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Iglesia

Vie 1 Mayo 2020

La voz del Pastor | 03 de mayo de 2020

Reflexión del Cardenal Rubén Salazar Gómez - cuarto domingo de Pascua Lectura del Santo Evangelio segúnSan Juan 10,1-10

Vie 1 Mayo 2020

Jesucristo, el buen pastor, ha resucitado. Él es el pastor y nosotros somos su grey que es la Iglesia

Primera Lectura: Hch 2, 14a.36-41 Salmo: Sal 23(22),1-3a. 3b-4.5.6 (R. 1) Segunda Lectura: 1P 2,20b-25 Evangelio: Jn 10,1-10 Introducción • En los Hechos de los Apóstoles, el apóstol San Pedro, luego de haber recibido el Espíritu Santo de Dios, declarando en medio de la comunidad que Jesús fue crucificado por ellos y que Dios lo constituyo Señor y Mesías, los llama a cada uno a que, escuchando el mensaje de la palabra, se conviertan y se bauticen para que reciban el don de Dios y el perdón de sus pecados. • En la segunda lectura el Apóstol Pedro, en su carta, da un mensaje de aliento a quienes están en el camino de la conversión, y habla de Cristo, quien muriendo por ellos fue ejemplo para ganar la vida eterna. • En el evangelio Jesús habla a sus discípulos y les dice que es necesario entrar por la puerta, porque aquel que no lo hace es ladrón y solo desea hacer estragos; en efecto Él les explica que se refiere a Él mismo como pastor y guía del rebaño, quien desea otorgarles en abundancia la vida eterna. 1. Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura? Este pasaje del evangelio, nos relata una parte de la parábola del buen pastor, allí Jesús habla a sus discípulos, les dice que quien no entra por la puerta, sino que salta la tapia, es un ladrón, porque quien entra por la puerta es el pastor de las ovejas, las ovejas conocen a su pastor, obedecen a su voz, atienden a su llamado, pero a la voz de un extraño las ovejas no obedecen porque no la conocen y huyen de quien les llama. Cuando les explica esto, las personas no entienden a qué se refiere Jesús, quien, al percatarse, explica que Él es la puerta, por la que entran las ovejas y, de igual forma, el Buen Pastor; Jesús les dice que Él está allí para otorgar la vida eterna en abundancia, que a diferencia de quien salta la puerta, para robar y matar, Él quiere conceder la paz, el amor, la misericordia y la esperanza. La palabra en la primera lectura, del libro de Hechos de los Apóstoles, continua con el discurso de Pedro, que se desenvuelve en tres partes, aquí pedro que ya ha hablado sobre la crucifixión y muerte de Jesús, conmueve el corazón de la asamblea oyente, la pregunta que le hacen entonces es: ¿Qué tenemos que hacer hermanos?, la respuesta de parte de Pedro es clara, conviértanse y háganse bautizar en el nombre de Jesús, para que los pecados sean perdonados y el Espíritu Santo llegue también a ustedes; finalmente aceptan las palabras y se hacen bautizar. En el salmo de súplica e intercesión, el salmista reconoce a Dios como pastor, que cuida y protege del mismo modo como el pastor cuida de su rebaño, lo guía hacia el redil y lo lleva a verdes praderas; esta figura de Dios hace honor a su nombre y a su función como Padre; el Señor, siempre está cuidando a sus hijos, por eso no tienen miedo, ni de la oscuridad, ni de la maldad, porque el Señor siempre está con ellos, los protege. La palabra en la segunda lectura, en la carta del Apóstol san Pedro, invita a la comunidad a mantenerse firme en el sufrimiento causado por el seguimiento de Cristo, colocando el ejemplo de Cristo mismo que, habiendo padecido por cada uno de ellos, se mantuvo firme y con humildad soporto los dolores y los sufrimientos dando, así, ejemplo; el que no había cometido ningún pecado, recibió insultos, maltratos, amenazas e injurias, pero aun así se entregó por cada uno de nosotros, dice Pedro: “sus heridas nos ha curado”. 2. Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y que me sugiere para decirle a la comunidad? Jesucristo, el buen pastor, ha resucitado. Él es el pastor y nosotros somos su grey que es la Iglesia. Somos llamados en medio de la efusión del gozo pascual a escuchar su voz; cada uno de nosotros es pensado y querido por Dios por eso nos llama por nuestro nombre, nos conduce, como canta el salmista, hacia verdes praderas, hacia fuentes tranquilas, nos guía por el sendero justo, el Señor no se olvida de ninguno de sus hijos, se acuerda hasta del más pequeño, porque en su mente está el protegernos y su clemencia es eterna. Él con su amor nos hace volver al camino verdadero del cual nos hemos extraviado por culpa de los extraños. El enemigo con su voz nos cautiva y nos seduce con falsas promesas de felicidad, nos hace desviar del camino recto porque nos promete distintas cosas que resultan ser efímeras, nos alejamos entonces del Señor, pero su cayado nos corrige, su voz nos traspasa el corazón, nos libra de las cañadas oscuras del pecado y nos convierte; ese cayado, que simboliza su poder como pastor supremo, es usado por Dios para alejar la maldad de sus ovejas, igual que el pastor usa el cayado para proteger las ovejas, así Jesús nos protege del maligno que, como león rugiente, ronda buscando a quien devorar. El señor nos salva del maligno para que demos testimonio de Él, como pastor y obispo de nuestras almas y así su Padre sea glorificado. Cristo resucitado nos ha liberado del abismo donde andábamos desca- rriados, ahora nos conduce hacia fuentes tranquilas porque, con su resu- rrección, ha restaurado la creación y ha curado nuestras heridas, heridas que fueron causadas por el pecado, pero que Él ha sanado con su pasión, muerte y resurrección. Reconozcamos en el resucitado la puerta del aprisco: Jesucristo, Señor y Mesías. Solo quien entra por la puerta se salvará, Cristo mismo nos hace participar de los buenos pastos que son su palabra y los sacramentos, solo quien se acerca a estos pastos tendrá vida en abundancia. 3. Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo? Con el salmista clamamos al Señor que siga siendo nuestro Buen Pastor para que nos sostenga en el compromiso de ser discípulos misioneros en su Reino: “El Señor es mi pastor, nada me falta: en verdes praderas me hace recostar; me conduce hacia fuentes tranquilas y repara mis fuerzas. Me guía por el sendero justo, por el honor de su nombre. Aunque camine por cañadas oscuras, nada temo, porque tú vas conmigo: tu vara y tu cayado me sosiegan…” (Sl 23,1-3). Igualmente, suplicamos al Señor, cuide de su rebaño que es la Iglesia: “Pastor Bueno, cuida con amor de tu rebaño y dígnate conducir a las praderas eternas las ovejas que redimiste por la sangre preciosa de tu Hijo” (Oración después de comunión, del cuarto domingo de pascua). RECOMENDACIONES PRÁCTICAS: 1. Este Cuarto Domingo de Pascua tiene un marcado acento pastoral, se podría colocar la imagen del «Buen Pastor» en un lugar visible del templo, con la frase “Yo soy el buen Pastor” u otra para el caso. 2. Es muy recomendable que, desde antes de la celebración litúrgica, se guarde silencio en el templo, en la sacristía y en los lugares anexos. De modo que todo se disponga devota y debidamente para la acción sagrada (Cfr. OGMR 45). 3. Pudiera seguirse el Prefacio de Pascua III: «Cristo vive e intercede siempre por nosotros», Misal, p. 377, por hacer referencia a Cristo que se ofrece por nosotros y nos defiende con su intercesión. 4. Se celebra hoy la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones sacerdotales. Por esto, invitar a la comunidad a orar de manera más especial por las vocaciones al ministerio ordenado, así como por todos los ministros para que sean fieles al encargo recibido. Se podría tener en cuenta el mensaje del Santo Padre para esta ocasión. 5. En este día se celebra la Jornada Nacional de la Infancia Misionera.

