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Iglesia

Sáb 18 Abr 2020

Pandemia

Por: Mons. César Alcides Balbín Tamayo - Al momento de escribir este editorial, la situación de la pandemia de coronavirus en nuestro medio apenas comienza a presentarse. Los casos todavía se enmarcan con tendencia al alza, y si las cosas siguen como van, pronto estaremos hablando de cuatro y hasta de cinco dígitos, o sea contados por miles. ¡Y quién dijo miedo! La primera y normal reacción es el pánico. Digamos como un miedo súbito y extraordinario, que es hasta paralizante. Sin embargo, y es contradictorio: lo primero que se nos puede ocurrir es huir. Y son varias las formas de hacerlo: ignorando las recomendaciones, haciendo lo que a mí me parece, desafiando las autoridades y minimizando los riesgos. Las pandemias, que a lo largo de la historia siempre han aparecido, confrontan los avances científicos y médicos. Afortunadamente a medida que avanzan las pandemias o epidemias, avanzan también los descubrimientos de la cura. Cuando las pandemias iban de manera lenta, como en la antigüedad, la cura era lenta. Hoy cuando los virus viajan, no por caminos de herradura, sino cómodos, en primera clase, también la cura, y esa es la esperanza, llega en poco tiempo; pero después de que se ha cobrado un número significativo de vidas. Si antes las epidemias, virus y demás, tardaban años y hasta decenios para llegar, hoy llegan en horas, en lo que se demora un vuelo de Asia a Europa y de Europa a América. Otro es el tema de la expansión: de ello nos podrían hablar hoy muy bien nuestros hermanos italianos y españoles. Pero como nadie experimenta por cabeza ajena, en nuestro medio todavía pensamos que eso no nos puede pasar a nosotros, que somos inmunes, que eso pasa es «por allá». Tal vez eso pensaban «por allá» (los europeos) cuando apenas comenzaba en la China. Con todo, esto que está sucediendo nos dejará muchas lecciones de vida, porque a muchos desinstalará, nos sacudirá de nuestra comodidad y nos enseñará a diferenciar lo importante y lo necesario de lo superfluo; nos enseñará a valorar lo sencillo, los momentos en familia, la vida de los demás, especialmente de nuestros mayores, a quienes debemos cuidar y proteger, siempre, pero de manera especial en esta pandemia. Nos enseñará que todos somos frágiles y que las seguridades que nos hemos construido, a la hora de la verdad, para poco sirven. Todos: políticos, empresarios, industriales, señores el mundo, dueños de los aparatos productivos, y de ahí para abajo, todos, tendremos que pensar en común, en categorías de comunidad. Y no creamos que los que menos tienen serán los mas vulnerables, pues el virus ha atacado primero a los que viajan en avión, que a los van en jumentos. A estos les puede llegar, pero con la seguridad de que será más tarde. Esperamos recoger abundantes lecciones de vida, duras tal vez, pero lecciones al fin y al cabo. Todos nos sentimos vulnerables, y en realidad que lo somos. Es en estos momentos en donde debe aflorar la generosidad, la grandeza y la nobleza. No la mezquindad, que es lo que parece cuando vemos a no pocas personas cargando gran cantidad de insumos, como si eso diera la seguridad. Al contrario, eso lo que muestra es una profunda inseguridad. Parodiando al Señor en una de sus enseñanzas, tendremos que decir: necio, esta noche te pedirán el alma, y ¿todo lo que has comprado para quién será? Que este tiempo, como un tiempo de pasión prolongado, nos una más al Señor y a nuestros hermanos, y que las enseñanzas que nos deje perduren en nosotros, en nuestras familias y en nuestra sociedad, para que logremos con ello el cambio de paradigmas, para beneficio de muchos. + César Alcides Balbín Tamayo Obispo de Caldas - Antioquia

