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Iglesia

Vie 8 Abr 2016

¿Matrimonio igualitario?

Escrito por: P. Raúl Ortiz Toro - Una avalancha de reacciones no se hizo esperar. Las a favor y las en contra; las mesuradas y las exacerbadas. Un tema tan álgido da para todo y es porque no se puede ser indiferente cuando se trata de una realidad que nos toca el nervio: la familia. ¿Quién no tiene una? ¿Quién no tiene una visión de lo que es o debería ser? Quizá alguno piense que para el caso colombiano se trata del peor escenario para recibir la Exhortación Apostólica Post Sinodal del Papa Francisco sobre este tema: “Amoris Laetitia”. Pero yo pienso lo contrario: no que sea el mejor escenario posible – porque no lo es – sino que resulta siendo el ámbito más paradigmático para evidenciar el reto de cómo hacer que la Familia no pierda su esencia constitutiva. Es decir: ¿Quieren una evidencia de cómo la familia se ha resquebrajado hasta el punto de considerarse familia y matrimonio lo que no lo es? Es verdad que la culpa no es toda nuestra, de la Iglesia, pero sí tenemos parte en esta debacle. Seamos sensatos: ¿Qué tanto tiempo ocupa nuestra pastoral familiar? ¿No hemos ido cediendo al querer del mundo actual que solo ve el matrimonio como un acto social y no como sacramento? (¡Desde que paguen el estipendio! dirá alguno) ¿Cuánto tiempo se emplea y quién dicta los cursillos prematrimoniales? ¿Quién llena el expediente prematrimonial en la parroquia? ¿Qué tipo de diálogo se lleva a cabo con la pareja que se va a casar? ¿Vamos más allá de entregar simplemente la lista de requisitos? ¿Atendemos más las formalidades documentales que el acompañamiento pastoral para que el consentimiento de los contrayentes sea pleno, libre, consciente? Y los matrimonios de laicos comprometidos: ¿Hasta dónde se han esforzado por hacer de su experiencia de esposos una manera concreta de evangelizar? Y si en lo antecedente hay cuestionamientos, ni se diga lo consecuente: ¿Existe en nuestras parroquias un grupo consolidado de asesoría matrimonial al menos durante el primer año de unión conyugal? ¿Hay al menos un mínimo seguimiento a las parejas de recién casados? ¿Qué crisis han sufrido, qué alegrías han experimentado: nacimientos, muerte, fracasos económicos, infidelidades, etc? ¿Nos contentamos con el mínimo esfuerzo de celebrar una esporádica eucaristía por las familias o, por el contrario, vamos a buscar a las familias, salimos a encontrarlas, a proponerles un estilo de vida cristiano? ¿La pastoral familiar en la parroquia va más allá de unos talleres anuales en el templo durante la Semana de la Familia? ¡Para algo han de servir las direcciones del domicilio después del matrimonio que quedan consignadas en el expediente prematrimonial! ¡Para algo más que para poder enviar una notificación en el caso de iniciar un proceso de nulidad matrimonial! Rasguémonos todas las vestiduras posibles porque la Corte Constitucional Colombiana avaló el matrimonio entre personas del mismo sexo, pero también hagamos de este acontecimiento una oportunidad: hay que hacer más, mucho más, por salvaguardar la familia, por favorecer la responsabilidad de los padres en la educación de los hijos, por formar personas maduras para asumir el reto del amor. Expongamos la doctrina siempre actual de la Iglesia que expone claramente que solo en la complementariedad del hombre y la mujer subyace la posibilidad de constituir un entorno adecuado para el crecimiento de las personas en el plan de Dios. Hagamos algo más y hagámoslo ya. No puede haber un contexto más “tristemente oportuno” que el actual. P. Raúl Ortiz Toro Docente del Seminario Mayor San José de Popayán [email protected]

Vie 8 Abr 2016

La alegría del matrimonio ante la decisión de la Corte

Por Daniel Bustamante Goyeneche Pbro.La unión entre personas del mismo sexo no cumple las mismas funciones sociales por las que el Derecho regula y protege el matrimonio, por lo que no tiene sentido atribuirle toda la regulación jurídica del matrimonio. El Matrimonio es una institución que tiene una vocación primaria a la procreación, que solo pueda darse entre un hombre y una mujer. Por lo tanto las personas del mismo sexo no pueden por naturaleza procrear. En efecto, el matrimonio no es una institución meramente “convencional”; no es el resultado de un acuerdo o pacto social. Tiene un origen más profundo. Se basa en la voluntad creadora de Dios. Dios une al hombre y a la mujer para que formen “una sola carne” y puedan transmitir la vida humana: “Sed fecundos y multiplicaos y llenad la tierra”. Es decir, el matrimonio es una institución natural, cuyo autor es, en última instancia, el mismo Dios. Jesucristo, al elevarlo a la dignidad de sacramento, no modifica la esencia del matrimonio; no crea un matrimonio nuevo, sólo para los católicos, frente al matrimonio natural, que sería para todos. El matrimonio sigue siendo el mismo, pero para los bautizados es, además, sacramento. Lo que está en juego, en este caso como en cualquier otro en el que la Iglesia alza la voz, es el respeto a la dignidad de la persona humana y a la verdad sobre el hombre. El sujeto de derechos es la persona, no una peculiar orientación sexual. El matrimonio no es cualquier cosa; no es cualquier tipo de asociación entre dos personas que se quieren, sino que es la íntima comunidad conyugal de vida y amor abierta a la transmisión de la vida; comunidad conyugal y fecunda que sólo puede establecerse entre hombre y mujer. Por otra parte, no se puede privar a los niños del derecho a tener padre y madre, del derecho a nacer del amor fecundo de un hombre y de una mujer, del derecho a una referencia masculina y femenina en sus años de crecimiento. La Iglesia enseña que toda persona, independientemente de su tendencia sexual, debe ser respetada en su dignidad y acogida con respeto, procurando “todo signo de discriminación injusta”. Del mismo modo, la Iglesia también ha recordado que no existe ningún fundamento para asimilar o establecer analogías, ni siquiera remotas, entre las uniones homosexuales y el designio de Dios sobre el matrimonio y la familia. Las personas del mismo sexo pueden tener otro tipo de unión que debe ser protegido, pero que en esencia es distinto al matrimonio. “Dios creó el hombre a imagen suya; [...] hombre y mujer los creó” (Gn 1, 27). “Creced y multiplicaos” (Gn 1, 28); “el día en que Dios creó al hombre, le hizo a imagen de Dios. Los creó varón y hembra, los bendijo, y los llamó “Hombre” en el día de su creación” (Gn 5, 1-2). Es de recordar que la mayoría de los colombianos profesamos la Fe Católica, la cual reconoce la noción de matrimonio que surge de la unión de un hombre y una mujer. La sexualidad abraza todos los aspectos de la persona humana, en la unidad de su cuerpo y de su alma. Concierne particularmente a la afectividad, a la capacidad de amar y de procrear y, de manera más general, a la aptitud para establecer vínculos de comunión con otro. Corresponde a cada uno, hombre y mujer, reconocer y aceptar su identidad sexual. La diferencia y la complementariedad físicas, morales y espirituales, están orientadas a los bienes del matrimonio y al desarrollo de la vida familiar. La armonía de la pareja humana y de la sociedad depende en parte de la manera en que son vividas entre los sexos la complementariedad, la necesidad y el apoyo mutuos. No podemos ceder ante la indebida presión de algunos grupos de interés, empeñados en socavar los valores fundamentales del matrimonio y de la familia. Exhortamos a nuestros feligreses y a los ciudadanos de buena voluntad a mantenerse fieles a las enseñanzas morales del Evangelio, camino de vida y plenitud humana. Animados por el Papa Francisco, que nos insiste que “los proyectos de equiparación de las uniones entre personas homosexuales con el matrimonio, no existe ningún fundamento para asimilar o establecer analogías, ni siquiera remotas, entre las uniones homosexuales y el designio de Dios sobre el matrimonio y la familia […] Es inaceptable que las iglesias locales sufran presiones en esta materia y que los organismos internacionales condicionen la ayuda financiera a los países pobres a la introducción de leyes que instituyan el “matrimonio” entre personas del mismo sexo ».(Relación final 2015, 76; cf. Congregación para la Doctrina de la Fe, Consideraciones acerca de los proyectos de reconocimiento legal de las uniones entre personas homosexuales (3 junio 2003), 4.) Debemos reafirmar nuestro compromiso de defender la naturaleza auténtica y los derechos inalienables de la familia, fundada en el amor y el compromiso de un hombre y de una mujer. Oramos por Colombia, especialmente por los esposos y esposas que viven fielmente su compromiso de amor matrimonial para que, con su testimonio de vida, manifiesten a la sociedad la belleza de la familia cristiana. Daniel Bustamante Goyeneche Pbro. Director Departamento Matrimonio y Familia Conferencia Episcopal de Colombia

Vie 8 Abr 2016

La alegría del amor familiar, nueva invitación del Papa

“Amoris laetitia” (AL – “La alegría del amor”), es la más reciente mensaje que el Papa Francisco presenta al mundo sobre la situación actual por la que atraviesan las familias. El documento, compuesto por más de 250 páginas, pone sobre mesa temas como el impacto de la biotecnología en el campo de la procreación, la pornografía, el abuso de menores, la falta de atención a las personas con discapacidad, la violencia contra las mujeres y la desconstrucción jurídica de la familia, entre otros. Esta exhortación es el resultado de dos Sínodos sobre la familia convocados por Papa Francisco en el 2014 y en el 2015, cuyas relaciones conclusivas son largamente citadas, junto a los documentos y enseñanzas de sus predecesores y a las numerosas catequesis sobre la familia del mismo Papa Francisco. El documentorepasa una serie de "nuevos desafíos" que comprometen actualmente al núcleo familiar. El Santo Padre habla del “para siempre del matrimonio” que han olvidado muchos, desde el aspecto físico que cambia, y la atracción amorosa no disminuye pero cambia: el deseo sexual con el tiempo se puede transformar en deseo de intimidad y “complicidad”. “sí podemos tener un proyecto común estable, comprometernos a amarnos y a vivir unidos hasta que la muerte nos separe, y vivir siempre una rica intimidad” (AL 163). Así mismo, confirma qué es el matrimonio cristiano y enseña que otras formas de unión contradicen radicalmente este ideal, pero algunas lo realizan al menos de modo parcial y análogo. Otro de los tantos temas consignados en la exhortación es el relacionado al acompañamiento de las personas abandonadas, separadas y divorciadas. Subraya la importancia de la reciente reforma de los procedimientos para el reconocimiento de los casos de nulidad matrimonial. Por último, la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), a través del departamento de Matrimonio y Familia, invita a la presentación oficial de este documento el próximo viernes 22 de abril en las instalaciones de la CEC en el auditorio Regina Apostolorum. [icon class='fa fa-download fa-2x'] Descarga reflexión [/icon] [icon class='fa fa-download fa-2x'] Exhortación[/icon]

Mié 6 Abr 2016

Con misericordia, verdad y justicia

Por Monseñor Libardo Ramírez Gómez. Tres años de Pontificado ha cumplido el apreciado Papa Francisco (13-03-16). Como “Papa venido de lejano lugar”, dijo el Papa Wojtyla en 1978, en su primer saludo, y este singular “Francisco”, comienza con ese nombre emblemático de sencillez, y comenta que llega a Roma como “del final del mundo”, la lejana Argentina. A esas primeras sorpresas se suma la de ser el primer latinoamericano que llega a la sede de Pedro, y el primer “Jesuita”, llegado a ese sumo pontificado. Ambas circunstancias suscitan aprecio e interrogantes. Antes de bendecir a las gentes pide con sencilla humildad ser bendecido, despojado de fastuosas vestes. Sorpresivo, espontáneo, ha sido este Papa en los anteriores detalles, y en no cuidarse de expresar verdades así su enunciación cause sorpresa, y malos entendidos. Habla con “parresía”, o atrevimiento, como cuando preguntó que quien era él para juzgar el más íntimo sentir de un “gay”, sin decir que esa situación no fuera anormal, ni que acciones sexuales en esa línea no sean pecaminosas. Señala que el juicio íntimo de ellas depende de la convicción de cada persona. En el fondo, el juicio de una actuación, cómo p.e. de la persecución a El, dice Jesucristo, que el actor puede estar creyendo que ejecuta algo bueno ante Dios. Así obraba un Saulo de Tarso cuando perseguía a los cristianos. Tiene el Papa Francisco el valor de decir verdades y de precisarlas, así desilusione a quienes se entusiasman con falsas interpretaciones, aplicando el necesario “discernimiento”, propio de su Comunidad, por ejemplo, cuando precisa que “nada quiere decir en contra de las sabias enseñanzas del Catecismo Universal de la Iglesia Católica”. Es mensajero, el Papa Francisco, de un Dios que es misericordioso con los pecadores, no para dejarlos tranquilos en su pecado sino para llamarnos al “no peques más”, con invitación a sendas de verdad y justicia ,si quieren tener paz en sus corazones. Ha abierto este Papa la misericordia de Dios para atender a los fieles cuyo matrimonio haya fracasado, no para dejarlos comulgar si se han lanzado a convivencia adulterina, sino, manteniendo la verdad de la indisolubilidad matrimonial, abrir cauces de investigación para ver si, en justicia, el primer matrimonio fue válido o no. Misericordia, pero dentro de la verdad y la justicia. Dolorosamente en ámbitos eclesiásticos, comenzando por estrados vaticanos, se han mezclado estilos “no santos”, de poderío, de círculos privilegiados, de procederes indebidos en lo económico, todo lo cual reclama determinaciones decididas que el Papa Francisco va tomando. Estilo sencillo de vida, testimonio de austeridad de personas y de entidades, va reclamando con insistencia este Papa, con aprecio del mundo, así se gane la malquerencia de algunos. Que ese estilo limpio llegue a las curias diocesanas, a los Obispos, a las Parroquias, a las comunidades religiosas, que ojala tengan lemas como el de la Compañía de Jesús: “todo para mayor gloria de Dios”. Lo importante no ha sido que se declare o no al Papa “personaje del año”, o que se le den premios humanos, sino el estar marcando, a fondo, una sentida pastoral de pleno compromiso, de cercanía a todos, desde los más encumbrados hasta lo más humildes, dentro y fuera de la Iglesia, con total desprendimiento. Clama el Papa por personas de pleno servicio a los humildes, sin acomodamientos ni privilegios burocráticos, para imitar radicalmente a Jesús de Nazareth, quien “no vino a ser servido sino a servir”. Es su anhelo que a partir de él hasta el más humilde fiel de la Iglesia, estén comprometidos en un obrar “con misericordia, verdad y justicia”. Que el vivir de todo cristiano sea, con el Papa Francisco, una real vivencia de la novedad del “Mandamiento del Amor” (Jn. 13). Un actuar, siempre, con misericordia, verdad y justicia. *Obispo Emérito de Garzón Email: [email protected]

Lun 4 Abr 2016

Ciencia y Educación, claves para alcanzar la verdadera paz: Congreso Internacional

Durante dos días, Colombia será epicentro del encuentro entre académicos, expertos e investigadores que analizarán el papel de la ciencia y la educación en la construcción de una paz sostenible. El primer Congreso Internacional de Ciencia y Educación para el Desarrollo y la Paz tiene como objeto consolidar un escenario internacional académico y político de reflexiones, intercambios, discusiones y análisis en relación con la ciencia y la educación, y construir propuestas desde la perspectiva de los diferentes actores para el desarrollo y la paz. El evento se realizará este 21 y 22 de abril en el Auditorio Alfonso López Pumarejo de la Universidad Nacional de Colombia y contará con la participación de más de 100 representantes de organismos internacionales, gremios de la educación, directivos, docentes, estudiantes e investigadores de instituciones educativas de todos los niveles, comunidades científicas, universidades y representantes del Gobierno Nacional, que expondrán sus puntos de vista en 10 paneles temáticos que abordarán el aporte de la ciencia y la educación a la paz. “Es importante destacar que para la construcción de este nuevo modelo de desarrollo, el papel y el aporte de la ciencia y la educación se constituyen en pilares fundamentales para que el país encuentre soluciones a sus principales problemas sociales relacionados con la pobreza y la desigualdad”, señala Carlos Alberto Garzón, Coordinador del Foro Permanente de Ciencia y Educación para el Desarrollo y la Paz, que promueve el Congreso. En el marco del evento, la Comisión de Conciliación Nacional coordina el panel “Observación de Experiencias Significativas en Construcción de Paz” donde se debatirá preguntas acerca de qué es una experiencia significativa de paz y como la observación de la misma puede contribuir a construir una Colombia reconciliada y en paz. El Foro Permanente de Ciencia y Educación para el Desarrollo y la Paz, que es integrado por la Comisión de Conciliación Nacional, es una de las Redes más grandes del país con un origen académico e investigativo, conformada por más de 60 asociaciones, gremios, corporaciones, fundaciones, programas académicos y organizaciones relacionadas con la ciencia y la educación, públicas y privadas, colombianas y del exterior, así como entidades de formación para el trabajo y el desarrollo humano. Para mayor información y la inscripción, le invitamos consultar la página http://foroeduciencia.org/congreso-2016/

Vie 1 Abr 2016

Iglesia de Barrancabermeja rechaza actos de violencia en Antioquia

Tras el hecho ocurrido en el municipio de Puerto Berrío, en el departamento de Antioquia, donde fueron asesinados dos uniformados pertenecientes a la policía nacional, la diócesis de Barrancabermeja expidió un comunicado donde rechaza estos actos cometidos al parecer por grupos al margen de la ley. En el comunicado monseñor Camilo Castrellón Pizano, obispo de la diócesis de Barrancabermeja, señala que estos actos violentos atentan contra la dignidad humana y ponen en peligro las bases democráticas del Estado. Sumado a esto, monseñor Castrellón envía un mensaje de condolencia a los familiares de los policías y civiles que perdieron la vida en este hecho e invita a la comunidad a que se unan en oración por el progreso de la paz en esta región del país. [icon class='fa fa-download fa-2x']Descargar comunicado[/icon]

Dom 27 Mar 2016

La fe no se argumenta

Escrito por: Mons. Froilán Casas Ortiz - No se trata de quitarle la razón a la fe, ¡ni más faltaba! Ya desde los Padres griegos y latinos y, de modo especial, San Anselmo de Canterbury en el siglo XII se ha relacionado recurrentemente la razón y la fe. Cada cultura tiene sus énfasis. La cultura hodierna remarca la experiencia a la doctrina. La fe reducida a una doctrina queda coja y, con frecuencia desfigura a Jesucristo. ¡Cuántos “creyentes” con su mala conducta, han afeado el rostro de Jesús! Esto causa pena y dolor. Así no se hace creíble el Evangelio. Hoy aparecen personas y grupos fanáticos y fundamentalistas que viven interrogando a los cristianos católicos sobre sus creencias. ¡Qué falta de respeto! Qué tal que un cristiano le preguntase y recriminase a un musulmán ¿por qué lee el Corán? Qué tal que un occidental le interrogase a un chino ¿por qué deja arroz en la tumba de sus antepasados? Podría él preguntarle a su vez, ¿por qué deja flores en sus sepulcros? Por favor, la fe no se argumenta, la fe se vive. La cultura postmoderna en la que vivimos, pone el énfasis en lo fáctico, antes que en lo demostrativo. La gente de hoy, antes que razonamientos, quiere hechos de vida. Jesús nos dijo que los demás nos conocerían si lo mostramos a Él, amándonos. Las doctrinas son importantes, pero son más importantes los hechos. Como dice la sabiduría popular: obras son amores y no buenas razones. Un hombre lleno de Dios, pastor calvinista suizo Roger Shütz, fundó la Comunidad de Taizé en el centro de Francia hacia 1940. Es una comunidad ecuménica compuesta por calvinistas, católicos, anglicanos, luteranos y ortodoxos. Shütz argumentaba que ha llegado la hora de la unión de los cristianos. Insistía que la época de las discusiones acerca de quién tenía la verdad, debería superarse por la búsqueda común del camino del amor. Primero amémonos como nos ordenó Jesucristo y luego sí, encontraremos el camino de la verdad en la misma fe. La historia de las luchas entre cristianos debe considerarse como una etapa ya superada. No se entiende cómo en nombre de Jesús haya tanta división, tanto protagonismo. ¿Acaso Cristo está dividido? Es un escándalo para los no cristianos que aquellos que se llaman cristianos presenten una batalla sin cuartel. ¿Cómo es posible que en nombre de Jesús se persiga a otros cristianos? A Jesús se debe presentar por atracción, no por proselitismo. En el mercadeo lo que tiene tanta publicidad es porque el producto no convence por sí solo. A Jesús lo hemos comercializado en grado superlativo. El que lo venda con el mejor papel de regalo tiene “éxito”, ¡Qué tristeza! Ahora el que más hace ruido, más lo impone. Con gritos esquizofrénicos se pretende demostrar que se tiene la razón. La fe no se demuestra, la fe se muestra. Yo creo en el Jesús que usted presenta si usted tiene coherencia de vida. Yo no creo en predicadores cuya vida está muy lejos del Evangelio, -claro que el único perfecto es Jesucristo, los demás todos somos pecadores-. Pero ¡Cuidado! No nos busquemos esa excusa para justificar nuestro pecado, no sea que lleguemos al descaro de afirmar que quien reza y peca, empata. ¡Qué cinismo! + Froilán Casas Ortíz Obispo de Neiva

Jue 24 Mar 2016

La ternura

Por: Mons. Gonzalo Restrepo - Tal vez la ternura es la que nos hace falta en el mundo de hoy. Nos falta cariño. El mundo de hoy, con todos sus afanes y sus preocupaciones, nos ha condenado a la soledad. Se nos ha negado la ternura y el cariño; todo tiene que ser efectividad, productividad y ganancias. La ternura es un sentimiento que permite que la persona se acerque a todos, conduce a la comprensión y al perdón, tiene un sentido maternal y paternal. Ser tierno quiere decir ser detallista, delicado y afable. Pertenecemos a una sociedad en la cual cada uno vive prevenido, se espera lo peor de los demás y estamos siempre a la defensiva. Esto nos impide ser tiernos, es un verdadero obstáculo para manifestar la ternura. Muchas veces se confunde la ternura con la falta de coraje, de fortaleza y de orientación; pero los líderes más grandes de la sociedad, de la cultura y de la política son aquellos capaces de expresar su ternura, de entregarla y de darla. La ternura nace del interior del hombre. Todos los hombres somos tiernos y necesitamos de la ternura. Es cierto que entre nosotros, la mujer es por naturaleza más tierna y delicada. Los hombres tienden a ser más fuertes y racionales, menos expresivos de sus sentimientos. Dejemos que brote la ternura en nuestras relaciones. Con el esposo y la esposa, con los hijos y los amigos, con los padres y los hermanos, con los compañeros de trabajo y con los colegas. Seamos tiernos. Una expresión de ternura conlleva en sí más alivio que muchas horas de diálogo, que muchas reacciones fuertes, que muchos consejos y palabras. La ternura bien manejada llega a ser un alivio y paliativo para las enfermedades físicas. Con la ternura se equilibra nuestro espíritu y equilibrado el espíritu podemos manejar, de una manera más segura, nuestro cuerpo y nuestra materia. La ternura es uno de los sentimientos más bellos del ser humano. Y hasta los animales son tiernos. Y en las plantas también podemos descubrir una especie de ternura. Toda la naturaleza está llena de ternura, de algo que permite la paz, el sosiego y la serenidad. Si queremos cambiar el corazón, renovar nuestros hogares, acercarnos más a los seres queridos, tener mejor ambiente en nuestro trabajo, propiciar unas mejores relaciones sociales, buscar justicia, unidad y paz, permitamos que la ternura brote del fondo de nuestro ser. + Gonzalo Restrepo Restrepo Arzobispo de Manizales