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Liturgia

Vie 30 Sep 2022

Estén alegres y contentos, porque su recompensa será grande en el cielo

TODOS LOS SANTOS Noviembre 1° de 2022 Primera Lectura: Ap 7, 2-4.9-14 Salmo: Sal 24(23),1-2.3-4ab.5-6 (R. cf. 6) Segunda Lectura: 1Jn 3, 1-3 Evangelio: Mt 5, 1-12ª I. Orientaciones para la Predicación Introducción • Caminando de cara a Dios en el ejercicio de la fe, la esperanza y el amor, participa el hombre de la vida de Dios. No sólo participaremos en él, sino que seremos semejantes a él. • Esta esperanza transformadora debe animar nuestros pasos por la gran tribulación. Aquellos que fueron los amigos de Dios entonan su canto después de haber participado de la sangre del Cordero. • Eso significan también las bienaventuranzas. La victoria de la Cruz, la dicha de un sufrimiento transformador. 1. Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura? En las visiones del Apocalipsis aparece hoy una muy dinámica: el panorama de una gran asamblea, "una muchedumbre inmensa de toda nación, raza y lengua", los bienaventurados, que están en el cielo "de pie delante del trono (de Dios Padre) y del Cordero (Cristo) vestidos con vestiduras blancas y con palmas en sus manos", y cantan con voz potente las alabanzas de Dios. El número 144.000 es evidentemente simbólico, el resultado de esta multiplicación: 12 por 12 por 1000, la plenitud de las doce tribus de Israel. Además de ese número, se habla de una multitud innumerable. Esta multitud de creyentes que ya participan de la salvación tienen una historia: "son los que vienen de la gran tribulación". En el cielo se unen a los ángeles, los "ancianos", los "cuatro vivientes" y todos adoran a Dios y le entonan himnos de alabanza. El salmo se fija en los que ya gozan de la victoria, pero señalando cuál ha sido su camino para llegar a esta alegría: "estos son los que buscan al Señor". Porque "quién puede subir al monte del Señor... el hombre de manos inocentes y puro corazón". La idea que más veces repiten las cartas de Juan, que somos hijos de Dios y objetos de su amor de Padre, se une hoy a la de nuestro destino en la salvación definitiva. La realidad de ahora ya es gozosa, pero todavía tiene que llegar lo mejor: "ahora somos hijos de Dios y aún no se ha manifestado lo que seremos". Cuando llegue el final, "cuando se manifieste", "seremos semejantes a él, porque le veremos tal cual es". El evangelio elegido para esta fiesta es el de las bienaventuranzas, porque se consideran el mejor camino para llegar a esa felicidad definitiva del cielo, el camino que han seguido los Santos de todos los tiempos. Dando inicio al sermón de la montaña, Jesús proclama unas sorprendentes bienaventuranzas: llama felices a los pobres, a los que sufren, los que lloran, los que tienen hambre y sed de justicia, los misericordiosos, los limpios de corazón, los que trabajan por la paz, los que son perseguidos por su fe. En realidad, hay una novena bienaventuranza, esta vez en segunda persona: "dichosos ustedes cuando los insulten y los persigan...", mientras que las ocho anteriores están en tercera: "dichosos los pobres porque de ellos es el Reino de los Cielos". 2. Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y que me sugiere para decirle a la comunidad? Es una fiesta que nos transmite alegría y optimismo. No es nada extraño que haya calado muy hondo en la sensibilidad del pueblo de Dios, junto con el recuerdo de los difuntos el día siguiente. ¡Qué hermoso es el canto de "introito" clásico en este día, el "Gaudeamus": "alegrémonos todos en el Señor, al celebrar este día de fiesta en honor de todos los Santos". Las innumerables personas que ya gozan de la plenitud de vida en el cielo son nuestros hermanos. De la mayoría no conocemos los nombres. Algunos, pocos en comparación con la muchedumbre de los bienaventurados, han sido canonizados o beatificados, reconocidos por la Iglesia en su "Martirologio" y propuestos como modelos de vida cristiana. De ellos, a algunos, también muy pocos en comparación con los varios miles del Martirologio, se les rinde culto oficial en la Iglesia universal o en las particulares: son los que aparecen en el Calendario litúrgico. Hoy celebramos a todos, no sólo a los que constan en las listas oficiales, sino a los que están en la lista de Dios, que son muchísimos más. Nuestra contabilidad no tiene ni punto de comparación con la de Dios. El prefacio de hoy afirma que son "nuestros hermanos", "los mejores hijos de la Iglesia" y que "en ellos encontramos ejemplo y ayuda para nuestra debilidad". Son personas que han tenido los mismos oficios y las mismas dificultades y tentaciones que nosotros, que han seguido a Cristo, viviendo su evangelio» y ahora gozan de la plenitud de la vida en Dios. Entre ellos, están la Virgen María y los Santos más importantes y conocidos, los patronos de las diócesis o de la ciudad o de la parroquia, los fundadores de comunidades religiosas, los que aparecen en los vitrales o en los varios laterales de nuestras iglesias. Otros, la mayoría, nos son desconocidos, pero han tenido el mérito de una fe sufrida y humilde, y ahora gozan de Dios. Entre ellos seguramente, familiares y conocidos nuestros. 3. Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo? Hoy damos gracias a Dios porque los Santos son un regalo del Espíritu. En un mundo en que no abundan ni las noticias positivas ni los modelos de vida coherente, vale la pena subrayar lo que representan los Santos: un regalo de Dios a la humanidad y el mejor don del Espíritu a su Iglesia. Es bueno que hayan aparecido y sigan apareciendo carismas, instituciones y movimientos: pero sobre todo podemos alegrarnos de que el Espíritu Santo nos regale personas santas, que son la mejor gloria de la familia cristiana y hasta de la humanidad. Hayan sido o no importantes, hayan dejado o no grandes obras escritas o fundado familias religiosas, o hayan vivido sencillamente, desconocidas de todos menos de Dios, dando un ejemplo de entereza y generosidad. Estas personas son las que nos devuelven la fe en el género humano. Muchos van obteniendo premios y medallas por sus éxitos deportivos o artísticos o culturales. Es muy bueno que así́ sea, porque vale la pena premiar a los que enriquecen de alguna manera a la humanidad. Pero hoy podríamos pensar que los que merecen más premios y homenajes son estas personas, famosas o desconocidas, que han cumplido su carrera recibiendo los aplausos de Dios y ennobleciendo a la humanidad entera. El que la Iglesia realice beatificaciones y canonizaciones, tiene la finalidad: que puedan alegrarse todos, en la Iglesia universal o en las Iglesias locales, de que el Espíritu sigue enriqueciendo a su comunidad con el don de la santidad, y así́ pueden mirarlos como a modelos e intercesores más cercanos. Así lo decía el Papa Francisco celebrando la Solemnidad de Todos los Santos el 1 de noviembre de 2019: “La santidad, además de un don, es también una llamada, es una vocación común de todos nosotros cristianos, de los discípulos de Cristo; es el camino de plenitud que todo cristiano está llamado a recorrer en la fe, procediendo hacia la meta final: la comunión definitiva con Dios en la vida eterna. La santidad se convierte así en respuesta al don de Dios, porque se manifiesta como una asunción de responsabilidad. Desde este punto de vista, es importante asumir un compromiso cotidiano de santificación en las condiciones, en los deberes y en las circunstancias de nuestra vida, tratando de vivir cada cosa con amor, con caridad”. ______________________ Recomendaciones prácticas • Hoy es un día propicio para promover entre los fieles la proclamación de las Letanías de los Santos. • Comienza el mes de los Fieles Difuntos. • Incentivar la oración por los Fieles Difuntos a lo largo del mes. II. Moniciones y Oración Universal o de los Fieles Monición introductoria de la Misa Sean todos bienvenidos a esta Celebración. En este día la Iglesia Universal celebra, la solemnidad de Todos los Santos, demos gracias a Dios por el testimonio de tantos hermanos nuestros en la fe que durante su vida lucharon por vivir el Evangelio, acogiéndonos a su intercesión, para poder ser, también nosotros, fieles a las enseñanzas de nuestro Señor. Celebremos con fe y alegría esta Eucaristía. Monición a la Liturgia de la Palabra En el centro de la liturgia de hoy están sobre todo los grandes temas de la Comunión de los Santos, del destino universal de la salvación, de la fuente de toda santidad que es Dios mismo, de la esperanza cierta en la futura e indestructible unión con el Señor, de la relación existente entre salvación y sufrimiento y de una bienaventuranza que ya desde ahora caracteriza a aquellos que se encuentran en las condiciones descritas por Jesús. Escuchemos con atención la Palabra de Dios. Oración Universal o de los Fieles Presidente: Oremos a Dios Padre, creador del universo, para que en comunión con todos los santos del cielo alcancemos bendiciones en esta tierra. Digamos confiados: R. Te rogamos, óyenos. 1. Por la Iglesia santa de Dios, para que siempre se conserve unida en la oración y así sea luz para todo el mundo. Roguemos al Señor. 2. Por los gobernantes de todos los pueblos, para que fomenten siempre la dignidad humana con proyectos de justicia y de paz. Roguemos al Señor. 3. Por todos los enfermos de nuestra comunidad y por todos los que sufren, para que la oración que hacemos en la comunión de los santos los llene de consuelo, de esperanza y de salud. Roguemos al Señor. 4. Por nuestros hermanos difuntos, que han vivido según las enseñanzas de Cristo, para que el Señor les otorgue la plenitud de la vida y puedan gozar de su presencia en la patria celestial. Roguemos al Señor. 5. Por nosotros para que aceptando el proyecto de las bienaventuranzas que Jesús nos propone podamos alcanzar la patria celeste y la participación plena en la comunión de los santos. Roguemos al Señor. Oración conclusiva Padre de todo lo creado, escucha estas súplicas que tu Iglesia, que peregrina en esta tierra anhelando la patria celeste. Por Jesucristo, nuestro Señor. R. Amén.

