SISTEMA INFORMATIVO
La Iglesia colombiana ubica la prevención de abusos y violencias en el centro de su pastoral vocacional
Tags: Encuentro Nacional de Animadores de Pastoral Vocacional 2024 pastoral Vocacional pastoral vocacional en la iglesia católica colombiana Vocaciones seminarios y vocaciones cultura del cuidado cultura del cuidado en la Iglesia colombiana conferencia episcopal de colombia prevención de abusos en la Iglesia católica colombiana Monseñor Guillermo Orozco Montoya doctora Milena Barguil Florez

Más de cien personas, entre sacerdotes, religiosas, religiosos y laicos, participaron en el Encuentro Nacional de Animadores de Pastoral Vocacional 2024. Un espacio de reflexión y formación que, en esta oportunidad, tuvo como tema central la cultura del cuidado. Es decir, una apuesta concreta de la Iglesia Católica colombiana por garantizar que los procesos de discernimiento vocacional sean más maduros, transparentes y estén transversalizados por la prevención de abusos y violencias.
Al evento, convocado en Bogotá del 26 al 29 de febrero por el Departamento de Ministerios Ordenados y Vida Consagrada del Secretariado Permanente del Episcopado Colombiano (SPEC), asistieron delegados de 42 jurisdicciones eclesiásticas y 45 comunidades religiosas masculinas y femeninas del país. Bajo un enfoque articulador, la Oficina para la Cultura del Cuidado de la Conferencia Episcopal de Colombia también apoyó el desarrollo del encuentro.
Los espacios pedagógicos desarrollados, entre charlas, conversatorios y talleres grupales, estuvieron a cargo de los miembros del Consejo Nacional para la Cultura del Cuidado de la Conferencia Episcopal de Colombia.
De acuerdo con monseñor Guillermo Orozco Montoya, obispo de la Diócesis de Girardota y miembro de la Comisión Episcopal de Ministerios Ordenados, el tema elegido para este encuentro es está en línea con el compromiso decidido que ha asumido la Iglesia colombiana frente a la prevención de situaciones de riesgo para niños, niñas, adolescentes y personas vulnerables.
“Los animadores de la pastoral vocacional tienen una responsabilidad muy grande en cuanto que están en contacto con los que van a ser los aspirantes al seminario o a las instituciones religiosas. Hoy están entrando muchos menores de edad que terminan sus estudios tempranamente y lógicamente deben estar preparados los animadores para conocer, sobre todo, los factores de riesgo que se presentan y que tenemos que abordar”.
El prelado también afirmó que es fundamental que a quienes se les delegue la pastoral vocacional en las diversas instituciones, sean personas idóneas para manejar este tema; que sepan prepararse para abordar con los jóvenes la opción vocacional, teniendo en cuenta que no es simplemente hablarles de la cultura del cuidado en la vocación, sino también ser cuidadosos en el trato, con un manejo correcto de las relaciones.
Un abordaje multidimensional del cuidado en la Iglesia colombiana
Durante el encuentro se profundizó en los contenidos de las líneas guía y de las líneas operativas para la cultura del cuidado. Dos documentos emitidos desde 2023 por la Conferencia Episcopal de Colombia, que plantean orientaciones prácticas con enfoque preventivo y de atención a implementar en diferentes dimensiones y ambientes eclesiales.
En el espacio también abordaron diversos factores de riesgo y factores de protección, lo que les facilitará ahora la definición de criterios particulares que permitan hacer de la animación vocacional en Colombia una acción pastoral segura para niños, niñas, jóvenes y adolescentes.
“Las diferentes disciplinas nos están ayudando a comprender cada uno de los temas abordados desde la parte jurídica, la parte eclesiástica y la parte espiritual porque tenemos que cuidar, no solo cuidarnos nosotros, sino cuidar a cada uno de los que van a ser líderes para anunciar el mensaje de Cristo, desde los niños hasta los confines del mundo”, afirmó al respecto la hermana Martha Inés Ramírez García de la Congregación de Hermanas de la Sagrada Familia de Manizales.
“Es Jesús el que llama”
En medio del análisis de la realidad actual de los animadores vocacionales, los participantes manifestaron varios desafíos en su misión, entre ellos, la soledad. De acuerdo con la doctora Milena Barguil Florez, miembro del Consejo Nacional para la Cultura del Cuidado, aquí fue fundamental recordarles que “es Jesús el que llama”.
