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Iglesia

Mar 24 Nov 2020

Toma pacífica a la curia arquidiocesana de Cali

Luego que miembros del ‘Movimiento de Viviendistas Sin Techo’ se tomaran de manera pacífica la curia arquidiocesana de Cali, esta iglesia particular aceptó el papel de facilitador para establecer acercamientos de diálogos con la Alcaldía Municipal. [icon class='fa fa-download fa-2x'] Descargar comunicado[/icon]

Mar 24 Nov 2020

Foro: “Los Voluntarios un corazón abierto al mundo entero”

La Arquidiócesis de Bogotá, a través de la oficina de promoción del voluntariado, ha convocado para este sábado 28 de noviembre al foro: “Los Voluntarios un corazón abierto al mundo entero”. Según lo expresó el padre Jorge Eliecer Arias, director de la oficina arquidiocesana de promoción del voluntariado, este evento se realiza para conmemorar el Día Internacional de los Voluntarios que se celebra cada año para esta fecha. “Esta es una experiencia que se viene realizando hace 8 años, se trata de un proceso de acompañamiento y organización que hacemos a los voluntarios. Este proyecto nace desde el Plan E de pastoral que maneja la arquidiócesis y nace como una necesidad de crear espacios para que nuestros laicos puedan actuar esa invitación de ser samaritanos”, indicó el sacerdote. Estarán como invitados especiales: Monseñor Luis José Rueda Aparicio, arzobispo de la Arquidiócesis de Bogotá; monseñor Daniel Arturo Delgado, vicario episcopal territorial de vicaria Cristo Sacerdote y el padre Antonio Ramírez, director de la Fundación San Felipe Neri Este evento será transmitido de 8:45 a.m. a 11:00 a.m. a través de la plataforma de Zoom, para participar deberá. [icon class='fa fa-download fa-2x'] inscribirse en el siguiente LINK[/icon]

