido desde siglos para los para los paganos, es decir, para todos aquellos que no pertenecen al pueblo judío, por tanto, también para nosotros.
1. Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura?
La Palabra de Dios en este día dirige nuestra mirada a Cristo como luz del mundo que ha venido a iluminar la existencia no solo de aquellos que creen en Él, sino de todos los hombres de buena voluntad, pues Cristo no es propiedad de un grupo privilegiado de personas, sino que es un regalo del Padre para el mundo entero. En efecto, en la primera lectura del profeta Isaías se anima al pueblo sumido en la tristeza y el dolor: “¡Arriba, ha llegado tu luz; la gloria de Yahveh sobre ti ha amanecido!”, trayendo de este modo una esperanza que se funda en la novedad que Dios siempre ofrece. Por otra parte, el evangelio según san Mateo, describe a los Magos de Oriente, quienes representan a los que no hacen parte del pueblo de Dios, a unos extranjeros que buscan la verdad y que guiados por la luz de una estrella son llevados precisamente a Jesús.
Esta luz, que es Cristo, ha venido no sólo para los judíos, sino para todos los hombres, por ello, Isaías afirma: “caminarán los pueblos a tu luz y los reyes al resplandor de tu alborada” y el autor de la carta a los Efesios advierte que: “también los gentiles son coherederos, miembros del mismo cuerpo y partícipes de la Promesa en Jesucristo”. A su vez, el salmo hace eco de esta realidad al señalar: “que se postren ante él todos los reyes, y que todos los pueblos le sirvan”. Como la se observa, la Palabra de Dios hoy es una invitación constante a acoger a Cristo como luz del mundo.
2. Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y que me sugiere para decirle a la comunidad?
El evangelio no quiere que busquemos con curiosidad en el firmamento una estrella que guíe nuestros caminar, sino que se vale de esa figura para que, fijando nuestra mirada en Cristo “luz del mundo”, comprendamos cómo Él ha venido a iluminar las tinieblas de todos aquellos que viviendo en oscuridad andan a tientas sin saber orientar sus vidas. (cf. Jn 8,12). En efecto, la palabra Epifanía es un término griego que significa manifestación de Dios para los hombres extraviados, algunos por el pecado que ha oscurecido su mente e inteligencia y otros por ignorancia, pues nunca han escuchado hablar de Cristo.
Así, la fiesta de la Epifanía es un es un eco de la misma fiesta de Navidad que extiende su luz durante este tiempo sagrado que estamos celebrando y que, como escuchamos en la carta a los Efesios, nos invita a apreciar “la distribución de la gracia de Dios” que se nos ha dado en favor de toda la humanidad. Jesucristo, nuestro Señor, es luz para el mundo, su evangelio ilumina el caminar de todo hombre, sus palabras y acciones muestran el sentido de la vida, su existencia irradia el modo de ser que hace feliz al ser humano; por ello, vale la pena seguir su luz presente en los evangelios, orientar la vida según sus enseñanzas, buscar la fuerza de su amor como lo hicieron aquellos sabios Magos de Oriente, que con humildad y sin desfallecer, a pesar de los obstáculos que encontraron en su caminar, siguieron adelante hasta encontrar al Mesías.
Es evidente por los evangelios y por la experiencia de vida de los siglos que Cristo es la luz del mundo, pero no basta con saberlo, es necesario buscarle, acogerle y seguirle obedeciendo su evangelio. En efecto, el texto nos dice que los sumos sacerdotes y los escribas del país sabían dónde tenía que nacer el Mesías, pero no movieron un pie para ir en su búsqueda, para dejarse iluminar por Él; prefirieron seguir anclados en sus tradiciones y no se dejaron seducir por la novedad que el Mesías ofrecía. Esto también nos puede suceder a nosotros, sí hoy después de veinte siglos, nos conformamos con una religión quieta que no transforma nuestra existencia y que no nos hace caminar hacia a Cristo con decisión y pasión.
Con razón el evangelio según san Juan advierte: “la luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no la vencieron... vino a su casa los suyos no la recibieron” (Jn 1,5.12). También el rey Herodes se enteró de esta Luz, pero “se sobresaltó y toda Jerusalén con él”, y como sabemos por el mismo evangelio, no permitió que esta luz iluminara su corazón y mandó matar a todos los niños menores de dos años que había en la región. Es un gran riesgo que sigue latente en el mundo, que Dios ofreciéndonos su amistad en su Hijo Jesucristo, quiera ser ocultado e incluso enterrado por quienes prefieren las tinieblas a la luz.
Aceptar esta Luz, dejar que el corazón reciba la claridad que trae este niño que en este tiempo adoramos con fervor en el pesebre, es la invitación que nos hace la Palabra, pues como dice el mismo evangelista Juan: “a todos los que la recibieron les dio poder de hacerse hijos de Dios, a los que creen en su nombre” (Jn 1,12), por ello, muchos paganos pudieron hacer parte de la familia de Dios, porque dejaron ingresar la Luz del mundo a sus vidas hasta el punto de llegar a ser “coherederos, miembros del mismo cuerpo y partícipes de la promesa en Jesucristo, por el Evangelio”. Esta es la alegría que la Epifanía nos ofrece, que Cristo sigue siendo nuestra Luz y que Él nos une a todos los hombres y mujeres que quieren unirse a esta familia que lo adora, porque como los Magos de Oriente estamos en constante búsqueda del único Señor de la historia y de los pueblos.
3. Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo?
Con alegría respondamos al Señor que nos ofrece su Palabra, que nuestra respuesta sea adoración al niño de Belén que viene a iluminarnos.
Mira Jesús del pesebre nuestra vida, muchas veces en tiniebla por la ignorancia o por el pecado que no nos deja ver con claridad. Ayúdanos a ser humildes para no enorgullecernos de nosotros mismos e ir en tu búsqueda como aquellos magos de Oriente, enséñanos a caminar iluminados por tu evangelio que siempre nos lleva a la verdad, haz que encontrándote permanezcamos contigo en adoración y demos testimonio de tu amor en medio del mundo que vive en tinieblas.
