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Obispos inician su CXIII Asamblea Plenaria sobre el Sínodo de la sinodalidad
Tags: asamblea plenaria de obispos episcopado sínodo sinodalidad conferencia episcopal discernimiento servicio esperanza Iglesia
En la mañana de hoy se instaló la Asamblea Plenaria del Episcopado Colombiano en su versión ciento trece. En esta ocasión, los obispos centrarán su atención en el estudio y análisis de “la Síntesis Nacional del Sínodo de la sinodalidad”, propuesto por el Papa Francisco a toda la Iglesia universal y que tiene como lema: ‘Por una Iglesia sinodal: comunión, participación y misión'.
En su alocución inaugural, monseñor Luis José Rueda Aparicio, arzobispo de Bogotá y presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), exhortó a sus hermanos obispos a mantener una actitud de profunda colegialidad y escucha en servicio de la sinodalidad al Pueblo de Dios que camina, ora y trabaja en Colombia.
“El encuentro de estos días nos permitirá escuchar las voces, provenientes de todas las regiones de nuestra geografía eclesial, plasmadas en la síntesis nacional de esta fase del Sínodo sobre la Sinodalidad. Al acoger esta síntesis, estamos llamados a escuchar con fe lo que el Espíritu Santo nos dice en el momento histórico que vivimos como Iglesia y como sociedad (…) nos proponemos avanzar, para dar los pasos que nos indique el discernimiento comunitario, con el firme propósito de convertir la sinodalidad en la manera de ser Pueblo de Dios en nuestro tiempo y profundizar en la capacidad para ser testigos de esperanza”.
El prelado expresó que el trabajo a realizar durante estos cinco días, consiste en construir desde la CEC una ruta que exprese un proceso eclesial de comunión, que luego, de acuerdo al discernimiento y realidad propia de cada Jurisdicción Eclesiástica, esta pueda ser insertada en los procesos de evangelización.
En este contexto, propuso mantener la reflexión de estos días de Asamblea guiados por tres “actitudes humanas y cristianas que configuran hoy día el ministerio apostólico propio de la Iglesia”: Discernimiento, servicio y esperanza, un trípode que permitirá a la luz de la Palabra y de la Doctrina Social de la Iglesia, hacer una lectura de los signos de los tiempos.
Discernimiento propio del seguimiento
En este aspecto, indicó que no es suficiente quedarse con un acumulado de conocimientos científicos, ni pensar que lo pueden abarcar todo, de ahí agregó “se requiere la ayuda del Espíritu Santo quien nos conduce a la verdad completa”. La invitación que hace monseñor Rueda Aparicio al colegio episcopal, es a seguir un camino de discernimiento guiado por Jesús y este, a su vez, debe ir acompañado de un seguimiento sin vanidades y hecho con humildad.
“Hoy nos percatamos de que es menester pedir el don del discernimiento. En los días de esta Asamblea Plenaria de Obispos pidamos con insistencia este don, aprovechemos los momentos de silencio, de oración, de diálogo fraterno. Ejercitémonos en el arte del discernimiento, para no dejarnos distraer y desviar por consideraciones parciales ni por prejuicios. Afinemos los oídos del corazón para percibir el susurro suave del Espíritu. Busquemos la serenidad para evitar que los desafíos del mundo, las tentaciones y las tribulaciones, nos agobien y nos saquen del camino humilde del discipulado”, aseveró.
La evangelización: como servicio a la humanidad herida
Al recordar la figura donde el Papa Francisco señala que, la Iglesia se parece a un hospital de campaña, observó que la “evangelización es, ante todo, una obra de servicio a la humanidad herida, es llevar la vitalidad de la buena nueva a todo el mundo, como fermento en la masa”.
“Una Iglesia con delantal y overol es una comunidad de hermanos que se desmarca de las estructuras rígidas y frías. Una Iglesia que siembra con generosidad, que supera la imagen que muchas veces proyectamos de Iglesia alejada de la realidad humana, sin capacidad de levantar al que está tirado en el camino, una Iglesia que tiene aspecto arrogante, perfecta y en consecuencia incomprensible e incomprendida, que maneja muchas veces un lenguaje sin corazón (…) ¡Qué alegría, hermanos obispos, verlos luchando con creatividad por la evangelización, sufriendo al lado de los más pobres! Cada uno de ustedes es un torrente de esperanza en los territorios donde el Señor los ha sembrado como semilla del Reino”.
El directivo de la CEC, invitó a volver a la alegría del servicio y librarse del “ropaje de la autosuficiencia” y agregó “porque cuando la Iglesia se ve en actitud de servicio se hace más atractiva, más convincente, menos institucional y más misionera”.
La esperanza justifica el esfuerzo del camino
Observó que si bien a la Iglesia le corresponde enfrentar estos tiempos difíciles por los que atraviesa el país, con problemáticas tales como: una sociedad contagiada y victimizada por el narcotráfico, la violencia, la corrupción, la inequidad, el abandono, la soledad, el irrespeto por la vida humana en todas sus etapas, entre otros, el gran desafío para la Iglesia es sembrar y cultivar la esperanza en las personas y comunidades para que “encuentren el sentido de la vida y la fortaleza de avanzar en los caminos del reino de Dios”.
“La experiencia colegial y eclesial que vamos a vivir en estos días para escuchar las voces provenientes de las Iglesias particulares -y desde ellas las voces de las parroquias, de las comunidades eclesiales y de las familias- nos abre a una nueva y gran esperanza: crecer en la cultura de la sinodalidad, y promoverla allí donde todavía es débil, para hacer de ella una dimensión constitutiva de la Iglesia, como lo quiere el papa Francisco”.
El arzobispo concluyó su intervención, animando a los obispos a ser valientes misioneros de vida, a dejarse renovar por el Espíritu Santo y a atender el llamado del "Pueblo de Dios a liderar el discernimiento comunitario, el servicio impulsado por el amor, la serenidad realista y esperanzada".
Descargar discurso inaugural de la CXIII Asamblea Plenaria del Episcopado
CONTEXTO SOBRE EL SÍNODO DE LA SINODALIDAD
¿Qué es el Sínodo de los Obispos?
El Sínodo de los Obispos es una institución permanente, creada por el Papa Pablo VI (15 de septiembre de 1965), en respuesta a los deseos de los Padres del Concilio Vaticano II para mantener vivo el espíritu de colegialidad nacido de la experiencia conciliar, que se reúnen con cierta regularidad, convocados por el Papa, para tratar temas diversos.
Etimológicamente hablando la palabra “sínodo”, derivada de los términos griegos syn (que significa “juntos”) y hodos (que significa “camino”), expresa la idea de “caminar juntos”. Un Sínodo es un encuentro religioso o asamblea en la que unos obispos, reunidos con el Santo Padre, tienen la oportunidad de intercambiarse mutuamente información y compartir experiencias, con el objetivo común de buscar soluciones pastorales que tengan validez y aplicación universal.
¿Qué es el Sínodo de la Sinodalidad?
Es la reunión de los Obispos convocada por el Papa Francisco, durante el periodo 2021-2023, con el fin de discernir el camino de la Iglesia en este momento. Este proceso tiene tres fases: diocesana y nacional, continental y universal.
La diocesana y nacional se realizó entre 2021 y 2022; continental; y mundial entre 2022 y 2023 para concluir en octubre de este último año en Roma con la XVI Asamblea Ordinaria del Sínodo de los Obispos.
¿Cuál es el objetivo de este Sínodo?
Este Sínodo pretende ser un Proceso Sinodal. El objetivo no es proporcionar una experiencia temporal o única de sinodalidad, sino más bien ofrecer una oportunidad para que todo el Pueblo de Dios discierna conjuntamente cómo avanzar en el camino para ser una Iglesia más sinodal a largo plazo.
¿Qué frutos se esperan de este proceso Sinodal?
El proceso sinodal ya no es sólo una asamblea de obispos, sino un camino para todos los fieles, en el que cada Iglesia local tiene una parte esencial que realizar. Por eso ha sido fundamental el proceso de escucha y discernimiento a la luz del Espíritu Santo. No se trata de una reunión más o de un simple documento con una encuesta.
Pregunta fundamental que ha guiado el camino Sinodal
La consulta ha respondido básicamente a una pregunta fundamental: ¿Cómo permite este caminar juntos que la Iglesia anuncie el Evangelio de acuerdo con la misión que se le ha confiado; y qué pasos nos invita a dar el Espíritu para crecer como Iglesia sinodal?
Se han articulado 10 ejes temáticos que han ayudado a aterrizar la pregunta fundamental. Son ellos: Compañeros de viaje; escucha; tomar la palabra; celebración; corresponsabilidad en la misión; diálogo en la Iglesia y en la sociedad, con otras confesiones cristianas; autoridad; participación; discernir y decidir; y formarse en la sinodalidad.
Fase diocesana y nacional
Presididos por el obispo de cada Jurisdicción Eclesiástica, se conformó un equipo sinodal diocesano, constituido por representantes de parroquias, movimientos apostólicos, ministerios diocesanos y comunidades religiosas, quienes a través de diferentes acciones fueron los encargados de dinamizar la consulta con el Pueblo de Dios y personas de buena voluntad. Así mismo, elaboraron la síntesis que fue presentada a finales de mayo a la Conferencia Episcopal de Colombia. Un total de 78 síntesis se recibieron, que corresponden a las Jurisdicciones de todo el país.
Camino sinodal por provincias eclesiásticas
El Secretariado Permanente del Episcopado Colombiano (SPEC), realizó luego una condensación del trabajo entregado por las 78 Jurisdicciones Eclesiásticas, para agruparlo por las 14 provincias eclesiásticas en que está dividida la Iglesia en Colombia.
La síntesis nacional y la síntesis provincial fue enviada a los obispos el pasado 20 de junio, para que ellos hicieran un discernimiento de esas opciones. Ahora del 04 al 08 de julio, la Asamblea Episcopal elaborará la redacción final, que llegará a la secretaría general del sínodo de obispos en Roma.
Fase continental
Esta síntesis nacional se envía al Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam), quien convocará a todas las conferencias episcopales latinoamericanas, para que hagan sus respectivas reuniones sinodales y se envíe un segundo documento a la secretaría general del Sínodo.
Fase universal
Esta síntesis nacional y latinoamericana o continental hará también parte del instrumentum laboris (instrumento de trabajo) para el sínodo de obispos sobre sinodalidad que se realizará en el año 2033 en Roma.
“Les traigo la paz” (Juan 20, 19.21.26)
Vie 5 Abr 2024
Vie 19 Abr 2024
Obispos eméritos de Colombia se reunieron para generar aportes al trabajo de la Iglesia colombiana y universal con énfasis sinodal
Este 15 y 16 de abril, en la sede de la Conferencia Episcopal de Colombia, se reunieron veinte obispos eméritos del país para desarrollar su encuentro anual. En esta oportunidad, bajo el propósito central de abordar aspectos relacionados con la realidad eclesial y sociopolítica del país, así como para estudiar el documento síntesis de la primera etapa de la asamblea general del sínodo de los obispos, desarrollada en octubre de 2023.Los prelados fueron convocados y acompañados permanentemente por el cardenal Luis José Rueda Aparicio, arzobispo de Bogotá y presidente del episcopado, quien los escuchó y tomó en cuenta sus recomendaciones para el trabajo de la Iglesia colombiana y para hacer eco de ellas en la siguiente fase de la asamblea sinodal. Esto, reconociendo su amplia experiencia y la importancia de los aportes que aún pueden realizar, pese a estar retirados del gobierno pastoral por su edad.El cardenal Jorge Enrique Jiménez Carvajal, arzobispo emérito de Cartagena, quien lideró el espacio, destacó esta oportunidad: “Es bonito sentir las manos extendidas, pero además de la fraternidad, sentir que algo podemos aportar nosotros al caminar de Iglesia colombiana y eso se le debe al señor cardenal Rueda, quien es el presidente de la Conferencia Episcopal y que valora este encuentro y lo manifiesta especialmente, nos anima y está con nosotros todo el tiempo”.A propósito del discernimiento que realizaron sobre la situación actual del país, el cardenal Jiménez remarcó que pese a tantos desafíos y preocupaciones que se viven, la Iglesia está llamada a sembrar esperanza: “la esperanza de que lo que se acerca no es un precipicio, sino que podemos construir verdaderamente una Colombia digna de todos los colombianos, de todos los jóvenes y especialmente de los que están más necesitados”.A continuación, conozca los detalles, narrados por el cardenal Jorge Enrique Jiménez:
