SISTEMA INFORMATIVO
Queremos ver a Jesús
Tags: predicación orante domingo 17 de marzo de 2024 lectio dominical domingo 17 de marzo Liturgia iglesia colombiana
QUINTO DOMINGO DE CUARESMA
Marzo 17 de 2024
Primera Lectura: Jr 31,31-34
Salmo: 51(50),3-4.12-13.14-15 (R. 12a)
Segunda Lectura: Hb 5,7-9
Evangelio: Jn 12, 20-33
I. Orientaciones para la Predicación
Introducción
• Estamos próximos a la celebración del Triduo Pascual, la liturgia de la Palabra nos recuerda la proximidad de esta celebración central de la fe de los que creemos en Cristo. La conversión, la búsqueda de Dios, el reconocimiento de su acción salvadora en la historia, no pretenden otra cosa más que disponer el corazón de los cristianos de hoy, para actualizar su pasión, muerte y resurrección.
• El autor de la carta a los Hebreos describe cómo Cristo, “a gritos y con lágrimas, presentó oraciones y súplicas al que podía salvarlo de la muerte”. El Evangelio indica que “ha llegado la hora de que sea glorificado el Hijo del Hombre”. El Señor Jesús se dispone a dar la vida, y se intuye desde ya, que esta será de forma dramática, pero con la certeza que, si “el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda infecundo, pero si muere, dará mucho fruto”.
• La celebración de la pascua del 2024, debe llevar a cada creyente no solo a recordar lo acontecido en la vida de Jesús, sino a actualizar en la propia vida este gran acontecimiento, puesto que el Señor vuelve a dar la vida por cada uno de nosotros, Él vuelve a cargar la cruz para morir en ella y resucitar, para darnos nueva vida, para que seamos capaces de amar con el mismo amor con el que Él ofreció su vida para la salvación de todos.
1. Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura?
El profeta Jeremías anuncia una “Nueva Alianza” luego de que el pueblo ha rechazado con su infidelidad e idolatría el primer pacto. Dios ha permanecido fiel, ahora exige a su pueblo que se acerque y se convierta a Él, para que esta Alianza sea grabada más profundamente en el interior de cada uno de los miembros de su pueblo: “meteré mi ley en su pecho, la escribiré en sus corazones; yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo”. Dios muestra el camino a seguir y da fuerzas para seguirlo, Él perdona a su pueblo, “cuando perdone sus crímenes y no recuerde sus pecados”, de la misericordia del Señor brotará una nueva actitud en el corazón de su pueblo, “todos me conocerán” fruto de esa nueva forma de relación, de la intimidad interior, del encuentro tan personal con Él.
El autor del miserere nos refiere directamente lo que el profeta Jeremías predica y Dios quiere de su pueblo con este “Nuevo Pacto”: “Oh Dios, crea en mi un corazón puro, renuévame por dentro con espíritu firme” “Devuélveme la alegría de tu salvación”.
El texto ofrecido hoy por el autor de los Hebreos es profundamente elocuente al presentar a Cristo como mediador y sacerdote, Jesús profundamente humano, sabe del dolor y del sufrimiento y a la vez como Sumo Sacerdote es mediador entre Dios y los hombres, Él sabe también que su sacrificio, lleno de dolor, es necesario para la salvación de todos los hombres. Los Evangelios indican que, ante la eminente muerte de Jesús, Él se llena de miedo, tristeza y angustia, el texto de los hebreos añade una expresión dramática de su pasión “a gritos y con lágrimas presentó oraciones y súplicas al que podía salvarlo de la muerte”, y a la vez, presenta lo que se va realizar a través de su obediencia: Él “se convirtió en autor de la vida”.
Durante estos tres últimos domingos de la cuaresma (tercero, cuarto y quinto) el Evangelio nos ha presentado unas figuras muy ricas de significado: el templo que Él reedificará en tres días, la serpiente levantada en el desierto que curará a quien la mire con fe, y hoy el grano de trigo, que, si no cae en tierra y muere, queda infecundo. También el Evangelio rescata la imagen del Hijo de Hombre elevado en la cruz, “cuando yo sea elevado sobre la tierra, atraeré a todos hacia mí”. El Señor nos ha llevado poco a poco a entender lo que significa su pasión y muerte con esta imagen tan práctica y conocida: “si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda infecundo, pero si muere, da mucho fruto”.
2. Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y que me sugiere para decirle a la comunidad?
La liturgia de la Palabra de este Domingo nos presenta a Jesús caminando admirablemente, con gran fortaleza y profunda obediencia hacia su “hora”, aquella que había anunciado en repetidas ocasiones y que causó tanto malestar en algunos de sus discípulos. El Señor sabe que ese momento se aproxima, y para que se lleve a cabo la obra de la salvación es necesario que se cumpla la voluntad de Dios.
Esta hora está llena de angustia, de sufrimiento, de dolor y lágrimas, así lo narra el Evangelio “mi alma está agitada”, el Señor pide en su plegaria que el Padre lo libre de esta hora, pero todos conocemos de la obediencia del Señor, para esto ha venido al mundo para “dar la vida en rescate de todos”.
Reconocer la hora de Jesús, recordar su pasión y muerte siempre nos impactará, pero más que la comprensión de este doloroso momento de la vida del Señor, es descubrir el gran valor de su entrega y de los frutos de su sacrificio. La cruz del Señor asumida con obediencia nos vuelve a la comunión con Dios, nos rescata del pecado, renueva esa relación íntima en el corazón de un nuevo pacto en el que el Señor será nuestro Dios y nosotros su pueblo, enriquecido con los dones de la fidelidad en el seguimiento de Cristo, la entrega a Dios y la aceptación de su voluntad.
El Señor hoy nos enseña a comprender nuestra propia cruz, a llevarla con dignidad de cristianos, pues, así como Él resucitó, el cristiano que es capaz de caminar por las sendas del Evangelio, será capaz de morir al pecado, al mal que somete a este mundo y nacer a una vida nueva, de encuentro con Cristo, de fidelidad al Evangelio.
3. Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo?
Le pedimos al Señor que nos ayude a renovar nuestro compromiso de entrega a Dios y seguimiento de su Hijo, hoy el corazón puede estar muy lejos de la voluntad de Dios y en el camino que hemos hecho hasta el momento haber traicionado las enseñanzas del Evangelio, y con terquedad, rechazar el gran amor que Dios nos tiene. La “Nueva Alianza” debe ser ahora un pacto con Dios de vivir en fidelidad y obediencia, una nueva relación que implica encontrarnos permanentemente con Él, todos los días en la intimidad de nuestra oración, para comprender cuáles son sus designios.
Para lograr esto, todos los días debemos pedirle al Señor un corazón puro, una renovación interior que nos lleve a colocar en lo más profundo del corazón los valores del Evangelio y la seguridad de que este camino hacia la vida eterna no lo hacemos solos, lo realizamos con otros, en compañía del Señor que nos sigue mirando con misericordia y nos llama a creerle y a confiar en Él.
Le suplicamos al Señor que los momentos de angustia, dolor y lágrimas, los sepamos asumir con la fortaleza con la que Él asumió su “hora” de sufrimiento. Disponemos hoy nuestro corazón para reconocer la cruz que nos ha correspondido llevar y le rogamos a Dios nos haga obedientes para acercarnos más a Él, y unidos nuestros dolores a la fatiga de su pasión, también nosotros seamos capaces de morir al mal y dar la vida con Él, para resucitar a una “vida nueva”, la que nos trae el Señor en la pascua del 2024.
Así como el grano de trigo cae en tierra y muere para dar mucho fruto, nosotros también nos ofrezcamos, nos gastemos y desgastemos en obediencia al Dios de la vida, para que demos frutos de fe, esperanza y caridad en este peregrinar hacia la vida eterna.
Próximos a celebrar los días de la pasión, muerte y resurrección del Señor, cada uno haga el propósito firme de encender en el corazón la fe y la admiración del designio amoroso de Dios que vuelve a dar la vida por todos nosotros, para que, reconociendo al autor de la vida, celebremos como Iglesia en Colombia el paso de la muerte a la vida, del pecado a la gracia, de la guerra a la paz de quienes nos sabemos amados y reconciliados por Dios.
______________________
Recomendaciones prácticas:
• En este domingo se celebra el tercer escrutinio de preparación para el Bautismo de los catecúmenos que serán admitidos, en la Vigilia Pascual, a los sacramentos de Iniciación Cristiana, usando las oraciones e intercesiones propias, como se encuentran en las pp. 804-805 del Misal Romano.
• Visitar a los enfermos y motivarlos a reconciliarse con quienes pudieran tener alguna discordia pendiente; aprovechar en lo que queda de la cuaresma para hacer, con docilidad al Espíritu Santo una revisión plena y honesta de vida, establecer los cambios o conversiones que debemos dar, y no dejar morir nuestro espíritu, sino configurarlo con Cristo resucitado.
• Durante esta semana, en varias Diócesis se celebra la Misa Crismal. Conviene promover la participación del santo Pueblo fiel de Dios a esta Misa en la Catedral.
II. Moniciones y Oración Universal o de los Fieles
Monición introductoria de la Misa
Queridos hermanos, celebramos el Quinto Domingo de Cuaresma; cercana ya la fiesta de Pascua, la celebración litúrgica de hoy es una invitación gozosa a reflexionar sobre el significado de la pasión, muerte y resurrección del Señor, “si el grano de trigo cae en tierra y no muere, queda infecundo, pero si muere, dará mucho fruto”; dar la vida, gastar la existencia, llevar la cruz hasta el final, esa será también nuestra misión, para alcanzar vida eterna. Con la esperanza de poder nosotros también morir y resucitar con Cristo, dispongámonos a iniciar esta santa misa. Participemos con alegría y esperanza.
Monición a la Liturgia de la Palabra
La carta a los Hebreos nos habla de la plegaria de Jesús, sus “gritos y lágrimas” ante la certeza de su muerte. El evangelio nos recuerda el momento de angustia y crisis de Jesús ante la “hora” dramática que ve acercarse de su pasión y muerte, aunque triunfa su voluntad de obediencia al plan salvador de Dios, con la hermosa imagen del grano de trigo que, para dar fruto, tiene que morir. Escuchemos atentamente.
Oración Universal o de los Fieles
Presidente: Próximos a iniciar la semana santa, presentemos a Dios nuestro Padre las plegarias que brotan en medio de nuestras angustias y tristezas, seguros de alcanzar una vida llena de felicidad si sabemos obedecer a su voluntad. A cada intención nos unimos diciendo:
R. Dios de la vida, escúchanos
1. Para que el papa, obispos y sacerdotes sean fieles a su ministerio y que, conscientes de la misión que Dios les ha confiado, sean hombres de misericordia y de perdón, rectos en el actuar y amantes del bien a favor de todo el pueblo de Dios. Oremos.
2. Por quienes ostentan el poder sobre la tierra, para que el perdón y la misericordia se impongan al espíritu del egoísmo y la venganza. Oremos.
3. Para que el Redentor del mundo, que experimentó en la cruz el sufrimiento y la angustia, se compadezca de los que sufren, les dé fortaleza y ponga fin a sus dolores. Oremos.
4. Para que todos aquellos que sufren la esclavitud del pecado puedan recorrer el camino del grano de trigo y morir a sí mismos para resucitar con Cristo. Oremos.
5. Para que nosotros aquí reunidos, que en estos días nos disponemos a recordar con veneración su Cruz, nos reconforte con la fuerza de su Resurrección. Oremos.
Oración conclusiva
Padre lleno de misericordia, concédenos que,
a través de las pruebas de la vida,
sepamos participar íntimamente de la pasión de tu Hijo amado
y alcanzando la fecundidad del grano de trigo que muere
merezcamos ser reunidos,
como cosecha buena, en los graneros de tu Reino.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