Vie 1 Mayo 2020

Cómo cuidar mi pareja estos días

Por: P. Daniel Bustamante - Me contaba mi papá, al inicio de este encierro voluntario, como la esposa de un amigo le decía: ¨éstos días de encierro, te vas a la finca, sino, nos vamos matar¨. Quizá podemos pensar: no hay quien entienda a mi mujer. Con la situación que estamos viviendo, no caemos en cuenta de preguntarnos por el estado de ánimo de quienes conviven conmigo. Y podríamos caer en esa horrible tentación de pensar solo en mí, y no prestar atención a lo que los otros puedan estar sintiendo, o por las circunstancias particulares que lleven en su corazón. Esta ocasión que la vida nos está dando, es una gran oportunidad para pensar: cómo se siente mi mujer? Porqué se siente como se siente? Porqué reacciona así? Le pasan más veces este tipo de cosas últimamente? Esta situación matrimonial por la que pasan muchas parejas, es una bella ocasión para conocer mejor al otro, para aprender a amar de verdad. Conocer bien a una persona, es conocer éstas preguntas: es conocer cómo se siente? Qué le hace sentirse feliz? Que le pone triste? Que le da miedo? Es involucrarse en ese mundo afectivo que hay en el interior de cada ser humano, donde está realmente la vida de cada persona. Es adentrarse en ese mundo interior del otro, que es tan importante en la relación de pareja. Cuando profundizamos en los evangelios, el Señor nunca tuvo diálogos fríos, o irracionales, ni habla solo de cuestiones prácticas. Los evangelios están llenos de afectos, y es apasionante descubrirlos en nuestra oración. Vemos al Señor como en los evangelios se conmueve ante el dolor humano, se contagia de dolor por la muerte de su amigo Lázaro y llora, se llena de alegría ante la bondad de las almas sencillas y lo exterioriza, con gestos de cariño, como abrazos, palabras, lágrimas, consejos… agradece al Padre haber revelado su plan de salvación a la gente sencilla. El Señor siente miedo terrible en la oración del huerto antes de padecer, y también les hace sentir su decepción a sus discípulos al quedarse dormidos en los momentos que más los necesita, no esconde el Señor la ternura y amor por la pecadora arrepentida, exterioriza el Señor como le duele la frialdad de Simeón el fariseo, hace notar como le retuerce la doblez de corazón de los fariseos ante su mal comportamiento, deja ver la calidez de su corazón cuando comparte con los hermanos de Betania, le encanta al Señor ese ambiente familiar y de confianza. El Señor compartía con sus discípulos lo que le pasaba en su interior, lo que sentía, lo que corría por su mente, y ellos a su vez, le abrían su intimidad, se lo hacían saber. Por eso los discípulos llegaron a conocer a Cristo de corazón, llegaron a tener esa empatía, porque estaban atentos a cómo se sentía el Maestro, y lo que era importante para el Maestro. Esto es lo propio de las personas que se quieren. Cuantos problemas evitaríamos si tratáramos de comprender mejor lo que sucede en el interior de quien amamos, como hacía Jesús. Qué hay en el interior de tu mujer, de tus hijos, de tu novia, cuantas situaciones corren allá dentro, que por nuestra dureza de corazón nunca vamos a ver, mucho menos comprender, porque no nos tomamos el tiempo de dialogar, de esculcar el interior de quien decimos amar. San Josemaría Escrivá de Balaguer, solía decir que la caridad, que el amor, más que dar, está en comprender. Esta empatía del amor no se improvisa, se construye en lo ordinario de una relación, como lo son los gestos, las ganas de dialogar, acoger, comprender, sanar, levantar al que digo amar. Como todas las cosas humanas requiere tiempo, y es que poco el tiempo que tenemos para los que están junto a nosotros. El amor implica interés, interés de saber cómo está, qué siente, cuáles son sus miedos, sus anhelos. Hemos dejado de construir juntos, para ir cada uno por su camino. Esto es una tarea que dura toda la vida. Y siempre por más que hagamos será poco para amar de verdad. Toda relación, y particularmente el matrimonio, es una aventura. Está lleno de peligros y de desafíos, y en toda aventura es bueno contar con un mapa