Vie 30 Sep 2022

El publicano bajó a su casa justificado, y el fariseo no

TRIGÉSIMO DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO Jornada Mundial de las Misiones Octubre 23 de 2022 Primera Lectura: Sir 35, 12-14.16-19ª Salmo: Sal 34(33),2-3.17-18.19 y 23 (R. 7ab) Segunda Lectura: 2Tm 4, 6-8.16-18 Evangelio: Lc 18, 9-14. I. Orientaciones para la Predicación Introducción • La oración, además de confiada y constante, ha de ser humilde, comenzando por el reconocimiento de los propios pecados; esto enseña la parábola del fariseo y el publicano, y esté es el sentido del acto penitencial de la Misa. • La perseverancia de los humildes en la oración mueve a Dios. Si el afligido invoca al Señor, Él lo escucha. • Las últimas palabras de la segunda carta a Timoteo son como el testimonio espiritual de san Pablo; el apóstol ha mantenido la fe, y ésta le mantiene sereno y confiado ante la prueba definitiva de la muerte. 1. Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura? Dios no se deja comparar con jueces humanos, el mismo es justo juez que conoce lo profundo de la persona y escucha la oración del que esta oprimido y lo invoca con fe y sinceridad de corazón, por eso no acepta sobornos por medio de sacrificios hechos por el hombre, le gusta la oración de los humildes y sencillos que se presentan indefensos con la confianza de que el Señor es un juez justo e imparcial. Es un juez que no tiene preferencias por nadie por eso no se deja llevar por las apariencias externas, sino que mira lo profundo del corazón, de modo que hace justicia al pobre y al oprimido, a la viuda y al huérfano. Para el que no tiene protector es el defensor. El apóstol Pablo después de que se encontró con Cristo, comprendió que su misión era predicar el Evangelio a todas las gentes dando su vida por la causa del Reino, de modo que al final de su vida llegó a exclamar: “He combatido bien mi combate”. Este camino recorrido por el apóstol no fue nada fácil, porque implicó el sacrificio mediante la entrega y renuncia voluntaria para vivir el combate de la fe siguiendo el ejemplo de Nuestro Señor Jesucristo. El apóstol Pablo después de que se encontró con el resucitado, comprendió que su misión era predicar el Evangelio a todas las gentes dando su vida por la causa del Reino de modo que llegó hasta la meta. Todo esto fue posible por la ofrenda voluntaria que el apóstol hizo de su vida, todo esto empezó con la oración y la espiritualidad que acompañó la tarea evangelizadora del apóstol. El Evangelio nos enseña el valor de la oración sincera que descubre el corazón y la vida del creyente frente a Dios. La situación de dos personajes diversos en su práctica religiosa y en su actuar: por una parte, el fariseo, cumplidor estricto de la ley de Moisés y aparentemente justo a los ojos del pueblo y, por otra, el publicano, despreciado por el pueblo, pero sincero a los ojos de Dios. Ambos van al templo como lugar sagrado para el encuentro con Dios, pero la forma como estos dos personajes realizan la oración nos deja varias enseñanzas: • El lugar que ocupan: Mientras el fariseo se ubica en la parte de arriba para hacerse notar y llamar la atención con una actitud de arrogancia; el publicano se queda en la parte de atrás, en una actitud de humildad y sencillez casi desapercibida a los ojos del pueblo. • La postura: Mientras el fariseo está erguido con una actitud llena de orgullo y autosuficiencia, el publicano está inclinado y no se atreve a levantar los ojos al cielo, mostrando una actitud de pesadumbre y arrepentimiento. • La plegaria: El fariseo la realiza dando gracias y aparentemente alababa a Dios enorgulleciéndose por ser cumplidor de la ley; mientras que el publicano se golpea el pecho y ora en señal de arrepentimiento. La enseñanza de la parábola concluye diciendo que el publicano regresó a su casa justificado mientras que el fariseo no logró el efecto que buscaba con su oración porque se quedó en una actitud externa que no agradó a Dios por su falta de sinceridad. 2. Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y que me sugiere para decirle a la comunidad? La oración es una expresión de la relación profunda del hombre con Dios, ella debe ser consecuencia de las acciones del ser humano y a su vez debe mover al hombre para que proyecte su vida dando testimonio de su espiritualidad. La lectura del Eclesiástico nos habla de un Dios que obra como juez justo pues no se deja llevar por sacrificios vacíos que tratan de complacerlo externamente pero interiormente no llevan un compromiso sincero de vida. Por eso acepta la oración del que se dirige a él con un corazón lleno de humildad y arrepentimiento, es el caso de los pobres, los oprimidos por diversas causas, las viudas y los huérfanos, personas que no tienen quien los defienda. El apóstol Pablo nos ofrece un ejemplo de compromiso con el anuncio del Evangelio como consecuencia de una espiritualidad basada en oración sincera frente a Dios hasta el punto de sentirse movido a predicar el Evangelio combatiendo el buen combate de la fe, para ser testigo de Cristo en medio de los hermanos. Es un buen ejemplo de los efectos de una oración que precede y acompaña el actuar de un hombre que se