Lun 23 Nov 2020

El desperdicio de alimentos: una herida sangrante

Por: Mons. Fernando Chica Arellano - El recrudecimiento de la pandemia en curso está generando ingentes desafíos a la seguridad alimentaria en muchos países, así como crecientes obstáculos para el abastecimiento de los comercios con productos agrícolas, pesqueros y ganaderos. Las medidas de cuarentena, las interrupciones en las cadenas de suministro, el cierre de fronteras, las trabas en el desplazamiento de la población y otra serie de iniciativas han contribuido a que muchos productos queden en la mar o en el campo y no lleguen a los distribuidores, o no encuentren mercados a los que abastecer, por lo cual terminan perdiéndose. En algunas naciones se llegó incluso al desabastecimiento en los supermercados, los cuales tampoco podían regalar comida a unos bancos de alimentos ya de por sí diezmados por una demanda creciente a causa del alza del desempleo. Por otra parte, las compras frenéticas o compulsivas y una cierta variación en el hábito de consumo durante el confinamiento causaron un gran desperdicio alimentario. Si la pérdida de alimentos se asocia a las regiones del sur del mundo, nuestro hemisferio contempla en mayor medida el derroche alimentario, una lacra que, si todos pusiéramos de nuestra parte, dejaría de existir o se vería aminorada de modo considerable. En efecto, en nuestros pueblos y ciudades, sonroja ver montones de comida tirada en la basura, a la vez que va incrementándose el número de personas que no tienen lo necesario para llenar su estómago. Conviven individuos que no pueden alimentarse ni sana ni suficientemente junto a otros que malgastan y derrochan sin control. Nos deberíamos avergonzar de esta atroz contradicción, sobre todo si traemos a colación tantos niños como mueren de hambre diariamente en el mundo. Es un escándalo que clama al cielo pidiendo justicia, como la sangre del Abel (cfr. Gen 4,10). El despilfarro de alimentos es un triste fenómeno que ha de interpelar nuestras conciencias y resolverlo compete a todos. Las cifras hablan por sí solas. Si pensamos en el entorno que nos circunda, según estudios atendibles, España es el séptimo país de la Unión Europea que más comida dilapida. De media, cada persona arroja al vertedero unos 179 kilos de comida al año. Importante es no ignorar que, de todos los alimentos desechados, aproximadamente 1,2 millones de toneladas son aptos para el consumo. Las estadísticas señalan además que hasta 98 millones de toneladas de alimentos se despilfarran anualmente en la Unión Europea. Según la FAO, más de 690 millones de personas sufren desnutrición en el mundo. Otras fuentes ilustran este dato informando que en torno al 9,6% de la población europea no alcanza a comprar comida de calidad cada dos días. Desconcierta saber, en fin, que el 20% de los alimentos producidos en el viejo continente se desperdicia, con un coste económico estimado en 143.000 millones de euros. Si ahondamos en el problema, observamos que el derroche de alimentos no solo supone prescindir irresponsablemente de comida, una comida que, bien utilizada, podría servir para aliviar las necesidades nutricionales de quienes lo precisan. Entraña también echar por la borda mucha mano de obra, usada inútilmente para producir alimentos que a la postre acaban desperdiciados. Significa igualmente un empleo innecesario de recursos que no son ilimitados, sino más bien escasos, como la tierra, el agua y la energía. Pero el impacto del despilfarro alimentario no es solamente cuantificable desde la perspectiva financiera. El medio ambiente es otro de los grandes afectados por los desperdicios de alimentos, ya que su producción conlleva la utilización de fertilizantes y pesticidas. Esos ingredientes menoscaban enormemente nuestro planeta, ya bastante vapuleado por otros efectos nocivos del cambio climático: por cada kilogramo de alimento producido, 4,5 kg de dióxido de carbono (CO2) va a la atmósfera. Permanecer impasible ante esta grave temática, o reputarla como una cuestión que no nos afecta, es ciertamente erróneo. Los medios de comunicación, la escuela, pero sobre todo la familia, han de sensibilizar a la opinión pública para encarar muy en serio un problema que depende, en gran medida, de haber recibido una educación correcta, que otorgue a los alimentos el valor que realmente tienen. Nadie, pues, puede contentarse con ser un mero espectador en la lucha contra el derroche de alimentos, siendo una herida que supura, perjudicando sin piedad a multitud de personas, especialmente a los pobres y vulnerables de la sociedad. A este respecto, pocos meses después de ser elegido Sucesor de Pedro, el papa Francisco, en la audiencia general del 5 de junio de 2013, hablando de la cultura del descarte, dijo sin medias tintas que “nos hemos hecho insensibles al derroche y al desperdicio de alimentos, cosa aún más deplorable cuando en cualquier lugar del mundo, lamentablemente, muchas personas y familias sufren hambre y malnutrición. En otro tiempo nuestros abuelos cuidaban mucho que no se tirara nada de comida sobrante. El consumismo nos ha inducido a acostumbrarnos a lo superfluo y al desperdicio cotidiano de alimento, al cual a veces ya no somos capaces de dar el justo valor, que va más allá de los meros parámetros económicos. ¡Pero recordemos bien que el alimento que se desecha es como si se robara de la mesa del pobre, de quien tiene hambre!”. Por tanto, poner fin a una mentalidad caprichosa en el uso de los alimentos, que los desdeña sin ningún miramiento, ayuda a combatir también el desprecio a las personas cuando estas ya no son útiles, son ancianas o están enfermas, han perdido su apariencia o se han vuelto frágiles y débiles. El asunto no es de poca monta: de hecho, sabemos que se desperdicia un tercio de los alimentos producidos para consumo humano en todo el mundo, es decir, unos 1300 millones de toneladas anuales. Esta cantidad sería suficiente para dar de comer al menos a unos 2.000 millones de personas en nuestro planeta. En este sentido, el día 18 de noviembre de 2019, el Santo Padre, en su Mensaje con ocasión de la apertura del segundo período ordinario de sesiones de la Junta Ejecutiva del Programa Mundial de Alimentos, denunciaba sin ambages que “el derroche de alimentos lacera la vida de muchas personas y vuelve inviable el progreso de los pueblos. Si queremos construir un futuro en el que nadie quede excluido, tenemos que plantear un presente que evite radicalmente el despilfarro de comida. Juntos, sin perder tiempo, aunando recursos e ideas, podremos presentar un estilo de vida que dé la importancia que merecen a los alimentos. Este nuevo estilo consiste en estimar en su justo valor lo que la madre Tierra nos da, y tendrá una repercusión para toda la humanidad”. Ante semejante panorama, ¿cuál puede ser nuestra contribución personal? Todo tiene que arrancar de una convicción: no podemos seguir adelante con un estilo de vida que contemple el despilfarro de alimentos como algo normal, sin importancia. Es fundamental un cambio de paradigma en el plano económico, ecológico, educativo y social, que potencie la convergencia de medidas internacionales, estatales, regionales, locales y, en particular, individuales, con el fin de zanjar una problemática que tiene terribles secuelas negativas. Se trata de identificar vías y modos que, afrontando sensatamente tal problemática, sean vehículo de solidaridad y de generosidad con los más necesitados. Sin afán de ser exhaustivos, apunto algunas pistas para focalizar el asunto y atisbar soluciones al mismo. Primero, en el ámbito personal y familiar. Hemos de subrayar que los alimentos se despilfarran en todas las fases de la cadena de alimentos (producción primaria, procesamiento, venta, servicios de comida, etc.), pero es en el marco hogareño donde más se desperdicia. Contrarrestar esta tendencia es una obligación, algo verdaderamente imprescindible. Para ello es cuestión de no olvidar acciones tan sencillas como cocinar cantidades pequeñas, reutilizar las sobras, comprar solo lo necesario, no dejarse llevar por las apariencias (para desechar “frutas feas”, por ejemplo), revisar el refrigerador, consumir primero los alimentos más antiguos, entender las etiquetas de fechas (“consumir antes de”, “consumir preferentemente antes de”, “fecha de caducidad”), compostar y donar los excedentes a instituciones que harán buen uso de ellos. En segundo lugar, hemos de apoyar a las entidades sociales y organizaciones no gubernamentales (ONG)que están plantando cara al desperdicio de alimentos de forma creativa y eficiente, intentando salir al encuentro de quienes lo precisan. En este apartado es justo incluir asimismo los esfuerzos que están llevando a cabo muchos comedores promovidos por parroquias, institutos religiosos, grupos juveniles y asociaciones cristianas para redistribuir alimentos. Y esto, en muchas ocasiones, contra viento y marea, incitados por la fantasía y la pujanza que nacen del amor desinteresado, venciendo burocracias agobiantes, sin reparar en cansancios o cortapisas. Remediar el derroche de alimentos pasa, pues, por la conjunción de medidas individuales, pero también comunitarias e institucionales. En tercer lugar, en la lucha contra el despilfarro las empresas ocupan un puesto de relieve. En numerosos centros industriales, restaurantes, grandes superficies y supermercados, por ejemplo, se están poniendo en marcha “auditorías de desperdicios” que permiten ser mucho más eficaces en la gestión de los recursos. Por el lado del consumidor, algunas aplicaciones permiten, a través del teléfono móvil, encontrar comida sobrante de restaurantes a precios rebajados. En comercios de alimentación de diversos países, se está implantando la costumbre de vender las frutas, verduras y hortalizas por unidades y no por paquetes o manojos. Se ha comprobado que de esta manera se reduce el desperdicio de alimentos en torno al 25%. El papel de las ONG de consumidores ha sido muy relevante a la hora de lograr estos avances. Un cuarto aspecto nos lleva al terreno político y legislativo. En estos momentos, determinados países cuentan con leyes que prohíben a los supermercados, a los hospitales y a los hoteles tirar o destruir alimentos. En lugar de eso, están obligados a cederlos a diversas organizaciones benéficas, que son las encargadas de distribuirlos entre las personas y familias necesitadas. Sería esta una iniciativa que habría que generalizar y ampliar más todavía por el beneficio que comporta. Finalmente, están los organismos internacionales y, entre ellos, el Programa Mundial de Alimentos, que lanzó la campaña global Stop Desperdicio. En el Mensaje enviado el 18 de noviembre de 2019 a esta agencia de las Naciones Unidas, con ocasión de la apertura del segundo período ordinario de sesiones de su Junta Ejecutiva, el Papa se refería a ella con estas palabras: “Deseo que esta campaña sirva de ayuda a quienes en nuestros días sufren las consecuencias de la pobreza y pueda demostrar que, cuando la persona ocupa el centro de las decisiones políticas y económicas, se afirma la estabilidad y la paz entre las naciones y crece por todas partes el entendimiento mutuo, cimiento del auténtico progreso humano”. En definitiva, el desperdicio de alimentos constituye una cuestión de conspicua envergadura, que exige implementar inteligentemente acciones que la aborden desde su raíz, sin superficialidades, sesgos o negligencias. Es por eso que, en 2019, la LXXIV Asamblea General de la ONU designó el 29 de septiembre como el Día Internacional de Concienciación de la Pérdida y el Desperdicio de Alimentos. Este año 2020 ha sido la primera vez que se ha celebrado esta jornada con el fin de fortalecer nuestra responsabilidad en el consumo adecuado de los alimentos, evitando malas prácticas y decisiones, como el derroche alimentario. En este terreno cada uno de nosotros podemos hacer algo para impedirlo. Como recuerda el papa Francisco, “una ecología integral también está hecha de simples gestos cotidianos donde rompemos la lógica de la violencia, del aprovechamiento, del egoísmo. Mientras tanto, el mundo del consumo exacerbado es al mismo tiempo el mundo del maltrato de la vida en todas sus formas” (Laudato Si’, n. 230). Si nos mentalizamos auténticamente, si unimos ideas y voluntades y redoblamos nuestro compromiso, afrontando sin improvisaciones el despilfarro de alimentos, este flagelo quedará relegado al pasado y podremos construir un presente más justo, que abra las puertas a un futuro en donde todos puedan comer de forma digna, sana y nutritiva. Mons. Fernando Chica Arellano Observador Permanente de la Santa Sede ante la FAO, el FIDA y el PMA