R. Amén.
“El divorcio exprés”: una píldora que no sana
Lun 2 Dic 2024
Una sociedad que odia a los niños
Jue 28 Nov 2024
Vie 15 Nov 2024
El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán
TRIGÉSIMO TERCER DOMINGODEL TIEMPO ORDINARIONoviembre 17 de 2024Primera lectura: Dn 12,1-3Salmo: 16(15),5 y 8.9-10.11 (R.1)Segunda lectura: Hb 10,11-14.18Evangelio: Mc 13, 24-32I.Orientaciones para la PredicaciónIntroducción●Todo pasa, solamente Dios permanece.●La historia camina hacia su consumación final en la Jerusalén celestial. Nuestro destino final será un mundo nuevo y una humanidad nueva.●Este mundo semidestruido es renovado continuamente por el Misterio Pascual de Cristo.1.Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura?Dios soñó con una humanidad llena de felicidad en la comunión con Él y con los demás. El pecado cambió el mundo como paraíso y lo convirtió en un lugar de sufrimiento y muerte, pero Dios no nos abandonó, salió a nuestro encuentro y en Jesús la humanidad y la divinidad quedaron unidas para siempre. Desde la resurrección del Señor ha iniciado una nueva creación que se va renovando por el amor misericordioso de Dios, comunicado continuamente mediante la predicación de la Palabra y los sacramentos y que se proyecta hacia su consumación final en la resurrección del último día, cuando surja un mundo nuevo.Esta plenitud de los tiempos fue anunciada en la lectura de la profecía de Daniel que hoy escuchamos con la figura del Hijo de hombre que viene sobre las nubes, de lo alto, y en el Evangelio de Marcos, en donde, a su vez, se nos proyecta la mirada hacia la consumación con la resurrección de los muertos y el mundo nuevo y transfigurado que surgirá al final de los tiempos.Mediante su Misterio Pascual, nuestro Señor ha renovado la creación y lo continúa haciendo a través de su permanente presencia y acción en los corazones de todos los hombres y, particularmente, de los creyentes. Así, la creación se va renovando de día en día, hasta que pueda ser presentada como una novia toda ella resplandeciente ante su esposo, nuestro Señor Jesucristo (cf. Ap 21, 9-13).2.Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y qué me sugiere para decirle a la comunidad?Las lecturas del día de hoy nos transmiten un mensaje de esperanza, en medio de ideas e imágenes que pueden infundir temor y angustia. En la profecía de Daniel se nos habla de días difíciles, pero inmediatamente añade: “Entonces se salvará tu pueblo”, y en el evangelio se nos refieren fenómenos cósmicos terribles, pero a continuación anota: “Entonces verán venir al Hijo del Hombre sobre las nubes con gran poder y majestad; enviará a los ángeles para reunir a sus elegidos de los cuatro vientos del extremo de la tierra al extremo del cielo”. De esta manera, aunque son descripciones catastróficas y desconcertantes, esconden un mensaje lleno de profunda esperanza: habrá justicia y el bien triunfará, quienes hayan permanecido haciendo la voluntad de Dios, quienes hayan sido sabios, es decir, hayan vivido de cara a Dios y según su voluntad, entonces “brillarán como el fulgor del firmamento, y los que enseñaron a muchos la justicia, como las estrellas, por toda la eternidad”.No será igual el final de quienes hayan obrado el bien o el mal; los destinos de unos y otros serán muy distintos: de los primeros, la vida; de los segundos, la muerte eterna y la destrucción. Sin embargo, ya desde esta vida cosechamos lo que sembramos: quien se esfuerza por practicar el bien, vive en la paz de su conciencia que vale más que todas las diversiones y el bienestar de quien pueda tener muchas comodidades, pero en su corazón se encuentra lacerado por una conciencia que siempre le estará recordando el mal cometido y por las consecuencias que trae consigo el mismo mal obrado.Todo pasará, solamente Dios permanece. Como nos dice Jesús en el evangelio: “El cielo y la tierra pasarán, mis palabras no pasarán”. Y su palabra principal es el amor a Dios y al prójimo, siguiendo su ejemplo. Si todos los días nos empeñamos por elegir el bien y procuramos obrarlo con la mayor generosidad y por amor a Dios, entonces estaremos construyendo con Dios y en Dios; y todo lo así edificado permanecerá para siempre, nos introducirá cada vez más en el corazón de Dios y la muerte no será más que el momento en el cual quedaremos para siempre en el corazón de Dios, para disfrutar por siempre de su bondad y su amor tierno y misericordioso.3.Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo?Señor, ayúdanos a comprender que todo esfuerzo, inspirados por tu amor y el bien del prójimo, contribuye a la construcción de una existencia cada vez más plena, que nos conducirá a una vida gozosa, llena de esperanza y que llegará a su plenitud una vez partamos de este mundo.Señor, enséñanos a comprender que todo esfuerzo encaminado solamente a nuestro bienestar material y a una vida confortable sin tenerte en cuenta a ti, nos conducirá a una existencia fracasada y destruida ya desde este mundo. Que aprendamos a tener una mirada sabia, que en medio de todas las realidades pasajeras de este mundo sepamos buscar un fundamento firme en el único que lo puede ofrecer, tú, Señor y Dios, que es el mismo hoy, ayer y siempre.Señor, fortalécenos para comprometernos en la transformación de este mundo; infúndenos tu gracia poderosa a fin de empeñarnos decididamente en este camino, comenzando por nosotros mismos y por nuestro hogar, por aquellos con quienes convivimos a diario, teniendo para con ellos actitudes de humildad, comprensión, compasión, bondad y misericordia. Entonces, ese mundo nuevo prometido irá despuntando en nuestros hogares y comunidades._______________________Recomendaciones prácticas:●Jornada Mundial de los Pobres.●Explicar un poco el año litúrgico y su sentido; su inicio con Adviento y su finalización con la Solemnidad de Jesucristo, Rey del Universo.●Exponer algunas líneas generales del género apocalíptico en la Biblia, lo cual podría ayudar a entender mejor la primera y la tercera lectura del día de hoy: propio de tiempos difíciles, se caracteriza por usar un lenguaje y unos símbolos misteriosos con el fin de transmitir un mensaje de esperanza.●Se sugiere al predicador la lectura del numeral 39, párrafo 2, de la Constitución pastoral Gaudium et spes del concilio Vaticano II, que podría dar luces para la predicación acerca de la importancia del compromiso temporal del creyente con miras a preparar el Reino futuro.II.Moniciones y Oración Universal o de los Fieles Monición introductoria de la MisaEn la Eucaristía entra el mundo nuevo que es una persona, Jesucristo, nuestro Señor, a este mundo caduco y envejecido por el pecado y el mal; entra para renovarnos desde dentro y, de este modo, comenzar ese mundo nuevo que se consumará al final de los tiempos. Vivamos con fe y devoción este encuentro renovador y transformante con Aquel que es la resurrección y la vida.Monición a la liturgia de la PalabraNos encontramos próximos a terminar el año litúrgico y la liturgia de la Palabra nos invita a considerar la caducidad de todo lo terreno y a poner la mirada en lo que permanecerá eternamente. Escuchemos con atención.Oración Universal o de los Fieles Presidente: Elevemos nuestras súplicas a Dios nuestro Padre, por medio de su Hijo muy amado y con la fuerza del Espíritu Santo.R/. Padre de bondad, escucha nuestras súplicas.1.Por la Iglesia universal, para que la protejas y la asistas en medio de la inestabilidad de las cosas de este mundo. Oremos.2.Por quienes gobiernan las naciones, para que comprendan la importancia de trabajar por el bien común, pues así ofrecen una ayuda muy importante para la consecución de los bienes futuros. Oremos.3.Por quienes sufren, para que unan sus padecimientos a los de Cristo en la cruz y, de este modo, contribuyan a la instauración de tu Reino en este mundo. Oremos.4.Por quienes viven en la pobreza material para que el Señor suscite en los corazones de todos los hombres la generosidad y el deseo de compartir sus bienes con quienes más lo necesitan. Oremos.5.Por todos nosotros, que participamos en esta Eucaristía, para que comprendamos la necesidad de buscar, ante todo, tu Reino de justicia y de paz en medio de la caducidad de los bienes de este mundo. Oremos.Oración conclusivaRecibe, Padre Santo,estas súplicas que con fey confianza te hemos dirigidopor mediación de tu Hijo Jesucristo,nuestro Señor, a quien debemosbuscar en todo momento,pues es el único que vive yreina por los siglos de los siglos.R/. Amén.
Vie 8 Nov 2024
Ésta, en cambio, ha echado de lo que necesitaba todo cuanto poseía, todo lo que tenía para vivir.
TRIGÉSIMO SEGUNDO DOMINGODEL TIEMPO ORDINARIONoviembre 10 de 2024Primera lectura: 1R 17,10-16Salmo: 146(145),7.8-9a.9bc-10 (R. 1)Segunda lectura: Hb 9, 24-28Evangelio: Mc 12, 38-44 (forma larga) o Mc 12, 41-44 (forma breve)I.Orientaciones para la PredicaciónIntroducciónEl modelo de exclusión de las sociedades judías -del Antiguo Testamento- representadas en el ejemplo de personas como la viuda, visitada por el profeta Elías, es un ejemplo de la confianza en la providencia que viene de parte de Dios. De la misma forma como se ve, en el Primer libro de los Reyes, la providencia divina, en el evangelio se presenta el ejemplo de una viuda como la representación de la generosidad y confianza plena en Dios. Por esta razón la liturgia de la Palabra de Dios está cargada del ejemplo de dos mujeres que sembraran en la comunidad apostólica un ejemplo concreto de como Dios no desampara a ninguno de sus servidores ni menos la vida de aquellos que son generosos con sus bienes y dan, con su servicio, gestos de generosidad. 1.Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura?La visita inesperada de Elías a una viuda en Sarepta es una descripción de la pobreza en la que una mujer en condición de viudes vivía. La escasez de bienes, para alimentarse, por parte de la viuda, mostraba un panorama desolador, a punto de pensar en la perdida de la esperanza y desoladora muerte de ella y, su bien más preciado, su hijo. De modo que en la generosidad de la viuda y en obediencia al profeta queda reflejada la Providencia de parte de Dios.En la Carta a los Hebreos, el autor sagrado, resalta cómo Cristo se ha ofrecido una sola vez para quitar los pecados de todos. Cristo es la ofrenda más excelsa de Dios por la salvación de la humanidad, de modo que, en el plan de la redención por parte de Dios, se ve representado en una comunidad que acoge a Dios como su salvador. Pero, en esta perícopa queda de fondo el mensaje de la parusía como esa segunda venida de Cristo que llena de esperanza a los creyentes.El evangelio de este domingo presenta dos partes, en la primera Jesús reprocha la falta de coherencia de los letrados y maestros de la Ley, y en la segunda parte le Jesús quiere enseñar a los discípulos la generosidad de los pobres, en la persona de una viuda, quien en un acto de donación se pone por encima de la hipocresía y corrupción de los ricos y hacendados de la época. De manera que, en el texto del Evangelio de Marcos, y la primera lectura del Primer libro de los Reyes, la coincidencia de dos viudas, como ejemplo de confianza en Dios, es un reflejo de cómo Dios se manifiesta en los más frágiles, débiles, vulnerables y despreciados de la sociedad.2.Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y qué me sugiere para decirle a la comunidad?Las comunidades cercanas al Evangelio de Marcos tienen como característica la practicidad de la enseñanza evangélica, de modo que presentan a un Jesús enseñando con ejemplos prácticos y de autoridad. Por tal razón, tres enseñanzas para llevar a la práctica desde el evangelio de este domingo se pueden resumir en las siguientes. La primera está relacionada con la incoherencia de tener una vida religiosa desde las apariencias, la segunda está vinculada con la solidaridad desde los vulnerables, la tercera con ofrecer la vida sin condiciones.Jesús en un acto de docencia, es decir de conducir y orientar a sus discípulos, les hace una exhortación: “Guárdense de los escribas, que gustan pasear con amplio ropaje, ser saludados en las plazas, ocupar los primeros asientos en las sinagogas y los primeros puestos en los banquetes; y que devoran la hacienda de las viudas so capa de largas oraciones”; de allí que les indique que se deben cuidar de practicar su religión con apariencias en lugar de hacerlo con el corazón. En esto el texto sagrado nos ilustra sobre la manera en que Dios elige a sus servidores no por las apariencias sino por aquello que hay en sus corazones y que los llevaba a vivir con autenticidad y respeto su experiencia de Dios. Uno de los casos más emblemáticos está en la elección de David, quién no era el más aguerrido, de los hijos de Jesé, para la guerra sino el pastor que reflejaba con su mirada aquello que albergaba en su alma; o el mismo caso de Elías que está presente en la liturgia de hoy, un profeta que no es elegido por su apariencia sino, por su compromiso con los marginados de su entorno y, que tuvo que afrontar crisis personales por vivir de manera auténtica su relación con Dios de la forma más transparente.En la segunda enseñanza del evangelio de este domingo está la práctica de la solidaridad desde la perspectiva de los más vulnerables de la sociedad. Para nadie era ajeno saber, en el contexto del Nuevo Testamento, que la situación de discriminación de la viuda radicaba en una concepción patriarcal basada en la no dependencia de su marido que vivía una viuda. De allí que una viuda era juzgada como marginada de la sociedad al haber perdido la custodia de su marido, de modo que eran mujeres que se consideraban pobres y rechazadas; pero en la enseñanza de este domingo, la solidaridad de esta mujer es signo de admiración y respeto, pues, Jesús la pone como referente de solidaridad, en contra la falsa bondad de los ricos que dan desde lo que les sobra más no desde lo que hay en sus corazones. De nuevo la conexión, con la enseñanza anterior, entre la apariencia y lo interior de los corazones vuelve a formar parte de los aprendizajes dados por el maestro. En una tercera enseñanza aparece la ofrenda de la viuda sin condiciones. Casi en una prefiguración de lo que Jesús hará por la humanidad y que resalta de manera excepcional el texto de la Carta a los Hebreos, de la liturgia dominical, presentando la manera en que Cristo se entrega una vez para siempre en su sacrificio de la cruz. Jesús cierra la perícopa de hoy acotando que la viuda “en su pobreza, ha dado todo lo que tenía para vivir”. De modo que la garantía de lo material no supera a lo espiritual, pues la viuda tiene su confianza puesta en la Providencia divina, la misma que ha acompañado a la viuda de Sarepta en la primera lectura de este domingo.3.Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo?Dos mujeres, viudas, son las protagonistas de la enseñanza de la Palabra en este domingo. Sus actitudes nos remontan a la importancia que tiene aprender sobre los valores propios del Evangelio, en este caso: evitar las apariencias como una manera de vivir la experiencia religiosa, la solidaridad como un gesto de donación total y el dar lo mejor que tenemos para desde allí depositar la confianza más grande en la Providencia divina. De allí que, todos estamos llamados a vivir de manera solidaría y generosa nuestra experiencia de Dios por medio de actos de caridad que reflejen la entrega bondadosa al Señor en el servicio.Aquí se recogen las enseñanzas del papa Francisco en su exhortación apostólica Gaudete et exsultate: “Las riquezas no te aseguran nada. Es más: cuando el corazón se siente rico, está tan satisfecho de sí mismo que no tiene espacio para la Palabra de Dios, para amar a los hermanos ni para gozar de las cosas más grandes de la vida. Así se priva de los mayores bienes. Por eso Jesús llama felices a los pobres de espíritu, que tienen el corazón pobre, donde puede entrar el Señor con su constante novedad” (GE 68).Y continua Francisco en su enseñanza: “Esta pobreza de espíritu está muy relacionada con aquella ‘santa indiferencia’ que proponía san Ignacio de Loyola, en la cual alcanzamos una hermosa libertad interior: ‘Es menester hacernos indiferentes a todas las cosas criadas, en todo lo que es concedido a la libertad de nuestro libre albedrío, y no le está prohibido; en tal manera, que no queramos de nuestra parte más salud que enfermedad, riqueza que pobreza, honor que deshonor, vida larga que corta, y por consiguiente en todo lo demás’” (GE 69).Nuestro encuentro con Cristo pasa por la fascinación de su mirada atenta a los pequeños gestos que hacen grande la realización del reinado de Dios. Así como Jesús invita a mirar, en el evangelio, a sus discípulos a contemplar el gesto de la viuda en la urna de las ofrendas, así Él nos invita a descubrir su acción en los gestos de aquellos que nos presiden en la caridad, los más humildes y pobres de espíritu, porque en ellos se manifiesta la Providencia divina de manera excelsa. El papa Francisco nos exhorta, en su mensaje de la Jornada Mundial de los Pobres del 2023, “a compartir con las personas en situación de exclusión la mesa de nuestras casas, al tiempo que agradece la constante atención y dedicación que prestan diariamente muchos ‘vecinos de casa’ que no son ‘superhombres’, sino personas capaces de escuchar, dialogar y aconsejar”.II.Moniciones y Oración Universal o de los Fieles Monición introductoria de la Misa La celebración de la Eucaristía es un momento para poner la mirada en los pequeños detalles, tal y como Jesús lo hizo con sus discípulos, invitándolos a ver la viuda que llega hasta las alcancías del templo para entregar todo aquello que poseía. Participemos de esta Eucaristía dominical con un espíritu de recogimiento contemplando a Dios en su Palabra y Eucaristía. Abramos la mente y el corazón para que vivamos con amor esta celebración en comunidad. Monición a la liturgia de la PalabraEl profeta Elías emprende una misión de parte de Dios en la que la Providencia divina se va a manifestar en una casa en la que la esperanza se veía perdida por parte de una viuda. Mientras que en la Carta de los Hebreos contemplaremos la gran noticia de la redención de nuestras faltas por parte de la entrega de Cristo en la cruz por nuestros pecados. Dejemos que el Evangelio nos ayude a entender que seguir a Jesús implica llevar y vivir la fe con coherencia y en una actitud permanente de solidaridad; escuchemos el mensaje de la Palabra con el corazón dispuesto a llevarla a la vida. Oración Universal o de los Fieles Presidente: Señor Jesucristo que te has quedado en la fracción del pan, siendo el alimento por excelencia, te alabamos, te bendecimos y te damos gracias y a una voz aclamamos diciendo. R/. Haznos coherentes con tu amor Señor.1.Por el Papa, para que su ejemplo y testimonio de amor, renueve en la Iglesia la vocación a la solidaridad y la entrega por los más necesitados. Oremos.2.Por los gobernantes del mundo para que no ahorren esfuerzos en trabajar por políticas que promuevan el cuidado de la casa común y la defensa de todas las formas de dialogo social que promueven la paz. Oremos. 3.Por las necesidades de las comunidades que no tienen la posibilidad de celebrar la Eucaristía para que el Señor siga promoviendo vocaciones al servicio de la Palabra y la Eucaristía en el mundo entero. Oremos. 4.Por todos aquellos que sufren las consecuencias de las inclemencias del clima, especialmente por los campesinos para que sigan trabajando la tierra como el don más preciado. Oremos.5.Por esta asamblea que participa en el banquete eucarístico, para que un día junto con los santos pueda contemplar el rostro del Señor en el Reino Celestial. Oremos.Oración conclusivaAcoge, Padre de bondad,las suplicas que te dirigimoscon fe y confianza en ti,por Jesucristo, nuestro Señor.R/. Amén.
Vie 1 Nov 2024
Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas.
TRIGÉSIMO PRIMER DOMINGODEL TIEMPO ORDINARIONoviembre 3 de 2024Primera lectura: Dt 6, 2-6Salmo: 18(17), 2-3a. 3bc-4. 47 y 51ab (R. Dt 6,4)Segunda lectura: Hb 7, 23-28Evangelio: Mc 12, 28b-34I.Orientaciones para la PredicaciónIntroducciónLa centralidad en el mandato del amor, para los cristianos, se convierte en una manera de ser y de relacionarse con Dios, con su prójimo y hoy en día con su entorno, como lo promueve la Laudato Si´. El mensaje de la Palabra de Dios en esta liturgia le recordará, a la comunidad, la importancia de afianzar el amor de Dios en la vida cotidiana. De allí que sea fundamental recordar el principio de la escucha que el pueblo de Israel hacía de los mandatos de Dios, pues, esta evocación tendrá efecto en las enseñanzas que Jesús le dará a quienes escuchan y siguen su mensaje de salvación.1.Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura?Para el pueblo judío el mandato de la escucha (Shemá) es una forma de responder a la misericordia con que Dios ha guiado al pueblo de generación en generación. Por esta razón, los mandamientos son una respuesta efectiva a la relación que el pueblo tiene con Dios, pero, esto no basta, de allí que una consecuencia lógica de escuchar al Señor es responder con amor a esa interlocución; en esto se centra el mensaje del libro del Deuteronomio que pretende ser una carta de navegación para atender los mandamientos y llevarlos a la práctica; y de esta forma, no dejar las enseñanzas solo en la memoria como una respuesta estática del pueblo que, amando a Dios, respeta los mandamientos, y en estos preserva, custodia y cuida la vida y existencia humana. Guardar en la mente, llevar al corazón y, practicar en la vida el mandato del amor es imperativo categórico de la vida de un creyente en el Dios de la vida.Como es reiterativo en la Carta a los Hebreos el tema del sacerdocio de Cristo es un motivo fundamental de este libro. En la lectura que se realiza en este domingo se enfatiza en la permanencia que tiene el sumo sacerdocio del Señor este es “santo, inocente sin mancha, apartado de los pecadores, ensalzado sobre el cielo” (Hb 7, 26). Este texto es una importante demostración de la vigencia que tiene el sacerdocio de Cristo porque es eterno, no tiene fin, y por ello una vez para siempre el Señor se entregó como víctima, Él se ha entregado a la manera en que en el contexto veterotestamentario los corderos eran sacrificados como holocausto para la contrición de los pecados.En el mismo ámbito temático, de la primera lectura, el tema del cumplimiento del mandamiento del amor se convierte en una manera de ser y hacer para los testigos del mensaje salvífico del Reino de Dios predicado por Jesús. Sin embargo, en el relato del Evangelio de Marcos hay una interlocución que llama la atención, Jesús entabla un diálogo con un letrado que se acerca a Él para probarlo sobre la validez de la Ley referida al mandamiento del amor. Sin embargo, la respuesta de Jesús es un desafío a la manera de poner en marcha, en actos concretos, el mandamiento más apremiante para un seguidor del Señor, el mandato del amor. 2.Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y qué me sugiere para decirle a la comunidad?Por muchas generaciones se ha enseñado, predicado, difundido, transmitido y animado en las tradiciones religiosas judeo-cristianas sobre la importancia que tiene el mandamiento del amor. La vivencia del amor se presenta como una manera de manifestar la presencia de Dios en la vida; de allí que la experiencia del amor según el evangelio tiene cuatro dimensiones: amar con “el corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas”. Estas dimensiones tienen que ver con las relaciones humanas; pues, el amor que surge desde el corazón es un amor que tiene conexión con los sentimientos y emociones; aquel que ama desde el corazón se conecta con las carencias humanas, tal y como Jesús lo hizo escuchando las necesidades de quienes lo aclamaban como el mesías y el salvador.Amar con toda el alma es una conexión que el ser humano desde el interior de su fe y en lo más profundo de su espiritualidad tiene para darse sin límites. El amor del alma traspasa las fronteras de lo material y se conecta con lo más profundo del ser; los místicos y santos llegan a tener una conexión con su ser interior que los llevaba a reflejar lo más puro de su ser en las obras de caridad y amor que tenían por quienes formaban parte de sus comunidades, en especial, los más vulnerables y relegados. El amor del alma es el amor más profundo, interior e insondable que vence las fronteras de lo material, para darse incondicionalmente al estilo de Jesús en la cruz, el Hijo de Dios que se da sin condiciones.Por parte del amor que emana desde la mente, se verá representado en esa conexión entre los pensamientos y la inteligencia para escrutar qué es el amor verdadero. Quienes por muchos años han buscado las definiciones racionales sobre aquello qué es el amor, han podido concluir que las razones para hablar de este sentimiento surgen de las conexiones entre las emociones y las razones para llevar a término el acto de amar. Por tal razón, el llamado de amar al prójimo propio de las enseñanzas de Jesús se refleja en actos concretos, partiendo del reconocimiento de la presencia amorosa de Dios mismo en el otro, de allí radicarán las razones más profundas del respeto hacia el prójimo y el respeto de su dignidad de hijo de Dios.Pero, como si no bastara un amor con las tres dimensiones anteriores, la enseñanza más legendaria del amor para el judío y que llega hasta la doctrina cristiana, denota un amor a Dios con todas las fuerzas. Esta dimensión del amor está directamente relacionada con las obras, puesto que quien conoce y reconoce el amor de Dios, tiene en sus obras una evidente manera de dejar que Dios obre en sí. Las fuerzas para amar estarán bíblicamente reflejadas en las obras de las manos y en los pies de quienes dócilmente se dejan llevar por el espíritu de Dios en una profunda convicción de aquello que es el Señor en su amor infinito.3.Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo?La liturgia de este domingo está centrada en una de las formas más completas de reconocer que Dios se hace presente en la vida por medio del amor. La invitación a la comunidad en las lecturas de este domingo tiene una consecuencia lógica y es que, amar a Dios implica necesariamente el amor al prójimo de una manera correlativa a las cuatro dimensiones señaladas en el texto del evangelio: el corazón, el alma, la mente y todas las fuerzas. Por esta razón, aquel que sigue al Señor está invitado a vivir de manera concreta, por medio de sus obras de amor, al prójimo.El papa Francisco en una celebración en la que canonizaba una decena de beatos en 2022, enseñaba que: “En el origen de nuestro ser cristianos no están las doctrinas y las obras, sino el asombro de descubrirnos amados, antes de cualquier respuesta que nosotros podamos dar. Mientras el mundo quiere frecuentemente convencernos de que solo valemos si producimos resultados, el Evangelio nos recuerda la verdad de la vida: somos amados. Y este es nuestro valor, somos amados. A veces, insistiendo demasiado sobre nuestro esfuerzo por realizar obras buenas, hemos erigido un ideal de santidad basado excesivamente en nosotros mismos, en el heroísmo personal, en la capacidad de renuncia, en sacrificarse para conquistar un premio. Ser discípulos de Jesús es caminar por la vía de la santidad y, ante todo, dejarse transfigurar por la fuerza del amor de Dios. No olvidemos la primacía de Dios sobre el yo, del Espíritu sobre la carne, de la gracia sobre las obras”.Las palabras del papa Francisco se convierten en una manera de invitar a la comunidad a vivir del amor. Solo en una actitud amorosa se podrán vencer las estructuras que en la sociedad hoy incitan a crear una cultura de la indiferencia, la exclusión y el descarte, tal y como lo enseña el mismo Papa en su encíclica Fratelli tutti, “nadie en la sociedad puede quedar a la vera del camino”, refiriéndose a la llamada que los cristianos tenemos de vivir en una permanente actitud de acogida, inclusión y en una permanente apertura al encuentro y reconocimiento de la dignidad de los otros como parte de nuestra propia dignidad.II.Moniciones y Oración Universal o de los Fieles Monición introductoria de la Misa Sentir la acogida por parte de la comunidad, es una manera de vernos abrazados en el amor de Dios. En esta celebración dominical estamos invitados a vivir en una permanente actitud de agradecimiento, y, reconocimiento del amor de Dios en nuestra vida; la celebración de la Eucaristía se convierte en un signo de la forma en que Dios se queda presente vivo en medio de nosotros y, nos invita a reconocer su presencia a través del amor al prójimo. Bienvenidos a esta Eucaristía en la que celebramos la acción de gracias del amor de Dios presente en nuestra vida, en nuestras familias y, en nuestra comunidad. Monición a la liturgia de la Palabra La Palabra del Señor en este domingo está cargada de ejemplos propios de la forma en como Dios se manifiesta amoroso con su pueblo. Dejemos que las palabras y el diálogo de Jesús con el maestro de la Ley, toquen nuestro corazón, nuestra mente, nuestra alma y, nuestras fuerzas, para vivir el amor al prójimo de manera real y concreta atendiendo las necesidades de los más vulnerables, rechazados y discriminados de nuestra comunidad. Que la fuerza del evangelio que escucharemos a continuación reavive nuestra capacidad de amar al prójimo al estilo de Jesús mostrando la incondicionalidad de la entrega y el amor oblativo.Oración Universal o de los Fieles Presidente: Elevemos nuestras plegarias al Señor como una manera de reconocer su amor en nuestras vidas diciendoR/. Dios de amor gracias por tu presencia en nuestras vidas.1.Por el Papa y todos los hombres y mujeres consagrados al servicio de la Iglesia para que su ejemplo y testimonio sean una forma de vivir el amor oblativo que proviene de Dios. Oremos.2.Por los que están llamados a dirigir los destinos de los pueblos para que, en una actitud que reconocimiento de la dignidad de todos los seres humanos, practiquen la justicia y el amor como maneras de gobernar a sus naciones. Oremos.3.Por nuestra comunidad reunida en este domingo como un signo del amor a Dios, para que cada día sepamos reconocer el amor de Dios y lo reflejemos en nuestras acciones y obras en servicio de los más necesitados del amor de Dios. Oremos.4.Por quienes están hospitalizados en un centro de salud para que nuestro amor sea signo de comunión y amor en medio de sus necesidades. Oremos.5.Por nuestro párroco, por sus inmediatos colaboradores en la pastoral y por todos aquellos que con su espíritu de servicio llevan a los demás el gozo y la paz del Señor. Oremos.Oración conclusivaGracias, Dios de amor,por escuchar las plegariasque te dirigimos humildementepor el amor a tu Hijo Jesucristo, nuestro Señor.R/. Amén
Vie 25 Oct 2024
¡Hijo de David, Jesús, ten compasión de mí!
TRIGÉSIMO DOMINGODEL TIEMPO ORDINARIOOctubre 27 de 2024Primera lectura: Jr 31, 7-9Salmo: 126(125),1-2ab.2cd-3.4-5.6Segunda lectura: Hb 5,1-6Evangelio: Mc 10, 46-52I.Orientaciones para la PredicaciónIntroducciónLa mesa de la Palabra de este domingo insiste en:−La necesidad de la humildad para reconocer el paso de Dios por nuestra vida ¿Qué nos llena de alegría, cuando el Señor nos hace retornar a la tierra prometida de nuestra felicidad, cuando nos saca del destierro y nos vuelve a la esperanza de tiempos mejores? −Tenemos un mediador, que es Sumo y Eterno Sacerdote, Cristo. Él se constituye en fuente inspiradora de santidad.−El Señor Jesús es el Mesías esperado, los ciegos ven, los cojos andan. Bartimeo se hace testigo de la presencia mesiánica de Cristo, que ya próximo a entrar a Jerusalén, no se oculta más, pues Él sabe que debe subir a Jerusalén para salvarnos a todos. 1.Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura?La Palabra de Dios de este domingo centra toda su atención en el bellísimo relato de la curación del ciego de Jericó. Jesús va camino a Jerusalén y a su paso se presentan una serie de encuentros que impactan por el profundo mensaje mesiánico que ellos contienen. La escena de la curación del ciego Bartimeo es uno de los momentos más elocuentes de la presencia del mesías entre nosotros y la Palabra de este día nos ayuda a entenderlo.El profeta Jeremías vivió en tiempos de calamidades para el pueblo de la alianza, consecuencia de sus pecados; luego de años de destierro, los que regresan a la tierra de la promesa, no son soldados victoriosos, sino hombres perdonados. Dios interviene en la historia y su paso se vuelve causa de alegría. El capítulo 31 es una página cargada de esperanza, la nueva generación que regresa del destierro, está llamada a reconocer el paso de Dios que ha mirado a Israel con misericordia y les ha concedido regresar a la tierra dada como promesa a sus antepasados: “El Señor ha salvado a su pueblo” “Los traeré del país del norte” “seré un Padre para Israel”. Los redimidos, al caminar, transforman el desierto en un oasis de felicidad, y se vuelven en testimonio del resto perdonado, ellos se constituyen en la esperanza de Israel, puesto que en la multitud que retorna habrá ciegos y cojos, pero el Señor los guiará “por un camino llano en que no tropezarán”.El Salmo 125 canta la acción de gracias del pueblo de Israel al saberse salvado del destierro “la boca se nos llenaba de risas y la lengua de cantares, porque el Señor ha estado grande con nosotros”. El optimismo del salmista es contagioso “cuando el Señor cambio la suerte de Sion” “al ir, iban llorando; al volver, vuelven cantando”.El autor de la Carta a los Hebreos en el capítulo 5, exalta la superioridad del sacerdocio de Cristo, en comparación con el sacerdocio del Antiguo Testamento que se ejercía en el Templo de Jerusalén, tenían como función “representar a los hombres en el culto a Dios y ofrecer dones y sacrificios”, el sacerdote de la Antigua Alianza esta “envuelto en debilidades” “tiene que ofrecer sacrificios por sus propios pecados”. Nadie podía asumir el título de sacerdote por cuenta propia, este título se recibía por hacer parte de la tribu de Leví, familia sacerdotal. El sacerdocio de Cristo es recibido no de manos humanas, sino de la voluntad del Padre del cielo, “Tú eres sacerdote eterno” y el autor sagrado, compara su sacerdocio con el sacerdocio de Melquisedec.Marcos en el capítulo 10 narra la milagrosa curación del ciego Bartimeo, escena que se desarrolla en las afueras de Jericó, camino hacia Jerusalén. este relato esta enriquecido con muchos detalles que el evangelista coloca para enfatizar el acontecimiento mesiánico: el ciego, sentado a la orilla del camino grita un título mesiánico “Hijo de David”, en esta escena en particular Jesús no le reprende, ni le manda guardar el secreto; Jesús va camino a Jerusalén a cumplir la voluntad del Padre, la pasión, muerte y su gloriosa resurrección serán el sello final de su vocación mesiánica. El ciego grita cada vez más fuerte y Jesús lo manda llamar, animan al ciego para que se acerque a él. El diálogo es directo, sincero y breve: “¿Qué quieres que haga por ti?” “Maestro que pueda ver” Jesús le devuelve la vista “anda, tu fe te ha curado”. La fe siempre es exigida por el Señor para que Él pueda actuar. El ciego “lo seguía por el camino”. Bartimeo se hace seguidor de Cristo y su testimonio evidencia el cumplimiento de las promesas del Antiguo Testamento, los ciegos ven. Jesús es el mesías esperado. 2.Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y qué me sugiere para decirle a la comunidad?La Palabra de Dios de este domingo nos recuerda uno de los momentos más emotivos del pueblo del Antiguo Testamento, el regreso del destierro del pueblo de Israel. Una de las lecciones más duras que han podido recibir de parte de Dios, pero a la vez uno de los momentos más alegres de su historia, puesto que, con humildad y esperanza, con la lección aprendida, regresan a la tierra de la promesa. El retorno es de hombres perdonados, entre ellos regresan “ciegos y cojos”, como signo de la gran misericordia de Dios, que luego será manifestada en las acciones que el mismo Dios entre nosotros, realizará en la persona de nuestro Señor Jesucristo, como cumplimiento de las promesas hechas desde antiguo.Jesús devuelve la vista a Bartimeo, quien lo llama “Hijo de David”, título mesiánico, reconociendo que el Mesías ya está entre nosotros y ha venido a abrir los ojos al ciego, signo que se repite en varias ocasiones en los evangelios, y que se constituye en la evidencia del Mesías entre nosotros. La ceguera de Bartimeo hoy representa la ceguera de tantos que se hacen incapaces de ver la presencia del Señor en el mundo, quedándose en las tinieblas del error, del pecado, de la falta de caridad, a lo orilla del camino; pero también, es la imagen del que es capaz de un salto, ponerse en las manos de Dios, confiar en Él, y superar la miseria humana de no poder ver, para ver con mayor fe y seguridad en Jesús, ponernos en actitud de seguimiento con un corazón agradecido por la presencia amorosa y sanadora del salvador entre nosotros.La petición de Bartimeo, se constituye en una plegaria, confiada, directa a Dios, que sabe escuchar nuestros gritos y las súplicas de nuestro corazón, “Maestro que pueda ver”, si esta plegaria sale hoy de nuestro corazón, acompañada de nuestra fe y de la seguridad que el Señor Jesús puede curar nuestras cegueras, sin duda alguna Él actuará, “anda, tu fe te curado”. Quienes hemos probado en nuestra vida la misericordia de Dios, sabemos de la tristeza, y de la amargura que produce el pecado, la ceguera; pero también, sabemos de la alegría y de la esperanza de lo que significa experimentar la misericordia de Dios, que restituye en la vida de los creyentes la vista, el gozo de volver a la tierra de las promesas, de sentirnos cercanos a Jesús, hasta el punto de poder seguirlo, como lo hizo Bartimeo; esto produce sentimientos de gratitud, de alabanza, como los del salmista que canta, “el Señor ha estado grande con nosotros y estamos alegres”.3.Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo?Comparto algunas ideas que nos lleven a vivir lo que hoy descubrimos en la Palabra de Dios, como consecuencia de la meditación y comprensión de este mensaje lleno de luz, esperanza y alegría para nuestros corazones.En primer lugar, la Palabra de Dios de este domingo nos interpela, haciendo confrontar nuestras actitudes con las de algunos personajes del Evangelio, por ejemplo, la actitud del ciego Bartimeo, que pleno de fe es capaz de ponerse en movimiento para ir al encuentro del que puede curarlo de su ceguera, superando todo obstáculo y a gritos de súplica, recibir de Dios lo que pedía, una actitud ejemplar en medio de las limitaciones personales. Otra situación es las de las personas que rodean al ciego, que quieren callarlo y le impiden ir al encuentro de Jesús, esta actitud de los que teniéndolo todo, viendo a Jesús, se aferran a sus seguridades y le impiden a los demás, con intención o sin ella, acercarse a Jesús para recibir de Él su gracia y misericordia. Hoy vale la pena respondernos la pregunta ¿somos cómo aquellos personajes que se molestan por los gritos de otros?, ¿nos incomodamos cada vez que vemos a alguien pidiendo a “gritos” ayuda?, ¿somos capaces de acercarnos con humildad a las personas para conducirlos a la presencia del Señor?El profeta Jeremías tuvo la misión de denunciar el mal y el pecado del pueblo de Israel, igualmente la consecuencia de las infidelidades del pueblo de la alianza, pero también, tuvo la dicha de anunciar el final del castigo, del destierro, y recordar con alegría la esperanza del retorno a la tierra de la promesa, esa tierra que desde antiguo fue heredada por el pueblo elegido. Entre los que retornan vienen “ciegos y cojos” que serán los primeros en reconocer la presencia del mesías entre nosotros, con la debida consecuencia, los ciegos ven, los sordos oyen, los muertos resucitan como lo expresa el profeta Isaías. Sin duda alguna, el Señor se hace presente en la historia de ayer y también en la historia de hoy con signos de misericordia, Él se hace presente en la historia de cada uno de nosotros, para quitarnos las cegueras, y las cojeras, nos levanta para ponernos al servicio de los demás, habla a nuestro oído y a nuestro corazón para hacernos ver mejor, para no perder la sensibilidad ante las necesidades humanas. Para poner a muchos en actitud de seguimiento. Jesús es el Sumo y Eterno Sacerdote, es decir: “mediador” entre Dios y los hombres, según el rito del Melquisedec, rey de Salem y sacerdote de Dios, que ofreció pan y vino a Abrahán. Esta figura sacerdotal, es inspiradora, puesto que el sacerdote “tiende puentes” y el Señor Jesús tiende un puente tan definitivo, con el que nos devuelve la “comunión” con el Padre, que habíamos perdido por el pecado original; el Señor Jesús ofrece un sacrificio de entrega, dando la vida, cancelando así la deuda que teníamos, reconciliando al hombre con Dios, dando nueva vida a todo hombre, haciéndonos partícipes de su sacerdocio y uniendo nuestras vidas más estrechamente a la vida de Dios. Esto lo celebramos a través de los sacramentos de la Iglesia, especialmente de la Eucaristía, pues en ella se ofrece pan y vino, se conmemora la entrega de Cristo en la cruz, y se celebra la gloriosa resurrección de Jesús, acontecimiento definitivo que redime al hombre y lo plenifica. Cada vez que participamos de la Eucaristía dominical, Jesús “tiende puentes”, nos comunica con el Padre del cielo, nos lleva a la comunión._______________________Recomendaciones prácticas:●2 de noviembre: Conmemoración de los fieles Difuntos.II.Moniciones y Oración Universal o de los Fieles Monición introductoria de la Misa Nos hemos reunido este domingo trigésimo del tiempo Ordinario, para dejarnos iluminar y trasformar por el mensaje de la Palabra y participar gozosos del cuerpo y de la sangre del Señor.En este domingo el Señor nos deja un mensaje lleno de esperanza y alegría por su presencia salvadora, Él abre nuestros ojos para que veamos con claridad cuál es nuestra misión en este mundo. Coloquemos ante el altar nuestras plegarias, y con fe participemos en esta Eucaristía. Monición a la liturgia de la Palabra La Palabra de Dios de este domingo nos habla, cómo el pueblo de Israel y el ciego Bartimeo, viven una experiencia de salvación, simbolizada en la curación de la ceguera. Dejémonos interpelar por este mensaje de salvación y escuchando atentamente cada lectura, colmemos nuestros corazones de alegría y esperanza. Oración Universal o de los Fieles Presidente: Oremos ahora al Señor, nuestro Dios, para que la luz de Cristo aleje de nuestro mundo las tinieblas del pecado y de la muerte. A cada intención nos unimos diciendo:R/. Señor, ten compasión de nosotros.1.Por la Santa Iglesia de Dios, para que ilumine a los hombres de toda la tierra con la luz que resplandece en el rostro de Cristo. Oremos.2.Por los pueblos que viven la ceguera de la guerra, del odio y del rencor, para que encuentren la paz y la alegría del perdón. Oremos.3.Por quienes, como Bartimeo, caminan por la vida a oscuras, sin fe, sin luz, ni esperanza, para que hallen en Cristo el Salvador que anhelan sus corazones. Oremos.4.Por los niños y los jóvenes, para que lleven una vida iluminada y se mantengan alejados de toda tiniebla. Oremos.5.Por todos aquellos familiares, benefactores y amigos que, habiendo cumplido su misión en este mundo, descansan en la paz del Señor. Oremos.Oración conclusivaEscucha, Padre de Bondad,estas súplicas que salen de nuestroscorazones conmovidos por lo que vemosa nuestro alrededor y concédenoslo que más necesitamos yno nos atrevemos a pedirte.Por Jesucristo, nuestro Señor.R/. Amén.