Mié 17 Abr 2024
“La historia contará el legado de sus obras”: Cardenal Rueda sobre el Cardenal Pedro Rubiano Sáenz durante su Misa Exequial
Cientos de personas, entre familiares, amigos, obispos, sacerdotes, consagrados, autoridades civiles y militares, así como fieles laicos, participaron en las honras fúnebres del cardenal Pedro Rubiano Sáenz, arzobispo emérito de Bogotá, quien durante tres periodos fungió como presidente del episcopado colombiano. El papa Francisco también se unió a esta despedida a través de una carta que envió al cardenal Luis José Rueda Aparicio, en la que encomendó al purpurado, que ya vive su Pascua, a la Virgen de Rosario de Chiquinquirá y lo reconoció como un pastor que "con su dedicación y trabajo ofreció su vida por el bien de la Iglesia".El primer momento de oración por su Eterno Descanso, se produjo este martes 16 de abril en la capilla del Seminario Conciliar de Bogotá donde los restos mortales del cardenal permanecieron en cámara ardiente. Posteriormente, en la mañana del miércoles, su cuerpo fue trasladado a la Catedral Primada de Colombia. Allí se llevó a cabo la Santa Misa Exequial, que fue presidida por el cardenal Rueda Aparicio y contó con una masiva asistencia.Durante su homilía, el primado de Colombia destacó varios de los roles que ejerció el cardenal Rubiano. Además, se refirió a las ordenaciones de los nueve obispos que celebró durante su episcopado: Alfonso Cabezas Aristizábal, Fernando Sabogal Viana, Octavio Ruiz Arenas, Oscar Urbina Ortega, Daniel Caro Borda, José Roberto Ospina Leongomez, Héctor Epalza Quintero, Francisco Antonio Nieto Súa y José Daniel Falla Robles.“La historia contará, de manera completa, el legado de sus obras. Su misión apostólica será motivo de gratitud del Pueblo fiel de Dios, y su esperanza lo llevará a la casa de Dios nuestro Padre, donde se colmarán todos los anhelos de su vida, que fueron muchas veces expresados en su salmodia: “Espero gozar de la dicha del Señor en el país de la vida, espera en el Señor, querido hermano Pedro Rubiano Sáenz, sé valiente, ten ánimo, espera en el Señor. (Salmo 26)”, así concluyó su reflexión el cardenal Luis José Rueda Aparicio.A continuación, vea la homilía completa, compartida por la Oficina de Comunicaciones de la Arquidiócesis de Bogotá:
Lun 15 Abr 2024
La oración: protagonista en la celebración de la Semana Vocacional 2024 en la Iglesia colombiana
El próximo 21 de abril, durante el cuarto domingo de Pascua, la Iglesia Católica Universal celebrará la LXI Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones bajo el lema “Llamados a sembrar la esperanza y a construir la paz”. Esto, en el contexto de la fiesta litúrgica de ‘Jesús, el Buen Pastor’, que trae a la memoria la vida y ministerio de cada uno de los obispos y presbíteros, quienes, mediante la consagración sacramental, se han configurado con Jesucristo, en cuanto cabeza y pastor de la Iglesia, y reciben como don una potestad espiritual, que es participación de la autoridad con la cual Jesucristo, guía la Iglesia.Bajo el propósito de profundizar en la importancia de esta celebración, la Conferencia Episcopal de Colombia anima la celebración de la Semana Vocacional 2024 entre el 14 y el 21 de abril. Para ello, la Comisión Episcopal de Ministerios Ordenados y el Equipo de Apoyo de la Pastoral Vocacional, han desarrollado un documento guía que propone una metodología especial y momentos espirituales concretos a vivir. En esta ocasión, en