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El que quiera llegar a ser grande entre vosotros, será vuestro servidor, y el que quiera ser el primero entre vosotros, será esclavo de todos
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VIGÉSIMO NOVENO DOMINGO
DEL TIEMPO ORDINARIO
Octubre 20 de 2024
Primera lectura: Is 53,10-11
Salmo: 33(32),4-5.18-19.20 y 22
Segunda lectura: Hb 4,14-16
Evangelio: Mc 10, 35-45 (forma larga) o Mc 10, 42-45 (forma breve)
1. Orientaciones para la Predicación
La liturgia de la Palabra de este día llamado: “el domingo de las misiones”, nos proporciona las siguientes ideas temáticas:
- El evangelio nos indica el modo adecuado como el discípulo debe entender lo que significa el servicio. La actitud de servicio del discípulo, es expresión de haber comprendido lo que el Señor exige a sus seguidores. El que quiera ser el primero, que se haga servidor de los demás, esta es la actitud que acompaña a todo hombre y mujer para la misión.
- La misión de Jesús, esta descrita elocuentemente en el Cantico del Siervo Doliente, Jesús ha venido para liberarnos del pecado, dando su vida como expiación de los males de este mundo.
- El Señor Jesús es el Sumo y Eterno Sacerdote, capaz de compadecerse de nosotros. Esta actitud de mediación la asumen tantos hombres y mujeres, que en lugares tan diversos anuncian la Buena Nueva del Evangelio.
1. Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura?
La Palabra de Dios de este domingo, centra su atención en el tercer anuncio de la pasión del Señor, aunque no lo leemos, es el telón de fondo de la desafortunada escena donde Santiago y Juan, piden un puesto a lado del Señor. El diálogo se hace intenso y muy vivo a la hora de percibir a los discípulos duros de cabeza y de corazón, para entender la entrega de Jesús a la muerte. Dejémonos interpelar por la Palabra y descubramos lo que nos dice.
El texto del profeta Isaías que se proclama hoy en la primera lectura, hace parte del cuarto cantico del “Siervo Doliente de Yahvé”, que leemos completo en la liturgia de la Palabra del Viernes Santo. Este texto, 700 años antes de Cristo, narra con detalle la pasión y muerte de nuestro Señor: “triturado por nuestros pecados”, “entrega su vida como expiación” para el perdón de los pecados y esto lo hace a favor de los demás, de toda la humanidad. La donación y entrega del siervo para el perdón de los pecados de la humanidad, trae para el siervo una consecuencia bellísima: “verá su descendencia”, “verá la luz”, “mi Siervo justificará a muchos” “porque cargó los crímenes de ellos”
Al Salmo 32 hemos respondido: “que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros, como lo esperamos de ti”, esta respuesta lleva en sí mismo un mensaje de esperanza ante la generosa misericordia de nuestro Dios: “Su misericordia llena la tierra” “los ojos del Señor están puestos en sus fieles para librar sus vidas de la muerte”.
La Carta a los Hebreos, nos exhorta a la virtud de la fidelidad y la perseverancia, nos presenta la figura de Jesús como mediador. El creyente en Cristo puede pasar por situaciones muy difíciles, que intentan arrebatar la decidida opción por el Señor; son esos momentos de tentación, de dudas, de luchas internas, que nos hacen definir de qué lado estamos; el texto nos presenta al Sumo y Eterno Sacerdote que conoce todo esto, que sabe de nuestras debilidades y limitaciones, que ha sido probado en todo, puesto que participa de nuestra condición humana, es “capaz de compadecerse de nuestras debilidades, porque ha sido probado en todo como nosotros, menos en el pecado”. Esta comprensión y vivencia del Evangelio nos debe dar seguridad, alegría, confianza y la certeza de poder entrar en la presencia del Señor, de acercarnos al trono de su gracia.
El Evangelio de Marcos en el capítulo 10 nos presenta la reacción de Santiago y de Juan ante el tercer anuncio de la pasión. Aunque no leemos explícitamente el tercer anuncio, sí podemos percibir en la escena de hoy la reacción inapropiada y opuesta al anuncio que el Señor hace por tercera vez de su pasión, muerte y resurrección. Los dos hermanos Santiago y Juan, que animados por todo lo que el Señor ha dicho y hecho, piden un puesto privilegiado cerca de Él, ellos saben que el Reinado de Dios ha llegado y quieren un lugar de gobierno en ese reinado. Los otros diez apóstoles se enfadan, ellos también querían un puesto junto a Jesús, en su Reino. La respuesta de Jesús es profunda y conmovedora, parte de una pregunta: “¿pueden beber el cáliz que yo he de beber, o de bautizarse con el bautismo con que yo me voy a bautizar?”, ambos términos el cáliz y el bautismo, son símbolos de la desgracia y de la muerte. La respuesta de los dos discípulos es sobrada, orgullosa, podemos, como quien dice: somos capaces de beber de esa copa y ser bautizados en la muerte, así como el Maestro. Luego el Señor da la lección definitiva y explica cómo hay que entender aquello de los primeros puestos: “el que quiera ser grande, sea su servidor, y el que quiera ser el primero, sea esclavo de todos”, Jesús se pone Él mismo como modelo “el Hijo del hombre no ha venido para que le sirvan sino para servir y dar su vida en rescate por todos”.
2. Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y qué me sugiere para decirle a la comunidad?
Dos ideas brotan a la luz de la Palabra de Dios de este domingo, una primera gira en torno al anuncia de la pasión, muerte y resurrección del Señor y una segunda idea presenta a Jesús, sirvo doliente y sacerdote de todos. Es una gracia al ir terminando el año litúrgico y después de hacer este bellísimo camino de encuentro con Cristo a través del Evangelio de Marcos, encontrarnos con estas páginas en las que recordamos el misterio central de nuestra fe, y que cada domingo celebramos con solemnidad, que Cristo subió a Jerusalén, en su camino de obediencia absoluta al Padre, Jesús anuncia por tercera vez su hora pascual, que Él iba a ser entregado, morir y resucitar al tercer día.
Este tercer anuncio que queda oculto hoy a los oídos de los fieles, son el telón de fondo de la escena que hoy se nos narra en el evangelio. A lo largo de este recorrido que domingo tras domingo hemos hecho, el evangelista Marcos nos ha presentado los tres anuncios del Misterio Pascual, y en los tres nos narra la falta de comprensión de sus apóstoles: después del primer anuncio el apóstol Pedro se niega a aceptar ese fin para el maestro y se interpone en el camino, pensando como los hombres y no como Dios, a lo que Jesús responde con una expresión muy fuerte: “aléjate de mí satanás”; luego en el segundo anuncio, los discípulos van discutiendo quien es el más importante entre ellos, el Señor los interpela diciéndoles: “el servidor”, y finalmente en el tercer anuncio, Santiago y Juan hacen semejante petición, sentarse uno a la derecha y otro a la izquierda en su Reinado.
Sin duda, los apóstoles no comprenden el destino del Señor, ni la visión que Él tiene de su misión, y se dejan llenar el corazón de ambición, de poder, rechazando el camino de la cruz. Hoy después de dos mil años de cristianismo, ¿seguimos pensando como los hombres? o ¿pensamos con criterios del Evangelio? ¿somos capaces de entender que para resucitar es necesario pasar por la cruz?, Para tener vida eterna, nos tenemos que hacer servidores de los demás.
Finalmente, podemos afirmar que las tres lecturas que escuchamos nos presentan a la persona del Señor Jesús con imágenes profundamente pascuales. El profeta Isaías habla del “Siervo Doliente” que entrega su vida para la expiación de nuestras culpas cargando sobre si todas nuestras iniquidades. En el evangelio escuchamos que el Señor no ha venido a ser servido, sino a servir y dar su vida en rescate por todos, con la fuerza de estas palabras vivió el Señor su vida pública y así nos pide vivir nuestro servicio, con la misma radicalidad. La Carta a los Hebreos nos presenta a Jesús Sumo y Eterno Sacerdote, es decir al “mediador” entre Dios y los hombres. Esto es lo que litúrgicamente celebramos todos los domingos.
3. Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo?
Quienes hemos asumido en la vida el camino discipular, es decir nos hemos hecho seguidores de Cristo, sabemos que nuestro modelo no es otro más, que el mismo Señor. Es de vital importancia mantener nuestros ojos y el corazón fijos en Él; asumir esta primera condición del seguimiento y del servicio amoroso a los demás, sin ambiciones, fruto de una vida cristiana auténtica, sin buscar los primeros puestos, sin esperar que nos sirvan, pensando con criterios del Evangelio y gastando la vida por la causa de Jesús hasta dar la vida por Él.
Cuando el Señor nos llama a un servicio en la Iglesia nos da “autoridad”, no para tiranizar, ni dominar, pues el mundo está cansado de tantos dominadores, que quitan la libertad, que someten a la persona a situaciones de desprecio, de anulación de la dignidad humana, de humillación, hay tanto dolor en el mundo por esta falta de humildad y de aprecio por la otra persona, a la que debemos servir, animados por el amor a los hermanos y con el deseo único de ayudarlos a cargar su propia cruz, gastando nuestra vida no como dominadores, sino como servidores a ejemplo de Jesús.
Hoy me debo preguntar si estoy dispuesto a aceptar que, por mi condición de creyente en Cristo, de discípulo y misionero en la Iglesia, ¿soy capaz de una entrega al servicio a los hermanos hasta la muerte? Tal vez, así como lo hace una mamá o un papá por sus hijos, o un docente por sus estudiantes, o un médico por su paciente, o un sacerdote por su comunidad, cada uno gasta su vida de acuerdo a su vocación, para hacer de su propia vida la de otro Cristo, capaces de transformar este mundo egoísta y ambicioso en un mundo más fraterno y solidario.
Venir el domingo a celebrar el misterio central de la fe, Cristo muerto y resucitado, nos debe animar a dejarnos impregnar de la Buena Noticia de Jesús, que nos llama a servir, a amar, a dar la vida, esto sin duda tendrá una cuota de cruz, no tan pesada como la que llevó el Señor, una cuota de muerte de nuestros egoísmos, de nuestro afán de figurar, con la seguridad que, si asumimos alegremente lo que celebramos en la Eucaristía dominical, ganaremos la vida eterna y participáremos de la resurrección del Señor.
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Recomendaciones prácticas:
● Jornada Mundial de las Misiones.
● 21 de octubre. Fiesta de santa Laura Montoya.
II. Moniciones y Oración Universal o de los Fieles
Monición introductoria de la Misa
Nos hemos reunido este domingo vigésimo noveno del tiempo Ordinario, para escuchar la Palabra de Dios y participar de la fracción del pan. En esta Eucaristía la Iglesia nos invita a estar cerca del Señor y descubrir en Él, nuestra vocación de servicio, dejando a un lado nuestros egoísmos y ambiciones, tantas veces contrarias al mensaje del Evangelio, hoy también celebramos la Jornada Mundial de las Misiones, dejémonos impregnar hoy de la presencia del Señor para dar lo mejor de nuestro corazón a su Iglesia. Participemos con alegría.
Monición a la liturgia de la Palabra
La liturgia de la Palabra de este domingo nos invita a meditar en lo que significa la entrega y el servicio, hasta dar la vida por los demás, sabemos que estas exigencias evangélicas no son fáciles de asumir, implican sacrificios, cruz y hasta la muerte, pero el Señor nos fortalece con su ejemplo y su gracia, nos instruye para poder cumplir la misión que nos encomienda. Dejémonos interpelar hoy por su mensaje de amor, escuchemos atentamente.
Oración Universal o de los Fieles
Presidente: Oremos hermanos a Dios Padre, siguiendo la enseñanza de nuestro Señor Jesucristo que no ha venido a ser servido, sino a servir y digamos:
R/. Señor Jesús, enséñanos a servir.
1. Te pedimos por el Papa N., los obispos, presbíteros y diáconos, para que su presencia en el mundo sea reflejo de Cristo servidor de los hermanos. Oremos.
2. Te pedimos por los gobernantes del mundo entero, especialmente de nuestro país, para que no busquen ocupar los primeros puestos por el afán de poder, sino para servir a los pueblos. Oremos.
3. Te pedimos por nuestra patria Colombia, para que cada uno de sus habitantes encuentre el camino de la reconciliación, en el servicio humilde a los hermanos, especialmente con los más pobres y desamparados. Oremos.
4. Te pedimos Señor por los más necesitados, para que siempre haya servidores fieles a ti, que, actuando en tu nombre, les lleven tu auxilio. Oremos.
5. Por toda la Iglesia, para que, en esta Jornada Mundial de las Misiones, no tema salir de sí misma y lleve el mensaje de salvación a todos los hombres de buena voluntad. Oremos.
Oración conclusiva
Acepta, Padre, estas plegarias
que hoy te dirigimos y
dígnate aceptarlas con
nuestro deseo de servir a
los hermanos.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
R/. Amén.


¿Dónde quedaría la Patria Potestad de los padres de familia?
Mar 3 Jun 2025

Vie 23 Mayo 2025
La paz os dejo, mi paz os doy
SEXTO DOMINGO DE PASCUAMayo 25 de 2025Primera lectura: Hechos de los Apóstoles 15,1-2.22-29Salmo: 67(66),2-3.5.6 y 8Segunda lectura: Apocalipsis 21,10-14.22-23Evangelio: Juan 14,23-29I.Orientaciones para la PredicaciónIntroducciónAntes de pasar de este mundo al Padre (Jn 13,1), Jesús les habla a los discípulos de aquello que acontecerá luego del Misterio Pascual de su muerte, resurrección y ascensión. Jesús quiere dejarles muy claro que Dios seguirá habitando en medio de la comunidad apostólica con una presencia nueva y auténtica. El Padre y el Hijo vendrán a los discípulos que guarden la palabra del Hijo amado; y el Espíritu Santo se pondrá también a su lado para recordarles el mensaje del Evangelio. La Iglesia tendrá como garantía para sus decisiones esta gracia del Espíritu Santo y de esta manera avanzará firme en su camino hacia la Nueva Jerusalén. 1.Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura?El mismo Señor que amó a los suyos hasta el extremo los fue conduciendo para que aprendieran a amar a su maestro. Luego de la Pascua, los discípulos podrán amar a Jesús con más fuerza y de esta manera el Padre y el Hijo vendrán a habitar en sus corazones. Como garantía del amor que los discípulos experimentarán por su Maestro, ellos guardarán su palabra, es decir, el mandamiento nuevo del amor, que grabarán en sus mentes y corazones y lo llevarán a la vida mediante su entrega total. Si la encarnación fue un acto de amor del Padre (cf. Jn 3,16), la inhabitación del Padre y del Hijo será un acto especial de amor para con los discípulos. En el momento previo a su partida Jesús tiene la oportunidad de hablarles directamente ya que está todavía a su lado, pero también aprovecha para infundirles esperanza para el futuro ya que el Espíritu Santo, presentado por Jesús como el “Paráclito”, mantendrá viva y operante su enseñanza. El término Paráclito puede traducirse en el sentido de alguien que “se pone el lado”. Por ende, se puede comprender que, cuando el Maestro ya no esté físicamente al lado de los suyos, el Espíritu Santo se colocará a su lado para acompañarlos y enseñarles la verdad. El Espíritu es enviado en nombre de Jesús porque manifestará a los hombres lo que Jesús significa para ellos. Jesús afirma que es conveniente su partida ya que, si no se marcha, no podrá enviar al Espíritu (cf. Jn 16,7). Por otra parte, Jesús revela con contundencia la misión del Espíritu Paráclito: él dará a los discípulos la capacidad de comprender el significado pleno de todo el magisterio de Cristo (cf. 1Jn 2,27), guiando a la Iglesia hacia la verdad completa (Jn 16,13). Enseñar y guiar son aspectos de la única función del Espíritu. Al despedirse, Jesús les ofrece su paz y los invita a creer en su palabra. También los llama a no dejarse vencer por la tristeza y el miedo que pueden entrar en su corazón. Él les asegura que volverá, pero mientras tanto tiene que marcharse y ellos tienen que alegrarse ya que su próxima glorificación tendrá consecuencias para la salvación de la humanidad. Conectando el Evangelio con la primera lectura, vemos como en los acontecimientos que nos relatan los Hechos de los apóstoles se hace realidad la misión del Espíritu Santo. Luego de que la corriente judeocristiana insistiera en que los nuevos seguidores de Cristo debían circuncidarse, el Concilio de Jerusalén establece que los gentiles no necesitan someterse a la ley mosaica de una manera tan estricta. Estamos ante un momento crucial de la historia de la Iglesia naciente, guiada por el Espíritu Santo, ya que se reconoce oficialmente el valor de la misión evangelizadora que se viene desarrollando entre los gentiles. Esta escena pretende poner en evidencia la importancia de la comunidad cristiana de Jerusalén como la Iglesia Madre que debe guiar y apoyar a sus hijas, las iglesias filiales que han surgido a sus alrededores. Con relación a la segunda lectura, hoy es presentada la Jerusalén mesiánica. Se trata de la revelación de la Ciudad perfecta, colocada en el monte Sión, rodeada por una muralla, que aguardan los cristianos, plenitud de la vida del pueblo de Dios que camina en la historia. Es la Ciudad que comenzó a tomar forma con las doce tribus de Israel, luego fue fundamentada en los apóstoles del Cordero y ahora se manifiesta con sus puertas abiertas para todas las naciones. Si en el Evangelio de hoy Jesús nos promete que Dios habitará en sus discípulos, el libro del Apocalipsis nos dice que llegaremos a gozar en plenitud de la presencia de Dios, sin necesidad de santuario porque el mismo Dios y el Cordero serán el Todo de esta Nueva Jerusalén celestial.2.Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y qué me sugiere para decirle a la comunidad?Cristo, el Hijo de Dios, que se encarnó de María, la Virgen y murió por nuestra salvación, ha resucitado para que todos los hombres y mujeres de todos los tiempos gocen y experimenten la presencia del Dios vivo y verdadero, Dios eterno y misericordioso. Su presencia ha bajado del cielo para habitar en los discípulos que aman a Cristo; los discípulos del Señor, por su parte, tienen ahora la posibilidad de encaminar su vida hacia la Nueva Jerusalén, la Ciudad perfecta donde Dios nos iluminará y nos amará para siempre.Nos puede ayudar mucho una profunda reflexión del Papa Benedicto XVI. Al plantearse la pregunta sobre ¿Cuál es la prioridad de la Iglesia?, el mismo Papa respondía: “En nuestro tiempo, en el que en amplias zonas de la tierra la fe está en peligro de apagarse como una llama que no encuentra ya su alimento, la prioridad que está por encima de todas es hacer presente a Dios en este mundo y abrir a los hombres el acceso a Dios. No a un dios cualquiera, sino al Dios que habló en el Sinaí; al Dios cuyo rostro reconocemos en el amor llevado hasta el extremo (cf. Jn 13,1), en Jesucristo crucificado y resucitado” (Carta a los obispos de marzo de 2009).Si el Padre y el Hijo y también el Espíritu Paráclito quieren hacer morada en sus discípulos, como nos lo expresa el mismo Jesús en el Evangelio de este domingo, la Iglesia, como templo santo donde habita la presencia divina y sacramento universal de salvación, tiene la misión de responder al querer de su Señor abriendo a los hombres el acceso a Dios. En este sentido, la Palabra de Dios nos interpela a todos los bautizados porque, primero que todo, cada uno debe acoger la invitación del Papa Francisco: “Invito a cada cristiano, en cualquier lugar y situación en que se encuentre, a renovar ahora mismo su encuentro personal con Jesucristo o, al menos, a tomar la decisión de dejarse encontrar por Él” (EG 3). Quien recibe la gracia de encontrarse con Cristo, entra en la experiencia de amar a Cristo, sabiéndose amado por él. Es decir, el que encuentra realmente a Cristo puede llegar a amarlo y, amándolo, guardará su palabra y, así, se harán realidad las palabras del Maestro: “vendremos a él y haremos morada en él”. Para el Evangelista Juan guardar la palabra de Jesús es guardar el mandamiento nuevo del amor, lo que quiere decir que el encuentro con Cristo conlleva a que la Santa Trinidad habite en nosotros; como consecuencia de esta inhabitación de Dios en nosotros, su presencia amorosa desemboca en el amor que se hace vida para con los hermanos, entregando nuestra existencia por los amigos, tal y como lo hizo el Hijo de Dios. El Espíritu Santo Paráclito sé encargará de revelarnos el sentido pleno de toda esta enseñanza de Jesús, mensaje que debe hacerse vida primero en nosotros, los que conocemos, amamos y seguimos a Cristo, para que luego nos convirtamos en misioneros que abramos a muchas personas el acceso al Dios de la Vida que ha destruido la muerte para restaurar nuestra vida: el Dios que se ha revelado en Cristo crucificado y resucitado, como dice el Papa Benedicto. Como consecuencia de la resurrección de Cristo que nos trae la salvación, él nos otorga su paz, una paz que se sale de nuestros esquemas humanos para darnos plenitud de vida en Dios. Además, cuando Jesús promete a sus discípulos que volverá, podemos entender que después de glorificado permanece para habitar de una manera nueva en la vida de la Iglesia que peregrina en la historia y en la que todos somos llamados a ser peregrinos de esperanza. No obstante, también creemos que retornará en la Parusía para hacernos participar de la Ciudad Santa y escatológica en la que no necesitaremos ni templo ni luz artificial porque Dios será Todo en todos. Esta es nuestra esperanza, esa esperanza que el Papa Francisco nos llama a renovar en este año santo. 3.Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo?Podemos acercarnos al salmo responsorial de este domingo (Sal 66), contemplándolo a la luz de las lecturas bíblicas que lo acompañan. Con el canto de este salmo, los discípulos de Cristo estamos invitando a todos los pueblos de la tierra para que alaben al Señor como su Creador y Salvador. El salmo pone en evidencia el deseo de la Iglesia: que toda la humanidad llegue a conocer al Dios vivo y verdadero para que el Padre y el Hijo vengan a morar cada persona. Por otra parte, orando con este salmo podemos renovar nuestro ardor misionero, ya que el hecho de pensar en todos los pueblos de la tierra nos debe impulsar para la evangelización. Contamos con la ayuda del Espíritu Santo Paráclito: su luz nos recordará el mensaje que Jesús nos dejó en el Evangelio._______________________Recomendaciones prácticas:•30 de mayo – 1 de junio. Jubileo de las Familias, de los Niños, de los Abuelos y de los Mayores.•El viernes comienza la Novena de Pentecostés.II.Moniciones y Oración Universal o de los Fieles Monición introductoria de la MisaQueridos hermanos: seguimos celebrando este glorioso tiempo pascual que el Señor nos regala en el marco de este Año Santo, año de júbilo para alegrarnos como peregrinos de esperanza. Hoy la palabra de Dios nos recordará que Cristo ha resucitado para que todos los hombres y mujeres experimentemos la presencia del Dios vivo y verdadero. Él nos ama con amor eterno y quiere venir a habitar en nuestros corazones. Con esta motivación, participemos con fe de esta Eucaristía. Monición a la Liturgia de la PalabraComo comunidad parroquial nos hemos reunido hoy en asamblea para escuchar la palabra salvadora de Cristo Resucitado. Guardemos esta palabra para que el Padre y el Hijo vengan a vivir en nosotros y para que recibamos al Espíritu Santo. Oración Universal o de los Fieles Presidente: A Dios nuestro Padre que quiere habitar en aquellos que lo aman y guardan su Palabra, elevemos nuestras plegarias por medio del Hijo y animados por el Espíritu Santo. Como peregrinos de esperanza, oremos juntos diciendoR. Quédate, con nosotros, Señor.1.Por la Iglesia universal para que, cumpliendo amorosamente su misión de evangelizar a todos los pueblos, manifieste al mundo la presencia renovadora del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Oremos. 2.Por la paz del mundo para que experimentemos aquella Paz que Cristo resucitado nos ofrece, aquella paz que sólo proviene de Dios y que es fruto del Espíritu Santo. Oremos. 3.Por todos los que sufren en nuestra parroquia para que encuentren en esta comunidad de bautizados el consuelo y la caridad que los puede levantar de sus tristezas y ayudar en sus necesidades. Oremos. 4.Por nosotros, reunidos como comunidad parroquial, para que reconozcamos la presencia del Padre y del Hijo en medio de nosotros, así como la guía luminosa del Espíritu que nos recuerda el Evangelio. Oremos. 5.Por las Familias, los Niños, los Abuelos y los Mayores, para que del Jubileo que celebrarán, sean fortalecidos en su fe y los valores cristianos para construir una mejor sociedad. Oremos.Oración conclusivaDios de amor que te dignas habitar en tus discípulos misioneros.Escucha estas súplicas que te presentamos comunitariamenteya que unidos en la plegaria, nuestra oración es más fuerte.Por Jesucristo, nuestro Señor.R. Amén.

Vie 16 Mayo 2025
Como yo os he amado, amaos también unos a otros
QUINTO DOMINGO DE PASCUAMayo 18 de 2025 Primera lectura: Hechos de los Apóstoles 14,21b-27Salmo: 145(144),8-9.10.11-12.13ab (R. cf. 1b)Segunda lectura: Apocalipsis 21,1-5aEvangelio: Juan 13,31-33a.34-35I. Orientaciones para la PredicaciónIntroducción- Cercana la hora de dar la vida por sus amigos, el Señor les entrega el mandamiento nuevo del amor. Los discípulos están llamados a acoger este mandato descubriendo la novedad de amar según Dios: se trata de amar como Cristo, amar desde Cristo, amar en Cristo.- Gracias a la misión evangelizadora de la Iglesia, se sigue abriendo para toda la humanidad la puerta de la fe. Es el mismo Dios quien abre esta puerta en el corazón de cada persona y esto nos alienta para perseverar en el anuncio de la Resurrección de Cristo.- También nos anima la esperanza del cielo nuevo y la tierra nueva. El amor de Dios se encargará de hacer nuevas todas las cosas y, para esto, desde ya debemos dejar que el Señor haga morada nuestras vidas. 1. Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura?En el contexto de la misión de Pablo y Bernabé que se relata desde Hch 13,1, la liturgia nos presenta la conclusión de este viaje con el retorno a Antioquía, desde donde habían partido. Se percibe en los apóstoles el gozo y la gratitud por las comunidades evangelizadas pues son animadas para afrontar las pruebas, son guiadas por los presbíteros y el Señor les ha abierto la puerta de la fe a los gentiles. Pablo y Bernabé narran lo vivido, comprendiendo que Dios ha hecho la obra junto con ellos.En la segunda lectura nos encontramos ante uno de los pasajes más significativos del Apocalipsis. Allí se puede notar el empeño del autor en hacer sentir la Nueva Creación con todas sus implicaciones y consecuencias. Se presenta la Nueva Jerusalén (que representa a la Iglesia) engalanada como novia para el gran desposorio escatológico con su Dios, la nueva y definitiva alianza. La voz que proviene del trono expresa una decisión irrevocable de Dios: habitar con la humanidad.Enseguida de la escena del lavatorio de los pies y del anuncio de la traición de Judas, comienza el gran discurso de despedida de Jesús, habiendo llegado la hora de pasar de este mundo al Padre (Jn 13,1), la hora de ser glorificado por Dios (Jn 2,4; 7,30; 12,23). Consciente de su paternidad espiritual para con sus discípulos y del poco tiempo de presencia física en medio de ellos, Jesús les entrega el mandato nuevo de amarse. No se puede perder de vista que el amor es algo más que un mandamiento: es un don que procede del Padre por Jesús y es otorgado a los que creen en él. En ese sentido Jesús ama a sus discípulos como el Padre lo ha amado (cf. Jn 15,9) y ellos deben amarse a la manera como Él ha entregado la vida por ellos, sus amigos (Jn 15,13).2. Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y que me sugiere para decirle a la comunidad?Hoy más que nunca los discípulos de Cristo hemos de manifestar al mundo la esencia de nuestra identidad, que al mismo tiempo es la herencia que el Señor nos dejó en la Última Cena: amar. Aquel amor que lo llevó al sacrificio de la cruz es el amor que destruye la muerte con su resurrección. Por eso también podemos afirmar que el gran fruto que debe brotar en la vida un discípulo que ha resucitado con Cristo es la práctica del amor a los hermanos; signo de que el cristiano realmente camina en senderos de vida nueva es que se esfuerza por configurar su vida con el mandamiento nuevo del amor.En su reciente encíclica Fratelli Tutti el Papa Francisco nos recuerda que «un ser humano está hecho de tal manera que no se realiza, no se desarrolla ni puede encontrar su plenitud “si no es en la entrega sincera de sí mismo a los demás”» (n. 87). Esta es la verdad que está a la base de la fraternidad y la amistad social que promueve en su carta. Refiriéndose al valor único del amor nos sigue enseñando Francisco: «La altura espiritual de una vida humana está marcada por el amor, que es “el criterio para la decisión definitiva sobre la valoración positiva o negativa de una vida humana”. Sin embargo, hay creyentes que piensan que su grandeza está en la imposición de sus ideologías al resto, o en la defensa violenta de la verdad, o en grandes demostraciones de fortaleza. Todos los creyentes necesitamos reconocer esto: lo primero es el amor, lo que nunca debe estar en riesgo es el amor, el mayor peligro es no amar (cf. 1 Co 13,1-13)» (n. 92).Por tanto, si queremos ser fieles a la enseñanza pascual que el Señor nos ofrece debemos volcarnos hacia cada persona que nos encontremos en el camino de la vida para buscar su bien: «El amor implica entonces algo más que una serie de acciones benéficas. Las acciones brotan de una unión que inclina más y más hacia el otro considerándolo valioso, digno, grato y bello, más allá de las apariencias físicas o morales. El amor al otro por ser quien es, nos mueve a buscar lo mejor para su vida. Sólo en el cultivo de esta forma de relacionarnos haremos posibles la amistad social que no excluye a nadie y la fraternidad abierta a todos» (n. 93). Y recordemos: sólo amaremos al otro verdaderamente si lo hacemos como Cristo, desde Cristo y en Cristo; he ahí la novedad de su mandato.3. Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo?En la oración nos dirigimos al Dios Amor y nuestra plegaria debe estar llena de amor a Dios y a los hermanos. Gracias a que en la oración experimentamos el amor infinito, total e incondicionado de Dios por cada uno nosotros, se hace posible un amor al prójimo visible, solícito y atento. Sin embargo, en medio de nuestra fragilidad que limita nuestra capacidad de amar, nuestra petición ha de ser simple, pero firme: Señor, enséñanos a amar como tú nos has amado.Para que se refleje en nuestra vida el don del amor podemos meditar esta enseñanza de H. J. M. Nouwen: «Antes que nada, en el amor a Dios me descubro a “mí mismo” de un modo nuevo. En segundo lugar, no nos descubriremos sólo a nosotros mismos en nuestra individualidad, sino que descubriremos también a nuestros hermanos humanos, porque es la gloria misma de Dios la que se manifiesta en su pueblo a través de una rica variedad de formas y de modos». II. Moniciones y Oración Universal o de los FielesMonición introductoria de la MisaQueridos hermanos y hermanas: En medio de la desbordante alegría de la Pascua, hoy Cristo resucitado nos recuerda el mandamiento nuevo del amor, la señal por la que nos reconocerán como sus discípulos. Celebrar esta eucaristía es celebrar el Amor que vencido la muerte y compartir la vida en fraternidad, como hermanos en Cristo. Participemos con fe. Monición a la Liturgia de la PalabraYa que el Señor nos ha abierto la puerta de la fe, acojamos su Palabra con alegría. Ella nos garantiza que, con Cristo resucitado, nos espera una vida renovada y nos invita a practicar la caridad a ejemplo de Jesús que nos amó hasta el extremo de dar la vida por nosotros.Oración Universal o de los FielesPresidente: Habiendo escuchado la Palabra que Dios nos comunica, y como un acto de amor para con nuestros hermanos, oremos al Padre por medio de Cristo, vencedor de la muerte, suplicando por toda la familia humana. Digamos juntos:R. Tú que eres la vida y la resurrección, escúchanos.1. Por la Iglesia universal. Que la vida de todos los ministros ordenados, religiosos y laicos sea señal de que el amor según Cristo es el único camino hacia la plenitud de cada persona humana. Oremos.2. Por una espiritualidad del caminar juntos. Que nos formemos como discípulos de Cristo, como familias, como comunidades y como seres humanos, a través de nuestra experiencia de este camino Sinodal. Oremos.3. Por los gobernantes. Que, movidos por una caridad sincera y desinteresada, puedan realizar obras que realmente contribuyan al progreso íntegro de todos los pueblos y de cada ser humano. Oremos.4. Por nosotros que, celebrando esta liturgia pascual, hemos escuchado el mandato nuevo del amor. Que esta caridad, que se fundamenta en Cristo, nos ayude a reconocer, valorar y amar a cada persona. Oremos.Oración conclusivaPadre de amor,que con la resurrección de tu Unigénitonos infundes vida en abundancia.Escucha estas plegarias que te presentamos.Por el mismo Jesucristo, nuestro Señor.R. Amén.

Vie 9 Mayo 2025
Yo doy la vida eterna a mis ovejas
CUARTO DOMINGO DE PASCUAMayo 11 de 2025Primera lectura: Hechos de los Apóstoles 13, 14.43-52Salmo: 100(99), 1-2.3.5 (R. 3c)Segunda lectura: Apocalipsis 7, 9.14b-17Evangelio: Juan 10, 27-30I.Orientaciones para la PredicaciónIntroducciónLos primeros domingos de Pascua la Iglesia presenta en la liturgia las apariciones del Resucitado a sus discípulos, pero el cuarto domingo de Pascua ofrece una figura especial, la de Cristo Pastor de las ovejas; es claro para nosotros que Él es el único Buen Pastor para sus fieles, pero el pueblo ha reconocido a través de los siglos en el papa, los obispos y los presbíteros un ministerio a favor de aquel del Único Pastor que reúne bajo su cuidado a gentes muy diversas, como sucedía ya desde las primeras comunidades cristianas compuestas de fieles provenientes de los judíos y de los gentiles (cf. Directorio Homilético, apéndice I, ciclo c, Cuarto domingo de Pascua).1.Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura?La lectura de los Hechos de los Apóstoles se inserta en un apartado sobre la evangelización de Chipre y Asia menor, pero más específicamente nos presenta a Pablo y a Bernabé en Antioquia de Pisidia mientras ofrecen a los gentiles el mensaje de salvación ya que muchos judíos, sus primeros destinatarios, lo habían rechazado; así, quienes aceptaban el mensaje se alegraban y daban alabanza a la Palabra proclamada y quienes lo rechazaban experimentaban envidia e ira contra los discípulos al ver que muchos acudían a la escucha de la Palabra. El Salmo noventa y nueve es un llamado a la alabanza por el gozo del reconocimiento de la misericordia fiel del Señor con su pueblo, es también por esto acción de gracias, pero además confesión de la fe en Dios creador y guía del pueblo –expresado como las «ovejas de su rebano»–, es evidente así, que el Salmo pone también en tono de oración el contenido de la lectura de los Hechos. Además, como segunda lectura se continua el libro del Apocalipsis que la Iglesia hace terminar en los versículos que declaran que el Cordero (Cristo) será el pastor que conducirá hacia fuentes de aguas vivas a los que han sido atribulados y pasados por la sangre del Cordero para secar sus lágrimas: una consoladora imagen profética y apocalíptica de la comunión de los mártires de todos los tiempos.La dirección de toda esta riqueza de la Escritura la señala el Evangelio, que propone un breve, pero muy diciente pasaje del evangelista Juan en que Jesús, después de que un grupo de judíos le pidiera que les dijera expresamente si era o no el Mesías –porque la incertidumbre les turbaba el alma–, les responde que se los ha dicho, pero no se lo creen porque no son ovejas suyas, en cambio sus ovejas, las que el Padre le dio, escuchan su voz y lo siguen.2.Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y que me sugiere para decirle a la comunidad?Quienes acuden a la escucha de la Palabra de Dios, son reunidos de los más diversos pueblos y reciben hoy, como en muchas épocas, la alegría que brota de ella y la alaban, como sucedía con los gentiles que acogían la Buena Noticia por parte de los Apóstoles, en el mensaje de la primera lectura. En efecto, el mensaje del Señor llega como la luz a todos los extremos de la tierra para iluminar a los que viven en las tinieblas y para congregarlos como su pueblo y ovejas de su rebano; esta es la respuesta que se ofrece para que la comunidad ratifique cada una de las estrofas del salmo de alabanza que acompaña la lectura. La segunda lectura continúa motivándonos a una alegre fe y a una firme esperanza, esta vez recordando que el Cordero de Dios será quien como un pastor conduzca los mártires, a quienes han pasado por la sangre del Cordero, hacia la vida, hacia las aguas vivas y quien dé recompensa a los sufrimientos que asumieron por seguir fielmente a su pastor. El verso preparatorio al Evangelio recuerda el conocimiento mutuo que caracteriza al Pastor y a las ovejas, esa conexión supera por mucho el oficio del pastor de este mundo de Cristo Pastor, porque él nos da vida, no es aquel que usufructúa la vida de las ovejas.3.Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo?En la oración colecta, que da el tono de la celebración de la Misa, pedimos al Señor que, a pesar de las debilidades del rebano del Señor, este pueda llegar a la gloria que nos alcanzó la fortaleza de Cristo, nuestro único pastor, es decir que por el ejemplo de Jesucristo, logremos perseverar en Él para alcanzar los gozos celestiales; reflejamos el encuentro con esta Palabra en nuestra vida cotidiana de diversas formas, entre las cuales se encuentra el recordar que ante las dificultades por subsistir en este mundo, contamos con la providencia del Señor, que no solo nos prodiga lo necesario para subsistir sino también el alimento de la Palabra que nos llena de alegría en el Espíritu Santo y de la Eucaristía, que es fuente inagotable de alegría y precio de nuestra salvación (cf. Misal Romano, III Domingo de Pascua, oración sobre las ofrendas y después de la comunión)____________Recomendaciones prácticas:•Día del Buen Pastor.•Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones Sacerdotales.•Día de la Madre.•12 – 14 de mayo. Jubileo de las Iglesias Orientales•16 – 18 de mayo. Jubileo de las Cofradías•15 de mayo. Día del EducadorII.Moniciones y Oración Universal o de los FielesMonición introductoria de la MisaSomos congregados por el amor de Cristo muerto y resucitado por nuestra salvación, por su amor que nos ha limpiado de la turbidez del pecado; escucharemos la Palabra del Señor y comulgaremos su pan y bebida de salvación y de esta forma somos participes de la vida eterna que solo Él puede otorgar. ¡Qué alegría, en este domingo hemos sido congregados por el Señor, nuestro único Pastor, como ovejas de su rebano!Monición a la Liturgia de la PalabraLa voz del Pastor conduce a sus ovejas hacia él; nosotros, que acudimos a escuchar la Palabra de Dios, somos conducidos por ella hacia la fuente de nuestro consuelo, al Señor, que nos da la vida eterna y nos llena de la alegría y del Espíritu Santo, el mismo que inspiró cuanto ahora se nos proclamará. ¡Escuchemos!Oración Universal o de los FielesPresidente: Hermanos, confiados en Dios, nuestro Padre, que por amor nos ha enviado a su Hijo, Buen Pastor, dirijámosle nuestras súplicas por las necesidades propias y las del mundo entero. Oremos diciendo:R. Escúchanos, Señor.1.Por la Iglesia, extendida por toda la tierra, especialmente por la Iglesia Oriental, para que el testimonio de muchos sirva de ejemplo a otros, y así ellos te sigan y te alaben llenos del Espíritu Santo. Oremos.2.Por la santificación de los sacerdotes para que tú, Pastor y Guardián de las almas, concedas fruto abundante a su ministerio y a su grey docilidad. Oremos.3.Por las madres de familia, para que su ejemplo de fe, de amor y de servicio sea un testimonio de vida cristiana para los hijos. Oremos.4.Por los que sufren, para que conducidos por Ti hacía a las buenas aguas del consuelo, sean fortalecidos en su cuerpo y espíritu. Oremos.5.Por los educadores, para que su enseñanza sea un espacio donde quienes está a su cargo, logren abrir su mente y corazón la obra de Dios. Oremos.6.Por todas las Cofradías, para que en el marco de la celebración de su Jubileo crezcan siempre en la alegría de ser instrumento al servicio de Dios y de los hombres. Oremos.Oración conclusivaPadre bueno,escucha estás súplicasque te hemos dirigido con fe y esperanza,con la confianza de que serán escuchadas.Por Jesucristo, nuestro Señor.R. Amén.

Vie 2 Mayo 2025
¿Me quieres?
TERCER DOMINGO DE PASCUAMayo 04 de 2025Primera lectura: Hechos de los Apóstoles 5,27-32.40b-41Salmo: 30(29),3-4.5-6.12ac-13 (R. 2a)Segunda lectura: Apocalipsis 5,11-14Evangelio: Juan 21,1-19I. Orientaciones para la PredicaciónIntroducciónEn el camino de la Pascua, la Palabra de Dios nos pone en contexto de gozo eucarístico y de testimonio comunitario del Señor Resucitado.La liturgia de la Palabra nos regala unas luces precisas para desarrollar estas ideas y ponernos en camino permanente de fe:· La fuerza del encuentro con el Resucitado produce un cambio tan radical en la comunidad que el testimonio no puede verse de otra manera que algo intrínseco a la vida cristiana. O se es testigo o no se puede ser discípulo. Ser testigo del resucitado hace proclamar que la misericordia del Señor llena la tierra.· La Comunidad cristiana es siempre una comunidad en crisis por la persecución en medio de la fidelidad. Los cristianos, como el Cordero, permanecen de pie, aunque muchas veces se sientan degollados.· La experiencia de la resurrección es siempre una iniciativa del Resucitado que vuelve a la comunidad y se hace presente en su cotidianidad para transformarla y fortalecer el ser de los discípulos. Todo encuentro con el Señor es vocacional porque siempre termina con la invitación al seguimiento en la fidelidad.1.Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura?El texto de este domingo se enmarca en la tradición del discípulo amado del capítulo 21 de Juan, que a su vez es un apéndice que aparece pocos años después de haberse concluido el IV Evangelio y que refleja la necesidad de una catequesis eclesial sobre la resurrección. Dos partes se distinguen en el texto de hoy: La aparición del resucitado y el diálogo de Jesús con Pedro.Aparición del resucitado: Los discípulos han vuelto a su oficio de pescadores y se mencionan los nombres de 5 discípulos más otros dos que son símbolo del discípulo amado, de la comunidad eclesial, un total de 7 (plenitud).En el marco de la aparición es normal que no se le reconozca al resucitado, pero luego se abrirán sus ojos y le verán. Tirar las redes a la derecha es signo de buenos deseos y allí aparece el discípulo amado reconociendo al Señor, cosa que refleja la competencia que existía en las comunidades primitivas por la figura de Pedro y Juan, además debe recordarse que el discípulo amado fue el primer creyente del resucitado en la tumba vacía.La rede repleta de peces es arrastrada hasta la orilla por Pedro, unos cien metros (doscientos codos, cada uno de 45 cm) y refleja un simbolismo de la Iglesia, de la comunidad (eso significa 153) pero también significa la universalidad de la misión.Diálogo con Pedro: En este diálogo se establece nuevamente el carácter misionero de la resurrección. Jesús pregunta a Simón si le ama en dos oportunidades (verbo agapao: entrega total hasta morir) y Pedro responde que le quiere (Verbo fileo: amor de hijo a padre, pero no de entrega total), una tercera vez le pregunta si le quiere (verbo fileo) y viene en cada una de las preguntas la entrega de la misión que se le confía: apacentar, pastorear, apacentar, que no es otra cosa del reconocimiento que tenía la comunidad de la misión de pastor de Pedro en medio de las comunidades.Como al parecer Pedro no ha entendido la dimensión perfecta del amor como entrega, se le repite lo que debe comprender: morirá por el Señor y deberá someterse a lo que otros hagan con él, pero en todo se vivirá una obediencia a la voluntad del maestro que en medio de la persecución y el dolor sigue repitiendo a los discípulos de todos los tiempos: sígueme.En este domingo el evangelio de Juan nos muestra que ser testigo implica seguimiento y perseverancia.2. Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y qué me sugiere para decirle a la comunidad? La Iglesia, peregrina de la esperanza y puesta siempre en camino sinodal recibe esta Palabra de este domingo como una ayuda concreta para la peregrinación.En primer lugar, la pregunta por la experiencia es fundamental: ¿Hemos visto al Señor?, ¿Hemos comido con él? La resurrección no es una historia ni un mito, es una experiencia concreta que genera un testimonio de vida; por eso los frutos son necesarios en la comunidad cristiana (“por sus frutos los conocerán”) y estos frutos deben ser acciones concretas que muestra la comunidad de los resucitados.En segundo lugar, la experiencia del encuentro con el resucitado siempre generará la necesidad de evaluar nuestro amor y nuestra vida discipular como entrega hasta las últimas consecuencias. Somos discípulos del Mesías crucificado, discípulos amados y adheridos al Señor en la experiencia de la Cruz y por ello la mejor manera de dar fruto es morir por el otro.Un testigo sabe morir por la verdad. Ya el Papa Benedicto XVI nos enseñó que la mayor prueba de la resurrección es el martirio. Ya que nadie muere por una mentira. Seguimiento y martirio se reclaman siempre.Vivir la experiencia de la comunidad nos lleva a comer y beber con el Señor. La Eucaristía nos hace testigos y nos alimenta para poder proyectar el testimonio3. Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo? En la Bula de convocación al Jubileo del 2025, el Papa Francisco expresaba: “en medio de la oscuridad se percibe una luz; se descubre cómo lo que sostiene la evangelización es la fuerza que brota de la cruz y de la resurrección de Cristo.” (Spes non confundit 4). En este domingo la comunidad sabe que es peregrina en medio de las oscuridades que tratan de opacarla, pero es allí donde resplandece el Resucitado que irrumpe en la comunidad, se mete en la historia y hace posible renacer la esperanza y volver a la luz.Hoy más que nunca es necesario suplicar al Señor por la fortaleza en el camino, la fidelidad en la vida cristiana y la virtud de la esperanza que permite que el amor no se deje cegar ni obnubilar por nada ni por nadie distinto al Resucitado.Una comunidad resucitada, una comunidad pascualizada es la comunidad eucarística que se ve reflejada en actos concretos de amor y de entrega, que no se reserva nada y en el otro ve la llamada constante al seguimiento del Señor.______________________Recomendaciones prácticas:· Jornada Mundial de la Infancia Misionera· 4 – 5 mayo. Jubileo de los Empresarios· 10 – 11 de mayo. Jubileo de las Bandas MusicalesSe recomienda hacer aspersión con el agua bendita.II. Moniciones y Oración Universal o de los Fieles Monición introductoria de la Misa En este domingo resuena la invitación del Resucitado: vengan a comer. Nuevamente el Señor irrumpe en nuestra vida y en nuestra historia comunitaria y se presenta en medio de las tinieblas que están llamadas a ser vencida por la luz y allí fortalece nuestra fe, renueva nuestra esperanza y nos compromete en la vivencia del amor. Aceptemos esta invitación del Señor y acerquémonos a él para comer y beber su mismo ser.Monición a la Liturgia de la Palabra Sólo quien escucha la invitación y el llamado puede volverse discípulo y testigo. Hoy se nos dirige una Palabra de salvación para que seamos fieles seguidores del Señor. Escuchemos con atención.Oración Universal o de los Fieles Presidente: Con la fuerza de la esperanza dirijamos nuestras oraciones al Dios que no nos ha dejado solos y nos regala la presencia de su hijo entre nosotros.R. Escucha, Señor, y ten piedad.1. Padre de amor que te has compadecido del género humano y nos has puesto en camino y peregrinación, no permitas que la red de tu Iglesia se rompa y pierda alguno de los que has llamado a ser discípulos. Oremos.2. Padre de bondad cuya bondad dura eternamente, acompaña a los gobernantes y de manera especial a quienes deben impartir la justicia, para que vivan siempre la llamada y la entrega a la verdad y al amor que brotan del corazón de tu hijo. Oremos.3. Padre de todos los hombres que cambias en luto en danza, permite que los que sufren experimenten nuestra caridad y nuestra presencia fiel y generosa para ser levantados de sus sufrimientos. Oremos.4. Padre de misericordia, que nos envías por el mundo a llevar tu mensaje de amor, fortalece la Infancia Misionera, para que desde la sencillez del corazón puedan hablar de tus maravillas. Oremos.5. Padre omnipotente, tu que das a cada hombre un don especial para glorificarte, te pedimos por los Empresarios y las Bandas Musicales, que en los próximos días celebran su propio Jubileo, para llenos de tu amor, estén dispuestos a anunciarte en cada una de sus profesiones. Oremos.Oración conclusivaEscucha, Señor, y ten piedad, socórrenos y haznos fieles a tu llamada. Por Jesucristo nuestro SeñorR. Amén.