dejó seducir por Cristo y como causa de su conversión se dedicó al Señor hasta el punto de donarse completamente superando las dificultades hasta llegar a la meta al final de su vida después de haber cumplido su misión con fidelidad y entrega. En este domingo mundial de las misiones, tenemos un buen ejemplo de lo que debe ser el anuncio del Evangelio, con una vida de oración, donación al Señor y entrega generosa en la misión recibida. El Evangelio nos invita a la revisión de vida en torno a nuestra relación con Dios por medio de la oración. El ejemplo del publicano nos mueve a una vida sincera frente a Dios con una piedad autentica y sin doblez, las actitudes de este hombre nos exhortan a la humildad, la sencillez y la espontaneidad de una oración que brota de lo profundo de un corazón que se acerca a Dios sin pretensiones, únicamente con el deseo de agradar al Señor. El testimonio del publicano nos muestra a un hombre que era despreciado por el pueblo, pero que delante de Dios obró con rectitud y transparencia, de tal modo que su culto fue agradable al Señor al punto de bajar justificado; mientras que la situación del fariseo nos enseña que la relación con Dios no puede ser por un culto externo y vacío que no toca la vida, porque cuando hay orgullo, soberbia, autosuficiencia y falta de sinceridad, la oración no llega a Dios porque es un medio para el alago personal y no para la alabanza dirigida al Señor. Recordamos aquí las palabras de Sahdona: “Este fariseo es un ejemplo de todo lo que entraña el orgullo de todos los que sirven a Dios con vanidad”. En fin, la Palabra de Dios en este domingo mundial de las misiones nos invita a servir al Señor con humildad y sencillez de corazón trabajando por el anuncio del Reino, tal como lo hizo san Pablo y tantos hombres y mujeres que dan su vida por el Evangelio. Esta es la razón por lo que nuestro culto debe convertirse en una ofrenda agradable y sincera mediante una oración sencilla y profunda que toque nuestra vida y nos impulse al compromiso con el anuncio del Evangelio, de modo que en nuestros entornos seamos discípulos y misioneros de Jesucristo y si las posibilidades nos lo permiten salir como Pablo a anunciar el Reino en todos los confines de la tierra, especialmente en territorios de misión donde se hace urgente la presencia de misioneros que entreguen su vida en el combate de la fe para llevar a la meta a muchos hombres y mujeres que se enamoren de Jesucristo. 3. Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo? Padre bueno, como el publicano reconocemos nuestro pecado y te pedimos que nos concedas un corazón humilde y sencillo. Que desterremos de nosotros las actitudes de arrogancia y prepotencia del fariseo para que nuestra oración sea un culto agradable en tu presencia. Que este domingo nos concienticemos de la necesidad de proyectar nuestra oración con una vida comprometida en el anuncio del Evangelio siendo discípulos y misioneros de Jesucristo. _______________________ Recomendaciones prácticas: • Jornada Mundial de las Misiones: se puede celebrar la Misa por la Evangelización de los pueblos (Misal Romano, pp. 934-936). Tiene lecturas propias, Verificar el Ordo. • Día de los capellanes castrenses. • Domingo del DOMUND. • Colecta en favor de las Misiones. • Mañana se celebra el Día del cambio climático. II. Moniciones y Oración Universal o de los Fieles Monición introductoria de la Misa Con la alegría de sentirnos pueblo de Dios que peregrina en la historia, nos reunimos en este domingo mundial de las misiones para recordar que por el bautismo tenemos la responsabilidad en el anuncio del Evangelio, para que Jesucristo sea amado y conocido en todos los pueblos de la tierra. Oremos por la evangelización de todos los pueblos y por los misioneros que se dedican a la construcción del reino de Dios. Participemos con fe y alegría de esta celebración. Monición a la Liturgia de la Palabra La Palabra de Dios que es “viva y eficaz” (Hb 4,12) nos invita a clamar al Señor en todo momento y circunstancia, abramos nuestro corazón al amor de Dios que nos visita y que su Palabra sea luz en nuestro diario vivir. Vivamos esta Jornada Mundial de las Misiones escuchando la Palabra y viviendo el Misterio Pascual de Cristo, activa, plena y conscientemente. Oración Universal o de los Fieles Presidente: Al Padre que nos envía como discípulos y misioneros de Jesucristo, elevemos nuestras plegarias, en este domingo mundial de las misiones diciendo: R. Padre santo, Escúchanos. 1. Por el Papa y todos los ministros consagrados para que con su testimonio sigan anunciando a Jesucristo. 2. Por los gobernantes, para que con su trabajo busquen la justicia y la unidad entre los ciudadanos. 3. Por las familias para que eduquen a sus hijos en la fe, la esperanza y se viva la caridad. 4. Por los misioneros para que con su palabra y el ejemplo de su vida sigan haciendo presente a Cristo entre todas las culturas. 5. Por los que no conocen a Cristo, para que reciban el mensaje del Evangelio. Oración conclusiva Escucha Padre bueno, las plegarias que te dirige la Iglesia en oración y concédenos ser testigos de tu Palabra en medio de todos los hombres. Por Jesucristo Nuestro Señor. R. Amén.

Vie 30 Sep 2022

Dios hará justicia a sus elegidos que claman ante Él

VIGÉSIMONOVENO DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO Octubre 16 de 2022 Primera Lectura: Éx 17, 8-13 Salmo: Sal 121(120), 1-2.3-4.5-6.7-8 (R. cf. 2) Segunda Lectura: 2Tm 3, 14 - 4,2 Evangelio: Lc 18, 1-8 I. Orientaciones para la Predicación Introducción • No puede ser más claro el objetivo de Jesús al proponer la parábola que escucharemos en este domingo: explicar a los discípulos que tienen que orar siempre y sin desanimarse. • Además de alcanzar la perseverancia en la oración, el cristiano está llamado a conocer profundamente la Sagrada Escritura como carta de navegación, instrumento indispensable para nuestra salvación, que nos puede ayudar en las diferentes circunstancias de la vida. • Dios nuestro Padre sí escucha la oración de sus hijos elegidos que le claman justicia día y noche. De hecho, el Señor nunca se despreocupa de nosotros: él no duerme, de él nos viene nuestro auxilio, no permite que resbale nuestro pie, nos guarda a su sombra. 1. Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura? Moisés aparece ejerciendo su función de mediador entre Dios y el pueblo. De la oración de Moisés depende la victoria sobre el enemigo: él debe pedir ayuda porque, si disminuye su intercesión, el enemigo prevalece. Dicha mediación va acompañada del gesto de levantar las manos y la situación, descrita de manera muy gráfica, llega a volverse tan pesada que Moisés debe ser sostenido por otros. Orígenes interpreta etimológicamente los nombres de Aarón y Jur para explicar que la oración de Moisés es sostenida por la palabra y la luz. Así Josué, cuyo nombre significa «Dios salva», pudo alcanzar la victoria. Continuando con las enseñanzas que le brinda Pablo a su discípulo Timoteo, la liturgia de hoy nos presenta la bella lección sobre el conocimiento de las Escrituras. El fundamento de esta doctrina es la custodia y la transmisión del depósito de la fe, es decir, de la tradición recibida de los apóstoles. En esa tradición debe permanecer todo evangelizador ya que no sólo la ha aprendido, sino que se le ha confiado, lo que implica una gran responsabilidad ante Dios. Por otra parte, esta perícopa es una proclamación del infinito valor de la Sagrada Escritura como inspirada por Dios, útil para iluminar, acompañar y animar cada paso que el ser humano da en la vida. En el Evangelio, Jesús se muestra consciente de la tentación del desanimo para orar que puede afectar a sus discípulos. Para que los discípulos sean constantes en el orar, ante todo cuentan con el testimonio de Cristo, el orante por antonomasia, presentado así por Lucas, en diferentes momentos cruciales de su ministerio. No obstante, el Señor no deja de respaldar su enseñanza testimonial con sus palabras de vida eterna, que en este caso se expresan en modo de parábola. Las imágenes que usa Jesús para dar su lección son bien sugerentes: Un juez que no respeta a nadie y una viuda pobre e indefensa, figura típica de los marginados e indigentes de este mundo; el juez malo termina escuchando y la mujer despreciada termina siendo tenida en cuenta. Así queda expresado el contraste entre dicho modo de actuar y el modo de proceder de Dios, quien, fiel a su misericordia, no puede dejar de atender la oración de sus hijos que pasan necesidad. Como conclusión, en sentido escatológico, Jesús da a entender que los cristianos deben perseverar en la fe hasta cuando él venga. Esa fe es la que espera encontrar cuando retorne. 2. Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y que me sugiere para decirle a la comunidad? Si la fe es relación con el Señor, la fe debe alimentarse del diálogo constante con él. La oración del cristiano es su fuerza vital y por eso hemos de convencernos que sin la oración no podemos vivir, según las palabras del Señor: «sin mí no pueden hacer nada» (Jn 15,5). Precisamente existe una comprobación que puede ayudarnos a medir si nuestra fe está viva o languidece: la oración. A lo largo de su obra literaria, el evangelista Lucas nos va colocando los diferentes aspectos de la oración en sus diferentes modalidades y características. Particularmente hoy el Señor nos anima a suplicar y a hacerlo siempre y esta idea va en consonancia con la conocida exhortación del mismo Jesús: «Pidan y se les dará» (Lc 11,9) que hemos escuchado en el pasado domingo 17º del tiempo ordinario. Por eso, a la luz del pasaje evangélico de hoy, podemos decir que la oración es ese grito que pide al Padre, día y noche, que haga justicia a sus elegidos, es decir, que intervenga en la historia para liberar del mal a sus hijos y para hacer que todos reconozcan a Jesús como Salvador. En ese orden de ideas, el Señor insiste en que nuestra oración sí es escuchada: ¿En qué consiste esta poderosa eficacia de la oración? Lo podemos meditar a partir de estas palabras del Papa Benedicto XVI: «La fe es la fuerza que, en silencio, sin hacer ruido, cambia el mundo y lo transforma en el reino de Dios, y la oración es expresión de la fe. Cuando la fe se colma de amor a Dios, reconocido como Padre bueno y justo, la oración se hace perseverante, insistente; se convierte en un gemido del espíritu, un grito del alma que penetra en el corazón de Dios. De este modo, la oración se convierte en la mayor fuerza de transformación del mundo» (Benedicto XVI, Homilía, 21 de octubre de 2007). 3. Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo? «Enséñanos a orar» fue la petición que los discípulos le hicieron a su Maestro y que dio pie para que el Señor nos entregara la oración de los hijos de Dios. Ahora hoy, guiados por el Evangelio, debemos reconocer que, en medio de nuestros cansancios, el Señor debe sostenernos para perseverar en nuestras plegarias. En este domingo supliquemos al Señor que mantenga encendido en nuestros corazones el deseo de buscarlo, de entrar en diálogo con Él; que Él también nos ayude para alejar los miedos y las barreras que no nos dejan elevar una oración profunda, una oración que realmente brote de nuestro corazón, que no tenga reparo incluso de clamar con gritos y lágrimas que salen de lo profundo de nuestras tristezas y fatigas. Y para que nuestra oración sea petición y también contemplación nos pueden ayudar las palabras de este autor espiritual, Agustín Guillerand: «Sí, la oración es como un cara a cara. El alma y Dios están en el mismo plano. Ocupan la misma estancia secreta… Dios es amor. Ama y desea ser amado… Dios es Padre, Dios es amigo, Dios es juez… un juez siempre justo, al que siempre conmueven nuestras súplicas y que es solícito para responder a ellas. Quiere que le insistamos, impone estas llamadas, reclama estas peticiones, para estar seguro de nuestro amor…». _____________________ Recomendaciones prácticas: • Destacar el sentido de la oración universal o de los fieles como oración litúrgica de la Iglesia para clamar al Señor e interceder por la humanidad. • Día Mundial de la alimentación. II. Moniciones y Oración Universal o de los Fieles Monición introductoria de la Misa Hermanos y hermanas: En el mes de octubre renovamos nuestro ardor misionero pues, si somos bautizados, somos enviados. Oremos por la misión de la Iglesia y acojamos la invitación del Evangelio de hoy a «orar siempre y sin desfallecer». Que nuestra vida cristiana se sepa alimentar por la oración; que no tengamos miedo de pedir y que confiemos en que nuestro Dios siempre nos escucha. Monición a la Liturgia de la Palabra Jesucristo ha sido enviado para que nosotros aprendamos a entrar en relación con Dios, nuestro Padre. Dejemos que el Maestro nos ilumine con su enseñanza para que perseveremos en la oración y conozcamos a profundidad las Escrituras. Oración Universal o de los Fieles Presidente: Animados por Jesús, el Maestro, que nos impulsa para orar con perseverancia, presentemos estas plegarias por el mundo entero, en el contexto de este mes misionero extraordinario. Unámonos diciendo: R. Escucha, Señor, nuestra oración. 1. Oremos por la Iglesia Universal. Pidamos al Padre que ha enviado a su Hijo Jesucristo para que también envíe a todos los bautizados y se conviertan en misioneros y evangelizadores. 2. Oremos por los gobernantes. Pidamos al Padre que suscite autoridades capaces de trabajar sin cansancio por el verdadero progreso de los pueblos. 3. Oremos por los que sufren. Pidamos al Padre para que escuche los clamores de los más necesitados y ellos se sientan confortados y consolados por el amor divino. 4. Oremos por esta asamblea litúrgica. Pidamos al Padre que nos dé fuerza para orar sin desanimarnos y para compartir nuestra fe en la misión. Oración conclusiva Padre Santo, que en el bautismo nos has convertido en misioneros, recibe las oraciones que te presentamos por todo el género humano guárdanos de todo mal y haznos perseverar en la plegaria. Por Jesucristo, nuestro Señor. R. Amén

Vie 30 Sep 2022

¿No ha habido quien volviera a dar gloria a Dios más que este extranjero?

VIGÉSIMOCTAVO DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO Octubre 9 de 2022 Primera Lectura: 2R 5, 14-17 Salmo: Sal 98(97), 1.2-3ab.3cd-4 Segunda Lectura: 2Tm 2, 8-13 Evangelio: Lc 17, 11-19 I. Orientaciones para la Predicación Introducción • Cristo, el Señor, quien le da sentido a nuestra celebración dominical, escucha los gritos de todo aquel que le pide compasión, ya que su misión es revelar que Dios es misericordia. • Al contemplar la victoria de nuestro Dios, nuestra reacción debe ser la de entonar el cántico nuevo porque el Señor hace maravillas. Por eso la oración litúrgica de la Iglesia es, ante todo, oración agradecida y por eso el corazón de la liturgia es el sacramento de la Eucaristía (que significa «acción de gracias»). • Habiendo pasado por las aguas bautismales, los cristianos hemos sido purificados. La limpieza de la que nos habla hoy el Evangelio evoca el sacramento del nacimiento en el agua y en el Espíritu. 1. Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura? Es conocido el prodigio realizado de la curación de Naamán, el jefe del ejército de Aram, quien, siendo enemigo de Israel, se deja guiar por una esclava hebrea para ser llevado ante el profeta Eliseo, con el anhelo de ser curado de su lepra. Es conocida su fuerte reacción ante la simpleza de entrar en el río Jordán para obtener la curación. La perícopa de este domingo se concentra en el momento preciso en el que Naamán se bañó siete veces, describiendo incluso como llegó a quedar su piel. Claro está que todo el relato desemboca en la confesión de fe de Naamán: El orgulloso adversario del ejército enemigo se ve obligado a reconocer que hay un único Dios y es el de Eliseo. Los Padres de la Iglesia han interpretado este pasaje como figura de nuestro bautismo que restituye al hombre la plena integridad después de la devastación producida por el pecado. Recordar a Jesucristo resucitado es la invitación que Pablo le hace a Timoteo. Hacer memoria de que Jesús es el Hijo de David significa recordar que Dios es fiel a su Alianza y que está ligado a la historia del Pueblo de Dios. Pablo manifiesta que no le importa sufrir por el Resucitado, al mismo tiempo que soporta la cárcel y las cadenas por los “elegidos”, por los cristianos que han nacido a la fe gracias a su evangelización. En definitiva, la gran seguridad de los cristianos es que llegarán a la vida prometida, si saben unirse a la muerte de Cristo. La vida cristiana debe estar tan unida al Señor que se puede sintetizar en morir y sufrir con Él para vivir y reinar con Él. En el camino de Jesús a Jerusalén diez leprosos le salen al encuentro. Las palabras de petición son típicas del israelita humilde en medio de su fragilidad: «Ten compasión de nosotros». Aunque gritan desde lejos, por la distancia que la ley ordenaba, esto no es impedimento para que Jesús pronuncie las palabras que abren la posibilidad de la curación. El hecho de ordenar a los leprosos que vayan donde el sacerdote es una exigencia de la ley para comprobar que efectivamente están sanos y poder realizar los ritos de purificación que permitirán su reingreso a la comunidad. Efectivamente la curación se realiza, pero uno solo es quien agradece, el samaritano, y lo hace a viva voz, con gritos que nacen del alma. Regresar a dar gracias significa trascender el cumplimiento de la ley para que tengan primacía las actitudes que brotan sinceramente del corazón, más concretamente la gratitud espiritual que reconoce que el poderoso ha hecho obras grandes. 2. Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y que me sugiere para decirle a la comunidad? En el corazón de la oración de la Iglesia está la acción de gracias, cuyo punto más alto es la Eucaristía. Precisamente Jesús, en la Última Cena, dio gracias sobre el pan y el vino, en clara sintonía con la plegaría judía que bendice al Señor por todas sus maravillas. En ese sentido se expresa el Catecismo de la Iglesia Católica cuando afirma: «La acción de gracias caracteriza la oración de la Iglesia que, al celebrar la Eucaristía, manifiesta y se convierte cada vez más en lo que ella es. En efecto, en la obra de salvación, Cristo libera a la creación del pecado y de la muerte para consagrarla de nuevo y devolverla al Padre, para su gloria. La acción de gracias de los miembros del Cuerpo participa de la de su Cabeza» (CCE 2637). Con estas palabras llegamos a comprender que cada vez que la Iglesia celebra la Eucaristía, su misma existencia se ofrece a Dios y se transforma en alabanza que se eleva al mismo Dios para que Él la mire con agrado y alegría. Así se supera aquella tentación que tiene el ser humano de pensar que se basta a sí mismo y que le impide reconocer que a Dios le debemos todo. La obra de la salvación realizada por nuestro Dios Uno y Trino es la gran motivación de nuestra gratitud. No obstante, en cada Eucaristía, en la parte del prefacio, se expresan diferentes motivos para agradecer, según la festividad que se esté celebrando. El prefacio dominical X expresa la gratitud de una comunidad eclesial que ha sido convocada por el Señor en el día de fiesta por excelencia, día de la celebración del memorial del Señor resucitado y, por ende, día de los cristianos agradecidos, personas convencidas de que, a pesar de las sombras que oscurecen nuestra realidad, Dios reina y se imponen sus obras admirables, las maravillas que hacen que nuestra existencia sea digna de ser vivida a plenitud. 3. Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo? Podemos valernos de las palabras del prefacio común IV para decirle al Señor: «Tú inspiras y haces tuya nuestra acción de gracias para que nos sirva de salvación». De hecho, también es iluminador el título del mismo prefacio: «Nuestra misma acción de gracias es un don de Dios». Cuando el Señor obra maravillas en medio de su pueblo, Él mismo lo está inspirando para que eleve su oración agradecida. Por eso le suplicamos que nos envíe su Espíritu: Él es quien nos hace exclamar: ¡Abbá, Padre! y Él mismo prepara los corazones para que la asamblea proclame las alabanzas del Señor en la acción litúrgica. Que el Espíritu de Dios haga brotar en nuestros corazones la gratitud que estamos llamados a expresar primero en la oración litúrgica y que debe extenderse a todas las circunstancias de la vida, ya que todos los días encontraremos razones para ser agradecidos con el Señor. _______________________ Recomendaciones prácticas: • El 12 de octubre: Día de la Raza. Este día se puede elegir la Misa por la Evangelización de los pueblos. II. Moniciones y Oración Universal o de los Fieles Monición introductoria de la Misa Cada domingo celebramos que Cristo Resucitado recorre nuestros caminos para que lo podamos encontrar. Pidámosle que tenga compasión de nosotros y, al mismo tiempo, vivamos esta Eucaristía como lo que es, verdadera, acción de gracias. Seguimos conmemorando en nuestra Iglesia este mes misionero. Que el Espíritu Santo nos infunda pasión por la misión. Celebremos con fe y alegría. Monición a la Liturgia de la Palabra La Palabra de Cristo es portadora de nueva vida y de salvación. Como los leprosos del Evangelio, salgamos el encuentro de Cristo para que su palabra nos transforme, nos purifique y nos motive para que elevemos nuestra acción de gracias por sus maravillas. Oración Universal o de los Fieles Presidente: En este mes misionero, oremos al Señor nuestro Dios, rico en misericordia para todos los que le invocan, y presentemos nuestras peticiones con espíritu agradecido diciendo: R. Señor, ten compasión de nosotros. 1. Por nuestro Santo Padre, el Papa Francisco: para que Dios le dé su Espíritu de sabiduría y así pueda fortalecer a la Iglesia en el amor y en la unidad, roguemos al Señor. 2. Por la actividad misionera de la Iglesia para que se renueve constantemente la pasión por la evangelización, roguemos al Señor. 3. Por los gobernantes de las naciones para que escuchen el clamor de un pueblo que siempre requiere de ayuda para avanzar hacia un progreso real y verdaderamente humano, roguemos al Señor. 4. Por los pobres de este mundo, los que sufren, los que lloran, los perseguidos, los que padecen soledad y abandono: para que en el fondo de su corazón puedan escuchar «dichosos ustedes» y confíen en Dios, roguemos al Señor. 5. Por nosotros, aquí reunidos, para que sepamos volver al Señor agradecidos al descubrir las bendiciones que nos otorga, roguemos al Señor. Oración conclusiva Señor Jesucristo, misionero del Padre, te damos gracias por tu salvación; concédenos lo que tú bien sabes que necesitamos. Que vives y reinas por los siglos de los siglos. R. Amén.

