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Liturgia

Mar 8 Nov 2022

Llegó nueva edición del Boletín NOTAS DE ACTUALIDAD LITÚRGICA

El Departamento de Liturgia, del Secretariado Permanente del Episcopado Colombiano (SPEC), publicó este martes 8 de noviembre la edición No. 82 del Boletín NOTAS DE ACTUALIDAD LITÚRGICA. En esta ocasión el boletín ofrece, entre otros temas, cuatro artículos fruto del Encuentro Nacional de Liturgia, celebrado en Bogotá entre 24 al 26 de mayo de 2022 y, otro, sobre los antecedentes de la Carta Apostólica Desiderio Desideravi. En la presentación del documento, el padre Jairo de Jesús Ramírez Ramírez, director del Departamento de Liturgia, expresó que “el Boletín es un instrumento de formación para la liturgia, destinado a todos los fieles y, ante todo a los pastores del pueblo de Dios que tienen la tarea de conducir a los fieles bautizados a la repetida experiencia de la pascua”. Citando al Papa Francisco, agregó, que para cumplir su oficio, “los ministros que presiden la asamblea deben conocer el camino, tanto por haberlo estudiado en el mapa de la ciencia teológica, como por haberlo frecuentado en la práctica de una experiencia de fe viva, alimentada por la oración, ciertamente no solo como un compromiso que cumplir” (Cfr. Desiderio Desideravi, n. 36). Finalmente, el directivo invitó a socializar este material con los sacerdotes, religiosos, religiosas y agentes de pastoral litúrgica de las jurisdicciones eclesiásticas. DESCARGAR BOLETÍN No. 82 AQUÍ LEER ANTERIORES BOLETINES: Lea también: Boletín "Notas de ACTUALIDAD LITÚRGICA" No. 71 Lea también: Boletín "Notas de ACTUALIDAD LITÚRGICA" No. 72 Lea también: Boletín "Notas de ACTUALIDAD LITÚRGICA" No. 73 Lea también: Boletín "Notas de ACTUALIDAD LITÚRGICA" No. 74 Lea también Boletín "Notas de ACTUALIDAD LITÚRGICA No. 75 Lea también: Boletín "Notas de ACTUALIDAD LITÚRGICA" No. 76 Lea también: Boletín "Notas de ACTUALIDAD LITÚRGICA" No. 77 Lea también: Boletín "Notas de ACTUALIDAD LITÚRGICA" No. 78 Lea también: Boletín "Notas de ACTUALIDAD LITÚRGICA" No. 79 Lea también: Boletín "Notas de ACTUALIDAD LITÚRGICA" No. 80 Lea también Boletín "Notas de ACTUALIDAD LITÚRGICA" No. 81

Vie 4 Nov 2022

Voz del Pastor | 06 de noviembre de 2022

Reflexión de monseñor Luis José Rueda Aparicio, Arzobispo de Bogotá y primado de Colombia Lectura del Santo Evangelio segúnSan Lucas 20,27-38

Vie 4 Nov 2022

Estén alegres y contentos, porque su recompensa será grande en el cielo

TODOS LOS SANTOS Noviembre 1° de 2022 Primera Lectura: Ap 7, 2-4.9-14 Salmo: Sal 24(23),1-2.3-4ab.5-6 (R. cf. 6) Segunda Lectura: 1Jn 3, 1-3 Evangelio: Mt 5, 1-12ª I. Orientaciones para la Predicación Introducción Caminando de cara a Dios en el ejercicio de la fe, la esperanza y el amor, participa el hombre de la vida de Dios. No sólo participaremos en él, sino que seremos semejantes a él. Esta esperanza transformadora debe animar nuestros pasos por la gran tribulación. Aquellos que fueron los amigos de Dios entonan su canto después de haber participado de la sangre del Cordero. Eso significan también las bienaventuranzas. La victoria de la Cruz, la dicha de un sufrimiento transformador. 1. Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura? En las visiones del Apocalipsis aparece hoy una muy dinámica: el panorama de una gran asamblea, "una muchedumbre inmensa de toda nación, raza y lengua", los bienaventurados, que están en el cielo "de pie delante del trono (de Dios Padre) y del Cordero (Cristo) vestidos con vestiduras blancas y con palmas en sus manos", y cantan con voz potente las alabanzas de Dios. El número 144.000 es evidentemente simbólico, el resultado de esta multiplicación: 12 por 12 por 1000, la plenitud de las doce tribus de Israel. Además de ese número, se habla de una multitud innumerable. Esta multitud de creyentes que ya participan de la salvación tienen una historia: "son los que vienen de la gran tribulación". En el cielo se unen a los ángeles, los "ancianos", los "cuatro vivientes" y todos adoran a Dios y le entonan himnos de alabanza. El salmo se fija en los que ya gozan de la victoria, pero señalando cuál ha sido su camino para llegar a esta alegría: "estos son los que buscan al Señor". Porque "quién puede subir al monte del Señor... el hombre de manos inocentes y puro corazón". La idea que más veces repiten las cartas de Juan, que somos hijos de Dios y objetos de su amor de Padre, se une hoy a la de nuestro destino en la salvación definitiva. La realidad de ahora ya es gozosa, pero todavía tiene que llegar lo mejor: "ahora somos hijos de Dios y aún no se ha manifestado lo que seremos". Cuando llegue el final, "cuando se manifieste", "seremos semejantes a él, porque le veremos tal cual es". El evangelio elegido para esta fiesta es el de las bienaventuranzas, porque se consideran el mejor camino para llegar a esa felicidad definitiva del cielo, el camino que han seguido los Santos de todos los tiempos. Dando inicio al sermón de la montaña, Jesús proclama unas sorprendentes bienaventuranzas: llama felices a los pobres, a los que sufren, los que lloran, los que tienen hambre y sed de justicia, los misericordiosos, los limpios de corazón, los que trabajan por la paz, los que son perseguidos por su fe. En realidad, hay una novena bienaventuranza, esta vez en segunda persona: "dichosos ustedes cuando los insulten y los persigan...", mientras que las ocho anteriores están en tercera: "dichosos los pobres porque de ellos es el Reino de los Cielos". 2. Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y que me sugiere para decirle a la comunidad? Es una fiesta que nos transmite alegría y optimismo. No es nada extraño que haya calado muy hondo en la sensibilidad del pueblo de Dios, junto con el recuerdo de los difuntos el día siguiente. ¡Qué hermoso es el canto de "introito" clásico en este día, el "Gaudeamus": "alegrémonos todos en el Señor, al celebrar este día de fiesta en honor de todos los Santos". Las innumerables personas que ya gozan de la plenitud de vida en el cielo son nuestros hermanos. De la mayoría no conocemos los nombres. Algunos, pocos en comparación con la muchedumbre de los bienaventurados, han sido canonizados o beatificados, reconocidos por la Iglesia en su "Martirologio" y propuestos como modelos de vida cristiana. De ellos, a algunos, también muy pocos en comparación con los varios miles del Martirologio, se les rinde culto oficial en la Iglesia universal o en las particulares: son los que aparecen en el Calendario litúrgico. Hoy celebramos a todos, no sólo a los que constan en las listas oficiales, sino a los que están en la lista de Dios, que son muchísimos más. Nuestra contabilidad no tiene ni punto de comparación con la de Dios. El prefacio de hoy afirma que son "nuestros hermanos", "los mejores hijos de la Iglesia" y que "en ellos encontramos ejemplo y ayuda para nuestra debilidad". Son personas que han tenido los mismos oficios y las mismas dificultades y tentaciones que nosotros, que han seguido a Cristo, viviendo su evangelio» y ahora gozan de la plenitud de la vida en Dios. Entre ellos, están la Virgen María y los Santos más importantes y conocidos, los patronos de las diócesis o de la ciudad o de la parroquia, los fundadores de comunidades religiosas, los que aparecen en los vitrales o en los varios laterales de nuestras iglesias. Otros, la mayoría, nos son desconocidos, pero han tenido el mérito de una fe sufrida y humilde, y ahora gozan de Dios. Entre ellos seguramente, familiares y conocidos nuestros. 3. Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo? Hoy damos gracias a Dios porque los Santos son un regalo del Espíritu. En un mundo en que no abundan ni las noticias positivas ni los modelos de vida coherente, vale la pena subrayar lo que representan los Santos: un regalo de Dios a la humanidad y el mejor don del Espíritu a su Iglesia. Es bueno que hayan aparecido y sigan apareciendo carismas, instituciones y movimientos: pero sobre todo podemos alegrarnos de que el Espíritu Santo nos regale personas santas, que son la mejor gloria de la familia cristiana y hasta de la humanidad. Hayan sido o no importantes, hayan dejado o no grandes obras escritas o fundado familias religiosas, o hayan vivido sencillamente, desconocidas de todos menos de Dios, dando un ejemplo de entereza y generosidad. Estas personas son las que nos devuelven la fe en el género humano. Muchos van obteniendo premios y medallas por sus éxitos deportivos o artísticos o culturales. Es muy bueno que así́ sea, porque vale la pena premiar a los que enriquecen de alguna manera a la humanidad. Pero hoy podríamos pensar que los que merecen más premios y homenajes son estas personas, famosas o desconocidas, que han cumplido su carrera recibiendo los aplausos de Dios y ennobleciendo a la humanidad entera. El que la Iglesia realice beatificaciones y canonizaciones, tiene la finalidad: que puedan alegrarse todos, en la Iglesia universal o en las Iglesias locales, de que el Espíritu sigue enriqueciendo a su comunidad con el don de la santidad, y así́ pueden mirarlos como a modelos e intercesores más cercanos. Así lo decía el Papa Francisco celebrando la Solemnidad de Todos los Santos el 1 de noviembre de 2019: “La santidad, además de un don, es también una llamada, es una vocación común de todos nosotros cristianos, de los discípulos de Cristo; es el camino de plenitud que todo cristiano está llamado a recorrer en la fe, procediendo hacia la meta final: la comunión definitiva con Dios en la vida eterna. La santidad se convierte así en respuesta al don de Dios, porque se manifiesta como una asunción de responsabilidad. Desde este punto de vista, es importante asumir un compromiso cotidiano de santificación en las condiciones, en los deberes y en las circunstancias de nuestra vida, tratando de vivir cada cosa con amor, con caridad”. _______________________ Recomendaciones prácticas • Hoy es un día propicio para promover entre los fieles la proclamación de las Letanías de los Santos. • Comienza el mes de los Fieles Difuntos. • Incentivar la oración por los Fieles Difuntos a lo largo del mes. II. Moniciones y Oración Universal o de los Fieles Monición introductoria de la Misa Sean todos bienvenidos a esta Celebración. En este día la Iglesia Universal celebra, la solemnidad de Todos los Santos, demos gracias a Dios por el testimonio de tantos hermanos nuestros en la fe que durante su vida lucharon por vivir el Evangelio, acogiéndonos a su intercesión, para poder ser, también nosotros, fieles a las enseñanzas de nuestro Señor. Celebremos con fe y alegría esta Eucaristía. Monición a la Liturgia de la Palabra En el centro de la liturgia de hoy están sobre todo los grandes temas de la Comunión de los Santos, del destino universal de la salvación, de la fuente de toda santidad que es Dios mismo, de la esperanza cierta en la futura e indestructible unión con el Señor, de la relación existente entre salvación y sufrimiento y de una bienaventuranza que ya desde ahora caracteriza a aquellos que se encuentran en las condiciones descritas por Jesús. Escuchemos con atención la Palabra de Dios. Oración Universal o de los Fieles Presidente: Oremos a Dios Padre, creador del universo, para que en comunión con todos los santos del cielo alcancemos bendiciones en esta tierra. Digamos confiados: R. Te rogamos, óyenos. 1. Por la Iglesia santa de Dios, para que siempre se conserve unida en la oración y así sea luz para todo el mundo. Roguemos al Señor. 2. Por los gobernantes de todos los pueblos, para que fomenten siempre la dignidad humana con proyectos de justicia y de paz. Roguemos al Señor. 3. Por todos los enfermos de nuestra comunidad y por todos los que sufren, para que la oración que hacemos en la comunión de los santos los llene de consuelo, de esperanza y de salud. Roguemos al Señor. 4. Por nuestros hermanos difuntos, que han vivido según las enseñanzas de Cristo, para que el Señor les otorgue la plenitud de la vida y puedan gozar de su presencia en la patria celestial. Roguemos al Señor. 5. Por nosotros para que aceptando el proyecto de las bienaventuranzas que Jesús nos propone podamos alcanzar la patria celeste y la participación plena en la comunión de los santos. Roguemos al Señor. Oración conclusiva Padre de todo lo creado, escucha estas súplicas que tu Iglesia, que peregrina en esta tierra anhelando la patria celeste. Por Jesucristo, nuestro Señor. R. Amén.

Vie 28 Oct 2022

Voz del Pastor | 30 de octubre de 2022

Reflexión de monseñor Luis José Rueda Aparicio, Arzobispo de Bogotá y primado de Colombia Lectura del Santo Evangelio segúnSan Lucas 19,1-10

Jue 27 Oct 2022

El Hijo del hombre ha venido a buscar y a salvar lo que estaba perdido

TRIGÉSIMOPRIMER DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO Octubre 30 de 2022 Primera Lectura: Sb 11,22 - 12,2 Salmo: Sal 145(144), 1-2.8-9.10-11.13cd-14 (R. cf. Sab 11,23) Segunda Lectura: 2Ts 1, 11 - 2,2 Evangelio: Lc 19, 1-10. I. Orientaciones para la Predicación Introducción Vamos terminando el año litúrgico y el tono de las lecturas va tomando una perspectiva escatológica. Hoy podemos registrar tres temas fundamentales en las lecturas de este domingo: El Evangelio, con la escena de Zaqueo, y la página sapiencial del Antiguo Testamento nos hablan del perdón de Dios. El salmo, nos anima a todos, que somos pecadores y necesitamos de esta misericordia de Dios, a confiar en él. Y el último tema lo contiene la segunda lectura: Mantenerse firmes y dignos de su vocación en el camino de la fe. 1. Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura? • Este momento es un ejercicio de búsqueda del sentido, o mejor dicho, de los sentidos que tiene un texto bíblico. Abordemos cada uno de los textos de este domingo resaltando algunos detalles. • El libro de la Sabiduría, uno de los últimos del AT, nos ofrece una reflexión sobre la grandeza de Dios: "el mundo entero es ante ti como un gramo en la balanza" (11,22). Y a la vez su misericordia: "te compadeces de todos porque todo lo puedes... y no aborreces nada de lo que hiciste" (11,23.24). • Su autor resalta que Dios perdona: "a todos perdonas, porque son tuyos, Señor, amigo de la vida" (11,26). A los que hace falta corregirles, lo hace con tolerancia y amor: "corriges poco a poco a los que caen; a los que pecan les recuerdas su pecado, para que se conviertan y crean en ti" (12,2). • El salmo responsorial 145 (144) es una gozosa alabanza al Señor como soberano amoroso y tierno, preocupado por todas las criaturas: "el Señor es clemente y misericordioso, lento a la cólera y rico en piedad... el Señor sostiene a los que van a caer, endereza a los que ya se doblan". • Tesalónica es una ciudad de Grecia, y san Pablo escribe dos cartas a su comunidad cristiana. La segunda, que es la que leeremos durante tres domingos, está llena de recomendaciones para que los de Tesalónica se mantengan firmes y dignos de su vocación en el camino de la fe. • En la segunda lectura el apóstol Pablo nombra la última venida de Cristo y nuestro encuentro con él. Pero a la vez dice que no es inminente, y que nadie se debe alarmar por supuestas revelaciones sobre el final del mundo, "como si afirmáramos que el día del Señor está encima" (2Ts 2,2). • En el Evangelio nos encontramos esta vez no con una parábola, si un hecho que sucedió al llegar Jesús a la ciudad de Jericó, ciudad comercial y rica, muy apta para que los recaudadores de impuestos "prosperen". Zaqueo, "jefe de publícanos y rico" (19,2), se siente movido primero por la curiosidad. Pero luego, la cercanía de Jesús, que se ha autoinvitado a comer en su casa, le toca el corazón y se convierte, sacando unas conclusiones muy concretas para reparar las injusticias que había cometido. • El comentario, gozoso, de Jesús es: "hoy ha sido la salvación de esta casa: también este es hijo de Abrahán" (19,9). Es una ocasión más en las que Jesús, de palabra y de hecho, nos ofrece el retrato de un Dios que perdona. Él mismo, Jesús, "ha venido a buscar y a salvar lo que estaba perdido" (19,10) 2. Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y que me sugiere para decirle a la comunidad? El Papa Francisco Francisco reflexionando sobre la palabra de este día nos dice: “Y Jesús se detuvo, no pasó de largo precipitadamente, lo miró sin prisa, lo miró con paz. Lo miró con ojos de misericordia; lo miró como nadie lo había mirado antes. Y esa mirada abrió su corazón, lo hizo libre, lo sanó, le dio una esperanza, una nueva vida como a Zaqueo, a Bartimeo, a María Magdalena, a Pedro y también a cada uno de nosotros. Aunque no nos atrevemos a levantar los ojos al Señor, Él siempre nos mira primero. Es nuestra historia personal; al igual que muchos otros, cada uno de nosotros puede decir: yo también soy un pecador en el que Jesús puso su mirada. Los invito, que hoy en sus casas, o en la iglesia, cuando estén tranquilos, solos, hagan un momento de silencio para recordar con gratitud y alegría aquellas circunstancias, aquel momento en que la mirada misericordiosa de Dios se posó en nuestra vida. Su amor nos precede, su mirada se adelanta a nuestra necesidad. Él sabe ver más allá de las apariencias, más allá del pecado, más allá del fracaso o de la indignidad. Sabe ver más allá de la categoría social a la que podemos pertenecer. Él ve más allá de todo eso. Él ve esa dignidad de hijo, que todos tenemos, tal vez ensuciada por el pecado, pero siempre presente en el fondo de nuestra alma. Es nuestra dignidad de hijo. Él ha venido precisamente a buscar a todos aquellos que se sienten indignos de Dios, indignos de los demás. Dejémonos mirar por Jesús, dejemos que su mirada recorra nuestras calles, dejemos que su mirada nos devuelva la alegría, la esperanza, el gozo de la vida. (Homilía de S.S. Francisco, 21 de septiembre de 2015). Las lecturas de hoy nos obligan a confrontar nuestras vidas con este retrato de Dios que nos ofrecen los pasajes del AT y el Evangelio. Ante todo, porque también nosotros le damos ocasión a Dios para ejercitar esta misericordia: todos necesitamos su perdón, en varios momentos de nuestra vida. No debemos perder la confianza, si creemos todo eso que han dicho las lecturas sobre cómo es nuestro Dios. Pero también nos interpelan estas lecturas sobre nuestra actitud con respecto a los demás. ¿Somos personas de buen corazón, misericordiosos, fáciles al perdón? ¿o, por el contrario, somos fáciles en la condena, como los fariseos que murmuraban porque Jesús "ha entrado en casa de un pecador"? Deberíamos ser capaces de dar un voto de confianza a las personas, por pecadoras que nos parezcan, de hacerles fácil la rehabilitación a las personas que han dado algún mal paso en su vida, sabiendo descubrir que, por debajo de una posible mala fama, a veces tienen valores interesantes. Pueden ser "pequeños de estatura", como Zaqueo (y seguramente en más de un sentido), pero en su interior -¿quién lo diría?- hay el deseo de "ver a Jesús", y pueden llegar a ser auténticos "hijos de Abrahán". 3. Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo? Cada Eucaristía nos ayuda a vivir las dos direcciones de esta palabra. Jesús no se invita a nuestra casa, sino que nos invita a la suya. Nuestra Eucaristía es algo más que recibir, como Zaqueo, la visita del Señor. Es ser invitados por él a entrar en comunión con él mismo, que se ha querido convertir en nuestro alimento de vida. Cada vez sucede lo que sucedió en casa del publicano: "hoy ha sido la salvación de esta casa". Pero, a la vez, la Eucaristía es una escuela práctica en la que aprendemos a ser abiertos de corazón para con los demás. Imitando a ese Dios que quiere la salvación de todos, que no odia a nadie, que "es amigo de la vida", y a ese Jesús que se alegra del cambio de vida de Zaqueo, nosotros, en nuestra celebración, al rezar y cantar juntos y, sobre todo, al participar juntos del Cuerpo y Sangre de Cristo, sea cual sea nuestra raza, formación, edad y condición social, aprendemos a ser más comprensivos con los demás y a perdonar, si es el caso, lo que haya que perdonar. ______________________ Recomendaciones prácticas: • Primero de noviembre. Día de todos los santos. • Dos de noviembre: Conmemoración de los fieles difuntos. II. Moniciones y Oración Universal o de los Fieles Monición introductoria de la Misa Sean todos bienvenidos a esta celebración. Una vez más el Señor pone su mirada sobre nosotros y nos invita a compartir alrededor de la mesa de la Palabra y de la Eucaristía que fortalecen nuestra vida de bautizados. Hoy la gratitud hace presencia y nos recuerda cómo el don recibido en lo cotidiano de nuestra vida revela la calidad de nuestro corazón. Participemos de manera plena, activa y consciente. Monición a la Liturgia de la Palabra Los textos bíblicos de hoy nos hablan de la misericordia divina. Es lógico que se repita tanto esta inefable realidad, porque la misericordia de Dios es una fuente inagotable de esperanza y porque nosotros estamos muy necesitados de la clemencia divina. Todos necesitamos que se nos recuerde muchas veces que el Señor es clemente y misericordioso. Escuchemos con atención la Palabra de Dios. Oración Universal o de los Fieles Presidente: Oremos al Padre misericordioso y presentémosle nuestras peticiones y necesidades. Unámonos diciendo. R. Dios de amor, fortalécenos en tu amor. 1. Por la Iglesia, congregada en este día en torno a la mesa del sacrificio y del banquete del amor, para que alimentada de estos santos misterios sea signo de unidad en medio del mundo. Roguemos al Señor. 2. Por los que gobiernan de las naciones para que la participación en la Eucaristía los haga más solidarios con los más necesitados de sus comunidades. Roguemos al Señor. 3. Por los que sufren, por los enfermos, por los tristes y afligidos, para que la Eucaristía los fortalezca y consuele en sus anhelos y esperanzas. Roguemos al Señor. 4. Por los que aún desconocen o no reconocen la misericordia de Dios, para que encuentren en el camino personas buenas que los animen a hacer parte del rebaño del Señor. Roguemos al Señor. 5. Por todos nosotros, para que dándonos prisa como Zaqueo, dejemos entrar al Señor en nuestra casa y encontremos descanso y consuelo en su corazón misericordioso. Roguemos al Señor. Oración conclusiva Padre Santo, que en Jesús nos has mostrado tu misericordia, atiende estas oraciones que dirigimos a Ti seguros de que no quedará frustrada nuestra esperanza. Por Jesucristo nuestro Señor. R. Amén.

Jue 20 Oct 2022

Voz del Pastor | 23 de octubre de 2022

Reflexión de monseñor Luis José Rueda Aparicio, Arzobispo de Bogotá y primado de Colombia Lectura del Santo Evangelio segúnSan Lucas 18,9-14

Vie 7 Oct 2022

Voz del Pastor | 09 de octubre de 2022

Reflexión de monseñor Luis José Rueda Aparicio, Arzobispo de Bogotá y primado de Colombia Lectura del Santo Evangelio segúnSan Lucas 17,11-19

Vie 30 Sep 2022

Estén alegres y contentos, porque su recompensa será grande en el cielo

TODOS LOS SANTOS Noviembre 1° de 2022 Primera Lectura: Ap 7, 2-4.9-14 Salmo: Sal 24(23),1-2.3-4ab.5-6 (R. cf. 6) Segunda Lectura: 1Jn 3, 1-3 Evangelio: Mt 5, 1-12ª I. Orientaciones para la Predicación Introducción • Caminando de cara a Dios en el ejercicio de la fe, la esperanza y el amor, participa el hombre de la vida de Dios. No sólo participaremos en él, sino que seremos semejantes a él. • Esta esperanza transformadora debe animar nuestros pasos por la gran tribulación. Aquellos que fueron los amigos de Dios entonan su canto después de haber participado de la sangre del Cordero. • Eso significan también las bienaventuranzas. La victoria de la Cruz, la dicha de un sufrimiento transformador. 1. Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura? En las visiones del Apocalipsis aparece hoy una muy dinámica: el panorama de una gran asamblea, "una muchedumbre inmensa de toda nación, raza y lengua", los bienaventurados, que están en el cielo "de pie delante del trono (de Dios Padre) y del Cordero (Cristo) vestidos con vestiduras blancas y con palmas en sus manos", y cantan con voz potente las alabanzas de Dios. El número 144.000 es evidentemente simbólico, el resultado de esta multiplicación: 12 por 12 por 1000, la plenitud de las doce tribus de Israel. Además de ese número, se habla de una multitud innumerable. Esta multitud de creyentes que ya participan de la salvación tienen una historia: "son los que vienen de la gran tribulación". En el cielo se unen a los ángeles, los "ancianos", los "cuatro vivientes" y todos adoran a Dios y le entonan himnos de alabanza. El salmo se fija en los que ya gozan de la victoria, pero señalando cuál ha sido su camino para llegar a esta alegría: "estos son los que buscan al Señor". Porque "quién puede subir al monte del Señor... el hombre de manos inocentes y puro corazón". La idea que más veces repiten las cartas de Juan, que somos hijos de Dios y objetos de su amor de Padre, se une hoy a la de nuestro destino en la salvación definitiva. La realidad de ahora ya es gozosa, pero todavía tiene que llegar lo mejor: "ahora somos hijos de Dios y aún no se ha manifestado lo que seremos". Cuando llegue el final, "cuando se manifieste", "seremos semejantes a él, porque le veremos tal cual es". El evangelio elegido para esta fiesta es el de las bienaventuranzas, porque se consideran el mejor camino para llegar a esa felicidad definitiva del cielo, el camino que han seguido los Santos de todos los tiempos. Dando inicio al sermón de la montaña, Jesús proclama unas sorprendentes bienaventuranzas: llama felices a los pobres, a los que sufren, los que lloran, los que tienen hambre y sed de justicia, los misericordiosos, los limpios de corazón, los que trabajan por la paz, los que son perseguidos por su fe. En realidad, hay una novena bienaventuranza, esta vez en segunda persona: "dichosos ustedes cuando los insulten y los persigan...", mientras que las ocho anteriores están en tercera: "dichosos los pobres porque de ellos es el Reino de los Cielos". 2. Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y que me sugiere para decirle a la comunidad? Es una fiesta que nos transmite alegría y optimismo. No es nada extraño que haya calado muy hondo en la sensibilidad del pueblo de Dios, junto con el recuerdo de los difuntos el día siguiente. ¡Qué hermoso es el canto de "introito" clásico en este día, el "Gaudeamus": "alegrémonos todos en el Señor, al celebrar este día de fiesta en honor de todos los Santos". Las innumerables personas que ya gozan de la plenitud de vida en el cielo son nuestros hermanos. De la mayoría no conocemos los nombres. Algunos, pocos en comparación con la muchedumbre de los bienaventurados, han sido canonizados o beatificados, reconocidos por la Iglesia en su "Martirologio" y propuestos como modelos de vida cristiana. De ellos, a algunos, también muy pocos en comparación con los varios miles del Martirologio, se les rinde culto oficial en la Iglesia universal o en las particulares: son los que aparecen en el Calendario litúrgico. Hoy celebramos a todos, no sólo a los que constan en las listas oficiales, sino a los que están en la lista de Dios, que son muchísimos más. Nuestra contabilidad no tiene ni punto de comparación con la de Dios. El prefacio de hoy afirma que son "nuestros hermanos", "los mejores hijos de la Iglesia" y que "en ellos encontramos ejemplo y ayuda para nuestra debilidad". Son personas que han tenido los mismos oficios y las mismas dificultades y tentaciones que nosotros, que han seguido a Cristo, viviendo su evangelio» y ahora gozan de la plenitud de la vida en Dios. Entre ellos, están la Virgen María y los Santos más importantes y conocidos, los patronos de las diócesis o de la ciudad o de la parroquia, los fundadores de comunidades religiosas, los que aparecen en los vitrales o en los varios laterales de nuestras iglesias. Otros, la mayoría, nos son desconocidos, pero han tenido el mérito de una fe sufrida y humilde, y ahora gozan de Dios. Entre ellos seguramente, familiares y conocidos nuestros. 3. Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo? Hoy damos gracias a Dios porque los Santos son un regalo del Espíritu. En un mundo en que no abundan ni las noticias positivas ni los modelos de vida coherente, vale la pena subrayar lo que representan los Santos: un regalo de Dios a la humanidad y el mejor don del Espíritu a su Iglesia. Es bueno que hayan aparecido y sigan apareciendo carismas, instituciones y movimientos: pero sobre todo podemos alegrarnos de que el Espíritu Santo nos regale personas santas, que son la mejor gloria de la familia cristiana y hasta de la humanidad. Hayan sido o no importantes, hayan dejado o no grandes obras escritas o fundado familias religiosas, o hayan vivido sencillamente, desconocidas de todos menos de Dios, dando un ejemplo de entereza y generosidad. Estas personas son las que nos devuelven la fe en el género humano. Muchos van obteniendo premios y medallas por sus éxitos deportivos o artísticos o culturales. Es muy bueno que así́ sea, porque vale la pena premiar a los que enriquecen de alguna manera a la humanidad. Pero hoy podríamos pensar que los que merecen más premios y homenajes son estas personas, famosas o desconocidas, que han cumplido su carrera recibiendo los aplausos de Dios y ennobleciendo a la humanidad entera. El que la Iglesia realice beatificaciones y canonizaciones, tiene la finalidad: que puedan alegrarse todos, en la Iglesia universal o en las Iglesias locales, de que el Espíritu sigue enriqueciendo a su comunidad con el don de la santidad, y así́ pueden mirarlos como a modelos e intercesores más cercanos. Así lo decía el Papa Francisco celebrando la Solemnidad de Todos los Santos el 1 de noviembre de 2019: “La santidad, además de un don, es también una llamada, es una vocación común de todos nosotros cristianos, de los discípulos de Cristo; es el camino de plenitud que todo cristiano está llamado a recorrer en la fe, procediendo hacia la meta final: la comunión definitiva con Dios en la vida eterna. La santidad se convierte así en respuesta al don de Dios, porque se manifiesta como una asunción de responsabilidad. Desde este punto de vista, es importante asumir un compromiso cotidiano de santificación en las condiciones, en los deberes y en las circunstancias de nuestra vida, tratando de vivir cada cosa con amor, con caridad”. ______________________ Recomendaciones prácticas • Hoy es un día propicio para promover entre los fieles la proclamación de las Letanías de los Santos. • Comienza el mes de los Fieles Difuntos. • Incentivar la oración por los Fieles Difuntos a lo largo del mes. II. Moniciones y Oración Universal o de los Fieles Monición introductoria de la Misa Sean todos bienvenidos a esta Celebración. En este día la Iglesia Universal celebra, la solemnidad de Todos los Santos, demos gracias a Dios por el testimonio de tantos hermanos nuestros en la fe que durante su vida lucharon por vivir el Evangelio, acogiéndonos a su intercesión, para poder ser, también nosotros, fieles a las enseñanzas de nuestro Señor. Celebremos con fe y alegría esta Eucaristía. Monición a la Liturgia de la Palabra En el centro de la liturgia de hoy están sobre todo los grandes temas de la Comunión de los Santos, del destino universal de la salvación, de la fuente de toda santidad que es Dios mismo, de la esperanza cierta en la futura e indestructible unión con el Señor, de la relación existente entre salvación y sufrimiento y de una bienaventuranza que ya desde ahora caracteriza a aquellos que se encuentran en las condiciones descritas por Jesús. Escuchemos con atención la Palabra de Dios. Oración Universal o de los Fieles Presidente: Oremos a Dios Padre, creador del universo, para que en comunión con todos los santos del cielo alcancemos bendiciones en esta tierra. Digamos confiados: R. Te rogamos, óyenos. 1. Por la Iglesia santa de Dios, para que siempre se conserve unida en la oración y así sea luz para todo el mundo. Roguemos al Señor. 2. Por los gobernantes de todos los pueblos, para que fomenten siempre la dignidad humana con proyectos de justicia y de paz. Roguemos al Señor. 3. Por todos los enfermos de nuestra comunidad y por todos los que sufren, para que la oración que hacemos en la comunión de los santos los llene de consuelo, de esperanza y de salud. Roguemos al Señor. 4. Por nuestros hermanos difuntos, que han vivido según las enseñanzas de Cristo, para que el Señor les otorgue la plenitud de la vida y puedan gozar de su presencia en la patria celestial. Roguemos al Señor. 5. Por nosotros para que aceptando el proyecto de las bienaventuranzas que Jesús nos propone podamos alcanzar la patria celeste y la participación plena en la comunión de los santos. Roguemos al Señor. Oración conclusiva Padre de todo lo creado, escucha estas súplicas que tu Iglesia, que peregrina en esta tierra anhelando la patria celeste. Por Jesucristo, nuestro Señor. R. Amén.