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Entrevista al Cardenal Salazar sobre temas nacionales
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El Cardenal Rubén Salazar Gómez, arzobispo de Bogotá y primado de Colombia, concedió recientemente una entrevista al periodista Gerardo Aristizabal para el programa 'Pregunta Yamid' de Canal 1, en la que tocó temas nacionales como el narcotráfico, la corrupción, la violencia y la pedofilia en la Iglesia, entre otros.
Presentamos transcripción de la misma.
Señor cardenal, ¿cuál es su mensaje en este nuevo año para los colombianos?
Un nuevo año siempre abre la posibilidad de sentirnos un poco más esperanzados. El mensaje fundamental es de esperanza. Una esperanza que tiene que convertirse en un deseo sincero, por parte de cada uno de nosotros, de seguir colaborando desde donde estemos, en el trabajo, en familia, para que el país siga adelante, para que alcance la paz, la justicia, la igualdad, la fraternidad y la solidaridad. La construcción del país es tarea de todos y cada uno de nosotros.
¿Qué diagnóstico hace usted de la situación de la Colombia actual?
Tenemos que situarnos, en primer lugar, en el panorama mundial, que no es que sea muy claro ni entregue mucha tranquilidad. Estamos viviendo una época de intranquilidad en todos los niveles, y en ese contexto se sitúa Colombia, que tiene una serie de problemas internos que son los más acuciantes y que son los que nos provocan la mayor incertidumbre y, por lo tanto, la mayor sensación de intranquilidad: el narcotráfico y la corrupción. El narcotráfico en el país se presenta como un agente perturbador y generador de violencia. Generador de todo tipo de crímenes porque, desafortunadamente, el narcotráfico no se reduce sólo al tráfico de drogas sino que con el tráfico de drogas va todo tipo de crímenes que uno se pueda imaginar, desde los más grandes crímenes hasta los mínimos.
En el tema del narcotráfico, con la reinserción de las Farc han quedado muchas zonas a merced de los carteles de las drogas.
Colombia ha tenido siempre un problema muy serio y es que el país, como geografía, es mucho más grande que el Estado. El Estado no llega a todas partes y eso significa que hay vastas zonas del país que no están sometidas al Estado de Derecho, ni al estado de represión legítima y castigo del crimen. Eso ha permitido que haya proliferado, en las periferias, una serie de bandas criminales que son las que tratan de imponer su ley y de someter a la población.
Incluso con amenazas a religiosos, como lo denunció hace poco el obispo de Santa Rosa de Osos contra varios de sus párrocos…
Eso no es nuevo, desafortunadamente, pero lo trágico es que siga presentándose, que siga habiendo este tipo de grupos criminales que intimidan a la población, que impiden el trabajo de la Iglesia, que tratan de controlar la vida de la gente. Ahí tenemos una de las fallas principales y fundamentales del país.
Dijo usted, cardenal, que otro problema es el de la corrupción
Ese es otro problema que tenemos en el país. Todos los días se destapan nuevos episodios de corrupción, y lo más grave es que no tenemos las armas jurídicas suficientes para castigar y hacer posible que se reprima la corrupción, que es rampante.
De esa rampante corrupción la gente está asqueada…
Sí, pero no pasa nada. No pasa nada. En Colombia como que hemos perdido la capacidad de protestar y de hacerlo de una manera efectiva. Permitimos que las cosas sigan y que la situación se prolongue. Por ejemplo, con las marchas de los estudiantes no creo que se haya logrado crear ese ambiente positivo de protesta. De vamos a protestar contra situaciones para logran que cambien sino que, generalmente, derivan estas marchas en actos de vandalismo, de violencia. Nos hemos acostumbrado a tener una serie de problemas serios y a soportarlos. Y seguimos adelante. Cada uno sigue en su pequeña tarea y no pensamos en el país como tal. No tenemos un sentido de responsabilidad y, por lo tanto, no tenemos un sentido de nuestra propia capacidad para ayudar a solucionar los problemas del país.
¿Somos una sociedad pasiva en lo colectivo?
Me parece que sí. Criticamos todo lo que tú quieras. Hablamos todo lo que tú quieras, pero difícilmente pasamos a una protesta efectiva que lleve a la solución de los problemas.
