Pasar al contenido principal

migrantes

Vie 7 Feb 2020

“Que se escuchen lo gritos de los migrantes”: Papa Francisco

Como es tradicional cada mes, la Santa Sede ha publicado el video con las intenciones del Papa Francisco, quien pide en esta ocasión que se "escuchen los gritos de los migrantes". El Pontífice señala “que a menudo los migrantes son víctimas del tráfico y de la trata de personas” al tiempo que explica las causas por lo que este fenómeno sucede, como “la corrupción de los que están dispuestos a hacer cualquier cosa con tal de enriquecerse”. Denuncia además que “el dinero de sus negocios, son negocios sucios, mañosos, es dinero manchado de sangre. No exagero: es dinero manchado de sangre”. Finalmente, exhorta a rezar “para que el clamor de los hermanos migrantes víctimas del tráfico criminal y de la trata de personas sea escuchado y sea considerado”. Cabe recordar que el video de las intenciones de oración del Papa, es una iniciativa de la Red Mundial de Oración del Papa. Esta Institución es una obra pontificia, que tiene como misión movilizar a los cristianos por la oración y la acción, ante los desafíos de la humanidad y de la misión de la Iglesia.

Vie 31 Ene 2020

Obispos de frontera analizaron desafíos del fenómeno migratorio

Convocados por el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, sección Migrantes y Refugiados de la Santa Sede, los obispos de las diócesis fronterizas entre Colombia y Venezuela se reuniron el 30 y 31 de enero en Cúcuta (Norte de Santander). Durante la jornada se reflexionó sobre la realidad migratoria y situación de vulnerabilidad de miles de venezolanos que transitan por los más de 2 mil 200 kilómetros de frontera, a fin de discernir caminos conjuntos que permitan dar respuesta a este fenómeno de importantes implicaciones sociales, humanitarias, económicas y ambientales. “Acoger, proteger, promover e integrar”, verbos en los que insiste el Papa Francisco, fueron los pilares del encuentro que contó con la presencia del cardenal Peter K. Turkson, prefecto del Dicasterio para la Promoción del Desarrollo Humano Integral; Fr. Fabio Baggio C.S., subsecretario de la Sección Migrantes y Refugiados; mons. Aldo Giordano, nuncio apostólico en Venezuela; mons. Luis M. Montemayor, nuncio apostólico en Colombia; mons. Óscar Urbina Ortega, presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia; mons. José Luis Azuaje Ayala, presidente de la Conferencia Episcopal de Venezuela; obispos de las diócesis de frontera; representantes de Caritas Internationalis y otros invitados especiales. La metodología pastoral del “ver, juzgar y actuar” orientó el encuentro que finalizó en medio de un espíritu de esperanza ante la situación que afronta los pueblos fronterizos. [icon class='fa fa-download fa-2x'] Descargar comunicado[/icon]