Para la abogada, en esa formación inicial es fundamental poder descubrir cuáles son las verdaderas intenciones o motivaciones que están llevando a los jóvenes a decirle “sí” al Señor y optar por una vida sacerdotal o consagrada. Escenario en el que es se hace prioritario el acompañamiento y la formación permanente.
“No podemos entrar en un activismo pastoral y perder de vista el mensaje evangélico. Desde ese punto de vista, fueron capaces de entender y despojarse de esa carga, de sentir que son ellos los que tienen que llevar los candidatos. Aquí Jesús es el que nos llama y sigue llamando. Llamó ayer, llama, hoy y llamará siempre”, precisó la doctora Barguil.
“Apóstoles del cuidado, apóstoles de las vocaciones”
Por su parte, el diácono Luis Fernando Arciniegas, delegado de la Diócesis de Mocoa-Sibundoy, expresó que el encuentro permitió abordar este tema de manera integral, pues no implica solo al niño, al joven o a la persona vulnerable, sino a toda la familia y a otros actores sociales. De ahí que la manera indicada de entenderlo sea desde la cultura.
“Eso es lo que somos, apóstoles del cuidado, apóstoles de las vocaciones. Nosotros mismos vamos a ir a nuestras jurisdicciones, no a ser protagonistas, sino al contrario, a enseñar y a formar para mostrar verdaderamente el Evangelio en su esencia. Hay que promover la pastoral vocacional, hay que fortalecerla, porque vocaciones sí hay. Lo que pasa es que hay que acompañar, hay que hacer procesos, o sea, de la noche a la mañana no vamos a tener resultados de cantidades, números, pero sí en la constancia vamos a tener ese resultado”, afirmó el diácono.
Al tiempo, el padre Héctor Arbeláez de la Arquidiócesis de Bogotá entregó un mensaje de esperanza. Refirió que este tipo de procesos de sensibilización y formación darán como fruto “una primavera vocacional” para la Iglesia colombiana.
“La Iglesia ha aprendido de sus desiertos, la Iglesia ha aprendido de sus errores y esta posibilidad nos da a ver como el aporte de cada uno de los ponentes, de quienes somos parte de todo este equipo, son personas que sienten el gran valor de decir: hemos aprendido de esta una experiencia de aridez, pero que nos coloca ahora en una esperanza de primavera (…) Nosotros tenemos la responsabilidad de cuidar al otro y si vamos a formar a quienes van a ser los futuros cuidadores, tenemos que tener esa convicción: una cultura del cuidado que nos responsabiliza del Evangelio, como lo diría San Juan Pablo II, parte de la estructura de la comunidad de la espiritualidad. El otro es un regalo de Dios para mí y eso implica el que yo sea capaz de generar él un espacio de cuidado encuentro Padre”.
El compromiso de la pastoral vocacional con la cultura del cuidado
El padre Leonardo Cárdenas, también miembro Consejo Nacional para la Cultura del Cuidado, afirmó que ahora el gran reto tiene que ver con la transcendencia de lo socializado en este encuentro nacional. Según ha dicho, requiere la toma plena de conciencia que ahora todas las acciones de los animadores vocacionales deben estar orientadas a la instauración de la cultura del cuidado que se enmarque en la planeación e implementación de procesos robustos y no solo de acciones aisladas.
También la doctora Ilva Myriam Hoyos, presidenta del Consejo Nacional para la Cultura del Cuidado, dio a conocer una tarea específica que encomendaron a los delegados de la pastoral vocacional, asumiendo así el cuidado como una misión central y permanente:
“Hemos hecho una invitación a los animadores de esta pastoral para que elaboren un decálogo que tenga presente los compromisos, es decir, la memoria de la voluntad, de una voluntad agradecida, de una voluntad que expresa el querer crecer ¿En qué aspectos? ¿A qué me comprometo personalmente? ¿A qué me comprometo como Iglesia? ¿A qué me comprometo a su vez en el ámbito de mi comunidad? Queremos poder presentarle a la Conferencia Episcopal este decálogo, que es una invitación a que estemos actualizando constantemente en nuestra llamada, nuestra vocación como animadores pastorales”, concluyó la doctora Hoyos.