¿Será porque existe incredulidad en las instituciones, incluida la Iglesia católica? Hoy se ve a diario cómo la población golpea a policías cuando llegan a atender denuncias, y así en todos los aspectos…
La gente ha ido tergiversando la naturaleza del Estado. La gente no considera al Estado como algo positivo que busca el bien de la sociedad, sino que generalmente lo concibe como una fuerza represiva y explotadora. Hay un problema de credibilidad en las instituciones porque no hay confianza en el Estado. Y no hay confianza porque a lo largo de la historia, el Estado no ha llegado a todas partes, y cuando llega, no siempre llega de la debida forma porque a veces llega con medidas restrictivas, con medidas impositivas, e incluso, a causar violencia.
Eso hace que las instituciones pierdan credibilidad y no sean miradas como aquellas que promueven el bien, sino como fuentes de corrupción, de represión y de intranquilidad para el país. Eso hace que no confiemos en las instituciones y ha venido pasando, en los últimos años, con la Iglesia, desafortunadamente.
Usted hablaba de las marchas y protestas, qué piensa del plantón realizado contra el señor fiscal general
Ese tipo de protestas es importante que se dé. Eso significa que la gente se expresa, que tengan razón o no la tengan es otra cosa, pero lo importante es que sean capaces de expresar sus puntos de vista y de manifestar lo que piensan. En el caso concreto este del plantón, pues que sean capaces de organizar un plantón indica qué hay mucha gente que no está contenta con la forma como el señor fiscal general está actuando en el caso específico de Odebrecht, así haya otro fiscal Ad Hoc.
¿Ante eso qué debería hacer el fiscal?
Creo que él debe atender las razones que se le presentan permanentemente y que ponen en tela de juicio su capacidad para seguir siendo el fiscal general. Él debe mirarlas de frente y tratar de demostrar, si es el caso, que sí puede seguir siendo fiscal porque no hay algo que verdaderamente se lo impida.
Usted es uno de los cardenales más cercanos al papa Francisco, ¿Qué opina del tema de la pedofilia, que es una de sus preocupaciones?
Va a haber una reunión del 21 al 24 de febrero en Roma con los presidentes de todas las conferencias episcopales del mundo, precisamente, para tratar ese tema. En esa reunión voy a tener una conferencia en la que hablaré sobre la ‘Responsabilidad del Obispo’ en todo el tratamiento de abuso sexual que se presenta, se ha presentado y Dios quiera que no se vuelva a presentar en la Iglesia. Nosotros ya tenemos unas normativas claras de cómo proceder. Tal vez antes no las había con toda la precisión que en este momento existen. En el año 2011 la Congregación para la Doctrina de la Fe publicó una especie de guía para que cada Conferencia Episcopal hiciera una propia para el tratamiento de estos casos. Cada diócesis debe hacer su protocolo, tener una ruta de atención y estar alerta para que no se vuelvan a presentar estos casos. En el caso de que haya una denuncia poder tratarla y llegar a fondo en el castigo del culpable y también con la reparación de la Víctima. En este caso, creo que nosotros hemos avanzando y, con la ayuda del señor, esperamos que no se vuelva a presentar nunca jamás en la Iglesia un caso de abuso.
¿Qué medidas específicas ha implementado usted en Colombia para combatir la pedofilia en la Iglesia?
Hay un plan integral: acompañamiento a la víctima que denuncia, acompañamiento en el proceso que se sigue para determinar la validez de la denuncia, también para determinar la pena que debe recibir el que ha abusado. Eso lógicamente tiene que ir también a Roma. Los protocolos y rutas están plenamente establecidos para que este proceso sea lo más rápido y efectivo posible.
No solamente la Iglesia está empeñada en reprimir los abusos para evitar que se vuelvan a presentar. Tenemos toda una política del menor. El papa Francisco utilizó una frase que nosotros hemos asumido: la Iglesia tiene que ser un lugar seguro, de tal manera que en las parroquias, en los colegios, en las guarderías, en toda institución de Iglesia, nosotros podamos tener la certeza de que nadie va a correr peligro.