Jue 7 Nov 2019

Cáritas y JRS configuran propuestas hacia una política integral migratoria

El 5 de noviembre, el Secretariado Nacional de Pastoral Social - Cáritas Colombia y el Servicio Jesuita a Refugiados (JRS) celebraron, en la ciudad de Bogotá, el foro “Construyendo propuestas para una política pública migratoria integral a migrantes y refugiados”, bajo el auspicio de Cáritas Alemana, en el que también participaron miembros de Red Clamor, Consultoría para los derechos humanos y el desplazamiento (CODHES), representantes de alcaldías, gobernaciones y el Alto Comisionado de la Naciones Unidas para Refugiados (Acnur). El objetivo de este evento fue generar un espacio de reflexión y diálogo, que permitió a los diversos actores involucrados en atención a población migrante y refugiada del país identificar propuestas para fortalecer los contenidos y la planeación de una política pública migratoria de protección internacional integral, donde la participación del Estado y la sociedad civil resultan claves. Es una tarea de todos En representación de Cáritas Colombia, el sacerdote Enán Javier Humánez, subdirector nacional, presentó la ponencia “Un recorrido histórico de las migraciones en Colombia y los retos de la política pública migratoria nacional”, en la que hizo un análisis de cómo los diversos movimientos poblacionales desde la época precolombina han configurado el imaginario y cultura del país. Además, durante su intervención en el momento de las preguntas, tras ser consultado sobre la acción de la Iglesia colombiana en esta materia, el presbítero recordó que como Iglesia “venimos acompañando pastoral y espiritualmente a quienes más sufren” y advirtió que en esta cuestión “nos vemos desbordados” y, por tanto, “esta es una tarea que no sólo podemos hacer como Iglesia, sino con las instituciones gubernamentales y alianzas interinstitucionales que estamos logrando este espacio”. Superar el asistencialismo “Propongo tres caminos, uno muy general, ya lo decía el Papa Francisco con los cuatro verbos de acoger, proteger, promover e integrar. También con la incidencia que está ejerciendo la Iglesia desde el Vaticano con los 20 puntos propuestos para hacer ver a las personas como sujetos de derechos y no como instrumentos u objetos económicos”, acotó el padre Humánez. Asimismo, hizo un llamado a atender esta emergencia humanitaria, producto de la masiva migración tanto interna como externa, “no solamente desde el asistencialismo”, sino también a través de una mayor articulación con el Estado. Para el sacerdote es esencial “vernos como una fraternidad universal, que superamos los colores de la bandera y vernos como hermanos, que el extranjero aporta a nuestra riqueza”. Recordó que, por ejemplo, para el pueblo judío había tres personas que eran vulnerables y con los cuales siempre había que tener mayor cuidado en su protección: las viudas, los huérfanos y los migrantes. Entonces eso es un desafío que nosotros nos queda como iglesia y como sociedad civil, pero también “con el gobierno y el estado colombiano”. Esfuerzos articulados y mancomunados Por su parte, el sacerdote jesuita Mauricio García, director nacional del JRS, durante la apertura señaló “este foro llega un momento muy especial por los retos que estamos enfrentando las organizaciones eclesiales en relación al tema migratorio”. Indicó que gracias al esfuerzo articulado y mancomunado esta actividad pudo ser posible. “Este foro es un proceso de trabajo articulado en favor de la defensa de los derechos humanos de la población refugiada, desplazada y migrante en ese sentido agradecemos el apoyo financiero y político de Cáritas Alemania y Open Society Foundation”, expresó. Igualmente, el padre García encomió el esfuerzo que JRS, Cáritas Colombia y CODHES realizan para atender a población vulnerable a lo largo y ancho del país, porque precisamente “una crisis migratoria como la que está viviendo el país sólo podrá tener una respuesta adecuada si logramos fortalecer esos procesos de concertación y articulación”. Va en aumento Finalmente destacó ese cambio de estatus en el país: “Colombia era un país expulsor de desplazados por el conflicto armado y ahora, en menos de tres años, nos hemos convertido en un país receptor de migraciones”, dijo al tiempo que destacó que “estos son los retos que tenemos frente a la crisis migratoria dentro de las distintas entidades y que seguirá creciendo en los próximos años”. Sin querer sonar temerario, el director nacional del JRS aseguró “hoy las cifras qué Migración Colombia, se quedan cortas, personalmente creo que son más, hay un registro que no alcanza a ser medido y esa cifra por lo menos ronda de más del millón 800 mil venezolanos en el país”. De hecho, el presbítero estima que más allá de 2020 la cifra de venezolanos que salen de su país puede llegar a 7 millones de continuar la severa crisis en el hermano país. Fuente: Lina Peña Tabera, especialista en el trabajo con migrantes desde la Pastoral Social Nacional

Lun 30 Sep 2019

François, en el corazón de la cooperación internacional desde la Iglesia

François Jacobs es el responsable de proyectos en Colombia por Cáritas Luxemburgo, una instancia que desde 1999 viene trabajando de la mano con el Secretariado Nacional de Pastoral Social Cáritas en proyectos de emergencia, atención humanitaria y de desarrollo productivo. De los 35 años que lleva en la institución, 5 ha estado al frente de los asuntos del país cafetero, en especial al suroriente para apoyar a campesinos desplazados por la violencia. “El trabajo desarrollado a través de las organizaciones eclesiales es la mejor manera para estar muy cerca de los beneficiarios, porque tienen presencia en los territorios, tienen una actitud de apertura y escucha para ver al ser humano como la copia de Dios”, así ha dicho en referencia a la alianza con la pastoral social de la Iglesia colombiana. El historial de François es reconocido en Luxemburgo gracias a su labor desde el año 1992 cuando Cáritas creó el departamento de cooperación y solidaridad internacional en la que destinaron grandes recursos a países pobres en América Latina y África, porque como bien dice “en la cooperación internacional es donde tengo mi corazón”. Un papel más activo del Estado En cuanto al factor financiero ha dicho que hacen falta más recursos en un país como Colombia con tantas necesidades, sin embargo ante esta limitante ha invitado a las propias organizaciones eclesiales a involucrar más al Estado bajo el principio de la subsidiariedad. El trabajo mancomunado será clave en esta alianza. A su juicio el gobierno necesita apoyar a las organizaciones para este trabajo, “no puede ser que todo esto sea financiado a través de la comunidad internacional, por tanto hay una responsabilidad que tiene” y de allí que recomienda a los actores de la Iglesia buscar fuentes de financiamiento a través del Estado. Tendencias y desafíos Frente las realidades actuales que afectan a Colombia como el asesinato de líderes sociales, regreso a las armas de un ala disidente de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, migración venezolana, desplazamiento interno, se ha mostrado abierto a seguir apoyando proyectos de emergencia y asistencia humanitaria. Además ha pedido incidir en las decisiones gubernamentales para que haya más voluntad política para dar garantías de seguridad a líderes sociales y se cumplan los acuerdos de paz. “Creo que la presencia de la ONU con sus diferentes misiones, las embajadas de los diferentes países, es otro de los puntos importantes para hacer una veeduría sobre lo que está pasando”, ha acotado, mientras que por parte de Luxemburgo “seguiremos apoyando los proyectos de defensa de derechos humanos”. Solidaridad con Venezuela Pese a que Colombia está clasificada como país en vías de desarrollo, Jacobs ha expresado que “puedo ver que el índice de pobreza es muy alto y la desigualdad muy marcada, hay mucha corrupción, adónde paran las riquezas de este gran país”. También ha revelado que los donantes internacionales desde Luxemburgo disminuirán los porcentajes para América Latina puesto que prefieren apoyar a los países más pobres, especialmente los de África. Uno de los temas que ha ameritado una mayor atención de Cáritas Luxemburgo en América Latina es el de la migración venezolana, especialmente en Colombia por ser el país que más tiene venezolanos en su territorio, por ello “hay un proyecto en camino para Perú, Brasil, Ecuador y Colombia para apoyar a refugiados a través de las Cáritas de estos países y las congregaciones como las scalabrinianas, jesuitas”. De la situación política en el país petrolero considera que hay bandos políticos en pugna, que lo ideal para el pueblo venezolano será un proceso de negociación, porque “una política de bloqueo victimizará a los tiranos” y “no sé si este bloqueo cambie la actitud de los militares y las clases políticas en el poder porque a fin de cuentas ellos tienen dinero y pueden sobrevivir, mientras que las peores consecuencias las llevarán los más pobres”. Tomado de: Portal web Vida Nueva Foto:Portal web Vida Nueva

Mié 25 Sep 2019

La Iglesia en lo social: Aporte al desarrollo humano integral

Por: Mons. Héctor Fabio Henao Gaviria - La Iglesia colombiana ha estado presente en las realidades sociales del país desde su inicio. Cada población, cada corregimiento tiene la huella de la obra de sacerdotes, religiosos y laicos que, movidos por el deseo de hacer presente a Dios en medio de su comunidad, promovieron la construcción de obras de infraestructura, carreteras, hospitales, viviendas, sitios de atención a los más vulnerables, instituciones de capacitación para trabajadores como es el caso del SENA. Pero no han sido obras aisladas, se ha tratado de todo un movimiento de largo plazo que ha buscado no solo atender con las obras de misericordia a quienes sufren sino crear el ambiente para que “pasen de condiciones menos humanas a condiciones más humanas”, tal como lo señala el Papa san Pablo VI. Para promover, acompañar y coordinar estas acciones, la Conferencia Episcopal creó el Secretariado Nacional de Pastoral Social / Cáritas Colombiana y cada Diócesis ha creado un Secretariado Diocesano de Pas-toral Social / Cáritas y, a su vez, las parroquias cuentan con el Comité Parroquial de Pastoral Social, conformando una red enorme de misericordia. Son muchos los documentos de la Conferencia Episcopal que reflejan el compromiso de la Iglesia colombiana en materia social. Estos muestran que una línea central de su accionar es la evangelización de lo social, lo cual significa que se tiene como meta hacer presente los valores del Evangelio en las relaciones sociales. Los documentos hacen referencia permanente a la presencia de Dios en la historia de nuestro país, iluminando y guiando a su Iglesia en el compromiso con las poblaciones vulnerables. Dan testimonio de la forma como la caridad y la acción en favor de los más necesitados han estado en el corazón de la Iglesia colombiana a lo largo del tiempo. En los años recientes una parte muy importante de la actividad social se ha centrado en el compromiso por salvar vidas en medio de los grandes desastres y emergencias que se viven en las comunidades. Para lograrlo, la Conferencia Episcopal creó hace más de 30 años la Campaña de Cuaresma: Campaña de Comunicación Cristiana de Bienes, que se hace en todas las parroquias del país para fortalecer su compromiso con obras concretas diocesanas o parroquiales y aportar a un fondo nacional de emergencias que atiende poblaciones alejadas que han sido golpeadas por calamidades naturales o producidas por el ser humano. Este compromiso permite que las comunidades locales expresen el amor de Dios a los más necesitados en forma cercana y como respuesta a sus necesidades inmediatas. Se trata de ¨trabajar juntos¨ haciendo que sean los afectados por los desastres quienes se conviertan en protagonistas de la construcción de alternativas y salidas frente a las crisis que les afectan y más adelante puedan re-construir sus vidas y su tejido social. En este campo ha habido enormes proyectos como los desarrollados para aportar a la reconstrucción después de grandes terremotos como el que afectó al Eje Cafetero hace algunos años. Una de las cosas que más valoran los que reciben este apoyo de la Iglesia es el ¨habernos reconocido como personas y hacernos parte de la solución desde nuestra cultura y nuestras aspiraciones¨. Salvar vidas muchas veces incluye el proteger a las personas que pueden ser reclutadas o explotadas a causa de la vulnerabilidad que sufren después de una emergencia. En este sentido, se trata de una atención integral a las familias y a la comunidad afectadas. Así se ha hecho en un programa de mucho impacto que se ha desarrollado en favor de la población desplazada y víctima del conflicto armado. Fue la Iglesia la primera institución en el país que llamó la atención en el año 1994 sobre el drama del desplazamiento mediante una investigación nacional y luego siguió con programas de atención a esta población. La llegada reciente de población venezolana que busca protección en Colombia ha movido la solidaridad de la Iglesia bajo el lema de acoger, proteger, promover e integrar a las familias y a los migrantes en general. La Iglesia en Colombia tiene una larga experiencia de décadas apoyando a los migrantes y solicitantes de refugio la cual se pone hoy en marcha en favor de esta necesitada población. Una segunda gran línea de la Iglesia en Colombia es aportar a la reducción de los niveles de pobreza, en particular la pobreza extrema que golpea a una parte de nuestra población. Se trata de proyectos productivos y de generación de me- dios de vida en las comunidades más afectadas. Desde las regiones más alejadas se hacen trabajos con campesinos en la adopción de medidas para aumentar su capacidad de obtener los pro- ductos necesarios, y tener acceso al mercado para sus productos. El aporte para la superación de la pobreza implica también acciones de educación como camino clave para el avance en el mediano plazo, y la capacitación inmediata para el empleo o para obtener medios de subsistencia; en ambos casos está comprometida la Iglesia con numerosas Diócesis y organismos parroquiales. En algunos casos estos ejercicios exigen tomar medidas para la adaptación al cambio climático; de hecho, hay varios proyectos en ejecución con comunidades que viven los efectos de la deforestación y de la degradación de sus territorios. Se trata de comunidades con condiciones de pobreza muy complejas donde las Diócesis hacen esfuerzos para acompañarles en este caminar. Indudablemente, un componente importante de estos proyectos es el de construcción de forma de convivencia pacífica entre los habitantes y superación de conflictos y formas de violencia que hacen más pesadas las condiciones de la pobreza que viven las poblaciones. La Iglesia en Colombia comprende que sus esfuerzos por el desarrollo y la paz deben ir unidos, haciendo un gran programa que abra caminos integrales para la vivencia de la dignidad de las personas. En este sentido hay más de cien iniciativas locales de paz en que las Diócesis acompañan a las comunidades para que por medio del diálogo encuentren soluciones a conflictos locales y aseguren el desarrollo de la comunidad como tal. El acceso a alimentos es un desafío para los más vulnerables de la sociedad. Para garantizar el derecho a una alimentación de calidad la Iglesia ha creado varios programas e instituciones, entre los que están los Bancos de Alimentos que conforman una gran red en todo el país. En esta línea no se puede desconocer el enorme aporte de parroquias, congregaciones religiosas y movimientos de laicos que se esfuerzan por hacer realidad la ayuda a quienes padecen por limitaciones alimentarias. Un sondeo de todas las instituciones de Iglesia comprometidas en con el tema nos permite afirmar que el aporte de la Iglesia es verdaderamente significativo y que muchas personas padecerían enormes limitaciones con impactos muy serios en el desarrollo humano integral, si esfuerzo no existiera. Los programas de carácter ambiental están teniendo mayor impacto en el periodo reciente gracias al llamado del Papa Francisco al “cuidado de la casa común”. Bajo ese lema la Iglesia colombiana está desarrollando un programa de gran alcance desde la Red Eclesial Panamazónica, que promueve las comunidades de la Amazonía y la Orinoquía y que además se compromete con el cuidado de todos los bosques en Colombia con la perspectiva de asegurar condiciones de vida digna para los pobladores. Hay poblaciones especialmente vulnerables que requieren el acompañamiento y presencia de la Iglesia, estamos hablando de las personas privadas de la libertad hacia quienes se tiene un programa integral de atención a ellos y sus familias para aliviar su situación, e igualmente los enfermos hacia quienes no solamente se tienen instituciones de atención médica sino equipos de acompañamiento y de cercanía en medio del sufrimiento. Mons. Héctor Fabio Henao Gaviria Director del Secretariado de Pastoral Social de Cáritas Colombiana *Publicación original ‘Periódico La Verdad’ – Diócesis de Cúcuta.

Vie 9 Ago 2019

Capurganá y Sapzurro, con el dolor a cuestas de migrantes del mundo

Capurganá es un corregimiento del municipio de Acandí, del departamento del Chocó, cercano a la frontera colombo – panameña. Es un pueblo remoto y no cuenta con vías terrestres, sólo se puede acceder allí por vía aérea o marítima. Tiene alrededor de 2.000 habitantes, una bahía circular y colindante con grandes bosques. Sapzurro está más al norte, en el área del golfo de Urabá, la habitan unos 570 personas, muy visitada por turistas extranjeros, especialmente europeos. Con una ensenada con una formación coralina y aguas cristalinas, bordeada de pequeños cerros, donde termina la Serranía del Darién. Es conocida como la esquina de América del Sur. Ambas poblaciones turísticas tienen en común un flagelo, llevan a cuestas el dolor de muchos migrantes de América Latina, el Caribe y extracontinentales (África y Asia), se convierten en el paso de la muerte de todos aquellos que intentan atravesar las selvas para llegar a Panamá y continuar su recorrido hasta llegar a los EEUU. Es el paso más peligroso de Colombia. Crónica de un naufragio Aurelio Moncada es el párroco de estos dos corregimientos, luego que Monseñor Hugo Alberto Torres, obispo de Apartadó, jurisdicción eclesial a la que pertenece Acandí, le encomendara la tarea especial de acompañar a los migrantes “en tránsito” y a pescadores desde el 23 de enero de 2019, su vida ha cambiado. Han sido más de 6 meses intensos, porque precisamente a sólo 5 días de su llegada, el 28 de enero ocurrió un naufragio, en el que viajaban migrantes africanos, y de 30 personas solo sobrevivieron 10. “Esta embarcación llevaba sobrecupo y exceso de equipaje, no cargaban chalecos salvavidas, el conductor de la embarcación y ayudantes estaban en estado de embriaguez, además que iban a mucha velocidad, eran 4 embarcaciones y una de ellas fue la que naufragó”, recordó el sacerdote. A raíz del naufragio, se acercaron a la parroquia algunos de los sobrevivientes a pedir ayuda, entre ellos una señora de la República Democrática del Congo, quien había perdido a cuatro de sus hijos y a su marido y otra mujer de Angola que perdió a tres de sus hijos y sobrevivió solo uno llamado Manasés, su marido había quedado en Brasil. “Con ellos grabé unos videos para los noticieros pidiendo a los gobiernos panameño y colombiano atender esta situación y ayudar a esta población en el traslado por otros medios, ya que acababan de sufrir el naufragio”, mencionó. La tan esperada respuesta nunca llegó, incluso con el paso de los días el gobierno no tenía tampoco un protocolo para atender este tipo de situaciones, de allí que se estableció un comité de seguridad en el que el sacerdote participó y se comenzó con la búsqueda de los cuerpos, los cuales durante 8 días posteriores fueron apareciendo. Un camposanto entre Colombia y Panamá La mayoría de los migrantes en tránsito no conocen lo que se encontrarán en la frontera colombo - panameña, específicamente en el tapón del Darién – un área selvática y pantanosa – porque “tienen la falsa percepción que el paso entre Colombia y Panamá es algo muy sencillo, cuando al contrario es una zona muy intrincada, peligrosa, bordeadas de selvas y cerros con profundos acantilados”, indicó el padre Moncada. “Quiero decir que las trochas, que es el camino por donde pasan los migrantes, hay que declararlo camposanto por la gran cantidad de fallecidos, tratando de cruzar el tapón de Darién, aunque no se tiene registro de ello, podemos decir que son innumerables”, señaló el presbítero. Han sido situaciones dramáticas cuenta el padre. Sucedió con un joven cubano, robusto y fuerte, quien murió infartado subiendo uno de los cerros, “entonces las probabilidades de supervivencia pueden ser escasas para cualquier tipo de persona”, advierte Moncada. Otro capítulo triste, camino al tapón de Darién, es el de una madre cubana que iba subiendo el cerro y su hijo cayó por un barranco, la mujer cuando baja a auxiliarlo se encuentra que su niño había muerto y en su desesperación ella se quita la vida también. “Imagínense entonces la situación psicológica por la que pasan estas personas, que se encuentran en medio de la selva en este camino tan peligroso”, ha dicho el padre visiblemente conmovido. A todas estas ¿de quién es la responsabilidad que la gente muera por ese paso? A juicio del presbítero “aquí hay una responsabilidad muy grande” en las autoridades de los dos países, en estas rutas no hay ningún tipo de cuerpos de seguridad, “todas estas personas van por allí sin ningún tipo de protección, esto hay que considerarlo y a la vez denunciarlo porque es muy lamentable dejar solas a estas personas”. De la mano de Cáritas Colombia puede tener todas las herramientas para cerrar ese paso y buscar otros protocolos de protección y evitar historias lamentables en el tapón de Darién. Es en este punto cuando el cura explica que desde su llegada la atención a los migrantes la ha llevado gracias al apoyo de Cáritas Luxemburgo y Puentes de Solidaridad, a través de Cáritas colombiana, bajo el cargo de trabajador social. “Me han involucrado en este proyecto para atender a la población migrante de tránsito, no atiendo a refugiados, porque los que pasan por Capurganá son extracontinentales o vienen de Chile o Brasil. También he atendido personas de Bangladesh, la India, africanos, haitianos y cubanos, estos últimos ya han bajado en afluencia porque Nicaragua le abrió fronteras”, ha explicado. Por ahora no cuenta con un equipo de trabajo, pero está aunando esfuerzos en ese sentido, en este contexto el apoyo recibido desde Cáritas Luxemburgo y Puentes de Solidaridad ha sido clave, sobre todo porque cada día “están llegando muchas familias haitianas y africanas con niños en brazos, mujeres en embarazo, padres con 4 y 5 niños”. Cuenta que se han dado casos como el de un cubano que sufrió fractura de tibia y peroné, o el de una haitiana con problemas de rodilla. Muchos de estos casos en Colombia son difíciles de atender por el difícil acceso al sistema de salud, más aún en zonas como Capurganá, donde no existen siquiera agencias bancarias o de consignación. A esto se suma que ni las autoridades gubernamentales ni las organizaciones de ayuda humanitaria pueden ayudarlos a hacer tránsito a Panamá, pues representaría un delito. De allí que llega a la conclusión que en esta frontera colombo – panameña urge la necesidad de crear un corredor humanitario para atender este tipo de situaciones. “Las autoridades de ambos países lo saben, pero se hacen la vista gorda”, denuncia el sacerdote. Él sigue en pie, en su labor profética de anunciar el Evangelio y denunciar estas injusticias, con Cáritas y toda la Iglesia colombiana dispuestos a seguir apostando por la cultura del encuentro. Fuente: Secretariado Nacional de Pastoral Social