actualizado, un mapa del corazón del otro. ¿Qué le preocupa? ¿Qué le alegra? ¿Qué le hace feliz? está bien en el trabajo, ¿cómo está la relación con sus padres, con sus hermanos, si hay algo que la absorbe y la tiene mal espiritualmente, si ha ocurrido algún acontecimiento que la tenga especialmente preocupada, en su trabajo, en su familia, o donde sea, que haya cambiado las coordenadas de su vida? No sé tú, pero salir de viaje sin un mapa o el waze desactualizado es un riesgo, terminamos perdiendo el rumbo, o podemos llegar donde no queremos, o llegar a callejones sin salida. Lo mismo pasa en una relación, para no llegar a esos callejones sin salida, y para no llegar donde uno no debe llegar, se debe tener el mapa actualizado. Y para actualizarlo no hay otro camino que una buena comunicación. Vale la pena dedicarle tiempo a hablar, a saber del otro, a comunicarle abriendo el corazón así duela o cueste, y a procurar conversaciones de calidad, no hablar solo de cosas prácticas. Eso lo hacen los desconocidos, si has comprado esto, o has arreglado aquello, o has pagado lo otro… Conversaciones de calidad son aquellas donde se expresan sentimientos, estados interiores, donde muestro mi herida, lo que siento, lo que pasa en mi interior, para ser comprendido y escuchado, así poder dar soluciones y sanar las heridas del corazón, enrutarse de nuevo y recomenzar las veces que haga falta, siempre comprendiendo, y sin discutir. La empatía es algo dinámico que se consigue con la práctica. Pero si los esposos no hablan… no dialogan… no construyen… ¿qué matrimonio hay? O ¿qué relación tienen? Que buena oportunidad nos da el Buen Dios estos días de retiro obligatorio para descubrir el amor de mi pareja, para dialogar, para construir… Los matrimonios van pasando por distintas épocas, son muchas las etapas, pero siempre construyendo, y eso hace que nunca se acabe esta tarea, nunca debe interrumpirse el dialogo, es la gasolina del amor. Por ello es importante ir actualizando constantemente el mapa de los sentimientos que hay en el corazón del otro. Que no pase nunca más de una semana sin una buena conversación, una de calidad, donde cada uno pueda abrir su corazón al otro. Con este encerramiento han pasado ya muchas cosas en los matrimonios, en la familia, como discusiones, peleas, riñas, golpes… eso quizá es lo que estas parejas, estas familias han construido. Tú quieres eso? Hay que hablar muchos estos días. Externamente puede que no pasen muchas cosas, pero internamente pueden estar pasando muchas situaciones. Un amigo me contaba en estos días cómo su mujer estaba siendo poco prudente, y que tiene un miedo terrible que se contagiara con el virus, y esto le angustia. Conocer a profundidad este sentimiento de temor que ha nacido en él, propio de estos días, habría evitado heridas y distanciamientos. Quizá ella no está tan preocupada por el contagio, pero está asustada con las consecuencias de la inactividad económica, y no está dispuesta a dejar de trabajar y salir a la calle. Que importante es conocer lo que pasa por dentro de cada uno, se salvarían matrimonios y familias enteras, los hijos tendrían un hogar, una padre y una madre, pero el distanciamiento interior, el no abrirse con humildad, hace que se creen distanciamientos en la pareja. En estos días los defectos se hacen patentes, y pareciera que tienden a agrandarse, no se ven soluciones prontas. Por eso todos necesitamos abrir el corazón, tener ayudas espirituales, como la oración, el rosario, el compartir en familia, y tiempos de dialogo. La armonía familiar es un don del Espíritu Santo. Vamos rezar juntos, a pedir la Paz para las familias. Te invito a dar gracias a Dios por tu esposo, esposa, hijos y padres. La Virgen de Fátima animó a los pastorcitos a pedir la paz en las familias. Hoy, más que nunca, en estos tiempos difíciles que vivimos, nos encomendamos a la Virgen Madre del Amor Hermoso, y pedimos a ella por tanto dolor en las familias, por los esposos distanciados, los hijos heridos, y mi familia. P. Daniel Bustamante Director Mutuo Auxilio Sacerdotal Colombiano Conferencia Episcopal de Colombia

Vie 1 Mayo 2020

Iglesia en el Cauca lamenta asesinato de líder social y su familia

Tras el asesinato de Álvaro Narváez Daza, presidente de la Junta de Acción Comunal de la vereda El Bado en el municipio de Mercaderes al sur del Cauca y de su familia, el arzobispo electo de Bogotá, monseñor Luis José Rueda Aparicio expresó su tristeza por estos hechos que enlutan una vez más un hogar y a los caucanos. De otra parte, celebró el gesto de los 22 desmovilizados que hacían parte de las filas del ELN, con el ánimo de reintegrarse a la sociedad para servir y trabajar por la paz y la reconciliación, fue también enfático en expresar su rechazo por todos aquellos que aún sigue atentando contra la vida de los campesinos y líderes sociales. “Nos duele inmensamente que los violentos y los narcotraficantes, los que alzan las armas contra los campesinos y los líderes sociales, siguen asesinando en medio de las tinieblas”, afirmo el prelado. Al expresar su voz de consuelo a la familia y a la comunidad del Cauca por esta triste noticia, imploró del Señor “su amor misericordioso para que transforme el corazón de los violentos y les muestre el verdadero camino de la vida, la reconciliación y la paz”. Finalmente, reafirmó el compromiso de la Iglesia católica para seguir acompañando a las comunidades que sufren el flagelo de la violencia “estamos dispuestos a dar nuestra vida, a morir si es el caso por defender, anunciar el Reino y acompañar a nuestros pueblos que sufren”.

Vie 1 Mayo 2020

Día Internacional de Trabajo: Pandemia ¿precariedad laboral?

El día del trabajo ante todo es una fecha que nos lleva a exaltar el sentido profundo del trabajo humano como un don de Dios en medio de una sociedad que lo ha mercantilizado todo y en la cual el trabajo digno no alcanza a ser una realidad plena para todos los niveles de la sociedad. Es una fecha para renovar el compromiso por un reconocimiento de toda la sociedad sobre la dignidad del trabajo, del trabajador y del mundo del trabajo. Una fecha para reiterar el reconocimiento del legítimo derecho a la asociación y a la participación de los trabajadores. Esta celebración se hace en medio de circunstancias que impone la pandemia del CORONAVIRUS y que hace que miles de trabajadores y sus familias no conozcan el trabajo digno sino condiciones marcadas por la baja calidad en el empleo, de inestabilidad e ingresos precarios. De allí la importancia de dar a esta fecha un sentido tal que nos permita profundizar en el valor del trabajo y en la forma como este nos coloca en una relación profunda con la obra de la creación. Ante todo, el trabajo es una bendición de Dios que permite al ser humano cooperar en la obra de la creación, desarrollarse plenamente, conformar una familia, construir comunidad y aportar a la sociedad en términos de fraternidad y de solidaridad. Esta reflexión nos lleva hacia la pregunta por la forma como viven los hombres y mujeres del mundo del trabajo, especialmente aquellos que se encuentran en condiciones de precariedad laboral. Las cifras son impresionantes: según el DANE el 48.2% de los colombianos trabajan en situación de informalidad, estamos hablando de más de 10.000.000 de trabajadores que están en muy alto riesgo por el efecto del aislamiento social que estamos viviendo por la pandemia. Ante esta grave realidad, la urgencia que emerge con especial fuerza en este momento, es garantizar condiciones para quienes tienen que llevar el sustento a sus familias y asegurar su propio desarrollo humano en una época marcada por incertidumbre a todo nivel. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) presentó un estudio preliminar del impacto del COVID -19 en trabajadores y trabajadoras, en el que señala tres efectos: Sobre la cantidad de los empleos; aumento del desempleo y del subempleo -reducción de horas de trabajo. Sobre la calidad de los empleos: caída de los salarios y empeoramiento en acceso a la protección social. Sobre grupos de trabajadores vulnerables a “cambios en el mercado laboral”, tales como jóvenes, mujeres y migrantes. Y estiman un aumento del desempleo mundial de entre 5,3 millones (hipótesis “prudente”) y 24,7 millones (hipótesis “extrema”) en este 2020. En Colombia se calcula que 22 millones de trabajadores se han visto afectados por las normas del aislamiento social como medida de prevención de la expansión del Coronavirus. No podemos olvidar que “la Iglesia está convencida de que el trabajo constituye una dimensión fundamental de la existencia del ser humano en la tierra” (S.S. Juan Pablo II, Laborm Excersens, 4) y por lo tanto no es un accidente el que la población en grandes masas tenga que entrar en el mundo de la informalidad laboral. Estamos hablando de una dimensión fundamental del ser humano. La realidad de que solo uno de cada cuatro colombianos tiene garantizado el acceso a los sistemas de pensión se constituye en un reto para el desarrollo humano en nuestro país y, al mismo tiempo, un clamor a la solidaridad para que se tomen medidas prontas para resolverlo. La paradoja del crecimiento económico junto a estos niveles de informalidad laboral hace un llamado a revisar la forma como se ha planteado el desarrollo de manera que este tenga rostro humano y responda a las necesidades de la población. Estamos hablando de millones de trabajadores detrás de los cuales se encuentran sus familias. Son hermanos y hermanas nuestras que tienen aspiraciones, proyectos de vida y en muchos casos una profesión que han adquirido con mucho esfuerzo personal y familiar. En ese grupo encontramos principalmente mujeres, jóvenes y desde otro lado un grupo grande de personas con un nivel de educación precario. Este hecho nos llama a profundizar en el deber de nuestra sociedad de fortalecer los mecanismos para que se reconozca planamente la dignidad del trabajo, del trabajador y del mundo del trabajo para superar las condiciones de discriminación que viven muchos de nuestros hermanos y hermanas trabajadores, particularmente aquellos que se ven obligados a recurrir a la informalidad para poder obtener el sustento para ellos y sus familias. Uno de los fenómenos que más afecta a la dignidad del trabajo y de los trabajadores es justamente el despojo de tierras que ha empujado a miles de familias hacia la informalidad e incluso hacia la miseria. Quienes han perdido su tierra han perdido también la fuente de su trabajo y sustento familiar. Este es un drama cuya solución ha sido determinada por la ley pero que sigue siendo un desafío para el país. Garantizar la restitución de las tierras es un acto de reconocimiento a gentes que, en muchos casos, han labrado sus vidas en el trabajo cotidiano de la agricultura y la pesca. Hoy se impone hacer seguimiento y apoyar las iniciativas de restitución de las tierras y las iniciativas legislativas que puedan poner fin a la situación de quienes obtienen su sustento en medio de la informalidad laboral. En esta ocasión, Colombia se coloca ante uno de los desafíos más grandes porque tiene que armonizar las condiciones y derechos de trabajadores y trabajadoras ante las metas de libre comercio. Se trata de un tema muy sensible porque indudablemente el libre comercio debe realizarse en condiciones que favorezcan el desarrollo de las personas en la sociedad. Ante estas realidades hay que reconocer que muchas personas movidas por su fe se han convertido en apóstoles misioneros en el mundo del trabajo. A quienes se encuentran en este apostolado tan valioso les mueve el brindar un testimonio evangélico y evangelizador en los ambientes obreros, campesinos, profesionales, empresariales a todos los niveles. Saben que Jesucristo garantiza la liberación integral más allá de las fronteras culturales, raciales o de cualquier orden y se proponen llevar el mensaje de la dignidad del trabajo y de los trabajadores a todos los niveles de la sociedad. Ellos hacen presente el aprecio de la Iglesia por los movimientos de trabajadores y por la solidaridad entre los hombres y mujeres del mundo del trabajo. La pastoral del mundo del trabajo es presencia de la Iglesia en el camino de la dignificación del trabajo, el trabajador y el mundo del trabajo. El 1 de mayo, jornada de fiesta y de solidaridad y fraternidad en el mundo del trabajo, recuerda que los trabajadores son «artífices principales de las transformaciones prodigiosas que el mundo conoce hoy» (Concilio Vaticano II, Mensaje a los trabajadores). El 1 de mayo la Iglesia recuerda su reconocimiento y aprecio por el derecho de los trabajadores a organizarse y a participar en la vida y en las transformaciones de la sociedad mediante sus propuestas. En esta fecha la Iglesia recuerda a San José Obrero, modelo del mundo del trabajo y recuerda que Jesucristo es el “Hijo del carpintero” y ora por todos los trabajadores y trabajadoras del mundo sin olvidar a quienes no tienen un trabajo de calidad. Igualmente es una fecha especial para dar gracias a Dios por la misión y entrega de quienes se dedican al servicio de sus hermanos y hermanas trabajadores desde la obra evangelizadora de la Iglesia. El 1 de mayo es un momento para dar gracias por quienes trabajan y orar para que el Señor bendiga sus esfuerzos y fatigas y les permita alcanzar los niveles de justicia y de dignificación que anhelan. Por: Monseñor Héctor Fabio Henao Gaviria Director Secretariado Nacional de Pastoral Social

Jue 30 Abr 2020

"Detengan la dinámica de la violencia"

Ante el incremento de violencia en varias regiones del país los obispos de Colombia emiten el siguiente comunicado. [icon class='fa fa-download fa-2x'] Descargar comunicado[/icon]

Mié 29 Abr 2020

"Me siento lleno de fe y esperanza para servir a mi país": Mons. Rueda

En una entrevista concedida para Vatican News, el arzobispo electo de Bogotá, monseñor Luis José Rueda Aparicio, habló sobre los desafíos que marcarán la ruta de trabajo en este nuevo cargo pastoral. Destacó entre ellos: La Santidad, una Iglesia misionera, la autenticidad de quien vive la pobreza evangélica; los jóvenes; entre otros. Cabe recordar que el Papa Francisco nombró el pasado 25 de abril como nuevo arzobispo de Bogotá y primado de Colombia a monseñor Luis José Rueda Aparicio, hasta el momento arzobispo de Popayán. Sucedeiendo al cardenal Rubén Salazar Gómez, luego que el Papa le aceptara su renuncia al gobierno pastoral de la arquidiócesis de Bogotá.El Arzobispo electo tomará posesión de la sede el próximo 11 de junio. Lea la entrevista completa El prelado expresó los sentimientos que le produce este nombramiento: “Me siento lleno de fe y lleno de esperanza para servirle al país, este país que busca la reconciliación y quiere motivos de esperanza, y ese motivo de esperanza profundo es Cristo Jesús, celebrado en la Iglesia, conocido y anunciado, muerto y resucitado para darnos salvación”. La santidad, el primer desafío para los cristianos Monseñor Rueda expresó que el primer desafío que tenemos todos los miembros de la Iglesia es ser santos. “Sin la santidad no podemos servir. Al estilo de la virgen María, al estilo de los mártires latinoamericanos, y del santoral secreto, de aquellos santos que no son conocidos, pero que le sirvieron al pueblo de Dios”, expresó. Junto al desafío de la santidad, está el de la sinodalidad, expresó monseñor Rueda: “El segundo es ponernos en camino, sinodalidad, todos juntos. La Iglesia y, la Iglesia con la humanidad, buscando la solución de los problemas. Seguidamente evidenció los múltiples problemas que aquejan el territorio colombiano, entre los que enumeró: “el narcotráfico, que genera la muerte de hombres y de mujeres” y la corrupción. La respuesta a estas problemáticas tiene que ser desde el Evangelio, afirmó, “pero en comunión con aquellos que incluso están fuera de la Iglesia, pero que tienen buena voluntad de buscar el bien común”. Iglesia misionera En el aspecto eclesial, el nombrado arzobispo de Bogotá insistió en que “como Iglesia estamos llamados a ser instrumentos de la comunión misionera, Como dice la Lumen Gentiun. signo de comunión entre nosotros como seres humanos y de toda la humanidad en comunión con Dios. Es una comunión misionera, al estilo de lo que nos propuso Aparecida”. El centro de esta actividad misionera, está Cristo, al que “tenemos que anunciarlo, tenemos que vivirlo, tenemos que llevarlo a todos los escenarios, donde hay hombres y mujeres tendidos en el camino que necesitan el amor misericordioso, la mano, la presencia, la voz amiga. El Salvador es Cristo, animándonos y dando vida”. La autenticidad de quien vive la pobreza evangélica Monseñor Rueda insistió en que Cristo nos llama a vivir en la pobreza y con los pobres: “El señor Jesús nos motiva a vivir la actitud de la pobreza con alegría, sin resentimientos, sin odios, compartiendo la fraternidad de cada día, al estilo de francisco de Asís, al estilo del Papa Francisco. Es el mensaje de encontrarnos primero con Cristo Jesús el más pobre de todos. De vivir con alegría la pobreza y desde allí poder acompañar, compartir y ser hermano de aquellos que son descartados, de aquellos que viven en situaciones infrahumanos, y que podemos visibilizarlos al estilo de la parábola del samaritano”. Los jóvenes son una buena noticia Cuestionado sobre la importancia de los jóvenes en la labor evangelizadora de la Iglesia respondió: “Los jóvenes tienen un corazón más sensible a las necesidades de los más frágiles. Creo que ellos tienen un Evangelio que, aunque no lo saben de memoria lo viven con sus actitudes cuando encuentran a alguien a quien ayudar, a alguien a quien proteger, a alguien a quien curar. Creo que por allí Dios nos está dando una posibilidad de volver a los jóvenes también, con espíritu y alma de buen samaritano”. El obispo añadió: “Ellos quieren aportar, y tienen mucho que aportar y nosotros, los más viejos, debemos saber que ellos tienen mucho que enseñarnos. Ese Cristo vivo, ese Cristo caminante que les entusiasma a ellos y que nos ha entusiasmado a nosotros en nuestra juventud, ellos quieren verlo recorriendo barrios, veredas, ríos, quebradas, mares, en los campos deportivos, en todos los escenarios, por eso nuestra tarea es acompañar ese kerigma vital y acompañar esos procesos evangelizadores que irán surgiendo en el corazón de los jóvenes”. ¿Qué santos le inspiran en la misión que le ha encomendado la Iglesia? Los santos siempre han estimulado nuestra vida en el seguimiento de Cristo. Porque él nos invitó en el sermón de la montaña, sean santos como el padre celestial es santo y cuando uno mira la vida de los santos entiende que ellos tomaron el sermón de la montaña y lo convirtieron en vida, son hombres y mujeres que han dejado que Cristo entre en su conciencia y en su corazón y se convierten en vida. FUENTE: Vatican News

Sáb 25 Abr 2020

La voz del Pastor | 26 de abril de 2020

Reflexión del Cardenal Rubén Salazar Gómez - tercer domingo de Pascua Lectura del Santo Evangelio segúnSan Lucas 24,13-35