Vie 30 Sep 2022

Voz del Pastor | 02 de octubre de 2022

Reflexión de monseñor Luis José Rueda Aparicio, Arzobispo de Bogotá y primado de Colombia Lectura del Santo Evangelio segúnSan Lucas 17,5-10

Lun 26 Sep 2022

Concluye encuentro de delegados diocesanos y profesores de Liturgia de la Región Nororiental

En torno al tema «Liturgia de la Palabra y Liturgia de la Eucaristía» se llevó a cabo el encuentro Nororiental de Liturgia con sede en la Arquidiócesis de Bucaramanga del martes 20 al jueves 22 de septiembre de 2022; participaron representantes de cada una de las jurisdicciones Eclesiásticas de esta región del país. En la Casa de Retiros de Les Foyers de Charité (San Pablo, vía Piedecuesta) se dieron cita los participantes, con el objetivo de llevar a cabo la propuesta del Departamento Nacional de Liturgia para generar un espacio de celebración, formación y encuentro, muy a propósito del ambiente de sinodalidad que vive actualmente la Iglesia; y también para dar continuidad a la temática del Encuentro Nacional de Liturgia, que en este año trató sobre «La Asamblea que celebra: Mesa de la Palabra y Mesa de la Eucaristía». Sin duda esta fue una ocasión propicia para el fomento de la sagrada liturgia en estos territorios. Como ponentes del encuentro estuvieron presentes: el P. Jairo de Jesús Ramírez Ramírez, director del Departamento de Liturgia del Secretariado Permanente del Episcopado Colombiano (SPEC); el P. Juan David Muriel Mejía, Doctor, de la Arquidiócesis de Medellín; el P. Juan Carlos Lémus Torres, de la Diócesis de Cúcuta; y el. P. Edwin Armando Serrano Espinosa, delegado de la Arquidiócesis de Bucaramanga. Fueron abundantes las experiencias vividas, iniciando por la oportunidad del encuentro, la escucha y el discernimiento, a partir de la Palabra de Dios y de la comunidad; también fue enriquecedora la integración con grupos representativos de los apostolados litúrgicos de algunas comunidades que se visitaron; y el crear vínculos entre los asistentes por conocer o reencontrarse con hermanos conocidos. Además, las ponencias fueron un espacio inicial para favorecer el diálogo, manifestar inquietudes, establecer urgencias y exponer puntos de vista. Hubo también lugar para expresar la alegría propia con cantos y trovas, para compartir la mesa con comidas de la región; pero, sobre todo, para congregarse en oración y experimentar la compañía del Señor que aseguró su presencia donde hay dos o más reunidos en su Nombre. ¡Que esta gracia se extienda por nuestros territorios con abundante fruto para la vida celebrativa cristiana!.

Vie 23 Sep 2022

Voz del Pastor | 25 de septiembre de 2022

Reflexión de monseñor Luis José Rueda Aparicio, Arzobispo de Bogotá y primado de Colombia Lectura del Santo Evangelio segúnSan Lucas 16,19-31

Mié 21 Sep 2022

¡Si tuvieran fe!

VIGÉSIMOSÉPTIMO DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO Octubre 2 de 2022 Primera Lectura: Ha 1, 2-3; 2,2-4 Salmo: Sal 95(94), 1-2.6-7ab.7c-9 Segunda Lectura: 2Tm 1, 6-8.13-14 Evangelio: Lc 17, 5-10 I. Orientaciones para la Predicación 1. Introducción En este domingo XXVII del tiempo durante el año, la Palabra de Dios nos conduce por el sendero de la esperanza y de la fe: • En medio de la angustia, siempre la fe tiene un motivo de vida. • El camino del testimonio exige velar. • La mejor súplica siempre será: Auméntanos la fe. 2. Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura? La profecía de Habacuc, escrita muy seguramente cerca del año 622 A.C., es una llamada a mantener la fe en Dios a pesar de las dificultades y en el texto de este domingo, termina el profeta haciéndose la misma pregunta de los hombres de todos los tiempos: ¿Por qué sufren los justos y prosperan los malvados? Este texto es una invitación a no desesperar y tener fe, ya que el justo por su fe vivirá. El salmo 95(94) es el canto que anima el camino de los peregrinos que van a Jerusalén. Leído este domingo es una respuesta a la lectura de Habacuc e invita a no endurecer el corazón y no desfallecer en la alabanza. La segunda lectura aborda el comienzo de la segunda carta a Timoteo y en su mensaje pastoral invita a no avergonzarse de la fe, a velar y sobre todo a luchar contra una gran tentación presente en el camino de la fe: la cobardía. En el Evangelio de Lucas se presenta una palabra que debe ser leída en consonancia con la palabra de Habacuc que presentó la fe como respuesta a la incertidumbre. Podemos decir que el texto de este domingo se compone de dos partes definidas: Una sobre el poder de la fe (vv.5-6) y otra sobre el actuar sabiéndonos siervos (vv.7-10). La fe de la que se habla aquí es una fe que se presenta como la confianza absoluta en el poder de Dios. La parábola del siervo o la instrucción sobre el actuar como siervos establece nuevamente un parámetro para los que viven como ciudadanos del Reino de Dios: el servicio no genera privilegios en la comunidad. La actuación del creyente, de la persona de fe en medio de la comunidad se convierte en un espacio de donación y en una manera de saber dar a Dios lo que es de Dios, por eso reclama la sensatez de la humildad. 3. Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y que me sugiere para decirle a la comunidad? La fe sigue siendo el depósito que debemos cuidar, pero no como algo que se corroe y desgasta sino como el tesoro que hace que nuestra vida siempre se acerque más y más a Jesucristo. La comunidad cristiana ve en este domingo un mensaje que toca su vida: En el contexto de este domingo, la fe se convierte en motivo de vida (1a. lectura) y en un llamado permanente de renovación por la escucha de la Palabra de Dios (salmo) pero que exige un testimonio de vida (2a. lectura). que conduce al servicio (Evangelio). El Papa Francisco en el jueves santo en la Misa de la Cena del Señor de este 2022 expresaba: “Es importante hacer todo sin interés: uno sirve al otro, uno es hermano del otro, uno hace crecer al otro, uno corrige al otro, y así las cosas deben avanzar. Para servir.” El servicio es consecuencia de la fe y se vuelve en motor para que la comunidad también sirva. Creemos para servir. 4. Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo? Hoy, el prefacio de la Plegaria DC4 nos hace resonar en el corazón lo que tiene que ser contemplar a Cristo en nuestra asamblea: En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación, darte gracias siempre y en todo lugar, Padre misericordioso y Dios fiel. Porque nos diste como Señor y redentor nuestro a tu Hijo Jesucristo. Él siempre se mostró misericordioso para con los pequeños y los pobres, para con los enfermos y los pecadores, y se hizo cercano a los oprimidos y afligidos. Él anunció al mundo, con palabras y obras, que tú eres Padre y que cuidas de todos tus hijos. Una manera concreta de contemplar es dejar que resuene en la asamblea una frase: “Si tuvieran fe”. _______________________ Recomendaciones prácticas: • Memoria del Beato Jesús Emilio Jaramillo: preparara una cartelera y unos mensajes alusivos al significado del martirio como donación. • Concluye la semana Bíblica. • Inicia el mes de las misiones; mes del Santo Rosario. II. Moniciones y Oración Universal o de los Fieles Monición introductoria de la Misa Al comienzo del mes de octubre, donde la misión de la Iglesia nos convoca en torno a la misión evangelizadora, la Eucaristía dominical nos fortalece y nos llena de entusiasmo para seguir en el camino de la fe con los hombres y mujeres de nuestro tiempo. Dejemos que el encuentro con los hermanos y la fuerza de este sacramento nos hagan fuertes para ser testigos en el mundo del amor de Dios. Monición a la Liturgia de la Palabra Ojalá escuchen hoy la voz del Señor. Hoy se nos hace la invitación para que podamos abrir el oído y dejarnos alimentar por esta Palabra que se va a proclamar y que nos mostrará la necesidad de la fe que se traduce en servicio. Escuchemos con atención. Oración Universal o de los Fieles Presidente: Porque no hemos recibido un espíritu de cobardía sino de fortaleza, de amor y de templanza, presentemos al Señor nuestra oración. R/. Auméntanos la fe, Señor. 1. Padre santo, reaviva el don de la vocación en todos los ministros ordenados y en los consagrados, para que el anuncio de la fe sea firme y veraz. Roguemos al Señor. 2. Dios de la misericordia, fortalece el don de la fe en todos los gobernantes y en todas las autoridades, para que puedan llevar a cabo los proyectos en bien de la comunidad con honestidad y transparencia. Roguemos al Señor. 3. Dios que siempre regalas palabras de fe y amor, fortalece a los que sufren, regala el don de la paz y aumenta la fe de quienes han perdido la fuerza para seguir en el camino. Roguemos al Señor. 4. Aumenta, Señor, nuestra fe para que podamos perseverar en el camino de discípulos y cumplir fielmente tu voluntad. Roguemos al Señor. Presidente: Nosotros, siervos inútiles que hemos hecho lo que teníamos que hacer, te presentamos estas súplicas e imploramos tu favor en beneficio de todos los hombres. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén