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Este es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo

Mié, 11/01/2023 - 07:00 editorCEC1

Tags: natividad eucaristía Liturgia cordero de Dios Iglesia

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Predicacion-orante 15-enero-2023

SEGUNDO DOMINGO 
DEL TIEMPO ORDINARIO
Enero 15 de 2023


Primera Lectura:  Isaías 49,3.5-6 
Salmo: 40(39),2 y 4ab.7.8-9.10 (R. cf. 8-9) 
Segunda Lectura: 1Corintios 1,1-3 
Evangelio: Juan 1, 29-34.


I. Orientaciones para la Predicación


Introducción
Desde distintos ángulos, las tres lecturas bíblicas de este segundo domingo del Tiempo Ordinario se centran en el testimonio sobre Jesucristo. A la garantía de Dios a favor de su Siervo como luz de las naciones y portador de su salvación universal, y a la confesión de Pablo que se proclama apóstol de Jesucristo, se suma el espléndido testimonio de Juan el Bautista sobre Cristo Jesús como “cordero de Dios que quita el pecado del mundo”.


1.  Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura?
Leemos hoy el segundo de los cuatro "cánticos del Siervo" de Isaías, o mejor, del "segundo Isaías". Leemos sólo los versículos que se refieren a la misión universal del Siervo. El primero de estos poemas lo leímos el domingo pasado, la fiesta del Bautismo de Jesús.

 
El futuro Siervo es llamado por Dios, ya desde el seno materno, para reunir al pueblo de Israel, desde su dispersión, y a la vez para ser luz de las naciones: "para que mi salvación alcance hasta el confín de la tierra". 


El salmo 40 refleja la actitud de obediencia del Siervo a la voluntad de Dios que, según van diciendo el cántico tercero y cuarto, que leemos en la Semana Santa, se ofrece a sí mismo por la salvación de todos. La antífona que repetimos es la actitud que la carta a los Hebreos atribuye a Jesús en el momento mismo de su encarnación: "tú no quisiste sacrificios ni ofrendas... Aquí́ estoy, Señor, para hacer tu voluntad". 


Durante siete domingos, la segunda lectura la haremos de la I carta de Pablo a los Corintios. 


Corinto era y es una ciudad griega de gran vitalidad, puerto de mar, con gran comercio e importantes actividades ciudadanas. Era pagana y con muy mala fama en cuanto a su moral y costumbres. En esa ciudad estuvo Pablo más de un año, entre el 51 y el 52, creando una comunidad cristiana muy viva, rica en valores, pero también en problemas que en parte se explican por su carácter de recién convertidos del paganismo. 


El pasaje de hoy es el inicio de la carta, y nos dice quién es su autor (Pablo, apóstol), sus destinatarios (la Iglesia de Dios que está en Corinto, el pueblo santo) y el saludo que les dirige (y que hoy haría bien el sacerdote en repetir al comienzo de la Eucaristía: "la gracia y la paz de parte de Dios, nuestro Padre, y del Señor Jesucristo, sea con ustedes"). 


Y en el Evangelio de Juan 1,29-34 el Bautismo de Jesús lo cuenta el evangelista con un claro testimonio del Bautista sobre Jesús. Nos dice que al principio "no lo conocía", pero vio cómo el Espíritu bajaba sobre Jesús y así́ pudo el Bautista anunciar a todos: "este es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo... He contemplado al Espíritu que bajaba del cielo como una paloma y se posó́ sobre él". Más aún, llega a afirmar la identidad más profunda de Jesús: "Este es el Hijo de Dios". 


2.  Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y que me sugiere para decirle a la comunidad?
Los nombres que aplican a Jesús las lecturas de hoy intentan describir la rica personalidad de Cristo Jesús: el Enviado de Dios, el Mesías, el Siervo, el Hijo de Dios, el Amado y preferido del Padre, Señor nuestro. A veces él mismo se presenta como el Pastor. Pero hoy se dice de él que es "el Cordero que quita el pecado del mundo".


El cordero es un animal que para los contemporáneos de Jesús estaba lleno de simbolismo y resonancias bíblicas. La primera comunidad cristiana vio en Jesús cumplidos los recuerdos y figuras de aquel "cordero pascual" cuya sangre, marcando las puertas de las familias de los judíos en Egipto, fue el inicio del éxodo y de la liberación de Israel. También tienen una relación íntima con Jesús los sacrificios diarios de corderos en el Templo, ahora sustituidos por la ofrenda que de sí mismo hace este verdadero Cordero en la cruz. También Isaías, en los cantos siguientes al que hemos leído hoy, presenta al Siervo como una oveja que llevan al matadero y se ofrece por la salvación de todos. 


Todo eso se realiza en plenitud en Cristo Jesús. De él sí se puede decir que es "el Cordero que quita el pecado del mundo". Recién terminadas las fiestas navideñas, hacemos bien en mirar a ese Jesús que en su Pascua se entregará por toda la humanidad y nos reconciliará con Dios. 


Cuando escuchamos la carta de Pablo a los Corintios, la tenemos que considerar como escrita para nosotros mismos, deseando merecer las alabanzas del apóstol y procurando corregirnos de sus reproches, si es que se nos pueden aplicar. La de Corinto es una comunidad cristiana que vive en un ambiente pagano, lo que también le da mayor actualidad ahora. 


La Escritura no se proclama en nuestra celebración para que nos enteremos de que hace veinte siglos las comunidades tenían tales o cuales problemas, sino para que nos miremos al espejo y procuremos que nuestros caminos vayan coincidiendo cada vez más con los de Dios. 


Hay abundantes luces en la Iglesia de hoy. También nuestras comunidades pueden definirse como aquella: "la Iglesia de Dios en Corinto", afincada en medio de una sociedad concreta. Y, sobre todo, también están compuestas por personas que son "los consagrados por Jesucristo, el pueblo santo que él llamó". Además, como la de Corinto, nos sentimos unidos "a todos los demás que en cualquier lugar invocan el nombre de Jesucristo, Señor nuestro y de ellos". 


3.  Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo?
En nuestra Eucaristía, llamamos varias veces a Jesús con el apelativo que le da el Bautista, "Cordero de Dios": en el Gloria ("Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre"), en el canto del "Agnus Dei" ("Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo...") y en la invitación que el sacerdote nos hace para que nos acerquemos a comulgar ("Este es el Cordero de Dios"). Haremos bien en pronunciar esta última invitación con expresividad, recordando que la frase viene de la afirmación del Bautista y que presenta a Jesús como Salvador de la humanidad. 


También es de notar una afirmación que haremos en la oración sobre las ofrendas: “concédenos participar dignamente de estos santos misterios, pues cada vez que celebramos este memorial del sacrificio de Cristo se realiza la obra de nuestra redención”. Es como la definición de lo que es la celebración sacramental cristiana. Nuestra participación en la Eucaristía no es un mero cumplimiento, o un consuelo espiritual, sino la actualización del acontecimiento fundamental, la Pascua de Jesús, su entrega sacrificial en la Cruz, para que cada uno de nosotros participe de ella. 


Esta experiencia de encuentro con el Señor Resucitado, el Cordero que quita el pecado del mundo, debe darnos fuerzas para luego, en la vida, ser consecuentes y dar testimonio del amor de Dios que se ha manifestado en Cristo Jesús. 

 


_______________________
Recomendaciones prácticas:
•  Sería oportuno hacer hoy el rito para la bendición y la aspersión del agua en memoria del Bautismo, que ocuparía el lugar del acto penitencial al comienzo de la Misa, siguiendo lo indicado en el Apéndice I, Formulario I, del MR, p. 1053.

 



II. Moniciones y Oración Universal o de los Fieles 


Monición introductoria de la Misa 
Bienvenidos a la celebración eucarística de este domingo día del Señor. Después de haber vivido con tanto entusiasmo el tiempo de la Natividad, ahora bebamos de sus frutos y dispongámonos a continuar el transcurrir de nuestros días con la certeza que Jesús es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo. Sólo Él puede dar respuesta a nuestras angustias y esperanzas, porque ha vencido la muerte y por el bautismo nos ha dado la entrada en la vida de Dios.  Participemos con inmensa alegría.  


Monición a la Liturgia de la Palabra 
La Palabra de hoy ilumina nuestra misión en la Iglesia porque ella debe ser en el mundo luz de las naciones, sal y fermento. Un creyente vive en el mundo como otro Siervo de Yahvé y en la celebración de la Eucaristía adquiere la certeza de que Jesús es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo y que, por un itinerario de crecimiento en la fe, podemos llegar a conocerlo para tener vida en abundancia.  


Dispongámonos para una atenta escucha.


Oración Universal o de los Fieles 

    
Presidente: Oremos al Señor y pidámosle que escuche compasivamente nuestras plegarias:

R.  Cordero de Dios, escúchanos.


1.  Por la Santa Iglesia de Dios, para que Dios, nuestro Señor, le conceda la paz y la unidad, y la proteja en todo el mundo, roguemos al Señor.

2.  Por los gobernantes de nuestra patria y de todas las naciones, para que Dios dirija sus pensamientos y decisiones hacia una paz verdadera, roguemos al Señor

3.  Por los que están en camino de conversión y por los que se preparan a recibir el bautismo, para que Dios les abra la puerta de su misericordia y les dé parte en la vida nueva en Cristo Jesús, roguemos al Señor

4.  Por nuestros familiares y amigos que no están ahora aquí con nosotros, para que Dios escuche sus oraciones y lleve a la realidad sus deseos, roguemos al Señor.

5.  Por nuestra comunidad parroquial para que en cada instante se fortalezca en ella los itinerarios de iniciación cristiana, a fin que todos los miembros alcancen una verdadera madurez en la fe, roguemos al Señor.


Oración conclusiva
Padre todopoderoso, escucha nuestras oraciones y, 
con la fuerza de tu Espíritu,  afianza en nosotros la gracia del bautismo, 
para que toda nuestra vida manifieste el mensaje alegre del Evangelio. 


Por Jesucristo, nuestro Señor.