El papa habló de que los católicos son unos en la Iglesia y otros fuera de ella, ¿En Colombia son los católicos camanduleros y de doble moral?
Ese es un problema que se ha presentado en toda la existencia de la Iglesia y que se presenta en todos los ámbitos de la vida religiosa. No podemos garantizar que una persona, por el hecho de rezar, de ir a misa, de confesarse de vez en cuando, sea una persona coherente. La coherencia es uno de los problemas más graves que tenemos en todas partes. La gente hoy se ha acostumbrado a la incoherencia. Una cosa es lo que dicen, otra cosa es lo que hacen… una cosa es lo que piensan.
La cultura en la que vivimos tiende a fragmentar la vida de las personas. La persona puede vivir con muchas personalidades, con muchas identidades al tiempo. Una cosa es la personalidad que muestra en Facebook, otra la que presenta en Instagram, y otra cosa es la que muestra en la oficina, en la casa y en la Iglesia. Esa fragmentación de la personalidad trae un peligro gravísimo por la dificultad de que alguien así guarde coherencia.
¿Cómo analiza el mandato del presidente Duque?
Creo que tiene una excelente voluntad. Él es un hombre de bien: honesto, honrado que quiere hacer las cosas bien hechas. Otro problema es que se las dejen hacer. Tenemos un Congreso muy fragmentado, muy complejo, un país muy difícil porque los problemas nuestros son sumamente serios. Lo único que uno puede pedirle al Señor es que lo ilumine y lo fortalezca para que él pueda seguir adelante y ayude al país a avanzar en la solución de sus grandes problemas.
¿Quién estaría interesado en que al presidente Duque le vaya mal?
Hay mucha gente, mucha gente. No voy a entrar a hacer un análisis de la política en Colombia porque ese es un análisis sumamente complejo y que pisaría muchos callos que no es necesario pisar.
¿Cómo ve el tema de la consolidación en implementación de la paz?
Es un tema muy complejo porque todo lo pactado en La Habana no era tan fácil de implementar por muchos motivos, pero creo que el Gobierno está haciendo un esfuerzo serio por consolidar la paz. Pero el único problema no es la ex guerrilla de las Farc. Tenemos el ELN, tenemos el EPL, que ahora ha ido recobrando fuerzas nuevas, tenemos bandas criminales, paramilitares o, sencillamente, de narcotráfico, que hacen muy compleja la situación del país. La implementación de la paz requiere un esfuerzo de todo mundo pero que no es fácil, sobre todo teniendo el combustible del narcotráfico. Nosotros vamos a tener que luchar, durante mucho tiempo más, con toda la problemática de la violencia en Colombia.
¿Cuál es su futuro dentro de la Iglesia?
El futuro dentro de la Iglesia a nadie le debe preocupar porque nosotros no hacemos carrera. Nosotros estamos para servir. Pero yo ya renuncié como Arzobispo de Bogotá.
¿Y qué le dijo el papa Francisco?
Me dijo “quédate quieto. Mientras estés bien no hay problema”. Vamos a ver hasta cuándo estoy bien y por lo tanto hasta cuándo el papa quiere tenerme.
“Les traigo la paz” (Juan 20, 19.21.26)
Vie 5 Abr 2024
Vie 26 Abr 2024
Obispos colombianos piden a todos los fieles unirse el 3 de mayo en cadena de oración nacional por la vida, la reconciliación y la paz
La Iglesia colombiana pide que el próximo viernes, 3 de mayo, fecha en la que la Iglesia universal celebra la fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz, todas las familias, parroquias, comunidades e instituciones católicas del país, se unan en cadena de oración por la vida, la reconciliación y la paz del país. La convocatoria es hecha directamente por los obispos y parte de reconocer la grave crisis humanitaria que enfrentan múltiples territorios en medio del conflicto armado y otros tipos de violencia, así como el complejo panorama sociopolítico que vive hoy la nación, permeado por la división y la polarización.El cardenal Luis José Rueda Aparicio, arzobispo de Bogotá y presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia lidera la iniciativa que, este año, tiene como lema "Todos hermanos", inspirado en la cita bíblica de Mateo 23,8. A través de un videomensaje, el purpurado invita a reconocer que, más allá de las diferencias, todos somos hijos de Dios y, por ende, hermanos; que Él es nuestra paz; que la oración nos conduce a su encuentro; y que la reconciliación es el camino que necesitamos transitar para vivir una verdadera esperanza del cambio en el país.“Oremos por nuestra patria, que el Señor nos muestre con su Santo Espíritu los caminos de la reconciliación. Y la reconciliación requiere la capacidad de ver al otro como hermano. Jesús nos ha dicho: Todos somos hijos del mismo Padre. El Papa Francisco lo dice de una manera gráfica: Todos vamos en la misma barca. La barca colombiana requiere que usted abra su corazón a la reconciliación, al perdón. A mirar al otro, no como enemigo para eliminar, sino como un amigo, como un miembro de la misma familia colombiana. Eso es lo que queremos el 3 de mayo, que haya un día pleno de oración en los templos parroquiales, en los oratorios de colegios, de universidades, de casas religiosas femeninas y masculinas”, expresó el primado de Colombia.El primado de Colombia recuerda también que es fundamental acompañar esta oración de acciones concretas de paz y que todos los actores están llamados a aportar. “Y la paz lleva al respeto a la vida, al desarrollo integral de todas las regiones de nuestro país”, enfatiza. También invita a aprovechar todo el mes de mayo para hacer signos de peregrinación hacia los santuarios marianos del país encomendando a la Santísima Virgen este mismo propósito.Para su implementación en todos los templos y ambientes eclesiales, el Departamento de Liturgia del Secretariado Permanente del Episcopado Colombiano (SPEC) ha elaborado un manual celebrativo. El documento propone diversas prácticas espirituales bajo esta intención, entre ellas: 12 horas de oración ante el Sacramento de la Eucaristía, una Hora Santa, el rezo del Santo Rosario y la devoción de los “Mil Jesús”.Durante este 3 de mayo, los arzobispos del país estarán reunidos en Bogotá, en la sede del episcopado y, desde allí, celebrarán juntos la Eucaristía por la reconciliación y la paz de Colombia. La Santa Misa será presidida por monseñor Luis Fernando Rodríguez Velásquez, arzobispo de Cali y se transmitirá a través del canal Cristovisión y de las redes sociales de la Conferencia Episcopal de Colombia.Contexto del Día de Oración por la Reconciliación y la Paz de ColombiaDesde el año 2017, y para recordar la visita apostólica del papa Francisco al país, especialmente su encuentro en Villavicencio con víctimas del conflicto armado, la Conferencia Episcopal de Colombia propuso la celebración de este Día Nacional de Oración por la Reconciliación y la Paz cada 3 de mayo.Vea a continuación el mensaje del cardenal Luis José Rueda Aparicio:
Jue 25 Abr 2024
Este 27 de abril: ¡Movilicémonos en Bogotá con 'Huellas de Ternura' por nuestros niños, niñas y adolescentes!
La Conferencia Episcopal de Colombia, como parte del Programa Centralidad de la Niñez (PCN), invita a padres de familia, estudiantes, profesores, miembros de parroquias y comunidades de fe, a participar en la Caminata ‘Huellas de Ternura’, la movilización regional por los derechos y la protección de los niños, niñas y adolescentes, que recorre anualmente 18 países de América Latina. Tras su paso por Cúcuta e Ipiales, se realizará en Bogotá este sábado, 27 de abril, desde las 10 de la mañana. Culminará con una Eucaristía que será celebrada a las 12 del medio día en la Catedral Primada de Colombia.Esta caminata promueve la consigna “A cambiar la historia: Cero violencia, 100% ternura”. En este sentido, se hace un llamado urgente para que la sociedad civil, las instituciones educativas, comunidades de fe, organizaciones privadas y públicas, e instituciones del Estado, levanten su voz en torno a este cambio urgente y, a su vez, generen entornos protectores donde las niñas y los niños estén seguros, libres de cualquier tipo de violencia y con acceso a sus derechos.La Caminata ‘Huellas de Ternura’ tiene como símbolo una cometa, que lleva un mensaje de esperanza y libertad, así como la alegría característica de la niñez en cada lugar que visita. Colombia recibió este distintivo por parte de Venezuela el pasado viernes 19 de abril en la ciudad de Cúcuta y lo entregará a Ecuador, en el Puente Rumichaca, este viernes 26 de abril. La movilización en la capital colombiana será simbólica y busca que el eco suene aún más fuerte.Así será el recorrido:Este 27 de abril, la caminata partirá desde la Plazoleta El Rosario, ubicada en la carrera 5 calle 12b, a las 10:00 a.m., y terminará en la Plaza de Bolívar de Bogotá, donde se unirá a la Celebración del día de la Niñez y la Recreación. En este lugar se realizarán diferentes actividades lúdicas con los niños y las niñas, que serán lideradas por diferentes entidades como los ministerios de Educación, Deporte, Salud; el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar; y la corporación Juego y Niñez. Culminará con una Eucaristía que será celebrada a las 12 del medio día en la Catedral Primada de Colombia.Como parte de esta iniciativa, el PCN también invita a firmar el 'Pacto por la Ternura', un compromiso que abarca cinco principios fundamentales:1. Cultivar una relación de confianza y reciprocidad en las relaciones con los niños y niñas.2. Asegurar la protección, bienestar e integridad física, mental y espiritual de todos los niños y niñas.3. Escucharlos con sensibilidad y promover su participación.4. Consolarel sufrimiento y promover el cuidado emocional para contribuir asu bienestar emocional y a su resiliencia.5. Cultivar su espiritualidad y fe para fortalecer su compromiso con una convivencia armoniosa y su participación activa en la construcción de una sociedad justa y solidaria.Para conocer el pacto completo y firmarlo, consulte el siguiente link: https://www.pcnlatinoamerica.org/pactodeternuraSobre el PCNEl Programa Centralidad de la Niñez (PCN) es una iniciativa liderada por 7 organizaciones con presencia en Latinoamérica y el Caribe, en Colombia está conformada por la Conferencia Episcopal de Colombia, representada por el Departamento de Estado Laical y Cáritas Colombia, la Confederación Nacional Católica de Educación (CONACED), Fe y Alegría, la Conferencia de Religiosos de Colombia, Movimiento con la Niñez y la Juventud y World Vision. Lleva más de 14 años trabajando por la defensa de los derechos de los niños y de las niñas en el país.
Jue 25 Abr 2024
Provincia Eclesiástica de Manizales: sede de las primeras jornadas de capacitación del año sobre atención y prevención de abusos
La Conferencia Episcopal de Colombia (CEC) puso en marcha la segunda etapa de su iniciativa pedagógica enfocada en la atención y prevención de abusos y violencias, especialmente en niños, niñas, adolescentes y personas vulnerables, denominada “Iglesias seguras y protectoras”. La Provincia Eclesiástica de Manizales, conformada por la Arquidiócesis de Manizales y las diócesis de Armenia, Pereira y La Dorada-Guaduas, acogió, entre el 17 y el 19 de abril, las primeras jornadas de formación del año.Más de 500 personas participaron de los diversos espacios, entre sacerdotes, miembros de la vida religiosa, seminaristas, diáconos, laicos comprometidos, agentes de evangelización, servidores parroquiales, así como directores y educadores de las instituciones educativas católicas de la región. Monseñor José Miguel Gómez, monseñor Carlos Arturo Quintero, monseñor Rigoberto Corredor y monseñor Hency Martínez, arzobispo y obispos de estas jurisdicciones, lideraron y acompañaron los espacios.Monseñor Carlos Arturo, obispo de Armenia, remarcó la importancia de esta formación en las provincias como un nuevo paso hacia adelante en el camino de la prevención ha venido transitando de manera consistente la Iglesia colombiana en los últimos años. “Un trabajo que está centrado en la cultura del cuidado y que implica indudablemente todo el ser y quehacer, la misión y la identidad de la Iglesia tiene que ver precisamente con el cuidar, proteger y salvar, tres verbos en los que hemos insistido durante estas jornadas de capacitación”, explicó el prelado.Las charlas y talleres estuvieron a cargo de miembros del Consejo Nacional para la Cultura del Cuidado (las doctoras Ilva Myriam Hoyos y Milena Barguil; y el padre Leonardo Cárdenas), de monseñor Pedro Mercado, vicario judicial y presidente del Tribunal Eclesiástico de la Arquidiócesis de Bogotá, así como de la coordinadora de comunicaciones de la CEC, Lida Losada.Temas como las ‘Líneas guía para la Cultura del Cuidado’ de la Conferencia Episcopal de Colombia, fundamentos canónicos para la atención de situaciones de abuso en sus diferentes tipos (sexual, de poder y de conciencia); atención a víctimas y reparación integral; factores de riesgo y acciones preventivas en ambientes eclesiales; y comunicación con enfoque preventivo, transparente e institucional, fueron protagonistas de estas jornadas, realizadas específicamente en las ciudades de Manizales y Pereira.La doctora Milena Barguil remarcó que para prevenir de manera efectiva es esencial conocer lo que se va a prevenir. “Es fundamental que tengan claros los conceptos y hemos enfatizado mucho en eso, en qué son las violencias, los tipos de violencia, los distintos tipos de abuso; también en la normativa tanto estatal como canónica, y los pasos a seguir ante un posible caso de abuso; la activación de rutas, porque no podemos quedarnos con una revelación sin hacer nada. Entonces ha sido muy importante que tengan claro ante un caso qué debemos hacer tanto en la esfera civil como en la esfera canónica”, explicó la abogada.Emmanuel Hoyos, seminarista en Manizales destacó que recibir estas charlas en este momento de su formación es fundamental: “Como seminarista, como futuro pastor de la Iglesia, me marca la responsabilidad que tengo de escuchar, de proteger y de guiar al pueblo de Dios en un camino seguro en donde se sienta que realmente vale, en donde su dignidad como persona sea lo principal”, afirmó.Por su parte, la hermana Delfina Crespo, de la Diócesis de La Dorada-Guaduas, se refirió a la relevancia de brindar estas capacitaciones a los catequistas, no solo para que tengan presente aspectos doctrinales, “sino un proceso que los lleve a madurar como seres humanos y que entre ellos también se ayuden con el respeto y los valores que nos imprime las exigencias del Evangelio, que es lo más interesante de todo eso, es caminar con Cristo fortaleciendo diferentes ambientes de su entorno y también sus familias, porque en este proceso queremos también que las familias se vinculen, que las familias hagan parte de este caminar, porque lo que buscamos también es hacer camino juntos”, precisó.Precisamente Lorena Galvis, catequista de la Arquidiócesis de Manizales, valoró esta formación para aplicarla en la cotidianidad de las parroquias en función de prevención, pero también el mensaje de esperanza que se puede transmitir entendiendo este como un proceso de purificación y la transformación desde la Iglesia que también transciende a otros contextos: “Es un lugar para abrirnos a la esperanza, saber que tenemos un compromiso grande con los niños y con los jóvenes, no solo en nuestra parroquia, sino en esta sociedad, y que podemos ser un equipo para prevenir cualquier abuso o generar además espacios seguros, protectores y cuidadores para nuestros niños, para nuestros jóvenes y también, por qué no, para aplicarlo en nuestros hogares”.Monseñor José Miguel Gómez ratificó que el compromiso de la Iglesia con la cultura del cuidado está transversalizado por volver siempre a la esencia de su misión: “Sabemos que la Iglesia de nuestro Señor Jesucristo merece que todos los bautizados, en todas las circunstancias de la vida, demos gloria a Dios con nuestra vida, con nuestra mente, con nuestro cuerpo, con nuestro corazón. Por eso, nos comprometemos a seguir evangelizando, que es la prevención más eficaz para cualquier abuso, para cualquier ofensa a Dios nuestro Señor y a nuestros hermanos”.Durante las jornadas también se llevaron a cabo encuentros con los miembros de las oficinas diocesanas creadas para este propósito. Esto, bajo la idea de apoyar su fortalecimiento, desde la consolidación de los equipos hasta la asesoría para la implementación de políticas enfocadas en la cultura del cuidado.Las próximas capacitaciones se llevarán a cabo en las provincias eclesiásticas de Ibagué, Santa Fe de Antioquia, Tunja y Barranquilla. Al final de esta etapa, en el mes de junio, la Conferencia Episcopal espera poder formar a por lo menos 2.500 personas a través de esta iniciativa.El proyecto “Iglesias seguras y protectoras” se viene desarrollando desde octubre de 2022. Desde entonces, ha contado con el auspicio de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos.
Mar 23 Abr 2024
Conferencia Episcopal de Colombia apoyará la búsqueda de personas dadas por desaparecidas en el marco del conflicto armado
Dada la magnitud y el profundo dolor que ha producido la desaparición de personas en el contexto del conflicto armado en Colombia, la Iglesia Católica colombiana formalizó este lunes, 22 de abril, un convenio que tiene como propósito central apoyar la búsqueda de tantos hombres y mujeres que han sido víctimas de este delito. El acuerdo fue firmado entre la Conferencia Episcopal de Colombia y la Unidad de Búsqueda de Personas Dadas por Desaparecidas (UBPD).En la reunión de formalización, en representación del episcopado, estuvieron presentes monseñor Luis Manuel Alí Herrera, secretario general y monseñor Juan Carlos Barreto Barrero, obispo de Soacha y presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Social. Por parte de la UBPD, Luz Janeth Forero Martínez, directora de la entidad, fue quien firmó el convenio.Aunque desde la creación de la Unidad de Búsqueda de Personas Dadas por Desaparecidas como entidad transicional en el año 2017, en el marco del Acuerdo de Paz establecido entre el Gobierno Nacional y las Farc, se han venido adelantando acciones de colaboración conjunta, este acuerdo formaliza la cooperación interinstitucional y define una ruta de acción concreta.La amplia presencia y credibilidad de la Iglesia Católica en los territorios, representa un elemento clave para apoyar esta importante tarea. De allí, que las acciones definidas en dicha ruta implican la articulación directa con los administradores de los cementerios a cargo de la Iglesia, especialmente de aquellos ubicados en sitios de interés forense para la UPBD, para realizar el acompañamiento humanitario en las labores de prospección, exhumación y recuperación de cuerpos. Además, actividades pedagógicas en las jurisdicciones eclesiásticas del país, encuentros con obispos y directores diocesanos de pastoral social para la socialización del convenio, así como apertura de espacios de interacción entre las instituciones durante momentos clave como el de la Semana por la Paz.“La búsqueda humanitaria y extrajudicial es una tarea absolutamente compleja por y se hace indiscutiblemente en los territorios con la información, en los territorios, con socios, con distintos actores. En el caso particular de nuestro trabajo con la Conferencia Episcopal, por ejemplo, han sido un canal, un puente muy importante para divulgar el mandato de la unidad, para que las personas con confianza, con credibilidad, se acerquen a nosotros y nos hagan solicitudes de búsqueda frente a esos desaparecidos. También nos han acompañado de una manera significativa, por ejemplo, desde la Pastoral Social, en hacer que nuestras entradas a los territorios sean mucho más seguras gracias a la gran credibilidad que tiene la institucionalidad religiosa en muchos territorios”, afirma Luz Janeth Forero.Inicialmente, el acuerdo tendrá una vigencia de dos años y permitirá identificar roles concretos para cada institución; el Secretariado Nacional de Pastoral Social asumirá una especie de coordinación. Desde la Iglesia, estará transversalizado por una misión esencialmente pastoral, inspirada en el Evangelio, que pide estar cerca de todos, especialmente de quienes más sufren, como aquellos que han padecido la pérdida de un ser querido en contextos tan dolorosos, como el de la desaparición forzada. “Por eso nosotros desde nuestro aporte espiritual-pastoral, pues terminamos siendo también un apoyo psicosocial para estas familias y queremos entonces apoyar las iniciativas que en coordinación se harán con la unidad de búsqueda de personas dadas por desaparecidas”, explica monseñor Juan Carlos Barreto.Según reportes de la UBPD, el conflicto armado en Colombia ha dejado a más de 100.000 personas desaparecidas, una preocupante cifra que se traduce en historias, rostros y recuerdos que mantienen viva la esperanza en quienes las buscan. De allí, la importancia de este convenio.A continuación vea el informe: