Pasar al contenido principal

Iglesia

Dom 7 Jun 2020

Iglesia católica avanza en protocolos para reapertura de templos

El padre Jorge Bustamante Mora, director de los departamentos de Doctrina y Promoción de la Unidad y el Diálogo de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), y miembro de la mesa de diálogo con el Gobierno Nacional para la reapertura de los templos católicos en el país, nos comparte en una video - entrevista sobre los avances logrados en este tema. [icon class='fa fa-download fa-2x'] Vea la entrevista[/icon]

Dom 7 Jun 2020

La fuerza de Dios

Por: Mons. Víctor Manuel Ochoa Cadavid - La fiesta solemne de Pentecostés, es la fiesta de la Iglesia, por excelencia, en ella hemos recibido el don del Espíritu Santo, que nos anima y nos fortalece para dar testimonio de Jesucristo resucitado, hasta los confines extremos de la tierra. El bellísimo relato de Pentecostés que encontramos en el libro de los Hechos de los Apóstoles pone a la Santísima Virgen María y a los Apóstoles recibiendo esa fuerza, ese ardor que los lleva a salir, de un lugar encerrado a predicar con alegría al Señor en todos los lugares y a todas las personas. Celebrar Pentecostés, hoy en nuestra Iglesia particular, es vivir en la Iglesia la experiencia profunda del Espíritu Santo, que “hace nuevas todas las cosas” (Ap 21, 5). Pidiendo el Espíritu Santo, tenemos que descubrirlo como fuerza creadora. La primera frase de la Sagrada Escritura se refiere a esa presencia creadora: “…la tierra era algo informe y vacío, las tinieblas cubrían el abismo, y el Espíritu de Dios se cernía sobre las aguas” (Gen 1, 2). La última expresión de la Escritura también nos habla del Espíritu Santo: “El Espíritu y la Esposa dicen: «¡Ven!», y el que escucha debe decir: «¡Ven!». Que venga el que tiene sed, y el que quiera, que beba gratuitamente del agua de la vida” (Ap 22, 17). El Espíritu Santo es Persona Divina, es alguien y no algo, por ello puede ser enviado, regalado, dado con amor a quienes le saben pedir, esperar y acoger. Su acción fecunda ilumina los caminos de los Patriarcas, impulsa a Moisés por el desierto, acompaña las gestas gloriosas del Pueblo de Dios, se hace presente en el clamor de los Salmos, llena la vida de los Profetas, es la Sabiduría revelada, es la fuerza de los que aman a Dios. Esta persona de la Trinidad, anima, alienta, inspira la Palabra con la cual Dios habló a los hombres. El Espíritu Santo actúa en el misterio de la Encarnación, desciende sobre Jesús en el Jordán, mantiene un diálogo permanente con Jesús, lo sostiene y lo acompaña. Por eso en la sinagoga de Nazaret Jesús expresa como se cumple en él la profecía de Isaías (Isaías 61, 1ss) «El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido para anunciar a los pobres la buena nueva…» (Lucas 4,18). Somos la Iglesia del Espíritu Santo por excelencia, por vocación, por presencia amorosa de Dios que nos regala este don admirable para que tenga principio, sentido y fin nuestra vida pastoral, nuestra vida de fe, nuestra vida de caridad. Es el Espíritu quien nos anima y nos fortalece en la tarea de anunciar a Jesucristo resucitado, como lo hicieron en su momento los Apóstoles, llevando su Evangelio a todos los confines de la tierra y, como hoy, con gran fuerza continuamos haciéndolo. Con razón el Espíritu Santo es llamado alma de la Iglesia (León XIII en la Encíclica Divinum illud munus, 1897: Denzinger-Schönmetzer, n. 3.328) arquitecto del reino, maestro y pedagogo de la fe, aliento y camino, compañía y defensa, luz y esperanza de la comunidad creyente, sobre todo en estos tiempos de crisis, de soledad, de desaliento. Estos días que van transcurriendo en la experiencia del confinamiento, cuando se ha revelado de modo más evidente nuestra fragilidad y nuestra vulnerabilidad, hemos de aprender la lección de silencio que nos pide abrirnos a la gracia del Espíritu Santo, dejarlo actuar sin que lo impidan nuestras desesperaciones, dejar que nos mueva y acompañe, dejar que despierte, como ya lo ha hecho, iniciativas gozosas de evangelización, recursos ingeniosos para llegar a nuestros hermanos con una catequesis viva, con una palabra de aliento, con una motivación para trabajar decididamente por una promoción de la humanidad que no se quede en un simple proceso horizontal de solidaridad, sino que se motive porque aquel a quien busco, sirvo, acompaño y sostengo, es alguien que como yo posee el Espíritu Santo por la gracia de los sacramentos o porque en todo ser humano hay semillas del mismo Espíritu para despertar y alentar a que crezcan y den fruto. Es el Espíritu Santo el que anima y realiza la caridad de Jesucristo. El Espíritu es dado a la Iglesia de diversos modos. Es bello constatar que, siendo uno, se manifiesta de diversos modos: Gobierna en quien gobierna, predica en quien predica, sirve en quien sirve, porque sin Él todo sería estéril, todo sería mera acción humana. Con su fuerza la autoridad ilumina, la predicación enseña, la caridad llena de amor de Dios las obras de misericordia que, precisamente, son inspiradas por el Espíritu Santo y son bendecidas cuando se realizan en nombre del amor de Dios. Con Pentecostés no acaba la Pascua, en Pentecostés se sueltan las amarras de la nave de la Iglesia, para que “al impulso del amor confiado” del Espíritu Santo (Prefacio Eucarístico, Pentecostés), pase por este mar atormentado de la historia llenando de luz y de alegría cada acción humana, cada servicio, cada apostolado. Pidamos todos con mucha fe el don del Espíritu Santo, que nos avive a todos en nuestra vida cristiana y en nuestra tarea eclesial, a cada uno en su camino y misión, en su ministerio para aquellos que tenemos responsabilidades de Iglesia. El día de Pentecostés la Santa Virgen, María de Nazareth, estaba llena de alegría y esperanza, pidamos a ella que proteja y bendiga a nuestras comunidades en estos tiempos complejos y de prueba. Ven Espíritu Divino, fuerza, vida y esperanza de la Iglesia y de la humanidad. + Víctor Manuel Ochoa Cadavid Obispo Diócesis de Cúcuta

Sáb 6 Jun 2020

Mensaje del CELAM, en del Día Internacional de los Niños Víctimas de Agresión

El Consejo Episcopal Latinoamericano y del Caribe CELAM, se une a los esfuerzos y acciones contra toda forma de violencia hacia los niños. Así lo expresa en su mensaje por el Día Internacional de los niños víctimas inocentes de agresión titulado: “Nuestros niños necesitan ternura y protección en todo momento, pues son ellos la esperanza de la sociedad, de la Iglesia y de la humanidad”. El presidente del organismo de comunión eclesial, monseñor Miguel Cabrejos Vidarte, anima a los creyentes a seguir luchando y trabajando por un mundo cada vez más humano, solidario y justo para los niños. Igualmente recuerda que una sociedad que abandona a los niños está condenada al fracaso y muchos de ellos viven en un entorno que no solo los expone a la muerte; sino que en la mayoría de casos, los deja lesionados o con traumas emocionales que los perseguirán por el resto de sus días. Fuente: Oficina de comunicaciones del CELAM [icon class='fa fa-download fa-2x'] Descargar comunicado[/icon]

Vie 5 Jun 2020

Nuevo Obispo de Riohacha tomó posesión de su cargo

En celebración eucarística realizada en la Catedral Nuestra Señora de los Remedios, el nuevo obispo de Riohacha, monseñor Francisco Antonio Ceballos Escobar, tomó posesión de su cargo luego que fuera nombrado el pasado 22 de abril por el Papa Francisco para guiar esta iglesia particular del caribe colombiano. Respondiendo a los protocolos de bioseguridad establecidos ante la pandemia por coronavirus (Covid-19), el acto litúrgico contó con un reducido número de participantes, entre ellos: monseñor Oscar José Vélez Isaza, obispo de Valledupar y monseñor Pablo Emiro Salas Anteliz, arzobispo de Barranquilla, este último fue el encargado de representar en esta ceremonia al Nuncio Apostólico, monseñor Luis Marino Montemayor. La comunidad de Riohacha, así como sacerdotes, religiosos, agentes pastorales y bautizados de Colombia y el mundo, pudieron acompañar espiritualmente al obispo a través de la transmisión por redes sociales que esta diócesis originó y que fue replicada por distintas jurisdicciones e instituciones de Iglesia del país, como signo de unidad, comunión y alegría ante este importante momento para la vida diocesana de Riohacha. “Aquí estoy para callejear la fe” Precisó monseñor Francisco Antonio aldirigirse a esta comunidad Guajira. Acogiendo la invitación que el Papa constantemente hace, dijo: “Aquí estoy para callejear la fe (…) Aquí estoy, enviado por Dios para acompañar a los sacerdotes, a los seminaristas, a los agentes de pastoral; aquí estoy para estar cerca de los más pobres y abandonados; para consolar a los tristes y ofrecer esperanza a quienes la han perdido”. Durante su homilía reconoció con humildad no ser la persona más idónea para este cargo, desafío que para él representa este servicio pastoral, pues no conocía ni sabía de este territorio de la Guajira; sin embargo señaló “me puse en camino con la confianza puesta en Dios y con la seguridad de queelSeñor, quien me eligió, Él mismo me sostendrá”. “De inmediato empecé un curso rápido y a distancia de conocimiento de la realidad de La Guajira y de la diócesis. Me ubiqué geográficamente, recogí y leí con interés toda la información que más pude, con los más variados contenidos: históricos, artísticos, turísticos y religiosos. Consulté enciclopedias, me aprendí el nombre de los municipios de la jurisdicción”, manifestó. Así mismo, observó que luego de una lectura y conversaciones con las diferentes instancias para conocer del territorio, llegó a la conclusión que quienes habitan estos territorios guajiros son “gente amable, querendona y bondadosa; de una profunda religiosidad manifestada en su amor a Dios y a la Iglesia”. También fue descubriendo que la realidad precaria en la que viven muchos de los guajiros es preocupante. “Antes de mi posesión, también aprendí que los índices de desnutrición en La Guajira son altos, por causas muy variadas: sociales, económicas, ancestrales, etc.Que la educación está intervenida. Que la salud está en cuidados intensivos y que hay escasez de agua, realidades que laceran mi corazón de pastor”. Por lo que se comprometió a pasar de lo teórico a lo práctico y visitar cada rincón de la Guajira para conocer de primera mano la realidad de estos territorios y sus comunidades. “Pero nada de estos conocimientos teóricos podrán sustituir el conocimiento directo que fluya de la presencia cercana y personal de todos y cada uno de ustedes. Por eso, trataré de visitar cuanto antes a las distintas comunidades, encontrarme con los sacerdotes, los consagrados, los laicos. No tengo miedo a aprender de todos. Y tengo deseo y prisa por aprenderlo todo. Por eso,permítanme entrar en sus vidas, sus costumbres, sus lugares, sus preocupaciones, sus esperanzas y sus alegrías. Denme el gozo de aprender a conocer la Iglesia diocesana, a la que ya amo, de la mano de ustedes. Sean mi guía. Así será distinto de lo leído y aprendido en el ordenador y en los artículos llegados a mis manos”, aseveró. También se tomó un momento de su predicación para exaltar la labor de los cuatro obispos que le han antecedido en el cargo, de manera particular se refirió al obispo saliente, monseñor Héctor Salah Zuleta, a quien agradeció su labor pastoral y su gestión en la Diócesis. “Gracias monseñor Héctor por entregarme esta Diócesis tan organizada en sus estructuras pastorales y sociales. Procuraré sostener lo que hoy recibo, y, con la ayuda de Dios, seguir creciendo en madurez en todo sentido”. Sin desconocer que habrá momentos difíciles, inherentes a la naturaleza humana, se dirigió a sacerdotes, religiosos y religiosas, colaboradores laicos, voluntarios, docentes, empresarios, autoridades civiles, militares y de policía, campesinos, indígenas, afrodescendientes, medios de comunicación, gente del común, invitándolos para que juntos “abordemos esta embarcación de la diócesis de Riohacha y rememos en la misma dirección (…) los invito a “caminar y navegar juntos, en sinodalidad, en amistosa fraternidad, esto facilitará conocernos mejor y ser más dóciles a la acción del Espíritu Santo (…) cada uno está invitado a aportar desde su competencia en la construcción de esta Iglesia diocesana”. Finalmente, encomendó su nuevo servicio pastoral a la Virgen de los Remedios, coloquialmente conocida como “la Vieja Mello”, patrona de los guajiros, pidiendo de ella la asistencia permanente y a los habitantes “comprensión y cariño, pues soy humano, profundamente humano”. [icon class='fa fa-download fa-2x'] Descargar homilía[/icon] Fotos: Cortesía oficina de comunicaciones diócesis de Riohacha

Jue 4 Jun 2020

Ipiales redobla sus esfuerzos para acompañar Instituciones educativas

En este tiempo de coyuntura para el país por cuenta de la pandemia, se ha venido generando un impacto a todo nivel, pero de manera particular nos queremos referir en esta ocasión al sector educativo. Por ello la diócesis de Ipiales a través de la pastoral Educativa y Universitaria, no ha cesado en sus esfuerzos por acompañar de manera permanente y a distancia a las Instituciones Educativas tanto privadas como públicas. Así lo ha expresado el Padre José Alexander Florez Guerrero, coordinador de esta pastoral, quien resaltó dos grandes acciones que han adelantado para acompañar en comunión y de forma articulada los centros educativos y a sus docentes, se trata de la celebración del Día del Maestro y la publicación virtual del periódico “Semillero de la Educación”. “Gracias al apoyo de la Confederación Nacional Católica de Educación (CONACED), a los rectores de las instituciones Educativas, la Escuela Normal Pio XII del Municipio de Pupiales y en ella al trabajo de los maestros en formación, presentamos la tercera edición de este periódico, esta vez una edición virtual”, señaló el sacerdote. En esta edición se hace especial mención sobre la necesidad de trabajar en las Instituciones Educativas el área de la Educación Religiosa Escolar (ERE) como fuente de esperanza; además ofrece un espacio de catequesis para los docentes desde el área ética del Educador; y finalmente una serie de opiniones, orientaciones y experiencias significativas sobre la Educación virtual. “Partimos de un dilema: se aprende mucho pero no se comparte lo que se aprende, de esta manera esta edición del periódico que ponemos en sus manos nos ayudará a compartir lo que hemos aprendido”, puntualizó. Otras de las acciones planteadas durante este tiempo de pandemia han sido espacios de formación y eucaristías virtuales. [icon class='fa fa-download fa-2x'] Descargar periódico virtual "Semillero de la Educación[/icon]

Jue 4 Jun 2020

Webinar: “Pacto educativo global y su impacto en el medio ambiente”

Ante la iniciativa del Papa Francisco de “reconstruir el pacto educativo global”, la Católica del Norte (UCN), se une a esta convocatoria y realizará el próximo 05 de junio el Webinar: “Pacto educativo global y su impacto en el medio ambiente”. La propuesta hecha por el Pontífice busca reunir esfuerzos de todos aquellos que tienen responsabilidades políticas, administrativas, religiosas y educativas, con el objetivo de reavivar el compromiso por y con las nuevas generaciones, renovando la pasión por una educación más abierta e incluyente, capaz de la escucha activa, del diálogo constructivo y de la mutua comprensión. Este acto académico que iniciará a las 10:00 a.m. contará con la participación de ponentes como: Padre Julio César Caro Lopera, delegado para la pastoral educativa y la pastoral universitaria, director de pastoral y bienestar institucional de la UCN; Alex Mauricio Ávila Quiceno, director de TI Colombo Americano de Medellín, decano de sistemas de la Institución Universitaria Escolmo; y Esaú Toro Vanegas, ingeniero forestal de la Universidad Nacional de Colombia. Los interesados podrán inscribirse a través del sitio web www.ucn.edu.co Además podrá seguir el evento conectándose en los siguientes medios institucionales: Canal transmisiones en vivo: https://www.ucn.edu.co/institucion/sala-prensa/Paginas/UCN-en-vivo.aspx Canal youtube: https://www.youtube.com/channel/UCz5B1CzjUA1hxJ9RD_VJTBQ Canal de Facebook: https://www.facebook.com/SoyCatolicaDelNorte/

Mié 3 Jun 2020

El misterio trinitario es para vivirlo, pues para eso nos lo reveló Jesús

Primera lectura: Éx 34,4b-6.8-9 Salmo: Dn 3, 52ac.53a+54a.55a+56a (R. 52b) Segunda lectura: 2Co 13,11-13 Evangelio: Jn 3,16-18 Introducción Un solo Dios y Tres Divinas Personas, es la profesión de nuestra fe, la que los Apóstoles recogieron de labios de Jesús y transmitieron, la que creyeron desde el primer momento todos los cristianos, la que el Magisterio de la Iglesia ha enseñado desde siempre. El Catecismo de la Iglesia Católica nos orienta: El misterio de la Santísima Trinidad es el misterio central de la fe y de la vida cristiana. Sólo Dios puede dárnoslo a conocer revelándose como Padre, Hijo y Espíritu Santo. La Encarnación del Hijo de Dios revela que Dios es el Padre eterno, y que el Hijo es consubstancial al Padre, es decir, que es en él y con él el mismo y único Dios. La misión del Espíritu Santo, enviado por el Padre en nombre del Hijo (cf. Jn 14,26) y por el Hijo "de junto al Padre" (Jn 15,26), revela que él es con ellos el mismo Dios único. "Con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria". "El Espíritu Santo procede del Padre en cuanto fuente primera y, por el don eterno de éste al Hijo, del Padre y del Hijo en comunión" (S. Agustín, Trin. 15,26,47). Por la gracia del bautismo "en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo" somos llamados a participar en la vida de la Bienaventurada Trinidad, aquí abajo en la oscuridad de la fe y, después de la muerte, en la luz eterna (cf. Pablo VI, SPF 9). "La fe católica es esta: que veneremos un Dios en la Trinidad y la Trinidad en la unidad, no confundiendo las personas, ni separando las substancias; una es la persona del Padre, otra la del Hijo, otra la del Espíritu Santo; pero del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo una es la divinidad, igual la gloria, coeterna la majestad" (Symbolum "Quicumque"). Las personas divinas, inseparables en su ser, son también inseparables en su obrar. Pero en la única operación divina cada una manifiesta lo que le es propio en la Trinidad, sobre todo en las misiones divinas de la Encarnación del Hijo y del don del Espíritu Santo. (CIC 261 – 267) Toda la vida sobrenatural del cristiano se orienta a ese conocimiento y trato íntimo con la Trinidad, que viene a ser «el fruto y el fin de nuestra vida». Para este fin hemos sido creados y elevados al orden sobrenatural: para conocer, seguir y amar a Dios Padre, a Dios Hijo y a Dios Espíritu Santo. De estas divinas Personas, el cristiano llega a tener en esta vida «un conocimiento experimental» que, lejos de ser una cosa extraordinaria, está dentro de la vía normal de la santidad. 1. Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura? En la Primera lectura se nos muestra el misterio de un Dios compasivo y misericordioso. A pesar de la infidelidad del pueblo de Israel, Dios no lo aparta de su amor. Él lo sigue atrayendo con sus lazos de amor y perdón. El Salmo es un hermoso himno, cantado por tres jóvenes israelitas, que, pese a la situación dramática de persecución en la que se encontraban, alaban a Dios. Ellos, metidos en el horno ardiente, a causa de la fe, no dudan en cantar, en alegrarse, en alabar. El dolor rudo y violento de la prueba desaparece, parece casi disolverse en presencia de la oración y de la contemplación. Precisamente esta actitud de confiado abandono suscita la intervención divina. Pablo nos exhorta a vivir en la alegría y en la unidad, teniendo la certeza de que tenemos un Dios cercano, que sale al encuentro del hombre por Cristo, para ofrecerle su amistad, amor y comunión. Para Juan, lo más importante es recordar que Jesucristo es verdaderamente el Dios Encarnado, el Verbo de Dios que existía junto a Dios desde la Eternidad y nos lleva a la vida eterna. ¿Qué ha hecho Dios por amor? Nos ha dado el regalo más grande que puede ofrecerse; darse a sí mismo, entregarse a la humanidad en la persona de Jesucristo, su Unigénito. 2. Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y que me sugiere para decirle a la comunidad? La Santísima Trinidad es, sin duda alguna, el mayor Misterio de nuestra fe: un sólo Dios, en tres Personas divinas. Como católicos y como cristianos, estamos obligados a creer esta Revelación que se nos presenta en las Escrituras: un Dios que es Padre, que es Hijo y que es Espíritu Santo. El peligro a que está sometida esta verdad de fe es el verla como un misterio inescrutable. Efectivamente lo es, pero al revelarnos Jesucristo el misterio trinitario del único Dios que es Padre, Hijo y Espíritu Santo, quiso descubrirnos, ante todo, un misterio de vida y no un enigma religioso para que lo descifremos. Tanto amó Dios al mundo… Las lecturas de hoy nos llevan a ver la Santísima Trinidad de manera viva y no conceptual, pues se muestra a Dios operando por amor la salvación del hombre. En efecto, esto queda contemplado en la frase que abre la lectura del pasaje del evangelio: «Tanto amó Dios al mundo que (le) entregó a su único Hijo, para que no parezca ninguno de los que creen en él, sino que tengan vida eterna» (Jn 3,16). El motivo de la entrega es el amor de Dios al mundo, y la finalidad de ese don personal en Cristo, es la salvación y vida del hombre por la fe. Jesús es, pues, el gran signo o sacramento del amor trinitario a la humanidad, patente en la encarnación, vida, mensaje, pasión, muerte y resurrección. El Dios revelado por Jesucristo, imagen visible del mismo, aunque trascendente no es un Dios lejano e inaccesible sino próximo al hombre; un Dios que es compasivo y misericordioso, lento a la ira y rico en clemencia y lealtad; un Dios que, pese a nuestra infidelidad, permanece siempre fiel. Ese es el Dios de nuestra fe: el Dios Padre de nuestro Señor Jesucristo y Padre nuestro. A partir de la encarnación de Jesús, Hijo del Padre, el Dios cristiano no se puede comprender ni definir sino en referencia a Cristo que es la imagen y revelación siempre actual del Dios uno y Trino. La entrega de su Hijo al hombre por parte de Dios, como oferta de salvación, es perenne. Es decir, no queda en hecho pasado, sino llega hoy en el acontecer humano de nuestra vida, de nuestro mundo, de nuestra comunidad de fe; especialmente por el anuncio del evangelio y por los sacramentos en los que Dios opera la redención humana. Del Dios comunidad al hombre en relación… Dios no es un ser solitario, cerrado en un círculo hermético de un eterno silencio, sino que, por ser trino, es amor y alteridad. En términos psicológicos, se puede intentar explicar el dogma trinitario: El amor del Padre, el «Yo», al comprenderse y reflejarse a sí mismo engendra al «Tú», que es el Hijo; y del amor mutuo de ambos procede el «Nosotros», que es el Espíritu Santo, don y devolución de amor, comunicación y diálogo. Después, como consecuencia y por amor, comunicación y diálogo. Después, como consecuencia y porque la Trinidad ama al hombre que creó, abre y agranda el círculo, admitiéndonos en su órbita divina como hijos por medio de Cristo. El misterio trinitario es para vivirlo, pues para eso nos lo reveló Jesús. Esa es la manera de entenderlo. Y se vive y se atiende, experimentando y vivenciando en la fe la relación filial con Dios por medio del Espíritu de Cristo que habita en nosotros. Vida y fe, oración y formación han de combinarse en nuestra existencia cristiana. No puede bastarnos saber cosas sobre Dios y hablar de Él. Hemos de llegar a encontrarnos y conversar con Dios mediante la oración y el diálogo personal. Esa es la vía evangélica que nos mostró Jesús: Primeramente, apertura y escucha de Dios y su Palaba; después respuesta y oración; y seguidamente, amor a nuestros hermanos los hombres porque Dios los ama y se refleja en ellos, especialmente en los más pobres porque son los hijos de Dios nuestro Padre que hace salir el sol cada mañana sobre todos ellos. La gracia de Jesucristo, el amor del Padre y la comunión del Espíritu Santo… Esta fórmula trinitaria, probablemente de origen y uso litúrgico en las comunidades apostólicas, atribuye a cada persona de la Trinidad un don o una función, aunque toda esta acción salvadora es común en la Santísima Trinidad: La gracia de Jesucristo, el amor del Padre y la comunión del Espíritu Santo… Ella muestra todo un programa de vida en el amor fraterno. Unión para la alabanza al Dios Uno y Trino en la comunidad de fe, esperanza y amor que nos une en Cristo. 3. Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo? La Trinidad se nos revela para que cultivemos esa imagen con la que fuimos formados y sellados. Somos hechos y estamos bautizados a imagen y semejanza de Dios, Uno y Trino. La Santísima Trinidad es una comunidad de amor que nos habla con fuerza sobre la donación, la comunicación y la comunión, las tres dimensiones que constituyen la comunidad perfecta. Supliquemos esta gracia: • DONACIÓN: Que a ejemplo de Dios Padre que se nos ha dado a su Hijo, de Jesús que dio su vida por rescate nuestro, podamos, guiados por la luz del Santo Espíritu, darnos en servicio a los demás. Que nuestra vida sea un continuo despojo de nosotros mismos y que en ella resplandezca la gracia de Dios Uno y Trino. • COMUNICACIÓN: Apertura trinitaria, diálogo permanente y sabiduría compartida. • COMUNIÓN: En la Trinidad las personas no sólo están unidas, sino que son Uno, sin perder su identidad. No sólo se pone en común lo que se tiene o lo que se piensa, sino lo que se ES. Este es el gran deseo que manifestó Jesús para nosotros en la Última Cena: «para que todos sean uno. Como tú, Padre, en mí y yo en ti, que ellos también sean uno en nosotros» (Juan 17, 21).

Mar 2 Jun 2020

Iglesia preocupada ante panorama del conflicto armado durante emergencia sanitaria

La Comisión de Conciliación Nacional (CCN), entidad convocada por la Iglesia Católica e integrada por ciudadanos de diversos sectores y vertientes de pensamiento político, social y religioso con un importante trayectoria de trabajo a favor de la paz en Colombia, comparte la segunda edición de su noticiero digital CCN Noticias “Comunicando verdad y esperanza”, Este informativo es una apuesta de la Iglesia para dar a conocer algunos de los hechos más relevantes de la coyuntura nacional, relacionados con el conflicto armado, la reconciliación y la paz, con enfoque humanitario y un especial énfasis en las necesidades e iniciativas de las regiones. En esta nueva entrega informativa, a partir de lo sucedido en el país en los últimos dos meses, en el marco de la emergencia sanitaria causada por la pandemia, encuentre: En medio de alarmantes cifras actuales de reclutamiento, utilización y asesinatos a menores de edad por parte de grupos armados ilegales, la Iglesia colombiana, a través de la Conferencia Episcopal de Colombia, pide a los grupos armados cesar todo tipo de actividades que continúen poniendo en riesgo la vida y dignidad de los niños, niñas y adolescentes. La Doctora Consuelo Corredor, miembro de la Comisión de Conciliación Nacional, del Cinep y de la Comisión de Notables, habla de las complicaciones que se han presentado para la implementación del Acuerdo de Paz en medio de la crisis generada por el nuevo coronavirus, ocasionando consecuencias negativas no solo para los excombatientes sino también para las comunidades. Ante la intensificación de acciones relacionadas con el conflicto armado en diferentes regiones del pacífico durante la pandemia, así como frente a los preocupantes niveles de pobreza y precarias condiciones para la atención en salud, Mons. Juan Carlos Barreto, obispo de la Diócesis de Quibdó, pide a las autoridades atención urgente y diferenciada para sus territorios, y a los grupos armados, un cese multilateral al fuego, garantizando la protección de sus comunidades. El Padre Darío Echeverri, Secretario General de la Comisión de Conciliación Nacional, habla, en exclusiva, del complejo panorama que se presenta actualmente con la guerrilla del ELN y afirma que la Iglesia seguirá trabajando e insistiendo en la humanización del conflicto. En medio del sufrimiento que viven hoy quienes habitan las zonas más marginadas del país, miembros de la Comisión de Conciliación Nacional insisten en la necesidad priorizar la vida de las comunidades y llaman, tanto al Gobierno como al ELN, a transitar caminos reales de diálogo y negociación para buscar con una paz completa con transformaciones sustantivas. Fuente: Oficina de comunicaciones Comisión de Conciliación Nacional (CCN)