línea con lo referido por el papa Francisco en su mensaje y con miras al Año Jubilar 2025, dicho insumo tiene como tema transversal la oración."Esta Jornada está dedicada a la oración para invocar del Padre, en particular, el don de vocaciones santas para la edificación de su Reino: «Rueguen al dueño de los sembrados que envíe trabajadores para la cosecha» (Lc 10,2). Y la oración —lo sabemos— se hace más con la escucha que con palabras dirigidas a Dios. El Señor habla a nuestro corazón y quiere encontrarlo disponible, sincero y generoso. Su Palabra se ha hecho carne en Jesucristo, que nos revela y nos comunica plenamente la voluntad del Padre", afirma el pontífice en dicho mensaje.Por su parte, el padre Manuel Hernando Vega León, director de los Departamentos de Ministerios Ordenados y Vida Consagrada del Secretariado Permanente del Episcopado Colombiano, refiere en el documento que la oración es una acción inherente a la tarea y discernimiento vocacional. “No es que la oración tenga ese fin, ni mucho menos que en ella recibamos respuestas inmediatas a nuestros interrogantes; al contrario, toda experiencia de oración si es vivida en silencio interior y exterior, en la profundidad de un encuentro personal con el Señor, conlleva un ejercicio de discernimiento, porque pone la realidad de la propia vida en contacto con el querer de Dios”, explica.De acuerdo con el padre Vega, la oración que acompaña este discernimiento vocacional tiene algunos rasgos particulares que enriquecen la respuesta vocacional. Entre ellos destaca:⎯ “La oración siempre ha de estar centrada en la Palabra de Dios, puesto que la oración nos exige la escucha de la Palabra del Señor, en ella descubrimos la voluntad de Dios y los grandes valores y criterios del Evangelio que nutren la vida cristiana y sin duda la vocación de especial consagración.⎯ La oración se realiza desde la propia realidad, en ella ponemos la verdad de nuestra vida, sin apariencias, ni ocultamientos, con el deseo de dejarnos trasformar por la verdad del Evangelio, en la aceptación de nuestras propias limitaciones y el trabajo decidido para hacer que, en el silencio de la oración surjan los signos de madurez que se requieren en el servicio a Dios y a su Iglesia.⎯ La oración no es egoísta, ni aislada, tiene un profundo sentido comunitario, eclesial, en la oración nos ponemos en el mundo y al servicio de él, en la oración nos hacemos puentes entre Dios y las realidades de los hombres, es en este rasgo que surgen las motivaciones de servicio y entrega a los demás.⎯ La oración ayuda a definir las capacidades y la generosidad, exigidas para optar por el seguimiento de Cristo, casto, pobre y obediente y configurar el corazón con Él, en el ministerio ordenado o la vida consagrada en los diversos carismas que el Espíritu da a la Iglesia”.
Lun 15 Abr 2024
Falleció el Cardenal Pedro Rubiano Sáenz
En la mañana de este lunes, 15 de abril, a sus 91 años de edad, falleció en la ciudad de Bogotá, el cardenal Pedro Rubiano Sáenz, arzobispo emérito de Bogotá. El purpurado fungió como presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC) durante tres periodos (1990 – 1993; 1993-1996; 2002-2005) y sirvió a la Iglesia durante casi 68 años de vida sacerdotal. Fue creado Cardenal Diácono de la Iglesia Católica Universal en el Consistorio del 21 de febrero de 2001 en el pontificado del papa Juan Pablo II.Entre sus múltiples roles destacados, el cardenal fue vicepresidente de la Comisión Católica Internacional de Migraciones y Refugiados en Ginebra desde 1983 hasta 1989.De manera especial, el 4 de agosto de 1995, el cardenal Rubiano Sáenz fundó la Comisión de Conciliación Nacional bajo el propósito de poner al servicio del país, una instancia social y políticamente diversa que ayudara a buscar soluciones políticas al conflicto armado colombiano, acompañar los esfuerzos de paz y establecer escenarios de confianza para el encuentro con diversos actores.Los restos mortales del señor cardenal Pedro Rubiano Sáenz estarán en cámara ardiente, a partir del martes 16 de abril, de 9 de la mañana a 5 de la tarde, en el Seminario Mayor de San José de la Arquidiócesis de Bogotá ubicado en la carrera 7 No. 93A – 50. Las exequias se llevarán a cabo el día miércoles, 17 de abril, a las 10 de la mañana, en la Catedral Primada de Bogotá.A través de un comunicado, la presidencia de la CEC, ha invitado al pueblo colombiano a unirse en oración por su Pascua.Además, a través de un videomensaje y en nombre de los demás obispos del país, el cardenal Lui José Rueda ha destacado la obra y misión del cardenal Pedro Rubiano:BiografíaEl Eminentísimo Señor Cardenal Pedro Rubiano Sáenz, nació el 13 de septiembre de 1932 en Cartago (Valle del Cauca).Realizó sus estudios de primaria en el Colegio de María Auxiliadora - Madres Franciscanas de Cartago y en el Colegio Ramírez, dirigido por Miguel A. Ramírez Cartago.El primer año de Bachillerato lo realizó en el Colegio Diocesano de Santa Teresita, Bitaco, dirigido por el Padre Alejandro Cardona Fontal. Los demás años de Bachillerato los cursó en el Seminario Menor de Cali y el Seminario Menor de Popayán.Inició los estudios de filosofía en el Seminario Mayor de Popayán y los de teología en la Universidad de Laval en Quebec (Canadá). En esta misma Universidad obtuvo la licenciatura en Sagrada Teología, posteriormente efectuó estudios de Ciencias Sociales y Doctrina Social de la Iglesia en el Instituto de Estudios Sociales de Santiago de Chile (ILADES).Recibió la ordenación Sacerdotal de manos del Excelentísimo Monseñor Julio Caicedo y Téllez, el 8 de julio de 1956 en la Capilla del Seminario de San Pedro en Cali.En el ejercicio del ministerio sacerdotal ha desempeñado los siguientes oficios:-Vicario Cooperador de la Parroquia de San Fernando Rey.- Capellán de la Escuela de Aviación Militar Marco Fidel Suárez.- Fundador de la Parroquia de San Pedro Claver, en el barrio la Independencia en Cali.- Fundador y Párroco de la Parroquia de Nuestra Señora de la Providencia, en Cali.- Tesorero y Vicario de Pastoral de la Arquidiócesis de Cali.- Profesor y capellán en el Colegio de Santa Librada.- Asistente espiritual en el Colegio Luis Camacho Perea en Cali.- Miembro de la Comisión Episcopal de Pastoral Social. Fue Presidente de la misma Comisión del 17 de septiembre de 1975 al 1° de junio de 1981.-Vicepresidente de la Conferencia Episcopal de Colombia en el período de 1987 a 1990.-Vicepresidente de la Comisión Católica Internacional de Migraciones y Refugiados en Ginebra de 1983 a 1989.- Presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia, primer período de 1990 a 1993 y reelegido para el período de 1993 a 1996.- Fue elegido nuevamente en julio de 2002, Presidente de la Conferencia Episcopal para el período 2002 – 2005.- Presidente de la Comisión de Conciliación Nacional.Fue preconizado Obispo de Cúcuta el 3 de junio de 1971, por el Papa Pablo VI. Recibió la ordenación Episcopal en la Catedral de Cali el 11 de junio de 1971, de Su Excelencia Angelo Palmas, Nuncio Apostólico en Colombia. Fue Obispo de Cúcuta hasta el 26 de marzo de 1983.Nombrado Arzobispo Coadjutor de Cali con derecho a sucesión por el Papa Juan Pablo II el 26 de marzo de 1983.Arzobispo Metropolitano de Cali desde el 7 de febrero de 1985, por sucesión, por renuncia de Monseñor Alberto Uribe Urdaneta. Recibió el Palio Arzobispal, de manos del Excelentísimo Señor Angelo Acerbi, Nuncio Apostólico en Colombia, el 26 de enero de 1986 en la Catedral de Cali.Fue Administrador Apostólico de Popayán del 22 de abril de 1990 hasta el 25 de enero de 1991.Trasladado a la Arquidiócesis de Bogotá el 27 de diciembre de 1994 y tomó posesión de la Sede Primada de Colombia el 11 de febrero de 1995.En el Consistorio del 21 de febrero de 2001 fue creado Cardenal Diácono de la Santa Iglesia Católica.El Santo Padre le aceptó la renuncia al gobierno pastoral de la Arquidiócesis de Bogotá, el día 8 de julio de 2010.