R. Amén.

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Jue 9 Mar 2023

Un surtidor de agua que salta hasta la vida eterna

TERCER DOMINGO DE CUARESMA Marzo 12 de 2023 Primera Lectura: Éxodo 17,3-7 Salmo: 95(94),1-2.6-7ab.7c-9 Segunda Lectura: Romanos 5,1-2.5-8 Evangelio: Juan 4, 5-42 I. Orientaciones para la Predicación Introducción El Tercer domingo de cuaresma en la tradición catecumenal está vinculado al primer escrutinio de quienes van a ser bautizados en la Pascua y resplandece un tema muy bautismal para guiar la celebración: El agua se hace protagonista en la historia de la salvación. - El agua brotando de la roca es un signo del don y una respuesta a las necesidades de la peregrinación (primera lectura) - La ausencia de agua debe ser motivo de búsqueda y crecimiento, no un motivo de rebeldía y murmuración (salmo responsorial) - Agua y amor de Dios se reclaman para ser siempre derramados en la vida de quienes se abren a la acción de Dios. - Jesús es el agua viva que sacia y da sentido a la existencia (Evangelio). 1. Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura? La peregrinación de un pueblo en camino de libertad, narrada en la primera lectura se vuelve la experiencia prototípica del inconforme que suele ver enorme los límites y muy pequeños los dones y bondades de Dios. El camino de la murmuración no resuelve nada con Dios, es el acto de confianza lo que produce resultados y la fe se vuelve acción que sacia la sed. El salmo 95 (94) es una clara respuesta a la primera lectura y un memorial continuo de que tentar a Dios y dudar no es el camino sino entrar por la voluntad del Señor. El camino de la conversación debe luchar contra el endurecimiento del corazón y en cuaresma este camino debe tomar formas concretas en un itinerario de acciones transformadoras. La segunda lectura presenta a la comunidad de Roma una realidad humana que puede ser de oscuridad pero que en el misterio pascual de Cristo se transforma y se vuelve una efusión de la gracia. Como el agua, el amor se derrama y da vida. El tercer domingo de la Cuaresma en el ciclo A, nos presenta la figura de Jesucristo como el Agua viva. Y nos pone en tónica de redescubrimiento del Bautismo. Hemos recorrido 2 domingos en los cuales hemos descubierto que los humanos tenemos la tentación a la puerta pero que igualmente el poder de Dios puede transfigurarnos y llevarnos a la experiencia de lo divino y a la certeza de la resurrección. Ahora, el camino cuaresmal nos dice que, sólo bebiendo de la fuente, que es Cristo, podemos vencer la duda y la tentación. El texto de la samaritana sigue siendo un texto catecumenal que se presenta en el movimiento del conocer de la mujer y en la auto - revelación de Jesús que finalmente se manifiesta como el agua viva, el agua corre y hace que en creyente brote esa misma agua. El movimiento del texto de este domingo empieza en el conocer y termina en el creer, pero esto pasa por la experiencia de Jesús: «Ya no creemos por lo que tú dices; nosotros mismos lo hemos oído y sabemos que él es de verdad el Salvador del mundo». En este tercer domingo, nuestra experiencia recorre la suerte de Israel y clamamos nuevamente al Señor diciendo “Danos agua que beber” (primera lectura) pero lo hacemos recordando que nuestra fe no puede titubear en el camino (salmo) debido a que “el amor ha sido derramado en nosotros por el Espíritu que se nos ha dado” (segunda lectura) y así el culmen de todo es Cristo como agua viva (Evangelio). 2. Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y que me sugiere para decirle a la comunidad? En una sociedad como la nuestra, con muchas ilusiones no alcanzadas y sueños no realizados, hay siempre la tentación de detener la marcha y hasta dudar de las promesas de Dios. La Palabra de Dios dice: “en el peligro grité al Señor y él me escuchó”, por eso hay que recordar siempre que el proceso de la fe no excluye las dificultades, sino que las interpreta y les da un sentido. En Cristo la humanidad haya una respuesta y un sentido. Proclamar que Jesús es el agua viva nos lleva a pensar que no podemos dejar de lado el agua viva que no se apaga y nos convierte en torrentes para los demás, por buscar riachuelos y pequeños estanques que nos prometen mucho y nos dejan sin esperanzas cumplidas. En Cuaresma la tentación no tiene la última palabra, es necesario dejarnos transfigurar para apagar definitivamente la sed. 3. Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo? El prefacio de la Samaritana es motivo de oración y nos relata que la sed produce un efecto fundamental en la persona “encender en ella el fuego del amor divino”. Es necesario un compromiso misionero que surge del encuentro con Jesús, es necesario salir a invitar para que otros vengan a ver y a escuchar. La sed debe ser saciada en el conocer: Conocer y ser conocidos por el Señor. Para contemplar, puede servir repetir siempre la frase del evangelio que define lo que ocurre en la vida del bautizado: “Un surtidor de agua que salta hasta la vida eterna” _________________________ Recomendaciones prácticas: • En este domingo se celebra el primer escrutinio de preparación para el bautismo de los catecúmenos que serán admitidos, en la Vigilia pascual a los sacramentos de la iniciación cristiana, usando las oraciones e intercesiones propias, como se encuentra en las pp. 801-803 del Misal Romano. • Se debe recordar que la eucología de este domingo en el ciclo A tiene un prefacio propio. II. Moniciones y Oración Universal o de los Fieles Monición introductoria de la Misa La eucaristía de este domingo nos evoca un lugar, el pozo de Sicar y nos lleva al encuentro con el Señor, que sacia nuestra sed y nos reconforta en el camino. Dejemos que la acción del Resucitado sea una realidad en la vida de nuestra comunidad y oremos por los catecúmenos que recibirán el bautismo en la noche santa de la Pascua, para que juntos podamos descubrir que no hay otra fuente de vida distinta al Señor. Monición a la Liturgia de la Palabra El itinerario cuaresmal nos regala ahora una Palabra que refresca y da vida. El agua se presenta como un símbolo de la vida de Dios en una comunidad y la garantía de un Dios fiel a sus promesas. Escuchemos con fe. Oración Universal o de los Fieles Presidente: Como el sol abrasador que trajo la sed, hoy presentamos nuestras ansiedades y esperanzas al Señor que siempre nos atiende. R. Sacia nuestra sed, Señor. 1. Para que El Papa Francisco y los ministros de la Iglesia sepan acompañar las esperanzas de la humanidad y ayuden a descubrir la púnica posibilidad de saciar la sed, que es Cristo, el Señor. Roguemos al Señor. 2. Para que en las naciones reine siempre la justicia y la paz y se busquen condiciones dignas para los hombres que tienen ansia de plenitud. Roguemos al Señor. 3. Para que, en medio del dolor y sufrimiento, el Señor apague la sed de quienes se ven agobiados y desesperanzados. Roguemos al Señor. 4. Para que el camino sinodal posibilite a toda la búsqueda de los intereses comunes y beneficie la humanidad, haciendo de la Iglesia un hospital de campaña que sea sensible a la sed que agobia a hombres y mujeres de las diferentes culturas, razas y credos. Roguemos al Señor. 5. Para que quienes celebramos esta liturgia veamos colmadas nuestras esperanzas y seamos fortalecidos en la fe que hace brotar agua de las peñas. Roguemos al Señor. Oración conclusiva Tú que eres nuestro Dios y Señor, recibe las oraciones que te presentamos y apaga la sed de nuestra peregrinación bajo la cruz de tu Hijo Jesucristo, que vive y reina por los siglos de los siglos. R. Amén.  

Vie 3 Mar 2023

Su rostro resplandecía como el sol

SEGUNDO DOMINGO DE CUARESMA Marzo 5 de 2023 Primera Lectura: Génesis 12, 1-4a Salmo: 33(32), 4-5.18-19. 20 y 22 Segunda Lectura: 2Timoteo 1, 8b-10 Evangelio: Mateo 17, 1-9. I. Orientaciones para la Predicación Introducción El camino cuaresmal en el ciclo A está marcado por un claro itinerario catecumenal que lleva a conectar la vida de la comunidad con la experiencia diaria, siempre tocada por la tentación (primera semana) pero llamada siempre a una transformación (segunda semana). De esta manera que el proceso catecumenal y la renovación bautismal para la que se prepara la comunidad cristiana y que se llevará a cabo en la Pascua parten un llamado concreto del Señor en dimensiones muy marcadas:  Toda llamada implica salir de sí mismo y de las propias seguridades para asumir un proyecto en el que el Señor traza el horizonte y la obediencia del llamado va concretando (primera lectura)  Toda esperanza se basa en la confianza de que Dios siempre cumple su palabra (Salmo responsorial)  La llamada del Señor es un camino de iluminación, como ocurre en el camino bautismal (segunda lectura)  Quien se deja llevar por el Señor y responde positivamente a su llamada, sabe que día a día su vida se transfigura y sigue un camino que le conduce a la experiencia gloriosa de la resurrección (Evangelio) 1. Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura? El Texto del libro del Génesis enmarca la experiencia del llamado de Abraham en un continuo proceso de peregrinación, de salida y de búsqueda. La experiencia del llamado lleva a desposeerse y a ser motivo de bendición para los demás, de tal manera que la bendición es el resultado de la obediencia. El Salmo 33(32) canta la misericordia y fidelidad de Dios frente a quien sabe esperar. Toda esperanza se ancla en la certeza de que Dios cumple sus promesas y que su Palabra siempre se cumple. El texto de 2 Timoteo es una ayuda en el camino de este domingo porque configura la llamada con el misterio de la cruz. El hombre de Dios toma parte en el misterio pascual de Cristo y se configura de tal manera que su existencia se vuelve un resplandor del Evangelio, de la buena noticia de salvación. El centro de la liturgia de la Palabra lo ocupa en este domingo el texto de Mateo sobre la transfiguración del Señor. Mateo siguiendo el esquema del evangelista Marcos (9,2-10) presenta una reflexión sobre la misión de Jesús a partir de una experiencia judía de la revelación de Dios en el monte Sinaí y ahora muestra que esa revelación es Jesús mismo a quien se debe escuchar. Toda la narración habla de manifestación divina: un monte alto, rostro como el sol, vestidos blanquísimos, Moisés y Elías, nube, voz. En el segundo domingo de Cuaresma la liturgia de la Palabra nos recuerda que tenemos una vocación que trae bendición (primera lectura) y ello exige poder ver, contemplar y esperar (salmo responsorial) que Dios llama e ilumina (segunda lectura) y transforma radicalmente la existencia (Evangelio). El bautismo fue llamado en la antigüedad cristiana el sacramento de iluminación. 2. Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y que me sugiere para decirle a la comunidad? En el camino cuaresmal, el ascenso a la montaña santa de la Pascua está marcado por unas estaciones de abastecimiento muy concretas, que son las liturgias dominicales. De manera concreta, caminar significa hacer experiencia de salida y en cuaresma esa salida implica donación y entrega de sí. El camino sinodal reclama una comunidad dispuesta a ponerse en camino, una comunidad que se renueva y resplandece por la respuesta a la llamada del Señor. No todos caminan hoy bajo la cruz de Cristo, pero sí todos pueden ver el resplandor de quienes hemos decidido hacer experiencia de Cruz. Haremos camino siendo discípulos del Mesías crucificado, viviendo nuestro bautismo como iluminación y haciendo que todos puedan ver la gloria del Señor 3. Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo? El prefacio de la misa de este día, nos insiste en que “por la pasión, se llega a la gloria de la resurrección” y eso nos lleva a dar gracias a Dios permanentemente al poder ver el resplandor de su rostro. Este misterio se refleja a la comunidad en una vida donada, en una cuaresma hecha camino y experiencia de peregrinación. Ver el resplandor del rostro me compromete con el pobre y el necesitado: Ayuno, oración y limosna tienen que ser verdaderamente pilares de vida cuaresmal y no solamente ideas bonitas de una predicación. Este domingo debe comprometer a la comunidad a dejar ver el resplandor del rostro de Dios a otros: caridad, fraternidad y diálogo. Una manera concreta de contemplar puede ser repetir siempre en la semana la frase que resuena del Evangelio: “Su rostro resplandecía como el sol” y hacer experiencia de vida esta frase. _______________________ Recomendaciones prácticas: • En este domingo II de cuaresma hay un llamado desde la oración colecta a ESCUCHAR la voz del Señor para poder contemplar. Una insistencia concreta de este día debe ser la escucha y atención a la Palabra proclamada. • Una propuesta pastoral en el camino sinodal puede hacer que haya experiencia de visita, de peregrinación, de salida de las comunidades a las periferias existenciales: el mundo del otro, del pobre, del marginado, del anciano, del que está en soledad, etc. II. Moniciones y Oración Universal o de los Fieles Monición introductoria de la Misa Hoy, el Señor nos ha llamado a salir de nuestras seguridades y nos ha traído a esta celebración, como experiencia de subida al monte. Este segundo domingo de Cuaresma nos convoca junto al altar para ver resplandecer el rostro del Señor, pero gustando la grandeza de su amor en el memorial de su pasión, celebrado en la Eucaristía. Participemos con gozo de esta experiencia. Monición a la Liturgia de la Palabra Llamados a escuchar, hoy nos disponemos como comunidad a un camino de salida y de subida, a una configuración con Cristo crucificado. Dejemos que la Palabra hoy vaya haciendo su obra y nos prepare para renovar nuestra fe en la noche santa de la Pascua. Oración Universal o de los Fieles Presidente: Subamos al Monte con el Señor y entreguemos nuestra plegaria para que podamos ser transfigurados y configurados como verdaderos discípulos. R. Haz brillar tu rostro sobre nosotros, Señor. 1. Que tu luz ilumine al Papa Francisco, a los obispos y ministros de la Iglesia para que siempre y en todo lugar sean signo de tu misericordia. Roguemos al Señor. 2. Que seamos una gran nación, bendecida en nuestros líderes y gobernantes, para que vivamos en la libertad y en la fidelidad de la fe. Roguemos al Señor. 3. Que tomemos parte en los padecimientos por el Evangelio y así seamos cercanos al pobre, al desvalido, al que vive en soledad y tristeza. Roguemos al Señor. 4. Que nosotros esperemos siempre en Señor y así fortalezcamos nuestros esfuerzos por hacer del camino sinodal una práctica permanente en la vida de la Iglesia. Roguemos al Señor. 5. Que podamos repetir siempre: “Qué bueno es que estemos aquí” y así seamos una asamblea contemplativa y comprometida con la transformación del mundo. Roguemos al Señor. Oración conclusiva Haz, Señor, que nunca temamos y podamos contemplar tu acción en el mundo para que a la luz de tu cruz podamos siempre responder con generosidad y capacidad a tu llamado. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. R. Amén.