Sáb 21 Nov 2020

Obispo de Pasto toma posesión de su sede

En la fiesta de la presentación de la Bienaventurada Virgen María, fecha que conmemora hoy la Iglesia católica, tomó posesión de su sede el nuevo obispo de la diócesis de Pasto, monseñor Juan Carlos Cárdenas Toro. En su homilía centró la atención señalando que la figura de la Santísima Virgen María marcará la ruta de camino en esta nueva etapa de su vida diocesana. “De la mano de María Santísima, cuyo amor está profundamente arraigado en los nariñenses, nos sentimos llamados esta mañana a continuar “remando mar adentro”. Iluminado por la Palabra de Dios, el prelado propuso tres aspectos que considera animarán el caminar de esta jurisdicción: 1. «¡Alégrate y goza, hija de Sión!, que yo vengo a habitar dentro de ti» Este pasaje bíblico impregnaba un clamor, que en su momento invitaba al pueblo de Dios a levantarse en la alegría para asumir con esperanza su liberación. En este contexto se refirió al momento inusual que está viviendo el mundo por cuenta de la pandemia, incluyendo a la Iglesia, que ha tenido que continuar su caminar de fe con nuevos métodos. Observó que esta emergencia sanitaria está haciendo que la humanidad toque terrenos desconocidos y hostiles que nunca hubiera llegado a imaginar, o, que tal vez, daba por sentados tener seguros. Resaltó aspectos como la pérdida del empleo, la ausencia de bienes, el abrigo en los templos, los abrazos, la cercanía de los seres queridos y amigos que fallecieron sin haberles podido estrechar una mano o sepultar y hacer el duelo como es costumbre. "Como en aquel pueblo, hoy resuena en nosotros, nuevo pueblo de Dios que peregrina en estos tiempos pandémicos, el llamado a levantarnos con la certeza que Dios está en medio de nosotros, y su presencia –Él no es ausencia–, nos debe impulsar a romper, si no los confinamientos físicos, aquellos espirituales para abrirnos desde la esperanza a continuar contagiando a nuestros hermanos y hermanas de “la alegría del Evangelio”, a decirles con palabras y gestos que no están solos". Igualmente animó para que, a pesar de las dificultades, se camine de la mano con María y se elija buscar nuevos caminos. "Que ella nos ayude a abrirnos a la confianza filial, a sentirnos defendidos en nuestras tribulaciones e impulsados a ser comunidad cercana a los humildes y necesitados, consuelo para los que sufren". 2. «Estos son mi madre y mis hermanos. El que cumple la voluntad de mi Padre del cielo» Explicó como este texto presenta a María como la primera mujer que cree y hace la voluntad de Dios. Así mismo muestra a Jesús pasando las fronteras para presentar a los discípulos como miembros de la gran familia del Señor. Así también, resaltó la larga labor pastoral que la diócesis de Pasto ha recorrido, promoviendo un importante número de comunidades cristianas “evangelizadas y evangelizadoras, preocupadas por encarnar en la vida cotidiana las enseñanzas de Jesús (…) Escuchando las palabras del Señor, podemos decir que en ese esfuerzo se van tejiendo los vínculos de una gran familia. Desde esta perspectiva, la familia está llamada a ser primerísima comunidad creyente, Iglesia doméstica, y la comunidad eclesial debe afianzarse como familia de familias”. Monseñor Cárdenas dijo, además, que es importante seguir fortaleciendo los lazos que unen como hermanos a esta tierra nariñense, poniendo al servicio común de todos los talentos que Dios les ha regalado para servir a los más necesitados, ellos son: “las víctimas de las diferentes formas de violencia, los migrantes, los pobres, los que lloran la pérdida de sus seres queridos, los que han perdido su trabajo, entre otros”. 3. «Por tu Palabra echaré las redes» En este pasaje bíblico de Pedro, que presenta la escena de la pesca milagrosa, se inspiró el lema del nuevo obispo, quien dijo que “la auténtica alegría la experimentamos cuando en conciencia procuramos honestamente obedecer a Dios”. Advirtió que la tarea de la Iglesia no es “un proyecto personal o individual; es la respuesta a un llamado de alguien a quien respondemos, obedecemos y con quien nos comprometemos a sumar fuerzas caminando juntos”. “Parafraseando a María y a Pedro, le decimos al Señor esta mañana: aquí estamos, que se haga en nosotros según tu Palabra, tomamos en nuestras manos la red y seguimos bregando en este mar de la historia, con la certeza de que tú vienes con nosotros y será la confianza en ti y la docilidad a ti, lo que hará fructífera la misión”, puntualizó. Al finalizar la prédica pidió la intercesión de Nuestra Señora de La Merced, patrona y gobernadora vitalicia de Pasto. Nuncio Apostólico presenta recomendaciones pastorales al nuevo obispo Por su parte, monseñor Luis Mariano Montemayor, Nuncio Apostólico en Colombia, dirigió unas palabras al nuevo obispo, recordándole que el papa Francisco, al pedirle ser el pastor de esta Iglesia particular, le encomienda también unas acciones pastorales guiadas por el Espíritu Santo y en atención al contexto social y cultural del pueblo pastense. Cercanía y fraternidad con el clero y los fieles Invitó al nuevo obispo a cultivar una figura paterna y cercana con el clero y los fieles, tanto en la dimensión espiritual como pastoral, mostrando una actitud de escucha, alegre y comprensiva, que impregne en este público un nuevo entusiasmo para la vivencia cotidiana del Evangelio y la vida misionera de la Iglesia. Proyección de las obras diocesanas Al resaltar su formación académica, pastoral y administrativa, le encomendó liderar y gestionar los procesos necesarios en el mejoramiento y proyección de las obras que esta Iglesia particular tiene, advirtiéndole que son el pilar fundamental de la acción evangelizadora y caritativa de esta jurisdicción. Sensibilidad hacia lo social Al evidenciar la situación socio-económica y la inseguridad que azotan estas tierras de Cauca y Nariño, le recordó que es su tarea tener una sensibilidad particular hacia lo social. "El pueblo fiel espera encontrar en usted un defensor de los derechos de los más vulnerables, un guía experto de la comunidad diocesana, con una respuesta eficaz hacia las problemáticas más apremiantes que debe afrontar la pastoral de la diócesis". "En la mente del papa Francisco, que lo ha elegido y confiado en usted, los últimos, los excluidos, los desplazados, los alejados, los indiferentes, los no creyentes, en fin, todo el espectro de lo que se ha llamado las ‘periferias existenciales’, son encomendadas preferencialmente a su corazón de pastor". Atención a la crisis familiar Frente a esta problemática advirtió que la crisis familiar afecta a la sociedad contemporánea, pues fragiliza el tejido social y debilita la transmisión de los valores humanos y religiosos necesarios para sostener la vida de la comunidad. Al referirse a los jóvenes advirtió que la drogadicción, la criminalidad, el desempleo y la falta de oportunidades ha permitido que ellos no se proyecten hacia un futuro próspero. "Por eso, señor obispo, el acompañamiento pastoral y el sostén de la realidad familiar y juvenil de la diócesis exigen intensa presencia amorosa". Acogida a los migrantes Lo animó a seguir en marcha con los procesos que se adelantan en los municipios y ciudades del país, en atención a los migrantes, de manera particular a los venezolanos. "Le pido perseverancia en la generosa acogida de los hermanos venezolanos y le exhorto a poner en marcha una pastoral de migrantes capaz de abordar evangélicamente todas las dimensiones de este fenómeno". La pandemia. Propuestas pastorales novedosas Le recordó que la incertidumbre causada por la pandemia del Covid-19, con un futuro incierto, le exigen respuestas nuevas e inéditas "es el momento de la creatividad del espíritu y de la docilidad generosa a los signos de los tiempos para poder responder con altura evangélica a los retos del momento". Finalmente, le invitó para que en este nuevo caminar experimente la cercanía maternal de la Santísima Virgen María y la dulzura amorosa del Sagrado Corazón de Jesús, bajo cuya protección ha sido puesta la diócesis de Pasto. Siguiendo los cuidados de bioseguridad, al acto de posesión asistieron monseñor Luis Mariano Montemayor, Nuncio de Su Santidad en Colombia, un grupo reducido de arzobispos y obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas, seminaristas, representantes laicales; el Gobernador de Nariño, Jhon Rojas; el alcalde de Pasto, Germán Chamorro De la Rosa; autoridades civiles, militares y de policía, y medios de comunicación.

Vie 20 Nov 2020

Misa por difuntos: “Los confiamos a Dios seguros del valor inmenso de la oración”

En una eucaristía presidida por monseñor Elkin Fernando Álvarez Botero, secretario general de la Conferencia Episcopal de Colombia, se elevaron oraciones por aquellas personas que han fallecido durante este tiempo de pandemia. Durante su homilía el prelado recordó que desde sus orígenes la Iglesia vive con convicción la necesidad de orar por los fieles difuntos y ofrecer por ellos sus sufragios. Observó cómo en este tiempo de pandemia el dolor de muchas personas se ha incrementado por la pérdida de sus familiares en diferentes circunstancias y en la mayoría de los casos sin poder vivir un duelo por el ser querido, dadas las circunstancias del momento. “Nos hemos reunido para este acto de misericordia, para vivir desde la fe lo que hemos estado afrontando durante el tiempo de pandemia y entregarle a Dios la vida y el fallecimiento de nuestros hermanos que han partido durante estos meses (…) tenemos particularmente en cuenta a quienes han fallecido por la misma enfermedad del coronavirus, pero también a las víctimas de las catástrofes naturales, especialmente la de los últimos días, las víctimas de la violencia, quienes han muerto solos sin una caricia, una palabra o el acompañamiento de sus seres queridos”, afirmó. Resaltó la entrega generosa del personal de la salud, de los servidores públicos y de todas aquellas personas que ofrendaron su vida sirviendo a los más necesitados en este tiempo de pandemia. “Queremos entregar a Dios el sacrificio y el servicio de quienes han dado la vida por servir a los enfermos, a quienes han atendido con plena generosidad y donándose ellos mismos”. “Los confiamos a Dios seguros del valor inmenso de la oración, sentimos el dolor de su partida y no lo ocultamos (…) Cuando hay tantas preguntas, cuando el dolor nos toca tan fuerte, cuando se agotan las alternativas y las fuerzas humanas, cuando estamos apesadumbrados por la incertidumbre y los temores, el Señor nos repite yo soy la resurrección y la vida. Cuando parece que no quedan esperanzas, el Señor nos dice “el que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá””. El también obispo electo de Santa Rosa de Osos, al asegurar que Dios siempre abre caminos de esperanza, propuso tres senderos que ayudarán a entender desde la oración el sentido de la muerte. Sendero de la oración. “Esta nos abre a la esperanza porque nos permite volcar nuestros sentimientos en el Señor. El dolor, la incertidumbre, el temor, la separación, esto hace que cuando oramos, y cuando oramos unidos, renovamos nuestra confianza en Dios en quien podemos encontrar la vida en abundancia”. Sendero de la fraternidad misericordiosa. “Quiere decir que nos acercamos realmente al dolor de nuestros hermanos, nos acercamos y renovamos la esperanza cuando podemos unirnos realmente al dolor de quienes lo están viviendo. Cuando solidariamente compartimos con todos los que sufren este momento y vivimos la esperanza cuando aseguramos nuestra fe en el Señor”. Sendero del testimonio de creer. “Cuando somos testigo de lo que nos espera, somos realmente manifestadores de aquel en quien hemos puesto nuestra confianza”. Recordó que esta celebración eucarística iba acompañada de una indulgencia plenaria concedida por el papa Francisco, para quienes visiten un cementerio y recen por los difuntos. Finalmente pidió la intercesión de María Santísima: “Acudamos a ella que es madre, hoy con más fuerza que nunca, para decir al Padre de la vida: concédeles, Señor, el descanso eterno y brille para ellos la luz perpetua”. Transmisión nacional por medios católicos Muchos colombianos y nacionales residentes en el exterior pudieron unirse a esta sentida celebración eucarística que, gracias a los servicios profesionales del canal Cristovisión, fue retransmitida por más de 40 espacios mediáticos de comunicación con sedes en distintos lugares del país. Canales de TV 1. Canal Cristovisión (Bogotá) 2. Canal Teleamiga (Bogotá) 3. Canal TeleSantiago (Tunja) Emisoras diocesanas, parroquiales, de comunidades religiosas y comunitarias 4. Emisoras Minuto de Dios (Bogotá – Medellín – Barranquilla – Cartagena) 5. Uniminuto Radio (Corporación Universitaria Minuto de Dios) 6. Radio María. 7. Emisora Mariana (Frailes Agustinos) 8. Emisoras Reina de Colombia (Frailes Dominicos) 9. Emisora virtual Funade.FM (Arquidiócesis de Barranquilla) 10. Emisora Paz Estéreo (Arquidiócesis de Ibagué) 11. Radio Católica Metropolitana (Arquidiócesis de Bucaramanga) 12. Emisora virtual La Voz de la Esperanza.FM (Diócesis de Armenia) 13. Emisora Voces (Diócesis de Santa Marta) 14. Emisora virtual universitaria UCN (Fundación Universitaria Católica del Norte) 15. Radiócesis Ecos (Diócesis de Engativá) 16. Emisora Diocesana (Diócesis de Socorro y San Gil) 17. Emisora Proyección 2000 Guavatá (Diócesis de Vélez) 18. Dorada Estéreo (La Dorada Caldas) 19. Satinga Estéreo (Diócesis de Tumaco) 20. Radio Mira (Diócesis de Tumaco) 21. Emisora virtual de la parroquia San Pedro Claver (Pto. Boyacá) 22. Emisora comunitaria Colina Estéreo de Caparrapí (Cundinamarca) 23. Radio Católica Metropolitana Página web / Facebook / YouTube 24. Arquidiócesis de Ibagué 25. Diócesis de Barrancabermeja 26. Arquidiócesis de Cali 27. Vicariato Apostólico de Trinidad 28. Diócesis de La Dorada – Guaduas 29. Diócesis de El Espinal 30. Diócesis de Duitama – Sogamoso 31. Diócesis de Girardota 32. Diócesis de Montelíbano 33. Diócesis de Montería 34. Diócesis de Líbano – Honda 35. Diócesis de Santa Marta 36. Diócesis de San José del Guaviare 37. Diócesis de Vélez 38. Diócesis de Soacha 39. Diócesis de Zipaquirá 40. Diócesis de Quibdó 41. Diócesis de Santa Rosa de Osos – Fundación Universitaria Católica del Norte 42. Diócesis de Ocaña 43. Diócesis de Istmina-Tadó 44. Obispado Castrense 45. Consejo Episcopal Latinoamericano –CELAM- 46. Conferencia de Religioso de Colombia –CRC- 47. Secretariado Nacional de Pastoral Social –SNPS- 48. Comisión de Conciliación Nacional –CCN-

Vie 20 Nov 2020

La voz del Pastor | 22 de noviembre de 2020

Reflexión de monseñor Luis José Rueda Aparicio, Arzobispo de Bogotá y primado de Colombia Lectura del Santo Evangelio según San Mateo 25,31-46

Vie 20 Nov 2020

La diócesis de Cúcuta acompaña a los damnificados del invierno

La diócesis de Cúcuta, atendiendo el compromiso cristiano de encontrarse con el necesitado, a través de diversas iniciativas ha ejercido la caridad de Cristo, acompañando espiritual y materialmente a los más vulnerables, ya sea en situación de pobreza; a las personas que sufren las consecuencias del fenómeno migratorio; el innvierno, víctimas del conflicto; y quienes soportan carencias por la pandemia; entre otros. Durante esta semana ha estado ayudando a cientos de personas damnificadas por la ola invernal. Los días 18 y 19 de noviembre, la Iglesia católica ha acudido a los conjuntos residenciales Los Arrayanes y Rincón del Rodeo, y al barrio 23 de enero, lugares en donde el invierno ha ocasionado múltiples desastres. La Iglesia Particular de Cúcuta, a través del Banco Diocesano de Alimentos (BDA) y la Casa de Paso ‘Divina Providencia’, ha brindado hasta el momento unos 1.600 almuerzos; 1.000 refrigerios; 30 colchonetas; cobijas; y pañales. Beneficiando aproximadamente a 180 familias. El BDA está adelantando un censo para continuar llegando a estas comunidades en los próximos días y apoyar a los afectados. En Norte de Santander, las autoridades civiles junto a organizaciones públicas, privadas, y la Iglesia católica, se han unido para ejecutar acciones que mitiguen las necesidades por las que están pasando las personas que perdieron sus pertenencias. Por lo que, están invitando a la ciudadanía a donar alimentos no perecederos, útiles de aseo, colchonetas y ropa en buen estado. Fuente: Centro de comunicaciones de la diócesis de Cúcuta

Jue 19 Nov 2020

El Señor es mi pastor, nada me falta

TRIGÉSIMOCUARTO DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO, REY DEL UNIVERSO 22 de noviembre Primera lectura: Ez 34,11-12.15-17 Salmo: 23(22),1-3a.3b-4.5.6 (R. 1) Segunda lectura: 1Co 15,20-26.28 Evangelio: Mt 25,31-46 I. Orientaciones para la Predicación Introducción Del mensaje de la Palabra de Dios en esta solemnidad de Jesucristo, Rey del Universo, podemos resaltar tres ideas: • El primero, el pastor que se da por sus ovejas; • El segundo, el pastor que alimenta de manera robusta a su rebaño; • Y, el tercero, la prefiguración de la venida del Hijo del hombre, aduciendo a la manera en que el pastor aparta las ovejas de las cabras, para enfatizar la prudencia, nobleza y generosidad de los que reconocen a Dios en sus hermanos. 1. Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura? En la literatura bíblica la evocación de la figura de Dios como pastor, recorre gran parte de la Escritura. En efecto, desde el génesis hasta el apocalipsis encontramos a diversos pastores que cumplen con la imperiosa y concomitante labor de custodiar, proteger y guardar el rebaño contra los embates frecuentes de las fieras que buscan acabar con la concordia de las ovejas nobles. Es por ello que, la profecía de Ezequiel no es una excepción, en el universo pastoril de los relatos bíblicos, tanto en el Antiguo como en el Nuevo testamento. Pero ¿quiénes eran, ¿qué hacían?, ¿cómo vivían estos pastores?, figuras protagónicas en la liturgia de este domingo. Ezequiel los va a describir como aquellos que buscan a las ovejas pérdidas o desviadas del rebaño, siguiendo el rastro que ellas dejen; igualmente, los retrata como dedicados a sus ovejas y para ello usa seis verbos: buscar, recoger, vendar, curar, guardar y apacentar. El uso de estas acciones son la respuesta a las inquietudes que surgen sobre la comprensión de la función que tiene un pastor al lado de su rebaño. Prefigurando que, si el pastor es así con su rebaño, pues Dios es muchas veces más misericordioso con sus hijos, así que Dios se desase en amor por la humanidad. El salmo 23 (22) es otra respuesta enfocada a la manera que tiene el pastor de alimentar y pastorear a sus ovejas. De nuevo el escritor de los salmos, presenta al Señor como ese pastor que, al cuidar a su rebaño, retrata a un Dios que conduce, repara, guía, prepara y unge a sus ovejas, es decir, a sus creaturas, como se mencionó en el mensaje del profeta Ezequiel. Por tanto, los autores bíblicos quieren describir a un Dios que está en constante relación y actividad con su obra más excelsa el ser humano. De tal forma que la dignidad de la persona es protegida y cuidada por su propio creador, de allí que la evocación de un Dios pastor, es una remembranza de la preocupación de Dios, enfocada en el cuidado de su pueblo y de sus creaturas. La lectura de la primera carta de San Pablo a los Corintios, leída desde la solemnidad de Jesucristo Rey, presenta a Cristo con todo su poder de resucitado como centro de toda la historia de las salvación y redención del ser humano. Así que Pablo buscaba hacer que Cristo fuera todo en todos, y para ello el apóstol de los gentiles, presenta de manera contundente a Cristo como centro y cabeza de la Iglesia, por ello la imagen del símil del cuerpo, en la misma carta a los corintios, es una invitación a dejar que el Señor sea el centro y dinamizador de la vida de los creyentes. La unidad narrativa del capítulo 25 del evangelio de Mateo culmina con la parábola denominada del «juicio final». En ella hay tres imágenes para profundizar el texto del evangelio en esta solemnidad. La primera imagen es la de un rey sentado en su trono, este puede ser el ícono central del texto, en donde se destaca el poder de un rey en su silla, el juicio es inminente y el rey es categórico en sus acciones. Poder, juicio y carácter son los elementos que en el texto caracterizan a este rey. La segunda imagen a contemplar en el texto, es la del rey ejerciendo su poder de separar lo bueno de lo malo, lo tosco de lo suave, lo salvaje de lo dócil, lo arrogante de lo humilde, es Dios mismo que conoce muy bien sus creaturas y sabe quiénes le han sido fieles y cuáles han desaprobado sus órdenes con la desobediencia, es casi una evocación del Antiguo Testamento, cuando la violencia separa al pastor del sembrador, cuando la desobediencia separa la armonía del paraíso de lo agreste de los alrededores del jardín del Edén; o el sufrimiento de los hijos de Jacob del buen hermano piadoso José, entre otras imágenes de separación con las que los relatos sagrados evocarán la fuerza de la libertad a la esclavitud. La tercera imagen del evangelio, en esta solemnidad de Jesucristo, Rey del Universo, es la de aquellos que reconocieron a Dios por la caridad con la que actuaron con sus hermanos, los mismos que no perdieron de vista la compasión y la misericordia, y que pudieron conjugar la imagen del prójimo con la de Dios, los que descubrieron que la encarnación del Hijo de Dios, es la experiencia más desbordante del amor de Dios por sus hijos, ellos son los que entran en el banquete del Reinado de Dios, los que deponen su vida por la de los demás y en ese vaciamiento de su yo descubrieron el valor de los otros. Estas tres imágenes presentadas por Mateo del rey en su trono, la separación de lo bueno de lo malo y el reconocimiento de la caridad con los más débiles, este es un banquete ofrecido por la palabra del Señor que invita a no perder de vista y a no desperdiciar, los dones que él mismo les da a sus fieles. 2. Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y que me sugiere para decirle a la comunidad? Sin duda alguna en la solemnidad de Jesucristo, Rey del Universo, se celebra la manera de vivir el «Reino de Dios». Pero, ¿qué es el Reino de Dios o cómo dejar reinar a Dios en la vida? El término «Reino de Dios» no puede ser comparado categorialmente con los rasgos de un reino civil, como, por ejemplo: tronos, cetros, coronas, joyas, lujos, cortes, títulos, propiedades, ejércitos, reconocimientos, entre otros elementos propios de los reyes creados por sistemas políticos y regentados hasta la actualidad. Cuando en el cristianismo se hace referencia al «Reino de Dios», no se habla de un lugar concreto, bíblicamente se está haciendo referencia a la manera en que se deja reinar a Dios en la persona y en la comunidad. De este modo, cuando Dios es el que reina en la vida, el interrogante que salta a la vista es: ¿De qué manera le permitimos a Dios ser el dueño de nuestras vidas? ¿Cómo abrir el corazón y la mente para dejarse habitar por Dios? Dejar reinar a Dios es permitirle a Él encarnarse en la vida e historia de las personas y de su pueblo. Pero ¿qué implica vivir las dimensiones del Reino de Dios en la vida del creyente? En una lectura de los textos de los evangelios, hay una manera implícita, una forma de ser, una forma de vivir y de entender cuál es la experiencia de Dios. Pues, el Hijo de Dios que se hizo hombre, derrumbó los muros impuestos por la ley, creando puentes de caridad, de misericordia, de justicia y de inclusión, por ello vivir desbordados por los demás, es dejar que el Señor se manifieste de manera real en los valores que proclama el evangelio y que todos los cristianos están llamados a vivir. 3. Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo? Dejar reinar a Dios es disponerse a discernir, ¿cuáles son las mociones que nos llevan a dejar que los valores del Reino de Dios se conviertan en el anuncio de la Buena Nueva de los evangelios en nuestras comunidades? El papa Francisco lo recalca diciendo: “[…] el Reino de Dios es silencioso, crece dentro. Lo hace crecer el Espíritu Santo con nuestra disponibilidad, en nuestra tierra, que nosotros debemos preparar”, de esta manera, el Señor es el que permite restablecer aquello que Dios quiere que se siga revelando y actualizando en los actos cotidianos de la vida, aprendiendo a descubrir los signos de los tiempos. De este modo la temática fundamental del juicio es el amor expresado hacia los más necesitados y vulnerables de la comunidad. Por ello, no serán suficientes las palabras de consuelo, se hace necesarias las acciones concretas porque “[…] cuando el hombre se siente verdaderamente amado, se siente llamado también a amar”, señala el Papa Francisco hablando sobre la ternura. Es así como el juicio del evangelio de Mateo es una llamada de atención al amor, a la ternura de Dios, a la caridad fraterna, al reconocimiento de Dios hecho hombre por la humanidad y en la humanidad. II. Moniciones y Oración Universal o de los Fieles Monición introductoria de la Misa La celebración de la eucaristía en este domingo es una oportunidad de cerrar el año litúrgico pensando en, ¿cómo he dejado reinar a Dios en mi vida? Y al tiempo disponernos a pensar cómo dejaremos reinar a Dios en nuestra vida a partir de esta celebración. Por ello, bienvenidos a este banquete de amor fraterno, en donde Jesús mismo nos invita a reconocerlo en los más frágiles y necesitados de la sociedad. Dispongamos nuestro corazón y mente para vivir el amor del Señor, presente en nuestro prójimo. Monición a la Liturgia de la Palabra El Señor es nuestro pastor eterno, él cuida, protege, cura y alimenta a su rebaño, la Palabra de Dios en esta solemnidad es gran alimento que conforta, vigoriza, nutre y fortalece. Dejemos que el Señor nos apaciente con lo más nutritivo de su mensaje de amor para esta celebración. Escuchemos con atención. Oración Universal o de los Fieles Presidente: Elevemos nuestras súplicas a nuestro Padre misericordioso para que, desde su bondad de Dios de amor, sean atendidos todos nuestros clamores de pueblo santo y digamos: R. Rey del universo escucha nuestra oración 1. Por el Papa para que siga mostrando a su Iglesia la manera de dejar reinar a Dios en los corazones de quienes lo aceptan y acogen con amor. Oremos al Señor. 2. Por la Iglesia para que en esta solemnidad se disponga a dejar reinar al Señor en las obras de caridad para con los más necesitados. Oremos al Señor. 3. Por todos los gobernantes para que trabajen por el bien común y promuevan la dignidad humana especialmente en los territorios más abandonados de la atención estatal. Oremos al Señor. 4. Por los que aún no reconocen a Jesucristo como Rey y Señor, para que encuentren en el camino pastores buenos que los conduzcan al rebaño de Dios. Oremos al Señor. 5. Por nuestra comunidad parroquial, para que sigamos promoviendo actitudes de protección y cuidado de la casa común y allí dejemos reinar a Dios con nuestros gestos de solidaridad. Oremos al Señor. En un momento de silencio presentemos al Padre nuestras intenciones personales Oración conclusiva Acoge Padre de bondad estas súplicas que te dirigimos con esperanza, en esta solemnidad de Jesucristo, Rey del universo. Él que vive y reina por los siglos de los siglos. R. Amén.