¡Levántate, brilla, Jerusalén, que llega tu luz! El tiempo de navidad avanza y es bueno que nos preguntemos si realmente me he dejado iluminar por la luz que Cristo ha traído con su nacimiento. Para saberlo, simplemente debemos observar si nos hemos levantado del pecado a la vida de gracia.
Que todos los pueblos le sirvan. Este tiempo de navidad es una bella ocasión para mirar cómo es nuestra acogida a todos los hermanos, pues como se ha dicho, Cristo no es propiedad de un grupo privilegiado. ¿Tengo capacidad de acogida para con los demás? ¿oro por mis hermanos?
Habéis oído hablar de la distribución de la gracia de Dios. La gracia de Dios ha llegado a nosotros, Dios se ha hecho hombre en Jesucristo, ha tomado nuestra misma condición humana, es Dios con nosotros, ¿soy consciente de esta gracia que el nacimiento de Jesús produce en mi vida?
¿Dónde está el Rey de los judíos que ha nacido? Hemos visto salir su estrella y venimos a adorarlo. ¿Mi búsqueda del Señor es constante?, ¿permito que la Luz de Cristo llegue a mi corazón?, ¿oriento mi vida según la Luz del evangelio de Cristo?
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Recomendaciones prácticas:
• En esta solemnidad de Epifanía conviene resaltar que el personaje central es Cristo y su misterio de salvación, más que las figuras de los reyes magos.
• Se puede preparar la procesión con los dones para la Eucaristía, presentado también mercados para los pobres y necesitados.
• Encender una luz al frente del pesebre podría ser un elemento pedagógico importante.
• Tener presente que hay un formulario distinto para la Misa de la Vigilia y del día. El Prefacio es propio de Epifanía, MR, p. 367.
• Puede emplearse hoy la fórmula de bendición solemne: En la Epifanía del Señor, MR, p. 472.
• Se recomienda emplear la Plegaria Eucarística I o Canon Romano, se dice el “Reunidos en comunión…”, propio de la Epifanía.
• Tener presente que mañana lunes, se celebra la fiesta del Bautismo del Señor. Con esta festividad concluye el tiempo de Navidad.
II. Moniciones y Oración Universal o de los Fieles
Monición introductoria de la Misa
Hermanos hoy venimos como aquellos sabios de Oriente en búsqueda de Dios e iluminados por su luz que es Jesucristo ante quien nos postramos en el pesebre de Belén. Celebremos en esta fiesta de la Epifanía del Señor, la eucaristía, misterio de luz que nos hace presente de nuevo a Cristo en el hoy de nuestra historia y adorémosle con filian devoción participando conscientemente de la celebración de la misa.
Monición a la Liturgia de la Palabra
La Palabra de Dios que se nos proclama ahora es la luz que guía nuestros pasos en medio de las tinieblas que ensombrecen el mundo; esta Palabra nos invita a ir en búsqueda de Jesús y a hacernos verdaderos adoradores suyos con otros hermanos que son llamados también a la luz de la fe. Acojamos con un corazón orante al buen Dios que nos habla en su Palabra.
Oración Universal o de los Fieles
Presidente: hermanos, presentemos nuestras plegarias al Padre, que en este día manifiesta su salvación a todos los hombres y digámosle:
R. Que tu luz, Señor, ilumine nuestras vidas.
1. Por la Iglesia, extendida por todo el mundo; para que, llevando la luz del evangelio a todos los pueblos, sea portadora de la paz y de la esperanza de Dios. Oremos.
2. Por todas las naciones y en especial por nuestra patria; para que brille sobre todos la luz de Cristo salvación y esperanza de la humanidad. Oremos.
3. Por los cristianos perseguidos, para que el Señor premie el testimonio de su fe y haga fecunda la proclamación del evangelio en medio de la persecución. Oremos.
4. Por nuestra comunidad parroquial; para que todos podamos vivir la alegría profunda por el gran regalo de la salvación que nos ha traído Jesucristo. Oremos.
Oración conclusiva
Escucha nuestras oraciones, Padre bueno,
y has que los que hemos conocido
y adorado a tu Hijo, Luz del mundo,
vivamos siempre como hijos de la luz.
Por Jesucristo nuestro Señor.
R. Amén.
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NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO,REY DEL UNIVERSONoviembre 24 de 2024Primera lectura: Dn 7,13-14Salmo: 93(92),1ab.1c-2.5 (R. cf. Dn 7,14)Segunda lectura: Ap 1, 5-8Evangelio: Jn 18, 33b-37I.Orientaciones para la PredicaciónIntroducción●Jesucristo es Rey del universo, Rey de reyes y Señor de señores; por Él fueron creadas todas las cosas, Él es el principio y fin de todo lo que existe; por Él subsiste todo (cf. Col 1, 17). Un Rey que lo sustenta todo con su sabiduría y amor, que se pone al servicio de la humanidad y mediante su sacrificio la redime del pecado y la sustenta con su misma vida.●En Jesús el Reino de Dios ha entrado en este mundo. La Iglesia, como dice la Lumen Gentium del concilio Vaticano II, es el inicio y el germen del Reino en este mundo (n. 5), que hace a todos sus discípulos reyes y sacerdotes.●Su Reino se hace presente en este mundo cada vez que alguien le permite entrar y guiar su vida y cada vez que un grupo de creyentes vive en la fe y la caridad que nacen de Aquel que murió en la cruz.1.Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura?Jesucristo, Rey del universo, que inaugura un Reino nuevo y eterno, fue profetizado en la visión del Hijo de hombre que venía en las nubes del cielo y a quien se le dio poder real y dominio y a quien todos los pueblos, naciones y lenguas lo respetarán, según nos dice el libro de Daniel. Su Reinado encarna el reinado de Dios en esta tierra, tal como hace eco el salmo a la profecía antes referida: “El Señor reina, vestido de majestad”.En la segunda lectura del libro del Apocalipsis se nos invita a rendir gloria y honor a Aquel que es el Príncipe de los reyes de la tierra, el Rey de reyes, quien por su sangre derramada nos ha convertido en reyes y sacerdotes. Además, se nos dan unas características muy concretas de nuestro Señor, soberano del mundo: es el testigo fiel, el primogénito de entre los muertos, el Príncipe de los reyes de la tierra, quien nos ama y nos ha liberado de nuestros pecados por su sangre, nos ha hecho reyes y sacerdotes de Dios, su Padre; es el Alfa y la Omega, el que es, el que era y el que viene, el Todopoderoso. Podríamos sintetizar todas estas caracterizaciones diciendo que Él lo es todo: Verdad, Amor y Vida que apunta hacia una plenitud absoluta y total, en una relación que responderá a los anhelos más profundos del corazón humano.En el evangelio se nos especifica la naturaleza del Reino de Jesucristo: no es de este mundo, es decir, no es caduco y no mira a la sola transformación terrenal; es una realidad mucho más honda y profunda: es un Rey que da vida y vida en abundancia, que reconstruye el corazón desde dentro y en profundidad, para que de este modo toda persona pueda obrar el bien también en el ámbito temporal y terreno y, de este modo, contribuya al establecimiento del Reino futuro, que no tendrá fin.2.Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y qué me sugiere para decirle a la comunidad?Jesucristo es Rey, Creador junto con el Padre y el Espíritu Santo de todo cuanto existe, que con su sabiduría y amor lo sostiene todo. Sin Él nada existe, pues en el principio Dios lo creó todo por su Palabra. Hemos sido hechos a su imagen y semejanza. Sin Él no podríamos existir un momento. Por Él existimos y subsistimos. Más aún, Él nos ha traído vida y vida en abundancia mediante su sacrificio en la cruz. De su costado abierto hemos recibido la sangre que borra nuestros pecados y nos comunica luz y fuerza diariamente.Jesucristo es Rey y ejerce su reinado por medio del servicio hasta la muerte y muerte de cruz por nosotros y por nuestra salvación. Su Reino es muy distinto al modo como los poderosos de este mundo ejercen su autoridad. Como discípulos suyos estamos llamados a convertirnos para dejar la lógica terrenal y asimilar el nuevo estilo que Jesús nos ha dejado con su vida y su muerte; Él, como Rey de reyes, ocupó el último lugar, tanto en su nacimiento como en su muerte. No se arrogó ningún privilegio; más aún, toda su vida fue un vivir para la gloria de su Padre y para la salvación del género humano.Hemos sido salvados en comunidad. El concepto Reino siempre hace referencia a un conjunto de personas, a un espacio con cierta amplitud sobre el que se ejerce el reinado. Así mismo, el Reino de Jesucristo busca llegar a toda la humanidad, acoger a cada persona que viene a este mundo, derramar sobre todo viviente el bálsamo de su amor que ilumina y comunica vida. La Iglesia es la comunión de todos aquellos que se han adherido a su Reino, es la comunión de todos ellos entre sí y con el mismo Jesús, su Rey. En la medida en que vivamos la comunión real y existencial entre nosotros, entonces daremos testimonio de que Él es el verdadero Rey que debía venir; como dice nuestro Señor en el Evangelio de san Juan: “Que todos sean uno, como tú, Padre, estás en mí y yo en ti; que también ellos sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me enviaste” (17, 21).3.Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo?Jesucristo, Rey del universo, ayúdanos a comprender que sin ti nuestra vida no puede existir, pues eres el fundamento por quien subsiste todo. Sin tu Sabiduría y amor que nos regalas en la vida de cada día a través de muchas mediaciones y muy particularmente mediante la vida sacramental, nuestra existencia caminaría en la oscuridad y el sinsentido, en la vaciedad y la soledad más absoluta.Jesucristo, Rey del universo, concédenos la gracia de convertirnos al nuevo espíritu de tu reinado: el servicio y la entrega hasta el olvido de nosotros mismos, solamente buscando la gloria del Padre y la salvación del mundo. Ayúdanos a comprometernos en una vida de servicio abnegado y desinteresado, de manera que podamos ser un reflejo vivo del amor del Rey pobre y humilde, que nunca buscó su gloria ni quiso aparentar grandeza humana alguna.Jesucristo, Rey del universo, haz que tu Iglesia camine hacia la unidad como tú mismo lo pediste antes de tu pasión; solamente así podremos ser evangelizadores audaces e intrépidos en el hoy de nuestra historia, pues reflejaremos esa comunión de vida y de amor que tú vives con el Padre y el Espíritu; y solamente así podremos ser un signo creíble en medio de un mundo dividido por las discordias y enemistades, pero que en su corazón siempre anhela una existencia plena en el amor y la comunión._______________________Recomendaciones prácticas:●1º de diciembre. Inicia el tiempo de Adviento, ciclo C.II.Moniciones y Oración Universal o de los Fieles Monición introductoria de la Misa Jesucristo, a quien hoy celebramos como Rey del universo, es el principio y el fin de la historia, es el centro del mundo, por Él hemos sido creados y redimidos; solamente en Él tenemos vida y vida en abundancia; Él se hace presente en la Eucaristía; que esta celebración sea un encuentro vivo con el único que nos pueda comunicar plenitud de vida y felicidad.Monición a la liturgia de la Palabra Jesucristo, Rey del universo, mediante su palabra nos guía y orienta en medio de las vicisitudes de este mundo; acojamos su luz para que podamos caminar por sendas de justicia y verdad.Oración Universal o de los Fieles Presidente: Presentemos a Dios Padre, por mediación de su Hijo, Rey del universo, todas nuestras súplicas y necesidades.R/. Por mediación de tu Hijo, Rey del universo, atiende nuestra súplica.1.Te pedimos por tu santa Iglesia extendida por todo el universo, inicio y germen de tu Reino en esta tierra: que viva en la unidad, a imagen de la Trinidad. Oremos.2.Por quienes gobiernan las naciones, para que en su tarea imiten a Jesucristo que vino no a ser servido sino a servir y a dar su vida en rescate por muchos. Oremos.3.Por quienes no tienen techo donde vivir ni alimento para sus cuerpos, para que encuentren personas con buen corazón, que sean un vivo reflejo de Cristo que ejerció su autoridad en la entrega hasta la muerte y muerte de cruz. Oremos.4.Por todas las familias cristianas, para que en ellas reine la unidad y la paz y se conviertan en un estímulo para acoger a Cristo, nuestro Dios y Señor. Oremos.5.Por todos nosotros que participamos en esta celebración eucarística para que asimilemos el espíritu de tu Hijo que ocupó el último lugar en su nacimiento y en su muerte en cruz por amor y para nuestro bien. Oremos.Oración conclusivaDueño y Señor del universo,que has querido que nosotrostus hijos llegáramos al finalde este año litúrgico;al celebrar hoy a tu Hijo,Rey de todo lo creado,te pedimos que aceptesnuestra oración y sintamosel efecto de tu poderentre nosotros.Por Cristo nuestro Señor.R/. Amén.