Mié 22 Feb 2023

Jesús ayuna cuarenta días y es tentado

PRIMER DOMINGO DE CUARESMA Febrero 26 de 2023 Primera Lectura: Génesis 2, 7-9; 3,1-7 Salmo: 51(50), 3-4.5-6a. 12-13.14 y 17 (R. cf. 3a) Segunda Lectura: Romanos 5, 12-19 Evangelio: Mateo 4, 1-11 I. Orientaciones para la Predicación Introducción La Iglesia, el miércoles pasado inició el camino cuaresmal con la imposición de la ceniza; así, en el primer domingo de cuaresma damos un primer paso hacia la pascua del Señor, con su testimonio como vencedor de las tentaciones. El silencio del Aleluya y del Gloria en la misa y la proclamación de la Palabra, nos preparan para hacer un camino cuaresmal, austero y, a la vez, muy profundo, en compañía del Señor Jesús; Él nos ayudara domingo tras domingo a disponer el corazón, para celebrar el acontecimiento redentor, que ofrece su vida en la cruz y resucita para nuestra salvación. Cada domingo de cuaresma será un escalón más en ese ascenso al monte santo de la pascua del Señor. 1. Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura? El libro del Génesis 2,7-9; 3,1-7 cuenta el origen del hombre, del pecado y la perdida de los dones originales con los que fue creada la humanidad. Hoy se nos narra cómo después de la gran obra creadora que Dios hizo, nos encontramos casi de inmediato con la división del corazón mediante el surgimiento de la tentación y el pecado. En la descripción del origen de todo lo que existe, incluida la humanidad misma, con un lenguaje lleno de sabiduría, como aquel detalle en que se recuerda que fuimos hechos de barro y que todos participamos de esa misma realidad de fragilidad. El texto señala cómo nuestros primeros padres fueros seducidos por el enemigo, quien les promete ser como dioses; el hombre alargando su mano y tomando del fruto prohibido, desobedece a la voluntad y querer de Dios. Las consecuencias de la desobediencia las contará las páginas que siguen del libro del Génesis. El salmo 50, nos invita a la oración y a la súplica de perdón: “misericordia, Señor, hemos pecado, crea en mi un corazón puro, renuévame por dentro”. Esta plegaria es con la que hoy la Iglesia, recoge nuestros sentimientos, puesto que, desde el origen de la humanidad hasta nuestros días, nos experimentamos débiles y pecadores, hechos todos del mismo barro. San Pablo en la carta a los Romanos 5,12-19 hace una especial conexión entre la primera lectura y el Evangelio, es decir entre Adán y Cristo. Las consecuencias del pecado del primer Adán, por la que vino la muerte y la condena, ha quedado superada por entero por el segundo Adán, Cristo Jesús, consiguiendo el perdón, venciendo la muerte, y rescatando a los hombres de todos los tiempos, de la muerte definitiva, empezando por el primer hombre, Adán. En el Evangelio de Mateo 4,1-11, Jesús después de ser bautizado, es llevado por el Espíritu para ser tentado, donde el tentador intenta desviarlo de su misión mesiánica. Pasados cuarenta días de ayuno, Jesús experimenta las tentaciones; esos cuarenta días nos recuerdan los cuarenta años del pueblo de Israel caminando en el desierto, superando diversas tentaciones y dificultades; en el contexto del desierto suceden las tentaciones. El demonio quiere que Jesús saque provecho para sí, de su condición mesiánica, “Si eres Hijo de Dios” … “tírate y Dios encargara a sus ángeles” … “todo esto te daré si te postras y me adoras proponiéndole a Jesús un mesianismo fácil, con prebendas y prestigio; sin embargo, Jesús sale victorioso al decirle: “No solo de pan vive el hombre…”, “No tentaras al Señor tu Dios” y “Al Señor tu Dios adorarás…”. Así, Jesús está listo para llevar a cabo su obra mesiánica, impulsado por el Espíritu, lleva consigo la Buena Noticia del Reinado de Dios. 2. Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y que me sugiere para decirle a la comunidad? Hoy debemos enfatizar que estos 40 días en los que vivimos la cuaresma, están íntimamente unidos a los 50 días de la pascua; es decir que tendremos 90 días para caminar con Jesús, recoger su mensaje, cambiar nuestra manera de pensar y convertirnos para participar con Él de su muerte; morir a la esclavitud del pecado y resucitar con Él a una vida nueva, de gracia y amor. A la luz de los textos litúrgicos de este domingo se puede acentuar el sentido de la cuaresma como preparación para la pascua del 2023, Hoy se inaugura ese camino hacia la pascua y nos indica el modo de vencer con Cristo las tentaciones; de tal modo que, pasando nuestra vida por el acontecimiento de la muerte del Señor, moriremos al pecado, al hombre viejo, y resucitaremos a una vida nueva, de gracia y salvación. Con esta perspectiva pascual, podemos entender el tiempo litúrgico de la cuaresma, más que un periodo estrictamente penitencial, en un tiempo de encuentro con el Señor; es un encuentro con sus actitudes y con su amor misericordioso, es decir, que la cuaresma son 40 días de gracia en los que experimentamos la fortaleza del Señor quien nos enseña en medio del desierto y con su Espíritu, a vencer la tentación y el pecado de nuestras vidas. Por una parte, Adán y Eva cedieron a la tentación, y por otra, el pueblo de Israel en su camino por el desierto y luego en la tierra prometida también cayeron en muchas tentaciones; con la persona de Jesús el adversario fue vencido y la tentación fue rechazada. La pregunta para nosotros es ¿cómo estamos enfrentando la tentación? Lo hacemos cómo Adán y Eva que desobedecieron a Dios o cómo el pueblo de la primera alianza, que se hizo indiferente e infiel a las promesas y al amor providente del Señor, o cómo Jesús que, en el desierto, después de 40 días de ayuno, enfrentó y venció con grandeza de espíritu al tentador. Ningún hombre está libre de la lucha entre las fuerzas del bien y del mal, entre la vida y la muerte por ello, debemos agudizar nuestros sentidos, nuestra fe, para evitar caer frente a las maniobras del maligno que disfraza el mal como si fuera algo bueno. Sin duda todos hemos sentido la debilidad del pecado, pero, quienes creemos en Jesús, también hemos experimentado la fuerza de su gracia y el poder de su Palabra, que con su entrega amorosa en la cruz y en su gloriosa resurrección, nos señala el camino que da vida eterna. 3. Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo? La Iglesia nos invita hoy a caminar juntos, de modo sinodal; ese camino no está libre de dificultades que nos hagan sufrir y dudar de la vocación a la santidad a la que fuimos llamados. Con seguridad, quienes hacen este camino en compañía de Jesús, tienden con mayor empeño, a buscar el bien y a luchar con dignidad y corazón valiente, contra las tentaciones y el pecado. Por desgracia muchos de nosotros, al igual que Adán y Eva, sedemos a la tentación y nos hacemos incapaces de contener la gracia que Dios nos otorga. Hoy la Iglesia nos regala este tiempo (cuaresma) para que, en la vivencia de las prácticas cuaresmales, se fortalezca nuestro espíritu y se consolide el Evangelio que nos hace capaces de descifrar lo que es bueno y agradable a Dios. Toda la vida de Jesús está dedicada a la lucha contra el mal; sabemos que esta escena no fue el único momento en el que el tentador quiso seducir el corazón del Señor; en la hora más difícil del ministerio del Señor, la muerte, Jesús tuvo la tentación de rechazar el cáliz de dolor que debía asumir para salvar al mundo y también venció; es decir, hasta el final supo hacer la voluntad de Dios nuestro Padre. Lo mismo pasa con nosotros, nunca vamos a dejar de tener tentaciones, lo importante es saber asumir con entereza de corazón la voluntad del Padre del cielo; “vencer” se hace todos los días pidiendo con fe la fortaleza que viene de lo alto. Finalmente, la cuaresma es la oportunidad que nos da la vida, para dar el paso de la muerte a la vida, de la esclavitud del pecado a la libertad de los hijos de Dios, es decir, que, durante el tiempo de la cuaresma y la pascua, estamos llamados a celebrarlo, con signos de conversión, de una autentica vida interior, de amor y servicio a los hermanos, sobre todo, de darle muerte al pecado para una vida nueva en Cristo resucitado. _______________________ Recomendaciones prácticas: • Este domingo se celebra el rito «de la elección» o «inscripción del nombre» para los catecúmenos que serán admitidos a los sacramentos de iniciación cristiana en la Vigilia Pascual, empleando las oraciones e intercesiones propias, como se encuentran en las páginas 799-800 del Misal Romano. II. Moniciones y Oración Universal o de los Fieles Monición introductoria de la Misa Nos hemos reunido para celebrar el día de Señor, escuchando su Palabra y participando de la fracción del pan. En esta celebración del primer domingo de cuaresma, iniciamos un camino hacia la pascua, marcado por la austeridad de los signos litúrgicos, las prácticas de cuaresma y un sincero espíritu de arrepentimiento de nuestros pecados, todo esto como preparación para la festiva celebración de la pascua del Señor. Que, al participar de esta Santa Misa, nos impregnemos de la actitud del Señor, que, venciendo la tentación, hoy da testimonio a todos los que creemos en Él, de fidelidad y obediencia al Padre del cielo. Participemos con alegría. Monición a la Liturgia de la Palabra La Palabra de Dios en este domingo, nos señala a través del ejemplo de Jesús, el modo como debemos obedecer al Padre, haciendo gala de una decidida actitud humilde para vencer la tentación a fuerza del bien. Escuchemos con atención. Oración Universal o de los Fieles Presidente: Pidamos al Padre del cielo que, al comenzar este camino de cuaresma, experimentemos en nuestros corazones arrepentidos su gracia y su misericordia. R. Oh Señor, escucha y ten piedad. 1. Por la Iglesia, para que se siga manteniendo firme ante las tentaciones de los poderes de este mundo. Oremos. 2. Por los ministros ordenados, para que, durante el camino de la cuaresma, reaviven en el corazón el compromiso de fidelidad y obediencia a Dios. Oremos. 3. Por los gobernantes para que el afán de poder y tener, no los lleve a despreciar a las personas y el bien común. Oremos. 4. Por los que sufren, para que, nuestra caridad y el pan de la Palabra, reavive en ellos la esperanza de tiempos mejores. Oremos. 5. Por quienes estamos aquí reunidos, para que, después de haber escuchado el Evangelio sepamos con Cristo, vencer la tentación. Oremos. Oración conclusiva Dios Padre, tú que conoces la fragilidad de la naturaleza humana, herida por el pecado de Adán, escucha las oraciones de tu pueblo para que, venciendo las tentaciones del maligno, seamos testimonio de verdadera conversión y fidelidad a tu mensaje. Por Jesucristo Nuestro Señor. R. Amén.

Vie 17 Feb 2023

Amen a sus enemigos

SÉPTIMO DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO Febrero 19 de 2023 Primera Lectura: Levítico 19,1-2.17-18 Salmo: 103(102),1-2.3-4.8 y10.12-13 (R. 8a) Segunda Lectura: 1Corintios 3, 16-23 / Evangelio: Mateo 5,38-48 I. Orientaciones para la Predicación Introducción Después de proclamar el “Sermón de la Montaña”, San Mateo agrupa una serie de enseñanzas de Jesús que permiten ver cómo los discípulos deben entender y practicar la ley. No hay nada de teoría en las palabras del Maestro, ni tampoco prescripciones realmente nuevas, en todo el sentido de la palabra, sino unos cuantos ejemplos para orientar de forma correcta la conducta concreta y cotidiana de los discípulos ante algunas situaciones que un código legislativo, como tal, no puede prever. Aquel faro que puede guiar siempre a las personas es la ley del amor. Y es verdad que es algo que ya suena repetitivo y hasta etéreo, pero en realidad, este pasaje bien asumido, es la verdadera característica del cristianismo. Jesús va más allá de lo prescrito por la ley de Moisés. Amar como amó Jesús, pidiendo por ellos en la cruz, es acercarse a la perfección de Dios, que es amor. Jesús en persona es la revelación suprema de esta santidad y de este amor infinito de Dios. El apóstol Pablo, ya en la segunda lectura, nos indica que si somos “templos habitados por el Espíritu” pertenecemos a Cristo y por Cristo de Dios y seremos capaces de superar nuestras tendencias muy humanas de venganza, odio, resentimientos, es decir, la “sabiduría de este mundo” para que nos habite la verdadera sabiduría del Espíritu por lo cual “todo es de ustedes, y ustedes son de Cristo y Cristo es de Dios”. 1. Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura? v. 38: “Ojo por ojo, diente por diente”. Es la ley del talión (tal-cual), que era común en la antigüedad y que tenía un propósito claro: limitar la venganza exagerada del más fuerte (cf. Gn 4, 23) y establecer así una cierta paridad. A nosotros nos parece una forma de justicia pasada de moda, pero no es así, también hoy vemos cómo hay venganzas exageradas por alguna falta cometida. Pero esto no resuelve el mal sino que lo duplica. v. 39: “Pero yo les digo”. Esta frase es el punto que hace la diferencia, porque Jesús invita a tener un punto de vista diferente, el de la “justicia excesiva del Padre” y solo esta puede romper la espiral de violencia que se genera con la venganza. En el trasfondo está la cruz de Cristo desde donde se perdona a aquellos que no saben lo que hacen. v. 39b: “Al que te abofetee en la mejilla derecha ofrécele también la otra”. Si la primera regla para vencer el mal es no devolver mal por mal, la segunda es la disponibilidad a “tolerarlo” que significa permitir algo que no gusta o no se aprueba del todo, es la capacidad de llevar los unos el peso de los otros. No es indiferencia frente al mal sino la fuerza de llevarlo sobre sí mismo. v. 40: “Al que quiera pleitear contigo para quitarte la túnica déjale también el manto”. La tercera regla para vencer el mal es renunciar a tu derecho. En lugar de reivindicar sin amor tu túnica, has de estar dispuesto a renunciar incluso al manto. Es la desnudez de Cristo en la cruz, despojado de todo, por la salvación de la humanidad. v. 45: “Así serán hijos de su Padre del cielo”. Es actuar como lo que debemos ser desde el bautismo: hijos de Dios; es buscar la verdadera esencia del cristiano. v. 48: “Sean perfectos como es perfecto el Padre de ustedes que está en el cielo”. El hombre es imagen de Dios y será “templo del Espíritu” solamente si es como Él. Esta santidad no separa del mundo ni del pecador, sino que se transforma en compasión que se compromete en todas las situaciones, en misericordia que abraza en cada miseria. 2. Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y que me sugiere para decirle a la comunidad? ¿Qué podemos hacer, como cristianos, ante la espiral de violencia que hoy azota nuestro país? ¿Cómo me pide actuar el Señor en el lugar donde Él me ha puesto para vivir el Evangelio? En el Antiguo Testamento ya la ley preveía una medida para substituir la violencia ciega y desenfrenada por una justa proporción entre la gravedad del crimen cometido y el daño causado con el castigo o la reparación. Jesús da un paso más adelante de la ley. No pide que nos comportemos como ingenuos ni mucho menos que nos inhibamos ante la injusticia y la violencia, pero sí nos invita a ser artífices de paz y reconciliación, estando incluso dispuestos a ceder algo de nosotros mimos con el fin de detener la violencia fratricida. También en este aspecto Jesús lleva la ley a plenitud en Él mismo. ¿Tiene sentido para nosotros hoy la afirmación de Jesús en el Evangelio: “Sean perfectos como es perfecto el Padre de ustedes que está en el cielo”? Jesús en persona es la revelación suprema de esta santidad y de este amor infinito de Dios. Él, el justo enviado al mundo, entregó su vida en la Cruz, por la salvación de los pecadores, Él fue el templo donde habitó el Espíritu de Dios para ser transparencia de Dios en el mundo. Si nos llamamos cristianos, ¿podemos en algo parecernos a Dios? ¿Si somos templo de Dios y el Espíritu de Dios nos habita, podemos en algo superar nuestras tendencias humanas para mirar el mundo desde la experiencia de Dios en nuestra vida? ¿Qué otra cosa entiendo por ser “templo de Dios y que el Espíritu de Dios me habite? 3. Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo? • Después de leer el texto anterior, hago una “pausa de contemplación”. • En un primer momento puedo imaginarme a Jesús que habla en el monte y proclama las bienaventuranzas. • Pido al Señor lo que deseo en este momento: ser “templo del Espíritu” para dejarme llenar por las actitudes de Cristo y tener como lema de la vida: llegar a “ser perfecto como el Padre”; particularmente pido comprender y vivir lo que Jesús dice acerca de la nueva justicia del Hijo. • Medito cada palabra de Jesús: veo cómo la vivió Él y como la vive en relación conmigo. ______________________ Recomendaciones prácticas: • En este día se puede entregar a los fieles una hoja que contenga cuatro cuadros horizontales y diez verticales. En los diez cuadros verticales se escriben los diez mandamientos. En los cuatro cuadros horizontales se hacen las siguientes preguntas: ¿Qué esclavitud quiere combatir este Mandamiento? ¿Qué valor quiere promover este Mandamiento? ¿Cómo vivo yo este Mandamiento? ¿Cómo vive el mundo este Mandamiento? Lo pueden entregar al domingo siguiente en la parroquia. II. Moniciones y Oración Universal o de los Fieles Monición introductoria de la Misa En la liturgia de hoy, continuando con el “Sermón de la Montaña”, Jesús nos presenta su “nuevo mensaje” que es el mandamiento del amor, dándole una amplitud y una generosidad tales que hacen de este pasaje uno de los más característicos del cristianismo. La invitación a “ser templos del Espíritu” y “perfectos como el Padre celestial es perfecto”, significa que también a nosotros el Señor nos ofrece la esperanza de la plenitud que comienza con nuestro comportamiento en el tiempo presente y alcanza su plenitud en la eternidad. Monición a la Liturgia de la Palabra La primera lectura que contiene la invitación “serán santos porque yo, el Señor, su Dios soy santo” nos dice que la omnipotencia y la santidad van de la mano y Dios promulga sus Mandamientos en virtud de este doble título. Por esto es preciso cumplirlos para glorificar su autoridad y honrar su santidad. El salmo responsorial es la acción de gracias del pecador, que experimenta la alegría del perdón. La segunda lectura nos habla de “ser templos de Dios habitados por el Espíritu de Dios”: las divisiones, las rivalidades, y otras expresiones similares representan la condición humana que no es habitada por el Espíritu de Dios. También nos dice “ustedes son de Cristo” para recordarnos que desde el Bautismo somos hijos de Dios y debemos vivir nuestra vida según esta condición. El Evangelio nos presenta dos nuevos ejemplos de cómo el discípulo de Cristo debe asumir la Ley e ir, incluso, más allá de lo que la misma señala y así oponer el bien al mal. El Evangelio es un código de santidad que tiene su fuente en el Padre del cielo y que Jesús enseñó por medio de palabras y, de manera perfecta, a través de sus obras. Oración Universal o de los Fieles Presidente: Hermanos y hermanas: Nosotros, que somos templo de Dios y morada del Espíritu Santo, oremos a Dios Padre por toda la humanidad, diciendo con fe: R. Bendice, Señor, a tu pueblo. 1. Por nuestra Diócesis de N. y cada una de sus parroquias, para que acojan sin temores la santidad que viene de Dios y en ellas reine el amor y el perdón, oremos al Señor. 2. Por los ministros que anuncian el Evangelio, para que lo hagan con palabras sencillas y oportunas y además lo pongan en práctica en la vida de cada día, oremos al Señor. 3. Por los que ejercen la autoridad en nuestra Patria, para que sean honestos en sus emprendimientos, en favor de todos los ciudadanos, oremos al Señor. 4. Por aquellos que alivian a los que sufren, para que sepan reconocer a Jesucristo en los pobres, en los humildes y en lo más débiles. Oremos al Señor. 5. Por nosotros aquí presentes en la casa de Dios, para que miremos a todas las personas como amigos y sepamos perdonar a quien nos ofende, oremos al Señor. Oración conclusiva Señor, Dios nuestro, que nos concedes mucho más de lo que nos atrevemos a pedir y esperar, danos un corazón confiado y atento a las sorpresas de tu amor. Por Jesucristo, Nuestro Señor. R. Amén.