Bautismo y Cuaresma
Lun 3 Mar 2025

Mar 11 Mar 2025
“Cuidadores Indígenas de la Amazonía”: una iniciativa que hace vida las enseñanzas del papa Francisco por el cuidado de la Casa Común y la fraternidad
Gracias a una alianza entre el Vicariato Apostólico de Inírida y la Corporación Universitaria Minuto de Dios (UNIMINUTO), 41 líderes, lideresas, sabedores y jóvenes indígenas del departamento del Guainía recibieron formación para fortalecer sus conocimientos y habilidades frente a la protección de este importante territorio, así como sus lazos de convivencia comunitaria. El proceso pedagógico, adelantado bajo el liderazgo de monseñor Joselito Carreño Quiñones, obispo de Inírida, y gracias al apoyo económico de ADVENIAT, se desarrolló a través de cuatro “Encuentros de Intercambio de Saberes”. Estos espacios no solo permitieron el diálogo entre la tradición indígena, la perspectiva occidental y el enfoque espiritual, sino que también fomentaron la aplicación de conocimientos ancestrales en iniciativas ambientales y comunitarias.Una iniciativa inspirada en los llamados del papa FranciscoInspirados en la Exhortación Apostólica Postsinodal “Querida Amazonía”, los encuentros rescataron la visión del Santo Padre sobre la Amazonía como un “misterio sagrado” y un espacio interconectado geográfica y culturalmente. Los participantes dialogaron sobre temas como la lengua, las tradiciones, el ambiente, el territorio y la organización social, integrando saberes ancestrales con prácticas modernas para el cuidado ambiental.Durante la ceremonia de clausura, celebrada el pasado 21 de febrero, monseñor Joselito Carreño destacó la importancia de este proceso: “Es una alegría y esperanza para el Vicariato Apostólico de Inírida y para todos los que hemos acompañado este camino de aprendizaje. Celebramos el esfuerzo, la dedicación y el compromiso de estos 41 guardianes de la Casa Común”.Otro de los logros más significativos del proyecto fue el fortalecimiento de los lazos fraternales entre las etnias participantes: los Puinave y los Cubeo. Desde ese intercambio de saberes, se rescataron usos, costumbres y tradiciones, lo que no solo enriquece la identidad cultural de estas comunidades, sino que también promueve la armonía con el entorno natural. Un enfoque comunitario que, sin lugar a duda, refleja el llamado del papa Francisco a construir una sociedad basada en la fraternidad y el diálogo.Conozca más detalles de la iniciativa a través del informe audiovisual elaborado por el equipo de comunicaciones del Vicariato Apostólico de Inírida:

Lun 10 Mar 2025
Iglesia colombiana apuesta por la formación integral y el testimonio de vida para animar las vocaciones en el Año Santo de la Esperanza
En este Año Santo 2025, la Iglesia colombiana apostará por el fortalecimiento de sus procesos de animación vocacional desde tres enfoques centrales: fomentar, cada vez más, su articulación con las demás pastorales; facilitar y motivar procesos de formación integral entre los animadores; y generar mayor conciencia de que su testimonio de vida es la principal motivación para que los jóvenes con inquietud, decidan entregar su vida a Cristo y asumir la misión de evangelización.Estas fueron las conclusiones centrales a las que llegaron las 130 personas, entre sacerdotes, religiosas y laicos, presentes en el Encuentro Nacional de Animadores de Pastoral Vocacional 2025, desarrollado del 24 al 27 de febrero bajo el lema “vive, discierne y peregrina tu vocación con esperanza”. La reunión fue convocada en la sede de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC) por los departamentos de Ministerios Ordenados, Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica.De los 130 participantes, 48 representaban a las arquidiócesis, diócesis y vicariatos apostólicos del país, y 45 a diferentes comunidades religiosas. Además, el encuentro contó con la compañía y animación del vicepresidente de la Conferencia Episcopal y arzobispo de Tunja, monseñor Gabriel Ángel Villa Vahos, quien compartió herramientas muy prácticas sobre el discernimiento en general, el discernimiento espiritual y el discernimiento vocacional.Estuvo también presente el obispo de Magangué y miembro de la Comisión Episcopal de Ministerios Ordenados, monseñor Ariel Lascarro Tapia, quien los convocó a luchar “contra corriente” en este mundo, donde las vocaciones representan también un gran desafío para todo agente de pastoral en la Iglesia de hoy.El padre Fidel Oñoro, sacerdote eudista, también animó la reflexión y el trabajo de los participantes durante el encuentro. “Con su pasión y su amor por la Sagrada Escritura, nos hizo degustar una vez más la Palabra de Dios en torno a la figura del Buen Pastor; del pastor que acompaña y cómo el animador vocacional también está llamado a acompañar, a escuchar, a estar cerca, a animar, a perfumar, a ayudar, a descubrir ese valor de cada ser humano”, así lo explicó el padre Juan Manuel Beltrán Urrea, director de los departamentos organizadores en la CEC.Además, el padre Hernán Alzate, sacerdote jesuita, psicólogo clínico, compartió a los animadores criterios para realizar el acompañamiento personal. De acuerdo con el padre Juan Manuel, los motivó acompañar desde la responsabilidad, la reciprocidad, la apertura y el estar disponibles a dedicarle tiempo a la “pastoral del oído”, en la que tanto ha insistido el papa Francisco.“Las vocaciones no nos las inventamos. Dios es el que llama y a todos nos ha llamado. Y en este momento habrá niños, bebés que están en el vientre materno y ya Dios está soñando con ellos y los está llamando a una vocación especial. La tarea nuestra de animadores es ayudar a descubrir esas vocaciones y la principal manera de nosotros ayudar a descubrir estas vocaciones es con nuestra misma vida, con nuestro testimonio atrayendo. Porque, como diría el papa Francisco, la Iglesia no hace proselitismo, nosotros atraemos con nuestra vida y con nuestros con nuestro testimonio”, precisó el padre Beltrán.Durante el encuentro se evidenció también la necesidad de que los animadores puedan estar siempre acompañados por los demás agentes, obispos y pastorales. Además, fomentar su acceso a una formación integral que, a su vez, les permita sentirse animados y preparados para dicha misión. Según lo mencionado durante el encuentro, la apuesta debe ser por una formación que no solo implique la los aspectos intelectuales o pastorales donde conozcan técnicas de discernimiento a aplicar, sino que cobije toda la persona del animador: sus afectos y emociones.“La primera etapa en la que hay que trabajar es la formación permanente. Necesitamos que los animadores de la pastoral vocacional se sientan animados. Y ese ánimo viene del Espíritu Santo y viene de las mediaciones que él pone y de las oportunidades de seguir creciendo en formación de aquí”, precisó el padre Juan Manuel.Precisamente, sobre esas posibilidades de formación, el padre Beltrán refirió que en las próximas semanas, desde ese departamento en el Secretariado Permanente del Episcopado Colombiano se ofrecerá un Diplomado en Pastoral Vocacional.Durante el encuentro también se vivió un momento muy especial de Jubileo. Los participantes peregrinaron juntos hasta el Santuario de Nuestra Señora de la Peña, Patrona de Las Vocaciones. Allí celebraron la Eucaristía presidida por el cardenal Luis José Rueda Aparicio, quien también motivó esta misión.Al cierre del evento y a propósito de este Año Santo de la Esperanza, uno de los participantes, el padre Jorge Andrés Zuluaga Mazo, delegado de la Diócesis de Santa Rosa de Osos, destacó el protagonismo de las vocaciones en la Iglesia, no desde una ilusión, sino desde una esperanza viva. Afirmó que “las vocaciones son la esperanza de la Iglesia…El nombre de la fe, el nombre de los jóvenes es el nombre de la esperanza en la Iglesia”.Conozca más detalles y vea los momentos más destacados, a través del informe audiovosual del evento:

Vie 7 Mar 2025
Obispo de Riohacha advierte grave crisis en La Guajira y llama al diálogo social urgente
Con un llamado urgente a la unidad y al diálogo, monseñor Francisco Antonio Ceballos Escobar, obispo de la Diócesis de Riohacha, pone sobre la mesa la grave crisis que atraviesa La Guajira. A través de un comunicado contundente, el prelado destaca la necesidad de lograr un “Gran Acuerdo por el Desarrollo”, que permita superar las divisiones sociopolíticas que los fractura hoy, así como construir un futuro próspero para este departamento, rico en recursos pero golpeado por la desigualdad, la corrupción y el abandono."La Guajira es una tierra bendecida con riquezas, pero también es una tierra que sufre. La crisis humanitaria, ambiental y política que vivimos nos exige actuar con urgencia", afirma en el mensaje monseñor Ceballos.En su mensaje, el Obispo de Riohacha pone en evidencia situaciones graves que los afectan, como la quiebra del agro, la industria, el turismo y el comercio, con la consecuente pérdida de la soberanía alimentaria. Además, la creciente desigualdad social y el clientelismo.Ante esta situación, el prelado anuncia que ha aceptado la invitación de algunas de organizaciones de la sociedad civil, como el Comité Cívico por la Dignidad de La Guajira y el Frente Amplio de Usuarios de los Servicios Públicos de La Guajira, que ya están avanzando en esta dirección , para facilitar y convocar muchos más actores a un diálogo social que priorice la búsqueda del bien común, respetando la pluralidad y la multiculturalidad de la región.A este diálogo están siendo convocados líderes políticos, comunidades étnicas, organizaciones sociales, gremios productivos, academia y medios de comunicación."No podemos seguir permitiendo que las divisiones y los intereses particulares nos impidan avanzar. Es hora de sentarnos a dialogar, de escucharnos y de trabajar juntos por el bien común", señala.De acuerdo con monseñor Francisco Ceballos, la Iglesia asume esta misión inspirada por el Evangelio, la Doctrina Social de la Iglesia, el Magisterio Social del papa Francisco y la preocupación del Santo Padre por la construcción de una cultura del encuentro que supere la indiferencia ante los que sufren y que haga posible el reconocimiento de la dignidad de cada persona humana.Em este llamado, el Obispo recuerda las palabras del Papa Francisco en su encíclicaFratelli Tutti, donde el pontífice destaca que el diálogo es el camino más adecuado para superar las diferencias y construir consensos."Este diálogo no es solo un método para resolver problemas, sino una oportunidad para fortalecer nuestras instituciones democráticas y construir una ciudadanía más activa y comprometida", explica monseñor Francisco Ceballos.El objetivo central de la propuesta es construir un Gran Acuerdo por el Desarrollo de La Guajira, que permita diversificar la economía, garantizar la soberanía alimentaria y mejorar las condiciones de vida de sus habitantes."El futuro de La Guajira depende de nuestra capacidad para dialogar, escucharnos y trabajar juntos. Este es el momento de actuar", concluye el obispo.Escuche el comunicado en la voz de monseñor Francisco Ceballos:En este contexto, este jueves 6 de marzo, monseñor Ceballos acompañó una reunión celebrada en la Asamblea Departamental, donde participaron líderes representativos de la región, entre ellos, el presidente de la Asamblea, Daniel Ceballos; el exgobernador y exsenador Jorge Ballesteros; los diputados Olimpo Núñez, Mateo Luquez y Jorge Suárez; y el director ejecutivo del Comité Cívico por la Dignidad de La Guajira. Durante el encuentro, reflexionaron sobre los desafíos que enfrenta el departamento y la importancia de fortalecer los espacios de diálogo para impulsar la diversificación y modernización de la economía regional.Los participantes coincidieron en la necesidad de trabajar en unidad y reafirmaron su compromiso con iniciativas que promuevan el bienestar y la prosperidad de La Guajira.

Mié 5 Mar 2025
Vida, paz, reconciliación, educación y libertad religiosa: temas del encuentro entre la Conferencia Episcopal y el presidente Gustavo Petro
Cerca de hora y media duró la reunión de este martes 4 de marzo en la Casa de Nariño entre los integrantes de la Comunidad de Presidencia de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC) y el presidente de la República, Gustavo Petro. Este fue el primer encuentro entre el mandatario y monseñor Francisco Javier Múnera Correa, monseñor Gabriel Ángel Villa Vahos y monseñor Germán Medina Acosta, luego de que en julio de 2024 fueran elegidos presidente, vicepresidente y secretario adjunto, respectivamente. El diálogo abordó temas cruciales para el país, como la paz, la reconciliación, la crisis humanitaria en varias regiones y el papel de la Iglesia en la construcción de un marco ético para los procesos de diálogo.Monseñor Francisco Múnera expresó que el encuentro se desarrolló bajo un clima muy cordial y receptivo. En el espacio también estuvieron presentes la Canciller Laura Sarabia y la Directora del Departamento Administrativo de la Presidencia de la República, Angie Lizeth Rodríguez.Agendas del encuentroDe acuerdo con el presidente del Episcopado Colombiano y arzobispo de Cartagena, la reunión se desarrolló bajo dos agendas o dimensiones temáticas centrales: 1. Los compromisos y preocupaciones de la Iglesia alrededor de los temas asociados a la reconciliación y a la paz del país. 2. Otros temas de clave para la Iglesia, como los asociados a la vida, la familia, la educación religiosa escolar y la libertad religiosa.Presentación de la nueva Presidencia de la CEC y compromiso con la paz“Le manifestamos al señor Presidente nuestra disponibilidad para apoyar toda la tarea y el servicio que él y su Gobierno realizan, así como nuestras preocupaciones e inquietudes, que recogemos especialmente de nuestros hermanos obispos y del trabajo que realizamos en todo el país”, señaló monseñor Múnera.Monseñor Francisco destacó que la Iglesia ha sido un actor clave en los procesos de paz que se han adelantado en el país y que, en este caso, desde el inicio del Gobierno del presidente Gustavo Petro, cuando se le pidió a la anterior Presidencia de la CEC, encabezada por el cardenal Luis José Rueda Aparicio, acompañar los esfuerzos de diálogo y reconciliación actuales, así se ha seguido haciendo.Preocupaciones por las comunidades y crisis humanitariasUno de los puntos centrales de la reunión fue la situación de las comunidades en regiones como el Catatumbo, el Chocó, el Cauca y otras zonas afectadas por el conflicto armado y la violencia. De acuerdo con el presidente del Episcopado, le expresaron al presidente Petro la urgencia de acciones concretas para aliviar el sufrimiento de estas poblaciones.“Le pusimos de relieve la importancia de tener en el centro a las comunidades y su sufrimiento, sus expectativas y sus esperanzas. Nuestro aporte a la paz y la reconciliación del país está en nombre de las comunidades a quienes servimos y a quienes nos debemos, y desde el Evangelio”, afirmó el presidente de la CEC.Además, los obispos plantearon la necesidad de un “marco ético de la paz” que guíe los diálogos con los actores armados ilegales.“Para nosotros como Iglesia, hay principios no negociables, como el respeto a los derechos humanos y al derecho internacional humanitario. Si esto no se respeta mínimamente, ¿qué sentido tiene hacer parte de una mesa de acompañamiento?”, cuestionó monseñor Múnera.Diálogo social y acciones concretasEl presidente de la CEC destacó que, además de los diálogos con los actores armados, es fundamental priorizar el diálogo social con las comunidades.“Encontramos que hay escenarios muy interesantes donde podemos aportar, no solo en las dinámicas de acción humanitaria, sino también en abrir perspectivas de esperanza”, dijo.En particular, se refirió a la crisis en el Catatumbo, donde se debe garantizar el retorno de las personas desplazadas por los enfrentamientos y amenazas y en la reconstrucción del tejido social.Vida, educación y libertad religiosaAdemás de los temas relacionados con la paz, los obispos plantearon al presidente Petro otras preocupaciones de la Iglesia, como la libertad religiosa y el derecho de los padres a escoger la educación religiosa para sus hijos.“Manifestamos la necesidad de generar interlocución en otros ámbitos, como la libertad religiosa de cultos, donde la Iglesia católica pueda tener un asiento más significativo, no para reclamar privilegios, sino para hacer valer los derechos que nos asisten como confesión”, explicó monseñor Múnera.También se abordaron temas relacionados con el cuidado del medio ambiente, en línea con los compromisos adquiridos durante la COP16 en Cali y, por supuesto, con el interés de la Iglesia por el cuidado de la casa común desde la ecología integral.“Nos duele ver que territorios como la Amazonía, la Orinoquía, el Chocó y el Pacífico están siendo destruidos por la minería ilegal, la siembra de coca y la explotación irracional”, expresó el arzobispo de Cartagena.Otros temas claveMonseñor Francisco Múnera afirmó que también le reconocieron al presidente Petro sus esfuerzos del Gobierno por avanzar en la equidad y la justicia, pero también haciendo un llamado a la serenidad y al diálogo.“Pedimos que las reformas necesarias se hagan en un mayor clima de serenidad. Esto requiere un gran esfuerzo de todos”, afirmó el Arzobispo de Cartagena.Además, reiteró la preocupación de la Iglesia por el reclutamiento de menores, los asesinatos de líderes sociales y los firmantes de la paz, así como por la destrucción de los recursos naturales.“A las puertas del tiempo cuaresmal, hacemos un llamado a la reconciliación con Dios, con nosotros mismos, con los hermanos y con la casa común”, concluyó monseñor Múnera, subrayando el compromiso de la Iglesia con la construcción de un país más justo y en paz.Vea la declaración del Presidente del Episcopado Colombiano sobre el desarrollo de la reunión: