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papa francisco

Jue 14 Sep 2017

“Dignidad de la Persona y Derechos Humanos”

Reflexión a partir de la homilía del Papa Francisco en la Misa celebrada en Cartagena, el 10 de septiembre de 2017. El Papa comienza haciendo una contextualización: Cartagena de Indias es en Colombia la sede de los Derechos Humanos porque aquí como pueblo se valora que, gracias al equipo misionero formado por los sacerdotes jesuitas Pedro Claver y compañeros, nació la preocupación por aliviar la situación de los oprimidos de la época, en especial la de los esclavos, por quienes clamaron por el buen trato y la libertad. Luego, hace alusión al evangelio, ubicando literaria y contextualmente el relato, con la perícopa anterior, que habla de inclusión para juntarla con la del día, que habla de comunidad: “El texto que precede es el del pastor bueno que deja las 99 ovejas para ir tras la perdida, y ese aroma perfuma todo el discurso: no hay nadie lo suficientemente perdido que no merezca nuestra solicitud, nuestra cercanía y nuestro perdón. Desde esta perspectiva, se entiende entonces que una falta, un pecado cometido por uno, nos interpele a todos pero involucra, en primer lugar, a la víctima del pecado del hermano; ese está llamado a tomar la iniciativa para que quien lo dañó´ no se pierda”. Palabras como “perdido”, “perdón”, “víctima”, “iniciativa” aluden claramente a los actores que involucran el proceso de paz que vive Colombia. Pero es la actitud de Jesús en el evangelio. Consiguientemente, retoma los testimonios de las víctimas que escuchó en días pasados, testimonios de personas que han salido al encuentro de personas que les habían dañado, que demuestran que sí es posible este perdón. Y refiriéndose al lema que ha acompañado esta visita (el cual retoma al final), habla de los que han dado el “primer paso” en un camino distinto a los ya recorridos. Caminos que tienen que llevar al encuentro personal entre las partes. Pero, ¿quiénes son esas partes que intervienen en este acuerdo? Sectores que, en muchas ocasiones, han sido invisibilizados, las comunidades que aportan en procesos de memoria colectiva. El sujeto histórico que es la gente y su cultura, no una clase, una fracción, un grupo o una élite. No es un proyecto de unos pocos para unos pocos, o una minoría ilustrada o testimonial que se apropie de un sentimiento colectivo. Se trata de un acuerdo para vivir juntos, de un pacto social y cultural. Y, por supuesto, cada uno de nosotros también podemos hacer un gran aporte a este paso nuevo que quiere dar Colombia. En este complejo proceso de paz, el Papa aporta dando algunas claves o pistas: Este camino de reinserción en la comunidad comienza con un diálogo de a dos. Nada podrá reemplazar ese encuentro reparador. Ningún proceso colectivo exime del desafío de encontrarnos, de clarificar, perdonar. Las heridas hondas de la historia precisan necesariamente de instancias donde se haga justicia, se dé posibilidad a las víctimas de conocer la verdad. Que el daño sea convenientemente reparado y haya acciones claras para evitar que se repitan esos crímenes. Generar «desde abajo» un cambio cultural: a la cultura de la muerte, de la violencia, respondemos con la cultura de la vida, del encuentro. «Este desastre cultural no se remedia ni con plomo ni con plata, sino con una educación para la paz, construida con amor sobre los escombros de un país enardecido donde nos levantamos temprano para seguirnos matándonos los unos a los otros... una legítima revolución de paz que canalice hacia la vida la inmensa energía creadora que durante casi dos siglos hemos usado para destruirnos y que reivindique y enaltezca el predominio de la imaginación» (citando a Gabriel García Márquez, Mensaje sobre la paz, 1998) Y nos interpela a los creyentes: A preguntarnos ¿Cuánto hemos accionado en favor del encuentro, de la paz? ¿Cuánto hemos omitido, permitiendo que la barbarie se hiciera carne en la vida de nuestro pueblo? A que ¡nuestra voz se alce y nuestras manos acusen proféticamente! A iniciar, como san Pedro Claver, una corriente contracultural de encuentro y restaurar, como lo hizo él, la dignidad y la esperanza de centenares de millares de negros y de esclavos que llegaban en condiciones absolutamente inhumanas, llenos de pavor, con todas sus esperanzas perdidas. Como santa María Bernarda Butler, a dedicar la vida al servicio de pobres y marginados. Y retomando el tema del encuentro, habla de la dignidad de la sacralidad de cada vida humana, entendiendo: Cada hombre Cada mujer Los pobres Los ancianos Los niños Los enfermos Los no nacidos Los desocupados Los abandonados Los que se juzgan descartables La naturaleza creada. Como conclusión, señala que no se puede negar que hay personas que persisten en pecados que hieren la convivencia y la comunidad: El drama lacerante de la droga La devastación de los recursos naturales La contaminación La tragedia de la explotación laboral El blanqueo ilícito de dinero La especulación financiera La prostitución que cada día cosecha víctimas inocentes La abominable trata de seres humanos Los delitos y abusos contra los menores La esclavitud que todavía difunde su horror en muchas partes del mundo La tragedia frecuentemente desatendida de los emigrantes con los que se especula indignamente en la ilegalidad. Finalmente, nos invita a que recemos juntos; aunque con matices personales y distintas acentuaciones, pero que alce de modo conjunto un mismo clamor. Rezamos para cumplir con el lema de esta visita: « ¡Demos el primer paso!», y que este primer paso sea en una dirección común.Si Colombia quiere una paz estable y duradera, tiene que dar urgentemente un paso en esta dirección, que es aquella del bien común, de la equidad, de la justicia, del respeto de la naturaleza humana y de sus exigencias. En definitiva, la exigencia es construir la paz, hablando no con la lengua sino con manos y obras y levantando juntos los ojos al cielo: “Él es capaz de desatar aquello que para nosotros pareciera imposible, Él ha prometido acompañarnos hasta el fin de los tiempos, Él no dejará estéril tanto esfuerzo.