Mar 30 Jul 2019

Las Cruces, la oportunidad de superar la emergencia para vivir la integración

Las Cruces, emblemático barrio bogotano, fundado desde tiempos de la época colonial, precisamente debe su nombre al templo Nuestra Señora de Las Cruces que, según su párroco, el padre Fabio Sepúlveda, “le dio el nombre desde los comienzos, porque siempre la Iglesia ha estado presente en materia de educación, niñez, adultos mayores, comedor comunitario, entre otros”. Es de este modo, como en el marco de la celebración de los 150 años de fundación de este histórico sector, realizada este sábado, 27 de julio, el Secretariado Nacional de Pastoral Social Cáritas Colombia apoyó la actividad cultural realizada durante este día. Además este barrio es conocido como la cuna del líder del partido liberal, Jorge Eliécer Gaitán, asesinado en 1948, lo que dio origen al histórico “Bogotazo”. Superar la emergencia Desde Pastoral Social-Cáritas Colombiana, el equipo de apoyo del programa de Protección Internacional, informó que durante la jornada aniversaria “ha realizado un levantamiento testimonial de sus habitantes para conocer la realidad del sector”. “La idea es hacer un diagnóstico participativo a través videos con testimonios, que permita obtener de primera mano las necesidades de sus habitantes, especialmente aquellas en extrema vulnerabilidad y en situación de migrante, refugiado o desplazado”, han indicado. Asimismo, informaron que “no es lo mismo que nosotros levantemos desde la oficina un proyecto, a que nosotros vayamos al encuentro de los necesitados y que a partir de su propia voz construyamos una acción pastoral integral, es decir, partimos de la realidad misma”. Además, destacaron que con este diagnóstico apuntan a la ejecución de un proyecto de emprendimiento, pues precisamente “Las Cruces es un sector de acogida, por tanto, muchos de los Migrantes y Refugiados que viven en Bogotá necesitan estabilizarse”. “Esta data se está levantando a la luz de los 4 verbos del Papa Francisco, especialmente desde el promover e integrar, porque estamos en la necesidad de salir de la emergencia y continuar con el proceso de estabilización y desarrollo de esta población”, señalaron. Emprendimientos para la integración Precisamente desde hace 1 año la dimensión de movilidad humana y migración de Cáritas, ha incursionado en el barrio Las Cruces para animar a la cultura del encuentro. Por ello a través de la conformación de redes, ha establecido por medio de Puentes de Solidaridad y el equipo de Respuesta multisectorial de la crisis migratoria venezolana y la Fundación Convivetia, el fortalecimiento de los procesos formativos vocacionales y técnicos, además de la promoción y fomento de la cultura del emprendimiento a través de la creación de ideas de negocio. Al respecto se hace necesaria una migración propositiva, en donde la población pueda emprender y participar activamente de los espacios ciudadanos, especialmente para promover los medios de vida. En este sentido ya se ha realizado un primer taller con más de 40 personas de distintas nacionalidades entre venezolanos, sirios, africanos, cubanos en situación de migrantes y refugiados, que viven en el barrio Las Cruces. El primer encuentro fue basado en el reconocimiento de la generación de ingresos como un factor para transformar las realidades de las personas y la calidad de vida de las familias a través de diferentes oportunidades de ingreso. Desde el un enfoque psicosocial, se buscó crear un espacio que facilitara a los participantes dar cuenta de la importancia de la creación de medios de vida fuera de su país de origen, dando protagonismo a la creación de proyectos personales y colectivos. Lo anterior se logró a través de diversas actividades, ejercicios y preguntas reflexivas; la comunicación efectiva, creatividad y negociación entre los participantes. Con el diagnóstico que está levantando Pastoral Social-Cáritas Colombiana se está elaborando un proyecto a largo plazo, en convenio con Conviventia, de tal manera, no sólo se le pueda brindar la formación, sino que puedan acceder a los servicios con los que cuenta la Institución para como: apoyo en tareas, apoyo psicológico, talleres de lectura, entre otros. Sidfrid Ayala, director de centro de formación para el trabajo y desarrollo humano de Conviventia, celebró esta posibilidad de alianza con Cáritas, porque “en la unión está la fuerza, es un trabajo muy interesante, porque precisamente estamos ubicados en Las Cruces, una comunidad muy vulnerable y de alta población migrante”. La historia de Tammam y Johana Los jóvenes esposos Johana Padilla, venezolana, y Tammam Alchaer, sirio, han encontrado en Cáritas un gran bastón de apoyo, no sólo jurídico y económico, sino espiritual. Desde su llegada a Bogotá, especialmente a este barrio Las Cruces, han recibido el apoyo para poder no sólo ser acogidos y protegidos, sino promovidos e integrados. Sueñan con establecerse y lograr el éxito que alguna vez tuvieron en Venezuela. Ambos participaron en el primer taller que Cáritas y Conviventia impulsaron. Los ojos de Johana se iluminan. Ella es oriunda del estado de Lara, occidente venezolano. Cuenta que llegó primero a Sincelejo, departamento de Sucre, luego llegó a Bogotá: “nos ha brindado muchísimo apoyo a través de su equipo, con el curso de emprendimiento hemos aprendido en primer lugar a administrar y seguir integrándonos en el país”. Para el joven Tammam Alchaer, oriundo de Siria, pasó por Venezuela, donde vivió unos 10 años, pero un secuestro le cambió la vida. Apenas lo liberaron perdió todo y decidió huir a Colombia. Junto a su esposa Johana han solicitado refugio, “gracias a la gestión del equipo jurídico de Cáritas hemos logrado un salvoconducto, mientras aprueban el refugio”. Es un destacado chef, en Venezuela tuvo un restaurante muy exitoso, acá en Colombia sueña con lo mismo, por eso considera que con la formación “nos han dado consejos sumamente importantes para iniciar nuestro propio emprendimiento, conocer sobre todo la legislación colombiana en materia, para saber cómo montar tu propio negocio, como tramitar lo solicitado como registro único tributario, certificación de manipulación de alimentos, permisologías sanitarias”. Tammam también es políglota, domina a la perfección árabe, español e inglés, por ello tampoco pierde la esperanza de trabajar como traductor, pero claro el primer paso es lograr la legalidad en el país, mientras tanto los equipos de Cáritas lo han ido asesorando. “Nuestra relación con la gente de Cáritas ha sido muy significativa”, finalizó. Fuente: Secretariado Nacional de Pastoral Social – Cáritas Colombia