Vie 15 Nov 2024
El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán
TRIGÉSIMO TERCER DOMINGODEL TIEMPO ORDINARIONoviembre 17 de 2024Primera lectura: Dn 12,1-3Salmo: 16(15),5 y 8.9-10.11 (R.1)Segunda lectura: Hb 10,11-14.18Evangelio: Mc 13, 24-32I.Orientaciones para la PredicaciónIntroducción●Todo pasa, solamente Dios permanece.●La historia camina hacia su consumación final en la Jerusalén celestial. Nuestro destino final será un mundo nuevo y una humanidad nueva.●Este mundo semidestruido es renovado continuamente por el Misterio Pascual de Cristo.1.Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura?Dios soñó con una humanidad llena de felicidad en la comunión con Él y con los demás. El pecado cambió el mundo como paraíso y lo convirtió en un lugar de sufrimiento y muerte, pero Dios no nos abandonó, salió a nuestro encuentro y en Jesús la humanidad y la divinidad quedaron unidas para siempre. Desde la resurrección del Señor ha iniciado una nueva creación que se va renovando por el amor misericordioso de Dios, comunicado continuamente mediante la predicación de la Palabra y los sacramentos y que se proyecta hacia su consumación final en la resurrección del último día, cuando surja un mundo nuevo.Esta plenitud de los tiempos fue anunciada en la lectura de la profecía de Daniel que hoy escuchamos con la figura del Hijo de hombre que viene sobre las nubes, de lo alto, y en el Evangelio de Marcos, en donde, a su vez, se nos proyecta la mirada hacia la consumación con la resurrección de los muertos y el mundo nuevo y transfigurado que surgirá al final de los tiempos.Mediante su Misterio Pascual, nuestro Señor ha renovado la creación y lo continúa haciendo a través de su permanente presencia y acción en los corazones de todos los hombres y, particularmente, de los creyentes. Así, la creación se va renovando de día en día, hasta que pueda ser presentada como una novia toda ella resplandeciente ante su esposo, nuestro Señor Jesucristo (cf. Ap 21, 9-13).2.Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y qué me sugiere para decirle a la comunidad?Las lecturas del día de hoy nos transmiten un mensaje de esperanza, en medio de ideas e imágenes que pueden infundir temor y angustia. En la profecía de Daniel se nos habla de días difíciles, pero inmediatamente añade: “Entonces se salvará tu pueblo”, y en el evangelio se nos refieren fenómenos cósmicos terribles, pero a continuación anota: “Entonces verán venir al Hijo del Hombre sobre las nubes con gran poder y majestad; enviará a los ángeles para reunir a sus elegidos de los cuatro vientos del extremo de la tierra al extremo del cielo”. De esta manera, aunque son descripciones catastróficas y desconcertantes, esconden un mensaje lleno de profunda esperanza: habrá justicia y el bien triunfará, quienes hayan permanecido haciendo la voluntad de Dios, quienes hayan sido sabios, es decir, hayan vivido de cara a Dios y según su voluntad, entonces “brillarán como el fulgor del firmamento, y los que enseñaron a muchos la justicia, como las estrellas, por toda la eternidad”.No será igual el final de quienes hayan obrado el bien o el mal; los destinos de unos y otros serán muy distintos: de los primeros, la vida; de los segundos, la muerte eterna y la destrucción. Sin embargo, ya desde esta vida cosechamos lo que sembramos: quien se esfuerza por practicar el bien, vive en la paz de su conciencia que vale más que todas las diversiones y el bienestar de quien pueda tener muchas comodidades, pero en su corazón se encuentra lacerado por una conciencia que siempre le estará recordando el mal cometido y por las consecuencias que trae consigo el mismo mal obrado.Todo pasará, solamente Dios permanece. Como nos dice Jesús en el evangelio: “El cielo y la tierra pasarán, mis palabras no pasarán”. Y su palabra principal es el amor a Dios y al prójimo, siguiendo su ejemplo. Si todos los días nos empeñamos por elegir el bien y procuramos obrarlo con la mayor generosidad y por amor a Dios, entonces estaremos construyendo con Dios y en Dios; y todo lo así edificado permanecerá para siempre, nos introducirá cada vez más en el corazón de Dios y la muerte no será más que el momento en el cual quedaremos para siempre en el corazón de Dios, para disfrutar por siempre de su bondad y su amor tierno y misericordioso.3.Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo?Señor, ayúdanos a comprender que todo esfuerzo, inspirados por tu amor y el bien del prójimo, contribuye a la construcción de una existencia cada vez más plena, que nos conducirá a una vida gozosa, llena de esperanza y que llegará a su plenitud una vez partamos de este mundo.Señor, enséñanos a comprender que todo esfuerzo encaminado solamente a nuestro bienestar material y a una vida confortable sin tenerte en cuenta a ti, nos conducirá a una existencia fracasada y destruida ya desde este mundo. Que aprendamos a tener una mirada sabia, que en medio de todas las realidades pasajeras de este mundo sepamos buscar un fundamento firme en el único que lo puede ofrecer, tú, Señor y Dios, que es el mismo hoy, ayer y siempre.Señor, fortalécenos para comprometernos en la transformación de este mundo; infúndenos tu gracia poderosa a fin de empeñarnos decididamente en este camino, comenzando por nosotros mismos y por nuestro hogar, por aquellos con quienes convivimos a diario, teniendo para con ellos actitudes de humildad, comprensión, compasión, bondad y misericordia. Entonces, ese mundo nuevo prometido irá despuntando en nuestros hogares y comunidades._______________________Recomendaciones prácticas:●Jornada Mundial de los Pobres.●Explicar un poco el año litúrgico y su sentido; su inicio con Adviento y su finalización con la Solemnidad de Jesucristo, Rey del Universo.●Exponer algunas líneas generales del género apocalíptico en la Biblia, lo cual podría ayudar a entender mejor la primera y la tercera lectura del día de hoy: propio de tiempos difíciles, se caracteriza por usar un lenguaje y unos símbolos misteriosos con el fin de transmitir un mensaje de esperanza.●Se sugiere al predicador la lectura del numeral 39, párrafo 2, de la Constitución pastoral Gaudium et spes del concilio Vaticano II, que podría dar luces para la predicación acerca de la importancia del compromiso temporal del creyente con miras a preparar el Reino futuro.II.Moniciones y Oración Universal o de los Fieles Monición introductoria de la MisaEn la Eucaristía entra el mundo nuevo que es una persona, Jesucristo, nuestro Señor, a este mundo caduco y envejecido por el pecado y el mal; entra para renovarnos desde dentro y, de este modo, comenzar ese mundo nuevo que se consumará al final de los tiempos. Vivamos con fe y devoción este encuentro renovador y transformante con Aquel que es la resurrección y la vida.Monición a la liturgia de la PalabraNos encontramos próximos a terminar el año litúrgico y la liturgia de la Palabra nos invita a considerar la caducidad de todo lo terreno y a poner la mirada en lo que permanecerá eternamente. Escuchemos con atención.Oración Universal o de los Fieles Presidente: Elevemos nuestras súplicas a Dios nuestro Padre, por medio de su Hijo muy amado y con la fuerza del Espíritu Santo.R/. Padre de bondad, escucha nuestras súplicas.1.Por la Iglesia universal, para que la protejas y la asistas en medio de la inestabilidad de las cosas de este mundo. Oremos.2.Por quienes gobiernan las naciones, para que comprendan la importancia de trabajar por el bien común, pues así ofrecen una ayuda muy importante para la consecución de los bienes futuros. Oremos.3.Por quienes sufren, para que unan sus padecimientos a los de Cristo en la cruz y, de este modo, contribuyan a la instauración de tu Reino en este mundo. Oremos.4.Por quienes viven en la pobreza material para que el Señor suscite en los corazones de todos los hombres la generosidad y el deseo de compartir sus bienes con quienes más lo necesitan. Oremos.5.Por todos nosotros, que participamos en esta Eucaristía, para que comprendamos la necesidad de buscar, ante todo, tu Reino de justicia y de paz en medio de la caducidad de los bienes de este mundo. Oremos.Oración conclusivaRecibe, Padre Santo,estas súplicas que con fey confianza te hemos dirigidopor mediación de tu Hijo Jesucristo,nuestro Señor, a quien debemosbuscar en todo momento,pues es el único que vive yreina por los siglos de los siglos.R/. Amén.
Vie 8 Nov 2024
Ésta, en cambio, ha echado de lo que necesitaba todo cuanto poseía, todo lo que tenía para vivir.
TRIGÉSIMO SEGUNDO DOMINGODEL TIEMPO ORDINARIONoviembre 10 de 2024Primera lectura: 1R 17,10-16Salmo: 146(145),7.8-9a.9bc-10 (R. 1)Segunda lectura: Hb 9, 24-28Evangelio: Mc 12, 38-44 (forma larga) o Mc 12, 41-44 (forma breve)I.Orientaciones para la PredicaciónIntroducciónEl modelo de exclusión de las sociedades judías -del Antiguo Testamento- representadas en el ejemplo de personas como la viuda, visitada por el profeta Elías, es un ejemplo de la confianza en la providencia que viene de parte de Dios. De la misma forma como se ve, en el Primer libro de los Reyes, la providencia divina, en el evangelio se presenta el ejemplo de una viuda como la representación de la generosidad y confianza plena en Dios. Por esta razón la liturgia de la Palabra de Dios está cargada del ejemplo de dos mujeres que sembraran en la comunidad apostólica un ejemplo concreto de como Dios no desampara a ninguno de sus servidores ni menos la vida de aquellos que son generosos con sus bienes y dan, con su servicio, gestos de generosidad. 1.Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura?La visita inesperada de Elías a una viuda en Sarepta es una descripción de la pobreza en la que una mujer en condición de viudes vivía. La escasez de bienes, para alimentarse, por parte de la viuda, mostraba un panorama desolador, a punto de pensar en la perdida de la esperanza y desoladora muerte de ella y, su bien más preciado, su hijo. De modo que en la generosidad de la viuda y en obediencia al profeta queda reflejada la Providencia de parte de Dios.En la Carta a los Hebreos, el autor sagrado, resalta cómo Cristo se ha ofrecido una sola vez para quitar los pecados de todos. Cristo es la ofrenda más excelsa de Dios por la salvación de la humanidad, de modo que, en el plan de la redención por parte de Dios, se ve representado en una comunidad que acoge a Dios como su salvador. Pero, en esta perícopa queda de fondo el mensaje de la parusía como esa segunda venida de Cristo que llena de esperanza a los creyentes.El evangelio de este domingo presenta dos partes, en la primera Jesús reprocha la falta de coherencia de los letrados y maestros de la Ley, y en la segunda parte le Jesús quiere enseñar a los discípulos la generosidad de los pobres, en la persona de una viuda, quien en un acto de donación se pone por encima de la hipocresía y corrupción de los ricos y hacendados de la época. De manera que, en el texto del Evangelio de Marcos, y la primera lectura del Primer libro de los Reyes, la coincidencia de dos viudas, como ejemplo de confianza en Dios, es un reflejo de cómo Dios se manifiesta en los más frágiles, débiles, vulnerables y despreciados de la sociedad.2.Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y qué me sugiere para decirle a la comunidad?Las comunidades cercanas al Evangelio de Marcos tienen como característica la practicidad de la enseñanza evangélica, de modo que presentan a un Jesús enseñando con ejemplos prácticos y de autoridad. Por tal razón, tres enseñanzas para llevar a la práctica desde el evangelio de este domingo se pueden resumir en las siguientes. La primera está relacionada con la incoherencia de tener una vida religiosa desde las apariencias, la segunda está vinculada con la solidaridad desde los vulnerables, la tercera con ofrecer la vida sin condiciones.Jesús en un acto de docencia, es decir de conducir y orientar a sus discípulos, les hace una exhortación: “Guárdense de los escribas, que gustan pasear con amplio ropaje, ser saludados en las plazas, ocupar los primeros asientos en las sinagogas y los primeros puestos en los banquetes; y que devoran la hacienda de las viudas so capa de largas oraciones”; de allí que les indique que se deben cuidar de practicar su religión con apariencias en lugar de hacerlo con el corazón. En esto el texto sagrado nos ilustra sobre la manera en que Dios elige a sus servidores no por las apariencias sino por aquello que hay en sus corazones y que los llevaba a vivir con autenticidad y respeto su experiencia de Dios. Uno de los casos más emblemáticos está en la elección de David, quién no era el más aguerrido, de los hijos de Jesé, para la guerra sino el pastor que reflejaba con su mirada aquello que albergaba en su alma; o el mismo caso de Elías que está presente en la liturgia de hoy, un profeta que no es elegido por su apariencia sino, por su compromiso con los marginados de su entorno y, que tuvo que afrontar crisis personales por vivir de manera auténtica su relación con Dios de la forma más transparente.En la segunda enseñanza del evangelio de este domingo está la práctica de la solidaridad desde la perspectiva de los más vulnerables de la sociedad. Para nadie era ajeno saber, en el contexto del Nuevo Testamento, que la situación de discriminación de la viuda radicaba en una concepción patriarcal basada en la no dependencia de su marido que vivía una viuda. De allí que una viuda era juzgada como marginada de la sociedad al haber perdido la custodia de su marido, de modo que eran mujeres que se consideraban pobres y rechazadas; pero en la enseñanza de este domingo, la solidaridad de esta mujer es signo de admiración y respeto, pues, Jesús la pone como referente de solidaridad, en contra la falsa bondad de los ricos que dan desde lo que les sobra más no desde lo que hay en sus corazones. De nuevo la conexión, con la enseñanza anterior, entre la apariencia y lo interior de los corazones vuelve a formar parte de los aprendizajes dados por el maestro. En una tercera enseñanza aparece la ofrenda de la viuda sin condiciones. Casi en una prefiguración de lo que Jesús hará por la humanidad y que resalta de manera excepcional el texto de la Carta a los Hebreos, de la liturgia dominical, presentando la manera en que Cristo se entrega una vez para siempre en su sacrificio de la cruz. Jesús cierra la perícopa de hoy acotando que la viuda “en su pobreza, ha dado todo lo que tenía para vivir”. De modo que la garantía de lo material no supera a lo espiritual, pues la viuda tiene su confianza puesta en la Providencia divina, la misma que ha acompañado a la viuda de Sarepta en la primera lectura de este domingo.3.Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo?Dos mujeres, viudas, son las protagonistas de la enseñanza de la Palabra en este domingo. Sus actitudes nos remontan a la importancia que tiene aprender sobre los valores propios del Evangelio, en este caso: evitar las apariencias como una manera de vivir la experiencia religiosa, la solidaridad como un gesto de donación total y el dar lo mejor que tenemos para desde allí depositar la confianza más grande en la Providencia divina. De allí que, todos estamos llamados a vivir de manera solidaría y generosa nuestra experiencia de Dios por medio de actos de caridad que reflejen la entrega bondadosa al Señor en el servicio.Aquí se recogen las enseñanzas del papa Francisco en su exhortación apostólica Gaudete et exsultate: “Las riquezas no te aseguran nada. Es más: cuando el corazón se siente rico, está tan satisfecho de sí mismo que no tiene espacio para la Palabra de Dios, para amar a los hermanos ni para gozar de las cosas más grandes de la vida. Así se priva de los mayores bienes. Por eso Jesús llama felices a los pobres de espíritu, que tienen el corazón pobre, donde puede entrar el Señor con su constante novedad” (GE 68).Y continua Francisco en su enseñanza: “Esta pobreza de espíritu está muy relacionada con aquella ‘santa indiferencia’ que proponía san Ignacio de Loyola, en la cual alcanzamos una hermosa libertad interior: ‘Es menester hacernos indiferentes a todas las cosas criadas, en todo lo que es concedido a la libertad de nuestro libre albedrío, y no le está prohibido; en tal manera, que no queramos de nuestra parte más salud que enfermedad, riqueza que pobreza, honor que deshonor, vida larga que corta, y por consiguiente en todo lo demás’” (GE 69).Nuestro encuentro con Cristo pasa por la fascinación de su mirada atenta a los pequeños gestos que hacen grande la realización del reinado de Dios. Así como Jesús invita a mirar, en el evangelio, a sus discípulos a contemplar el gesto de la viuda en la urna de las ofrendas, así Él nos invita a descubrir su acción en los gestos de aquellos que nos presiden en la caridad, los más humildes y pobres de espíritu, porque en ellos se manifiesta la Providencia divina de manera excelsa. El papa Francisco nos exhorta, en su mensaje de la Jornada Mundial de los Pobres del 2023, “a compartir con las personas en situación de exclusión la mesa de nuestras casas, al tiempo que agradece la constante atención y dedicación que prestan diariamente muchos ‘vecinos de casa’ que no son ‘superhombres’, sino personas capaces de escuchar, dialogar y aconsejar”.II.Moniciones y Oración Universal o de los Fieles Monición introductoria de la Misa La celebración de la Eucaristía es un momento para poner la mirada en los pequeños detalles, tal y como Jesús lo hizo con sus discípulos, invitándolos a ver la viuda que llega hasta las alcancías del templo para entregar todo aquello que poseía. Participemos de esta Eucaristía dominical con un espíritu de recogimiento contemplando a Dios en su Palabra y Eucaristía. Abramos la mente y el corazón para que vivamos con amor esta celebración en comunidad. Monición a la liturgia de la PalabraEl profeta Elías emprende una misión de parte de Dios en la que la Providencia divina se va a manifestar en una casa en la que la esperanza se veía perdida por parte de una viuda. Mientras que en la Carta de los Hebreos contemplaremos la gran noticia de la redención de nuestras faltas por parte de la entrega de Cristo en la cruz por nuestros pecados. Dejemos que el Evangelio nos ayude a entender que seguir a Jesús implica llevar y vivir la fe con coherencia y en una actitud permanente de solidaridad; escuchemos el mensaje de la Palabra con el corazón dispuesto a llevarla a la vida. Oración Universal o de los Fieles Presidente: Señor Jesucristo que te has quedado en la fracción del pan, siendo el alimento por excelencia, te alabamos, te bendecimos y te damos gracias y a una voz aclamamos diciendo. R/. Haznos coherentes con tu amor Señor.1.Por el Papa, para que su ejemplo y testimonio de amor, renueve en la Iglesia la vocación a la solidaridad y la entrega por los más necesitados. Oremos.2.Por los gobernantes del mundo para que no ahorren esfuerzos en trabajar por políticas que promuevan el cuidado de la casa común y la defensa de todas las formas de dialogo social que promueven la paz. Oremos. 3.Por las necesidades de las comunidades que no tienen la posibilidad de celebrar la Eucaristía para que el Señor siga promoviendo vocaciones al servicio de la Palabra y la Eucaristía en el mundo entero. Oremos. 4.Por todos aquellos que sufren las consecuencias de las inclemencias del clima, especialmente por los campesinos para que sigan trabajando la tierra como el don más preciado. Oremos.5.Por esta asamblea que participa en el banquete eucarístico, para que un día junto con los santos pueda contemplar el rostro del Señor en el Reino Celestial. Oremos.Oración conclusivaAcoge, Padre de bondad,las suplicas que te dirigimoscon fe y confianza en ti,por Jesucristo, nuestro Señor.R/. Amén.
Vie 1 Nov 2024
Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas.
TRIGÉSIMO PRIMER DOMINGODEL TIEMPO ORDINARIONoviembre 3 de 2024Primera lectura: Dt 6, 2-6Salmo: 18(17), 2-3a. 3bc-4. 47 y 51ab (R. Dt 6,4)Segunda lectura: Hb 7, 23-28Evangelio: Mc 12, 28b-34I.Orientaciones para la PredicaciónIntroducciónLa centralidad en el mandato del amor, para los cristianos, se convierte en una manera de ser y de relacionarse con Dios, con su prójimo y hoy en día con su entorno, como lo promueve la Laudato Si´. El mensaje de la Palabra de Dios en esta liturgia le recordará, a la comunidad, la importancia de afianzar el amor de Dios en la vida cotidiana. De allí que sea fundamental recordar el principio de la escucha que el pueblo de Israel hacía de los mandatos de Dios, pues, esta evocación tendrá efecto en las enseñanzas que Jesús le dará a quienes escuchan y siguen su mensaje de salvación.1.Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura?Para el pueblo judío el mandato de la escucha (Shemá) es una forma de responder a la misericordia con que Dios ha guiado al pueblo de generación en generación. Por esta razón, los mandamientos son una respuesta efectiva a la relación que el pueblo tiene con Dios, pero, esto no basta, de allí que una consecuencia lógica de escuchar al Señor es responder con amor a esa interlocución; en esto se centra el mensaje del libro del Deuteronomio que pretende ser una carta de navegación para atender los mandamientos y llevarlos a la práctica; y de esta forma, no dejar las enseñanzas solo en la memoria como una respuesta estática del pueblo que, amando a Dios, respeta los mandamientos, y en estos preserva, custodia y cuida la vida y existencia humana. Guardar en la mente, llevar al corazón y, practicar en la vida el mandato del amor es imperativo categórico de la vida de un creyente en el Dios de la vida.Como es reiterativo en la Carta a los Hebreos el tema del sacerdocio de Cristo es un motivo fundamental de este libro. En la lectura que se realiza en este domingo se enfatiza en la permanencia que tiene el sumo sacerdocio del Señor este es “santo, inocente sin mancha, apartado de los pecadores, ensalzado sobre el cielo” (Hb 7, 26). Este texto es una importante demostración de la vigencia que tiene el sacerdocio de Cristo porque es eterno, no tiene fin, y por ello una vez para siempre el Señor se entregó como víctima, Él se ha entregado a la manera en que en el contexto veterotestamentario los corderos eran sacrificados como holocausto para la contrición de los pecados.En el mismo ámbito temático, de la primera lectura, el tema del cumplimiento del mandamiento del amor se convierte en una manera de ser y hacer para los testigos del mensaje salvífico del Reino de Dios predicado por Jesús. Sin embargo, en el relato del Evangelio de Marcos hay una interlocución que llama la atención, Jesús entabla un diálogo con un letrado que se acerca a Él para probarlo sobre la validez de la Ley referida al mandamiento del amor. Sin embargo, la respuesta de Jesús es un desafío a la manera de poner en marcha, en actos concretos, el mandamiento más apremiante para un seguidor del Señor, el mandato del amor. 2.Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y qué me sugiere para decirle a la comunidad?Por muchas generaciones se ha enseñado, predicado, difundido, transmitido y animado en las tradiciones religiosas judeo-cristianas sobre la importancia que tiene el mandamiento del amor. La vivencia del amor se presenta como una manera de manifestar la presencia de Dios en la vida; de allí que la experiencia del amor según el evangelio tiene cuatro dimensiones: amar con “el corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas”. Estas dimensiones tienen que ver con las relaciones humanas; pues, el amor que surge desde el corazón es un amor que tiene conexión con los sentimientos y emociones; aquel que ama desde el corazón se conecta con las carencias humanas, tal y como Jesús lo hizo escuchando las necesidades de quienes lo aclamaban como el mesías y el salvador.Amar con toda el alma es una conexión que el ser humano desde el interior de su fe y en lo más profundo de su espiritualidad tiene para darse sin límites. El amor del alma traspasa las fronteras de lo material y se conecta con lo más profundo del ser; los místicos y santos llegan a tener una conexión con su ser interior que los llevaba a reflejar lo más puro de su ser en las obras de caridad y amor que tenían por quienes formaban parte de sus comunidades, en especial, los más vulnerables y relegados. El amor del alma es el amor más profundo, interior e insondable que vence las fronteras de lo material, para darse incondicionalmente al estilo de Jesús en la cruz, el Hijo de Dios que se da sin condiciones.Por parte del amor que emana desde la mente, se verá representado en esa conexión entre los pensamientos y la inteligencia para escrutar qué es el amor verdadero. Quienes por muchos años han buscado las definiciones racionales sobre aquello qué es el amor, han podido concluir que las razones para hablar de este sentimiento surgen de las conexiones entre las emociones y las razones para llevar a término el acto de amar. Por tal razón, el llamado de amar al prójimo propio de las enseñanzas de Jesús se refleja en actos concretos, partiendo del reconocimiento de la presencia amorosa de Dios mismo en el otro, de allí radicarán las razones más profundas del respeto hacia el prójimo y el respeto de su dignidad de hijo de Dios.Pero, como si no bastara un amor con las tres dimensiones anteriores, la enseñanza más legendaria del amor para el judío y que llega hasta la doctrina cristiana, denota un amor a Dios con todas las fuerzas. Esta dimensión del amor está directamente relacionada con las obras, puesto que quien conoce y reconoce el amor de Dios, tiene en sus obras una evidente manera de dejar que Dios obre en sí. Las fuerzas para amar estarán bíblicamente reflejadas en las obras de las manos y en los pies de quienes dócilmente se dejan llevar por el espíritu de Dios en una profunda convicción de aquello que es el Señor en su amor infinito.3.Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo?La liturgia de este domingo está centrada en una de las formas más completas de reconocer que Dios se hace presente en la vida por medio del amor. La invitación a la comunidad en las lecturas de este domingo tiene una consecuencia lógica y es que, amar a Dios implica necesariamente el amor al prójimo de una manera correlativa a las cuatro dimensiones señaladas en el texto del evangelio: el corazón, el alma, la mente y todas las fuerzas. Por esta razón, aquel que sigue al Señor está invitado a vivir de manera concreta, por medio de sus obras de amor, al prójimo.El papa Francisco en una celebración en la que canonizaba una decena de beatos en 2022, enseñaba que: “En el origen de nuestro ser cristianos no están las doctrinas y las obras, sino el asombro de descubrirnos amados, antes de cualquier respuesta que nosotros podamos dar. Mientras el mundo quiere frecuentemente convencernos de que solo valemos si producimos resultados, el Evangelio nos recuerda la verdad de la vida: somos amados. Y este es nuestro valor, somos amados. A veces, insistiendo demasiado sobre nuestro esfuerzo por realizar obras buenas, hemos erigido un ideal de santidad basado excesivamente en nosotros mismos, en el heroísmo personal, en la capacidad de renuncia, en sacrificarse para conquistar un premio. Ser discípulos de Jesús es caminar por la vía de la santidad y, ante todo, dejarse transfigurar por la fuerza del amor de Dios. No olvidemos la primacía de Dios sobre el yo, del Espíritu sobre la carne, de la gracia sobre las obras”.Las palabras del papa Francisco se convierten en una manera de invitar a la comunidad a vivir del amor. Solo en una actitud amorosa se podrán vencer las estructuras que en la sociedad hoy incitan a crear una cultura de la indiferencia, la exclusión y el descarte, tal y como lo enseña el mismo Papa en su encíclica Fratelli tutti, “nadie en la sociedad puede quedar a la vera del camino”, refiriéndose a la llamada que los cristianos tenemos de vivir en una permanente actitud de acogida, inclusión y en una permanente apertura al encuentro y reconocimiento de la dignidad de los otros como parte de nuestra propia dignidad.II.Moniciones y Oración Universal o de los Fieles Monición introductoria de la Misa Sentir la acogida por parte de la comunidad, es una manera de vernos abrazados en el amor de Dios. En esta celebración dominical estamos invitados a vivir en una permanente actitud de agradecimiento, y, reconocimiento del amor de Dios en nuestra vida; la celebración de la Eucaristía se convierte en un signo de la forma en que Dios se queda presente vivo en medio de nosotros y, nos invita a reconocer su presencia a través del amor al prójimo. Bienvenidos a esta Eucaristía en la que celebramos la acción de gracias del amor de Dios presente en nuestra vida, en nuestras familias y, en nuestra comunidad. Monición a la liturgia de la Palabra La Palabra del Señor en este domingo está cargada de ejemplos propios de la forma en como Dios se manifiesta amoroso con su pueblo. Dejemos que las palabras y el diálogo de Jesús con el maestro de la Ley, toquen nuestro corazón, nuestra mente, nuestra alma y, nuestras fuerzas, para vivir el amor al prójimo de manera real y concreta atendiendo las necesidades de los más vulnerables, rechazados y discriminados de nuestra comunidad. Que la fuerza del evangelio que escucharemos a continuación reavive nuestra capacidad de amar al prójimo al estilo de Jesús mostrando la incondicionalidad de la entrega y el amor oblativo.Oración Universal o de los Fieles Presidente: Elevemos nuestras plegarias al Señor como una manera de reconocer su amor en nuestras vidas diciendoR/. Dios de amor gracias por tu presencia en nuestras vidas.1.Por el Papa y todos los hombres y mujeres consagrados al servicio de la Iglesia para que su ejemplo y testimonio sean una forma de vivir el amor oblativo que proviene de Dios. Oremos.2.Por los que están llamados a dirigir los destinos de los pueblos para que, en una actitud que reconocimiento de la dignidad de todos los seres humanos, practiquen la justicia y el amor como maneras de gobernar a sus naciones. Oremos.3.Por nuestra comunidad reunida en este domingo como un signo del amor a Dios, para que cada día sepamos reconocer el amor de Dios y lo reflejemos en nuestras acciones y obras en servicio de los más necesitados del amor de Dios. Oremos.4.Por quienes están hospitalizados en un centro de salud para que nuestro amor sea signo de comunión y amor en medio de sus necesidades. Oremos.5.Por nuestro párroco, por sus inmediatos colaboradores en la pastoral y por todos aquellos que con su espíritu de servicio llevan a los demás el gozo y la paz del Señor. Oremos.Oración conclusivaGracias, Dios de amor,por escuchar las plegariasque te dirigimos humildementepor el amor a tu Hijo Jesucristo, nuestro Señor.R/. Amén