Sáb 18 Abr 2020

Participa del Congreso de la Divina Misericordia

En el marco de la fiesta de la Divina Misericordia, la parroquia de Santa Laura Montoya en la ciudad de Bogotá, invita este próximo domingo 19 de abril a participar del Congreso Virtual de la Misericordia, que se realizará de 8:00 a.m. a 6:00 p.m. Según lo ha indicado su párroco el padre Arnoby Álvarez este será un espacio para “Cultivar la fe, la esperanza en Dios, pues tenemos la certeza, como lo indica Sor Faustina que «La humanidad no conseguirá la paz hasta que no se dirija con confianza a Mi misericordia» (Diario, 300). “Invitamos a todos los feligreses de la Parroquia y los amigos de las diversas Redes Sociales a vivir esta fiesta con el fin de cultivar la esperanza en Dios Misericordioso, en estos tiempos que deseamos que su presencia cubra con poder la tierra entera”, expuso el sacerdote. El evento podrá ser seguido de manera gratuita a través de las redes sociales: Facebook: parroquiasantalauramontoya.org o por Youtube: Padre Arnoby. Para tener el ID de ingreso a la Sala de ZOOM del evento, los interesados podrán acceder en el formulario de registro que encontrarán en el siguiente enlace. https://forms.gle/M2vLQ5MzaD4txucu9

Vie 17 Abr 2020

En tiempo de pandemia Iglesia colombiana invita a rezar la coronilla de la Divina Misericordia

Luego de la recomendación insistente del Papa Francisco de realizar prácticas piadosas a través de los medios de comunicación y atendiendo su invitación a encomendarse a Jesús Misericordioso orando “por toda la Iglesia y por toda la humanidad que sufre la pandemia causada por el coronavirus”, la Iglesia católica colombiana anima a todos los fieles para que este domingo 19 de abril, a las 3:00 p.m., nos unamos al rezo de la Coronilla de la Divina Misericordia. En este contexto, la Conferencia Episcopal de Colombia ha elaborado un insumo pastoral que ayudará a vivir en familia esta celebración del segundo domingo de Pascua, también llamado ‘Domingo de la Misericordia’. El documento se puede descargar de la página www.iglesiantecoronavirus.cec.org.co Por su parte, el Papa Francisco, este año en el que se celebra el vigésimo aniversario de la canonización de sor Faustina Kowalska y de la institución del Domingo de la Divina Misericordia, presidirá este domingo la Santa Misa en la Iglesia Santo Spirito in Sassia, un lugar de especial devoción a la Divina Misericordia. Seguidamente, dirigirá el rezo del Regina Coeli (Reina del cielo), una oración que los fieles rezan a la Virgen María en lugar de la oración del Ángelus durante el tiempo pascual. La Santa Sede decreta día de la Divina Misericordia La Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos publicó el 23 de mayo del 2000 un decreto en el que estableció, por indicación de san Juan Pablo II, la fiesta de la Divina Misericordia. La denominación oficial de este día litúrgico es «segundo domingo de Pascua o de la Divina Misericordia». Revelaciones de Santa Faustina sobre la Divina Misericordia Santa Faustina, que es conocida como la mensajera de la Divina Misericordia, recibió revelaciones místicas en las que Jesús le mostró su corazón, fuente de misericordia, y le expresó su deseo de que se estableciera esta fiesta. El Papa san Juan Pablo II le dedicó una de sus encíclicas a la Divina Misericordia «Dives in misericordia». [icon class='fa fa-download fa-2x'] Descargar insumo pastoral[/icon]

Vie 17 Abr 2020

La confianza en el Señor resucitado disipa las tinieblas del aislamiento y la duda

Primera Lectura: Hch 2,42-47 Salmo: Sal 118(117),2-4.13-15ab.22-24 (R. cf. 1) Segunda Lectura: 1P 1,3-9 Evangelio: Jn 20,19-31 Introducción Al celebrar el domingo de la misericordia, evocamos la memoria de san Juan Pablo II que, con su testimonio de fe le enseñó a la Iglesia a mantener los ojos fijos en la misericordia de Jesús resucitado. Mirarnos en la misericordia de Dios es aprender a ser misericordiosos como el Padre “la humanidad no encontrará ni tranquilidad ni paz hasta que se vuelva con plena confianza a mi Misericordia...” (Jesús a Santa María Faustina, vidente y apóstol de la Divina Misericordia). Iluminados por la Palabra fijamos nuestra atención en tres ideas • La paz es un regalo que nos da Cristo resucitado. • La confianza en el Señor resucitado disipa las tinieblas del aislamiento y la duda. La confianza es la esperanza firme que se tiene en una persona, la capacidad para soportar las dudas. La confianza sólo puede depositarse en la relación interpersonal, no puede confiarse en el azar. • La misericordia es tema privilegiado del magisterio del Papa Francisco que nos enseña: “La misericordia de Dios es tan grande, tan grande. Recordemos la historia de la pobre viuda que fue a confesarse con el cura de Ars (su marido se había suicidado; había saltado del puente al río. Y lloraba. Y dijo: “Yo soy una pecadora, pobrecilla. ¡Pero, pobre mi marido! ¡Está en el infierno! Se suicidó y el suicidio es un pecado mortal. Está en el infierno”. Y el cura de Ars dijo: “Deténgase, señora, porque entre el puente y el río está la misericordia de Dios”. Hasta el final, hasta el final, está la misericordia de Dios” (Homilía 18.03.2019). 1. Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura? El evangelista narra que la presencia del Señor Resucitado les trajo la paz y una paz que tiene el valor del sacrificio que, lo evidencia al mostrarles las llagas y el costado (Cfr. 20,19-20). Esta acción de Jesús permitió que los presentes tuvieran la certeza de la presencia real del resucitado y se alejaran llenos de confianza de la posibilidad de pensar que, la resurrección era una invención humana, les mostró sus llagas. Así, ellos se dieron cuenta que no era una visión, era Él, el Señor, y se llenaron de alegría. El Papa Francisco reflexionando este enseña “Ocho días después, Jesús entró de nuevo en el Cenáculo y mostró las llagas a Tomás, para que las tocase como él quería, para que creyese y se convirtiese en testigo de la Resurrección. También a nosotros, hoy, en este domingo que san Juan Pablo II quiso dedicar a la Divina Misericordia, el Señor nos muestra, por medio del Evangelio, sus llagas. Son llagas de misericordia. Es verdad: las llagas de Jesús son llagas de misericordia”. 2. Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y que me sugiere para decirle a la comunidad? Jesús nos invita a contemplar sus llagas, a estar cerca de ellas, es el Señor que desea, en medio de nuestra sociedad ensombrecida, sanar nuestras llagas de injusticia, de guerra, indiferencia, odio, venganza, polarización. Para lograrlo hay que encontrarse con el resucitado, experimentar gozo y alegría, sentirnos misericordiados; en otras palabras: sin reconciliación es muy difícil ser misericordiosos El Papa Francisco citando a San Bernardo, en su comentario al Cantar de los Cantares (Disc. 61,3-5; Opera omnia 2,150-151), sostiene que el santo se detiene justamente en el misterio de las llagas del Señor, usando expresiones fuertes, atrevidas, que nos hace bien recordar hoy. Dice él que «las heridas que su cuerpo recibió nos dejan ver los secretos de su corazón; nos dejan ver el gran misterio de piedad, nos dejan ver la entrañable misericordia de nuestro Dios». Lo cruento de la tarde del calvario se transformó por gracia de Dios en paz, confianza, misericordia. Este es el camino que debemos transitar para superar los momentos de extremismos que nos agobian, sumergirnos en la misericordia de Dios dejarnos transformar en signos creíbles de su Cruz y Resurrección. 3. Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromi- so la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo? Debemos pedirle al Señor que nos dé un corazón misericordioso como el suyo. Capaz de perdonar, incansable en la búsqueda de la reconciliación. La síntesis de la liturgia de este domingo de la misericordia es que “Jesucristo es el rostro de la misericordia del Padre. El misterio de la fe cristiana parece encontrar su síntesis en esta palabra. Ella se ha vuelto viva, visible y ha alcanzado su culmen en Jesús de Nazaret. El Padre, «rico de misericordia» (Ef 2,4), después de haber revelado su nombre a Moisés como «Dios compasivo y misericordioso, lento a la ira, y pródigo en amor y fidelidad» (Ex34,6) no ha cesado de dar a conocer en varios modos y en tantos momentos de la historia su naturaleza divina. En la «plenitud del tiempo» (Gal 4,4), cuando todo estaba dispuesto según su plan de salvación, Él envió a su Hijo nacido de la Virgen María para revelarnos de manera definitiva su amor. Quien lo ve a Él ve al Padre (cfr. Jn 14,9). “Jesús de Nazaret con su palabra, con sus gestos y con toda su persona revela la misericordia de Dios” (MV 1). RECOMENDACIONES PRÁCTICAS: 1. Se sugiere llevar en alto el Evangeliario y Leccionario, en la procesión de entrada, como la Palabra Escrita que testifica la Acción del Espíritu Santo y de los Apóstoles que pusieron por escrito la experiencia de la Resurrección. 2. Conviene hacer un momento de sagrado silencio en el acto penitencial y después de la invitación a orar: “Oremos” (Cfr. OGMR 45). 3. Sería oportuno hacer hoy el Rito para la bendición y la aspersión del agua en memoria del Bautismo, que ocuparía el lugar del acto penitencial, al comienzo de la Misa, siguiendo lo indicado en el Apéndice I, propio para la cincuentena pascual, Misal, p. 1058. 4. Tener presente que el Prefacio es el de Pascua I: «El Misterio Pascual», con la parte propia: «en este día». Convendría seguir el Canon Romano o Plegaria Eucarística I, con las partes propias que contiene. 5. Para la bendición final de la Misa se puede usar la fórmula solemne de la Vigilia Pascual, Misal, p. 219. Para despedir al pueblo se agrega el doble Aleluya. 6. Con las segundas Vísperas de este domingo termina la Octava de pascua. 7. Por ser un día en el que se privilegia la Misericordia, en la tarde de este día, se podría invitar a la comunidad a una hora santa y rezar la coronilla de la misericordia. 8. Promover con antelación una acción caritativa 9. Invitar a los niños y jóvenes a visitar los hogares del adulto mayor. 10. Recordar que esta semana, el sábado 25 de abril, es la fiesta de San Marcos Evangelista.

Jue 16 Abr 2020

Diócesis de Armenia, siguiendo las enseñanzas de Jesús en tiempos de crisis

La Iglesia Católica sigue trabajando por brindar asistencia humanitaria a las poblaciones y familias más vulnerables de las diferentes regiones del país. Por medio de Arquidiócesis, Diócesis y Vicariatos, se sigue trabajando por atender a las personas que más lo necesitan en este momento de dificultad por el que atraviesa el mundo. “La Diócesis, mediante la Pastoral Social, siempre está preocupada y presente en todas las acciones sociales que le competen, entre esas está el Banco de Alimentos que todo lo que recibe en alimentos o productos de consumo humano los entrega a las comunidades vulnerables, fundaciones y hogares que albergan adultos mayores”, asegura el Diácono Permanente Carlos Ariel Rojas, director de la Pastoral Social Diocesana de Armenia. En este momento se ha incrementado la búsqueda de ayudas para suplir necesidades básicas de los más necesitados. En cabeza de Monseñor Carlos Arturo Quintero Gómez, obispo de la Diócesis de Armenia, en la primera semana de cuarentena se repartieron 400 mercados entre las diferentes parroquias, de acuerdo a sus necesidades y, por otro lado, se han entregado mercados puerta a puerta a grupos de venezolanos distribuidos en la ciudad. El Diácono Carlos Ariel ha dicho que “el principal objetivo es cumplir el principio del Evangelio, siguiendo las enseñanzas de Jesús: darle de comer al pobre y necesitado y siguiendo el principio bíblico, ‘si hay junto a ti algún pobre de entre tus hermanos, en alguna de las ciudades de tu tierra que Yahveh tu Dios te da, da, no endurecerás tu corazón ni cerraras tu mano a tu hermano pobre’ (Dt. 15,7-8) DSI”. De estas actividades participan los colaboradores de la Pastoral Social, quienes realizan la labor de acopio, selección y entrega de productos, asimismo, fundaciones, personas y entidades que hacen sus donaciones, entre ellas, diversas cadenas de supermercados. En momentos de crisis como la que se vive actualmente por cuenta del coronavirus, la esperanza y la solidaridad deben mantenerse en pie para así trabajar unidos por superar la situación, pero también, abrir el corazón a Dios. “No perdamos la confianza en Dios, siempre adheridos a su misericordia y Providencia Divina” es el mensaje que el Diácono Permanente Carlos Ariel Rojas, director de la Pastoral Social en esta ciudad deja a los colombianos. Fuente: Of. de comunicaciones SNPS

Jue 16 Abr 2020

A los jóvenes en la Jornada Mundial de la Juventud

Por: Mons. Ismael Rueda Sierra - Todos los años en el Domingo de Ramos, la Iglesia celebra el día mundial de la juventud, mediante una jornada especial de oración por los jóvenes, que ayuda a preparar a todos para la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), que se realiza cada tres años con la presencia del Papa y miles de jóvenes de todos los lugares del mundo. Ante esto, el Papa Francisco los anima en el recorrido a la próxima JMJ que se llevará a cabo en Lisboa, capital de Portugal en el año 2022 y que tiene como tema: “María se levantó y partió sin demora” (Lc 1,39). Para este año 2020 el Papa les envía un mensaje especial titulado “¡Joven, a ti te digo, levántate! (Cf. Lc 7, 14)”, basado en el pasaje bíblico donde Jesús en la ciudad de Naín, en Galilea, se encuentra con una marcha fúnebre, pues una madre viuda iba a enterrar a su único hijo, y ante esto, Nuestro Señor conmovido, le devuelve la vida al muchacho, quien incorporándose, se puso a hablar. El Santo Padre hace énfasis en el verbo “levántate”, e invita a los jóvenes a levantarse de los ámbitos de muerte en donde a veces se encuentran algunos, como la apatía, la superficialidad, la depresión, el crimen, las dependencias, entre otros. Pero también motiva al joven a ser como Jesús, que ve la desesperanza y la muerte y no se queda quieto, sino que sale al encuentro del que sufre. En estos momentos, en el mundo vivimos una realidad de dolor debido a la pandemia del Covid-19 que ha afectado a todos, no solo a los que resultan contagiados, sino también a la sociedad entera y nos ha hecho quedarnos en nuestras casas con el temor de ser contaminados por este virus. Pero no es el momento de tener miedo sino de ser valientes, de mirar dónde pueden sembrar fe, esperanza y de usar los recursos que tenemos a disposición para devolverle la alegría a nuestro mundo. A esto se refiere el Papa Francisco cuando les pide a los jóvenes que se levanten para que actúen, como lo hizo aquel joven de Naín “empezó a hablar”. Estamos en el tiempo de lo virtual, donde todas nuestras relaciones se llevan a cabo a través de las redes, pero, como dice el Papa: “hoy a menudo hay conexión, pero no comunicación”. Hagan que las redes sean un lugar de esperanza, de solidaridad, de consuelo, donde ustedes puedan ser lo que verdaderamente son, no ocultos tras una máscara, sino impulsados por el deseo de dar vida a través de cada publicación, en el campo espiritual, artístico, social. Seguramente, muchos de ustedes pertenecen a la Pastoral Juvenil o a un grupo Pastoral de sus comunidades Parroquiales y han tenido que parar sus reuniones por el aislamiento preventivo, pero no dejen que eso detenga la actividad de Evangelización y anímense a demostrar que la Iglesia está más viva que nunca, a través de las redes, por la comunión que ellas manifiestan. Desde la Delegación de Pastoral Juvenil de nuestra Arquidiócesis, se han ideado estrategias para seguir en contacto con ustedes y que no se sientan solos, sino que aprovechen al máximo este tiempo en el hogar. Se les ha enviado la Pascua Juvenil y un material especial para que ustedes sean misioneros en sus hogares y vivan la Semana Santa en Casa, así como los invitamos a que sigan conectados a las redes de la delegación donde encontrarán el Kerigma en Casa, transmitiéndoles de lunes a viernes la formación que los ayude a ser jóvenes líderes conscientes de su fe en Jesucristo vivo. Recuerden que no se pueden desanimar, pues ustedes están invitados a ser Jóvenes testigos del amor de Dios, con la tarea de comunicar a otros la vida que han recibido, no se pierdan las celebraciones litúrgicas de la Semana Santa, que serán transmitidas por televisión o por medios virtuales. No paren de soñar y recuerden que la Iglesia, los necesita y los ama. Oren mucho por los enfermos y por aquellos que, en medio de la cuarentena, deben salir a servirles a todos. Oren por el Santo Padre Francisco y no olviden también orar por mí. Que María la muchacha de Nazaret, interceda por todos nosotros. + Ismael Rueda Sierra Arzobispo de Bucaramanga

Mié 15 Abr 2020

Colombia entre la pobreza y la pandemia: la Iglesia en primera línea

Son varias las acciones humanitarias que la Iglesia sigue adelantando en todo el territorio nacional, para atender esta emergencia sanitaria por cuenta del coronavirus y que afecta a la población más vulnerable, así lo ha expresado monseñor Héctor Fabio Henao Gaviria, Director del Secretariado Nacional de Pastoral Social, en una entrevista concedida al Vatican News. Lea completa la entrevista La fraternidad y la solidaridad son la única forma de superar las adversidades ligadas a esta emergencia. Así, Monseñor Héctor Fabio Henao Gaviria, Director del Secretariado Nacional de Pastoral Social de Colombia no deja de instar a un país todavía herido por la violencia y doblegado por la pobreza. Las acciones pastorales de la Iglesia Católica en Colombia en el contexto de la crisis sanitaria actual, han sido recogidas en estos días en un nuevo espacio web diseñado por la Secretaría Permanente del Episcopado colombiano. Se trata de https://iglesiaantecoronavirus.cec.org.co, un sitio que alberga las declaraciones, acciones y comunicados de las instituciones de la Iglesia Católica a nivel latinoamericano y mundial. Son muchas las iniciativas que han marcado esta Pascua y que siguen sirviendo a los más necesitados: desde la atención pastoral a las familias hasta la solidaridad con los ancianos, las personas solas, sin trabajo ni vivienda. La campaña lanzada por la Iglesia del país sudamericano este año, en su trigésimo novena edición está dedicada a la emergencia del coronavirus. Monseñor Héctor Fabio Henao Gaviria, Director del Secretariado Nacional de Pastoral Social, habló de ello y pidió a todo el país que no se deje vencer por la indiferencia en momentos difíciles como el que estamos viviendo: R. - La Iglesia colombiana ha hecho una exhortación para llamar a la solidaridad a todo el País y a la sociedad, hacia aquellos que están en situación de pobreza y que sufren más a causa de la pandemia. Hemos decidido dividir las diócesis en cuatro grupos de acuerdo con las acciones más relevantes a tomar. La primera acción tiene que ver con la situación alimentaria. Sabemos que hay mucha gente que tiene hambre y que no puede ir a trabajar. Así, un importante grupo de diócesis tomó la decisión de llevar comida a las familias que más la necesitan. Se trata, como Iglesia, de estar presente y cerca de la gente que está en situación de pobreza. Una segunda acción adoptada es para todas aquellas personas que viven en la calle: en muchas ciudades, especialmente en las pequeñas y medianas de Colombia, no tienen a dónde ir y por lo tanto se encuentran en una situación de muy alto riesgo de infectarse. Y así las diócesis han abierto varios centros para acoger a estas personas e intentan hacerlo garantizando situaciones de seguridad, de bioseguridad. Luego también hacemos una gran campaña para dar a conocer el impacto de la violencia familiar, es decir, hacemos un trabajo de atención y cercanía psicosocial y de presencia pastoral en aquellas familias que sabemos que tienen un sufrimiento particular en su interior. ¿Cuáles son las preocupaciones más fuertes que tiene en su corazón? R. - La mayor preocupación que tengo se refiere a las personas que no tienen una red social a su alrededor y que se sienten verdaderamente abandonadas, que a menudo son personas mayores con problemas económicos. Monseñor Henao, ¿es cierto que, a pesar de la crisis, la violencia especialmente contra los líderes sociales, nunca ha cesado? R. - Sí, hay enfrentamientos entre guerrilleros y narcotraficantes y un grupo importante de líderes sociales está bajo amenaza de muerte y otros han sido asesinados. La situación humanitaria vinculada al conflicto y la violencia sigue siendo motivo de preocupación para nosotros. Se mezclan las dos situaciones: violencia por un lado y la pandemia por el otro. Este año es una Pascua en la que mucha gente está sufriendo, muchos están caminando bajo la cruz, pero luego tienen que encontrar la resurrección, tienen que encontrar al Cristo Resucitado. Tomado: Vatican News

Dom 12 Abr 2020

Obispos del Valle animan a despertar una conciencia ciudadana y planetaria

Obispos del Valle animan a despertar una conciencia ciudadana y planetaria En un mensaje de Pascua los obispos del Valle expresan la esperanza de salir pronto de esta crisis que aqueja el mundo, por cuenta del coronavirus y animan para que esta experiencia dolorosa sirva para el despertar de una nueva conciencia ciudadana y planetaria. “La espiritualidad y la convivencia, el servicio y la disciplina, el esfuerzo y los sacrificios de todos, la generosidad de muchos, arriesgando, incluso, su propia salud y tranquilidad, nos hacen sentir que hay arraigo en Dios, en su Palabra y Presencia, en su Amor y Providencia, en los vínculos de comunidad y de cuerpo místico, que nos inspiran fraternidad, paz, paciencia, perdón, comprensión y entrega de unos por otros”. El mensaje recuerda como la humanidad está viviendo un Viacrucis que deja en los rostros de muchas personas la tristeza por la pérdida de vidas, pero también irradia un camino abierto a la esperanza de la Resurrección “con nuevos modos de vida y valores mejor afincados en la consciencia individual y colectiva”. Así mismo, afirman que esta pandemia permitirá descubrir el “rostro de Dios” en quienes la están padeciendo de cerca, sirviendo a ellos con generosidad. “Cristo resucitado es nuestra esperanza y así como venció la muerte, vencerá toda nuestra angustia y dolor”. Ante esta zozobra, los obispos nos recuerdan como los discípulos también por miedo a los judíos estuvieron encerrados “también nosotros podremos salir del encierro por miedo al contagio, e ir ahora como CUIDADORES unos de otros y de la “casa común” que es el planeta en cada territorio, rural y urbano, que habitamos”. Por último, animan a continuar con la disciplina de las medidas de prevención vigentes que procuren el cuidado de la vida humana, en este difícil momento. Se comprometen a mantener una conexión virtual de oración y acompañamiento a las comunidades cercanas y con la sociedad en general. Suscriben el comunicado: Darío de Jesús Monsalve Mejía, Arzobispo de Cali; José Alejandro Castaño Arbeláez, Obispo de Cartago; Edgar de Jesús García Gil, Obispo de Palmira; José Roberto Ospina Leongómez, Obispo de Buga; Rubén Darío Jaramillo, Obispo de Buenaventura; Luis Fernando Rodríguez Velásquez, Obispo auxiliar de Cali; Juan Carlos Cárdenas Toro, Obispo Auxiliar de Cali. [icon class='fa fa-download fa-2x'] Descargar comunicado[/icon]