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Iglesia

Sáb 25 Abr 2020

Papa Francisco nombra nuevo Arzobispo de Bogotá

El Papa Francisco ha nombrado como nuevo arzobispo de Bogotá y primado de Colombia a monseñor Luis José Rueda Aparicio, hasta el momento arzobispo de Popayán. Monseñor Rueda Aparicio sucederá al cardenal Rubén Salazar Gómez, luego que el Papa le aceptara su renuncia al gobierno pastoral de la arquidiócesis de Bogotá. BIOGRAFÍA DE MONSEÑOR LUIS JOSÉ RUEDA APARICIO Monseñor Rueda nació en San Gil el 3 de marzo de 1962. En su pueblo natal realizó los estudios básicos tanto de primaria como de secundaria. Su proceso de formación para el sacerdocio lo adelantó, en un primer momento, en el Seminario Conciliar San Carlos de la Diócesis de Socorro y San Gil, donde frecuentó los cursos de filosofía; luego realizó sus estudios teológicos en el Seminario Arquidiocesano de Bucaramanga. Fue ordenado sacerdote el 23 de noviembre de 1989, incardinándose a la Diócesis de Socorro y San Gil. Después de su ordenación tuvo la oportunidad de adelantar estudios de especialización en teología moral, obteniendo la licenciatura en la Academia Alfonsiana de Roma. En el ejercicio del ministerio sacerdotal ha desempeñado los siguientes cargos: - Párroco en Albania (1990) - Miembro del Consejo Presbiteral (1990-1992) - Párroco en Curití y profesor del Seminario Mayor (1992) - Miembro del Consejo Presbiteral (1994-1997) - Miembro del Colegio de Consultores y profesor del Seminario Mayor (1994- 1999) - Párroco en Pinchote y director del Año Introductorio del Seminario Mayor (1999-2000) - Párroco "In Solidum" de Mogotes (2001-2002) - Párroco de Barichara (2003) - Miembro del Consejo Presbiteral (2004-2007) - Miembro del Colegio de Consultores (2004-2009) - Subdirector del Secretariado Diocesano de Pastoral Social –SEPAS- y rector del Instituto Técnico para el Desarrollo Rural –IDEAR- (2010) - Instituto Técnico para el Desarrollo Rural -IDEAR- (2010) - Vicario episcopal de pastoral de la Diócesis de Socorro y San Gil (2010-2011) El 2 de febrero de 2012, Su Santidad Benedicto XVI lo nombró obispo de la Diócesis de Montelíbano; el 14 de abril de 2012 fue su ordenación episcopal y el 28 de abril del mismo año, tomó posesión canónica de la diócesis de Montelíbano. La CIII Asamblea Plenaria de Obispos en julio de 2017 lo eligió Presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Social y Caritativa. El 19 de mayo de 2018, Su Santidad Francisco lo nombró Arzobispo de Popayán y el 7 de julio del mismo año, tomó posesión canónica de la arquidiócesis de Popayán.

Vie 24 Abr 2020

La alegría pascual nos invita a reconocer al Señor vivo y resucitado

Primera Lectura:Hch 2,14.22-33 Salmo:Sal 16(15),1-2+5.7-8.9-10.11 (R. 11a) Segunda Lectura:1P 1,17-21 Evangelio:Lc 24,13-35 Introducción - En los Hechos de los Apóstoles, Pedro da testimonio de Cristo resucitado, citando al rey David, habla de uno que no será abandonado en el lugar de la muerte y que no experimentará la corrupción, la promesa que había hecho Dios a David de sentar en su trono a un descendiente suyo, se cumple en Cristo, a quien Dios resucitó y exaltó a su derecha. - La primera carta de Pedro, habla de la liberación por la cual Cristo, con su sangre preciosa, ha rescatado al hombre de la muerte, manifestando al mundo la gloria de Dios por medio de su resurrección y haciéndonos partícipes del amor de Dios. - El evangelista narra la aparición de Jesús a dos discípulos camino a Emaús y cómo pasa desapercibido a sus ojos; el camino a Emaús relata una de las apariciones que manifiestan la resurrección de Cristo, que afianzan la fe y la esperanza en la resurrección futura. 1 Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura? El evangelio de San Lucas, nos cuenta el episodio de los discípulos de Emaús; mientras van conversando Jesús en persona se acerca y camina con ellos, y simulando no saber nada de lo sucedido en Jerusalén, preguntade lo acontecido, ellos respondiendo hablan de Jesús quien, como gran profeta, fue entregado, condenado y crucificado; luego le hablan de las mujeres que yendo al sepulcro afirmaron haber visto una aparición de ángeles diciendo que está vivo y que encontraron su tumba vacía. Jesús, entonces, les narra todo lo concerniente a él en las Escrituras y, luego,haciendo ademán de seguir adelante, es invitado a quedarse con ellos; al aceptar, se sentó a la mesa con ellos partió el pan y dio gracias, entonces ellos lo reconocieron, pero el desapareció de su vista. Los discípulos regresaron a Jerusalén y contaron a los once lo sucedido en el camino y cómo lo habían reconocido al partir el pan. En consonancia con el evangelio, la primera lectura, del libro de los Hechos de los Apóstoles, nos relata el discurso dado por Pedro el día de pentecostés que, hablando de Jesús, el nazareno, lo presentó como profeta de Dios;también dice que Cristo manifiesta, por signos y prodigios, el poder que el Padre le ha dado; en efecto, Pedro, da testimonio de la muerte en la cruz y de cómo Dios, resucitándolo de entre los muertos, lo ha puesto a suderecha; igualmente, afirma que, Cristo ascendiendo al cielo, ha enviado al Espíritu para continuar la manifestación de la gloria y el poder de Dios . Del mismo modo, el Salmo nos presenta la confianza y seguridad del hombre que en Dios no vacila. Se trata de una alabanza en la que el salmista pide a Dios refugio y protección, Dios se manifiesta como Padre, que guía y aconseja y que siempre está acompañando al hombre, este, entonces,tiene la plena certeza de que su confianza estando en Dios lo llevará a la vida eterna, en la cual podrá estar con él y gozar de una plena alegría. Por otra parte, en la segunda lectura el autor sagrado, en la carta del apóstol Pedro, habla de la liberación que Cristo da a los hombres, con su sacrificio en la cruz, que fue llevada a cabo a precio de su sangre, comola de un cordero sin mancha, y cómo Cristo, que dio su vida por nosotros, es manifestación del amor y el poder de Dios, para que todo el que crea en Él vida eterna. 2 Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y que me sugiere para decirle a la comunidad? En este tiempo de alegría pascual la liturgia de la palabra nos invita a reconocer al Señor vivo y resucitado; el Señor ha manifestado su gloria,resucitando a su Hijo de la muerte. La Tradición de la Iglesia por siglos nos ha enseñado que Cristo, el Hijo de Dios, fue rescatado del abismo de la muerte; también, los padres de la Iglesia, meditando el misterio dela resurrección, nos han enseñado que Jesucristo es imagen del amor de Dios al mundo y primicia de la gracia, por la cual el hombre es redimido, Cristo, entonces, es glorificado y ensalzado, y el hombre invitado a configurarse con él. En el evangelio Cristo se encuentra con los discípulos de Emaús, esta manifestación de la resurrección se caracteriza por un particular sentimiento de tristeza, que es reflejada en los discípulos, pero que, al encontrarse con Cristo, manifiesta, de cierto modo, un fuego interior, una llama, la llama de la fe y la esperanza. Cristo que camina junto a nosotros, como lo hizo con los discípulos de Emaús, también en cada Eucaristía, nos habla, nos instruye con su palabra, y nos hace participes del pan eucarístico, para que animados y fortalecidos podamos ser discípulos que tengamos la mirada fija en Dios, debemos ser discípulos que cultivemos nuestra fe y, parte de eso, lo logramos haciéndonos testigos; todos somos llamados a testimoniar nuestra fe; el compromiso como cristianos, que adquirimos desde nuestro bautismo, es el de acrecentar esa llama de la fe , esa luz que se nos enciende en el bautismo a través del signo de Cristo en el cirio pascual, debe conservarse ardiente en el transcurrir de nuestra vida; es fundamental en el crecimiento humano, el crecimiento, a la par, en la fe por medio de la Palabra y los sacramentos que el mismo Cristo ha dejado y que la Iglesia ha perpetuado para propiciar el encuentro con Dios, en su Hijo Jesucristo. Somos testigos de la vida eterna, testigos del amor de Cristo, pues nos ha dado una vida con su muerte y no ha dejado que seamos olvidados en el lugar de los muertos, debemos tener plena seguridad en Dios y, como Pedro, declarar con toda solemnidad que Jesús es el Señor y que podemos confiar en él plenamente porque él nos ha prometido su favor y nos ha demostrado, con su sacrificio, entregando su propia vida, cuánto nos ama, confiemos en que, de la misma forma que Dios rescató a Cristo del lugar de la muerte, también los que en él creemos y tenemos puesta nuestra fe, gozaremos al contemplar su rostro. Cristo, entonces, es el sendero que nos conduce al Padre, Él que nos ha dicho que es el camino, la verdad y la vida, nos ayuda en el caminar;Cristo nos lleva a la casa del Padre, somos, entonces, testigos de aquel que fue resucitado de entre los muertos, esta es nuestra fe y nuestra esperanza, vayamos gozosos y anunciemos a Cristo resucitado, manifestemos nuestra fe, seamos discípulos misioneros, hablemos de Cristo que, resucitado, nos ha hecho participes de la vida eterna, seamos como el profeta, que anunciando a tiempo y a destiempo, no se deja intimidar por la realidad de la sociedad o el momento histórico en el que se encuentra. El mundo moderno tan contaminado de las nuevas ideologías, necesita que se le anuncie a Cristo, necesita que se le proclame la fe para que tenga esperanza en Dios, necesita de personas comprometidas, tenemos que ser testigos de su palabra, de su enseñanza, en las buenas obras, que se manifieste Cristo en nuestras vidas, que nuestro obrar sea coherente con lo que profesamos, que las enseñanzas de Cristo sean reflejadas en el diario vivir, que en todo lo que hagamos no olvidemos el significado de llamarnos cristianos y así daremos razón de nuestra fe y de nuestra esperanza. 3 Oratio y Contemplatio:¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo? Esta palabra que meditamos en este día nos hace reflexionar sobre el misterio de la muerte, pero sin olvidar la fe y esperanza que debe estar siempre puesta en Dios mismo, el que ha resucitado a Cristo de entre los muertos y nos ha otorgado la salvación, nos invita a vivir con estaconvicción plena, sabiendo que al ser cristianos comprometidos, al partir de este mundo, gozaremos de un estado de gracia y gloria, el Señor constantemente está llamando a nuestra puerta, nos pide que seamostestigos de su amor y de su misericordia, nos pide una conversión plena,nos pide que nos comprometamos con la tarea de gritar al mundo que suamor y su misericordia son eternas. RECOMENDACIONES PRÁCTICAS: - Para este tercer domingo pascual, la liturgia nos presenta un ambiente de esperanza en la resurrección, es conveniente suscitar en la asamblea un momento de reflexión interior en la vida eterna y en el hecho de ser testigos de Cristo resucitado. -Cuidar los signos propios de este Tiempo Pascual: manteles, luces, flores, ornamentos festivos. -Sería oportuno hacer hoy el Rito para la bendición y la aspersión del agua en memoria del Bautismo, que ocuparía el lugar del acto penitencial, al comienzo de la Misa, siguiendo lo indicado en el Apéndice I, propio para la cincuentena pascual, Misal, p. 1058.Para que favorezca la meditación de la Palabra de Dios, conviene que haya breves momentos de silencio, antes de que inicie la Liturgia de la Palabra, después de la primera y, si hay, segunda lectura, y una vez terminada la homilía. La finalidad de estos silencios es que, con la ayuda del Espíritu Santo, la asamblea medite brevemente lo que escuchó, saboree la Palabra de Dios y se prepare la respuesta más conveniente (Cfr. OGMR 45 y 56). - Podría seguirse el Prefacio de Pascua I y la Plegaria Eucarística III. O la Plegaria Eucarística para Diversas Circunstancias II: «Dios guía a su Iglesia por el camino de la salvación”, Misal, p. 519, por recordar que el Señor nos explica las Escrituras y parte para nosotros el pan. Tener presente que el próximo domingo, 3 de mayo, es: El día del Buen Pastor - La Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones Sacerdotales - La Jornada Nacional de la Infancia Misionera - Día de la Reconciliación, en Colombia

Mié 22 Abr 2020

Encuentro virtual de delegados y colaboradores de comunicación de la Iglesia

Comprometida con la acción pastoral y evangelizadora en este tiempo de pandemia por el coronavirus (Covid- 19), la Iglesia católica en Colombia continúa poniendo en marcha distintas acciones y proyectando estrategias que permitan acompañar a las familias, desde la fe, en medio del complejo momento que afronta el mundo. En esta línea, el 22 de abril, la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC) realizó la primera reunión nacional con delegados y colaboradores de las oficinas de comunicación de las jurisdicciones eclesiásticas del país. Durante la jornada, desarrollada a través de la plataforma unificada de comunicación y colaboración ‘Microsoft Teams’ de Office 365, se reflexionó sobre los desafíos de comunicación y evangelización en el contexto actual y la importancia de fortalecer la articulación pastoral en la tarea comunicativa de la Iglesia. En este sentido, el padre Jaime Marenco, director de comunicaciones y tecnología del Secretariado Permanente del Episcopado Colombiano (SPEC), señaló que “las comunicaciones en la Iglesia necesitan reinventarse, tenemos que activarnos, animarnos, abrirnos a la ‘creatividad’ que inspira el Espíritu Santo”. "Esta nueva realidad, agregó el sacerdote, nos impulsa al trabajo en equipo (entre nosotros y con los otros), a la gestión colaborativa (unión de esfuerzos y búsqueda de recursos) y a la comunicación constructiva (fomentar la cultura del encuentro)". “La realidad sanitaria exige puertas cerradas pero seguimos estando con nuestras comunidades” Así lo ratificaron obispos, sacerdotes y laicos servidores en el área de comunicaciones, quienes manifestaron su compromiso de continuar acompañando a las comunidades pastoral, social y espiritualmente. Siguiendo el llamado del Papa Francisco, monseñor Elkin Fernando Álvarez Botero, secretario general de la CEC, animó a fortalecer los procesos comunicativos en el plano digital, de acuerdo a los planes pastorales, fomentando un real encuentro, que evite quedarse en presencias aisladas, virtuales o impersonales. Por su parte, monseñor Francisco Antonio Nieto Súa, obispo de Engativá y presidente de la Comisión Episcopal de Comunicaciones, tras agradecer el servicio de los equipos de comunicación, recordó que en el mundo actual es fundamental la formación en el área de comunicaciones y tecnología de sacerdotes, religiosos y laicos comprometidos, a fin de apoyar la misión evangelizadora de la Iglesia. El próximo encuentro virtual se llevará a cabo el 6 de mayo del 2020.

Mié 22 Abr 2020

¿Más de coronavirus?

Por: Mons. Luis Fernando Rodríguez Velásquez - No se puede negar que hay una especie de sobresaturación en cuanto a la información relacionada con la pandemia que nos acosa. No se trata de quitarle valor a este esfuerzo que se hace para informar a los ciudadanos sobre el desarrollo y expansión de este virus, que a veces se hace más urgente por el hecho de que todavía hay muchas personas que por distintas razones, justificadas o no, están haciendo caso omiso a las advertencias gubernamentales. Ahora no quisiera hablar más del coronavirus, quisiera que volviéramos a la escuela de Jesús. No deja de ser interesante, cómo los discípulos disfrutaban de estar junto a su maestro. De hecho, dice San Marcos, que Jesús “llamó a los que quiso, para que estuvieran con él” (Mc. 3,14). En Betania, Marta y María se esmeraban atendiendo a su amigo Jesús cuando las visitaba en su casa, la una atendiéndolo, la otra escuchándolo sentada a sus pies. (Lc. 10, 38 - 42). En estos días de Pascua, hemos podido también escuchar los pasajes en los cuales Jesús entra a la casa donde están los discípulos, estando las puertas cerradas, no una sino varias veces. Y allí, come con ellos y los instruye. Todo esto hace pensar en lo que estamos viviendo en la cuarentena, durante la cual, estamos siendo convocados, por no decir obligados, a estar recluidos en nuestras casas. La pregunta que debemos hacernos es: en nuestra condición de obispos, sacerdotes, religiosos, religiosas, laicos, ciudadanos en general, ¿cómo estamos asumiendo viviendo esta experiencia? ¿En nuestras casas hemos dejado entrar a Jesús, el Cristo, para contar con su compañía? Sin duda que por lo sorpresivo e inesperado de la cuarentena, para la mayoría estos días de confinamiento son muy difíciles, y más cuando esta misma situación implica realidades como la ausencia de trabajo y por tanto la falta de alimento, o lo que es tan común para un inmenso número de personas, estar en un espacio inadecuado para una larga convivencia familiar, pues no se puede negar, que especialmente las llamadas viviendas de interés social, fueron pensadas más como lugares dormitorios, donde sus residentes trabajan o estudian todo el día y vienen solo a dormir, que lugares para la convivencia. Es entonces necesario aquí apelar a las grandes capacidades humanas y espirituales para superar la adversidad, en lo que hoy se denomina la “resiliencia”. Como creyentes, que ponemos nuestra confianza en Dios, considero que aparte de las muchas técnicas de convivencia, de ocupación de tiempo, de los juegos y actividades didácticas en familia, del trabajo en casa, vale la pena aprovechar esta ocasión para hacer lo mismo que los discípulos de Jesús: aprovechar para estar con él, para escucharlo, para aprender de quien “es manso y humilde de corazón (Mt. 11, 29), para hacer resonar de nuevo sus palabras “vengan a mí todos los que están fatigados y sobrecargados…y hallarán descanso para sus almas” (Mt. 11,28). Estoy seguro que la experiencia de una sana espiritualidad, de aquietamiento del alma, nos permitirá sanar los ímpetus, los cansancios, las frustraciones e incluso los signos de depresión y de tristeza que nos puedan querer dominar. Es vital recuperar el valor del silencio, de los ritmos pausados, de paz interior y de la oración, para sacarle provecho a los días de encierro. El Resucitado que nos ha dicho que estará siempre con nosotros, nos aliente con su palabra de vida: “no tengan miedo, yo estaré con ustedes todos los días hasta el fin del mundo” (Mt. 28, 20). El fin del mundo no ha llegado, pero estamos siendo probados. Dirá el Apóstol San Pedro que aún viviendo en la alegría pascual, “es preciso que todavía por algún tiempo sean afligidos con diversas pruebas, a fin de que la calidad probada de su fe, más preciosa que el oro perecedero que es probado por el fuego, se convierta en motivo de alabanza, de gloria y de honor, en la revelación de Jesucristo” (1Pe. 1, 6-7). Por esto mismo, es necesario que dediquemos un espacio de nuestro tiempo, para no hablar más del coronavirus, sino de aquel que nutre nuestra fe y fortalece en la debilidad. Estemos con Jesús. Escuchemos a Jesús, él es nuestro aliado en estos tiempos de pandemia. + Luis Fernando Rodríguez Velásquez Obispo Auxiliar de Cali

Mié 22 Abr 2020

Papa Francisco nombra nuevo obispo de Riohacha

El Papa Francisco nombró como nuevo Obispo de la Diócesis de Riohacha a Monseñor Francisco Antonio Ceballos Escobar, C.SS.R., hasta el momento Obispo titular de Zarna y Vicario Apostólico de Puerto Carreño. El Obispo electo nació en el Municipio de Génova (Diócesis de Armenia), el 4 de marzo de 1958. Realizó los estudios primarios en su pueblo natal, luego ingresó al Seminario Menor de los Padres Redentoristas San Clemente María Hofbauer, en Manizales, donde cursó la secundaria. Después del Noviciado en Piedecuesta (Santander), emitió la profesión religiosa el 14 de enero de 1979. Realizó los estudios de filosofia en el Centro Pastoral de Filosofía en Bogotá y los de teología en el Teologado interprovincial Redentorista en Tlalpizáhuac en México y en la Pontificia Universidad Javeriana en Bogotá. Fue ordenado Sacerdote en Buga el 29 de junio de 1985. Después de su ordenación sacerdotal, prosiguió con sus estudios en la Universidad Santo Tomás en Bogotá, donde obtuvo la Licenciatura en Ciencias de la Educación y en la Academia Alfonsiana en Roma, donde consiguió la Licenciatura en Teología Moral. De 1993 a 1995 fue Consejero Provincial Extraordinario y de 1999 al 2001 se desempeñó como Consejero Provincial Ordinario y Presidente del Secretariado para la Formación. Por dos ocasiones desempeñó el encargo de Provincial de los Redentoristas en Colombia (2002-2008). El 3 de septiembre de 2008 fue nombrado Pro-Vicario de Puerto Carreño. El 10 de junio de 2010 Su Santidad Benedicto XVI lo nombró Vicario Apostólico de Puerto Carreño, asignándole la sede titular de Zarna.

Lun 20 Abr 2020

La caridad de la Iglesia Católica en tiempos de pandemia

La Iglesia Católica en Cúcuta, durante este tiempo de prueba, ocasionado por la pandemia del virus COVID-19 (SARCS-CO-2), ha querido permanecer en oración y cuidado de los pobres y necesitados con sus estructuras de caridad. Gracias a la Divina Providencia y a muchos benefactores, entre ellos el Santo Padre Francisco, hemos podido permanecer cerca de los fieles, en este confinamiento, para alentar al pueblo de Dios en la fe y la esperanza. Siempre hemos querido estar cerca de los más pobres y necesitados para asistirlos en la caridad de Cristo. La Diócesis de Cúcuta, con la ayuda de benefactores y de sus propios recursos, ha entregado más de 20.800 mercados completos (14.000 del BDA, 6.500 COSPAS, 300 Fundación Asilo Andresen) y 5.000 provisiones con elementos de aseo. Así mismo, con la tarea del Banco Diocesano de Alimentos y con la ayuda de la Orden de Malta, se ha logrado entregar 30 toneladas de arroz vitaminizado en zonas muy pobres de la ciudad; y con la ayuda de empresas de Norte de Santander, otras 30 toneladas de arroz y alimentos perecederos como papa, verduras y pollo. Los alimentos entregados superan las 250 toneladas. Esto ha comportado un ingente trabajo de laicos, sacerdotes, religiosos y religiosas. Estos alimentos han sido entregados en las parroquias de Cúcuta y su Área Metropolitana y en la zona rural de la misma. Se ha buscado atender también a los colombianos retornados, como a los emigrantes de Venezuela presentes en la zona. Monseñor Víctor Manuel Ochoa Cadavid, Obispo de Cúcuta, expresa su gratitud con quienes han hecho posible mitigar las necesidades de cientos de familias: “Gracias a quienes desde la Corporación de Pastoral Social, el Banco Diocesano de Alimentos, la Fundación Asilo Andresen, las capellanías de los hospitales y clínicas, y desde las distintas parroquias e iniciativas, viven la caridad con los necesitados. Dios les pague a todas las instituciones, comerciantes, personas que nos han donado elementos y bienes para atender esta emergencia”. Es importante dar a conocer que la entrega de alimentos cuenta con las medidas preventivas establecidas por el Instituto Nacional de Salud. Por tal motivo, en todas las estructuras de caridad de la Diócesis de Cúcuta se han tomado las medidas de seguridad sanitaria para el personal y voluntarios. Se ha recibido una valiosa ayuda de la Policía Nacional y del Ejército de Colombia y de otras instituciones. En esta línea de acciones de caridad, La Fundación Pía Autónoma Asilo Andresen, institución bajo la responsabilidad del obispo de la Diócesis, que debió suspender la asistencia de los niños a sus instalaciones desde el 16 de marzo, continúa contribuyendo con su alimentación, otorgando cada 15 días a las familias de 300 menores, mercados y confecciones con elementos de aseo, para que permanezcan seguros en el aislamiento preventivo y de igual forma, nos les falte la comida. Por su parte, la Corporación de Servicio Pastoral Social (COSPAS), como institución con una larga historia de caridad, ha continuado liderando los programas Multipropósito y de Integración Local, dentro de ellos se activaron planes de contingencia en alianza con el Programa Mundial de Alimentos (PMA), ACNUR y GIZ de Alemania, para beneficiar a población necesitada en Cúcuta, El Zulia, Sardinata y Bucarasica. Entre marzo y abril se han otorgado 6.500 provisiones de alimentos, beneficiando aproximadamente a 15.000 personas. Las entregas se realizaron después de una identificación de la población más necesitada, con el apoyo de los presbíteros y de los agentes pastorales de las distintas parroquias de la Diócesis. Además de los beneficios alimenticios, también se han entregado elementos de aseo y de bioseguridad en los sectores de mayor necesidad. Durante este tiempo ha continuado con su tarea el Centro de Migraciones de la Diócesis de Cúcuta bajo el cuidado de los padres Scalabrinianos, atendiendo unas 140 personas entre niños y enfermos. Con ingenio y creatividad los sacerdotes de la Diócesis de Cúcuta, la Emisora VOX DEI (1.120 AM), el Periódico LA VERDAD y la presencia en las distintas redes sociales, gracias a las nuevas tecnologías de la información y de la comunicación se ha mantenido el contacto con los fieles de un modo virtual y constante, celebrando con ellos la Semana Santa; ofreciendo diariamente la Santa Misa, el rezo del Santo Rosario fortaleciendo la oración y entregando profundas reflexiones espirituales. La Iglesia de Cúcuta fiel al mandamiento del amor, busca acompañar esta difícil situación, sembrando esperanza y tratando de no abandonar a sus hermanos y fortaleciendo en la fe, anunciando siempre que “Cristo es nuestra esperanza” (Col 1, 27).

Lun 20 Abr 2020

“Mi familia y yo, serviremos al Señor”

Por: Mons. Luis José Rueda Aparicio- Carta a las familias en la Pascua. Querida familia: La vida nos está poniendo a prueba a todos, con esta cuarentena. Vemos con más claridad que, tener familia es tener un verdadero regalo de Dios. Redescubrimos que el hogar es un lugar de encuentro, de oración, de sonrisa, de diálogo, de sanación, de trabajo. En el hogar nace, crece y da frutos la familia. La cuarentena nos ha llevado a estar más tiempo juntos en casa, a vivir las cosas cotidianas con calma, sin carreras, a valorar los trabajos del hogar, a recordar los años de infancia. Nos preguntamos sobre el sentido de la vida. Valoramos más la salud. Nos miramos hacia dentro, y así, poco a poco vamos caminando hacia una conciencia renovada. Recordemos la enseñanza de la Iglesia, en el Concilio Vaticano II, cuando nos dice que: “La conciencia es el núcleo más secreto y el sagrario del hombre, en el que éste se siente a solas con Dios.” (G.S 16). En la conciencia el ser humano dialoga con Dios. De esta manera, cuando la persona ora en silencio, está allí en el sagrario de su conciencia, en comunicación amorosa con el Dios altísimo y omnipotente. Miremos el ejemplo de Jesús nuestro Señor: “Muy de madrugada se levantó, salió y se dirigió a un lugar despoblado, donde estuvo orando” (Mc 1,35). El creador dialoga con la creatura, esto sólo sucede con el ser humano, porque fue creado a imagen y semejanza de Dios. Dialogar con Él nos permite escuchar su voz en los acontecimientos grandes o pequeños de la vida, esta actitud de escucha nos renueva desde dentro. Escuchar la voz de Dios nos enseña a detenernos y escuchar a las demás personas. A todos nos conviene ejercitarnos en el silencio y la oración: “Oh, si escuchan hoy su voz. No endurezcan su corazón” (Salmo 94, 7 – 8). Cuando dialogamos con Dios en nuestra conciencia, sentimos su cercanía y superamos la soledad. El diálogo con Dios nos permite experimentar su amor, quita los miedos, aunque no quita los problemas, y nos lanza a buscar a las demás personas como hermanos nuestros, a esforzarnos por servirles con vitalidad renovada, así superamos el egoísmo y la indiferencia para construir fraternidad, ayuda mutua y una cercanía sanadora, capaz de darle vida al que está tirado en el camino. El diálogo con Dios nos hace misioneros de la vida. (Lc 10, 25 – 37). El éxodo humano que estamos viviendo, debido a la emergencia sanitaria, nos está cambiando la forma de trabajar, de pensar, de relacionarnos. Por favor no tengan miedo. Ciertamente debemos adaptarnos a las situaciones nuevas, redescubrir los valores que los abuelos nos enseñaron. Vendrán nuevos desafíos, vendrán pruebas más duras, pero recordemos que cada familia es lugar de la presencia del Señor. Este es tiempo para confirmar nuestra alianza con el único Dios vivo, fiel y misericordioso, es tiempo para proclamar: “Mi familia y yo, serviremos al Señor”. (Jos 24,15). Querida familia: En este camino de Pascua mantengamos viva nuestra esperanza, cuidemos la salud de todos, aprendamos y apliquemos todas las medidas preventivas, estemos muy atentos a las necesidades de los familiares, especialmente de los ancianos, de los que no tienen empleo o vivienda, de los que están enfermos. Seamos muy agradecidos con los médicos, enfermeras y personal sanitario. Les ruego que estén muy unidos con su párroco, con las religiosas, con quienes hacen parte de la Iglesia parroquial en barrios y veredas. Que podamos poner en práctica las obras de misericordia. Cuando la prudencia y las normas civiles lo indiquen, volveremos a encontrarnos para celebrar la Eucaristía y los demás sacramentos en el templo, porque sentimos la necesidad del encuentro entre nosotros como parroquia y de nosotros con Cristo: “Que alegría cuando me dijeron: ¡vamos a la casa del Señor!”. (Salmo 121). Oremos sin desanimarnos, pidamos permanentemente la presencia del Espíritu Santo: Ven espíritu Santo, ayúdanos en nuestra fragilidad, porque la creación toda, gime con dolores de parto. Ven Espíritu Santo, a la vida de nuestra familia y de la humanidad entera. Ven Espíritu Santo, Señor y dador de vida, renueva nuestra conciencia, la política y la economía, que todo lo orientemos al Reino de Dios. Ven Espíritu Santo, renueva en la Iglesia la santidad y el fervor misionero. Ven Espíritu Santo, quita el pánico y la tristeza, condúcenos a la verdad plena y renueva nuestra alegría. Ven Espíritu Santo, libéranos del pecado y de la muerte. Ven Espíritu Santo, guía al mundo entero, para que seamos servidores del bien común, de la vida y de la paz, no esclavos de los bajos instintos. Ven Espíritu Santo, haz que sintamos el amor de Dios nuestro Padre, para que seamos hermanos en Cristo el redentor de la humanidad. Ven Espíritu Santo, danos sabiduría, humildad y creatividad. Ven Espíritu Santo, llena de gracia la vida de las familias como llenaste la vida de María, para cantar con ella, proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios mi salvador. Amén. + Luis José Rueda Aparicio Arzobispo de Popayán Octava de Pascua de 2.020

Sáb 18 Abr 2020

'Coronilla de la Misericordia' en casa

Este segundo domingo de Pascua la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC) invita al rezo de la "Coronilla de la Divina Misericordia'. Para ello, el padre Ramiro Antonio López Montoya, director del departamento de animación misionera de la CEC, nos da los pasos a seguir para hacer esta oración. Compartamos este video-mensaje con familiares y amigos. Recordemos que esta es una invitación que hace el Papa Francisco para encomendarnos a Jesús Misericordioso en este tiempo de pandemia. Por ello, los obispos de Colombia reiteran el llamado para que este domingo 19 de abril, a las 3:00 p.m., los fieles católicos se unan en oración con el rezo de la coronilla. En este contexto, la Conferencia Episcopal de Colombia ha elaborado un insumo pastoral que ayudará a vivir en familia esta celebración del segundo domingo de Pascua, también llamado ‘Domingo de la Misericordia’. El documento se puede descargar de la página www.iglesiantecoronavirus.cec.org.co [icon class='fa fa-download fa-2x'] Descargar insumo pastoral[/icon]