Mié 13 Sep 2017

Colombia, alegre, sufrida y con esperanza

El Papa Francisco aseguró que Colombia “es un pueblo alegre, con mucho sufrimiento, pero con esperanza”. Así lo manifestó este miércoles durante la Audicencia General en el Vaticano al realizar un breve balance de su visita. El Pontífice señaló que en este viaje sintió una "continuidad" con las visitas del Beato Pablo VI en 1968 y San Juan Pablo II en 1986. "Una continuidad fuertemente animada por el Espíritu, que guía los pasos del pueblo de Dios sobre el camino de la historia”. Destacó los esfuerzos del pueblo colombiano para lograr la reconciliación. “Colombia, como la mayor parte de los países latinoamericanos –señaló–, es un país en el que existen unas fortísimas raíces cristianas. Y si este hecho hace todavía más agudo el dolor por la tragedia que la guerra ha causado, al mismo tiempo constituye la garantía de la paz, la base firme para su reconstrucción, el sustento de su invencible esperanza”. El Pontífice repasó algunos de los momentos de su viaje. De forma especial, recordó la jornada dedicada a la reconciliación en Villavicencio, “momento culminante de todo el viaje”. El Papa destacó la beatificación de los mártires Jesús Emilio Jaramillo Monsalve, Obispo, y de Pedro María Ramírez Ramos, sacerdote. “La beatificación de esos dos mártires recordó plásticamente que la paz se sustenta también, quizás sobre todo, en la sangre de tantos testigos del amor, de la verdad, de la justicia, y también en los verdaderos mártires asesinados por la fe, como los dos citados”. “Escuchar sus biografías ha sido conmovedor hasta las lágrimas: lágrimas de dolor y, al mismo tiempo, de alegría. Delante de sus reliquias y delante de sus rostros, el santo pueblo fiel de Dios ha sentido la fuerza de su santidad, con dolor, pensando en tantas, demasiadas, víctimas, y con alegría, por la misericordia de Dios”. Francisco también destacó la impresión que le produjo celebrar la Misa ante el Cristo de Bojayá, “sin brazos y sin piernas, mutilado como su pueblo”. En Medellín, “el tema era la vida cristiana como discipulado: la vocación y la misión. Cuando los cristianos se empeñan a fondo en el camino de Jesucristo, se vuelven verdaderamente sal, luz y levadura en el mundo, y los frutos se vuelven abundantes”. Uno de estos frutos “son los ‘Hogares’, las casas donde niños y jóvenes heridos de la vida pueden encontrar una nueva familia donde son amados, escuchados, protegidos y acompañados. Y otros frutos abundantes: son las vocaciones a la vida sacerdotal y consagrada que he podido bendecir y animar con alegría en un inolvidable encuentro con los consagrados y con sus familiares”. “Y, finalmente, en Cartagena, la ciudad de San Pedro Claver, apóstol de los esclavos, el foco se situó sobre la promoción de la persona humana y de sus derechos fundamentales. San Pedro Claver, como más recientemente Santa María Bernarda Bütler, dio la vida por los más pobres y marginados, y así han mostrado la vida de la verdadera revolución, la evangélica, no la ideológica, que libera verdaderamente a la persona y a la sociedad de la esclavitud de ayer y, sobre todo, también de la de hoy”. “En este caso, ‘dar el primer paso’, el lema del viaje, significa acercarse, inclinarse, tocar la carne del hermano herido y abandonado”, concluyó.

Mié 13 Sep 2017

Remembranzas del Angelus del Papa en Cartagena

Por: Liliana Franco Echeverri, ODN:En la ciudad de Cartagena, tierra de contrastes, en la que las olas del mar golpean las murallas y las estructuras injustas menguan la vida de los más pobres, la voz del Papa resonó con fuerza a las 12:00 del día. Miles de personas se reunieron a las afueras de la tradicional Iglesia de San Pedro Claver. Desde allí el eco del Angelus alcanzó al mundo entero. De manera sencilla y con la profundidad que lo caracteriza, el Papa recordó dos historias: la de la Virgen de Chiquinquirá y la de San Pedro Claver. Historias que hablan de una opción decidida y total por los más pobres, por aquellos a quienes la sociedad y el sistema les niegan toda esperanza. En la Virgen de Chiquinquirá los más pobres siempre han encontrado la madre que abriga, consuela y dignifica y, en San Pedro Claver, al defensor de los derechos de los más vulnerados de la sociedad: los esclavos. Con firmeza el Papa expresó: “Todavía hoy, en Colombia y en el mundo, millones de personas son vendidas como esclavos, o bien mendigan un poco de humanidad, un momento de ternura, se hacen a la mar o emprenden el camino porque lo han perdido todo, empezando por su dignidad y por sus propios derechos”, insistió en su discurso antes de la oración en silencio. Con radicalidad evangélica expresó: “Son los pobres, los humildes, los que contemplan la presencia de Dios, a quienes se revela el misterio del amor de Dios con mayor nitidez”. Insistió que el amor de Dios se hace concreto, se hace cotidiano y manifestó que los gestos reales de compromiso y servicio, evidencian la calidad del amor. Invitó a poner la mirada en aquellos que trabajan por recuperar la dignidad de las personas, quienes curan las heridas o atienden las necesidades básicas de los más pobres. La voz del Papa, hizo recordar la necesidad de orar y de trabajar para ayudar a todos los seres humanos a recuperar el esplendor de hijos de Dios. El Papa oró por todos los países latinoamericanos e hizo especial mención del hermano pueblo venezolano. Manifestó su cercanía “a los hijos e hijas de esa nación, como también a los que han encontrado en tierra colombiana un lugar de acogida.” Desde Cartagena, cede de los derechos humanos hizo un llamado, para “que se rechace todo tipo de violencia en la vida política y se encuentre una solución a la grave crisis”. Desde ese entrañable claustro, el Papa rezó el Angelus y oró en silencio en presencia de san Pedro Claver. Liliana Franco Echeverri odn

Mar 12 Sep 2017

“¿No ardían nuestros corazones?” (Lc. 24, 37)

Por: Orlando Escobar, C.M: El primer domingo de todos, Jesús Resucitado caminaba con sus discípulos que eran incapaces de reconocerle. Sólo después de que se marchó, comprendieron que era el mismo Jesús el que había estado compartiendo con ellos el pan y explicándoles las Escrituras, con lo cual no solamente inauguraron el primer domingo de la historia sino la primera Eucaristía después de la muerte de Jesús y desde su resurrección, es decir, la liturgia de la Palabra y la liturgia de la Eucaristía, por la que cada vez que la hacemos anunciamos su muerte, proclamamos su resurrección y suspiramos por la segunda venida del Señor. También un domingo como ése, el Papa Francisco se ha marchado para regresar a su sede en Roma. Un periodista de un prestigioso medio hablaba del “guayabo” que nos produce su ida, pero más que tristeza por su ida, nos queda la alegría por lo que nos dijo, por lo que vivió entre nosotros, en donde él mismo afirmó con humildad que había aprendido; por los gestos tan cercanos y evidentes que manifestó a los que lo encontraron, por su atención a los que le hablaron, por su sonrisa natural y espontánea, propia de un ser humano como es él. Francisco en verdad ha dejado una huella en toda Colombia. Antes de su visita hubo críticas y temores que se superaron uno por uno. Tengo la impresión de que la mayoría en este país (nada laico como dijo en un trino el Exprocurador durante la Misa del jueves 7 de septiembre en Bogotá) quedó muy satisfecha con la visita de este líder moral, espiritual y religioso que ha tenido una palabra para todos, una bendición para los que se la pidieron, una mirada tierna y bondadosa. Soy hombre de fe, pero no exagero en decir que su visita en un regalo venido del Cielo que incluso nos ha ayudado mucho a poner los pies en la tierra, que nos ha invitado a tocar las heridas de la humanidad y a ponerle remedio de una u otra forma. Algunas faenas de la vida de Jesús eran parecidas a las de Francisco (Cf. Lc 4, 38-44), y Él prometió que sus discípulos harían cosas mayores (Cf. Jn 14, 12), y es verdad… No podemos no decir una palabra de agradecimiento al Gobierno Nacional y las alcaldías municipales de las ciudades donde estuvo, a la Fuerza Pública, a los medios de comunicación, a la Iglesia principalmente, e incluso a la empresa privada que ha puesto sus poderosos medios al servicio de esta Visita, y a todos los que han trabajado para el éxito de la misma, el cual ha sido evidente desde todo punto de vista. Gracias a Dios que permitió que todo saliera bien, sólo un pequeño incidente menor en Cartagena del que seguramente se aprenderá. Todos hemos quedado muy contentos, y sobre todo aquellos que pudieron tocarlo, estrechar su mano, escuchar una palabra personal, etc. A todos los Colombianos él nos dijo algo importante, tal como lo hizo Jesús a los inicialmente frustrados discípulos de Emaús, que después de darse cuenta quién les había hablado no dudaron en dar media vuelta para retornar todos contentos a Jerusalén y relatar lo que habían vivido. Francisco se ha ido, pero nos ha dejado un contundente mensaje que debemos repasar, orar y poner en práctica. Principalmente su mensaje fue, como sabemos, el mismo de Jesús, es decir, reconciliarnos, perdonarnos, no volver a usar la violencia ni con hechos ni con palabras, ayudar a sanar las heridas causadas por el conflicto, recuperar la esperanza, no dejarnos robar la alegría, ser buenos porque basta uno sólo para que haya futuro, valorar la vulnerabilidad, entender que los mendigos y los pobres son los verdaderos protagonistas de la historia, escucharnos, orar por los amigos y por los enemigos, y también por favor, orar por el Papa, porque su tarea es grande, para que la siga haciendo como la ha hecho hasta ahora. Colombia no debe ser la misma de aquí en adelante. ¡Que Dios, la Virgen de Chiquinquirá y los nuevos Beatos colombianos nos ayuden! Orlando Escobar, C.M.

Dom 10 Sep 2017

“Siempre lo recordaremos en nuestra oración. Gracias Papa Francisco”

Al cerrar la Eucaristía, con lágrimas y la voz entrecortada el arzobispo de Cartagena, monseñor Jorge Enrique Jiménez Carvajal, agradeció la presencia del Papa Francisco en Cartagena y Colombia. “Gracias Papa Francisco por venir aquí, por pasar con nosotros un domingo, por quedarse con nosotros al caer la tarde”, afirmó el prelado visiblemente emocionado. Tras tomarse una breve pausa, el arzobispo deseo un buen retorno al Papa Francisco. “Gracias por su visita, siempre lo recordaremos en nuestra oración y lo llevaremos en nuestro corazón. Ore por nosotros. Gracias por darnos esperanza y buen retorno a la Iglesia de Roma y que la virgen María, nuestra madre lo acompañe siempre. A ella la vamos a invocar para que siempre lo acompañe.”, concluyó el prelado.

Dom 10 Sep 2017

“Estos encuentros me han hecho mucho bien”: Papa Francisco

Durante su última jornada de Visita Apostólica en Colombia, el Papa visitó San Francisco, un barrio pobre de Cartagena. Allí el Sumo Pontífice bendijo la primera piedra de las casas para los habitantes de calle de la obra Talitha Qum y conoció las acciones que esta obra social viene desarrollando para prevenir el turismo y explotación sexual. El Papa escuchó atentamente los testimonios de colaboradores de esta obra social que explicaron el grave peligro que corren muchas niñas y adolescentes producto de la trata, el turismo sexual y la prostitución. “Estas niñas y adolescentes desean con todo su corazón ser mujeres dignas de vivir en nuestra sociedad”, afirmó la Hermana Blanca, integrante de Talitha Qum. Por su parte, una representante de la Misión Social María Revive, explicó al Papa que la tarea, de un grupo de laicos, ha sido salir a las periferias y ayudar a habitantes de la calle. “Es una realidad de muchas caras, sobre todo de caras ocultas, por ello vamos al encuentro de quien ha sido excluido por esta cultura del descarte”, señaló. Finalmente, el Padre Elkin Acevedo Carrasquilla, párroco de San Francisco brindó algunos detalles más al Papa de estas dos obras sociales que se vienen impulsando en la Arquidiócesis de Cartagena. “Estamos en una de las zonas más pobres de la ciudad” y “hemos optado por la persona de Jesús y su mensaje”, aseguró. Tras estas intervenciones el Santo Padre hizo la bendición: Oremos: Bendito seas, Señor, Dios de misericordia, que en tu Hijo nos has dado un admirable ejemplo de caridad y por Él nos has recomendado vivamente el mandato del amor; dígnate colmar de tus bendiciones a estos servidores tuyos, que quieren dedicarse generosamente a la ayuda de los hermanos; haz que, en las necesidades urgentes, te sirvan fielmente con una entrega total en la persona del prójimo. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén. Luego, el Papa Francisco, en papamóvil, recorrió el barrio, allí tuvo un percance producto de una frenada del carro que le ocasionó un golpe en el pómulo derecho y una herida en la ceja. A pesar de este incidente el Papa siguió su recorrido a pie, saludó a los niños del barrio e ingresó a la casa de la señora Lorenza. La casa de la señora Lorenza fue bendecida por el Papa, gracias a la labor que realiza en favor de los niños del sector que día a día los alimenta. En la casa de la señora Lorenza fue revisado, "se cambió en mi casa, lo curaron, no hizo todo, bendijo todo", agregó la líder comunitaria a RCN Noticias. La señora Lorenza alimenta diariamente a más de 100 niños de escasos recursos de su comunidad. "Me agarró la mano, me abrazó fuerte, me dio un beso en la mejilla y me estrechó la mano fuerte y me dijo usted vale mucho doña Lorenza", aseguró la cartagenera. Durante sus palabras a los pies de la Iglesia de San Pedro Claver, el Papa destacó la experiencia que tuvo en el Barrio San Francisco: “Hebendecido las primeras piedras de dos instituciones destinadas a atender a personas con grave necesidad y visité la casa de la señora Lorenza, donde acoge cada día a muchos hermanos y hermanas nuestras para darles alimento y cariño. Estos encuentros me han hecho mucho bien porque allí se puede comprobar cómo el amor de Dios se hace concreto, se hace cotidiano”.

Dom 10 Sep 2017

El Papa ora por Venezuela

Durante el rezo del Ángelus el Papa Francisco expresó de manera particular su oración por Venezuela e hizo un llamado para que se rechace todo tipo de violencia en la vida política de ese país. “Expreso mi cercanía a cada uno de los hijos e hijas de esa amada nación, como también a los que han encontrado en esta tierra colombiana un lugar de acogida”, señaló el Papa. Luego el Papa hizo un llamado. “Desde esta ciudad, sede de los derechos humanos, hago un llamamiento para que se rechace todo tipo de violencia en la vida política y se encuentre una solución a la grave crisis que se está viviendo y afecta a todos, especialmente a los más pobres y desfavorecidos de la sociedad. Que la Virgen Santísima interceda por todas las necesidades del mundo y de cada uno de sus hijos. Como siempre el Santo Padre concluyó saludando a todos los presentes y pidió:” no se olviden de rezar por mí”.

Dom 10 Sep 2017

La Virgen y San Pedro Claver, modelos para la dignidad de las personas

El Papa Francisco destacó la advocación de la Virgen de Chiquinquirá y a San Pedro Claver como modelos para trabajar por la dignidad de las personas, en particular por “los pobres y descartados de la sociedad”. “María de Chiquinquirá y San Pedro Claver nos invitan a trabajar por (…) aquellos que son abandonados, por los inmigrantes, por los que sufren la violencia y la trata”. Así mismo, recordó que todos los humildes y los pobres tienen dignidad y son imagen viva de Dios. “Todos hemos sido creados a imagen y semejanza de Dios, y a todos nosotros, la Virgen nos sostiene en sus brazos de hijos queridos”. Recordando la historia del lienzo de la Virgen de Chiquinquirá destacó a María Ramos, “una mujer sencilla” que “tuvo el valor y la fe de colocar esa imagen borrosa y rajada en un lugar destacado, devolviéndole su dignidad perdida”. Sobre esto el Papa aseguró que esta acción supuso encontrar y honrar a María “en lo que para los demás era despreciable e inútil”. El Papa aseguró que son “los pobres, los humildes, los que contemplan la presencia de Dios, a quienes se revela el misterio del amor de Dios con mayor nitidez”. Al referirse a San Pedro Claver señaló que él “sabía que el lenguaje de la caridad y de la misericordia era comprendido por todos” y que a través de la caridad se puede comprender “la verdad y la verdad reclama gestos de caridad”, subrayó. El Papa recordó que San Pedro Claver fue acusado injustamente de ser indiscreto por su celo y debió enfrentar duras críticas y una oposición por parte de quienes temían que su ministerio socavase el lucrativo comercio de esclavos. En relación a esto el Papa advirtió que “en Colombia y el mundo, millones de personas son vendidas como esclavos o bien mendigan un poco de humanidad, un momento de ternura, se hacen a la mar o emprenden el camino porque lo han perdido todo, empezando por su dignidad y por sus propios derechos”.