Lun 22 Jul 2019

Iglesia se la juega por la hospitalidad hacia migrantes y refugiados

Con motivo de la Jornada Mundial de los Refugiados, que ha promovido el Papa Francisco, la Iglesia colombiana a través de sus diferentes instancias como la dimensión de movilidad humana de la Conferencia Episcopal, Cáritas Colombiana, red Clamor, Puentes de Solidaridad, Servicio Jesuita a Refugiados y las 76 jurisdicciones eclesiales del país, se han comprometido con acciones en favor de migrantes y refugiados. En esta edición del año 2019, el Santo Padre ha invitado a perder el miedo y promover la cultura del encuentro. Es por ello que para “Promover la hospitalidad en particular y en el contexto general de la migración forzada”, la diócesis de Engativá, junto al Secretariado Nacional de Pastoral Social - Cáritas Colombia y el Servicio Jesuita a Refugiados, con el apoyo de Puentes de Solidaridad, realizó el seminario – taller: “No tener miedo del encuentro con migrantes y refugiados”, cuyo objetivo fue propiciar un espacio de diálogo y reflexión con expertos que desarrollaron estrategias de educación migratoria, buscando la dignificación de la persona migrante en diferentes escenarios desde la mirada de los 4 verbos del Papa Francisco: acoger, promover, proteger e integrar. Más de 70 participantes de organizaciones no gubernamentales, organizaciones gubernamentales, instituciones académicas y líderes comunitarios se congregaron en el colegio Minuto de Dios, para analizar los diferentes escenarios como se da el proceso de acogida y acompañamiento de hermanos migrantes. Para la apertura, los asistentes recibieron un saludo por parte del padre Enán Humánez, subdirector del Secretariado Nacional de Pastoral Social - Cáritas Colombia, quien animó a los asistentes a seguir adelante con este tipo de iniciativas y agradeció a todas las organizaciones que trabajaron en el desarrollo de este evento, porque “todo ser humano es nuestro hermano”. Evitar las estigmatizaciones En una primera parte, se desarrolló un panel con especialistas para debatir sobre “El reto y desafíos de integración contra actos de discriminación”, moderado por el diácono brasileño Andrei Zanón, entre los que participaron Daniel Cuevas del SRJ, Laura Osorio de Migración Colombia, Rocío Castañeda del Acnur y Estefany Yagüe de War Child. En esta parte se abordó con profundidad el tema de la xenofobia, la cual se ha encontrado en diferentes países y cuando se habla de ella tiende a aumentar. Desde esta tribuna han explicado que “el tema es como estamos caracterizando la acción humanitaria”, además de comenzar a “trabajar un vocabulario no xenofóbico y más sobresaliente”. Igualmente es esencial evitar la estigmatización y criminalización sobre los migrantes, en este sentido han mostrado que el delito no es exclusivo de nacionalidad alguna, al contrario, se busca hacer una narrativa positiva de las migraciones, mirando todas las ventajas que consigo traen las personas al país que los acoge. El valor de la interacción humana En un segundo momento, Daniel Cuevas, asistente del director nacional del Servicio Jesuita a Refugiados Colombia y de Latinoamérica, dirigió un taller con un componente vivencial marcado, lleno de interactividad y participación. Cuevas considera que lo más importante es favorecer el encuentro y la interacción humana, es decir, cuando reconocemos al otro digno en derechos. En cuanto al aumento de casos de migrantes, ha referido que las estadísticas apuntan a que posiblemente a finales de este año sean más de 5.500.000 personas que habrán salido de Venezuela. Otro de los temas en la agenda de las organizaciones es la niñez venezolana, la cual “se encuentra desprotegida en las principales ciudades hay que trabajar en ello”. “Se vendrán personas en mayor situación de vulnerabilidad, mayor estado de desnutrición, se están presentando niños y niñas solos en frontera, por tanto, tenemos que generar protección en ese nivel y también protección y garantías para las personas apátridas”, señaló Cuevas. Fuente: Secretariado Nacional de Pastoral Social - Proyecto Puentes de solidaridad